🍤Segundo Plato🍤
- Pss, pss.
- ...
- Pss, señor, pss.
- ...
- Psssssssss.
- ...
- ¡Señor!
El regordete hombre al que llamaba en susurros pegó un respingo considerable sobre el lugar, situó una palma sobre su pecho y lentamente, con la respiración acelerada, enfocó la mirada hacia a mí. Vaya, por su expresión cualquiera diría que acababa de ver una aparición demoníaca y no a un encantador veinteañero vestido de rojo metido entre unos arbustos haciéndole señas con una mano y levantando con la otra una bolsa de comida.
Si es que hoy día la gente se escandaliza por todo.
- Hey, acérquese un poco - Pedí, y sacudí más mis dedos para enfatizar.
Como yo no era sospechoso en lo absoluto, el hombre, dubitativo y cauteloso, tras varios segundos, dio pequeños pasos hasta acortar escasamente la distancia.
- Mire, le pago 40 mil won si sube hasta el departamento 3B de ese edificio, le entrega al inquilino esta bolsa con comida china y le cobra 21 mil won. No puede rechazar, es una ganga, le pagaré casi el doble de- ¡Hey! ¡Pero no corra! ¡Espere! ¡Espereeeeeee!
El muy hijo de la gran perra se había echado a correr y me había dejado con la palabra en la boca.
Bien, asumo que mis ojos muy abiertos y la voz histérica con la que hacía la petición tal vez no transmitiera mucha confianza. Pero, ¿en serio era para tanto? Hombre, yo solo estaba pidiéndole que cumpliera mi trabajo a cambio de darle casi dos veces el dinero que me pagarían. Si eso es una locura, entonces a mí que me ingresen y a la mierda, si total.
- ¡Eso! ¡Eso! ¡Huya, sabandija asquerosa! ¡Ojalá y se le jorobe una pata! - Grité al camino por el que acababa de desaparecer, con mirada rencorosa y sacudiendo las hojitas que se habían pegado a mi ropa y cabello.
No quedaba de otra, tendría que luchar esta batalla solo.
Porque sí, señoras y señores. Ahí estaba yo, de nuevo frente al edificio beige de cinco pisos en el que mi actual caliente-cliente-enemigo-queprovocabadeseosimpurosenmí, residía.
Entiendo que dentro de esa nueva denominación, varios términos tienen sentido para vosotros, puesto que mi atracción física hacia el moreno había sido innegable desde el primer segundo (literalmente). Sin embargo, ¿cómo "enemigo" había terminado dentro de esta lista?
Es una historia tan simple como deprimente, pues aparentemente en mi vida todo era simple, deprimente o caliente. En el caso de mi relación con el idiota de cabello gris y proporciones de Dios griego, se cumplían las tres.
Desde aquel incidente al que me gustaría denominar como "Fast and furious 12: encuentro y persecución en el condominio" (sí, soy un devoto cinematográfico), habían transcurrido tres semanas, y mínimo dos veces por semana había terminado coincidiendo por un motivo u otro con el tipo que ahora sabía que se llamaba Namjoon y tenía también 25 años.
Tal vez debería haberlo interpretado como algo positivo porque, o sea, el sexy boy revienta ovarios del autobús había aparecido de nuevo en mi vida y con ello mínimamente había mejorado la parte visual. Pero, si se tiene en cuenta que esto era así debido a dos situaciones específicas en las que yo involuntariamente acabé ridiculizádome y cuyas consecuencias fueron nefastas (Jelouuuu, lechuga en el culo), entonces no, no podía considerar las circunstancias como positivas.
Oh, claro, perfectamente podríamos haber hablado y llegado a un acuerdo pacífico, o incluso actuar como si ninguno de los dos recordara nada y seguir adelante, pero el tío, además de guapo, era hijo de su reputísima madre (sin afán ofender a la señora que le dio a luz), puesto que no perdía la oportunidad de humillarme o recordarme lo que había pasado.
Bueno, puede que humillarme sea una palabra un tanto fuerte, y, si somos sinceros, no es como si se la pasara riendo y restregándome en la cara que le había tomado una foto en el autobús y había huido de su casa como un cervatillo asustado. De hecho, lo poco que hablaba conmigo era para hacerme órdenes o pagar algo.
Pero yo lo veía en sus ojos, la expresión burlesca, las comisuras alzadas y la ceja arqueada sarcásticamente. Veía su sonrisa socarrona y los guiños que me ofrecía solo porque sabía que me molestaría o me sonrojaría (en dependencia de mi estado anímico).
Y eso hablaba más que mil palabras.
En las mencionadas tres semanas, él había ido varias veces al restaurante. La primera ocasión me quedé de piedra, a pesar de que me esperaba su visita. Lo juro, casi me sube el azúcar y todo, un poquito más y empiezo a gritar clamando por insulina. No obstante, con el tiempo, fui acostumbrándome y esa vergüenza y pánico que solían invadirme inicialmente, se convirtieron en molestia y en "lo odiaría si no estuviera tan bueno". A veces, el calor me consumía y terminaba encontrando sexy su pose despreocupada y su miradita insolente, mas la mayoría del tiempo estaba lo suficientemente emputado y ocupado evadiéndole como para ponerme a pensar con la polla.
Sí, evadiéndole. No era tan difícil en realidad, hacía todo lo posible por no atenderle personalmente. Cuando se sentaba en las mesas que por ley me correspondía atender, sobornaba a Hoseok para que lo hiciera en mi lugar, o le aseguraba a Minghao que pasaría sus mensajitos cochinos a Junhui solo para que me dejara atender el bar mientras Namjoon estaba en el recinto.
Por si os interesa, esto último solo pasó una vez ya que los tragos me salían tan malos que los clientes estuvieron a punto de hacer una huelga para que me destituyeran.
Que conste que me destituí yo solito porque casi me da un coma etílico probando un mejunje raro que había preparado mientras me las daba de barista.
Hombre, me asusté fuerte. Medio personal andaba abanicándome. Hoseok casi me hace respiración boca a boca porque según el muy imbécil me iba a sacar el alcohol del sistema como el príncipe le sacó a Blancanieves la manzana. No creo que eso hubiera sido humanamente posible, y en todo caso, el castaño hubiese necesitado tener una aspiradora por boca para succionar todo aquello. Ay... La escasez de materia gris en la raza humana cada día me sorprende más, gente.
Continuemos.
El caso es que en el local no era tan difícil ignorarle, al menos no en el plano físico. Sus miradas ya eran otra cosa.
En palabras simples: irresistibles. Así yo estuviera en el otro extremo del salón, sabía cuándo me estaba observando, y no podía evitar regresarle la vista. Eso sí, siempre le dirigía ojos entrecerrados y muecas "furiosas" para profesarle y transmitirle todo mi odio.
Parecía un retrasado.
En cambio, él me contestaba con risas que no podía oír y sonrisas que eran todo burla, hoyuelos y poesía explosiva para mi ya desquiciada mente que no sabía interpretar las señales ambiguas.
El muy idiota a veces me dejaba notitas junto a la cuenta. La peor de todas fue una que decía: "Jin-ah, las vistas por aquí son demasiado buenas. Pero solo cuando tú estás en la habitación".
Y eso me traía el bullying de los compañeros y que mis niveles de tensión alcanzaran valores inhumanos. No sé por qué razón esas actitudes le parecían divertidas, no obstante, lo que yo sí sabía es que para mí no lo eran en lo absoluto. Ya me hubiese gustado que fuera verdad, mas era muy consciente de que básicamente yo era un tomate andante con olor a comida china cuándo estaba trabajando, a veces incluso un tomate sudoroso. Así que, si las vistas en el local eran buenas, definitivamente nada tenía que ver conmigo.
Lo peor de todo era que como me ponía nervioso y me sacaba de quicio, yo terminaba haciendo el ridículo de formas inimaginables. Que si errores en las órdenes, que si salir del baño con trozos de papel higiénico pegados en la suela de los zapatos, que si tomar wasabi durante mi almuerzo creyendo que era helado de manzana y tener que acabar con el stock de leche de vaca del local para tratar de quitarme el jodido ardor, que si comerme el piso del local por un resbalón y terminar en urgencias con media cara hinchada... Ya sabéis, esas nimiedades.
Regresando a la historia, a veces el tipo pedía platos desde su casa, y aquí era mucho más fácil escaquearse de él, porque solo había tenido que sobornar a Yuqi para que mandara a cualquier otro en mi lugar, y punto final.
Pero hoy la situación se me había ido de las manos. O sea, literalmente no había tenido ni siquiera oportunidad de negarme, pues en el el turno diurno solo estábamos Hoseok, la pelirroja, Chen Le y yo. El pequeño Chen se hallaba fuera del local cumpliendo con otro pedido, como ya dije Yuqi no hacía entregas y Hoseok era un inútil incompetente que no manejaba, por lo que sin siquiera poder ofrecer resistencia, me encontraba con el casco puesto de camino a la vivienda del peligris.
Y así es como llegamos al inicio del capítulo y mi momento de inarmonía llamando al viejo de los cojones.
Llevaba más de 10 minutos haciendo el idiota en los bajos del edificio en busca de encontrar una forma de no tener que ver a Namjoon, no obstante, ese tiempo fue suficiente para hacerme entender que, por mucho que aborreciera la idea de hablar con él directamente, no me quedaba de otra. Por tanto, avancé a mala gana como un niño castigado hacia el interior del inmueble, y con mi mejor puchero y entrecejo arrugado estuve esperando hasta que el elevador llegara.
Poco tiempo después, la puerta de madera maciza se alzaba ante mis narices como única barrera entre el morenazo, digo, el moreno estúpido que no me gustaba nada, y yo.
- Volvemos a encontrarnos, viejo amigo - Murmuré con recelo a la alfombra del koala azul. Pues sí, aparentemente, mi grado de demencia había llegado al extremo de hacerme hablar con felpudos de animales caricaturizados.
Ah, había decidido llamarle Empérides. No me juzguéis, me gustan los nombres exóticos.
De mala gana, presioné el timbre para posteriormente escuchar "Un segundo, por favor", del otro lado. Levanté la barbilla y puse una cara digna de persona inestable que en mi cabeza era más bien una expresión "ruda" y por todos los medios decidí ignorar lo seeexyyyyyy que era su jodida voz.
Pero entonces la entrada se abrió, él apareció, y sus puñeteros brazos perfectos y piel tostada me hicieron pensar que su voz era el menor de mis problemas.
Él entero era un problema y me volvía a mí un desastre. Traía el cabello húmedo por lo que parecía ser una reciente ducha, y algunas gotitas de agua adornaban su frente o se repartían aleatoriamente por la piel a la vista. De nuevo, llevaba unos pantalones sueltos y una camiseta amarilla sin mangas, de la cual algunas zonas, principalmente alrededor del cuello, se encontraban mojadas.
Eso sí que era un sueño húmedo, casi literalmente.
Y para que sepáis, es muy jodido intentar odiar a alguien que, básicamente, quieres que te joda. Sí, lo admito, por muy promiscuo que suene, no me hubiese importado, a decir verdad.
Su rostro amistoso sufrió una leve transformación, permitiendo que instantes breves después, la típica mueca de diversión y burla se abriera paso en sus rasgos.
- Pero mirad a quién tenemos aquí - Comentó con sorna, apoyándose en el marco de la puerta de una forma que ciertamente me pareció muy sensual. Yo, totalmente a la defensiva, me crucé de brazos y entrecerré los ojos.
- ¿Mirad? Man, ¿con quién hablas? Solo estoy yo.
- Es solo una forma de hablar. Los malos de las películas siempre lo hacen, ¿sabes?. - ¿Véis? Hasta él aceptaba que era el malo, yo no me estaba inventando cosas. Puñetas.
- Encaja - Dejó escapar una pequeña risa sabría Dios por qué razón, pero yo solo pude enfocarme en las arrugas en los costados de sus ojos. Eran muy bonitas.
"No Jin, no son bonitas. Mal, mal, son patas de gallo como las de los señores mayores. Asqueroso, repulsivo, guacala".
- Eres muy gracioso Jin - Planteó, ensanchando su sonrisa hasta dejar los dientes a la vista. Ah, ahí estaba el hoyuelo.
Yo enfurruñé aún más los ojos, al punto de que casi no podía ver nada y mi apariencia de gilipollas adquiría un nuevo nivel. Decidí ignorar el comentario porque en primer lugar no sabía qué le había hecho llegar a tal conclusión, por lo que simplemente estiré la bolsa con su comida y con voz de camionero, dije:
- Serán 21 mil.
- Wow, ¿ni siquiera un buenas tardes? ¿Un cómo has estado? Nene, me dueles. Esto máximo te valdrá para tres estrellas.
Sujeté el puente de mi nariz con el índice y el pulgar de mi mano libre, en un claro gesto de "Dios, dame paciencia".
- En primera, tengo prisa. En segunda... ¡No me llames nene! Y en tercera, toma esta mierda de una vez, que ya debe estar fría.
- Claro, si no te hubieses pasado media hora allá abajo dando vueltas - Planteó - Por cierto, me tiene muy intrigado la razón de estar metido en los matorrales. ¿Algún tipo de ritual del delivery? ¿Es cosa de todos los repartidores o solo lo haces tú?
Vale, no hace falta la aclaración, pero la voy a hacer de todas maneras. ¿Yo rojo? Nah, lo siguiente.
- ¿Me has visto? - Chillé, dejando completamente de lado el tono de macho pecho peludo de antes y sustituyéndolo por uno similar al de una sirena de un auto policía - ¿Cómo sabías que había llegado? ¿Me estabas espiando?
- Cariño, deberías revisar la moto. Hace un ruido muy raro. Las puertas del balcón estaban abiertas y tú grito de "¡Estúpido trasto del demonio, te voy a exorcizar!", no fue muy sutil que digamos.
Sí, puede que haya perdido un poco el control al llegar al aparcamiento. Es que no sé qué mierda le pasaba al tubo de escape que sonaba como una ráfaga incesante de pedos. Me tenía mal de los nervios y me fui, pipol, me fui.
- Ah.
- Y por cierto, no es que me moleste ni nada. Pero en este barrio la gente es susceptible y no creo que se tomen muy bien que llames a uno de los vecinos "sabandija asquerosa" - Añadió entre risas - ¿Qué te hizo el pobre hombre? Aunque si te soy sincero, el señor Won nunca ha sido santo de mi devoción. Un día dejó que su perro hicieras sus necesidades en mi alfombra - El rencor era prácticamente palpable, sin embargo, después miró hacia el felpudo y puso cara de pena - Pobre Koya, lo desteñí de tanto cloro que le eché.
- Se llama Empérides - Corregí por inercia, sin detenerme a pensar realmente lo que estaba diciendo.
- ¿Qué?
- ¿Qué de qué? - Contesté haciéndome el desentendido, cayendo en cuenta de lo raro que era que discutiera por el nombre del animal que salía en su alfombrilla.
- ¿Qué de qué de qué? - Añadió, volviendo a la mueca jocosa de momentos atrás.
- ¿Qué de qué de qué de qué?
- ¿Qué de qué de qué de qué de qué? - Se hallaba muerto de la risa siguiéndome el juego, a pesar de que, siendo honestos, yo me lo estaba tomando muy en serio.
- ¿Qué de qué de qué de q-agqy- ¡Aish! - Y se me trabó la lengua, así que perdí, grité indignado y literalmente salté sobre mis pies haciendo berrinche. Claramente el peligris se estaba divirtiendo, no obstante, también era obvio que ni él ni yo sabíamos muy bien qué mierda estaba pasando y por qué habíamos terminado hablando de... Bueno, de nada básicamente - ¡¿Vas a tomar tu comida o qué?!
- Vale, vale. Tranquilo. No te enfades - Estiró la mano, haciendo ademán de tomar la bolsa, mas, cuando pensé que realmente la cogería, acabaríamos con esto y yo podría irme de regreso a Dia Boa Lu con un mínimo de dignidad intacto, apartó su extremidad perezosamente y se rascó el cuello. Yo resoplé, con las mejillas rojas pero esta vez por el creciente enfado - Aunque si te soy sincero, me sorprende verte por aquí.
- Soy mesero y repartidor, genio - Rodé los ojos, mostrando abiertamente mi desdén.
- Sí, y también un experto en escabullirte. Cada vez que nos vemos te escondes o sales corriendo. De hecho, ahora mismo estoy mentalmente preparado para verte escapar en cualquier momento.
- ¡Yo nunca me escapo! - Vale, quizá tengo una manía en negar lo obvio, puesto que justamente como la primera vez que visité su vivienda, decidí que lo más acertado sería discutir lo indiscutible. Es que ese tipo me ponía de los nervios.
- ¿Ah no? - Arqueó una ceja - Saliste corriendo del autobús-
- ¡Caminar es más sano y ayuda a mantener la figura! - Interrumpí su planteamiento, no obstante, no me hizo mucho caso, ya que levantó un dedo como si estuviese enumerando y luego siguió hablando apaciblemente.
- Te fuiste corriendo la última vez que viniste-
- ¡Me gustan los deportes extremos y correr por las escaleras está en el top 10 de mayores riesgos a los que se puede exponer un ser humano en su día a día! - Don estadísticas me llamaban. Alzó un nuevo dedo, siguió hablando y me ignoró en proporciones olímpicas.
- En el local te alejas de mí como si tuviera lepra y pones tanto esfuerzo en eso que hasta te chocas con los clientes.
- ¡No choco con nadie! ¡En China es tradición saludarse con pequeños empujoncitos!
- ¡Pero si el otro día tiraste a una mujer al piso porque no la viste!
- ¡Sí la vi! ¡Solo estaba muy emocionado y la saludé fuerte porque somos buenos amigos!
- ¡Venga ya, Jin! - Exclamó, siendo incapaz de contener una carcajada. Yo solo pude sentirme molesto y abochornado a partes iguales, y puesto que no sabía qué hacer ni qué decir, comencé a emitir un sonido estrangulado desde el fondo de mi garganta dejando claro que estaba a punto de colapsar.
Y, bueno, fue lo que hice.
- ¡¿Por qué eres así conmigo?! ¡¿Qué te he hecho para que me odies tanto?!
Solo eso bastó para que un silencio sepulcral se ubicara en el ambiente, y con una velocidad que no era menos que vertiginosa, la risa y sonrisa de Namjoon desaparecieron, siendo sustituidas por la confusión, y acto seguido, seriedad.
Yo callé, y presioné mis labios en una línea fina temiendo que si no lo hacía diría más cosas fuera de lugar, pero no aparté la vista, todo lo contrario, le observé fijamente directo a los ojos.
Creo que estuve reteniendo la respiración en los incómodos pocos segundos que vinieron después, hasta que finalmente él habló y cortó la tensión como un cuchillo a un pastel.
- Disculpa, ¿qué?
Suspiré, dejando escapar ese aire que había retenido, y retomé mi pose de brazos cruzados defensivamente. Bien, originalmente mi plan era irme lo más pronto posible de ahí, sin embargo, visto lo visto, y teniendo en cuenta lo estúpidamente confundido que parecía, lo mejor sería que habláramos de una vez por todas como adultos y yo sacara todo esto de mi sistema.
- Sí, no disimules. Desde que sabes dónde trabajo te la pasas yendo al local solo para molestarme y burlarte de mí. Tío, entiendo que lo que pasó en el autobús te haya incomodado, pero supéralo, fue un error. No, y en serio tienes que tener una vida muy aburrida para que hacerme la vida imposible a mí sea tu única forma de entreteni-
- Espera, espera, espera, espera - Sus palabras frenaron mi perorata, y él situó las manos en alto, mostrándome sus palmas - ¿Qué mierda, Jin? ¿Molestarte? ¿Vida imposible? - Ahora no parecía desorientado, más bien indignado y completamente descolocado.
- ¡Sí! - Grité manoteando como loco y llevando en mis movimientos descoordinados la pobre bolsa de comida. Posteriormente, comencé a caminar en círculos por el pequeño recibidor - ¡Sabes bien de lo que estoy hablando! ¡Vas al local y me miras con esa carita que sabes que me pondrá histérico, y me guiñas el ojo o me saludas, o sonríes con esa mueca que me vuelve todo wjwksjsiska! - Sí, no dije una palabra, fue más bien un ruido gutural, mas estaba seguro de que él podría interpretarlo - ¡Y dejas esas malditas notas que me vuelan el cerebro porque sabes que voy a enloquecer!
- Esto es de locos - Dijo, negando con la cabeza y volviendo a sonreír.
- ¡Exacto! ¡Loco me vuelves, idiota! ¡¿Y ahora qué te parece tan gracioso?!
- ¿En serio crees que voy a Dia Boa Lu solo para meterme contigo?
- ¿Por qué iba a ser si no?
- Jin, estoy coqueteando contigo. O al menos, intentádolo.
Vale, fue mi turno de quedarme de piedra. ¿Sabéis esa puñetera manía de Whatsapp para crear la copia de seguridad justo a las dos de la mañana? Bueno, pues mi cerebro tenía la costumbre de reiniciarse mínimo una vez al día, solo que en este caso la hora no estaba determinada y podía ocurrir básicamente en cualquier momento bajo cualquier circunstancia.
Decidí que el medio de la conversación sería adecuado para ello.
- ¿Cómo? - Cuestioné tras unos instantes observándole con cara de póker - ¿Tú... Yo... Pero y... Y el autobús... Y el wasabi... Oh, entonces lo de las...? - Mis balbuceos se debían a que tenía demasiadas cosas en la cabeza que no sabía en qué orden o de qué forma preguntar. Después de tomarme un tiempo considerable tartamudeando, decidí que no, no valía la pena que mis neuronas se derritieran pensando cuando probablemente esto era otro de sus jueguitos - Venga ya, Namjoon. Deja de tomarme el pelo.
- No te estoy tomando el pelo, Jin - Soltó con cierto retintín - ¿Por qué lo haría?
- No, la pregunta es, ¿por qué te gustaría yo? - Expresé con obviedad - No he hecho más que el ridículo desde que te conozco.
- Jin - Empezó con paciencia, como si estuviera a punto de explicarme algo que ya debería saber - eres guapo, inteligente y, muy, muy, muuuuy - Énfasis en muy, señores - Gracioso. De verdad, desde que te vi por primera vez no he hecho más que reírme.
- De mí - Afirmé receloso.
- Contigo - Corrigió.
A ver, si lo analizamos detenidamente, el peligris no mentía. Yo soy guapo, qué digo guapo, guapísimo. Es cierto que el ambiente hostil en el que me desempeñaba no dejaba ver la parte más agraciada de mi físico, pero equis, yo era divino. ¿Inteligente? Paff, me sabía las canciones Marco Antonio Solís del pi al pa en perfecto y fluido español, así que sí, yo era súper dotado. ¿Gracioso? Me pasaban tantas estupideces que sí o sí te terminabas riendo cuando compartías conmigo. Yes, yo era todo papi chulo.
- Bueno, si lo pones de esa forma... - Fingí estar reflexionando sus palabras, a pesar de que no acababa de tragármelo. De hecho, no confiaba en el moreno en lo absoluto - Nah, no me lo creo. Payaso - Eso, insulto fácil para rematar. Luego de aquello, puso una palma en su frente y suspiró de forma sonora.
- ¿Recuerdas que hace dos segundos dije que eras guapo, inteligente y gracioso? Pues olvídalo, dejémoslo solo en guapo y gracioso, porque está claro que eres cortito de entendederas.
- ¡Y encima vas y me llamas idiota!
- Hey, que tú me acabas de llamar payaso y yo no dije ni mú - Subrayó, sin lucir para nada ofendido, al contrario de mi persona.
- Ya, pero es que tú sí lo eres porque no paras de burlarte de mí.
- Y dale. ¡Que no me estoy burlando de ti, tonto! - Parecía exasperado y frustrado ante las negativas y constantes acusaciones, no obstante, en mi defensa he de decir que nadie en sus cinco sentidos hubiese aceptado de primera y pata su numerito - ¡Que lo que quiero es ligar contigo!
- Eso es lo que tú dices, ¿pero cómo sé yo que es cierto? - Contraataqué.
- ¿Los mil mensajes que te he dejado en las cuentas no te pudieron hacer sospechar? - Bueno, tenía su punto - Hombre por favor, si hasta te escribí un poema.
- ¿Te refieres a eso que decía "Jin, mi corazón hace tilín tilín solo si estás junto a mí. Pero cuando no estás conmigón, hace tolón tolón y caigo en depresión"? Uff, maestro de la lírica. Conmigón ni siquiera es una palabra.
Esa maravillosa obra de arte (nótese el sarcasmo) llegó a mis manos luego de que él hiciera un pedido a domicilio que Chen Le vino a entregarle. El chino volvió con una sonrisa de oreja a oreja al restaurante, y cuando me vio, dijo: De parte de tu Romeo. Entonces dejó eso que él llama poema sobre el mostrador del bar y al leerlo, estuve debatiéndome entre cagarme de la risa, emputarme o sonrojarme. Y como yo soy un hombre espectacular y singular decidí hacer las tres a la vez. Porque pude, quise y me dio la gana. Olé.
- ¿Qué quieres? Mi hermano pequeño estaba viendo no sé qué cosas de vacas en la tele y el repartidor estaba apurado. Fue lo máximo que pude hacer en tan poco tiempo, y bueno, conmigón rimaba. ¡Pero hey! No me negarás que el mensaje es muy bonito.
- Precioso.
- De verdad, Jin, estoy hablando en serio - Continuó, ignorando mi irónica respuesta - A ver, no te voy a decir que estoy enamorado y que vivo por ti o alguna cosa de esas porque apenas te conozco. Pero me interesas. Me interesas mucho, y creo que podríamos llevarnos bien si tan solo nos conociéramos más. Y quién sabe si pudiéramos llegar más allá de eso.
Quedé callado, observándole fijamente en busca de cualquier atisbo de sorna. Por el contrario, solo choqué con sinceridad, o al menos eso me pareció que era. Ello me hizo pensar que igual no mentía y era cierto lo de su atracción hacia mí, cosa que ciertamente no me hubiera molestado para nada, porque entonces el interés sería mutuo.
Aguardé un poco más, esperando que riera en cualquier momento o algo por el estilo, sin embargo, siguió brutalmente serio, de tal forma que logró quebrar mi ferviente convicción de que solo era un idiota burlón con aserrín en la cabeza.
Todo el "odio" que supuestamente sentía hacia el moreno desde las pasadas semanas quedó sustitudio por la esperanza de que realmente le pudiera gustar yo como él me había gustado a mí desde el primer instante.
- ¿Lo dices de verdad? - Solté dubitativo.
- De verdad - Contestó sin dilaciones.
- ¿Pero de verdad, de verdad?
- De verdad, de verdad.
- ¿Pero de verdad, de verdad de la buena?
- Que sí Jin, de verdad, de verdad de la buena - Sonrió, y así me hizo sonreír a mí. Entonces ya el ambiente no era ni tenso, ni incómodo, ni absurdo, ni ninguna de las cosas que fue minutos atrás. Ahora lo sentía cálido, incluso acogedor, y una extraña sensación se apoderó de mí estómago, haciéndome sentir mareado y hasta un poco tímido.
- ¿Por qué no me lo dijiste antes?
- ¡Porque no me dejabas hablar contigo! - Chilló desesperado, y luego enterró los dedos de su mano derecha en su cabello húmedo. No pude evitar la risa nerviosa que se me escapó, pues acababa de darme cuenta de que estaba volviendo al pobre hombre loco. Se lo merecía, así las condiciones eran parejas para los dos, a pesar de que la causa fuera diferente.
- Vale, vale, mensaje captado - Efectué un saludo militar, remarcando mi punto - Lo siento, es que... Bueno, ya sabes, estaba avergonzado. Por lo del bus, y la última vez que vine aquí, y... Eso.
- No tenías por qué - Su planteamiento resultó tranquilizador - Quiero decir, en serio me pareció muy divertido. Vale, quizás en un futuro sí te moleste un poco con todo esto pero puro humor, no quiero humillarte ni hacerte sentir mal.
Sonreí como estúpido, y aparentemente le transmití la misma estupidez, porque imitó mi acción y nos quedamos mirándonos así. Ah, Cupido y su incesante pasión por convertir a los humanos en criaturas descerebradas.
No, es que en serio, había tenido más transiciones anímicas en menos de media hora que una persona con diagnóstico de bipolaridad. Eso no podía ser sano, gente.
Pero se sentía bien, así qué, ¿a quién le importa?
Al cabo de unos momentos, Namjoon me sacó de la nube en la que él mismo me había metido (malnacido) y habló:
- Entonces, ¿es un sí?
- ¿Un sí a qué?
- A salir, conocernos un poco y eso.
- Oh - Formé una "o" con mis labios, y frené aquellos impulsos repentinos de gritar un "Sí" a todo pulmón. En cambio, después de fingir pensármelo, respondí: - Uhmm... Es un "tal vez".
- ¿Pero un "tal vez" de "estoy pensando en una forma sutil de rechazarte" o un "tal vez" de "sí, definitivamente sí, pero estoy haciéndome el interesante"? - Cuestionó con picardía, más que consciente de que los dos seguíamos la misma línea de pensamiento. Y sí, mi "tal vez" era del segundo tipo, no obstante, como bien él dijo, tenía que hacerme el interesante, así que...
- Es un "tal vez" de "tal vez", Namjoon. Tal vez.
Y tuve que hacer una fuerza sobrehumana para no derretirme a sus pies cuando el hoyuelo volvió a aparecer.
Galleta salvaje 🍪
Koooook. 10:10 p.m
Koooook. 10:10 p.m
KOOOOOOOOK. 10:10 p.m
Hyung, solo por saber. ¿Esto va a ser así siempre? 10:11 p.m
¿El qué? 10:11 p.m
Tú, escribiéndome como un histérico en medio de una crisis 10:11 p.m
ES QUE ESTOY EN CRISISSSSSSS 10:11 p.m
Has enviado un sticker 10:11 p.m
A ver, ¿qué pasó ahora? 10:11 p.m
Y rapidito, eh. Que tengo a Yoongi esperando en la habitación 10:11 p.m
Galleta salvaje 🍪 ha enviado un sticker 10:11 p.m
Ese man pasó de ser el más mojigato de Seúl a volverse el más ninfómano 10:12 p.m
¿Qué puedo decir? Vine buscando cobre y encontré oro 10:12 p.m
¿Quién pudiera? 😩 10:12 p.m
¿Bueno qué? ¿El chisme pa cuándo? 10:12 p.m
Ah sí sí 10:12 p.m
¿Te acuerdas de Namjoon? 10:12 p.m
Teniendo en cuenta que no paras de hablar de él y de humillarte frente a él, y que por su cuenta tienes una lechuga en el culo... Hombre, lo recuerdo vagamente, sí 10:13 p.m
Mira, el sarcasmito te lo metes por dónde te quepa 10:13 p.m
El único que me puede meter cosas es Yoongi 10:13 p.m
Ahórrate los detalles, sucio 10:13 p.m
Hyung, venga, tengo prisa. Resume 10:13 p.m
Namjoon me ha dicho que le gusto y que quiere que nos conozcamos mejor 10:14 p.m
Galleta salvaje 🍪 ha enviado un sticker 10:14 p.m
Espera, ¿QUÉ? 10:14 p.m
¿Y tú qué has dicho? 10:14 p.m
Que tal vez. Pero claramente es sí 10:14 p.m
Has enviado un sticker 10:14 p.m
Galleta salvaje 🍪 ha enviado un sticker 10:14 p.m
Wtf Jin!?!?! 10:14 p.m
Pero si hasta ayer tú estabas tipo: 10:14 p.m
Galleta salvaje 🍪 ha enviado un sticker 10:14 p.m
Con él 10:14 p.m
¿Cómo pasó esto? 10:14 p.m
Galleta salvaje 🍪 ha enviado un sticker 10:14 p.m
¿Tú no tenías prisa? 😏😏 10:14 p.m
Habla!!! 10:14 p.m
Ya voy, ya voy 10:14 p.m
Bueno, el caso es que él hizo un pedido al local, y como tengo una suerte de perros me tocó llevarlo a mí 10:14 p.m
No quería, pero pues ni modo 10:14 p.m
Así que fui así: 10:14 p.m
Has enviado un sticker 10:15 p.m
Has enviado un sticker 10:15 p.m
Has enviado un sticker 10:15 p.m
¿Por qué envías la misma bola amarilla en diferentes ángulos? 10:15 p.m
Shh, calla 10:15 p.m
En fin, que fui emputado 10:15 p.m
Y bueno, no te voy a hacer la historia muy larga, pero el caso es que después de discutir y de hablar un poco de sandeces (mi pan de cada día), el tipo me dijo que no quería molestarme, sino ligar conmigo 10:15 p.m
EJEM 10:15 p.m
¿Qué te pasa, niño idiota? 10:15 p.m
¡Hace dos semanas te dije "Hey, Hyung, ¿y si en vez de joderte la vida (como tú mismo decías, por cierto) está tratando de coquetear contigo?" y me llamaste idiota! 10:15 p.m
ª 10:16 p.m
Errar es de humanos 10:16 p.m
Galleta salvaje 🍪 ha enviado un sticker 10:16 p.m
¿Te atreves a usar mis propios hechizos contra mí, Potter? 10:16 p.m
¡¡¡Sigue con el puto cuento!!! 10:16 p.m
¿Pero qué más quieres que te diga, mijo? Normal, él fue encantador, yo más todavía porque, o sea, soy increíble. Me aclaró la cabeza, y bueno, básicamente pasaremos más tiempo juntos a ver qué pasa 10:16 p.m
Aunque todos sabemos qué va a pasar 10:16 p.m
Galleta salvaje 🍪 ha enviado un sticker 10:16 p.m
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Galleta salvaje 🍪 ha enviado un sticker 10:16 p.m
La verdad es que al principio estaba desconfiado, no me creía nada 10:16 p.m
Pero fue verle a los ojos cinco segundos y ya estaba en plan: 10:16 p.m
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Así que se cancela el odio, Jungkook 10:17 p.m
Volvemos al plan A: amor eterno y gemelos 10:17 p.m
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La verdad es que hasta parece posible. Si aún con todas tus idioteces sigue interesando en ti, entonces esto debe ser cosa seria 10:17 p.m
I know honey 💅 10:17 p.m
Hyung, vete a dormir 10:17 p.m
Debes estar cansado 10:17 p.m
No tienes que usar excusas, sé lo que quieres 10:17 p.m
Pero igual tienes razón, así que me piro 10:17 p.m
Usen condón!! 10:17 p.m
Hyung!! 10:17 p.m
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Good night chikibabies
Alguien aún lee esta cosa? 🤡
Bueno, en fin, volví XD
Nomás queda un cap para que se acabe, y definitivamente antes de septiembre lo publico (y no me va a pasar como otras veces pq ya está empezado)
Bueno, qué decir, hacía meses que no publicaba nada y que tampoco escribía, por lo que estoy emocionada porque extrañaba hacerlo pero a la vez acojonada pq he perdido la práctica así que el cap seguro está de la verga y además ni Jesús debe recordarme :'v
Pero equis, de cualquier forma solo quiero dar las gracias por leer a quien lo haga, y como siempre, mis disculpas por tardar.
Yo me pierdo y todo, pero no quiero que nadie dude nunca de mi agradecimiento y mi amor por vosotros, en serio 💚💚
Soy pendeja y publiqué el capítulo incompleto pq metí el dedo donde no era Xd 🤡🤡🤡🤡
Espero que os haya gustado, y que al menos os haya sacado una risilla. Seguiré escribiendo el próximo cap para publicarlo pronto.
Besazos y cuidaos mucho amores 💚💚💚💚
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