OO7: Jungkook & Cartas

Tener el regalo perfecto para Jeon Jungkook, era complicado, porque Yoongi no tenía una idea en claro, el alfa se trata de una persona sumamente atenta a él, el omega sabe perfectamente que Jungkook de vez en cuando puede comportarse tímido, muy tímido, mientras que Jungkook se comportaba relajado y muy animado con sus amigos, cuando se trataba de estar con Yoongi, las cosas eran muy distintas.

El alfa tenía ese pequeño detalle, la timidez, sus leves tartamudeos de voz cuando estaba muy cerca del omega, ese pequeño sonrojo que de vez en cuando hacía acto de presencia a la hora de presenciar la bella sonrisa del omega, ese constante mirar hacia otros lados con interés para evitar la mirada directa de Yoongi, y ese pequeño temblor en sus manos cuando le entregaba algo, Yoongi se percataba de todas aquellas acciones, y le parecían sumamente dulces, aunque el omega se sentía como todo un remolino de nervios, Jungkook parecía aún más nervioso ante algunos asuntos.

Pero había algo que caracterizaba al alfa, y es que, en ocasiones, ese nerviosismo desaparecía por completo y era reemplazado por una enorme confianza en sí mismo, una que te dejaba en claro que se trata del alfa perfecto y que siempre estará disponible para ti cuando más lo necesites, Yoongi lo ha experimentado muchas veces al estar cerca de Jungkook, y es que el alfa en sí, le gustaba demostrar que el nerviosismo no sería su rival a la hora de tratar de conquistar el corazón del omega.

Además, Yoongi siempre se colocaba nervioso, cuando sabía quién le dejaba aquellas notas en su casillero, siempre Jungkook se encargaba de dejarle mensajes cortos y sumamente dulces para hacerlo sentir mejor, para hacerlo sonreír en las mañanas, y para brindarle un abrazo para que se sintiera de maravilla.

Por eso, Yoongi quería que el regalo para Jungkook fuera igual de especial como aquellas notas tan especiales que ni siquiera Yoongi era capaz de tirar a la basura. El regalo perfecto podría ser una carta, las palabras son el sentimiento más puro que todo ser humano puede dar como regalo, y Yoongi quería demostrarle al alfa lo feliz y entusiasmado que estaba por aceptar sus sentimientos.

El omega decidió que una grandiosa idea para el regalo de su alfa, sería darle una pequeña sorpresa a base de cartas, cartas pequeñas, no dudo en comprar sobres de color rosa pastel y tarjetas en blanco, los sobres eran pequeños, y las tarjetas cabían perfectamente dentro de cada uno de los sobres color rosa.

Ahora, era tiempo de darle la pequeña sorpresa a Jungkook, además, Yoongi tenía otro pequeño regalo para el alfa, Jungkook siempre ha sido un ferviente fanático de los dulces, por eso Yoongi no dudo en comprar una barra de chocolate, una en la que pegaría la última de las pequeñas cartas en donde está lo que quiere decirle al alfa en ese día del lobo blanco.

A lo largo del día, Jungkook solamente esperaba que cierto omega de piel nívea se acercará a él, y le dijera que acepta sus sentimientos, en la primer hora de clases, después de haberse reunido con sus amigos alfas, se había quedado en su aula de clases, dibujando al omega con mucho detalle en una hoja en blanco, y mirando de vez en cuando hacia la entrada del aula, esperando a que el omega cruzase por la puerta y le llevase un regalo, pero cuando miro que ni siquiera se acercaba, y que su concentración para el dibujo estaba siendo un asco, decidió que lo mejor era irse de allí.

No podía decir que no sentía envidia, porque en realidad la sentía, porque los demás estaban recibiendo sus regalos, los omegas eran los que recibían los regalos de parte de sus alfas, Jungkook se preguntaba si acaso Yoongi se había olvidado por completo de ellos, porque ahora que veía a las nuevas parejas formarse, y a otras parejas reforzar ese hermoso amor que se tenían, se sentía cada vez más extraño, era una terrible sensación que le pesaba en su corazón, una que inclusive lo hacía querer dejar de sonreír por el día entero y lo obligaba a querer permanecer encerrado en su habitación por el resto del día.

Caminar alrededor de todo el campus escolar no era una buena cura para su corazón, la tristeza lo estaba invadiendo poco a poco, y eso no le estaba ayudando en nada, y más porque sabía que Yoongi no estaba ni siquiera cerca de él para darle un regalo, quizás el omega ni siquiera había asistido a clases, seguramente se encontraba en casa, durmiendo mientras que ellos, se quedaban allí esperando por un regalo de parte de Yoongi, el alfa soltó un largo suspiro, uno más de los tantos que dejaba ir al sentirse solitario en ese momento.

Jungkook ahora creía que lo único que necesitaba era irse de allí y pasar el día en otro lugar, quizás jugando un par de videojuegos por internet lo haría sentirse un poco más animado, el alfa fue directamente a su casillero, arrastrando sus pasos por el pasillo y manteniendo una ligera mueca de desagrado al ver como algunos omegas pasaban tiempo con sus alfas, rodo los ojos y en cuanto llego a su respectivo casillero, se detuvo, parpadeo un par de veces, allí, pegado justo en la pequeña puerta, se encontraba una carta, apresurado, el alfa no dudo en despegarla con poco cuidado de su sitio.

Y entonces rompió el sobre con el contenido, y lo abrió.

"¡Hola, alfa! Sé que sabes quién soy, ¿podemos vernos en la cafetería?"

Jungkook sabía exactamente quien era, y sin que él siquiera lo notase, su sonrisa resplandeció en su rostro al leer aquella carta, no dudo en guardarla dentro del bolsillo de su chamarra, y entonces comenzó a correr, sí, correr.

El alfa no estaba dispuesto a dejar esperando al omega, y por supuesto las ansias lo carcomían por dentro, en todo ese pequeño tiempo no se había dado a la tarea de buscar al omega porque quería que Yoongi lo encontrará, pero ahora veía que estaba muy equivocado, Yoongi quería que lo buscarán, y eso haría. No tardó mucho en llegar a la cafetería, y con la mirada busco en cada una de las mesas, pero nada.

Jungkook frunció el ceño, estaba desconcertado, ¿por qué no veía al omega en ningún lado? ¿Acaso sería una broma y él había caído como tonto?

No, Jungkook no quería creer en eso, esto no era una broma, su mirada fue a dar hacia una mesa en la que solamente yacía una pequeña botella de yogurt sabor a fresa y este tenía una carta idéntica a la que quito en su casillero, no dudo en acercarse y tomar la bebida para quitarle la carta, abrió el sobre y leyó el contenido de aquella pequeña tarjeta.

"Alfa, tardaste un poco, pero quiero decirte algo importante, búscame en el jardín de gardenias de contabilidad."

Jungkook sonrió ladino, ese omega lo haría correr bastante aquel día, pero valía la pena.

Por supuesto, el alfa no dudo en salir corriendo, guardando la nota, y con el yogurt en sus manos, salió de la cafetería para poder seguir con su camino, corrió por el pasillo hasta encontrar una salida, importándole poco lo que las personas pensarán al verlo salir corriendo de aquella manera, con toda la prisa posible para alcanzar a su tan amado omega y así poder escuchar lo que quiere decirle.

Sus piernas quemaban debido a la velocidad que había tomado, sintiéndose levemente cansado por el esfuerzo, pero por supuesto, ni siquiera el cansancio sería un impedimento para que él lograse su cometido, y en cuanto el jardín de hermosas gardenias se presentó ante él, sonrió, porque sabía que había llegado a su destino, pero, Yoongi no se encontraba allí.

El alfa lo busco con la mirada, deteniendo su carrera con la respiración agitada, los labios entreabiertos y su mirada examinando todos los sitios posibles, no lo encontró, trago saliva mientras trataba de controlar mejor su respiración, y volvió a dar un vistazo, pero nada, el omega no se encontraba allí, lo que significaba que Jungkook tenía que buscar una nueva carta, y en lugar de seguir inspeccionando si el omega se encontraba allí, decidió que lo mejor era buscar la carta.

No tardó mucho en dar con la dichosa carta, encontrándola sobre el tallo de una de las flores blancas.

"Quizás pienses que estoy loco por jugar contigo de esta manera, pero lo hago por una razón, alfa, búscame de nuevo desde el principio."

Jungkook no evito sonreír, bien, estaba algo lejos de donde comenzó, pero no tardaría en llegar, no dejaría a su omega esperándolo por tanto tiempo, así que no dudo en guardar la carta para de nueva cuenta, comenzar a correr.

Estaba sumamente ansioso por ver al omega, quería abrazarlo, quería regañarlo por hacerlo correr tanto en su búsqueda, pero estaba sumamente feliz, porque sabía que al llegar a su casillero, allí estaría él, Min Yoongi, esperándolo, su omega lo esperaba, y por supuesto, Jungkook no perdería el tiempo para encontrarlo. En cuanto entro por el pasillo que lo dirigiría a su respectivo casillero, lo primero que hizo fue dejar de correr, miro hacia el fondo del pasillo, a unas cuantas aulas de clases, lo vio, allí estaba Yoongi, parado dándole la espalda.

Volvió a acelerar el paso.

—¡Yoongi! —el omega en cuanto escucho la voz del alfa, no dudo en girar sobre sus talones para poder dar la vuelta y así ver a Jungkook, el alfa venía hacia él con una radiante sonrisa.

Mientras que el omega se perdió por unos momentos en el hermoso resplandor de la sonrisa de su alfa, Jungkook termino de acercarse hacia él, su respiración era rápida debido a la carrera que había tomado para llegar hacia el omega, las mejillas de Yoongi estaban sonrojadas, y apenas y podía mirar al alfa a los ojos.

—Sí que sabes cómo esconderte, pequeño —comento Jungkook haciendo que Yoongi sonriera levemente, sintiéndose avergonzado por haber hecho que el alfa lo buscará de aquella manera.

—Disculpa por lo que hice, yo...

—No importa —Jungkook le regalo una sonrisa—, recorrería todo el país si es necesario, solamente para encontrarte, Yoongi.

Las palabras del alfa habían logrado que el corazón del omega se acelerase de golpe, el omega trago saliva con pesadez antes de dirigir su mirada hacia sus manos, y entonces recordó, tenía que entregarle la última carta y aquella barra de chocolate.

—J-jungkook —el alfa miro como el omega estiraba sus brazos hacia él—, es p-para ti...

El mencionado no dudo en agarrar aquella barra de chocolate, sonriendo en el proceso y despegando aquella última carta, no dudo en abrirla.

"Quiero decirte que acepto tus sentimientos, alfa."

Eso era lo que decía aquella carta, y solamente aquellas palabras habían logrado que los ojos de Jeon Jungkook brillasen en demasía, estaba feliz, ¡más que feliz! Tan feliz, que no dudo en dejar la carta para acercarse a Yoongi y depositar un beso sobre la mejilla derecha del omega, haciendo que Yoongi sintiera su rostro arder en demasía por el sorpresivo acto de parte de Jungkook.

—Gracias por aceptarme, omega.

Por supuesto, sé que sabes quien sigue, jeje <3

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