Orejitas suaves
-¡Imbécil! ¡Imbécil! ¡Imbécil! -me levanté después de recordar sus palabras "a veces es un poco infantil y molesta" escuche sus carcajadas en mi cabeza y lancé otra cosa contra el tercer espejo.
-¿Qué ocurre Elsa? -escuché una voz tierna que casi me hace morir de un paro cardíaco. Cuando volteé a ver encima de la cama estaba sentada una jovencita de cabello rubio y ojos color celeste. Parecía un ángel, era muy hermosa y tenía alitas en su espalda.
-¿Quién eres? ¿Cómo sabes mí nombre? ¿Cómo entró?
-Soy Tinkerbell.
-¿Tinkerbell? ¿Estoy soñando? -se rió con ternura -No princesa, soy la diosa Tinkerbell.
-¿Que hace acá?
-Elsa no eres la primera mujer que tiene algún pleito con su esposo. Sólo es un malentendido.
-Pero Jack debe ser el único kamineko que ama a otra.
-Jack no ama a otra, el te ama a ti, tu eres su otro lado del hilo rojo.
-Eso es mentira, son solo cuentos de hadas, el hilo rojo es un cuento inventado por ustedes para esconder que son unos criminales por alejarnos de nuestra familia, encerrarnos y vendernos como prostitutas.
-Elsa no estás pensando en lo que estás diciendo, tu amas a Jackson y el te ama a ti.
-El solo me quiere para satisfacer sus necesidades sexuales y lo odió por que por él me alejaron de la tierra y de mis padres.
-Ven sabes que no lo odias -Tinkerbell me abrazó y yo estaba muy enojada, no me reconocía, jamás en la vida había sentido eso antes ¿estaba celosa? No, estaba loca porque él no me amaba.
-Si lo odió -la empuje y me subí encima de la cama para seguir llorando.
-En algunos años creo que cambiaras de parecer y nos volveremos a ver -se desapareció y yo me quede dormida, mis ojos me pesaban por haber llorado tanto, fui muy grosera con esa diosa pero por culpa de ella yo me encontraba en ese lugar. Se me ocurrió una brillante idea mientras reflexionaba, podría saber que pensaba Jackson de lo que había pasado y según eso podía hacer mi siguiente jugada.
Limpie y camufle el olor de una pequeña grabadora y baje antes de que se despertaran, la coloque escondida cerca del mesón de la cocina y fui directo a la habitación de Caroline.
-Caroline ¿podría hacerle el desayuno a Jackson?
-Sí muñeca, Aries me contó lo que paso, yo me encontraba en el jardín con Sam ¿Podrías decirme que ocurrió en realidad? -Le conté absolutamente todo a Caroline sin omitir ningún detalle, de nuevo mi voz se quebró y unas lágrimas rebeldes se deslizaron por mis mejillas.
-Jack no quiso decir eso, estoy segura.
-No Caroline por favor no lo defienda. No quiero viajar a ningún lado, quiero estar en mí habitación -se supone que el día de mi cumpleaños íbamos a ir a la casa de playa de Jack para "celebrarlo" y ahora odiaba tener 18.
-Le diré a Jack sobre tu decisión.
-Gracias Caroline.
-De nada y ¡Feliz cumpleaños! -me abrazó pero yo no correspondí a su abrazo ¿feliz cumpleaños? Ese día iba a ser uno de los más terribles que tuviera pero sobre todas las cosas iba a evitar que Jack me tocara, no permitiría que me hiciera suya porque podía relacionarse con Gogo después de haberme desvirgado y así me costara lo que me costara no íbamos a tener relaciones. Mire a Caroline con rabia y ella sólo se quedo callada y observo mientras me iba. Aunque Jack fuera su hijo ella sabía por lo que yo estaba pasando, sabía el dolor que estaba sintiendo.
Me encerré nuevamente en mi habitación y espere que algo pasará y ese algo llego a tocar a mi puerta antes de lo que me esperaba.
-Elsa, necesito hablar contigo, abre la puerta. -no respondí nada, solo deje que siguiera tocando y hablando, haría como si él no estuviera.
-¡Elsa! Hay muchas cosas que debes saber, respóndeme -Seguí callada, aún no me sentía preparada para hablar con él. Tenía miedo, miedo que el aceptara que amaba a Gogo.
-Mi madre me dijo que no querías viajar, no te obligare, si no quieres no viajáremos pero necesito hablar contigo.
-¡Abre maldición! -Lo escuche enojado pero no iba a dar mi brazo a torcer no lo haría.
-¡No tengo nada que hablar contigo! Ya me dejaste muy claras las cosas anoche.
-No es lo que piensas, ven aclaremos las cosas. -No pronuncié palabra desde ese momento. Me escondí en mis cobijas y el carro de Hiccup había llegado para que se fuera con él a la universidad.
-Elsa no iré a la universidad, me quedare todo el día si es necesario esperando que abras la puerta.
-No te voy abrir mejor váyase.
-Te traje el desayuno, ábreme.
-No quiero.
-Por Tinkerbell Elsa, deja de ser tan terca y ábreme -encendí el equipo y le subí a la música al nivel que ya no pudiera escucharlo. Disimuladamente vi cuando se fue en el carro con Hiccup y apague de nuevo el equipo, abrí la puerta y lleve el desayuno a la cocina, no quería comer nada.
-El desayuno lo hizo Jack para ti muñeca -¿Jackson cocinando? Eso si era algo nuevo definitivamente, tenía buena pinta y el gruñido en mi estómago me ordenaba que lo probara.
-No quiero gracias.
-¡Deja que él hable contigo! Lo peor que puedes hacer es no saber su versión.
-No quiero saber mentiras, es más me preguntó si puedo volver a la tierra.
-¿Volver a la tierra?
-Sí, No quiero ser una chosen one, no quiero estar en este lugar. No quiero ser una estúpida a la que la engañan con otra.
-Muñeca los celos nos hacen decir cualquier cosa, estas enamorada de Jack ¿no es así?
-No, no lo amo -salí corriendo.
-No actúes como una niña Elsa, afronta las cosas -sin que se diera cuenta tome la grabadora en mis manos y me encerré de nuevo. La devolví y puse especial cuidado, escuche los pasos de alguien y escuche la voz de Jack.
-¡Mamá espera! Yo quiero hacerle el desayuno a Elsa, es su cumpleaños.
-Pero no sabes cocinar Jack -esa parte no se escucho bien así que acerque más la grabadora para escuchar mejor sus voces.
No importa, sólo quiero darle un presenté en la mañana y ¿podrías ayudarme?
-Claro que sí pero ¿Que sucedió? Elsa me contó unas cosas pero siempre es mejor escuchar las dos versiones de la situación.
-No se mamá, lo que dije jamás lo dije con malas intenciones, Elsa pensó que me estaba burlando de ella, es más ella le contó a Astrid y a Hiccup sobre lo que había pasado con los trolls y todos nos reímos normalmente. Ese día estaba feliz no sé porque ayer se enojó tanto conmigo.
-Es diferente que ella le cuente a sus amigos lo que paso a que tu le cuentes a Gogo. Elsa y Gogo no se llevan para nada bien, además dijo que la habías llamado molesta e infantil y que Gogo le había dicho anormal, y
que ni siquiera te inmutaste para defenderla y luego dijiste que no sabías porque la habías escogido. Claramente Elsa se sintió mal, es como si le hubieras dicho que te arrepentías de haberla escogido.
-Claro que no me arrepiento de haberla escogido, en realidad si dije que no sabía porque la había escogido y es verdad mamá, mi instinto, su cabello fue algo que no planee, tu sabes que no iba a escoger a nadie, yo te lo dije ¡no iba a escoger a ninguna chosen one! no estaba preparado para esto pero apenas la olí sentí que tenía que protegerla, que tenía que salvarla, no sé porque sentí eso pero ella era lo único que veía en ese momento, me pareció muy hermosa, muy frágil y tu sabes que su forma de hablar es infantil y me parece molesta porque yo no tenía a nadie que me acompañara a cada momento, no es molesto mamá es algo... ¡Ah!... No sé cómo decirlo.
-Te gusta su presencia Jack, es eso. Ya no eres solo tú, ahora la tienes a ella y son una pareja en eso consiste conseguir a la persona destinada para ti que te acostumbres tanto a su presencia que ya es difícil hacer las cosas solo.
-Ayer no pude dormir en toda la noche, la extrañe mamá, sentí mucho frío sin ella.
-Ven Jack -en ese momento creo que lo abrazo porque se quedaron callados -No sé de donde saco que yo le había pintado algo a Gogo, ¡es mentira! a ella es la única que le he hecho algo así y dijo que yo le había dicho que la amaba, eso solo fue un reto, Hiccup me obligó a decirle que ella me gustaba, eso paso hace años. ¡Sólo fue una jugarreta de niños!. No la amo solo la veo como una amiga. Elsa se puso como loca anoche, hasta me golpeó. Nunca había tenido un problema con ella y me dolió ver su reacción es como si no confiara en mi, Elsa es tierna y no la reconocí anoche.
-Entiéndela Jack, tu eres ahora todo para ella, a Elsa la separaron de sus padres a los siete años, la encerraron y la obligaron a comportarse como ellos querían que fuera. Es una chica insegura, Gogo estuvo toda la vida contigo y ella se siente en desventaja.
-No tiene porque sentir celos, Elsa es mi mujer.
-Yo era la mujer de Francisco y me sentía celosa de cualquier kamineko que se le acercaba.
-Es mentira mamá yo no te veía reclamarle nada a mi padre.
-Jack nuestros problemas no te interesaban. Cuando tengas un hijo con Elsa no pelearán delate de él y yo casi siempre andaba enojada con Francisco, su personalidad y su físico atraían muchas kaminekos, aunque él me decía que yo era la única en su vida es inevitable sentir celos y he escuchado que los celos de los humanos son peores que los nuestros y ten en cuenta lo posesivos que somos nosotros los kaminekos.
-No sé qué hacer mamá para que me perdone, nunca había tenido que tratar con chicas. ¡Esto es complicado!
-Ella solo está enojada, ya luego caerá en cuenta y hablará tranquilamente contigo.
-¿¡Por qué putas tenía que hablar!? ¡Maldita sea!, si me hubiera quedado callado, ella no estaría brava conmigo.
-Jackson las parejas tienen problemas y peleas de vez en cuando, es natural y bueno ella me dijo que no quería viajar contigo.
-La entiendo, no la voy a obligar, sólo quiero que me escuche.
-Ella no es altanera, se que te va a escuchar. Empecemos con el desayuno o se te hará tarde, toma rompe este huevo.
-¡Mierda!
-Con delicadeza Jack, límpiate -escuche la llave girar y el agua caer, lo intento de nuevo.
-Bien Jack, toma otro y trata que esta vez la cascara no caiga en el plato -escuché el sonido del huevo pegando contra la pared -Bien Jack, toma ahora revuélvelos. -¿Así mamá? -Sí Jack... Listo toma exprime estas naranjas y pon la leche a hervir, yo te ayudare para que no se te quemen los huevos.
-Cocinar es difícil mamá, no sé como lo hacen Elsa y tu.
-No es difícil solo es cuestión de práctica.
-Listo apaga el fogón, échale el cereal y llévaselo.
-Espera voy a buscar una rosa al jardín -Escuche los pasos de Jack, saliendo de la cocina e imagino que ese tiempo en el que no escuche voces era cuando vino a golpear a mi puerta. Después de unos minutos su madre le preguntó qué había pasado.
-No me abrió mamá, no sé qué hacer para disculparme.
-Solo deja que se calme y habla con ella. Ve a tu universidad.
-Adiós mamá.
-Adiós Jack y no olvides poner cuidado.
-Sí -Me sentía culpable pero era él el que me había hecho llorar. No quería estar lejos de él ¿A quién engañaba? Lo amaba más que a mi propia vida, quería besarlo y agradecerle por el desayuno. Aún tenía miedo por Gogo pero le dijo a su madre que sólo la veía como una amiga pero aún estaba enojada, no podía estar bien de un momento para otro sabiendo que él ni siquiera me había hablado, así tenía que fingir o de lo contrario descubrirían lo que había hecho con la grabadora. Abrí la puerta y baje, quería que mi desayuno siguiera ahí, quería probar lo que Jackson había hecho.
-Elsa, me asustaste -Caroline estaba en la cocina lavando los platos y estaba hablando con Aries.
-Perdón no era mi intención de asustarla y tampoco hablarle de esa manera, tampoco quería despreciar la comida ¿Aún está servida?
-No te preocupes muñeca, no tienes porque pedirme perdón, estabas muy enojada.
-Estaba enojada con Jack y con Gogo no tenía porque hablarle mal a usted.
-Ven muñeca no hay nada que perdonar pero quisiera que escucharás a Jack ¿podrías? -yo ya había escuchado todo lo que Jackson tenía para decirme y se me había desgarrado un poco el corazón por tratarlo de esa manera y no dejar que él hablará, tenía que tener más confianza en él, Jack nunca me había hecho nada malo, en cambio cada vez que sus labios estaban en mi cuerpo me sentía en el cielo.
-Tratare de escucharlo -Caroline me sonrió y me entregó la rosa celeste que Jack había cortado del jardín.
-La corto para ti -acerque la rosa a mi nariz y olía delicioso pero era porque él me la había regalado.
-Celeste como sus ojos dijo el muchacho -intervino Aries
-¿Disculpa?
-Sí, esta mañana yo estaba afuera en el jardín arreglando las cosas que se habían desordenado porque Sam y Caroline estuvieron allá anoche y él no sabía qué color regalarte y se decidió por la rosa celeste diciendo esa frase -me sonroje y no quería estar más peleada con él, nuestro viaje quería hacerlo y quería ir a la playa para que la marca de mis muñecas se volvieran negra finalmente.
-¡Caliéntale el desayuno a Elsa! -Aries asintió y me calentó el desayuno -Cogí la escoba para limpiar el desastre de vidrios rotos que había en toda la habitación y saque unos guantes para agarrarlos y no cortarme.
-¡Maldita Gogo! -pensé, le había dado lo que quería, me puse a pelear con él en frente de ella y antes de mi cumpleaños, lógicamente no quería que pasara lo que tenía que pasar esa noche y fui muy tonta al creer en sus palabras, evidentemente había manipulado todo para que yo escuchara mal las cosas y me enojara con él. Fui una tonta y deje a Astrid esperando en la sala de juegos, la había olvidado por completo. Aries me sirvió la comida y tome mucho aire antes de probar su comida. Era un cereal ¿Qué podía salir mal? Me lleve la cuchara a la boca y probé, le había quedado rico y lamentaba que no viera mi reacción al comer algo que había hecho para mí.
-Gracias por la comida -me levanté e iba a lavar los platos pero Caroline me detuvo. -Es tu cumpleaños, ve y ayuda a Aries con los vidrios ¿Si? Y ten mucho cuidado -asentí, subí y cuando Aries estaba quitando los vidrios vi algo en la pared, algo que no me había dado cuenta que estaba.
-¿Qué es eso?
-¿Esto? Aaahh es algo que el niño Jack pintó en todas las paredes de la casa recién llegados a este lugar, lo hizo porque sus abuelos nos visitarían y ellos apenas lo vieron trataron de ocultarlo, pusieron vidrios en todas las paredes de las habitaciones para reprimir el artista que llevaba Jack adentro.
-Entiendo ¿Me ayudarías a quitar todos los vidrios?
-Si eso es lo que quiere señorita -me ayudo a quitar los espejos y era una pintura preciosa, estaban sus padres vendiendo cuadros en la plaza, estaban abrazados y él estaba recibiendo el dinero por los cuadros vendidos. En la otra pared estaban sentados en el pasto frente al rio y estaban de espaldas pero al lado de Francisco estaba sentada una joven de cabellos rubio.
-¿Quién es la muchacha que está sentada al lado de Francisco? -pensé que era una tía o una hermana de Francisco.
-Es usted señorita y él no es Francisco es Jack.
-¿Yo? ¿Jackson?¿De qué habla Aries? Esto lo Pinto Jack hace años.
-Bueno mira, Jack cuando tenía siete años frecuentemente soñaba con una niña de cabellos rubio platinado. Le decía a su padre que no sabía porque soñaba con esa niña que lloraba muy atacada y Francisco la única explicación que le dio fue que ya habían encontrado a su chosen one y que el vínculo se había establecido, por eso sentía que tu lo necesitabas.
-¿Ella va a ser mi mujer?
-Si es ella y la tienes que cuidar mucho -su padre le contestó y desde entonces sabía que ella tendría el cabello rubio platinado y no se equivocó -me parecía mentira pero a los siete años había llorado mucho cuando me separaron de mis padres. Necesitaba un abrazo, necesitaba a alguien a mi lado ¿Sería posible que me comunicara por medio de sueños con él? Cuando tenía doce años hubo una época donde me sentía deprimida y ya me había acostumbrado a vivir en la escuela, no entendía porque estaba triste pero ahora que lo pensaba puede que en esa época Jackson hubiera perdido a su padre y me necesitaba. Era algo imposible pero un tanto creíble.
-E Hiccup a cada rato decía que su mujer era rubia y que Jack tenía que morir de la envidia. Jack le dijo que le importaba una mierda porque sabía que su mujer iba a ser más hermosa y bueno peleaban como niños por cosas sin sentido -Suspiré profundamente y lo hacía por él, porque cada vez me enamoraba más de Jack.
-En su cuarto hay otra pintura, ¿Quiere verla señorita? -me emocione y entre directamente a su cuarto, mientras Aries sacaba los espejos yo tendía la cama y la pintura que vi era casi una réplica a la que yo tenía guardada como mi mayor tesoro, mis alas se veían más grandes en esa pintura. ¡Es imposible! El no pudo haber sabido cómo era yo. Me había quedado como estatua viendo la pintura y escuche a lo lejos la voz de Aries -Señorita, alístese yo la voy a ayudar. Mire -saco el vestido que Jack me había comprado especialmente para ese día y me dio unos exfoliantes para que mi piel estuviera más suave de lo normal. Me entré a bañar y sentía una presión horrible en mi estómago, estaba nerviosa y aunque él conocía todo mi cuerpo y yo conocía el de él no dejaba de sentirme aterrada. Mis piernas estaban depiladas al igual que mi zona íntima como le gustaba a Jackson. Me pare enfrente del espejo y detallé mi cuerpo milímetro por milímetro. Ya estaba lista para estar con él. Vi mis muñecas y leí el "Jackson Frost" con orgullo. Me puse la ropa interior atrevida y de arandelas que él con un sonrojo en sus mejillas me había acompañado a comprar y me puse el vestido que era sencillo pero se me vía muy bien. Aries entró cuando termine de cambiarme y me cepilló el cabello. -Le voy a alisar el cabello, se le verá hermoso -asentí y duro más de una hora planchándome mi cabello. El cabello me quedo a la altura de la cola y se me veía muy lindo. Caroline entró y me delineó los ojos para que se me vieran más profundos y puso algo de escarcha en mis párpados. Después de esa noche ya sería toda una mujer y todo lo que iba a pasar se quedaría guardado en mi mente para siempre.
-Hermosa -fueron las palabras de ambas al ver cómo me veía, lucia mejor que la noche que llegue a la casa y trague fuerte al verme al espejo.
-¡Llego Jack! Nosotras vamos a salir de la casa muñeca, quiero que hablen con total libertad. -Mi alma abandonó mi cuerpo al verlas salir y yo regrese a la habitación en la que había dormido la noche anterior. Lo primero que hizo fue ir a golpear a mi puerta.
-¡Elsa! ¡Déjame explicarte todo! ¡Ya no puedo más! ¡No resisto pelear contigo! -tenía que hacerme la difícil, tenía que hacerle entender lo que pasaría si me engañaba con Gogo. Al no oír mi voz se fue y mire su pintura de nuevo y unos segundos después escuché su guitarra y trate de controlarme, iba a morir en ese instante
I'm gonna love you when the time is bright (Voy a amarte cuando el tiempo sea brillante)
Keep thinking of you...everyday and everynight (Pensando en ti todos los días y todas las noches)
To think you somewhere in this world..and someday i 'll make you my life (pensándote en algún lugar de este mundo y algún día te haré mi vida)
So everyday we 're not together...i hope u know that you be alright (pues cuando no estamos juntos espero que estés bien)
Cuz I, I'm gonna make u feel (Porque te haré sentir)
Like your the only girl in the world (Como la única chica en el mundo)
Like your the only one that i 'll ever love (Como la única a la que amaré)
Like your the only one who know my heart (Como la única que conoce mi corazón)
No cuz your the only one is in command (porque eres la única que está al mando)
Cuz you are the only one who understand (porque eres la única que entiende)
How to me feel like a man...no oh... (Como hacerme sentir como un hombre)
lá la là lá...lá la la lả...
Me acerque a la puerta y no pude evitar no abrir, ya no podía hacerme la difícil, mi corazón me demandaba que le abriera, que le dijera que todo estaba bien, que lo amaba más que a mi propia vida.
Cuando vio que abrí se levantó del piso rápidamente y dejo su guitarra a un lado, posó sus ojos en mi y se quedó como una estatua viéndome y tragando un poco de saliva -Es...estas muy hermosa -susurró y me sonroje pero tenía que seguir enojada con él, tenía que seguir el plan al pie de la letra, crucé mis brazos y lo mire con un enojo fingido. -¡Te escucho! ¿Qué quieres decirme?
-Yo... Yo...ella -tartamudeó un rato y levanté una ceja, le di la espalda e iba a entrar de nuevo a la habitación cuando me agarró de la muñeca y me halo hacia él abrazándome como si fuera el fin del mundo. -No eres mi juguete sexual, no lo eres y nunca lo serás pues tu... ¡Mierda, esto es difícil!... Tu eres a la única que amo.
-No te creó -lo empujé para que me soltara y me agarró más fuerte de la espalda.
-¿Dime que tengo que hacer para que me creas? No soy bueno en estas cosas -Sonreí sin que se diera cuenta y mejor que nadie sabía que él no era de expresar sus sentimientos abiertamente.
-Tiene que demostrarlo.
-Dime como y lo haré, si no quieres hacerlo conmigo no te obligare, no eres mi juguete sexual, quiero que te sientas cómoda conmigo, no quiero que pienses de nuevo en volver a la tierra. No soportaría vivir sin ti -mordí mi labio al escuchar su voz, no era la de siempre, tenía un nudo en su garganta que hacía que se le quebrará la voz.
-Y nunca fue mi intención hablar mal de ti, ni siquiera pensé que eso te dolería y perdóname, perdóname por hacerte sentir mal, te juro que no lo volveré a hacer.
-No entiendo, porque me dices estas cosas si soy una chica molesta e infantil.
-Me gustas tal y como eres, te amo Elsa entiéndelo.
-¿Que significa esa kamineko para ti? ¿La amas? -fui directo al grano, me había dicho que me amaba pero eso no era suficiente para mí.
-Ella es mi amiga, si la amo -Sueltame tonto -forceje para que me soltara y mi corazón se quebró -la amo como a una amiga, no puedo sentir más que eso por ella. Ya te lo dije Elsa tu eres la dueña de mi corazón -Mis lágrimas se deslizaron por mis mejillas y me sentía muy feliz, él me soltó y sus ojos estaban cristalizados, estaba a punto de llorar. Paseó su mano por mis mejillas quitándome las lágrimas.
-Es tu cumpleaños, no quiero que llores -sonreí y me beso, fue el beso más tierno que me había dado en esos dos meses y yo correspondí a su beso, nuestros labios estaban destinados para juntarse eso lo tenía claro.
-¿Me perdonas? -Moví mi cabeza afirmando y me escondí en su pecho.
-¿Quieres ir a comer? Te llevare a donde quieras ir -Se supone que ya deberíamos estar en camino para su casa de playa, estábamos retrasados por una hora.
-Pero si vamos a comer el viaje se retrasaría más tiempo -Jack abrió sus ojos a más no poder y sonrió como un niño cuando le acaban de dar el regalo que tanto quería, su regalo era mi virginidad y ese día se la iba a entregar.
-No quiero que pienses que eres solo sexo para mí.
-Ya no pienso eso, además tiene que ser castigado por lo de anoche -vi que tragó duro y se acercó de nuevo a mí para besarme -No seas cruel conmigo, faltan horas para llegar a esa casa y no puedo sentirme así ahora -Lo estaba logrando tan solo con pronunciar unas cuantas palabras ya estaba excitándose.
-Voy a alistar mis cosas -salí de su presencia y al dar unos cuantos pasos volvió a halarme para besarme -Jackson si sigue así nos demoraremos más en llegar -Jack me soltó y sonrió de lado. Me acompaño a la habitación pues el también necesitaba alistar sus cosas y cuando entró se impresiono.
-Mis pinturas -susurró -Aries y yo quitamos los espejos, esperó que no haya mucho problema.
-No lo hay -se acercó a la pared y toco la pintura concentrándose en la textura de mis alas, quería preguntarle qué significaba, porque me había pintado con alas, no lo entendía muy bien. Saque las ropa interior del closet y alcance a ver las orejitas ¿Sólo tenía que dejarme llevar? Volví a asustarme y metí todo eso a mi maleta sin que se diera cuenta. El alisto su ropa y me dijo que era mi cumpleaños que tenía que comer algo. Salimos de la casa cogidos de la mano y empezamos a caminar, ya conocía ese lugar como la palma de mi mano y le dije que quería Sushi, no sushi no ven comemos algo más rico. -Quiero Sushi -hice un puchero infantil y él me beso la frente -Ven comemos una ensalada -No sé porque no me había dado mi Sushi pero bueno algo tenía que tener entre manos, pasamos por un lugar donde vendían fresas y algunos recuerdos vinieron a mi mente. -No es momento para estar pensando en fresas con chocolate -Masculló divertido -No estaba pensando en eso pero en la tierra decían algo como ladrón juzga por su condición.
-¿Me estas llamando ladrón?
-No, te estoy llamando pervertido -no pude salir corriendo por mi vestido y por eso él me cogió y me abrazó fuerte -Aún no sabes que tan pervertido puedo llegar a ser -su frase hizo que todo mi cuerpo se erizara y él se dio cuenta de lo débil que me había puesto. -No es broma -me confirmó que estaba hablando enserio, entramos al restaurante más elegante del sector donde vivíamos y no podía dejar de pensar en lo que me había dicho. Comimos su famosa ensalada y el tomo su celular y empezó a hacer unas llamadas. -A eso de las 8 de la noche estaremos llegando... si tranquilo no ocurrió nada... sólo nos retrasamos... Bien eso espero... Adiós -terminamos de comer y pagó la cuenta mientras me veía en el reflejo de la puerta de cristal, jamás en mi vida pensé que sería feliz, pensé que estaba condenada al sufrimiento y a ser controlada en el reino por todos los políticos mal intencionados, lo más seguro era que me hubieran obligado a casarme con príncipes idiotas por puro beneficio para ellos, pero al ser una chosen one mis esperanzas de ser feliz eran nulas, hasta que me di cuenta que Jackson era mi felicidad.
-¿Nos vamos? -Asentí y lo agarré de gancho. Me contó que en la fábrica iban aumentando sus ventas y ya estaban cubriendo el total de sus pasivos con las nuevas mejoras que plantee y que los empleados estaban más motivados. Le sonreí y sabía que de ahora en adelante todo iba mejorar para bien.
-Voy a meter las maletas en el carro -fui al baño me cepille los dientes y retoqué mi maquillaje, antes de salir de mi habitación me tome la pastilla que llevo tomando desde hace un mes y medio todos los días para que lo que pase hoy no deje consecuencias. Aún no puede dejarlas, pasara en cinco años y me emociono al pensar cómo será nuestro hijo ¿Se parecerá a Jackson como él se parece a su padre? no lo sabía y a lo mejor sería igual de hermoso a él. Jack se terminó de arreglar en el baño y salimos al carro, le dio órdenes para que nos llevará a su casa de playa y yo puse mi cabeza en sus piernas mientras hablábamos de todo.
-¿Cómo escribiste esa canción? No la había escuchado jamás
-La escribí en clases -me volteo la cara y se notaba que no quería hablar del tema, su lado Tsundere apareció de nuevo y sonreí como tonta. -¿De qué te ríes? -De nada Jack, es que se ve tan adorable cuando se sonroja -el color le llegó hasta la frente y no dejo que lo siguiera viendo. -Sonrojado como lo está en este momento -Cállate -habló con un puchero y bueno me quede callada porque me beso inesperadamente. -Tú también te ves adorable cuando te sonrojas -Eso había sido totalmente sorpresivo, obviamente me sonroje y quite mi cabeza de sus piernas sentándome en la silla y lleve mi boca a la suya. Él metió su lengua probando todo mi interior y nos despegamos cuando empecé a excitarme, aún no era el momento. Me volví a acomodar en sus piernas y me quede dormida hasta que llegamos, cuando bajamos del carro ya era de noche y eran como las ocho y media. Estaba oscuro y lo único que veía era la luz de las dos lunas rosadas, me tomo de la mano y pude identificar el sonido de las olas pegando contra la costa.
-Ven vamos -La casa era enorme, me guió por un camino que estaba encendido con antorchas y era como en esas novelas que veía la cocinera definitivamente, el piso en madera dejo de estar pegado al suelo para estar flotando en el mar llevándonos hacia un quiosco que flotaba en el agua pero no se movía. El lugar estaba lleno de flores y globos y en un pequeño cartelito decía "Feliz cumpleaños Elsa". Había una mesa con dos sillas y un sillón al rincón. La mesa tenía un mantel de lo más elegante que había visto, con unas velas y unas copas vacías. No estaba acostumbrada a beber alcohol y solo esperaba que no me afectará ¿pero qué más da? Ya era mayor de edad. Corrió mi silla y yo me senté suavemente.
-Buenas noches -Un empleado de Jack entró con una botella de vino y lleno a la mitad nuestras copas, entró otro y nos sirvió la comida, era Sushi de entrada y le sonreí automáticamente.
-¡Sé que te encanta el sushi!
-Es delicioso Jack -le sonreí y me comí todo escuchando cada cosa que me decía aunque yo hablaba más que él, no podía dejar de ver esos ojos azules que me encantaban y sentía la suave brisa en mi cara. Cogí la servilleta y me limpie tomando el último sorbo de vino. ya me había servido tres copas y me sentía más feliz de lo normal. Retiraron nuestros platos y se levanto de la silla para sentarse en el sillón.
-Te tengo una sorpresa -me indicó con la mano que me sentara al lado de él y eso hice, del techo apareció una pantalla de cristal y un video comenzó a reproducirse.
-Hola mi pequeña princesita -mi cuerpo comenzó a temblar, mis lágrimas no tardaron nada en salir y mis ojos no creían lo que veían -me alegra mucho saber que estas bien, está prohibido que la familia contacte a una chosen one pero tu esposo hizo hasta lo imposible para que pudiéramos saludarte el día de tu cumpleaños -Mamá -mordí mi labio, estaba llorando como una niñita. Era mi mamita, se veía muy hermosa aunque ya tenía algunos años encima, mi estomago se hizo todo un agujero negro y no pude evitar que mis lagrimas siguieran saliendo. -Maldije el día que te separaron de mi, mi niñita y es que aún tenía tantas cosas que enseñarte -vi que sus ojos se estaban cristalizando y que en cualquier momento lloraría -Eras lo único por lo que vivía y mi corazón se destrozó al dejarte ir, tenía miedo de dejarte sola, tenía miedo de que te olvidaras de nosotros -Nunca lo haría - y mi temor más grande era que sufrieras. Todo el tiempo pensaba en ti, le rezaba a Dios para que estuvieras bien y te diera fuerzas para continuar, para que alguien te cantara en las noches como lo hacía yo y pudieras dormir tranquila. -Mi corazón estaba ardiendo, se estaba volviendo pedazos, Jackson tomo mi mano y yo la apreté fuerte -Siempre pensé que había sido un error que te llevaran pero sé que ahora eres feliz y eso me calma y me da la felicidad que se fue al momento que te convirtieron en una chosen one. Jackson me mando todas estas fotos y sé que lo harás muy feliz, que serás una buena esposa y también una excelente madre. -Estaba sosteniendo en sus manos un montón de fotografías de nosotros dos, me mostró unas cuantas y también estaba con Caroline, Astrid, Hiccup, Rapunzel, Flynn, sonriendo, sacando la lengua, de camping, comprando, recordando cada momento feliz a su lado. -Puede ser la última vez que me pueda comunicar contigo corazón y por eso quiero decirte que te amo con todo mi ser, que le agradezco al cielo el regalo tan hermoso que me dieron y que me quitaron muy rápido. Aunque ahora seas toda una hermosa mujer siempre te recordare como mi niñita tierna y adorada y ahora más que nunca estoy convencida de que fue lo mejor que pudo haber pasado porque en el reino no serías lo suficientemente libre como lo eres ahora. Te amo mi princesa y lo haré aún cuando no esté en este mundo. Cuídala mucho Jackson y nunca olviden lo que cada uno siente por el otro, son ahora uno y se tienen que apoyar hasta el día de su muerte -Asentí fuertemente y desee al menos por un segundo poderla abrazar, poder volver a sentir su aromo que me hacía sentir segura y confiada. -Hola Elsa -El aire ya no me llegaba a los pulmones, mi padre se veía totalmente serio y trate de hacer silencio para escucharlo mejor -No voy a demorarme en mi comunicado, el reino ha cambiado mucho desde que no estás y lo ha hecho para bien. Ya sabes cómo es todo acá, apariencias, ambiciones, tienes que actuar como ellos te lo ordenan por el bien del país y de sus habitantes. Yo...yo lamento lo que dije sobre ti -jamás había visto a mi padre llorar, ni siquiera cuando me llevaron, no fueron ni una ni dos lagrimas, su voz se había quebrado por completo -Eres mi princesita y siempre lo será, me duele haberte perdido y quiero que sepas que te amo, mi muñeca. No está de más decir que si ese idiota te hace llorar lo mataré. -Asentí y abracé a Jackson para llorar en su pecho, no tenía palabras para agradecerle lo que había hecho por mí. -Hola hermanita -voltee a ver y vi a un niño con cabellos rubio y ojos azules, su rostro era igual que el de mi padre y tenía la sonrisa de mi madre -¿Sabes? aunque no te pude conocer siempre he tomado tu ejemplo, quiero ser un príncipe igual de fuerte como lo eras tú, mi meta siempre ha sido ser como tú, no sabes todo lo que he escuchado de ti Elsa y te admiro desde el fondo de mi corazón. Eres mi heroína hermana y te deseo todo lo mejor en tu vida. Es muy difícil ser príncipe y más con todas esos tontos diciéndote que hacer pero te juro que voy a cambiar el reino y haré que todos te recuerden. Adiós hermanita, te quiero demasiado -habían sido muchas emociones reunidas ese día, ya no podía seguir.
-Lamento haberte alejado de tu familia -su voz tenía un tono de culpabilidad y eso destrozó más mi corazón que todo lo anterior.
-No, tú no me alejaste de mí familia, Jack tú eres mí familia. -Se acercó a mí y me vio con ternura limpiándome las lagrimas. -Pareces un mapache -se burlo de mí y yo me encogí de hombros -¡estás fría! -se quitó su gabán y me lo puso, la brisa del mar me estaba congelando.
-Gracias Jack.
-De nada.
-Quiero ir a la habitación -dije eso sin siquiera pensarlo, mis hormonas y todo mi cuerpo me lo exigía. Jackson se rasco su cuello y me pidió que lo siguiera. El interior de la casa era igual de hermoso que el exterior y cada lugar era perfecto para hacer el amor. Estaríamos allá dos días y si todo salía bien podríamos hacerlo en cualquier parte. Subimos las escaleras y caminamos un pasillo hasta el fondo. Jack giró la perilla de la puerta blanca y abrió dejando ver la habitación con piso de madera, finamente detallada y con una decoración exquisita. En una pared había una pequeña chimenea y recordé lo que Jack me había dicho, en el día hacia un calor insoportable y en la noche hacía mucho frío. Yo no sentía frío, tenía su abrigo cubriéndome y cuando me invitó a seguir pude ver la cama gigantesca cubierta por velos.
-Ire al baño -El baño era prácticamente más grande que la propia habitación, tenía un jacuzzi muy grande, una ducha, lavamanos y candelabros de los más hermosos, cuando me vi al espejo confirme mis sospechas, parecía un mapache de tanto llorar y me quite el maquillaje limpiándome la cara y los ojos. Tan solo me puse un poco de labial y respire profundo mirándome al espejo -"Esto es lo que quieres, puedes hacerlo" Salí y Jack estaba terminando de poner unos palos en la chimenea para avivar el fuego.
-Elsa feliz cumpleaños -se irguió y se dirigió al gigantesco armario y al abrirlo estaba repleto de ropa, vestidos, zapatos, shorts, bufandas, ¡de todo! Para mí ya había sido más que suficiente con lo de mis padres.
-¿Te gusta?
-¡Me encanta! -me bote en sus brazos y lo bese dulcemente -¡Gracias! ¡gracias! ¡Gracias!
-No fue nada -nos quedamos callados por unos segundos, ese silencio incómodo demostraba que ambos estábamos nerviosos. Estaba tenso y agarré su mano para llevarlo a la cama. Nuestros labios se juntaron y nuestro beso se fue intensificando, el deseo, las ganas, el anhelo por ser solo uno se estaba manifestando. Sin darme cuenta ya estaba encima de la cama y el estaba encima mío besando mi cuello desesperadamente, mi cuerpo lo quería, lo necesitaba, su calor, su respiración en mi cuello hacia que se me pusiera la piel de gallina. Me quitó su gabán y una frase llego a mi mente "Sólo está esperando tener sexo contigo y luego me hará gritar de placer" recordé sus palabras e instintivamente lo aparte de mí, lo empujé y me asuste.
-No quiero -me levanté y me acerque a la ventana tratando de conseguir aire para respirar. Me abrazo de la cintura y puso su mentón en la curvatura de mi cuello.
-¿Es por Gogo no es cierto? ¿Qué fue lo que te dijo? -No quería repetirlo, no quería decir lo que me había dicho ese día.
-Elsa te amo -mi mundo se vino abajo, no era que no creyera en sus palabras pero las pequeñas zorras echan a perder las viñas y ella podía dañar mi relación con él.
-¡Ven! -me soltó y cogió una pedazo de madera afilado. -Te juro Elsa Frost, por mi sangre -se hizo un corte en la palma de la mano y el líquido rojo no tardo en hacer su aparición -No ¡Jack espera!
-Serás la única en mi vida, a la única a la que le haré el amor con locura y la que amare con todas mis fuerzas, no habrá otra mujer ni kamineko en la cual fijare mis ojos y te prometo que ni siquiera un beso de amor o placer daré a otra que no seas tú. -No Jack, no quiero que pongas en riesgo tú vida por este juramento -si el rompía ese compromiso lo único que le podía esperar era la muerte, una muerte instantánea causada por la ira de los dioses, me caí de rodillas a la suave alfombra y empecé a llorar -Bébela, no quiero que desconfíes de mi y no será difícil cumplir este juramento para mí -me acercó su palma a la boca para que terminará el juramento.
-No quiero perderte, si significa que me engañes con Gogo para verte vivo lo soportaría.
-¡No digas tonterías y bébela ahora! -yo lo dude mucho pero eso significaba mi victoria sobre ella y sobre cualquiera, sin pensarlo más pase mi lengua para saborear su sangre y combine el sabor a hierro con mi saliva tragando duro. Sus ojos se cambiaron a un color dorado por cinco segundos y sentí que los míos también hacían lo mismo. El vínculo y el juramento corría por nuestros cuerpos y se agachó para levantarme la barbilla y besarme.
-No tienes por qué temer, cumpliré esta promesa hasta que seamos viejitos.
-Sí -rompí la falda de mi vestido en una tira dejando mi ropa interior a su vista y le amarré la mano para que parará la sangre. Me toco las piernas suavemente y me levantó del suelo para sentarme en la cama. "La primera vez duele Els" escuché la voz de Astrid en mi cabeza pero ya no iba a dejarme atormentar por los estúpidos miedos que estaba sintiendo. Él se sentó en la cama a espaldas mías y volteo mi cara suavemente para alcanzar mis labios y lamer mi barbilla, corrió mi cabello desprotegiendo mi cuello y empezó a besarme -Suave y hermosa -susurró contra mi piel bajando la cremallera de mi vestido y dejándomelo en la cintura -amo tus pequitas -volvió a susurrar está vez besando las pequillas que tenía en la espada, bajo la tirilla de mi sostén y me beso el hombro, pasando su lengua por mi piel, mi cuerpo estaba reaccionando a todos sus estímulos, a cada movimiento a cada caricia. Me desabrochó el sostén mandándolo lejos y poso sus manos en mis dos pechos agarrándolos como sabía que me gustaba. Apoye mi cabeza en su clavícula alzándola para que me besara. Ya había comenzado a gemir y el calló mis sonidos metiendo su lengua en mi boca, ya nos habíamos vuelto unos expertos en juguetear y compartir saliva.
-Quiero tocarte -El apetito por tocar su torso desnudo invadía todo mi ser y él permitió que me volteara y que me sentará encima de sus piernas rodeando su cintura con las mías, le quite la camiseta y me abrazó juntando nuestros dos cuerpos desnudos. Podría jurar que podía sentir el ritmo de su corazón por medio de mis pechos y así abrazados nos besamos cariñosamente por más de dos minutos, saboreándonos, conociéndonos, tratando de que esa noche quedara grabada en cada uno de nuestros cuerpos. Enredó sus dedos y los paso por mi cabello hasta llegar a las puntas e intencionalmente acariciaba mi trasero. Me dejo encima de la cama suavemente y bajo la ultima prenda que me acompañaba con sus dientes y al quitármela sonrió lujuriosamente, batalle un poco y quede encima de él. -No es justo que sea la única desnuda acá. -Sonrió y accedió a que bajara su pantalón y sus boxers que mostraban su excitación. -¿Quieres que te dé el control? -me intimido y lo notó, no podría terminar todo sin su ayuda, aún desconocía muchas cosas y quería que él tomara el control de la situación.
-Sí, quiero -tome su erección en mis manos y comencé a masturbarlo mientras lo besaba exasperadamente. Llevo sus manos a mi espalda rozándolas hasta bajarlas a mi trasero y apretar mis nalgas fuertemente. -Aaahh -gemí dentro de su boca y su cola como siempre lo hacía cuando estaba excitado empezó a reaccionar golpeando fuertemente el colchón.
-¡Espera! -en un movimiento rápido me dejo debajo de él, abrí mis piernas para que se acomodara mejor y llegará hasta mi boca.
-¿No que me ibas a dar todo el control?
-Cambie de opinión -su voz sonó jodidamente sexy y me estaba perdiendo en cada caricia, en cada palabra.
Su peso casi no me afectaba y sin pensarlo agarré ambas orejas con mis dos manos, se separó de mis labios y me miro con debilidad y un sonrojo en sus mejillas.
-Hay...Hay una razón por la que no te dejaba coger... Coger mis orejas -lo entendí y sonreí con malicia.
-¿Te gusta? -acaricie sus suaves orejas sin dejar de verlo a sus ojos azules.
-Yo... -Gruñó y débilmente puso su cabeza en mis senos dejando que yo siguiera con mi trabajo.
-¡Deja eso! Si sigues así te lastimare... Ahhh...no me podré controlar Elsa.
-Disfrútelo y no pienses en nada más si no en mí -recostó totalmente su cuerpo en mi, relajándose por completo y mis caricias se incrementaron. -¡Grrnnyyya! -su gemido combinado con un gruñido reboto en mis oídos logrando que mi zona íntima se humedeciera. -Aaah -mordí suavemente su oreja y ese sonido delicioso salió de su boca para hacerme sentir un cosquilleo en mis partes, en menos de diez segundos comenzó a ronronear y a restregar su mejilla en mi pezón izquierdo, su cola se movía de una lado para otro demostrando lo feliz y excitado que se encontraba. Mis dedos se enredaron en sus mechones y continúe acariciando su oreja izquierda. Sus ronroneos se hacían más fuertes y se restregaba más duro contra mis grandes pechos, sin previo aviso mordió mi pezón haciéndome arquear la espalda, succionó como un pequeño niño, como si yo fuera su madre, su mamá gata que lo estaba alimentando pero cuando comenzó a sonreír y cerró los ojos deleitándose supe que si lo estaba alimentando pero de otra manera. -nyaa -sonó tan tierno que quería comérmelo poco a poco. Vi que sus músculos de la espalda se contrajeron y abandonó mis pechos para devorar mi clítoris salvajemente, ya entendía porque no quería que le acariciará las orejas, desperté su lado salvaje con ese acto y chupo mi botón rosa produciéndome un tanto de dolor. Paseó su lengua por mis labios, con sus dedos comenzó a jugar y sin más preámbulos se posicionó para penetrarme.
-Te amo -dije un tanto nerviosa y como por arte de magia su respiración agitada comenzó a normalizarse -Yo también, Elsa -Me acarició la mejilla suavemente y me beso para relajarme -¡Cálmate! ¡Confía en mí! -asentí y verificó que estuviera lo suficientemente mojada con sus dedos. Paseó su punta por mi entrada y me desespere, quería que entrara, quería saber lo que se sentía.
-¡Es el momento! -entrecruzó sus dedos con los míos con ambas manos y respiró profundo. Sentí su punta dentro de mí y al mételo lentamente el dolor invadió todo mi cuerpo. -¿Estás bien? -también gimió y su tono de preocupación invadió todo mi ser pero no pude contestarle me dolía mucho, sentí algo extraño dentro de mí, ese intruso era demasiado grande y mi camino demasiado estrecho.
-¡Elsa! ¿Te hice daño? -unas cuantas lágrimas se deslizaron por mis mejillas y Jackson estaba demasiado asustado, se trató de salir de mi y grite de dolor. -¡Espere! -yo espere unos segundos y no quería hacerlo esperar más, le pedí que se moviera y lentamente comenzó a producirme dolor mientras sentía como entraba y salía de mi. -Duele -pensé tratando de controlarme, tenía su mano tan apretada que si hacia un poco más de fuerza la partiría, me relaje y me concentre en él, en sus ojos azules y en su frente de la cual se empezaban a deslizar gotas de sudor.
-Te amo -escuché y la sensación me estaba produciendo calor en mi zona íntima, me estaba acostumbrando al dolor y sin pedirlo mi cuerpo empezó a reaccionar favorablemente. -Aaahh -salió de mi boca y Jack se tranquilizó, sus movimientos fueron aumentando la velocidad a medida que ambos cuerpos lo reclamaban, cambiamos de posición para que fuera yo la que controlará el ritmo y la profundidad. Estire mis brazos haciendo fuerza en los suyos y mis caderas se movían como si mi cuerpo enteró fuera a desfallecer, soltó una de mis manos para apretar mis pechos turnándolos y mis cabellos se vinieron a toda mi cara, eche mi cabello atrás mientras lo seguía cabalgando con furia y ya no me dolía tanto, podía sentirlo tan profundo que tenía que acostumbrarme a su miembro que ahora me pertenecía solo a mí.
-Elsa más despacio, m-me me voy a venir rápido si-si sigues así. -no podía pensar con su amigo tan profundo dentro de mí, gemía sin parar, gritaba de placer y nuestros cuerpos encajaban perfectamente. Sabía que esa posición y la manera en la que estaba llevando el ritmo me matarían minutos después del cansancio pero mi cuerpo me demandaba seguir.
-Aaaaaaaahhhh -alcance mi orgasmo y puse mi mano en su pecho, Jack también quería conseguirlo y se movió dentro de mi mientras yo sentía los corrientazos recorrer todo mi cuerpo, sonreí de placer y sentí un líquido caliente que me llenaba y se deslizaba por mi vagina hasta llegar a mis muslos.
-¡No Jack! ¡No se salgas, quiero tenerte adentro un rato más! -me beso y me recosté en su pecho soportando el dolor de tenerlo adentro aún. Mi cabello estaba esparcido por todo su cuerpo, sobre la cama y algunos mechones estaban pegados a mi cara por el sudor.
-Feliz cumpleaños Elsa -Agarró mis muñecas sabiendo lo que iba a pasar después, el dolor de la primera vez que me marco se volvió a presentar y beso mis muñecas antes de que se esparciera el dolor, me estire un poco sin sacarlo de mi cuerpo y bese su cuello. La marca estaba negra, ¡era formal! ya era su mujer y a la edad de 18 años perdí mi virginidad con el amor de mi vida.
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