Miré a Jimin y me reí al ver la lucha que tenía con su ropa. 

Me acerqué hasta él y decidí ayudarlo:—¿Puedo ayudar? —consulté. 

El rubiecito hizo una mueca y asintió con un pequeño puchero, para luego entregarme la camiseta que tanto le estaba costando doblar. La tomé y me senté en la cama. 

Por fin comenzaban nuestras vacaciones de verano, y si bien no sería más que un mes, estaba seguro que las cosas saldrían en mi beneficio. 

Decidí que durante estas vacaciones cambiaría muchas cosas con respecto a mi relación con Jimin.No creía justo perder la batalla sin ni siquiera haber luchado por él primero.

¿Voy a perder contra Namjoon? Por supuesto, no soy rival para él, pero me niego a creer que no puedo al menos ganarme un puesto en el corazón de Jimin. 

Así que estás vacaciones definitivamente serían el comienzo de algo nuevo para ambos. 

—¿Seokjin te dijo algo de estas pequeñas vacaciones? —preguntó Jimin preocupado—. No me gusta dejarlo tanto tiempo solo. 

Lo miré e incliné mi cabeza curioso. 

—Solo es un fin de semana, no creo que nos vaya a extrañar mucho. — Estiré mi mano y acaricié su cabello—. ¿Le avisaste a tus padres que iremos a una casa en la playa?

Una mueca llena de disgusto se presentó en su rostro.

—Les avisé pero aún no contestan mis mensajes. —Se encogió de hombros—. Aunque también le avisé a mi hermana, dijo que estaría llamándome. —Suspiró—. Supongo que era mejor no avisarle. 

—¿Tienes una hermana? —pregunté sorprendido. 

—Tengo varios hermanos —contestó con voz baja—, pero Minji es la única que comparte conmigo ambos padres. 

Siempre me pregunté por la familia de Jimin. Él parece tan negado a hablar del tema que simplemente trato de evitar mencionar a sus padres. 

Sé que es hijo de padres divorciados y que ambos intentan llenar su vacío dándole dinero en grandes cantidades. Jimin lo ahorra y usa solamente lo necesario para cubrir sus necesidades. 

—¿Ella es mayor? —pregunté y él asintió—. ¿Por qué no vive aquí contigo? 

—Está estudiando en Seúl. Quiso llevarme con ella, pero yo... no quería dejar este lugar. —Suspiró y cerró sus ojos—. Tal vez porque Busan es el único recuerdo que tengo de mi familia unida. 

Hice una mueca y lo atraje a mí para abrazarlo. 

—¿Con tus papás no tienes contacto?

—No mucho, ellos viven trabajando. Mi mamá está en Japón con su marido y mis tres hermanos. Mientras que mi papá está en Estados Unidos con su esposa y mis otros hermanos. —Se encogió de hombros—. Para Navidad veo a mi hermana y a mi abuela, ellas vienen a visitarme y a tratar de convencerme de ir a vivir con ellas. 

—¿Y alguna vez lo pensaste? —pregunté con miedo, pero él negó. 

—No, siempre me detiene algo. Al principio era el recuerdo de mi familia, luego se sumó Tae y Hoba, y suena bobo, pero ahora todos ustedes son mi familia. —Sonrió ampliamente—. Soy muy feliz cuando estoy con ustedes. 

Una sonrisa se me formó en el rostro mientras escuchaba lo feliz que era junto a todos nosotros. 

Definitivamente esa radiante sonrisa era la que quería ver durante toda mi vida. 

Estas vacaciones no pienso desaprovechar ni un segundo. 

Te voy a enamorar, Park Jimin.

...

...

Una sonrisa se formó en su rostro y negó mientras seguía charlando con alguien por medio de su celular. 

Simplemente me quedé mirando y disfrutando de esa hermosa sonrisa por un largo rato. 

Jimin tiene una belleza muy particular, sus ojos son como dos hermosas medialunas que al momento de sonreír desaparecen por completo.

Su sonrisa es gigante y sumamente luminosa, de esas que ves y piensas «Qué hermosa sonrisa tiene...». Su nariz es como un pequeño botón, tan bonita que siento el impulso de tocarla, aunque soy consciente que eso tal vez me cueste la vida. 

Sus labios son tan esponjosos y se ven tan suaves que solo quiero... ¿besarlos?

Dios, sí. Quiero besarlo.

Me sentía extraño por admitir tal cosa. Jimin me gustaba demasiado y no sabía cómo manejar todas las emociones que venía conteniendo. 

Soltó un suspiro y apoyó su cabeza en mi hombro. 

—Era mi hermana —contó en voz baja y orgulloso me mostró una foto—. Ella es Minji. 

La foto mostraba una chica muy bonita, su pelo era castaño y tenía facciones muy delicadas al igual que Jimin. No eran parecidos, casi nada, pero sí tenían algo similar y era la gran sonrisa. 

—Es linda —señalé sonriendo.

—Se parece mucho a mi mamá —contó sonriendo—. A mí me tocó ser como mi papá.

Mierda, entonces el padre es lindo. 

—Tú también eres hermoso —aseguré con una sonrisa. Jimin escondió su rostro y me hizo reír en el momento que mordió mi brazo con suavidad. 

—No digas esas cosas, bobo —murmuró bajito—. Pero gracias por considerarme alguien lindo. 

—Yo dije hermoso, no solamente lindo. También debo agregar la palabra precioso, tierno, magnífico, bello, bonito... —Jimin comenzó a reír mientras que yo seguía diciendo sinónimos referentes a su belleza. 

—Creo que entendí. —Cerró sus ojos y respiró profundamente—. Me gusta estar contigo, Jungkook. No entiendo cómo lo haces, pero llenas mi corazón de alegría. 

Fue allí... Fue en ese preciso momento cuando sentí algo en mi interior, como una punzada en mi estómago que me hizo soltar una risa idiota, la cual fue suficiente para darme cuenta de lo perdidamente enamorado que estaba de Jimin. 

¿Cómo hago para seguir aguantando esto? Necesito decirle lo que siento. 

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