—¡HeeWon! Mi mamá nos compró dulces, elige uno.—Exclamó un pelirrojo emocionado, hace unos días una niña rubia y muy bonita había llegado a su casa, su padre le ordenó "cortejarla" así que el ponía toda su atención en ella.

—Muchas gracias Touya, pero mi mamá no me deja comer esas cosas.

—¿Tu mamá está aquí?—La rubia negó con la cabeza.—¿Entonces?

—Supongo que uno no me hará daño.

Y así, la rubia rompió por primera vez una regla, y lo disfrutó.

—Está rico...

—Entonces te conseguiré más, cientos, miles, millones de chocolates.

—¡Pero dan caries!

—No si te lavas los dientes HeeWon.

La rubia río.

—Eres muy gracioso Touya.—Y beso su mejilla, justo antes de entrar a la casa, dejando a un sonrojado Touya en el patio.