๑ Sol Invictus
El festival del Sol Invictus llegó, el imperio festejaba en el centro de la capital la llegada de navidad y el solsticio de invierno. El pueblo entero esperaba con ansias que el emperador se presentara y dijera algunas palabras en honor a la fecha, pero…
— ¡El emperador ha escapado!
Como cada año la misteriosa y extraña desaparición del monarca se mostró dando órdenes concretas por medio de una carta que el brindis se haga nuevamente sin su presencia.
Por otra parte, al otro lado del imperio, Jimin cabalgaba desesperadamente hacia un abandonado templo. El viento que chocaba contra su rostro le permitía sentir la incomparable euforia que recorría su cuerpo. De solo pensar en que vería a su amado, su corazón se aceleraba y su pecho ardía de la emoción.
¿Quién sé imaginaría que el severo y calculador emperador se volvía una bolita enamorada del 22 al 25 de diciembre?
Al llegar a su destino corrió lo más rápido que sus piernas le permitieron y fue entonces cuando lo vio. Finalmente, después de tanta espera, esbozando la sonrisa más hermosa que nunca vería en un simple mortal, cubierto de sus doradas prendas y blanquecina piel.
— Te estuve esperando. — dijo él y las mejillas de Jimin se humedecieron al instante. — Cariño, acércate, no llores.
La dulce y varonil voz de su amado calmaba su frío corazón, por lo que sin esperar más el pelirrubio saltó a los brazos del Dios que tanto había extrañado. — ¡Yoongi, Yoongi, estás aquí!
El nombrado le dedicó una pequeña sonrisa que provocó una infinidad de emociones en el emperador. Su amado finalmente estaba junto a él.
Min Yoongi era su verdadero nombre, fueron los hombres quienes habían adoptado “Sol Invictus” o más bien fue Jimin quien lo había apodado así y ordenado que así sea llamado.
Fue a sus 15 años cuando lo conoció, cuando era tan solo un intrépido y rebelde príncipe que buscaba huir de su deber.
Agradece tanto haberlo hecho.
Ocultándose una fría noche de Navidad a las afueras del imperio, encontró un deteriorado templo donde buscó refugio para pasar la noche, pero contrario a lo que espero, el ser más hermoso sentado en el centro del templo con una mirada perdida y melancólica en su rostro.
Jimin se acercó a él hipnotizado por su belleza, capturando la atención del Dios al instante. Al principio se alarmó, pero conforme se fue acercando, Yoongi entendió que tan solo era un joven adolescente que no buscaba hacerle daño y él era un solitario ser que buscaba compañía.
Así fue como poco a poco ambos se enamoraron.
— ¿Hoy también están festejando nuestro aniversario? — preguntó con diversión el azabache.
Las mejillas de Jimin se sonrojaron y ocultó su avergonzado rostro en el pecho de su amante — Así es.
Min no pudo evitar soltar una carcajada al recordar el día que Jimin se volvió soberano del imperio. — Eres todo un sinvergüenza — río besando la comisura de sus labios.
El primer decreto del emperador fue que en cada Navidad se celebrara también el ya mencionado festival del Sol invictus; una celebración que para los demás era una simple festividad anual, pero para Jimin y Yoongi era la fecha de su aniversario. Jimin pensó que si no podía gritar su amor a los cuatro vientos, entonces todos festejarían su aniversario aún sin saberlo.
— No te rías de mi muestra de amor. — renegó.
— Lo siento, cariño.
Yoongi abrazó el cuerpo contrario repartiendo sonoros besos por todo su rostro. Amaba tanto a este humano, su humano.
— Sabes que te amo, ¿Verdad? — el pelirrubio asintió, con una sonrisa boba en sus labios — Pero vi lo que hiciste, no está bien.
Y sí, Invictus era consciente de lo cruel que podría llegar a ser su amante, pero él había decidido hacer oídos sordos porque después de todo él era el único que conocía la verdadera versión de Jimin y sabía que dentro de él se escondía un benevolente monarca que adoraba a su pueblo.
— U-ugh… — puchereo — Esos imbéciles se atrevieron a ir en contra de mis órdenes.
— Jimin…
— ¡El emperador aquí soy yo!
Yoongi suspiró negando — No lo hagas, tu precioso nombre se manchará.
— ¿Eso es lo que te preocupa? — el contrario asintió y Jimin no pudo evitar sonreír por lo tierno que era su amado.
Por supuesto que Yoongi se preocupaba sólo por él.
Jimin que toda su vida había deseado a alguien que lo mirase solo a él, que lo amara solo a él, que sonriera solo por él y para él… Estaba seguro de que Yoongi era el mejor regalo que recibió en navidad.
No se había equivocado el día que juró amor eterno.
— Feliz Navidad y aniversario.
— Feliz Navidad y aniversario — rió.
Los días pasaron y el día del regreso de Yoongi llegó. Bañado en lágrimas, se despidieron amándose por última vez esa noche, besándose y acariciándose, deseando recordar cada fragmento del contrario hasta el próximo año.
Por más que deban esperar, estaban dispuestos a hacerlo todo por amor, esperando con paciencia la siguiente Navidad para finalmente reencontrarse.
Con cada Navidad su amor florecía aún más que la anterior.
— Te amo.
— También te amo, mi amado Invictus.
Este hermoso relato, está inspirado en la fiesta del 'Sol Invictus'. De ella existen una variedad de versiones, y una de ellas dice:
"Una teoría extendida sobre la fecha de la Navidad es que se trató de usar una fiesta pagana, conocida como Sol Invictus, en la que los romanos celebraban el solsticio de invierno. Sin embargo, otra opinión refiere que fue el Emperador Aureliano en 274 d.C quién trató de neutralizar esta nueva religión, asignando un "culto" imperial para asentar su poder"
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