❥ Mil noches más a tu lado.
...
Me senté en el sofá y miré la hora. Eran las tres de la madrugada y ya me estaba poniendo de los pelos no saber qué estaba ocurriendo con Jimin.
Por decisión de ambos yo dormí en el sofá y le cedí la cama a Taehyung, pero él parecía estar en la misma situación que yo.
¿Será que está acostumbrado a dormir con Hoseok y por eso está despierto aún?
—Yoongi hace esto a propósito, ¿verdad? Hay algo que no me cierra —habló, y segundos después susurró—. No me gusta que le esté coqueteando a Hoseok.
Oh...
—¿Te gusta Hoseok? —pregunté con curiosidad y él soltó un suspiro de manera dolorosa.
—Sí, pero ambos le tenemos tanto miedo al amor que no sabemos cómo manejar nuestros sentimientos —contó con voz suave—. A veces quiero decirle que ya es momento de dejar esos miedos y darnos la oportunidad, pero cuando estoy a punto de hacerlo... siento mi cuerpo paralizarse, y me doy cuenta que tengo terror de que nunca me llegue a querer como yo lo hago.
Esperaba que me doliera más, sí. Va a sonar extraño, pero cuando me confesó aquello, lo único que quería gritar era un gran y estruendoso «LO SABÍA». Ahora, lo increíble de todo todo esto es que no me molestó, no me generó tristeza ni mucho menos decepción. Todo lo contrario, una pequeña sonrisa se formó en mi rostro al pensar que Taehyung estaba enamorado de alguien que muy seguramente lo hacía tan feliz como Jimin a mí.
Hoseok era tan radiante como el pelirrojo y sabía que si estaban juntos era porque se entendían y se querían demasiado.
Pero de alguna manera también puedo entender esos miedos, porque yo también los tengo.
—Si no arriesgas, tampoco ganarás —contesté luego de un suspiro—. Lo único que están causando esos miedos es que en realidad nunca llegues a tener nada con él.
»No creo que debas concentrarte en cuánto te puede querer él a ti, sino que debes concentrarte en cuánto tú lo quieres a él y lo mucho que te dolerá perderlo por miedos sin sentido. Y es tonto que diga todo esto cuando yo ni siquiera soy capaz de decir lo que siento a causa de los miedos, pero créeme, tarde o temprano te darás cuenta de los momentos valiosos y únicos que te estás perdiendo si no se lo dices.
El silencio se hizo en la habitación y Taehyung soltó una pequeña risa.
—¿Estás admitiendo que te gusta Jimin? —preguntó en un tono dulce y divertido.
—A buen entendedor, pocas palabras —contesté sonriendo.
El pelirrojo soltó una risa por unos segundos y dio varios aplausos, pero luego se quedó en silencio.
—Hace unos dos meses, cuando me di cuenta de tus sentimientos hacia mí, me pregunté qué pasaría si intentaba conocerte y estar contigo —confesó—. Te hablé y te traté bien, incluso pensé en lo buen chico que eras, pero en el momento en te vi mirar a Jimin... en ese momento me reflejé en ti. En tus ojos pude ver ese mismo brillo que yo siento que tengo cuando miro a Hoseok. ¿Recuerdas cuando te dije que el amor es como los aliens?
—Hay que verlo y sentirlo para saber que existe... —recordé sonriendo.
—Exacto, pero también hay un detalle. Una vez que lo ves y lo sientes, no hay que dejarlo ir porque no sabes si volverás a verlo y sentirlo de nuevo.
Esa frase se quedó en mi cabeza y comenzó a hacer un ruido tan estruendoso que me levanté del sofá.
No quería perderlo de ninguna manera, de tan solo pensarlo me dolía. Sabía que si me quedaba allí, Jimin seguiría pensando que Taehyung me gustaba.
—Tengo que ir con él —susurré y Taehyung levantó su pulgar con una amplia sonrisa.
—¡Suerte, y si ves a Hoseok mándamelo para aquí! Tengo una charla pendiente —pidió sonriendo.
Yo asentí sin dudar y caminé hacia la puerta para abrirla. Fue entonces cuando me di cuenta de que no era el único que no podía dormir, porque Hoseok estaba escapándose de la habitación que compartía con Yoongi, y a su vez, Namjoon también escapaba de la habitación donde dormía con Jimin.
Los tres nos miramos y esbozamos una sonrisa incómoda.
—Mañana me encargo yo de Yoongi —susurró Namjoon caminando a la puerta donde estaba Hoseok—, solo no sigamos más esas ideas bobas que tiene.
Hoseok y yo asentimos, y simplemente nos fuimos en dirección a las habitaciones que nos correspondían desde un principio.
No dijimos absolutamente nada, solo nos hicimos un par de caras, y con una sonrisa, me metí en la habitación donde dormía mi rubiecito.
Suspiré y riendo caminé hasta la cama en donde vi un pequeño bulto, el cual asumí que se trataba de mi pequeño terremoto. Me tiré a su lado y lo abracé.
Pensé que dormía y que no se iba a percatar de mi presencia hasta el otro día, pero para mi sorpresa, se volteó aterrado y me empujó.
—Jungkookie —susurró con voz confundida—. Mierda, me asustaste. —Llevó una mano a su pecho y yo solté una risa.
—¿Estabas por golpearme por pensar que era Namjoon? —pregunté sonriendo.
Jimin me dió otro empujón y comenzó a asentir con enojo.
—Claro que lo iba a golpear, nadie me toca sin mi permiso —soltó con molestia y yo riendo lo jalé del brazo para que caiga encima mío.
—Está bien, así me gusta —susurré y le di un pequeño beso en la mejilla.
Jimin se quedó en silencio permitiendo esos pequeños besos de mi parte en su rostro.
—¿Por qué estás aquí? ¿No deberías estar aprovechando la oportunidad de estar con Taehyung? —preguntó bajito mientras cerraba sus ojos.
—Yo quería estar aquí contigo. Si te molesta, me iré —dije con un deje de tristeza.
Jimin negó y me abrazó por el cuello para seguir permitiendo aquellos besos que me estaba tomando el atrevimiento de darle.
—En realidad, te estaba esperando —confesó con un tono suave.
Me alejé lo suficiente para mirarlo a los ojos y él me sonrió con sus mejillas sonrojadas.
—¿Me esperabas? —pregunté esperanzado.
—Siempre te espero Jungkook, siempre lo hago... —contestó escondiendo su rostro en mi cuello para luego dejar un dulce beso.
Mi corazón comenzó a latir con velocidad.
Cada besito que estaba dejando en mi cuello era una gota más de esperanza a mi corazón.
¿Será que tengo oportunidad? ¿Esto significa que siente lo mismo que yo? ¿Acaso prefiere que yo esté junto a él antes que Namjoon?
Tenía muchas dudas pero no me enloquecía saber las respuestas en ese momento, sino que quería seguir disfrutando de esos pequeños y dulces besos que nos estábamos permitiendo.
Por mientras, yo me sentía el chico más feliz del universo.
Jimin, lo único que deseo en este momento es estar mil noches más a tu lado.
...
...
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