❥ Planes con besos y abrazos.

Después de ese abrazo nos quedamos completamente dormidos. Fue extraño dormir así con él, al menos por lo que quedaba de esa tarde, pero se sintió tan bien que, desde entonces, no puedo dejar de desear que se repita aunque sea una vez más.

No me importó que la cama fuera pequeña, mucho menos que prácticamente estuviéramos durmiendo uno encima del otro. Solo podía disfrutar de ese calor que emitían nuestros cuerpos y la comodidad de estar entre sus brazos. 

Lamentablemente, durante las semanas siguientes a ese día no hubo más siestas juntos. 

No lo culpo, los exámenes nos atacaron sin darnos cuenta y Jungkook es tan responsable que solo me ha tenido estudiando junto con él.

Muchas cosas cambiaron después de esa charla, por ejemplo que ya no era tan arisco con Jungkook —aunque no voy a negar que al principio sí me costó. 

Hasta que él condicionó todo y tuve que aprender a ser más cariñoso.

¿Cómo lo hizo? De una manera sencilla para él, pero terrible para mí

Si deseaba pedirle algo, incluso hasta lo más mínimo como un pedazo de pan, debía darle una muestra de afecto. De esa manera «ambos saldríamos recompensados».

«—Me niego a hacer algo si no me das un abrazo, mínimo —se quejó cuando le pedí algo para comer. 

—¡No te cuesta nada! —lloriqueé mientras ingresábamos a su hogar. 

Jungkook chasqueó su lengua y me miró con el ceño fruncido. 

—A ti tampoco te cuesta nada darme un abrazo, además de que me sale caro alimentarte. Comes mucho —reclamó exageradamente y yo puse mis ojos en blanco. 

—Yo pago por mi comida, así que no te sale nada —recordé cruzándome de brazos. 

—Por la comida, pero no le pagas al chef por sus servicios. Así que me declaro en huelga hasta que no seas demostrativo conmigo».

Ese día no comí. Mi necesidad de ganarle, aunque sea esa vez, fue mucho más grande que mi deseo por comida. Lamentablemente no duró mucho porque al otro día me tenía como un cachorro dándole abrazos por la necesidad de comer aunque sea un poco de arroz. 

Jungkook, aunque me esperaba con el desayuno listo, no se negó a esas muestras de afecto y reafirmó esa nueva forma de pago hacia él.

Si quería algo debía darle al menos un abrazo. 

Así que lo observé con detenimiento mientras leía atentamente un libro de química e intentaba comprender los ejercicios para el examen de mañana. 

Llevábamos aproximadamente media hora intentando estudiar sentados en el piso de su habitación. El calor y nuestra pocas ganas de estudiar tampoco eran de mucha ayuda. 

¿Será momento para decirle que muero por un poco de comida? 

Suspirando comencé a gatear hasta él y me quedé a su lado por unos segundos, pensando en si debía humillarme de esa manera por solo un plato de comida. 

¿Tal vez debería ponerme a dieta? No, mierda, eso nunca

—¿Qué sucede? —preguntó sin despegar la visión del libro—. Estás respirando demasiado fuerte en mi oreja. 

No respondí, solo pensé que tal vez mi hambre no era tan grande en ese momento. 

Pero él se volteó y me miró con una sonrisa. 

—¿Está todo bien? Estás tan rojo como un tomate —señaló con una sonrisa y yo me alejé para cubrirme el rostro.

—¿Qué dices? No estoy rojo. —Comencé a tocar mis mejillas, que ahora ardían de una manera bastante preocupante. 

—Lo estás, te ves lindo cuando te pones así —contestó en voz baja—. Bueno, siempre te ves lindo. Es extraño... generalmente nadie me parece atractivo en todo momento. —Miró nuevamente su libro y comenzó a balbucear cosas que apenas comprendía. 

Con una sonrisa en mi rostro me acerqué a él lo suficiente y no lo pensé, solo le di un beso en la mejilla, suave pero veloz. 

Su cuerpo se congeló y yo no podía dejar de sonreír ante sus palabras.

Soy lindo para él.

—Tengo hambre, Jungkookie —susurré en su oído.

Cuando me alejé, él se llevó a la mano a la mejilla y se levantó de golpe.

—¿Qué quieres comer? Solo dime y lo hago —soltó de manera atropellada. 

—Lo que sea está bien —avisé sonriendo.

Sin más que decir, y con todo su rostro sonrojado, se alejó en dirección a la cocina, dejándome con una gran sonrisa en el rostro.

No podía pedirle de comer nada porque no se me antojaba nada más que darle un beso en la mejilla. 

¿Todo lo hice por eso? Tal vez sí.

...

...
jjk

A dos días de comenzar las vacaciones, Yoongi propuso una idea para el verano. 

—Y sería en la casa de playa de mi padre. —Sonrió ampliamente—. Él accedió a prestarme las llaves de la casa por el fin de semana, tiene suficientes habitaciones y es gigante. ¿Qué les parece?

Entre todos nos miramos y comenzamos a asentir, a excepción del rubiecito a mi lado. 

—¿Y si me quieres asesinar? —preguntó con molestia.

—Eso todos los días —respondió Yoongi sin dudar—, pero me niego a arruinar mi carrera por un enano mal teñido. 

Jimin frunció el ceño y se llevó las manos a la cabeza tapando esas pequeñas raíces con un puchero. 

—También eres enano y no hablemos de mal teñido —respondió de la misma manera—. Además, con Jungkook ya tenemos planes, ¿no? —me preguntó en voz bajita.

Claro que teníamos planes, pero el mes de Julio era largo y tampoco me parecía buena idea rechazar a nuestros amigos solo por sus pequeñas peleas. 

Me giré hacia Jimin y con una sola mirada comprendí su mensaje, así que solo incliné mi cabeza un poquito y él puso sus ojos en blanco. 

—Increíble —murmuró en voz baja Hoseok—. Se comunican con miradas. —Le dio un suave golpe a Taehyung—. Tenemos que aprender a hacer eso. 

El pelirrojo entrecerró sus ojos y nos analizó, luego agarró la cabeza de Hoseok y pegó su frente a la suya. 

—Yo no creo que ellos hagan eso, Tete —murmuró en voz bajita y Taehyung cerró sus ojos.

—Podemos ser mejores y comunicarnos por telepatía —contestó en un susurró mientras que todos, absolutamente todos, incluso personas de otras mesas, los mirábamos confundidos. 

Yoongi arrugó el ceño y agitó su cabeza para restarle importancia a esos dos extraños chicos y seguir hablando de sus planes. 

Lo extraño de esto fue que no me molestó la cercanía entre Taehyung y Hoseok. 

Estaba seguro que, si hubiese visto esa escena hace un mes, habría tenido un ataque de inseguridad y llanto, pero ahora solo los miraba curioso. 

No sabía si era porque Hoseok me estaba empezando a caer bien o simplemente porque mi atracción por Taehyung había disminuido demasiado en este tiempo. 

Por más que lo miraba, no podía sentir lo mismo que hace un par de meses atrás. Ya no me causaba nerviosismo estar cerca de él, ya ni siquiera quería escribirle una canción o decirle que me gustaba. 

Todo eso había desaparecido... No voy a negar que aún me parece sumamente atractivo, pero ¿a quién no le parece atractivo Kim Taehyung? 

Por el contrario estaba Jimin... él es tan fascinante para mí. Es extraño, pero ahora sentía nervios por su cercanía, y definitivamente amaba esos nervios. 

Es diferente la sensación, no tengo miedo de fallar a su lado; mucho menos me asusta ser yo mismo cuando estoy con él. Esos nervios que siento estando a su lado son cómodos y no me producen ganas de huír, si no que me hacen permanecer junto a él. 

Lo conocía y eso me gustaba. Nunca tuve tiempo de idealizar como sería, sino todo lo contrario. Lo conocí como a alguien más, y de alguna manera se está convirtiendo en mi todo

Solté un suspiro, y por puro impulso, lo abracé por los hombros y dejé un besito en su cabello. 

Él no me alejó, sino que, con sus mejillas sonrojadas, apoyó su cabeza en mi hombro mientras prestaba atención a los planes que proponía Yoongi. 

A veces me pregunto si tendré la valentía que no tuve con Taehyung, porque esta vez quiero que sea diferente, no quiero esconder esto que me pasa. 

—Jimin, ¿te parece si alquilamos unas bicicletas y salimos a pasear juntos? —preguntó Namjoon sonriendo. 

El rubio asintió sin demasiada importancia, y yo hice una mueca. 

Namjoon... quién diría que mi mejor amigo ahora sería mi mayor fuente de miedos e inseguridades. Antes lo era Hoseok, ahora el chico que creció junto a mí. 

¿Es egoísta querer que Namjoon nunca se fije en Jimin? Porque ese era mi mayor deseo en ese momento. Quería que Jimin lo olvidase y solo me notará a mí, pero por otra parte tenía miedo de no ser suficiente para él. 

Mi mejor amigo no solo es atractivo, también es inteligente y carismático. Nadie le teme porque todos, inclusive yo, lo amamos. Namjoon era un príncipe azul y yo, bueno... el amigo del príncipe. 

Miré a Jimin y de alguna manera esperaba encontrar su mirada puesta en él, pero sorpresivamente al que miraba era a mí. 

¿En qué piensas? —preguntó susurrando.

En algunas cosas... contesté de la misma manera.

No pienses en esas cosas entonces, apagan tu mirada y odio verte así —susurró tomando mi mano por debajo de la mesa. 

Jimin, si supieras todo lo que me está pasando... ¿seguirías estando a mi lado?

...

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