"¿Tú formas parte de esto?"

Por el gran agujero que ahora se había formado en la pared, apareció Umbridge con su estúpido traje rosado, una sonrisa malvada y con varios miembros de su estupida Brigada Inquisitorial, muchos de ellos amigos de Draco.

Para Hermione fue un golpe duro ver como él apareció al lado de Dolores, sosteniendo a Cho Chang. Aún así él se había unido, a pesar de que sabía que ella odiaba a Dolores por lo que le hizo, a pesar de que Hermione le pidió que no lo hiciera.

Y para colmo, su patronus era un hurón. No podía negarlo, Draco se había grabado profundamente en el corazón de la castaña, aunque lo negará.

-Llevenlos a mi oficina.-Demando la gargola a los Slytherin.

Rápidamente, las serpientes agarraron a los miembros del ejército de Dumbledore bruscamente. Hermione fue tomada por Crabbe, ella no luchó por soltarse, no le veía el caso, pues le iría peor. A pasó rápido y con demasiada agresividad fue guiada hasta la oficina vomitada en rosa de Umbridge.

Antes de entrar, Draco le hablo a Crabbe:

-Crabbe, déjame a mi a Granger.-Ordeno.

La castaña fruncio el ceño.

-¿Por qué?-Pregunto el mencionado.

El rubio iba a contestar, pero no pudo porque Umbridge los llamo. Crabbe entró junto con Hermione, provocando que ella no terminará en manos de Malfoy.

Lo siguiente fue impactante para todos, Umbridge estaba vuelta loca, le gritaba a más no poder a Harry y hasta llegó a cachetearlo, simplemente por no querer dar información. Cabe aclarar, que hace tiempo que la maldita vieja ya era la directora de Hogwarts.

Al ver que Harry no iba a soltar la sopa, Dolores llamo a Snape, esta le pidió un frasco de Veritaserum, sin embargo, según el profesor, se había terminado. Sin más, se fue de alli, Umbridge quedó echa un manojo de ira y nervios.

Hermione trato de soltarse del agarre de Crabbe, en vano. El chico la tenía agarrada muy fuerte. Pudo notar como de reojo Draco la miraba.

-No tengo más remedio Potter, ya que no quieres hablar. La maldición Cruciatus te aflojara la lengua.-Dijo Dolores, para sorpresa de la chica.

-Es ilegal.-Hablo al instante.

-Ojos que no ven, corazón que no siente.-Citó la anciana, mientras bajaba el portaretratos del ministro sobre la mesa.

Hermione no iba a soportar ver como Harry, su mejor amigo era torturado por esa mujer, simplemente no era lo demasiado fuerte, y capaz para hacerlo. Comenzó a idear un plan en su mente lo más rápido que pudo. Dijo lo primero que se le ocurrio en cuanto noto que la directora iba a lanzarle la maldición:

-¡Diselo Harry!-Todas las miradas se fueron hacía ella.

Sentía más que nada, la penetrante mirada de Malfoy sobre ella, pero en ese momento no le importaba, su prioridad era Harry.

-¡Si tú no le dices donde está, yo lo hare!-Continuó, forcejeo un poco para tratar de zafarse de Crabbe.

Harry la miraba confundido al igual que sus otros compañeros.

-¿Decirme qué?-Se interesó Dolores, mirandola.

-Donde se encuentra el arma secreta de Dumbledore.-Solto, tragando saliva.

Umbridge abrió grande los ojos, se incorporó y dejó de apuntar a Potter con su varita, eso hizo que Hermione volviera a respirar.

-Llevame a ella.-Pidió, con una voz exigente.-Los demás, encarguense de que todos ellos no se escapen, mantengalos aquí.

Dolores tomó a Harry por el uniforme y lo hizo levantarse de la silla.

-Draco.-La directora llamo al rubio, el cual volteo de inmediato.-Acompañame, trae a Hermione.

Draco asintió y enseguida hizo lo que la vieja rosada le pidió. Tomó a Hermione por el brazo, al sentir su tacto la castaña sintió un estremecimiento, además de que Malfoy estaba frío. La tomó con delicadeza y antes de empezar a caminar le dedicó una pequeña mirada.

Una vez que los cuatro estuvieran fuera del castillo, Umbridge volvió a hablar:

-De acuerdo. Desde ahora tú nos guías, no intentes escapar o te ira mal.-Amenazo.-Señor Malfoy, coloque su varita sobre su espalda, por si intenta algo, así estará preparado.

-¿Q-qué?-Tartamudeo.

-Ya me escuchó, su varita en su espalda.-Repitió.

Draco dudo, sin embargo subió lentamente su varita y Hermione pudo sentir la punta de esta en la mitad de su espalda. Fue una sensación horrible, pero sabía, muy en el fondo, que él no le haría daño, estaba segura.

Hermione comenzó a caminar a paso lento hacia el bosque prohibido, ya tenía un tiempo que Hagrid les había presentado a su medio hermano, un gigante llamado: Grawp
Él sería la clave, él sería la salvación de la castaña. Solo esperaba que su plan funcionará. Harry se posiciono a su lado, con Dolores tras de él, cuidando no caerse con alguna raíz.

-¿Que estas haciendo?-Le pregunto en un pequeño susurro.

Hermione sabía que Draco estaba escuchando, ¿como no podría hacerlo? Si estaba detrás de ella.

-Improvisando.-Respondió de la misma forma.

Caminaron unos cuantos minutos más, hasta que Hermione paro. Tuvo que dar unas cuantas explicaciones inventadas para responder las preguntas de Dolores. Sus ojos observaron al tronco del árbol, sin duda era donde Grawp se encontraba, pues ahí estaba la cuerda, sin embargo, no contaba con que el gigante podría liberarse e ir hacia otro lugar.

Se quedó perpleja y por un momento sintió que era su fin, su plan había fallado.

Dolores al ver a Hermione, supo que todo había sido una farsa.

-Es mentira, ¿cierto?-Hizo una pausa.-De verdad que odio a los niños.

Su voz era enfado total. Ella era una demente, podía ser capaz de cualquier cosa, eso se lo probó con todos los castigos que ponía.

-Draco.-Él volteo a ver a Umbridge.-¿Que esperas? Lanza un hechizo a Granger.

Esa orden tomó desprevenidos a los tres chicos.

-¿Que?-Repitió una vez más, sorprendido.

Pero ahora Hermione noto un toque de miedo e inseguridad en los ojos de el rubio.

-¡Ya lo dije!-La mujer subió la voz, lo que hizo sobresaltar un poco a la chica.

Draco no había puesto su varita en posición, Hermione lo miraba profundamente. Harry se puso delante de ella.

-Si lo haces, lo lamentaras Malfoy.-Advirtio el de lentes.

-¡Tú!-Umbridge señalo a Harry.-Cierra la boca. Ella merece un castigo, ¡me engaño! ¡Mintió!

Lástima que Granger no tenía su varita consigo, lástima que el destino hubiera jugado en su contra para que el gigante no se encontrará cuando lo necesitaba.

Se escucharon varios trotes, similares a los de un caballo. Hermione miro hacía ese lugar, pudo ver de quienes se trataban: Centauros.

-¿Que hacen ustedes aquí Centauros? ¡Largo¡ ¡No tienen ningún derecho de estar aquí!-Exclamó Dolores, con voz autoritaria.

Ella odiaba a todas esas criaturas.

No pasó ni un segundo, cuando una flecha fue hacia Umbridge, la cual rebotó debido al escudo de la directora. Harry se había puesto del lado de la castaña para observar bien, Draco estaba atrás.

Sintió la mano de él tomar disimuladamente su brazo, guiandola a la altura donde él estaba, a su lado técnicamente. Hermione pudo notar como el rubio tenía su mano sudorosa y fría, más de lo normal.

-¡¿Como te atreves?! ¡Maldito semi-humano!-Grito claramente furiosa.

Lanzó un hechizo con su varita, provocando que un Centauro cayera al suelo, siendo sujetado por unas cuerdas mientras estas lo apretaban cada vez más. Hermione al verlo, no pudo evitar ir hacia él.

-¡Basta! ¡Por favor, basta!-Pidio Hermione a la directora.

-¡Silencio! ¡Harán lo que yo ordene!

Seguido de sus palabras, la vieja soltó un grito espantoso, debido a que fue elevada por Grawp, el gigante había aparecido. Dolores comenzó a pedir que la bajaran, mientras que los Centauros se aproximaron a ella y le lanzaron flechas.

-No, no le hagan daño.-Hablo la castaña nuevamente, al ver que las flechas lastimaban a Grawp.

El gigante de inmediato soltó a Dolores, esta cayó al suelo. Estaba rodeada por todos los Centauros, estos la sostuvieron.

-¡No! ¡Bajenme! ¡Potter, diles que soy inofensiva!-Comenzó a pedir Umbridge, estaba aterrada.

-Lo siento profesora, no debo decir mentiras.

Hermione se atrevió a sonreir, Harry simplemente le había dado de su propia medicina. Solo esperaba jamás volver a ver a esa anciana en toda su vida.

-Espero que los centauros le enseñen buenos modales y respeto.-Dijo Hermione.

Sin más, los Centauros se llevaron a Umbridge hasta las profundidades del bosque. Hermione se acercó a Grawp le agradeció con una pequeña sonrisa, el gigante le acarició el cabello con algo de torpeza pero teniendo cuidado.

-¿Tengo que ponerme celoso?-La voz de Draco surgió en un pequeño susurro detrás suyo.

Hermione dio un pequeño brinco y se volteo a mirar al rubio. Intento reprimir una sonrisa que luchaba por salir debido a las palabras del chico.
Gracias a Merlín no tuvo que responder pues Harry le dijo:

-Hermione, vámonos.

Oh claro, había olvidado por unos minutos que Sirius estaba en peligro. ¿Donde? En el Ministerio de Magia, al menos eso decía Harry. Este echó a correr, Hermione le siguió.

-¿Que está pasando?-Pregunto en voz alta, Draco, quien también los estaba siguiendo.

Hermione y Harry se miraron por un minuto sin detenerse, ¿tenian que decirle algo a Draco? Claro que no, no podían.

Harry frenó en seco, para sorpresa de Granger, quien también se detuvo un poco después de él. Vio como Potter se acercó a Draco.

-De acuerdo, esto va a pasar. Vete a hacer tus cosas, a molestar a estudiantes, ¿que se yo? Nosotros iremos a nuestra sala común.-Dijo Harry, mirándolo a los ojos.

Hermione se acercó al lado de el azabache, ¿creía que Malfoy le haría caso así de fácil? Era obvio que no.

El slytherin soltó una carcajada, que provocó una mirada de confusión en Harry.

-¿Crees que los dejaré? ¿Creías que te haría caso, Potter?-Pregunto, Harry cambio su estado de confusión a un rostro de molestia.-Se que traman algo.

Miro a Hermione por unos minutos, esta igual, le imploro por la mirada que le hiciera caso a Harry por una vez en su vida.

-Es cosa que no te incumbe.-Soltó el de lentes, con voz cortante.

-Quiero ser parte de ello.-Dijo Draco, encogiendose de hombros, mientras cruzaba los brazos sobre su pecho despreocupadamente.

-¿Que?-Hablaron al unísono los dos leones.

-Ya me escucharon.

-¿Porqué querrias venir con nosotros?

Draco estaba perdiendo la cabeza.

-Curiosidad.

-Estas loco si crees que te dejaremos.

-¿Y que harás para impedirlo?-Reto el rubio, mirándolo divertido.

En un abrir y cerrar de ojos, Harry tenía la varita de Draco en su mano, ni siquiera supo el momento en el que la había tomado y al parecer Draco tampoco, estaba sorprendido, enseguida, lanzó un hechizo hacia Malfoy este salió despedido por los aires y terminó en el suelo, a metros lejos de ellos.

-¡Harry!-Espetó Hermione, no le gustó para nada que su amigo le lanzará un hechizo a su ex-novio.

-Es Malfoy, Hermione. ¡Vámonos!-Tomo de la mano a la castaña.

No le dio ni tiempo de ir a comprobar si Draco estaba bien, dio una mirada fugaz hacia atrás, pudo alcanzar a percibir como se levantaba con algo de dificultad. Al menos estaba bien, los dos amigos continuaron corriendo hasta que se encontraron con los demás.

Lo siguiente era llegar al Ministerio antes de que Sirius terminará muerto.

***

Se levantó con algo de dificultad, pues al momento de caer, se golpeó la columna, sin embargo no era grave. Se dobló un poco hacía atrás, provocando que sus huesos tronaran.

-Me las pagarás, maldito cuatro ojos.-Susurró con odio, para si mismo.

Vio su varita en la tierra, a unos pasos de ahí, la recogió. Para empeorarlo, estaba todo sucio, su playera estaba manchada de tierra por la espalda e igual sus pantalones. Se sacudió el cabello.

Pero eso no se quedaría así, él iría a donde ellos fueran, sí o sí. Rápidamente comenzó a correr para salir del bosque, por suerte ya estaban en las afueras de este, salió rápido. Pudo visualiazar a Luna, Ginny, Ron, Harry, Neville y Hermione en los jardines, enseguida fruncio el ceño, ¿como carajos estaban montados sobre algo que no se veía? No tenía sentido.

Todos estaban así, excepto Hermione y Ron. Se acercó sigilosamente hacia ellos, cuidando de que no lo vieran. Había una pequeña fuente cerca de donde ellos se encontraban, camino hacia ella y se escondió en un lado de esta.

-Nunca creí hacer esto en mi vida.-Escuchó hablar a Ron.

Por inercia, Draco rodó los ojos, el simple hecho de oír a Ron hablar le fastidiaba. Sentía que él estaba enamorado de Hermione o mínimo tenía algún interés en ella.

-Si, bueno. Nunca podemos tener una vida tranquila.-Dijo Hermione.

-Bien, ya que ustedes no pueden verlos. Los ayudaré a subir.-La voz de Harry se hizo presente.

¿A que se refería? ¿Ver? ¿Que era eso?
Tenía muchísima curiosidad, y no se quedaría con la duda. Se arriesgó a mirar un poco, pudo ver que Harry sostenía a Hermione por la cintura mientras la elevaba. Ignoro la punzada de celos que lo embargo. Ahora la castaña estaba montando algo, parecía como si ese algo fuera un caballo. Pero, ¿porque era invisible? ¿El cuatro ojos Potter podía verlo?

-Escuchen, estas criaturas nos llevarán al Ministerio. Luna y yo iremos por delante para ser guía de los demás Thestrals, sólo sujetense bien. ¿De acuerdo?

Thestrals, con que así se llamaban esas cosas. Draco no recordaba haber leído sobre ellos. Sacó su cabeza solo un poco para ver que estaban haciendo ahora, Harry ya había subido a aquella criatura. Estaba a punto de despegar o lo que sea que esas cosas hicieran, era su oportunidad, ahora o nunca.

Salió de ahí, y se dirigió hacia Hermione, esta se encontraba agarrando con fuerza al Thestrals de algún lado. Fue precavido y no hizo ningún ruido al acercarse, la castaña no se había percatado de él, pues estaba casi acostada sobre la criatura y mantenía sus ojos cerrados. De un de repente, Harry y los demás comenzaron a elevarse por los aires. En cuanto vio que el de Hermione iba a despegar, tanteo con sus manos para encontrar algún lugar de donde sujetarse.

Sintió algo así como un torso, parecido al de un caballo. Eso era sumamente extraño, dio un brinco y en menos de segundos ya se encontraba montado en esa cosa. Tenía que que aceptarlo, creyó que no lo lograría, ya se había mentalizado para terminar cayendo al suelo de nueva cuenta.

Sin embargo, a pesar de su buen resultado, no pudo lograr ser cuidadoso y evitar hacer tanto ajetreo, pues inmediatamente Hermione lo sintió y volteo a ver de que se trataba, sus ojos se abrieron bastante al momento de verlo y encontrarlo atrás de ella.

-¡Por las medias rotas de Merlín! ¿Que haces aquí, Draco? ¿C-c-co-co.-Al parecer la chica no podía completar la pregunta.

Malfoy sonrió y soltó una risita por la reacción de Hermione.

-"Por las medias rotas de Merlín" ¿Que es es frase?-Se burló Draco.

-No me cambies el tema. ¿Que demonios haces aquí?-Su voz era un susurro, tal vez no quería que alguien la escuchará y descubriera al chico.

-Te había dicho a ti y a Potter que tenía curiosidad-Explico con simpleza.

-¿Como es que subiste?

¿Acaso le estaba haciendo un interrogatorio? El cabello de Draco no estaba quieto debido a que el viento azotaba todo su rostro, así que tenía mechones obstruyendo su vista, hizo uno de sus típicos movimientos de cabeza para quitarselos de encima.

-Antes de que está cosa invisible volará, tanteé el terreno y simplemente dio un brinco para subir.

La chica no dijo nada, al parecer estaba procesando todo.

-¿Porqué no podemos ver esto?-Fue turno de Draco para hacer preguntas.

Hermione soltó un suspiro antes de responder.

-Son Thestrals, son criaturas algo peculiares. Sólo pueden verlos las personas que han visto morir a alguien. En realidad, estas criaturas son las que te llevan hasta al castillo.-Dijo Hermione.

-¿Porqué van al Ministerio?

Noto como la castaña hacia un mohín, él sabía muy bien que estaba dudosa en contarle. Esperando a que respondiera, paso sus brazos por la cintura de la castaña.

-¿Q-que estas haciendo?-Draco adoraba el efecto que provocaba en la leona.

-Tengo que sostenerme bien. ¿No es así?-Tenía una sonrisa en su rostro.

-Si alguien voltea y nos ve...

-No lo han hecho aún, lo cual es raro.-Dijo en el oído de la castaña.

-¿Que planeas hacer? ¿Que todos te vean?

-No es como si pudiera esconderme.-Se encogió de hombros.

Tarde o temprano los amigos de Granger se darían cuenta que él estaba ahí. ¿Que podrían hacer de todas formas? Y como si ellos mismos hubieran provocado lo siguiente, el grito de Ginny se escuchó en todo el cielo:

-¡¿Por qué carajos esta Malfoy en el Thestrals de Hermione?!-Su voz expresaba cualquier adjetivo malo.

La mencionada cerró los ojos, pudo verlo Draco, este no quitó sus manos de la cintura de la chica. Con eso no podían armar teorías locas, no era algo fuera de lo normal. Estaban viajando en una cosa llamada Thestrals la cual ni siquiera podían ver, no tenían derecho de reclamarle nada. Excepto una cosa, el hecho de que estuviera él ahí. Pero no le preocupaba en lo absoluto.

Vio como casi Ron se rompe el cuello al momento de voltear, sus ojos se pusieron furiosos.

-¡¿Que mierda haces aquí?!

-¡Ron!-Granger lo reprendió por su vocabulario.

-¡Malfoy! ¡¿Estas demente?!-Pudo escuchar alegar a Harry.

-Chicos, basta. De todas formas, no es que puedan hacer algo, ya vamos a llegar. Dejen las cosas por la paz, mínimo mientras aterrizamos.-Esa fue Luna.

Le pareció algo extraño que la chica estuviera a su favor, si se podía decir de esa manera. Pero recordó que ella, esa chica, era Luna Lovegood, eso ya no lo hacía parecer tan extraño.

-Quita tus manos de Hermione, Malfoy. -Ordenó Ron, con enojo en sus ojos.

-¿Como me sostendre entonces, zanahoria?

-¡Hermione, tiralo de una buena vez!-Alegó el pelirrojo.

Draco rodó los ojos con cierta diversión, si supiera toda la historia que tenía con su mejor amiga; tuvo que reprimir una carcajada.

-Ron, basta. Por favor, no hagas esto más complicado.-Pidió Granger, con voz dulce y pacífica, mirando a Ron como pidiendo comprensión de su parte.

El chico sólo bufo, y volvió a mirar al frente. Draco pudo escuchar como Hermione soltaba un suspiro.

-¿Todo bien?-Pregunto, reposando su barbilla en la coronilla de Hermione.

-Claro que no.-Esta quitó su cabeza, Draco fruncio el ceño.-¿En serio te atreves a preguntarlo? Tu no deberías estar aquí Draco.

-¿En que tanto están metidos?-Volvió a preguntar, cada vez su paciencia se agotaba más.

-¡Bien, aterrizaremos ahora!-El aviso de Harry impidió que Hermione contestara.

Sintió un hueco en el estómago cuando la cosa invisible en la que estaban comenzó a descender, era una sensación igualita a cuando te subias a un columpio. Pronto sintió las pequeñas manos de Hermione encima de las suyas, haciendo algo de presión. La miro, sus ojos avellana estaban cerrados fuertemente, provocando que se formarán arrugas en sus parpados, respiraba un poco alterada. Él se acercó más a ella e hizo un poco más de presión en su agarre.

-Estoy aquí, tranquila.-Le susurro al oído.

Eso pareció tranquilizarla un poco, pues su ritmo de respiración volvió a la normalidad. Le dio un beso en la mejilla, cuidando antes de que nadie estuviera viendo. Sonrió cuando descubrió que ella había sonreido, aunque sin mostrar dientes.

En unos minutos, ya se encontraban todos en tierra firme. En cuanto Draco tocó el suelo, Harry, Ginny y Ron se abalanzaron hacia a él, literalmente.

-¿Que haces aquí?-Preguntaba una y otra vez el azabache.

-¡Lárgate ahora!-Decía con furia Ronald.

-¿Como carajos terminaste con nosotros?-Le sorprendió un poco el vocabulario de la mini Weasley.

-¡Cuida tu boca, hermana!-Le reprochó Ron.

-Tu eres peor respecto a eso.-Se cruzó de brazos.

-¡Pero soy mayor que tu!-Se defendió.

Dios, si que los Weasley no tenían remedio.

-Si, Malfoy. Explicate.-Por primera vez, hablo Neville.

-Él vendrá con nosotros, no nos queda otra alternativa chicos. Vean el lado bueno, tal vez pueda ayudar.-Luna interrumpio la conversación.-Tenemos que entrar ya, recuerda Harry que es la vida de tu padrino la que pende de un hilo ahora mismo.

Al parecer eso hizo recapacitar a Harry, este asintió y todos rápidamente siguieron con el plan, aunque no estaban de acuerdo con que Draco estuviera ahí.

El rubio siguió a los chicos, y en poco tiempo ya se encontraba dentro del ministerio. Frente a la gran fuente, se quedaron estáticos por unos momentos, esperando a que alguien apareciera, pero ese no fue el caso. El Ministerio se encontraba solo, lo cual era extraño.

Draco observó todo con detenimiento, recordaba perfectamente ese lugar, el Ministerio de Magia siempre había sido como un segundo hogar para él, si no estaba en la Mansión Malfoy se la pasaba ahí, eso solía ocurrir cuando era pequeño, su papá lo llevaba mucho consigo.

Comenzaron a caminar nuevamente, entraron a los ascensores, noto como Harry apretó el botón con el número 9, el ascensor se movió violentamente. Justo como recordaba, y esa voz de mujer que les daba la bienvenida y les indicaba el piso al que iban, también la recordaba a la perfección.

El ascensor hizo otro movimiento violento, por suerte, Draco estaba bien agarrado de los tubos que eran precisamente para mantener equilibro, sin embargo, Hermione no lo alcanzaba, en ese movimiento, la chica se estrello con su pecho.

-¿Todo bien, Granger?-Pregunto Draco, con una sonrisa de lado.

La chica de inmediato se despegó, no respondió, pero el rubio no pasó desapercibido que sus mejillas se habían sonrojado un poco. No le preocupaba actuar de esa manera con los amigos de la gryffindor presentes, su actitud hacia ella no decía nada ni tampoco probaba algo.

Simplemente lo hacía con el pretexto de molestarla y únicamente ellos dos sabían que había intenciones escondidas ahí.

El ascensor se detuvo bruscamente, la voz de la mujer se hizo presente de nuevo: "Departamento de Misterios"

Todos salieron, y lo único que había delante era una puerta, Draco conocía muy bien esa puerta. Su padre entraba constantemente y a veces charlaba afuera de esta, Malfoy recordaba que siempre su padre le daba la mano, mientras él hablaba con trabajadores, y sólo se dedicaba a estarse quieto, jamás en la vida había entrado, por alguna razón, su padre nunca lo había dejado.

-Quédate aquí, vuelvo en unos minutos.-Eso era lo que Lucius le decía, para después de que él asintiera, su padre entrara.

-Entraremos por esta puerta, es aquí.-La voz de Harry lo regreso a la realidad.-C-creo que dos deberían quedarse aquí a vigilar.

Se le veía algo aterrado.

-Es absurdo Harry, ¿como se supone que te avisaremos? Podrías estar muy lejos.-Ginny dio su opinión.

-Iremos contigo, Harry.-Hablo Ron, decidido.

El mencionado asintió, le dedicó una fugaz mirada a Draco, este no le quitó los ojos de encima. Sabía que nadie de ahí quería tenerlo en ese momento, pero no había nada que pudieran hacer, al menos no por el momento. Y si lo tuvieran, no era como si él les fuera a hacer caso.

Harry giro la manija, creció la curiosidad en Draco, no podía creer que a sus 15 años, fuera a descubrir con unos gryffindors lo que había dentro de esa puerta tan familiar, en el Ministerio.

Poco a poco fueron entrando, él y Neville fueron los últimos, busco a Hermione, pues no la veía. La localizó al lado de Harry. Observó el lugar, se  encontraban en una gran sala circular. Todo era de color negro, incluidos el suelo y el techo; alrededor de la negra y curva pared había una serie de puertas negras idénticas, sin picaporte y sin distintivo alguno, situadas a intervalos regulares, e, intercalados entre ellas, unos candelabros con velas de llama azul era lo único que iluminaba esa habitación. 

-Que alguien cierre la puerta.-Pidió Harry en voz baja.

En cuanto Neville obedeció su orden, todo quedó muy a oscuras, pues la luz que llegaba del pasillo iluminado con antorchas que habían dejado atrás había desaparecido, la sala quedó tan oscura que al principio sólo vieron las temblorosas llamas azules de las velas y sus fantasmagóricos reflejos en el suelo.

De pronto, las paredes comenzaron a moverse y las velas por igual, fue bastante extraño. Vio como Hermione tomaba del brazo a Harry, estaba asustada, al menos tenía que estarlo un poco. Draco dedujo antes que Ginny que aquel movimiento era para que no supieran porque puerta habían entrado, un truco muy inteligente, considerando que había mas de una docena de puertas en esa habitación.

-¿Como vamos a salir de aquí?-Pregunto Neville, con inquietud en su voz.

-"Si apenas entramos y tú ya quieres salir."-Pensó Malfoy, evitando reír.

-Eso ahora no me importa. Tengo que encontrar a Sirius antes.-Dijo Harry.

¿Sirius? ¿Sirius Black? ¿Es por eso que estaban allí? ¿Por el padrino de Harry?

¿Que rayos estaba sucediendo? Quería saber más.

-¿Que puerta abrimos?-Esta vez fue Ron.

-No lo sé. En mis sueños solamente entraba por la puerta inicial, después abría otra en donde había muchos destellos azules.-Harry guardó silencio, miro a Draco. De acuerdo, él sabía porque el azabache se había callado de repente, había soltado más información de la que le gustaría. Quería que el rubio se enterara de lo más mínimo.-Supongo que hay que probar abriendo varias puertas, sabré cual es la correcta.

Odiaba como actuaba el cuatro ojos, sin poder evitarlo rodó los ojos nuevamente. Estaba con un grupo de chicos idiotas y metiches, sólo porque le había dado curiosidad.

-"Sabes que Hermione no es ni idiota ni metiche."-Hablo su conciencia.

Harry se acercó a una de las tantas puertas, tenía su varita en mano, lista para atacar si algo o alguien peligroso aparecía. Giro la perilla, la puerta no hizo ningún ruido y se abrió fácilmente, al menos está no tenía nada que los pudiera atacar.

Todos se acercaron a ver que había dentro de la habitación. Se esperaron lo peor, Draco prestó atención, estaba iluminado, y había unas cuantas mesas alrededor y en medio del cuarto un enorme tanque de cristal en el cual fácil podían nadar todos los presentes, sólo tenía un líquido verde oscuro. Eso era curioso, ¿porque habría un tanque ahí?

-¿Que son esas cosas?-Pregunto Ron, en un murmuro.

Malfoy se acercó más y observó mejor el tanque, había algo dentro, muchas cosas moviendose lentamente mientras flotaban.

-Son peces.-Contesto Harry.

No eran peces, Potter estaba equivocado.

-No son peces, son cerebros.-Corrigieron Malfoy y Granger a la vez.

La ex pareja tenía razón, pues en efecto habían cerebros flotando en el líquido.

-Aquí no es, probemos con otra puerta.-Dijo Harry, después de haber visto con detenimiento aquello.

Decidieron salir de esa habitación, a pesar de que había mas puertas dentro.

-¡Espera!-Exclamó Hermione, inmediatamente después de haber salido.-¡Flagrate!

En la puerta se dibujó una X roja, Draco sonrió ladinamente, Hermione era tan inteligente.

-Buena idea.-Comento el cuatro ojos.

Prosiguieron abriendo otra puerta, esta habitación era más grande que la anterior, rectangular y débilmente iluminada, cuyo centro estaba hundido y formaba un enorme foso de piedra de unos seis metros de profundidad. Los chicos estaban de pie en el banco más alto de lo que parecían unas gradas de piedra que discurrían alrededor de la sala y descendían como en un anfiteatro, similares a las de las salas del tribunal del Wizengamot. En el centro del pozo, en lugar de una silla con cadenas había una tarima de piedra sobre la que se alzaba un arco, asimismo de piedra, que parecía tan antiguo, resquebrajado y a punto de desmoronarse que a Malfoy le sorprendió que se mantuviera en pie. El arco, que no se apoyaba en nada, tenía colgada una andrajosa cortina; era una especie de velo negro que, pese a la quietud del ambiente, ondeaba un poco, como si acabaran de tocarlo.

-¿Hay alguien ahí?-Pregunto Harry, bajando un escalón.

Nadie respondió, Potter siguió bajando, al parecer quería inspeccionar de cerca el arco.

-Cuidado.-Susurro Hermione, con preocupación en su voz.

Draco miro de reojo a la chica, no se le veía del todo calmada, además tenía su mano cerca de su varita, como si en cualquier momento necesitará usarla. Desvió su mirada hacia el chico de la cicatriz en forma de rayo, había llegado hasta abajo y se encontraba contemplando el arco, como si fuera la octava maravilla del mundo o algo así.

-Harry, vámonos.-Hablo Hermione nuevamente.

No se percató de ello, pero la castaña ya había bajado un poco. Al igual que los demás, él era el único que seguía en la misma posición.

-¿Sirius?-Harry ignoró a Hermione.

-¡Vámonos!-Insistio Granger.

Draco supo a la perfección que la chica estaba asustada y preocupada, se le notaba en el rostro y en su tono de voz. Inmediatamente bajo hasta donde ella y se colocó a su lado, no dijo nada y tampoco la tocó, pero supo que con eso, le daba a entender a ella que estaba él para cualquier cosa que necesitará.

-De acuerdo. Probemos otra puerta.-Accedió Harry.

Hermione fue la primera en acercarse a la puerta para salir de una vez por todas, los demás le siguieron, Draco estaba detrás de ella. Sin embargo, Harry volvió a hablar.

-¿Escuchan esas voces? Provienen del velo.

-No se escucha ninguna voz, Harry.-Contesto Hermione.

-Si, vienen del velo.

Draco se concentró y prestó atención, pero no lograba percibir ningún ruido, que no fueran sus respiraciones.

-Yo también los escuchó. Hay personas en el velo.-Comento Luna.

Ya sabía que Luna estaba algo deschabetada, pero no creía que Potter estuviera igual.

-¿Que significa "Hay personas en el velo"?-Pregunto Hermione a Luna, pero estaba enojada ahora, tal vez más de lo que requería la ocasión. Draco supo al instante que trataba de disfrazar su preocupación y temor con enojo.-¡Por favor, vámonos! Es sólo un velo, no hay nadie ahí. ¡Venimos por Sirius, Harry! ¿recuerdas?

Hermione tenía agarrado a Harry por el brazo, sin embargo este no se movía, hasta que después de segundos al parecer recapacito y estuvo de acuerdo con su amiga. Todos salieron de la habitación, la castaña trazó otra X en la puerta.

Eso fue extraño, había tenido un poco hipnotizados a los chicos, ¿Que era ese velo en realidad?

Probaron con otra puerta, sin embargo la siguiente que intentaron abrir no cedía. Estaba cerrada, la saltaron y también fue marcada con una X roja. Ron abrió la siguiente, esta no estaba cerrada.

Draco percibió una brillante y centelleante luz dentro, que lo obligó a cerrar los ojos.

-¡Es está!-Dijo el azabache con mucha seguridad.

Potter fue el primero en entrar, cuando llegó su turno, visualizo que había relojes por doquier, y la luz brillante provenía de una altísima campana de cristal al fondo de la habitación.

-¡Por aquí!-Indicó Harry.

Rodo los ojos, ya había perdido la cuenta de las veces que lo había hecho. Le irritaba tener que seguir a Potter como idiota, pero no tenía nada que replicar, él no estaba ahí a la fuerza ni por obligación. Él estaba ahí por su propia iniciativa.

Pasaron por las mesas que había allí, se aproximaron a aquella campana, que estaba sobre una mesa. Rodearon la estructura y detrás había una puerta.

-¡Es está!

Draco no sabía que esperar, podría haber cualquier cosa del otro lado.

-Hey.-La voz que conocía a la perfección le hizo voltear a verla.

Estaba a su lado, mirándolo, los demás no se percataban pues estaban mirando la puerta.

-¿Si?

-Cr-creo que deberías irte, Draco.-Le solto, mirándolo a sus ojos profundamente.

-¡Andando!

Todos, excepto ellos dos entraron por la puerta. Draco se quedó un poco confundido, ¿irse? ¿ahora? ¿porque ella le pedía algo así?

-¿Irme?-Cuestiono, con un deje de risa en su voz.-Lo siento, no entiendo tu punto.

-No sabemos que encontraremos y tienes que admitir que está fue una de las peores ideas que has tenido.-Dijo, haciendo movimientos con sus manos mientras hablaba.

-Lo siento, Granger. Pero creo que es muy tarde ahora, ¿no crees? Llegue hasta aquí, no me iré ahora.-Se mantuvo firme.-A tus amigos ni siquiera parece importarles tantl, lo cual, debo admitir me sorprende demasiado.

Hermione se pasó las manos por su cabello y dio unos golpecitos desesperados con su pie.

-Eso es porque tienen una cosa mucho más importante en mente que impedir que estés con nosotros. Pero al menos yo pienso las cosas. Draco, tu no deberías estar aquí.-Su voz era baja, con tono desesperado y no sabía si había preocupación también.

-De acuerdo, ¿porque quieres que me vaya?-Pregunto de una vez por todas.

Ella se quedó callada y apretó sus labios en una fina línea, él examinó sus ojos, esos hermosos ojos avellana que siempre lo volvían loco, había en ellos preocupación.

-¡Hermione! ¿Que pasillo dijiste que era?-Se escuchó la voz de Neville dentro de la habitación.

Eso hizo que ambos voltearan la vista dentro del cuarto. Cierto, por un momento Draco se olvidó que estaban en el Ministerio haciendo sabe que cosas.

-Harry, ¿como diantres se te puede olvidar el número de algo tan importante?-Lo reprendió Ginny.

-¡Hermione, ¿que haces afuera?! ¿Estas con Malfoy?-Preguntó Ron, provocando que todos voltearan con eso último.

Odiaba a ese maldito Weasley, era como si pudiese percibir cada que ellos dos estuvieran juntos haciendo cualquier cosa.

Hermione le dedicó una fugaz mirada a Draco antes de adentrarse a la habitación. Con su varita en mano. Supo que ella iba a contestar pero él fue más rápido:

-Y si es así, ¿tienes algún problema con ello?-Alzó su voz un poco, sonaba serio y cortante.

Entró detrás de Granger, la habitación era grande, además el techo estaba muy arriba y había estantes, demasiados, sobre estos bolas de cristal que despedían poca luz. Pero en el techo se encontraban candelabros que iluminaban, aunque no suficiente, seguía estando obscuro.

Sin duda Hermione no esperaba que el rubio hablará, pudo verlo, pues aunque ella estuviera de espaldas se puso rígida.

-Tu la odias, ¿no? ¿porque un sangre pura como tú, estaría con ella?-La voz del pelirrojo era veneno puro.

Quiso lanzarle un hechizo en ese momento, camino más rápido y llegó donde estaban todos, se posicionó frente a Ron. Hermione al lado de él, su rostro reflejaba muchas emociones. Al contrario de lo que en realidad quería hacerle, se echó a reír, una risa un tanto malévola.

-Simplemente estaba haciendo eso, justamente molestandola. Maldito imbécil.-Sabía perfectamente que con su expresión facial y su voz, intimidaba a Ronald.

-¡Basta!-Interrumpió Hermione.-Ron, no eres mi padre para cuestionar todo lo que hago. Y tú Malfoy, si sigues con esa actitud puedes largarte al carajo. Todos, por Merlín, tenemos una misión, Sirius puede estar al borde de la muerte y estamos perdiendo el tiempo por estupideces.

Con las palabras recién dichas por la castaña, todos parecieron entrar en razón. Pues habian estado muy enfocados en el numerito que acababan de montar Malfoy y Weasley.

-El número del pasillo...

-Noventa y siete.-Respondió Hermione, antes de que Harry terminará de hablar.

Se apresuraron a llegar a esa estantería, una vez ahí, Malfoy se preparó para ver a Sirius Black, sin embargo no se veía nada por el pasillo.

-Acerquemonos más, desde aquí no se ve nada.

Y eso hicieron, todos con varita en mano caminaron hasta el final de esa estantería, pero no había ni rastro del padrino de Potter. Nada.

-Harry...-Lo llamo Hermione, mirándolo.

Él no le contestó y camino por otras estanterías para seguir buscándolo. Era una pérdida de tiempo, Sirius no estaba en ese lugar. Habían ido todos para nada, Draco se sintió estúpido, debería de haber escuchado la voz de la cordura y obedecerle, en ese momento estaría en su sala común con Astoria o leyendo un buen libro. Pero de esa Harry no se libraba, el rubio se encargaría de hacerle bromas respecto a este suceso.

-Harry.-Volvió a llamarlo Hermione, su voz baja.

-¿Que?

-No está aquí.

Y tenía razón, obvio Sirius no estaba.
Pero Harry seguía buscándolo, el Slytherin dedujo que no estaba preparado para ver los rostros de sus amigos, reflejando el error que había cometido.

-Harry, esto tiene tu nombre.-Comento Ron, mirando una bola de cristal.

-¿Que?

Todos se acercaron un poco, Draco no demasiado no quería parecer chismoso. En efecto, una bola de cristal tenía el nombre de el gryffindor grabado, y no era lo único, una vez que Ron se estiró y la tomo, todos pudieron leerla.

S.P.T. a A.P.W.B.D.
Señor Tenebroso
y Harry Potter

-¿Porque tiene tu nombre? Revise algunas y no tienen el nombre de alguno de nosotros.-Explico el pelirrojo.

-Harry, te aconsejo que no la toques.-Opino Hermione, un poco nerviosa.

-¿Porque no? Tiene mi nombre grabado.

Grandísimo idiota, sin duda no meditaba las consecuencias, no era nada precavido.
Decidió quedarse callado, podía molestar a el azabache, pero prefirió no hacerlo, por ahora.

-Harry, no lo hagas.-También le dijo Neville.

Este se encontraba con la frente perlada, estaba sudando. El rubio no sabía si era por calor, nervios o miedo.

Y como si le hubieran dicho todo lo contrario, Harry se atrevió a tocarla. Para sorpresa de todos no ocurrió nada, todo estaba intacto. Draco estaba por hablar, pero una voz que conocía a la perfección y le causaba escalofríos y temor algunas veces, hizo que no dijera nada:

-Muy bien Potter, ahora date la vuelta y dame eso.

Todos se sorprendieron sobremanera, pero más Draco que alguien más. Se dio la vuelta lentamente, al igual que los demás, y vio ahí frente suyo a unos cuantos metros de distancia a su padre.

Su padre, a su maldito padre.

Muy bien vestido de negro, tan elegante como siempre y con ese porte que intimidaba, su cabello luciendo fantástico como siempre, su varita en mano y una sonrisa de esas que de pequeño le daban un poco de miedo, pues eran tetricas. Varias siluetas negras, que eran magos les cubrieron el paso, tanto izquierda como derecha, los tenían rodeados y todos les apuntaban con su varita, usaban máscaras. Ginny soltó un grito de horror.

¿Que estaba sucediendo? ¿Porque estaba su padre ahí? Su cabeza comenzó a bloquearse de forma horrible, no encontraba una explicación. No esperaba encontrarse a su padre.

Sintió las miradas de todos los chicos, Hermione quién se encontraba a su lado izquierdo le pregunto:

-¿Tú formas parte de esto?

Sus ojos reflejaban decepción, tristeza, habían perdido su brillo. Le miraba de forma horrible, que Draco hubiera preferido mejor que le gritara, no podía soportar esa mirada llena de decepción.

¡Él no formaba parte de nada! Ni siquiera tenía idea de que su padre estuviera metido en algo, no tenía idea de que estaba sucediendo.

-Draco, ¿que haces aquí, con ellos?

Despego su mirada de Hermione y la fijo en su padre, este tenía aspecto de confusión, sin embargo, no estaba molesto.

Lo único que sabía, era que se había metido en un gran lío en el momento que decidió ir con todos los chicos.

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¡Hola, hola! ¿Que tal?
Espero que se encuentren bien y hayan disfrutado de su fin de semana.

Traigo este capítulo, tengo que aclarar que obvio, se que los sucesos están alterados y la línea del tiempo no está correcta. Pues cuando Umbridge descubre al ejército de Dumbledore los castiga y pasan los TIMOS, blablabla.

Lo sé, pero quise modificar estos sucesos y adaptarlos a como mejor me convenía. Espero que no sea problema para ustedes.

Ahora oficialmente estoy de vacaciones, así que trataré de no tardar tanto para actualizar.

Sin más que decir, deseo que este capítulo les guste, advierto desde ahora que se vayan preparando, porque se vienen los momentos difíciles, pues no ha sucedido nada aún. Las cosas están por complicarse bastante, creo que el próximo capítulo será el único en el que todo estara bien, dentro de lo que cabe.

Que tengan una linda noche y dulces sueños.

¡Gracias por leer! 💚

Ale 💚🐍

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