¡Navidad para ̶d̶o̶s̶ tres!

Por: Tabris-XX 

Sinopsis: Kaworu hizo un listado secreto para pasar una romántica y fogosa navidad en compañía con su esposo Shinji, sin embargo un inesperado y adorable invitado llegó para obligarlo a modificar drásticamente esos planes.

Aclaraciones:  AU Post-canon. Contenido maduro (no explícito, insinuaciones sexuales), doméstico, fluff, vida matrimonial. Shinji (28 años) y Kaworu (29 años).

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El matrimonio iba viento en popa, Shinji y Kaworu seguían tan enamorados y felices como el primer día. Hacía pocas semanas los esposos festejaron su segundo aniversario de bodas aunque los planes de un viaje de celebración quedaron postergados debido a cuestiones laborales. Sin embargo, Kaworu ya lo tenía todo organizado con antelación y solo estaba esperando el momento en el que ambos tuvieran vacaciones después de las fiestas de fin de año.

Días antes de navidad, Shinji preparaba la cena y Kaworu se encargaba de la decoración de la casa. Una vez que el mayor acabó con lo suyo fue hasta la cocina, atraído por el delicioso aroma de aquello estaba alistándose en el horno.

—El inconfundible y exquisito aroma de tu quiche lorraine de pollo me está llamando con insistencia. ¿Acaso se trata de una celebración pre-navideña?

Shinji sonrió y se quitó el delantal justo después de terminar de poner la mesa. Aquel era uno de los platillos favoritos de su esposo y en esa ocasión no lo preparó por una mera casualidad.

—Estará listo en veinte minutos -comentó el castaño y se encaminó hacia Nagisa, ahora también Ikari, ya que decidió tomar el apellido de su esposo- ¿Entonces qué? ¿Me lo vas a decir?

—Ten paciencia, amor. Si te lo digo dejará de ser una sorpresa.

Disconforme ante esa respuesta, Shinji rodeó a su esposo por el cuello y sus labios rozaron los ajenos en un tentador intento de seducirlo, el cual tuvo un efecto casi inmediato en el otro.

La curiosidad calaba hondo en Ikari, su cónyuge se negaba rotundamente a revelarle qué destino había elegido para sus próximas vacaciones de aniversario, ya que quería sorprenderlo.

En ese momento, las fuertes manos de Kaworu se posaron en la cintura de Shinji atrayéndolo y presionándolo contra su cuerpo casi con posesividad dejando a relucir la interesante diferencia de estaturas y complexiones físicas entre ambos.

—Mmm... tal vez si haces méritos esta noche podría pensarlo un poco y darte una pista.

Shinji sonrió y enseguida supo a lo que Kaworu se refirió, algo un tanto particular que por alguna extraña razón, comenzó a ser parte de sus últimas sesiones en la intimidad.

—Ya veo. ¿Quieres que me deje puesta solo la boina?

—Es exactamente lo que quiero -susurró el mayor al oído de su pareja para luego empezar a besarle el cuello de esa manera capaz de hacerlo estremecer en cuestión de segundos- Sin dudas fue la mejor compra que hiciste en París.

Un gimoteo ahogado dejó entrever lo rápido que Shinji comenzó a encenderse, un beso profundo y pasional inició de repente. Kaworu sostuvo el cuerpo de su esposo y lo condujo hasta la mesada, lo elevó un poco y lo sentó allí para luego ubicarse entre las piernas de éste.

El ambiente se tornó fogoso y Kaworu pensó que era el momento más oportuno para adelantar sus planes de navidad -y año nuevo-, que básicamente consistían en hacerle el amor a su esposo doce veces al día en esas fechas, replicando las famosas doce campanadas.

—¿Entonces qué tal si empezamos ahora antes de cenar? -preguntó el albino con una sonrisa, apartándose un poco de los labios de Shinji y desprendiéndole el pantalón- Un adelanto de noche buena suena bien, ¿no lo crees, amor?

Antes de que Shinji pudiera decir algo en respuesta, el inoportuno e inesperado sonido del timbre los interrumpió. Kaworu suspiró un tanto molesto y pensó sugerir que ambos ignorasen a quienquiera viniera a esas pésimas horas, después de todo no estaban esperando a nadie. Pero el castaño no tenía por costumbre desatender el timbre ya que siempre decía podría tratarse de una emergencia.

—Ya vengo -dijo Ikari y se acomodó la ropa de nueva cuenta- ¿Puedes apagar el horno, por favor?

Kaworu asintió y Shinji salió de la cocina para dirigirse a abrir la puerta. En apenas unos segundos, el repentino bullicio de voces conocidas le hizo saber al albino, aún a la distancia, quiénes eran los poco oportunos visitantes.

—¿Es en serio? -murmuró Kaworu bastante fastidiado, luego de apagar el horno como le indicó su esposo se asomó con sigilo- ¡Genial! Ahora se van a quedar hasta tarde.

Con su característica amabilidad, Shinji recibió e invitó a pasar a Misato Katsuragi quien llegó en compañía de su esposo Kaji, su hijo Ryoji y su querido pingüino Pen Pen.

Todos saludaron a Shinji pero el joven Ryoji permaneció abrazándolo con fuerza por un largo rato, ignorando que estaba siendo fijamente observado por Kaworu a pocos metros de ahí.

—¿Qué pasa, Ryoji? -preguntó Shinji al notar una actitud extraña en el chico- ¿Te encuentras bien?

—Ryoji te echaba mucho de menos, Shinji -Misato respondió en vez de su hijo, quién se sintió algo avergonzado- Insistía en venir a verte aún cuando ya no tenía nada que estudiar contigo pero le dijimos que estabas con mucho trabajo.

—Mamá, basta.

—Es cierto -inquirió Kaji secundando las palabras de su esposa- Ryoji aprecia mucho lo que hiciste por él este año, gracias a tu ayuda pasó todos sus exámenes. Eres un buen maestro, Shinji.

—Me alegra haberte podido ayudar, Ryoji. Estoy seguro que te graduarás con honores el año que viene.

El joven Kaji Jr. se ruborizó por completo, ninguno de los allí presentes se dio cuenta de que él en realidad sentía algo más que gratitud y aprecio por Shinji. Solo Kaworu notó que ese chico desarrolló una suerte enamoramiento platónico hacia su esposo y fue algo que no le terminó de caer en gracia.

—¿Puedo venir a estudiar contigo de nuevo, Shinji? -preguntó Ryoji bastante ilusionado- Será mi último período escolar y necesitaré tu ayuda.

—Buenas noches.

Todos voltearon a ver a Kaworu quien hizo acto de presencia antes de que su esposo pudiera contestarle al chico, éste percibió la fija y penetrante mirada del hombre y dejó de abrazar a Shinji casi por impulso.

—¿Cómo estás, Nagisa? -Misato y Kaji se acercaron saludarlo también pero él siguió viendo hacia Ryoji y se apresuró en hacer una importante aclaración-

—Ikari -expresó con una sonrisa y vio casi con alegría cómo Ryoji se puso muy serio- Ahora llevo el apellido de mi esposo y prefiero ser llamado así.

—De acuerdo -replicó ella con su típica sonrisa de total despreocupación- Honestamente pensé que sería Shinji quien tomara tu apellido.

—Ah... por cierto, trajimos comidas y bebidas para compartir con ustedes -intervino Kaji mostrándoles las bolsas que cargaba- Disculpen que hayamos venido sin avisar.

—No hay problema, permíteme -Shinji tomó las cosas que el otro le pasó para poder llevarlas a la cocina- Nosotros aún no cenamos así que llegaron en el mejor momento, ¿verdad, amor?

—Eh... Sí, desde luego...

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Varias horas más tarde, una mezcla de indignación y pasmo invadió a Kaworu en cuanto entró a la habitación matrimonial con intenciones de meterse a la cama con su esposo, quien ya lo aguardaba allí aunque no del modo hubiera querido.

—¿¡Pero qué significa esto!? -no era usual que el albino se molestara pero en esta ocasión simplemente no pudo concebir lo que estaba aconteciendo- No, él no dormirá aquí.

A Pen Pen no pudo importarle menos las palabras del joven hombre, se acomodó acurrucándose al lado de Shinji y cerró sus ojitos haciendo caso omiso a todo lo demás.

—Vamos, Kaworu. No pasa nada, tú mismo escuchaste a Misato y Pen Pen está muy acostumbrado a dormir en medio de ella y Kaji. Si no duerme acompañado, no logra conciliar el sueño. Míralo... ¿no es lindo?

A partir de ahí, Kaworu empezó a arrepentirse de haber aceptado hacerse cargo del pingüino durante las siguientes dos semanas en las que Misato y su familia estarían de viaje.

Pen Pen estaba más familiarizado con Shinji, lo conocía de hacía tiempo, por ende se veía lo mucho que lo quería y disfrutaba de su compañía.

—Al parecer todos los integrantes de esa familia quieren acaparar a mi esposo -el albino se cruzó de brazos y Shinji lo miró divertido al saberlo un poco celoso- Cuando eras un adolescente, Misato se emborrachaba y andaba de ofrecida contigo en ocasiones. Ryo no quedaba atrás y también quería algo más de ti, ¡sí lo conoceré! Ahora ese chiquillo atrevido gusta de ti y piensa que vas a hacerle caso... y como si todo eso no fuera suficiente, este ovíparo de dudosa procedencia ocupa mi lugar en la cama y no me dejará abrazarte al dormir.

—No seas exagerado, amor. Ven, acuéstate y vamos a dormir de una vez.

Kaworu besó la frente de su esposo y se durmió sin más, sus planes de una apasionada noche con Shinji quedaron totalmente descartados, de ninguna manera podría tener intimidad con el pingüino haciéndoles compañía.

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A la mañana siguiente, Kaworu despertó primero y vio a Shinji y Pen Pen durmiendo abrazados. No pudo negarse a sí mismo que la escena le resultó muy tierna y se vio en la necesidad de tomarles una fotografía con el celular.

Al cabo de unos minutos, el joven hombre bajó a la cocina a hacer el desayuno como cada mañana. En ningún momento se percató de que Pen Pen despertó poco después que él y lo siguió en silencio.

El pingüino ingresó al recinto y se dirigió al refrigerador para buscar su ración de pescado. Pen Pen era muy inteligente, reconocía su plato y su comida, Misato lo había entrenado muy bien incluso para servirse solo cuando nadie se encontraba en la casa, pero en esta ocasión nada de eso le fue posible porque todo se encontraba fuera de su alcance.

En vista a las circunstancias, Pen Pen miró a Kaworu solicitando su ayuda en silencio y éste comprendió la situación, y aunque todavía seguía molesto por lo de la noche anterior, se acercó de todas maneras a darle una mano.

—Claro... ahora sí necesitas de mí -el hombre colocó el plato en la mesada y luego cargó a Pen Pen viéndolo con suspicacia- Sé que quieres mucho a Shinji, él siempre te cuidó mejor que tu dueña y ahora que lo estás viendo luego de bastante tiempo deseas aprovechar el tiempo a su lado.

Pen Pen emitió unos sonidos extraños que Kaworu interpretó como una respuesta positiva, así que sonrió un poco y habló con un tono de voz más bajo.

—Hagamos un trato, amigo. Yo te daré doble ración de pescado en el desayuno y la cena y tú te irás a dormir a la habitación de huéspedes esta y las demás noches.

El pingüino se bajó de la mesada rechazando abruptamente la propuesta del anfitrión.

—¡Vamos! Es un trato justo, ¿no lo crees? Ambos comeremos el doble -Kaworu comenzó a perseguir a Pen Pen por la sala ya que éste intentaba huir para no seguir escuchándolo- No puedes hacerme esto, planeé una navidad romántica para dos con mucho esmero y tú estás interfiriendo. ¿Qué acaso tú no tienes ese tipo de necesidades?

El hombre calló abruptamente al notar la presencia de su esposo en la entrada de la sala. Pen Pen fue al encuentro de Shinji y éste lo cargó en sus brazos.

—¿Qué le estabas diciendo a Pen Pen?

—Que deberíamos buscarle una pareja -el albino encogió los hombros y esbozó una sonrisa ladina antes de aproximarse a donde su cónyuge- Ya está en edad de reproducción después de todo, ¿no?

—Lo estabas enviando a la habitación de huéspedes, ¿cierto? -cuestionó Shinji entrecerrando los ojos- Y también le estabas proponiendo un trato que en realidad solo era conveniente para ti.

—De acuerdo, amor. No tengo nada que decir en mi defensa, lo siento.

Shinji sonrió y se acercó a su esposo con intenciones de darle un beso de buenos días pero Pen Pen se interpuso en medio y terminó recibiendo los besos ajenos en sus mejillas. Kaworu exhaló resignado; ni Misato, ni Kaji, ni Ryoji pudieron rivalizar con él por el afecto de Shinji pero ese pingüino prácticamente le acababa de declarar la guerra y era un oponente poderoso, no le quedaba más que unirse a él.

—Ya veo. Cambiaré el título del listado navideño que hice para nosotros, ahora pasará a llamarse "Navidad para tres" -con eso Kaworu también tendría que cambiar todo lo que incluía la lista, más allá del título- ¿Vamos a desayunar?

—Claro -Shinji asintió y tomó la mano de Kaworu- Luego podemos tomar un baño juntos.

El mayor observó a su esposo con inocultable sorpresa y enseguida sus ojos se iluminaron al percatarse de que Shinji le propuso un momento a solas, el lugar era lo de menos cuando les sobraba creatividad.

—Pero... ¿y si nos quiere acompañar al baño?

—Deja eso a mi cargo -replicó Shinji mientras colocaba el pescado en el plato de su invitado- Tú solo encárgarte de lo demás.

Kaworu abrazó a Shinji por detrás tomándolo por la cintura y dándole besos en la nuca hasta los laterales del cuello. Shinji no tardó en reaccionar rozando discretamente su trasero contra la bragueta ajena, era evidente que traía muchas ganas contenidas.

Kaworu llevó sus manos hasta el borde del pantalón de pijama de Shinji con claras intenciones de bajárselo pero éste lo detuvo y se apartó.

—¡Aquí no! -el rostro de Shinji quedó totalmente sonrojado- Yo... voy a servir el café.

El mayor contuvo las ganas de carcajearse, algunas reacciones de su esposo jamás cambiaban y eso le resultaba por demás adorable.

—Está navidad será muy interesante después de todo -murmuró Kaworu y observó a su invitado con una sonrisa- Bienvenido a nuestra casa, Pen Pen.


Fin

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