❥ Sorpresa.
...
Seokjin nunca fue demasiado valiente. Su mayor fortaleza no era enfrentar situaciones en las cuales sentía que se exponía al peligro, mucho menos si se trataba de ingresar a un departamento que parecía tener un intruso dentro.
Desde que sus padres murieron su mayor responsabilidad fue Jungkook. Frente a él podía ser el mayor héroe que existiese, pero si su hermanito no estaba presente... esa valentía se venía a pique.
Y Jungkook, en ese preciso momento, no estaba.
Aun así no podía permitir que alguien entrara en la casa de Jimin, y mucho menos que se llevarán todo lo que tenía.
Respiró profundamente dentro de aquel ascensor y presionó el botón que lo llevaría hasta el departamento del pequeño rubio.
Su cabeza no dejaba de idear planes en caso de tener que saltar por una ventana, incluso se reclamó a sí mismo por no traer su bate de béisbol. Tal vez lo necesitaría — o tal vez ni siquiera llegaría a usarlo...
El ascensor abrió las puertas y la cara de Seokjin reflejaba claramente el terror. Tenía mucho miedo pero aún así se recordó que era el mayor y que debía velar por la seguridad de su hermano y Jimin.
No se retrasó más y entró al pasillo. Mientras caminaba por él, sacó la llave de copia que le había entregado el mismo Jimin ante cualquier emergencia, y una vez estuvo parado frente a la puerta, la introdujo e ingresó con el corazón en su boca.
El departamento estaba en el mismo estado que siempre, en orden, todo gracias a las manos de su hermano menor. Comenzó a caminar con una pequeña mueca, pensando en que tal vez el ruido podría venir de los pisos superiores y que el malandra que vio trepando solo se trataba de un niño inquieto.
Bueno, tenía el aspecto de un pequeño niño.
Pero cuando ya estaba dispuesto a irse, un ruido lo puso en alerta y caminó hasta el jarrón más cercano para tomarlo en sus manos.
Caminó con cuidado hasta la cocina y con terror ingresó, pero esta vez no fue el único que se sorprendió.
Soltó un grito al ver un pequeño cuerpo encapuchado, pero antes de poder reaccionar, ese otro ser fue mucho más rápido al extender su puño y estrellarlo contra su rostro
—¡MIERDA! ¡MI CARA! —gritó Seokjin mientras soltaba el jarrón y se llevaba la mano al rostro.
Por otro lado, Park Minji, hermana mayor de Jimin, no dudó en efectuar otro movimiento. Había aprendido en sus clases de defensa personal que debía aprovechar el momento de distracción para atacar, así que no lo dudo y en cuestión de segundos estrelló su puño en el vientre de Seokjin.
Claro que fue en ese momento, cuando el castaño se llevó las manos al vientre y se dobló de dolor, que ella lo reconoció.
Minji se llevó las manos a la boca y se alejó asustada sabiendo que su primer encuentro con el hombre que ella consideraba un dios griego había sido un desastre.
Su hermanito la odiaría...
...
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Apoyé el algodón en la nariz de mi hermano y este soltó un pequeño quejido.
—Golpea fuerte —susurró en voz baja—. Demasiado fuerte...
Solté una pequeña risa y asentí. Claro que esa chica era fuerte, era hermana de Jimin, y no es por presumir pero mi pequeño terremoto era sumamente fuerte.
—Lo sé, supongo que es algo familiar porque Jimin también lo hace —contesté susurrando.
En la sala, los hermanos Park hablaban y se abrazaban de una forma hermosa, tanto que una sonrisa se formó en mi rostro al ver a Jimin tan feliz.
Minji era pequeñita, un poco más que mi rubiecito, pero era tan bonita como él y lógicamente más grande en edad.
—¿Cómo es posible que dos seres tan bellos sean tan fuertes? —preguntó Seokjin con un hilo de voz—. ¿Tú crees que si le digo a Jimin 'cuñado' se enojará?
Fruncí el ceño y le recordé:—Hace bastante tiempo que tratas a Jimin de cuñado.
—Sí, pero esta vez las intenciones son otras —contestó levantando sus cejas de forma divertida.
Puse mis ojos en blanco, y antes de poder decir una sola palabra, una voz suave nos interrumpió:—Seokjin, quería pedirte disculpas por mi forma de reaccionar —habló Minji mientras ingresaba a la cocina.
Mi hermano comenzó a agitar sus manos con velocidad mientras negaba rápidamente.
—No te preocupes, es entendible que hayas tenido esa reacción. Esperabas a tu hermano, no a mí. —Sonrió e hizo una reverencia—. Un gusto conocerte, Minji.
La castaña imitó la acción y con una pequeña sonrisa tímida, contestó:—El gusto es mío. Ahora puedo darte las gracias personalmente por cuidar de mi hermano durante este año. Es lindo saber que Jimin tiene una figura adulta que lo supervisa y cuida.
Esperen... ¿qué?
La sonrisa que tenía en mi rostro se borró.
—No te preocupes, para mí es un privilegio el poder cuidar de Jimin, es un ángel literalmente. Quédate tranquila que siempre que esté a mi alcance seguiré cuidando de él...
¿Perdón? ¿Cuidar... cuidar de quién?
Me crucé de brazos y elevé mis cejas con molestia.
¿Seokjin cuidando de Jimin? ¡Si literalmente se la pasa trabajando! En todo caso GRACIAS A MÍ, soy yo quien cuida de él.
Miré a Jimin, quien me sonrió arrugando la nariz para señalar después con la cabeza al par que ahora parecía coquetear.
—Nunca te había visto antes, Minji —soltó mi hermano con una amplia sonrisa—. Estoy seguro de ello porque nunca me olvidaría de un rostro tan hermoso.
Minji abrió sus ojos de manera escandalosa, y mientras sus mejillas se teñían de rosa, extendió su mano y le dió un pequeño golpe en el brazo.
—¡¿Qué cosas dices?! —preguntó exaltada y avergonzada.
Mi hermano se sobó el brazo y comenzó a reír enternecido. Fue en ese momento que me vi reflejado en mi hermano mayor.
¿Será un problema familiar el sentirnos atraídos por bellezas potencialmente peligrosas?
—Vamos a casa, Jin —susurré y mi hermano frunció el ceño.
—¿Por qué?
—Porque Jimin y su hermana necesitan hablar después de tanto tiempo —expliqué entre dientes, a lo cual mi hermano, con quejas y todo, asintió con molestia.
En definitiva, Seokjin había caído mucho antes que yo por los encantos de un Park.
...
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