¿Fresas con crema o chocolate?

-¡Ya voy no jodas! -Gritó asomándose por la ventana, vi el carro flotando con la puerta abierta con el castaño que había escogido a Astrid, eran amigos, me emocione mucho ahora podía saber de ella gracias a Jack.

-Me voy -me tomo de la barbilla y de nuevo revisó mi ojo.

-Le irá muy bien confío en ti.

-Sí Elsa -me dio un beso en la frente y luego agarró su maleta. -Tengo todo lo que necesito para sacar una excelente nota -agarró mi collar bueno ahora su collar y salió de la habitación.

-¡Te ordeno que duermas hasta tarde Elsa! -Gritó ya en las escaleras, vi por la ventana cuando choco puños con el kamineko y se alejaron en el carro, hice una plegaria al cielo para que le fuera bien y volví a la cama quedándome dormida con su delicioso olor. Cuando desperté eran casi las once, pegue un brinco y me levanté rápidamente, tendí la cama, me bañe y me puse un vestido informal que me llegaba hasta la rodilla, me puse además mis manillas y baje para ver si podía ayudar en algo. Llegue a la cocina y Caroline ya había hecho el almuerzo, entonces decidí hacer un postre para celebrar, sabía que a Jack le iría muy bien y que mejor forma de recibirlo que teniéndole el prinzregentorte que no había podido hacer la tarde anterior.

-¡Buenos días muñeca!

-¡Buenos días Caroline! Lamentó levantarme tan tarde.

-No quise despertarte porque te veáis algo cansada, vi que dormiste en la habitación de Jack así que inferí que te tuvo ocupada.

-Si Caroline no durmieron hasta las 3 de la mañana. -Me vio con sus grandes ojos y levantó su cola.

-¡Déjame ver tus muñecas! -me sonroje al entender lo que estaba pensando, en realida no habíamos hecho nada anoche solo habíamos estudiado.

-Etto... solo estudiamos -Le mostré mi muñeca y el comentario que había hecho anteriormente sonó demasiado inocente, jamás pensé que lo malinterpretaría.

-Lo siento pensé que Jack... Bueno ya sabes -ella se sonrojó peor que yo y yo solo quería que se terminara ese momento incómodo. De nuevo me puso la manilla.

-No Caroline no se preocupe.

-Es que Jack es muy parecido a Francisco y bueno él era muy impulsivo, así que te tienes que cuidar de eso hasta que cumplas lo diez y ocho ¿Entendiste?

-Si señora -Tenía mucha curiosidad por saber cómo era Francisco, lo había visto en una foto cuando recorrí la casa y era igual físicamente a Jack pero no sabía nada sobre él, no sabía cómo se llevaba con Jack y además desconocía totalmente si podía tocar ese tema de conversación con ellos sin que se molestaran.

-¿Puedo preguntarle cómo se conocieron?

-Claro que sí muñeca, no sabes cómo me gusta hablar de Francisco además necesitas saber todo del kamineko que pudo ser tu suegro. Estoy segura que le hubiera encantado conocerte, siempre quiso una buena mujer para Jack y creo que desde el cielo debe estar muy satisfecho contigo.

-Pero desde que llegué acá solo he causado problemas Caroline.

-Claro que no prin… muñeca, eres la mujer de Jack y eso te tiene que quedar muy claro, eres la mujer de esta casa tienes voz y voto en este lugar así que no debes sentirte triste ni inútil. Bueno ahora te contare de Francisco ¿sí? –suspiró y pude ver una hermosa sonrisa que se le había formado en el rostro involuntariamente. –Hace muchos años….. veintiséis para ser exactos, mi empleada me llevo de paseo por el pueblo, mis padres siempre estaban ocupados y jamás pasaban tiempo conmigo pues siempre me decían que si quería mantener el estilo de vida que llevaba ellos tenían que sacrificarse y trabajar todo el tiempo –recordé a mis padres, eran pocas las oportunidades que pasábamos juntos y cuando pasaban tiempo conmigo era la niña más feliz del mundo. Mi madre más que todo me enseñaba a comportarme como una princesa y a escondidas de mi padre me enseñaba a cocinar, él decía que yo no tenía que hacer labores de la casa que para eso estaban mis empleadas y que una princesa jamás se debería rebajar a tal estado. Me pregunto que pensara de mi ahora que yo misma hago todo por mi cuenta y que me he rebajado a hacer las cosas que haría una empleada –entonces me separe de mi espíritu y llegue a un lugar donde nunca había estado, era un puente que comunicaba con una plaza y donde se podía observar el agua de diferentes colores por los rayos del sol durante esa época del año. Me quede observando mucho tiempo el agua desde el puente, era rosa, azul, morada, verde y cambiaba al final a un tono gris que me encantaba demasiado, cuando levante mi cabeza y vi al horizonte había un muchacho a la orilla del río, estaba pintando y pensé que iba a caer ¿Cómo era posible que le importara tan poco su vida para que se hiciera tan a la orilla? "Hey te vas a caer" le grite y cuando me voltio a ver algo dentro de mi dejo de funcionar, el aire no me llegaba a los pulmones y me quede embobada admirando su cara tan hermosa.

-Este lugar es más seguro que donde estas de pie preciosa –me sonrió y automáticamente el color llegó a mis mejillas.

-¡Es mentira y lo sabes! –era muy testaruda y no me gustaba que me llevaran la contraria en nada.

-Claro que sí, pinto todos los días en este lugar y jamás me ha pasado nada –camine hacia donde se encontraba y llegue a la orilla de la pendiente.

-¡Claro que no! ¡Te puedes caer al agua!

-¡Ven te demostrare que es seguro! –me hizo un movimiento con el pincel en la mano y nunca había hecho nada arriesgado en mi vida pero algo dentro de mí me dijo que él valía la pena. Respire profundo y camine muy despacio por el pasto, el lugar estaba muy empinado y sabía que algo iba a salir mal, cuando iba llegando a donde él estaba tropecé y ya me veía en el río siendo arrastrada por la corriente.

-Te dije que era seguro –me estaba sostenido en sus brazos, había evitado que cayera y sentí su olor por primera vez. Cerré los ojos y seguí así por muchos segundos sintiendo como su olor me embriagaba, nunca en los dieciséis años que tenía en ese momento había encontrado a un kamineko con un olor tan agradable.

-¡Hueles rico! –me dijo con una sonrisa y al ver sus ojos por primera vez quede impresionada, eran tan grises y penetrantes que mi corazón comenzó a latir de una manera descomunal. Entendí entonces por todas las cosas que me habían enseñado en la escuela del olor que une a los kaminekos que él era para mí y que había encontrado el otro extremo de mi hilo rojo.

-Soy Francisco Frost mucho gusto.

-Soy Caroline….. –recordé que si le decía mi apellido se podía espantar por lo ricos y poderosos que éramos en mi familia –Solo Caroline –le sonreí y nos quedamos mucho tiempo en silencio viéndonos a los ojos. De un momento a otro sentí curiosidad por ver lo que estaba pintando y a que no adivinas que había pintado –estaba totalmente emocionada con la historia de Caroline y es que me parecía tan romántica, amor a primera vista. -¿Era tu Caroline? –Sí muñeca, era la pintura más hermosa que había visto en mi vida ya que pudo capturar todos los colores del río en ella y además me pinto como si fuera la kamineko más hermosa de ese mundo.

-¿Cuánto pides por la pintura Francisco? –quería tenerla a como fuera lugar.

-Te la regalo, solo porque eres hermosa –En realidad no sabía si era un don Juan o en realidad decía eso con sentimiento.

-No, dime que quieres por la pintura, puedo pagar lo que sea por ella –empecé a buscar mi billetera en mi bolso y él me detuvo -¡Te quiero a ti Caroline! –Sentí que me enamoro con esa frase y no pude decirle nada solo tartamudee. Me debí haber visto como una tonta pero no le importó, me alisto el cuadro y cuando me lo fue a entregar nuestras manos se rozaron y sentí demasiadas ganas de besarlo, sus orejitas plateadas se veían tan adorables y su cuerpo bueno no te cuento, ver a Francisco en esa época es como ver a mi hijo Jack, son tan parecidos como dos gotas de agua, sin embargo Jack es demasiado serio y difiere en eso de su padre que siempre sonreía cuando tenía la oportunidad.

-Pensaras ¡está loca!, iba a besar a alguien que acababa de conocer pero no pude resistirme –A mí también me había pasado lo mismo, esa mañana había sentido muchas ganas de besar a Jack ¿Qué clase de brujería era esa? Yo no amaba a Jack lo acababa de conocer, ¿El amor a primera vista existe? Mi cabeza se estaba volviendo un mar de confusión -¿Y lo beso Caroline?

-No, mi empleada llego y nos interrumpió.

-Señorita ¿Dónde se había metido? Me tenía muy preocupada, es hora de volver a la mansión.

-Sé que una chica de tu sociedad no se puede fijar en un artista pero luchare para que seas mía –susurró y me fui regalándole una sonrisa. Verás Elsa en ese tiempo creían que lo del hilo del destino era una ridiculez y eran muy clasistas. Si mis padres se enteraban que acaba de hablar con un artista sin dinero me hubieran matado pero en mi habitación y después de ver el cuadro miles de veces llegue a la conclusión que no lo iba a dejar ir y que me importaba muy poco lo que pensaran mis padres total ellos nunca estuvieron conmigo cuando más lo necesitaba.

-¿Lo siguió viendo?

-Claro que sí, desde esa tarde nos encontrábamos a la misma hora en el mismo lugar, yo le ayudaba a vender sus cuadros y nuestra historia se escribió desde entonces, cada día que pasaba me convencía que él era el indicado para mí y todo iba perfecto hasta que le contaron a mis padres sobre él. Alguien me vio vendiendo cuadros en la plaza como una "plebeya" y mis padres amenazaron con matarlo si lo seguía viendo.

-¡Eso es terrible Caroline! ¿Sus padres serían capaces de hacer eso?

-Cuando se es rico y poderoso el mundo está a tus pies muñeca y por alejarme de él iban a hacer todo lo que estuviera en sus manos.

-Francisco se preocupó porque yo ya no iba a encontrarme con él, sus amigos le dijeron que mis papás me había obligado a no verlo más y se fue a la mansión a buscarme, peleó con mis padres y al final decidí irme con él, no me importaba quedarme en la calle o vivir humildemente lo tenía a él y era todo lo que necesitaba para ser feliz.

-¿Y la dejaron ir tan fácil?

-No, mi padre tenía tanta rabia con él que sin previo aviso le pegó con su bastón en la cabeza dejándole una cicatriz en toda la frente, me dijo que no quería volverme a ver en la vida y me fui con él, nuestra vida no fue muy fácil pero trabajaba en cosas que él me había enseñado, por supuesto esperamos a que ambos cumpliéramos la mayoría de edad para amarnos como es debido y después de unos cuantos años nació Jackson. –Mire a mi alrededor no entendía como era que vivan en una casa tan grande si Francisco era un artista.

-Los cuadros de Francisco comenzaron a gustar y cuando Jack cumplió los seis años Francisco consiguió a Aries para que nos ayudara, poco a poco fuimos avanzando y hubo tiempos difíciles pero también la mayoría de ellos eran felices, estábamos los cuatro como una familia sin embargo cuando Jack tenía doce años Francisco enfermo, una enfermedad incurable que le produjo la muerte, ¿Sabes? Hasta muriendo tenía una sonrisa y le dijo a Jack que tenía que ser muy fuerte por mí y por su futuro, le dijo que tenía que tratar con mucho cuidado a la mujer que habían destinado para él en la tierra y que tenía que amarla más que lo que él me amo a mí. –Me sorprendí, pensé que en ese mundo con lo avanzados que estaban no existían enfermedades incurables –Jack a regañadientes va al médico, es algo genético y tienen que estarlo revisando para que la enfermedad no despierte en él –Sentí un estrujón en el corazón, lo podía perder en cualquier momento –Después de que Francisco murió unos sirvientes de mi padre nos fueron a buscar a nuestra casa, querían conocer a Jack y yo no tuve otra opción que regresar a la mansión de mis padres, sin los ingresos de Francisco no podíamos comer, Jack trabajo durante un tiempo pero no fue suficiente para mantenernos a los tres.

-Jack obviamente no quería volver pero tuvimos que hacerlo los tres, era eso o no comer y tuve que bajar la cabeza para que Jack tuviera un futuro mejor, mi pequeño hijo no se deslumbró con los lujos que le ofrecían en la mansión. Odiaba a sus abuelos y decía malas palabras cada vez que tenía la oportunidad.

Una vez escucho cuando me trataba mal y luego se refirió a él -Hijo de ese artista pobretón tenía que ser -Jack casi enloquece cuando escuchó a su abuelo decir eso, se llevo una golpiza por mi padre porque Jack le rompió la cara, yo defendí a mi hijo y también me golpeó, después de eso mi mama se ablando con nosotros, nos dio esta casa para que viviéramos los tres y Jack se dedicó a sus estudios pero siempre llevo la contraria en todo, no me sorprendí cuando me entere del contacto físico que había hecho contigo, siempre intenta que nadie lo controle y puede ser tan testarudo como el quiera. Al final mi padre se sintio tan culpable por lo que nos hizo esa vez que antes de morir dejo todo sus bienes a nombre de Jack. Estoy más que segura que se arrepintió por lo que nos había hecho a Francisco y a mi, se dio cuenta que al final había quedado completamente solo y que su nieto no lo veía sino como una persona despiadada y completamente agena a él, demasiado tarde ¿No crees? Jack no fue a su funeral, lo odiaba profundamente, y luego de unos años mi madre murió también, Jack no pudo perdonar tampoco a mi madre pero le agradeció que nos hubiera dado esa casa, después de eso Jack contrato a mi mejor amiga de la infancia para que administrara su dinero hasta que terminará sus estudios universitarios, pero en realidad no le llama la atención el dinero, ni manejar las empresas de mis padres.

-¿Por que no dejo que usted manejará el dinero Caroline?

-Cuando me fui con Francisco no estudie nada, no estoy preparada para manejar tanto dinero y se que Samantha es una persona correcta por eso Jack la escogió para que manejara nuestro dinero.

-¿Conocí a Samantha durante la fiesta?

-No muñeca pero conociste a su hija Gogo -mi estómago se revolvió, esa mujer era muy cercana a Jack, más de lo que yo imaginaba. Caroline noto mí reacción y sonrió.

-Gogo no es la mujer de Jack muñeca no te tienes que preocupar por ella.

-Pero entonces ¿Las kaminekos tiene hilo rojo del destino? Pues mire usted y Francisco se unieron pero las mujeres llegaron a este mundo a remplazar el lugar de las kaminekos ¿Ellas se van a casar algún día?

-Es una buena pregunta Elsa, definitivamente ustedes remplazaron a las kaminekos pero el hilo del destino es algo con lo que naces, ya estaba predestinado que una kamineko iba a pecar por eso tu naciste para ser la mujer de Jack, Gogo esta confundida, esta encaprichada pero para ella hay un hombre humano, lo que tiene que hacer es marcharse a tu mundo. -suspire hondo y le pedi a Caroline que me ayudara a hacer el postre para Jack, ella puso atención a cada movimiento que hacía e imagino que memorizo cada uno de los pasos para poderlo hacer luego ella. Aries habló un rato con las dos y dijo que había llegado el momento de sufrir, volví a gritar cuando me puso la planta en el ojo pero al terminar vi mi reflejo en el espejo y había mejorado considerablemente, sólo tenía un poco morado el párpado y ya lo podía abrir.

-Jack no tarda en llegar ¿Te parece si vamos alistando la mesa?

-Sí Caroline -sentía un vacío en el estómago cada vez que pensaba en eso y quería con todo mi corazón que le fuera bien. Al terminar escuche el ruido del auto y salí corriendo a la puerta, puse mis manos atrás y espere que abriera. Lo primero que vi fueron sus orejas y se sorprendió al verme.

-¿Y bien? -me atreví a preguntarle después de que se quedó quieto mirándome por unos segundos.

-¡Saque 5! -me cogió de un poquito más arriba de la cintura y me alzo regalándome una sonrisa, era la primera sonrisa sincera que veía en él, se veía tan hermoso y trate de guardar ese recuerdo en mi mente para siempre. Me quede observándolo mucho tiempo y el comenzó a darme vueltas teniéndome alzada, estaba demasiado feliz y me encantaba verlo así.

-¡No Jack! ¡Harás que me mareé! -se quedó quieto y me bajo poco a poco acercándome a sus labios.

-¡Que lindos se ven! -Le susurró Caroline a Aries y él se avergonzó y me bajó sin besarme.

-Sabía que le iba a ir muy bien y preparé algo para celebrarlo -Lo tome de la mano y lo guíe a la cocina. -Aún no está listo así que tendrá que esperar.

-Huele delicioso

-Esperó que le gusté.

-¿Como sabías que esos ejercicios iban a salir en el parcial?

-¿Ehhh? -me sentí muy confundida ¿Cuáles ejercicios?

-Sí los que me dijiste ayer, ¡todos salieron!

-Me alegró, sólo eran los más relevantes. -De nuevo sonrió y me estaba matando con eso ¿Por qué sentía eso en mi corazón cuando lo veía sonreír?

-Hubieras visto la cara del profesor "tiene que ser un error" "usted no pudo haber sacado esa nota" luego nombro algo de mi padre y se lo restregué en la cara Elsa, lo reviso miles de veces y no encontró ningún error.

-¿Que dijo de Francisco? -preguntó Caroline un poco enojada.

-Lo de siempre mamá, que yo no podía, que era demasiado Imbécil porque tenía sangre sucia y dijo que debí haber hecho copia.

-¿Y lo golpeaste?

-No sabes cuantas ganas tenía pero Hiccup me dijo que era para provocarme, al final me calme no quería que me echaran de la universidad, perdería todo ese tiempo así que sólo lo humille con mi triunfo, pensé que tenía que repetir esa mierda de nuevo y todo porque ese maldito Imbécil me odia -Nunca había visto a Jack tan comunicativo y me gustaba escucharlo. Fuimos a almorzar y se comió absolutamente todo, estaba raramente emocionado. Ese profesor era un Imbécil, molestaba a Jack por ser hijo de un artista a mí me parecía que él era perfecto, era guapo, no era estúpido solo que tenía que poner más cuidado en clase y pues era extremadamente rico pero eso no importaba.

-¡Elsa alístate! ¡Vamos a salir! -Me sacó de mis pensamientos y asentí, subí y me cepille los dientes y mi cabello, baje de nuevo y espere que Caroline estuviera lista sentada en uno de los sillones.

-¿Qué esperas Elsa?

-Esperar a Caroline

-No Elsa, ella no nos va a acompañar, vamos a ir los dos.

-Perdón -me levanté de inmediato y salí detrás de él, nos subimos al carro y le dio órdenes para que nos llevara a un lugar. Tenía ganas de saber a dónde íbamos ¿Lo podía llamar nuestra primera cita? ¿Pero qué demonios estaba pensando? No me tenía que ilusionar tal vez solo tenía que llevarme a algún lado para mostrarme como un trofeo.

-Llegamos -Abrió la puerta, se bajó y abrió un sombrilla.

-Ven -Me ofreció la mano y me puso la sombrilla en la cabeza, no estaba lloviendo era un poco extraño que hiciera eso.

-No te vas a dejar dar el sol ¿Vale? -recordé mi morado y me quedaría manchado si me daba el sol, mire a mi alrededor y no podía creer donde me había traído, ¡era verdad! ese río cambiaba de color en cuestión de segundos, nunca había visto algo tan hermoso en la tierra, ni los jardines a los que tenía acceso eran tan lindos. Saco unas cosas del baúl del carro y se sentó donde Caroline me dijo que Francisco se sentaba.

-¡Ven! -Baje con cuidado y me senté a su lado, no podía dejar de ver los colores del río y cuando veía el color azul no podía dejar de pensar en sus ojos.

-Acá venía con mi padre cuando era niño, ahora solo vengo cuando tengo tiempo. -Asentí y me acerque más al rio.

-Es mi lugar secreto, donde me relajo y me libero de todo lo malo que me pasa y bueno ahora tú lo sabes.

-¡Será el secreto de ambos! -Sonreí como idiota y empecé a mojar mis manos con el agua, estaba calientita y se acercaban algunos pececitos a besar mis manos. Él estaba concentrado pintando y yo estaba jugando como una niña pequeña en el agua.

-Hay peces venenosos en el agua Elsa. -Grite y me caí hacia atrás.

-Que crédula eres -se rio e hice un puchero. Quería mojarlo pero dañaría su pintura así que me senté y suprimí mis ganas terribles de hacer una travesura.

-Jack... Jackson -quería preguntarle por Astrid pero no estaba segura como iba a reaccionar.

-¿Qué quieres Elsa?

-Ese chico de la mañana ¿Él es su amigo? -Dirigió su mirada hacia mí, de un momento a otro se puso serio y me intimido. -Si es mi amigo ¿Por qué lo preguntas? -Bueno... Es que... Vera.

-¿Qué pasa? ¿Te parece atractivo o qué?

-NO, no es eso Jack -¿Se había puesto celoso? No la verdad no sabía cómo interpretar cada uno de sus pensamientos y acciones.

-¿Entonces?

-Astrid, ella ¿Como esta? -Abrió sus ojos sorprendido creo que jamás se esperó eso.

-¿La mujer rubia? Claro Astrid, su mujer. -Moví mi cabeza afirmando y desvío su mirada.

-Hoy Hiccup va a pasar en la noche a la casa si quieres puedo decirle que lleve a Astrid.

-¿Haría eso por mi, Jack? -Lo vi con una profunda ilusión y el solo asintió con su típica actitud sería.

-Gracias, Gracias, Gracias -salí corriendo y lo abrace.

-Ya Elsa cálmate, ¡no mires la pintura! -Me tapó los ojos con sus manos y no alcance a ver su cuadro, me llevo hasta donde estaba sentada hacia un momento y me destapo.

-No hasta que termine ¿Si? -De nuevo movió sus orejas al terminar la pregunta y quería tocarlas desesperadamente. Se sentó en su lugar y se quitó la camiseta.

-¡Jackson! ¡Su camiseta!

-Trabajo mejor así Elsa, ya luego me la pondré. Esa Astrid ¿Es tu amiga?

-Sí, Astrid compartió habitación conmigo desde que estaba en la escuela -Hable de Astrid y sus locuras mientras admiraba a Jack, se veía sacado de alguna telenovela de las que veía la cocinera a escondidas. Me reí mucho recordando la mayoría de anécdotas que nos había pasado en la escuela y ahí caí en cuenta que extrañaba demasiado a mis amigas y a los profesores. El me escuchaba y de vez en cuando sacaba una carcajada y después de unas cuantas horas hablo sobre Hiccup y él, eran peor de traviesos que Astrid y yo, se llevaban de maravilla ese par y también me contó cosas de otro amigo, un tal Flynn. Cayo la tarde y el atardecer a su lado se veía como un degradé de naranja, morado, azul y verde mezclado con nuestras sonrisas y con más cosas que conocía de él.

-Termine ¿Quieres verlo?

-Si -Me levanté y camine hacia mi kamineko.

-1... 2... Y... dos y medio -¡Jackson! -me estaba muriendo de la curiosidad.

-Tres -Volteo la pintura y quede como una estatua de la sorpresa. Era yo, en la posición en la que estaba jugando con el agua de muchos colores y de mi espalda salían unas alas impresionantes. Eran enormes y mi cabello largó tapaba el nacimiento de las alas. No sabía que decir, jamás me habían hecho una pintura tan hermosa. Pero ¿Porque tenía alas? ¿Qué significaba eso?

-¡Es hermosa! ¡Eres! ¡Eres perfecto Jack! ¡Muchas! ¡Muchas gracias Jack!

-No soy perfecto, mí padre me enseño a pintar.

-Es verdad Jack eres muy bueno ¿No pensó en dedicarse a pintar? -Hizo un silencio incómodo.

-¿Lo obligaron a estudiar eso no es así? -el movió su cabeza dándome la razón.

-¿Por qué no lo deja? Esta es su verdadera vocación.

-No puedo Elsa, los de mi clase social por ley deben estudiar eso o medicina y los doctores no fueron capaces de salvar a mi padre no quiero ser igual de inútil a esa parranda de tontos.

-Y no le quedó más que estudiar algo que no le gusta ¿No es así?

-Lo hago por el bien de todos, si no sé cómo administrar mi dinero no podré darte un futuro.

-A mí no me importa, sólo quiero verte feliz y si está es su felicidad el dinero es algo que no cabe en mis planes.

-¡Tonta! -Sonreí y agarre el cuadro más fuerte en mis manos.

-Sí lo soy -me recosté en el pasto y levanté el cuadro para observarlo más detenidamente. El sol se había ocultado por completo y las dos lunas rosáceas habían salido mostrado un montón de estrellas en el cielo.

-Mire eso parece un sándwich -le señale una constelación y el miro tratando de identificar la forma.

-Eso no es un sándwich, ven vamos que debes tener hambre.

-Si -me levanté con su ayuda, él se puso su camiseta y me paso su abrigo.

-Póntelo en un rato comenzara a hacer frío -Me lo puse y sentí su delicioso olor, era la peor droga que había probado en toda mi vida, levanté mi cuadro y nos fuimos hacia el carro. Guardo sus implementos y el cuadro en el carro y le ordenó que fuera a la casa.

-Nosotros vamos caminando -lo cogí de gancho mientras él se agarraba la nuca, caminamos unos cuantos minutos, todo era muy nuevo para mí, los kaminekos eran cálidos y se sonreían entre ellos, en cada puesto de la plaza me paraba a observar las cosas maravillosas que vendían y llegamos a un puesto de joyería, las piedras preciosas eran muy parecidas a las de la tierra. La anciana que atendía el lugar me mostró unos hermosos pendientes que parecían estar congelados.

-Estos te quedan por el color de tu cabello preciosa.

-¿Se los va a comprar muchacho? -Al ver a Jack la anciana se fijó en el collar y abrió sus ojos enseguida.

-¿Dónde consiguió ese collar muchacho?

-¿Este? -Pregunto jack un poco confundido.

-Si ese collar es de la realeza de uno de los reinos más importantes de la tierra, eso que tiene el copo es un diamante -No quería que Jack supiera que era una princesa. El me vio confundido y yo solo quería escapar de ese lugar.

-Es algo que le di pero creó que está cometiendo un error señora -Le sonreí y hale a Jack del brazo para macharme de ese lugar.

-Véndeme ese collar princesa

-Ya le dije que está confundida, gracias por atendernos.

-Toma, te los obsequio, no todos los días alguien importante pasa por este lugar. -Me ofreció los pendientes y ya me estaba volviendo loca.

-No puedo aceptarlos, solo soy una mujer.

-Tome -Jack le dio el dinero de mis pendientes y nos fuimos de ese puesto, no quería que empezara a hacer preguntas asi que sólo fingí.

-Estaba un poco loca ¿No?

-No lo sé pero bueno toma son tuyos -me ayudo a ponérmelos y respire profundo. Al final del camino vi unas luces de diferentes colores y música sonando - ¿Qué es eso Jack?

-Es una discoteca

-¿Una discoteca? ¿En toda la calle? -Las discotecas de la tierra eran lugares oscuros dentro de lugares pequeños, eso era lo que me habían dicho mis sirvientes.

-¡Genial! ¡Vamos a bailar! ¿Sí? -lo hale en dirección a la fiesta y debo aceptar que me encantaba bailar, Astrid me había enseñado con la música que sonaba en el radio robado.

-No Elsa, odió bailar.

-No sea aguafiestas Jack por favor.

-Ya se ¡No sabes bailar! ¿No es así?

-Claro que se bailar.

-Bueno entonces vamos ¿Si?

-No, ve, tu bailas una canción y nos vamos que Hiccup está por llegar.

-Bien -Me divertí mucho bailando esa canción y cuando termine muchos Kaminekos me estaban viendo.

-¿Quiere bailar princesa? -Un kamineko de cabello naranja me invito a bailar.

-Etto.. yo ... Yo tengo que preguntarle a Jack.

-No quiere bailar imbécil.

-Pero Jack no seas aburrido déjame bailar con tu mujer, se mueve como las diosas.

-¡Lárgate imbécil! Te estas ganando una muerte pendeja.

-Se nota que le gusta bailar, el Imbécil no es una buena pareja de baile para ti -Jack lo fulminó con la mirada y empezó a sonar una baladita.

-Baila una canción conmigo ¿Si?

-No, nos vamos enseguida, estos hijos de puta te están mirando lujuriosamente.

-Demuéstreles que tú eres mí único dueño  -Empecé a seguir el ritmo y el trato de bailar pero fue un desastre total.

-Vámonos

-No -Lo agarre y puse sus manos arriba de mi cola, puse las mías abrazando su cuello y me acerque más a él.

-Solo sigame, siga el ritmo de la música y déjese llevar -Me empezó a mirar los pies y levanté su cara obligándolo a verme a los ojos -sólo tiene que seguirme.

-Eso así está muy bien, siga así -mi aprendiz estaba aprendiendo muy rápido, antes de terminar la canción empezó a mover su nariz en la mía, pidiéndome permiso para besarme, nos besamos mientras bailábamos y me sonroje demasiado, aún no me podía acostumbrar a hacer eso sin sentirme apenada.

-Es hora de irnos -me susurro en el oído y comenzó a sonar un reggaetón, no odió esa música pero quería ver como movía su cintura, que movimientos hacía, como se iba a comportar en la cama mientras me lo ... ¿estaba pensando cosas pervertidas? Sacudí mi cabeza y comencé a moverme sensualmente pero sin perder mi lugar de señorita decente esposa del kamineko Frost. Él sorprendentemente lo hacía muy bien, no pensé que fuera tan bueno bailando ese tipo de música ¿Quién iba a decirlo? Todo un desastre en lo demás pero en esto todo un experto y yo estaba comenzando a sentirme caliente, quería tenerlo y él me beso salvajemente mientras sentía su cuerpo en el mío dando unas pequeñas embestidas. Término la canción y respire, salimos del lugar y me sentía demasiado apenada por lo que acababa de pasar.

-¿Olvidaste echarte el perfume no es así?

-Sí,  lo siento Jack.

-Cuando lleguemos aplícate.

-Está bien -caminamos un poco y me compro una limonada.

-Hiccup llevara algo de comer así que comeremos en la casa ¿Quieres comer algo mientras? ¿Algo de paquete o una fruta tal vez?

-Quiero fresas con chocolate

-¿Fresas con chocolate?

-Sí, son deliciosas.

-Acá no venden eso y bueno a mí me gustan las fresas pero con crema ¿Te parece si buscamos un negocio donde las vendan?

-No Jack, mañana le haré fresas con crema. Tenemos que ir para que reciba a su amigo. -Asintió se terminó de beber su gaseosa y nos fuimos, soy una tonta pensé que no podía llegar a la casa sin el carro por lo que estaba flotando pero había un camino invisible, un camino que siempre estuvo ahí, apenas llegamos me mando a aplicarme el tarro de perfume, me acomode un poco el cabello y sentí que llego el carro.

-Canoso!

Escuálido -Baje las escaleras muy rápido y ahí estaba Astrid.

-¡Els! -Se veía muy linda con ropa un poco cortita pero al fin como ella le gustaba vestirse.

-Astrid - pase al lado del kamineko sin siquiera determinarlo y fui a donde se encontraba mi mejor amiga.

-Mira cómo te volvieron esos hijos de… -Lleve mis manos a mi boca fingiendo sorpresa.

-Una chosen one no debe decir malas palabras -y volvió a imitar a Gotel perfectamente.

-Waaaaa Astrid, te extrañé muchísimo -La abrace y ella correspondió a mi abrazo.

-¿Cómo paso Els?

-Es una larga historia pero al final Merida me delató.

-Esa pe... Siempre te tuvo envidia Els, no pudo asimilar que fueras la princesa del Reino Unido y ella una simple hija de cantineros

-¡Astrid! -quería matarla en ese instante, mire a Jack y se encontraba como en shock, me veía con sus ojos muy abiertos totalmente sorprendido.

-Sabes que no le gusta hablar de eso -trate de calmar la situación pero él ya lo sabía todo.

-Si es verdad, Mérida siempre te molestó y no quieres recordar eso -ella quería arreglar las cosas pero ya no podía borrar que había delatado mi naturaleza real.

-Eran amigas -interrumpió el ojiverde.

-Perdón por la insolencia, soy Elsa Frost -le hice una pequeña reverencia y Jack no dejaba de verme con esa cara de sorpresa.

-Soy Hiccup Haddock -me devolvió la reverencia.

-¿Sabes? Casi te elijo, olías un poco a Astrid.

-Sí, lo pude notar.

-Ahora entiendo porque olías tanto a ella si son muy buenas amigas. –Asentí.

-No pensé que fueras una bestia salvaje Jack, tienes camuflado su olor para no echártele encima y hacerla tuya -Lo vio con una mirada de desaprobación y me sonroje muchísimo al oír eso.

-Miren quien habló, el Imbécil que se lo hace a Astrid a cada rato.

-Voy a hablar con ella. -Astrid dijo demasiado avergonzada y me agarró de mi manilla sacándome.

-Permiso -pronuncie y salí del lugar con Astrid.

-¡Astrid! no quería que se enteraran de que soy una princesa.

-Perdóname Elsa no sabía absolutamente nada.

-Bueno ya que. Ojalá Jack no se enoje por ocultarle cosas.

-No creo que se enoje por eso, ¡Els! ¡No sabes cuantas cosas tengo que contarte! -Me contó demasiadas cosas, cosas que con solo escucharlas me sonrojaba, me dijo que le encantaba cuando Hiccup se lo hacía, que la primera vez le dolió mucho pero que luego lo hacían en todo momento y que la hacía sentir en el paraíso, me dijo que no había necesidad de que me penetrara para que los dos sintiéramos placer y me dio unas técnicas para complacerlo, técnicas que no creía capaz de hacerlas. Me dijo además que siente como si Hiccup y ella se conocieran de toda la vida y aunque es un poco tonto se sentía perdidamente enamorada de él. Me habló sobre un club, algo llamado Dreamworks y sobre algunas de nuestras compañeras. Jack e Hiccup estaban jugando video juegos así que Astrid y yo comimos una rebanada del postre que había hecho mientras veíamos la tele y reíamos como antes.

-Astrid nos vamos amor -Era Hiccup despertando a Astrid, no me había dado cuenta a qué horas nos habíamos quedado dormidas pero era muy tarde ya. Me despedí de ambos y Jack los acompaño a la puerta, fui a la cocina con la excusa de comer algo para que él no me dijera nada sobre lo que había pasado anteriormente. Comí un platillo que Hiccup había traído y subí a la habitación de Jack con miedo.

-Disculpa Jack, vine por el pijama. -Se encontraba sentado en su silla móvil viendo a una pantalla proyectada, se levantó rápido y me miró fijamente.

-¿Por qué no me dijiste?

-Porque no lo considero importante.

-¿Que no es importante? ¡Por Tinkerbell Elsa! ¡Eres una princesa! -respire profundo él estaba alzando mucho su voz.

-No, ya no lo soy, sólo soy una mujer normal -Trate de calmarlo.

-¿Cómo puedes decir eso? Elsa tu no deberías estar acá, ¡yo arruine tu vida!

-Está bien Jack, soy una princesa y tú eres el príncipe del Reino Unido por ser mi esposo ¿Que sientes?

-¿Aahh? -no entendió mi pregunta.

-Sí, ¿qué sientes ahora que eres un príncipe?

-¿De qué carajos hablas? No siento nada, esto es una tontería.

-¡Exacto! Eso no es nada para mí, es solo un título pero al final soy una mujer, su mujer, la mujer que iba a ser controlada como una marioneta porque según los consejeros de mis padres no tenía la autoridad, ni la aptitud para gobernar -Desvié mi mirada, empecé a sentir un nudo en mi garganta, vi la pantalla y estaba buscándome en la red "No hay resultados"

-¡Tal vez si busca con el idioma! -espiche la pantalla y coloque "Elsa Arendelle UK princess". Lo primero que salió en el navegador fue una foto donde estábamos mis padres y yo en el jardín del palacio, perdí el sentido por unos segundos -Mom -dije poniendo mi mano en la cara de mi mama, ya había olvidado sus rostros y la nostalgia vino a mí. Reaccione y recordé donde estaba, ya no me encontraba en mi mundo ahora mi familia era Jackson, Caroline y Aries. Retire mi mano y retrocedí, no quería seguir viendo eso, no quería recordar mi pasado.

-Te pareces mucho a tu madre. -dijo acercándose más a la pantalla y viendo con detenimiento la fotografía. -La anciana tenía razón, este collar pertenece a la realeza -Vi que yo lo traía puesto, que pequeña y tierna me veía.

-Sí pertenece a la realeza y su valor es incalculable o bueno con eso podrían comprar unas cuantas mansiones en la tierra -le sonreí y quería que ya no habláramos del tema.

-¿Que dice el artículo? -ya quería apagar eso pero quería saber de mis padres.

-Elsa Arendelle, nació en Londres en el año 1997, primogénita de los reyes del Reino Unido y antigua heredera al trono, vivió en el castillo donde fue protegida por sus padres y sirvientes hasta que en el año 2004 a la edad de siete años fue escogida como una chosen one. La separaron de sus padres y alejaron del reino el 28 de abril, día festivo en el que se celebra la salvación del mundo provocada por la princesa Elsa y las demás chosen one que libran a las personas de un nuevo ataque de los kaminekos. Dos años después nació su hermano que será el heredero del trono remplazando su lugar. -Me sorprendí mucho, jamás me entere que tenía un hermano y debería tener ocho años aproximadamente. -En una entrevista al rey preguntaron que sentían por su hija Elsa ahora -Leí para traducirlo y no podía creer lo que mi padre había dicho, yo, yo solo quería llorar.

-¿Que paso Elsa? -Jack me miro un tanto preocupado.

-No es nada Jack, estoy cansada quiero dormir. -Di media vuelta y trate de que mis lágrimas no salieran hasta que estuviera en el baño -¿Que dijo de ti? -Me tomo de la muñeca y sabía que si pronunciaba palabra me quebraría.

-Dijo que, dijo que estaba feliz con mí hermano , que él ha sido más útil que la princesa en todos los años en los que estuvo en el palacio y que sólo la veía como un recuerdo que ya había superado. Dijo que no le importaba lo que hubiera pasado con ella, que en el castillo ya no hacía falta. -Me solté del agarre de Jack, le di la espalda y no alcance a llegar al baño cuando unas lágrimas se deslizaron por mis mejillas, me encerré y más lágrimas comenzaron a salir. Trataba de no hacer ruido, no quería que Jack me escuchara llorar, no quería que supiera que eso me afectaba. Me puse el pijama, me trence el cabello mientras seguía llorando, lave mis dientes y me vi en el espejo "Tienes que ser fuerte Elsa" "Tu hermano no tiene la culpa" me lave la cara y me seque, se veían un poco rojos mis ojos pero iba a ir directo a la cama sin mirarlo. Abrí la puerta y él solo tenía sus pantaloncillos, estaba recostado en la pared esperando que yo saliera y me metí debajo de sus cobijas sin decirle ni una sola palabra. Se metió al baño y yo tenía que tragarme ese nudo en la garganta, no podía demostrar debilidad. Salió después de alistarse para dormir y se metió en las cobijas.

-¿Sabes? Un padre nunca olvida a sus hijos. -Mordí mi labio, iba a comenzar a llorar otra vez. Moví mi cabeza afirmando y me escondí más en las cobijas.

-Los consejeros debieron haberle obligado a decir eso -Podía ser, pero me había dolido mucho eso.

-¡Ven! -Me destapo totalmente y me empujó a su pecho desnudo, llore mientras él acariciaba mi cabello y me daba consuelo, de un momento a otro me había quedado dormida en sus brazos, en su pecho y disfrutando de su olor. Al despertar estábamos en la misma posición, se veía tan tranquilo y vi que ya era una hora avanzada de la mañana pero no quería levantarme, él no tenía que ir a su universidad así que me acomode de nuevo en su pecho y nos tape con las cobijas.

-¡Jack!, ¡Elsa! Levántense, tienen que ir al club, sabes que Tadashi está cumpliendo años -era Caroline levantándonos a ambos después de unas horas.

-Ya vamos mamá -Me miro -¿Cómo sigues?

-Mucho mejor Jack.

-Bien, mi primo estúpido está cumpliendo años y no va a celebrar sus cumpleaños en su Club Disneyland si no en nuestro club ya que te quiere conocer y no me puedo negar a ir a su fiesta.

-Bueno Jack -Me aliste, me arregle el cabello en onditas, Aries me ayudo a maquillarme y me coloque un vestido blanco que en la parte de la falda tenía un azul claro.

-¡Se ve hermosa señorita!

-Gracias Aries, casi lo olvidó, ¿Podrías comprar fresas, crema y chocolate líquido? Jack quiere fresas con crema.

-Si, como ordene señorita.

-En la noche salimos, él no se había arreglado tanto como yo pero eso era lo menos importante. El lugar era hermoso, era tan hogareño y todos se reían y hablaban muy fuerte "Dreamworks" el lugar más bonito que había pisado en toda mi vida. Estaban Astrid, Rapunzel, Ana y otras chicas y me emocione, me puse a hablar con ellas mientras Jack tomaba una cerveza con un peli castaño y con Hiccup.

-Llego esa tonta -habló Astrid con repugnancia y vi una kamineko de cabello rubio.

-¿Quién es? Astrid

-Es una "amiguita" de Hiccup pero la detestó -Automáticamente me hizo recordar a Gogo.

-Damas y caballeros, sé que no pertenecemos a este club pero quiero agradecerles por haber venido a la fiesta de Tadashi que es como un hermano para mí -Era esa kamineko de Gogo con uno de cabello negro como la noche, guapo pero no tanto como Jack. Como odiaba a esa tonta.

-Ven -Jack me tomo de la muñeca y me presentó ante su primo.

-¡No es justo! ¿Por qué tengo que esperar todo un año si ya tengo 18? Eres demasiado hermosa para este Imbécil -¿Debía decir gracias por lo que acababa de decir?

-Hoy si trae sus pulseras -se rio de mi esa gata.

-Sí, las traje puestas, los votos de Jack ¿no son hermosas? -no iba a aguantar que se burlara de mí. No pudo responder a eso, punto a mi favor.

-Permiso -me reuní de nuevo con las chicas y la deje mordiéndose de la rabia. Hablamos mucho y una chica se subió en la tarima a cantar, era tan hermosa y si no fuera de mi mundo podría jurar que era hermana de la chica que odia Astrid.

-Gracias.

-¡Eres muy linda Tooth! -Claro ella era Toothiana Fairy la chica que salió hace cuatro años de la escuela, la mujer del nieto de Norte. Ahora parecía una modelo, era muy hermosa. Enseguida subió un kamineko peli castaño y comenzó a cantar no aguanté reírme y puse mis manos en mi boca para no parecer maleducada, Rapunzel solo se escondió muy avergonzada detrás de Astrid y vi sus ojos castaños observándome, se dio cuenta que me burle de él. Al terminar y bajarse del escenario se fue hacia donde estaba, sentí mucho miedo se veía tan rudo.

-¿De qué te burlabas mujer? -me dio un mini infarto, tenía mucho miedo.

-No me burlaba de nada.

-¿Elsa? ¿Eres la que leía con la enana?

-¡Que no me digas enana! -grito Rapunzel y me hizo un poco de gracia, voltee a ver y Jack estaba hablando con Gogo y quería matar a esa gata. Hablamos mucho y Flynn era una buena persona, rudo pero chévere. ¿Qué no tenía nada más que hacer que hablar con esa vieja?

-¡Elsa! ¡Hermosa! -Tadashi se acercó a mí y comenzamos a hablar, me hacía reír mucho, era muy divertido y además era tierno.

-¿Quieres bailar?

-Tengo que pedirle permiso a Jack -Me fui hacia él y le pregunte -Jack puedo ... -Haz lo que te dé la gana -me dijo cortante y me dio rabia, tanta que acepte bailar con Tadashi. Era tan buen bailarín y bailamos unas piezas riéndome con sus comentarios.

-¡Ya nos vamos! -Jack me dijo y la fiesta no se había acabado, me despedí de todos y subí al carro, el parecía enojado y pensé que Gogo le había dicho algo malo, no importaba amaba Dreamworks y había pasado un gran momento con mis amigas y todos allá. No pronunció palabra y se bajó del carro, cuando entramos las dos estaban durmiendo y Jack y yo subimos a su habitación, él dio un portazo y me vio como si me fuera a matar. Se quitó su gabán y camiseta mientras yo me quite mis tacones-¿Jack estas eno..., -me halo violentamente del antebrazo y me entró al baño empujándome.

-¿Qué pasa Jackson?

-Te voy a castigar Elsa. -Me metió con todo y ropa en la ducha, se quitó sus zapatos y medias y entró conmigo cerrando la puerta de cristal.

-¿Que hice, Jack? -me estaba empezando a asustar, su mirada no era la de siempre, estaba muy enojado -le pegó un puño al botón de la ducha y el agua empezó a mojar mi vestido, mi cabello, mi cara.

-¡Estuviste mucho tiempo con él! ¡Hueles a ese Imbécil! -Me empujó contra la pared y me beso el cuello bruscamente, estaba asustada, parecía un animal.

-¡Suélteme Jackson! -Lo empuje y trate de abrir la puerta de vidrio, antes de poder abrirla me cogió de la cintura y me empujó de nuevo arrinconándome contra la pared. Capturó mis muñecas contra el muro y su cuerpo entero me inmovilizaba.

-Al único que debes oler es a mí. -Siguió besándome a la fuerza mientras yo comenzaba a llorar, yo no tenía la culpa, él estaba hablando con esa kamineko y su primo era divertido, no pasó nada malo, ni siquiera me despedí con un beso en la mejilla. Me sometió con sus piernas mientras con sus manos empezaba a romper mi vestido. Baje la vista y ya que la parte de arriba de mi vestido era blanca y tenía un sostén con trasparencia se veían todos mis pechos por lo mojada que estaba. Se dio cuenta de lo que yo había visto y dirigió sus dedos a mis pezones, los acarició, sentí algo dentro de mí que empezó a calmar mi miedo, mordisqueó mis labios y pellizco mis pezones haciendo que pegara un grito de dolor.

-No por favor Jack -Hizo añicos mi ropa y con un solo jalón ya no tenía puesto mi sostén. Él estaba totalmente empapado y se habían empañado los vidrios, ya que cuando puse mi mano en la puerta y la volví a quitar había dejado una marca en el vidrio, luego dejo de manosearme y se echó para atrás, tomo la hebilla de su correa y se quitó su pantalón. Sus bóxers tenían un bulto muy grande e hizo una expresión de arrogancia al quitarse su última prenda, pase saliva, su miembro media más de quince centímetros y se acercó a mí, me tomó de la cola y me empujó a su zona privada.

-Te voy a enseñar a comportarte -rompió mi braga bajándomela hasta la mitad de mis muslos, me mordió la clavícula y con su cosa erecta comenzó a moverse por toda mi zona íntima. Me estaba violando salvajemente, NO, no se le puede llamar violación a algo que te gusta, no sé porque me gustaba que fuera violentó, lo quería dentro de mí, quería probar su enorme herramienta.

-Jack por favor deténgase -lloraba fingiendo que no me gustaba, no podía demostrarle que me estaba muriendo de placer, me ponía caliente que lo hiciera duro, seguía moviéndose estimulando cada uno de mis sentidos y en un momento lo sentí en mi entrada y lo empuje apartándolo -Jack no puedes hacerlo, por favor deténgase ya.

-Lo sé -Me tomo de la nuca y me llevó a su boca, me metió toda su lengua y empezó a rozar ambos sexos con salvajismo. -Aahh -No aguanté, gemí de placer y ya no podía hacerme la que no me gustaba, pose mis manos en su espalda y lo aruñe cuando ya no me podía controlar.

-¿Te gusta que te castigue?

-Aaaahhhh -no se sí mi gemido le respondió pero mi orgasmo no se hizo esperar, me recosté en su pecho mientras sentía los corrientazos deliciosos recorrer todo mi cuerpo. Se apagó la ducha y no podía respirar muy bien, necesitaba descansar un poco. Se echó sus mechones mojados hacia atrás y se volteó para agarrar la manguerilla, su retaguardia se veía mejor que lo que ya había visto, sin pensarlo acaricie su larga cola con una mano mientras que con la otra le apreté una nalga, se irguió y habló -Estas siendo castigada, no puedes tocar. -Me quitó y abrió mis piernas acariciando mis labios, estaba mojada con mis líquidos y puso la manguerilla para que me cayera agua en esa parte...jamás pensé que la presión del agua se sintiera tan rico, nos besamos de nuevo mientras nuestras pieles mojadas se rozaban brindándome sensaciones que jamás había experimentado.

-Jaaaaaackk -No podía más, sentí mi segundo orgasmo llegar y líquidos derramarse de mí. Me abrace a él y su miembro seguía erecto "Els con tu boca puedes llevarlo al cielo o puedes usar la mano también, mueve arriba y abajo apretando según veas placer en su rostro" recordé lo que dijo Astrid e iba a ir hacia el cuándo abrió la puerta de vidrio.

-¿Entendiste quien es tu kamineko?

-Hable con Tadashi porque tú no dejaba de hablar con esa Gogo -Salí de la ducha y me seque todo el cuerpo y el cabello, él me imito y salió del baño. Salí segundos después, necesitaba reincorporarme pero cuando cruce la puerta, Jackson tenía unas cuerdas en su mano y di un paso hacia atrás.

-¡Aún no ha terminado tu castigo! -lo mire muy sorprendida.

-¡Acuéstate en la cama! -no muy segura me acosté y amarró mis muñecas a la cabecera de la cama, me quitó la toalla dejándome totalmente desnuda y se puso una bata para salir de la habitación.

-¡Jackson! ¿A dónde vas? ¡Venga! -le grite y me ignoró completamente, mire al techo, mis botones rosados se pararon del frío que estaba sintiendo y en unos cuantos minutos regreso con las fresas, la crema y una fuente de chocolate que había comprado Aries. Cerré mis ojos, tenía mucha vergüenza y se hundió el colchón cuando se subió en la cama. No quería mirarlo, no después de lo que acabábamos de hacer. Deslizó suavemente las yemas de sus dedos por mi piel y con esa pequeña acción mi cuerpo se erizó completamente.

-¡Abre los ojos! ¡Mírame! -No le obedecía, no quería ver lo que estaba a punto de hacerme, no quería pensar más cosas sucias. Se levantó de nuevo y luego sentí su respiración en mi cara. Abrí los ojos y vi cuando sensualmente metió media fresa con chocolate a su boca, se acercó a mí y con sus ojos me pidió que la comiera. Levanté un poco mi cara y a propósito antes de llegar a la fresa con mi lengua lamí su mentón, mordí la fresa haciendo el mayor contacto con nuestros labios y la comí sintiendo el sabor delicioso del chocolate y sus labios. Me dio la otra mitad llevándola con su lengua hasta mi boca -Quiero que veas absolutamente todo -asentí y empezó a rozar su nariz levemente por toda mi piel, me escalofriaba cuando sentía su aliento y sus manos traviesas empezaron a hacer su jugada. Tomo la crema e hizo un camino en todo mi vientre. Levantó su ceja y llevó su lengua para comerse toda la crema, sentí sangre caliente en mis mejillas, debí haber estado roja de la pena y sin esperar volvió a poner crema pero esta vez la puso completamente en cada uno de mis senos y en la puntita puso una fresa en cada uno, yo le quede en pañales decorando postres, me estaba comiendo literalmente y paso su dedo en uno de ellos llenándolos de crema para ofrecérmelo, me metió todo el dedo en la boca y chupe su dedo hasta que la crema se terminó. Paso su lengua por sus labios y sus ojos azules vieron mis grandes pechos.

-Mmm -me retorcía en la cama al sentir su lengua circularmente alrededor de la parte rosa, al sentir que me succionaba y mordía. Jackson era todo un experto en hacerme flaquear y estaba más excitada que nunca, podía llamar a eso sexo delicioso con sabor a cielo, llenó de crema todo mi cuerpo comiéndome completamente para al final dejar como plato fuerte la zona que era custodiada por mis piernas que ya habían sido sobornadas por su lengua desprotegiéndola por completo. Mi clítoris como si de una fresa se tratara fue saboreado y prácticamente devorado y con su lengua me hizo un sexo oral que probablemente hizo que  Caroline despertara por mis fuertes sonidos que no podía controlar. Moví mi cadera con movimientos hacia adelante y Jack comprendió que quería que fuera más rápido, sus labios y su lengua hicieron un magnífico trabajo llevándome al tercer orgasmo de la noche.

-Sueltame por favor -Ya me dolían los brazos y las muñecas, Jack accedió y se hizo encima mío para desatarme dándome una vista de sus partes y de su magnífico cuerpo desnudo. Al sentir que desató mi segunda mano lo empuje con fuerza a la cama y ahora era yo la que estaba encima de él.

-Ahora es mí turno para castigarlo -Me miraba expectante. Lo bese tiernamente y me levanté para coger las cuerdas y la fuente de chocolate. No opuso ninguna resistencia, se dejó amarrar a las patas de la cama y me miraba con esos ojos azules un tanto depravados. Comencé a untarle chocolate en su cuello y lamí mi nombre para luego empezar a darle pequeños mordiscos, me ensucie toda la boca a propósito.

-¡Límpiame! -acerque mi boca a la suya, sonrió de lado y me limpió eróticamente, me estaba gustando mucho e hice eso con todo su cuerpo, prestando mucha atención en cada reacción, cada movimiento de su cuerpo que me indicaba sus zonas erógenas, quería escucharlo gemir, quería que me rogara y para cumplir mi objetivo acaricie suavemente su erección y unte chocolate en toda su extensión, estaba muriéndome de la vergüenza, jamás me había imaginado haciendo eso pero no me podía detener.

-No Elsa, no hagas eso. –Me lo pidió levemente, pase mi lengua suavemente y me asuste porque movió su cola violentamente, lo vi a su cara y sus ojos estaban completamente cerrados.

-¡Mírame! -lo imite y pude ver que sus mejillas tenían un color rojizo. Pase de nuevo mi lengua primero por su tronco para luego concentrarme en la cabeza comiéndome todo el chocolate. Lo volví a untar y lo introduje en toda mi boca. Hizo un gruñido que llego hasta lo más recóndito de mi cerebro, era el primer sonido de placer que lo escuchaba emitir y quería oírlo de nuevo, seguí todas las indicaciones de Astrid e inesperadamente movía su plateada cola en movimientos rígidos cuando aumentaba la velocidad.

-¿Te gusta tu castigo Jackson?

-Lo saque de mi boca por un segundo y con mis manos empecé a jugar con sus dos pelotas, sentí su cola golpearme la mejilla pero no las solté en ningún momento para sobarme, sabía que me iba a quedar marca del golpe rojo o tal vez morado pero no me importaba el ardor en mi cara.

-Lo siento, no puedo controlar mi cola -Le sonreí y me metí de nuevo su falo a mi boca, era tan grande que sentía que me ahogaba pero en ningún momento deje de hacerlo ni de observarlo. Recordé sus orejas, las que quería tocar pero mis brazos no llegaban hasta su cabeza.

-Els-Elsa ¡quítate! ¡No aguanto más! -dijo después de unos minutos, sin embargo seguí haciendo mi trabajo, quería seguir viendo esa cara de placer.

-¡Voy a correrme Elsa! -quería que yo me quitara pero yo iba a probar sus líquidos, quería seguir devorándolo y sintiéndolo palpitar. Trataba de reprimirse, sus gemidos no eran tan frecuentes pero sus ojos no podían mentir. Sabía que le estaba encantando y segundos después me llenó completamente con su líquido. Saboreaba su semen salado combinado con el dulce del chocolate. Lo bebí todo y me levanté para poner fresas en la fuente y comérmelas.

-Yo quiero -dijo con su respiración cortada y lleve una fresa a su boca para terminar en un beso apasionado.

-¡Sueltame! -Me ordenó.

-¿Ya aprendió su lección?

-No muy bien.

-No quiero que se le vuelva a acercar a esa kamineko -fui por la crema y comí algunas fresas sin darle. Desesperado hizo mucha fuerza soltándose la cama y llegó hasta mí tomándome de la cintura. Esa noche comimos muchas fresas con chocolate y crema mientras jugábamos a darnos placer.

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