Datos sobre los kaminekos
Aún trataba de reincorporarme, mi respiración estaba entre cortada y aún podía sentirlo dándome placer. Lo vi aún recostada en la cama y al ponerse su camiseta se agachó de repente juntando sus piernas haciendo un gesto de dolor.
-¿Esta bien Jack? -me levanté y fui hacia él, me preocupe en realidad, ese kamineko había logrado despertar algo dentro de mí, ¡estaba loca! él era un idiota engreído, le toque el brazo para tratar de ayudarlo.
-¡No me toques!-me empujó apartándome del camino y se fue rápidamente al baño de la habitación, escuche que lo cerró con pasador y quería matarlo. Respire profundo, recordé que con él iba a vivir toda mi vida y tenía que tratar de tener una buena relación para que no hiciera lo que se le diera la gana conmigo.
-Perdón Jack no quería molestarte -No debí tocarlo sin su permiso, siempre me advirtieron de eso en la escuela, ellos siempre tienen que dar la orden para que nosotras actuemos.
-¡Cámbiate! -escuche del otro lado de la puerta y mordí mi labio, no sabría si podía aguantar toda la vida esa maldita actitud. ¡El vestido! ¿Qué me iba a poner si fui engañada para llegar ahí y mi maleta se quedó en la tierra? Todas tenían que tener un vestido para la fiesta de presentación aunque no era una fiesta en realidad era una reunión con las personas más cercanas del kamineko (padres, familia, trabajadores) donde me presentaba formalmente como su mujer.
-Jack, tengo un problema, mi vestido... No traje nada de la tierra -puse mi oreja en la puerta del baño y lo único que escuchaba era su respiración entre cortada ¿Que le estaba sucediendo? Y lo más importante ¿Por qué no me dejo ayudarlo?
-Espera ya solucionamos ese problema -se oía incómodo y quería saber que era lo que le estaba pasando.
-¿Esta bien? -le pregunte de nuevo con la esperanza de que confiara en mi o que tal vez fuera algo así como lo que paso en mis muñecas, si era eso yo le podía quitar el dolor.
-Si Elsa estoy bien, vete alistando -obedecí y fui por mi ropa interior, la recogí, recordé como me la quito con sus dientes y del modo salvaje que lo hizo, ¿Cómo podía pensar en eso? vi mi reflejo en el espejo de la pared y mi cara estaba totalmente roja. Las arandelas de mi braga estaban destrozadas y cuando me la puse no había nada que hacer, me puse el sostén y arregle mi cabello y me quite el sudor y el labial que lo tenía un poco corrido. Cuando escuche que se abrió la puerta trate de cubrirme y agarre una almohada para que no me viera, -Jack necesitó ropa interior mire –me quite la almohada levemente y le mostré lo que él había hecho y miro mi braga pero quitó su mirada al instante y se encaminó a la puerta de la habitación -Yo le digo a Aries -dijo antes de cerrar la puerta por completo. Me volví a acostar en la cama y quería gritar, ¡esas chicas tenían razón! era muy serio y por más que intentara descifrar que pensaba de mí no podía saber que se le pasaba por la mente.
-Perdón Señorita Frost le dejo su ropa en la puerta, aún no puedo tener contacto físico con usted hasta que el muchacho la presente -¿señorita Frost? Creo que tardare un tiempo en acostumbrarme y además ¡estúpidas reglas!, a veces siento que todas estas cosas son solo apariencias y cosas de tontos, ya soy de Jack no hay necesidad de hacer todo esto. Espere que se fuera y abrí la puerta, era un vestido azul con flores estilo princesa, me quedaba a la altura de la rodilla, con un corsee que marcaba mi cintura y con el escote mis pechos se veían exageradamente grandes. Mi lencería no se comparaba a la nada sexy que usaba en la tierra, con eso me veía atrevida, me sentía muy incómoda. Me puse los tacones y me eche otra mirada, me veía muy linda o bueno el espejo era muy mentiroso. Abrí la puerta y él estaba recargado en la pared esperándome, tenía un traje negro y debo confesar que se veía muy guapo. Se dio cuenta de mi presencia y me vio de arriba a abajo con su ceja levantada.
-¡vamos! -No me dijo una sola palabra de mi aspecto, me pregunto cómo le estará hiendo a Astrid, ese castaño se veía tierno y caballeroso pero no puedo dejarme llevar por las apariencias.
-Sí -respondí y él se despegó de la pared irguiéndose, saco una mano de sus bolsillos y me la ofreció. La tome, respire hondo, caminamos por todo el pasillo y llegamos al balcón de las escaleras el cual daba vista al hermoso salón. Me asuste al ver tanta gente, nunca pensé que hubieran tantos y como subimos a su habitación por otra parte de la casa no los vi cuando llegamos, no dejaba de temblar y apreté su mano con fuerza involuntariamente.
-¡Yo también odió las fiestas! -masculló y vi que estaba incómodo. Paso su mano por su nuca y todos pusieron su atención en nosotros haciendo un silencio absoluto que me hizo temblar del miedo.
-Tsk -pronunció y enseguida aclaro su garganta -¡Buenas noches a todos! -Hizo una breve pausa y siguió -Ella es Elsa Arendelle la mujer que he escogido y desde hoy es Elsa Frost -todos pusieron su atención en mí y aplaudieron como máquinas sonriéndome falsamente.
-¿Conoce a toda esta gente? -le pregunte barítico cuando bajábamos las escaleras para reunirnos con toda esas personas que la mayoría eran kaminekos.
-Sí, pero están acá por compromiso, son pocos los que se llevan bien conmigo y la verdad no me interesa tener buenas relaciones con nadie -bueno no tenía dudas sobre eso, "asocial". Al bajar las escaleras su madre nos estaba esperando y me sonrió dulcemente, sí que era hermosa pero era una kamineko tenía tantas cosas que preguntarle -Soy Caroline Frost, la madre de Jack -me hizo una reverencia y yo se la devolví -Soy Elsa... -ya no sabía cómo decirme si Frost o Arendelle, lo mire a él y solo hacia cara de fastidiado. - Elsa Frost princesa, yo estaré para lo que necesites -término de presentarme y me dio una cálida bienvenida, odiaba que me dijeran princesa, ya no era una por culpa de ellos y no me gustaba que me dijera de esa manera, busque discretamente al padre de Jack por todas partes pero no vi a nadie que pudiera ser su padre.
-Mi padre murió hace muchos años -me respondió como si hubiera podido leer mis pensamientos y seguimos caminando saludando gente falsa y sonriendo, me decían que me veía hermosa y otros en forma de broma me daban ánimos "suerte con su carácter". Yo solo sonreía como ellos pues me habían enseñado a aparentar y ya me estaba cansando de todo eso.
-Ella es Aries nuestra empleada
-Perdón, todo lo que necesite me lo puede decir a mí -esa chica no era un kamineko pero tampoco parecía humana, no pregunte nada no quería parecer imprudente. -Gusto en conocerla Aries -le hice una reverencia y al levantar mi rostro me sentí mareada, todo me daba vueltas y agarre a Jack más fuerte.
-¿Estas bien Elsa? -Puso su mano en mi mejilla y rápidamente toco mi frente -¡Estas hirviendo! -iba a arruinar toda la fiesta pero era extraño ya que nunca me enfermaba no entendía porque me estaba sucediendo precisamente ese día.
-No pasa nada Jack, solo estoy mareada -El seguía viéndome detenidamente y escuche la voz de una mujer, ¡NO! de una kamineko.
-Mira pero que linda la tonta que elegiste. -era muy linda, tenía su cabello negro corto con mechas lilas un cuerpo muy bello, ¿me había dicho tonta? no tenía fuerzas para defenderme, me estaba sintiendo cada vez peor.
-Esa mujer no me llega ni a los talones.
- Gogo te dije que si no podías comportarte no vinieras, ¡lárgate! ¡Déjala en paz! -Fue lo último que recuerdo, cuando abrí los ojos estaba en la cama de Jack y su madre estaba sentada en una silla al lado mío. Apenas abrí los ojos ella vio que había despertado y ya no era de noche o bueno el reloj marcaba las 10:03 am.
-¿Estas bien princesa? -Me encontraba un poco débil pero ¿qué había pasado? Yo estaba en la fiesta con Jack.
-Te desmayaste en los brazos de Jack, él te trajo hasta acá y llamo a un doctor, el doctor nos explicó que era solo un efecto secundario de la marcada y que como no pudieron aliviarlo con sus cuerpos vueltos uno solo, la fiebre te dio más duro e hizo que enfermaras. -mis lágrimas comenzaron a salir solas, había arruinado toda la celebración y Jack se iba a aburrir de mí.
-¿Por qué lloras?
-Porque por mí culpa la celebración se acabó.
-Tranquila princesa, Jack también se enfermó y bueno le hiciste un favor, él odia las fiestas y cuando empezó a sentirse mal no dudo ni un solo segundo en cambiarte y acostarse a tu lado. -Por instinto subí las cobijas ligeramente y vi que ya no traía el vestido, tenía un esqueleto y una pantaloneta y no pude evitar sonrojarme, sonrojó que ella vio en mí.
-Es normal princesa, tu eres su mujer -pase saliva y tenía que acostumbrarme a eso, luego lo busque con mi mirada y no sabía dónde estaba. -¿Dónde está Jack? ¿Cómo sigue?
-Esta mañana se sintió mejor y decidió irse a la universidad.
-¿Universidad? ¿El 25 de diciembre? Nadie va a la universidad en un festivo.
-Bueno en realidad Jack perdió una materia y la está repitiendo y acá como no creen en la existencia de tu Dios no celebran el nacimiento del "niño Dios" por esa razón hoy es un día común y corriente, ayer era día feriado porque todas ustedes llegaron pero hoy es un día normal -Bueno eso respondió mi duda ¿pero a Jack no le iba bien en su universidad? ¿Qué estaría estudiando? Y bueno lo más importante ¿Por qué ella era una kamineko y yo una humana?
-¿Jack necesita ayuda?
-Yo le dije que le pagaba un profesor privado pero él dice que no necesita ayuda, es definitivamente un testarudo -sí que lo era.
-Vera Caroline, tengo muchas cosas que preguntarle pero no quiero sonar irrespetuosa.
-Claro que no, puedes preguntarme lo que quieras -Bien ahora al grano.
-¿Por qué usted es una kamineko y yo una humana? Es decir, ella vio mujeres kamineko de mí edad, no entiendo porque necesitan humanas
-Fue algo que sucedió hace poco, cuando Jack tenía como cinco años. Verás acá también seleccionaban un grupo de kaminekos vírgenes que serían entregadas a los hijos de los dioses. La virginidad es un tema demasiado importante para nuestra cultura y se es niña hasta cumplir los diez ocho años, por eso no se podían tener relaciones sexuales antes de esa edad. Las kaminekos que tenían relaciones antes de cumplir la edad eran asesinadas en la plaza para que todos las vieran y el kamineko que las desvirgaba era enviado a la cárcel a sufrir torturas inimaginables -entendí porque Jack no me podía hacerme suya por el momento, me matarían si eso pasaba -una kamineko se enamoró perdidamente de un kamineko que no solo era apuesto si no era un ser malvado y despiadado. Ella cometió el error de entregarle todo su amor sabiendo que estaba destinada a ser la mujer de un semi dios, el día de entrega Norte se dio cuenta de lo que ella había hecho y al no haber tiempo no pudieron darle una mujer al hijo de Pitch El dios de la destrucción, los dioses al enterarse se volvieron iracundos y juraron destruir nuestra especie.
-¿Cómo se enteraron? Usted no tiene marcas en sus muñecas y imagino que ella tampoco tenía.
-Eres observadora, esas marcas aparecieron después de la maldición por esa razón yo no las tengo, pero hay algo más notable que una cicatriz en las muñecas, no podemos ocultar el olor que nos queda al tener relaciones y eso fue lo que la delato a ella.
-¿Olor?¿Qué clase de olor?
-El olor que ahora tienes tú, ya no tienes ese olor dulce y tierno que traías, ahora hueles a Jack y a Elsa, como una especie de combinación ¿entiendes?
-Pero aún no hemos hecho eso ¿Me mataran por oler a él? -No estaba entendiendo nada.
-No, bueno seguiré con mi historia y luego responderé eso, los dioses nos maldijeron a nosotras por culpa de esa kamineko, nos volvieron infértiles y su intención era acabar con nuestra raza pecadora. Después de eso Tinkerbell la diosa de este mundo tuvo piedad de nosotros y le dijo a Norte sobre la existencia de las mujeres. Esas mujeres iban a lograr mantener la raza aunque fuera impura. Por eso conquistaron la tierra. La misma Tinkerbell convertida en una humana ayudo a Periwinkle a encontrarlas con ayuda de su hilo rojo del destino
-¿Hilo rojo del destino?
-Verás es un hilo invisible que solo Periwinkle puede ver, está atado a tu meñique y el otro extremo lo tiene la persona con la que vivirás toda tu vida. Ella juntó a todos los niños kaminekos y uno por uno siguió el hilo hasta encontrarlas a ustedes. ¿Sabes cómo encontramos los kaminekos nuestro otro lado del hilo? -negué con mi cabeza y me parecía eso una mentira, era como un cuento de hadas y en lo único que podía pensar era que ellos eran unos criminales por robarnos y entregarnos sin nuestro consentimiento.
-¡Olemos!, nuestro olfato nos muestra al que será nuestro amor. Tu olor es agradable para Jack por eso te escogió, porque tú eres su otro lado del hilo y para confirmar el vínculo Tinkerbell hechizo sus cuerpos, cuando tuvieran un primer encuentro sexual el nombre de los escogidos aparecerá en el cuerpo de cada uno. Y lo confirmaste ¿no es así? -vi mis muñecas y leí su nombre, ¿estábamos destinados a estar juntos? Tenía que ser pura palabrería.
-¿Pero en ese momento el nombre de Jack no hubiera aparecido? ¿Qué pasa si se hubiera equivocado?
-¡Es imposible! Tinkerbell ya los predestino, desde que traen mujeres a este lugar eso jamás ha fallado. Bueno y ves que el color del nombre es azul, normalmente es negro y es porque él no te ha hecho una mujer aún por eso no te mataran, en el momento que Jack entré en ti se volverá negra esa marca y con eso te van a revisar hasta que cumplas diez y ocho, así que por favor has todo lo posible para que Jack se controle y ustedes no salgan perjudicados. -el mismo Jack dijo que él no era un salvaje, era demasiado extraño que su madre me estuviera pidiendo eso.
-Hare lo que esté en mis manos para que Jack se controle.
-¿Tienes otra pregunta? -se levantó y toco mi frente para verificar mi temperatura.
-Ayer...bueno anoche, antes de que me desmayara vi a una kamineko y ella me insulto. ¿Quién es?
-Es Gogo, ella es amiga de Jack desde hace mucho tiempo y creo que siente algo más que sólo amistad por él - ¿me puse celosa? No, sentía rabia porque esa gata me había tratado mal y ni siquiera me conocía.
-¿Y qué siente Jack por ella?
-No lo sé princesa, el no suele demostrar sus sentimientos -Eso sin duda alguna me disgusto, no quiero a nadie en nuestras vidas mucho menos a esa egoísta y altanera, vino a mi mente lo que había pasado anoche con él y después de dudarlo por muchos segundos decidí preguntarle.
-Jack después de que me marcará anoche, a él le dolió algo como en sus piernas pero no quiso que lo ayudara, ¿Está enfermo? No entiendi porque me quitó del camino y se fue al baño.
-¿Dolor en sus piernas? - Caroline se burló mucho tiempo y luego me vio con ternura, trato de decirlo lo más suave posible para que no me sintiera ignorante pero fue inútil, me sonroje y quise que me tragara la tierra en ese momento -¿Crees que tocarte y tenerte tan cerca no le afectó a Jack? Tu -bajo la voz -tú lo excitaste princesa, conozco a Jack mejor que nadie, sé que es orgulloso y no te quiso decir nada tal vez porque si lo ayudabas con su "problema" no se iba a controlar.
-Caroline gracias por aclarar mis dudas -fue lo único que pude mascullar después de eso.
-No te preocupes ya te dije que estoy para ayudarte en lo que necesites y ¡ah! Elsa hay otra cosa que debes saber, Los juramentos...cuando un kamineko jura algo con sangre es sagrado, y si incumple el juramento morirá en seguida.
-¿Enserio?
-Sí mira por ejemplo...no se…. mmmm Jack te promete que no volverá a tomar alcohol en la vida, para que sea un juramento formal te dará de beber unas gotas de su sangre y si él toma aunque sea una gota de alcohol será castigado por los dioses y lo mataran enseguida ya que como Tinkerbell nos ha dado una segunda oportunidad al faltar a nuestra palabra de nuevo ya no intercede por nosotros. Es algo serio así que si no es necesario no hagas que Jack te jure cosas que no puede cumplir. -asentí, sí que eran raros y tenían muchas prácticas que no me enseñaron en la tierra, de hecho solo me enseñaron a ser una buena esposa porque ni siquiera me hablaron mucho del sexo. Había hablado mucho con Carolina y ya eran casi las once y media y no sé porque pero quería verlo.
-Caroline ¿Cuáles son las comidas favoritas de Jack? -me levanté cogí una hoja y un esfero del escritorio de Jack y escribí todo lo que me dijo, lo que no comía, las cosas que le daban alergia y sobre todo me advirtió que si no le gustaba alguna comida no la comía, que era demasiado quisquilloso en ese tema y que sólo comía lo que le preparaba Caroline porque no le gustaba como cocinaba Aries. Tendí la cama después de mucho decirle a Caroline que estaba bien, no quería dejarme hacer nada y yo no podía quedarme quieta, quería conocer el mundo del cual me habían privado, me bañe y me puse un vestidito sencillo que Aries me dejo sobre la cama con unos botines. Cocine el platillo favorito de Jack antes de que llegara de su universidad mientras hablaba con Caroline que solo me observaba pues no le permití ayudarme en nada y decidí hacer un postre alemán que me enseño a hacer mi mama cuando vivía con ella "el prinzregentetorte" batí los ingredientes y ella tuvo que salir, se despidió de mí y me dejo sola con Aries, busque por toda la cocina la esencia de vainilla y no encontré a Aries en toda la casa para que me dijera donde estaba, así que decidí salir y comprarla yo con otros ingredientes que me faltaban ¿Qué tan difícil podía ser? Salí a la puerta principal y vi el vacío a mis pies al final del jardín, las casas flotaban literalmente y la mansión vecina quedaba a unos metros pero también estaba flotando ¿Cómo podía llegar a la tienda? Vi el carro estacionado en la cochera y el carro era automático, le pedí que me llevara a la tienda "Como ordene señorita Frost" wooow esa cosa era asombrosa llegue en menos de quince minutos y cuando me baje era hermoso lo que veía, el cielo tenía un color rosáceo mezclado con azul como cuando atardecía en la tierra pero no eran más de las doce de la tarde, me quede viendo el cielo unos minutos, la luna se podía ver por el color y el sol hacía que brillara de una manera hermosa, siempre me imagine libre, respirando aire puro y sintiendo como el sol acariciaba mi cara, sonreí y camine observando a mi alrededor, los edificios eran altos, con colores que jamás había visto en mi vida, llenos de luces que parecían de neón y el suelo era de cristal donde podía ver en el fondo un río tan cristalino que algunos peces se acercaban al vidrio para besar mis botines.
-¡Elsa! – Reconocí enseguida la voz de Ana y la abrace, ella estaba con su empleada y me sonrió con ternura, como me inspiraba esa mujer, ella era sin duda la persona más fuerte que he conocido en mi vida.
-¿Qué haces? –me preguntó
-Comprando unas cosas ¿y tú Ana?
-Voy a ir al club ¿Espera donde están tus pulseras? –me tomo de las muñecas y vi en las suyas unos brazaletes dorados que cubrían su marca.
-¿Cuáles pulseras? –me preocupó la expresión de su rostro.
-Las que te dieron en la fiesta, Kristoff me las dio al final de la fiesta, ¡no puedes salir sin ellas!, te van a golpear si alguien te ve –Creó que me desmaye antes de que Jack me las diera y nadie me dijo sobre eso.
-¡Esconde tus manos! –puse mis manos atrás de mi cintura y mi cabello era lo suficientemente largo para cubrirlas, corrí directamente a donde había dejado el carro, sin embargo a pocos metros de llegar, alguien grito delatándome. –¡No tiene sus pulseras, deben castigarla! –era Mérida burlándose de mí y llamando la atención de unos kaminekos que tenían batas blancas y unos palos como los que acompañaba a la diosa Atena en las esculturas de la tierra. Él me halo violentamente del brazo y verificó que no traía puestas las dichosas pulseras, me asusté mucho, Ana trato de defenderme pero la apartaron, me halaron del cabello y me golpearon fuertemente en el ojo.
-¡Que mujer tan insolente!, ¡¿cómo puedes mostrar tu pecado?! ¡La próxima vez que cometas esta falta te mataremos estúpida! –me dolía mucho el ojo y no podía parar de llorar, Ana me metió en el carro para evitar que la gente me siguieran viendo, le ordeno al carro que me devolviera a la casa y no podía dejar de pensar en el castigo que Jack me iba a poner, tenía mucho miedo y tal vez él también me iba a golpear por ser tan tonta y salir de la casa sin las pulseras.
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