"No termines la frase, por favor no."
Hermione se encontraba agotada, tanto mentalmente como físicamente. Desde aquello que sucedió en la mañana se había sentido mal y no había dado su 100% en el día. La imagen mental de Parkinson y Malfoy no dejaba de volverle a la mente a cada rato, estaba dolida, estaba asqueada y no podía dejar de pensar, ¿porque diablos había hecho semejante cosa?
Por fin, las clases habían terminado, no tenía nada de apetito, pero se obligó a ir a comer algo, no dejaría de alimentarse por culpa de Draco. Se sentó al lado de Neville y Ginny, estos se encontraban hablando muy animadamente.
—Hola Hermione—Saludó Ginny con una sonrisa.
Neville la saludo con la mano, pues no podía hablar se encontraba masticando algo que parecía un pedazo de carne.
—Hola chicos—Se obligó a sonreír—¿Que tal les fue en sus clases?
Decidió servirse una sopa de champiñones que había y tomó un pan tostado.
—Bueno, me fue igual que tu Hermione, vamos en las mismas—Dijo Neville riendo un poco.
—Oh, cierto. Lo siento, ¿a ti Ginny?
—Me fue muy bien, pero, ¿Tu estas bien, Hermione?—Le pregunto Ginny, mirándola.
—Claro, ¿porque no lo estaría?—Contesto irónicamente, rodando los ojos, pensando en el porque no estaba bien en ese momento.
Eso se debia a cierto rubio y cierta arpía llamada Pansy.
—Hermione...
—Estoy muy bien, no sufro de mal de amores o algo por el estilo. Estoy bien en mis calificaciones—Siguió hablando Hermione, mientras meneaba la sopa.
—Hermione...
—La lectura en la que estoy en este momento va muy bien, aunque no se como terminé pues el idiota del chico beso a su maldita amiga, y el chico tenía novia...
—¡Hermione!—Gritaron Neville y Ginny al unísono.
—¿Ah?—Hermione miro a los chicos.
—¿En serio estás bien?—Volvió a preguntar Ginny, en su cara se notaba la preocupación por su amiga.
—Si, si. Es sólo que...—Su voz se fue perdiendo.
—¿Sólo qué...?—Neville esperaba que Granger siguiera hablando.
—Tengo que irme—La castaña se levantó, dejando su comida sin ni siquiera dar un bocado y salió del gran comedor, dejando confundidos y preocupados a la pelirroja y Longbottom.
Tenía que sacarse esa espinita, necesitaba saber por que Draco había besado a la chica Parkinson, si no, se volvería loca. Caminó y caminó, buscando a Malfoy, visitó la biblioteca, nada, la Torre de astronomía, en vano. En los jardines localizo a Astoria, tal vez ella le dijera el paradero de su novio idiota.
Bajo hasta los jardines y ahí estaba la castaña, recargada en uno de los grandes árboles, con los ojos cerrados, se le veía tan calmada que Hermione se sintió mal por tener que romper esa paz y tranquilidad.
—Hola Astoria—Saludó, mientras caminaba hacia ella.
La chica abrió los ojos, y sonrió al ver a Hermione.
—¡Hermione, hola! ¿que te trae por aquí eh?
—Yo... primero siento molestarte...
—¡En absoluto! No molestas, empezaba a sentirme sola, es bueno tenerte aquí—Dijo con una sonrisa.
—Eres muy linda.
—¡Bah! ¿en que puedo ayudarte?
—Quería saber si de casualidad, ¿Tú sabes donde está Draco?—Le pregunto, deseando una respuesta positiva.
—Creo que está en nuestra sala común, estaba haciendo tareas.
—Oh—Contestó simplemente la castaña.
—¿Como van tu y Draco?—Pregunto sonriente Astoria.
Hermione la miro, se había olvidado por completo que Greengass sabía de la situación de ellos dos, no estaba del todo sola, tenía con quien hablar. Pero, ¿era buena idea?
—Pues no tan bien como quisiera—Respondió haciendo una mueca.
—¿Pasa algo? Hoy Draco me contó que le diste su merecido a Parkinson, tienes mis respetos—Le soltó con diversión y alegría.
—¿Parkinson te cae mal?—Preguntó sorprendida.
La chica asintió.
—Es una chica insoportable que no es nada en realidad. Siempre anda detrás de Draco, pero este nunca le hace caso, te es fiel.
—No tanto como me gustaria—Murmuró.
—¿De que hablas?—Astoria había alcanzado a escucharla.
—¿No te ha contado?—Pregunto mirandola, mientras se sentaba a un lado suyo.
Astoria negó con la cabeza, estaba confundida.
—Bueno él beso a Parkinson hoy en la clase de defensa contra las artes oscuras, ¿porque? No tengo idea, por eso estoy buscándolo. Me debe una explicación.
El viento sopló más fuerte, provocando que los cabellos de Hermione se despeinaran un poco.
—Draco es un idiota—Dijo Greengass después de un rato.
—Un gran idiota—Estuvo de acuerdo Granger.
—Pero es un idiota que te ama, no creo que la haya besado por gusto.
Hermione no respondió, ella estaba segura de que Malfoy no la había besado porque quisiera, pero necesitaba saber la razón. Pego ambas piernas a su pecho y paso sus manos por estas.
—¿Puedes ir por él? Necesitamos hablar—Le pidió de forma amable.
—Claro—Asintió la castaña y se levantó.
—Muchas gracias por escuchar Astoria—Hermione sonrió.
La chica le devolvío la sonrisa e hizo un gesto con la mano, quitándole importancia a lo que había hecho y sin nada mas, se fue perdiendo mientras caminaba hacia el castillo. Granger se quedó ahí y cerró los ojos, necesitaba pensar, ¿que le diría a Draco? Desgraciadamente, cada que cerraba los ojos, esa horrible imagen mental volvía.
Perdió la cuenta de los minutos que habían pasado, cuando sólo escucho pasos aproximarse y unas voces, abrió los ojos y pudo ver a Draco y Astoria.
—Bien, aquí está Draco, Hermione.
—Gracias, Astoria—Agradecio.
—Los dejo hablar.
Granger asintió y enseguida Greengass se fue por donde había venido. Hermione miro a Draco a los ojos y se quedó estática en su lugar.
—¿Y bien?—Preguntó con una voz fría.
—Te debo una explicación lo sé. Pero antes que nada quiero que sepas que te amo, y solo te amo a ti. No siento nada por Parkinson, ¿de acuerdo?
Hermione se cruzó de brazos y mantuvo su mirada en el suelo, no contesto a las palabras de Draco, este se acercó a ella y le tendió la mano, para ayudarla a levantarse.
—Aquí mismo me puedes explicar—Dijo la castaña, rechazando la mano del rubio.
—Sólo quiero adentrarme más al bosque—Mantuvo su mano en la posición.
Hermione aceptó y tomó la mano del rubio, en cuanto se levantó la apartó y comenzó a caminar hacia el bosque. Pudo escuchar como Draco suspiraba y la seguía por detrás. Cuando caminaron un rato en silencio, la leona decidió detenerse ya estaban en el bosque y quería escuchar lo que tenía que decirle Malfoy.
—Bien, te escuchó.
—Estábamos en clase, ella llegó y se sentó al lado mío, me dio un beso en la mejilla como saludo. Le pedí que no hiciera eso, además, le explique y me disculpe por decirle ayer que podía ser mi interés amoroso. Ella se molesto mucho y comenzó a hacer teorías en su cabeza diciendo que yo tengo algo contigo, eso me puso nervioso. ¡Porque estaba atinando a todo! Y me puso un ultimátum.
—¿Un ultimátum?—Pregunto Hermione elevando una ceja.
—Si, es cuando una persona te...
—¡Ya se que es un ultimátum!—La chica rodó los ojos—Me refería en que consistía el ultimátum.
—Me dijo que la besara y así me creería el hecho de que no tengo nada supuestamente contigo. Si no lo hacia pues ella hubiera seguido de loca.
Hermione trataba de procesar todo, ¿ese era el estúpido ultimátum? ¡Draco podía haber decidido no besarla! ¡No perdía nada! Sin poder evitarlo, se le comenzaron a hacer los ojos vidriosos.
—¿Y decidiste besarla?—Pregunto, con la voz muy baja.
—Yo...
—¿Porque lo hiciste?—Hermione estaba dolida, había pensado que el asunto había sido más serio o había sido casi obligado el a hacerlo, pero no—¿Acaso no pensaste en como iba a afectarme a mi?
—Claro que si Hermione, por eso revise que no estuvieras viendo cuando lo hice—Le explicó, con voz tenue.
Ahora ya no sentía sólo tristeza, también era enojo, quería golpear a Draco hasta dejarlo inconsciente.
—Si no hubiera visto nada, ¿no pensabas decirme?—Le preguntó, indignada. Una lágrima se escapó de su ojo izquierdo.
—No, no, nena. No llores, perdóname.
Se notaba el dolor y la culpabilidad en el rostro de Draco, pero eso no era suficiente para Hermione. El chico se acercó a la castaña, extendiendo los brazos, dispuesta a abrazarla, pero la leona se alejo y negó con la cabeza.
—No Draco, no.
—Hermione, por favor...
—¡No Draco! Entiende, ya te lo dije una vez y te lo vuelvo a repetir: ¡No todo se arregla con palabras y caricias!—Le alegó, las lágrimas estaban fluyendo sin cesar, y su voz estaba rota, pero a la vez, estaba enojada con el chico que tenía delante.
—Se que cometí un error, pero te juro que no quería hacerlo.
—¡¿Y porque lo hiciste?! ¡Tenías elección y decidiste besarla, maldicion!
Hermione se froto los ojos con irá y se los cubrió con las manos, tratando de tranquilizarse. ¿Porque tenía que pasar por esto? ¿Porque Draco tenía que haber besado a la chica que odiaba?
Notó como las manos frías del rubio tocaban las suyas y las apartaba de su rostro, la chica abrió los ojos y vio a Malfoy. Este aún tenía sujetas sus manos, pero luego las colocó en los cachetes de Hermione y le limpió las lágrimas con los pulgares.
—No se porque lo hice, ¿de acuerdo? Creí que era lo mejor, así no tendría a Pansy molestandome ni armando chismes. Por favor perdóname—Hermione miro los ojos de Draco, su gris se había vuelto más opaco que de costumbre.
—Se nota que te importa mucho lo que la gente piense o diga de ti—Le soltó con voz fría.
Draco bajo la cabeza, pero enseguida volvió a subirla, haciendo contacto visual con Hermione.
—¿Quieres alejarme de ti?—Preguntó la chica.
—¡No! ¿porque querría alejarte? ¡Yo te amo Hermione!—Con eso dicho, el chico pasó sus brazos por la cintura de la castaña, abrazandola.
La Gryffindor aspiro su aroma, ese olor a menta que tanto amaba de él. Sin embargo, ella no correspondío el abrazó.
—¿Puedes perdonarme?—Le suplicó, mirándola a los ojos profundamente.
Hermione no sabía porque se le hacía tan difícil perdonar al chico. Quizá, sólo quizá...
—Draco—Lo llamó, apartando sus brazos de su cuerpo, lo cual desconcerto mucho a el mencionado—Creó que debemos darnos un ti....—El rubio la interrumpió.
—No termines la frase, por favor no—La voz de Draco era casi un hilo, y en su cara se le notaba todo el dolor y el miedo, sus ojos expresaban inseguridad, eso le dolió a Hermione.
—Draco, es lo más adecuado.
—No, no, claro que no. Mira se que me equivoque, pero tampoco es como si ella hubiera sido mi amante todo este tiempo. Hermione, no, perdóname.
—No es tan simple—Dijo con lágrimas otra vez.
—Pero podemos discutirlo, arreglarlo. Las parejas tiene problemas pero charlan para solucionarlo, hagamos eso, por favor—Tomó ambas manos y las juntó.
En sus ojos suplicaba, pedía otra oportunidad, pero Hermione no estaba del todo convencida de dársela.
—Necesito que nos demos un tiempo—Soltó decidida.
—Hermione no, no, no, te lo suplicó—Le pidió de rodillas.
Hermione lo miro, estaba pidiéndole de rodillas que no terminarán, tenía que admitir que eso no lo esperaba. Pero tampoco la haría cambiar de opinión.
—Sólo estoy pidiendo tiempo, no estamos terminando en definitiva.
Draco se abrazo a las piernas de Hermione.
—¿Para que necesitas tiempo?—Preguntó, en su voz se podía notar la tristeza.
—Quiero aclarar mi mente. Además, esto nos servirá a ambos, Draco, no sólo a mi—Dijo, ya más calmada, mientras acariciaba el cabello rubio de Malfoy.
Draco se levantó y quedó muy, muy cerca de Granger.
—Pero yo no deseó tiempo. Sólo deseó no haber hecho lo que hice—Se lamentó, en forma de susurró sin despegar la mirada de Hermione.
—Yo también, Draco, yo también.
Hubo un rato pequeño, en el que sólo se quedaron así, mirándose el uno al otro sin articular palabra alguna.
—¿Hablas en serio?—Se atrevió a preguntar Draco, su voz le temblaba.
—Si Draco. Necesito tiempo, y nos servirá a ambos, así aclaras tus sentimientos.
—¡No necesito aclarar nada! ¡Yo te amo a ti!—Le dijo, ya desesperado, pero aún dolido.
—¿No crees que amo es una palabra muy fuerte?—Pregunto ladeando la cabeza y secándose una lágrima solitaria.
—¿Tu no usarias esa palabra para mi?—Preguntó, y Hermione iba a responder pero igual, no le dio tiempo porque Draco volvió a hablar—Nos la hemos dicho otras veces.
Hermione hasta ese momento se dio cuenta de que Draco estaba mucho más cerca de ella, sus rostros estaban solo a milímetros, siempre hacia lo mismo y la chica siempre caía. Miro esos ojos grises que la volvían loca, aspiro su aroma, estaba casi segura que fue lo que comenzó a atraerle de Draco, su aroma. No sabía porque, tal vez fuera la costumbre, un movimiento involuntario o por inercia, pero comenzó a acercarse más a Malfoy, y este igual. Sus labios apenas se rozaron, cuando ambos escucharon el nombre de la castaña por los jardines.
—Son Neville y Ginny—Dijo, apenas su voz era audible y sus ojos estaban cerrados.
—Pueden esperar—Susurró Draco.
Pero la leona se alejó, los rayos del sol le dieron en el rostro.
—Adiós, Draco.
Y sin agregar nada más, Hermione comenzó a caminar, para ir de vuelta a los jardines, alejándose del bosque, alejándose de Draco.
***
No sabía cuanto tiempo exactamente llevaba ahí parado en la misma posición desde que Hermione se fue. Pero fácil llevaba 10 minutos.
Estaba tratando de asimilar lo que había pasado, Hermione le había pedido tiempo, lo cual significaba que ya no estaban juntos por el momento. Y es que era extraño, siempre tenía la seguridad, tenía asegurado el hablar con la castaña con total naturalidad ya fuera en relación de amistad o noviazgo, pero ahora, esa seguridad ya no estaba tan asegurada.
Quisiera o no, las cosas serían distintas, suplicaba a Merlín, a los dioses a quien sea que Hermione no tardará tanto en retomar. No se había dado cuenta de que se había enamorado fuertemente de la castaña. ¿Que le había hecho?
Su primer movimiento fue golpear un árbol, que estaba cerca suyo, provocando que algunas hojas cayeran, se sintió tremendamente bien, la frustración que sentía consigo mismo logró esfumarse un poco, en cuestión de segundos, notó ardor en los nudillos, miro, estos estaban sangrando, se había hecho daño al golpear el árbol.
Pero por alguna razón no le preocupó en lo absoluto, y dio otros dos golpes, descargando todo. Pudo notar que la sangre tenía olor, se asimilaba como a algo metálico.
Bien dicen que día a día hay un nuevo aprendizaje, y en este Draco Malfoy aprendió dos cosas: La sangre tiene su propio olor y que era un completo idiota.
Después de unos cuantos golpes más, Draco regresó al castillo y se apresuró a llegar a su sala común, lo primero que hizo fue entrar al bañó y lavarse las manos, no tenía nada grave, era sólo raspones, así que lo dejaría autocurarse.
—¿Todo bien?—La voz de Astoria lo sorprendió.
El rubio se volteó y la vio, estaba parada a unos cuantos metros de él, salió del baño, cerrando la puerta y se aproximó al sillón.
—Me pidió un tiempo—Soltó, dejándose caer, desganado en el sillón.
—¿En serio?—Astoria no se lo creía.
Draco sólo asintió, con la mirada extraviada y vacía en algún punto de la sala.
—Aseguró que lo necesitábamos ambos—Se encogió de hombros.
—Es que Draco, fuiste un idiota al besar a la esquelética—Le dijo, sentándose a un lado suyo.
—Lo sé, ¡Lo sé!—Se tapó la cara con las manos, en señal de frustración.
—¿Porque traes raspones?—Se interesó, tomando las manos del rubio.
El chico no contesto, Astoria lo miro y fruncio el ceño.
—¿No te estas autolesionando? Si lo estas haciendo, eres más idiota de lo que creía.
—No estoy haciendo nada de eso, sólo golpee un árbol.
—Déjame curarte—Astoria estaba a punto de tomar su varita, pero Draco la detuvo y negó con la cabeza.
—Déjalo, estoy bien.
—¿Seguro?
—Seguro.
Astoria abrazo a Draco, en señal de apoyo.
—Intentaré hablar con ella—Le dijo, y eso significó un mundo para el rubio.
—Gracias—Agradeció, mientras le plantaba un beso en la cabeza.
Astoria y Hermione eran las personas más importantes en su vida, además de su madre y padre, por el momento, la menor de las Greengass era lo que le quedaba, pues la castaña había tomado la decisión de alejarse por un tiempo indefinido de él, lo cual era una tortura para Draco.
***
En Hogwarts las cosas se habían salido de control desde que la cara de sapo Umbridge se había vuelto suma inquisidora (gracias al ministro) Hermione había perdido la cuenta de todos los decretos de enseñanza que llevaba ya.
No había mantenido contacto con Draco desde hace un mes ya, y aunque no lo admitiera en voz alta, si, lo extrañaba bastante, pero tenía que esperar más tiempo. Aún no podía creer como en un mes habían cambiado tanto las cosas, Umbridge era el segundo puesto más alto en el castillo, pues el primero era el director Dumbledore, que ya no se le veía a diario. Dolores casi había echado a Sibyll, la había despedido, debido a que no era buena en su trabajo, Hermione estaba de acuerdo, pero muy a pesar, no pensaba que la profesora de adivinación se mereciera ser desterrada.
Mientras tanto Harry se encontraba cada vez más alejado de ella y de Ron, no era el mismo.
Las clases no eran las mismas, Hogwarts no era lo mismo, Harry no era el mismo, los profesores no eran lo mismo. ¡Habían tantos cambios! Hermione estaba tratando de soportarlo, y en momentos como esos, necesitaba a Draco consigo, pero aún no era tiempo.
Ya se había aprendido de memoria el estúpido libro que Umbridge les había dado al inicio del curso, los TIMOS se acercaban y no habían aprendido nada de defensa contra las artes oscuras, se negaba siquiera a trabajar en clases, pero tenía que hacerlo.
Con fastidio, se aplicó un poco de perfume, si, de ese que tanto amaba Draco.
—"¡Deja de pensar en él!"—Se dijo.
Se puso la túnica y acto seguido, salió de la habitación para dirigirse a la clase que tanto odiaba. Mientras caminaba, no dejaba de lanzar suspiros, uno tras otro, y así siguió hasta que llegó al aula, recordó que esa clase la compartía con Slytherin, cerró los ojos, ¿porque la mayoría de las clases tenía que compartirlas con la casa de las serpientes? Entró y se sentó en una mesa vacía, que estaba situada en medio, no quería estar ni muy adelante, pero tampoco atrás.
Minutos después entraron Ron y Harry, el pelirrojo se sentó al lado de la chica y el azabache atrás. Pasaron 10 minutos, en los que casi ninguno de los tres hablo, no había conversación, y Dolores comenzó la clase.
Y otra vez era hacer lo mismo de siempre, leer de tal página a tal página y escribir lo relevante. Hermione rodó los ojos y se rasco la cabeza, desesperada, no se sentía de ánimos, y pensó muy seriamente porque mejor no se brinco la clase. Prefería mil veces estar en su cama leyendo algo que estar soportando la horrible voz y la presencia nefasta de la gargola rosada.
—Señorita Granger, ¿me está escuchando?—Y hablando de la reina de Roma, la profesora interrumpió sus pensamientos.
Afortunadamente, Hermione estaba poniendo atención a lo que decía y sumida en su mundo a la vez, ¿como lo hacia? no tenía ni jodida idea, pero era un don que agradecía.
—Si, profesora.
—¿Podría decirme, que era lo que estaba explicando?—Pregunto, con su tono amable, tan hipócrita.
—Era sobre el tema de la página 27. "Centauros y hombres lobos, ¿criaturas semi-humanas? Y nos estaba dando su opinión absurda sobre el tema, que, no se que tiene que ver siquiera con la asignatura. ¿Es consciente que no estamos aprendiendo nada en realidad? ¿Así como creé que pasaremos el TIMO? ¿Está cumpliendo con el objetivo del colegio?—Pregunto, haciendo hincapié en lo que ella había dicho el primer día de clases.
Todos se quedaron asombrados, Hermione Granger, hablándole así a un profesor, no era para nada común, en realidad, nunca se había visto. La castaña tenía una cara totalmente desinteresada y miraba a Umbridge, quien no sabía cómo reaccionar ante lo dicho por la alumna, pero pronto recobro la compostura, y con su voz exasperante comenzó a hablar:
—¿Está usted consciente que acaba de cometer una falta de respeto? Estoy dándole a usted y a todos las clases correspondientes, debería agradecer eso.
—Disculpe, pero sus clases no sirven de nada en lo absoluto. ¡Este libro me lo se de memoria!—Expresó, con cara fastidiada.
—¿Con que se lo sabe de memoria? Quiero me diga, si es así, ¿de que habla la página 105?—La profesora se cruzó de brazos.
—Habla sobre las maldiciones imperdonables, y no deja nada de conocimiento pues sólo dice los nombres y es todo. Luego cambia al siguiente tema que es sobre los dementores. Todo eso lo vimos el año pasado y antepasado, ¡sus clases no sirven de nada!—Le espetó.
—¿Se cree muy inteligente? Déjeme decirle que no lo es, es sólo una cría arrogante y presumida. Le recuerdo que usted es una hija de padres muggles, lo que sea que diga o haga nunca será de vital importancia y no llegara alto.
Eso hizo enojar a Hermione, ¡¿porque todos sacaban a relucir que era hija de muggles?!
—¿Y quien le asegura eso? ¡Usted no tiene derecho a ofenderme de esa manera solo porque le estoy diciendo la verdad!—Elevó la voz, mientras, inconscientemente se levantaba de su lugar.
Ron la llamaba, pero la chica no escuchaba nada, estaba centrada en la maldita gorda rosada que tenía delante.
—¡Suficiente! ¡Soy tu profesora, la suma inquisidora, subsecretaria del ministro...
—¡Eso no cuenta aquí!
—¡Esta castigada, señorita sabelotodo!
—¡Estoy orgullosa de al menos ser más inteligente y capaz que usted, y más aún siendo hija de muggles!
—¡¡Basta!!—Gritó, ya sacada de sus casillas.
Hermione respiraba rápidamente y notó que estaba levantada de su asiento. Miro a su alrededor, todos, absolutamente todos, miraban la escena inauditos; sorprendidos. Ha decir verdad, ella también lo estaba, al parecer había soltado todo lo que traía con la persona más insoportable. Sin embargo, mantuvo su ceño fruncido y mirada firme, sabía que Umbridge era una profesora y más, pero no le importaba, todo lo que le había dicho era la verdad.
—La espero en mi despachó, después de clases—Indicó, con voz autoritaria.
—Bien.
Sin comentar nada más, Hermione camino hacia la puerta.
—¡Hermione, ¿que haces?!—Le grito Ron, confundido.
—¿A donde cree que va? La clase no ha terminado—Dolores se aproximaba a ella, con paso lento.
—Ya estoy castigada, ¿no?—Respondió.
Cruzó la puerta y vio de reojo a Draco, quien no daba crédito a lo que veía. Cerró la puerta, azotandola y comenzó a caminar rápido, ¿a donde iría? No sabía, sólo quería alejarse de ahí.
Por un rato sólo se dejó llevar por sus pies, hasta que paró en seco, la luz que desprendía la antorcha le dio en la cara y sintió el calor en la mejilla, volteó a verla, y se sumió en sus pensamientos. ¿Que había hecho? Le había faltado el respeto a Umbridge, y tuviera o no razón, no quitaba el hecho de que había sido grosera. ¿Que había sido de Hermione? Hermione Granger jamás haría eso, Hermione Granger no era así, a pesar de como fuera una persona, nunca explotaria frente a ella, menos a una profesora.
¿Tendría que disculparse? Negativo, no lo haría, lo hecho está hecho, ya le habia asignado su castigo. Simplemente jamás volvería a hacer algo así.
Dio un paso atrás, y otro mas, se cuestionó. ¿Había cambiado tanto? Es que simplemente, la chica que le había gritado a Dolores no era ella, estaba en una especie de shock, no le duró mucho, debido a que fue empujada por el peso de otra personas, salió de su ensimismamiento y logró escuchar como varios libros se caían al suelo.
—¡Diablos, lo siento!—Maldijo y se disculpó al mismo tiempo.
Hermione se volteó y visualizo a Astoria, estaba hincada juntado alrededor de unos 7 libros. La castaña se agachó y le ayudó.
—No te preocupes, estaba parada como boba—Junto 3 libros y se los entregó a Greengass.
—Gracias—La chica al parecer no se había percatado de que era Hermione con la que había tropezado, cuando levanto la cabeza una sonrisa adorno su rostro—¡Hey, Hermione!
—Hola Astoria.
—¿No deberías estar en defensa contra las artes oscuras?—Preguntó.
—Si... bueno—Se pasó la mano por el cabello, y se le vino la misma pregunta a la mente para evitar responder—Tú también deberías estar en clase.
—Terminé el trabajo antes y la profesora Sprout me dejo salir—Sonrió orgullosa—Pero tengo deberes. Igual, vamos a la biblioteca.
Astoria comenzó a caminar rumbo hacia donde había dicho. Hermione se lo pensó, ¿tenía algo mejor que hacer? no, así que la siguió. Sus pasos resonaban por el castillo. Cuando llegaron a la biblioteca, se sentaron en una mesa, Hermione casi se pasa de largo y se sienta en el ya tan acostumbrado lugar que compartían ella y Draco.
Hizo un mohín, pues muchos momentos juntos le vinieron a la mente, pero decidió ignorarlos y se sentó frente a la castaña.
—Bien Hermione, dime, ¿qué haces fuera de clase? Y más importante aún, ¿como estás?—Su mirada la tenía puesta en el libro que acababa de abrir.
—¿Me preguntas como estoy por lo que sucedió entre Draco y yo?
—¿Que? ¡Claro que no! Es una pregunta casual—Comentó.
—Bueno, he estado muy estresada, fastidiada, cansada. Desde que Umbridge es suma inquisidora Hogwarts esta de cabeza.
—Si, te comprendo. Esa gorda rosada es un dolor de muelas.
—Respondiendo tu otra pregunta, no estoy en clase porque le falte el respeto a Umbridge...
—¡¿Que?!—Exclamó Astoria, mirándola con los ojos como platos.
—Discuti con ella, debido a eso estoy castigada, no quise seguir más en la clase y salí—Ahora que la castaña lo escuchaba, eso no se oía del todo bien.
—Chica, de verás que te admiro y tienes mis respetos. ¡Eres perfecta!—La alago, lo que hizo sonrojar a Hermione.
Pero en absoluto, era perfecta.
—No soy perfecta Astoria, pero gracias—Sonrió.
—Por cierto, no han hecho los prefectos de esas vigilancias en los pasillos, ¿cierto?—Se interesó, mientras escribía algo en el libro.
—No aún no nos han asignado nada de eso.
—Muy bien—Sonrió picaramente.
—¿Porque?
—Así me será más fácil salir a hurtadillas con Theo—Río por lo bajo.
—No sabía que seguías con Nott, casi nunca se les ve juntos.
—Pasamos casi todo el tiempo juntos en la sala común—Explicó, apartando el libro de portada café chocolate y tomando el de azul rey.
Hermione se puso a pensar, ella y Draco apenas llevaban un mes juntos, no era casi nada de tiempo y ya había hecho una pausa.
—¿Cuanto llevas con Theo?
—Un mes y unas cuantas semanas—Respondió, concentrada en el libro.
Si, y es que Nott y Astoria habían empezado su relación casi a la par que Draco y Hermione.
—¿Puedo hacerte otra pregunta?
La chica asintió mientras terminaba de escribir algo en el libro, nuevamente.
—¿Alguna vez te llegó a gustar Draco?
Astoria dejo de escribir y miro a Hermione.
—Hay cosas de las que simplemente me da vergüenza y asco recordar.
Hermione río.
—¿Entonces si te gusto?
—En mi defensa estaba en segundo grado, era una niña sin consciencia y Draco era el chico más bueno en ese momento—Se paso un mechón de su cabello castaño por detrás de su oreja.
Hermione sonrió, era lindo pasar tiempo con Astoria, la chica era divertida, alegre y carismática.
—Hermione, ¿porque le pediste tiempo a Draco?—La pregunta tomó por sorpresa a la leona.
—Yo... creó que tiene que aprender la lección. Siempre le bastaba con disculparse, pero nunca asumía las consecuencias, además así aclaró mis pensamientos.
—¿Lo extrañas?
—¿Porque me haces estas preguntas?
—El está loco por ti Hermione, en serio. Te extraña cada maldito día, ya ni siquiera habla con Parkinson, a lo mucho que sea completamente necesario. ¿No crees que ya es tiempo de regresar?—La miro inquisitiva y agregó—¡Eran mi pareja favorita!
Astoria hizo un puchero que le saco una sonrisa a Hermione, pues era adorable.
—Sólo ha pasado un mes y unas semanas. Esperaré un poco más, no me siento lista aún—Dijo, mientras pasaba sus uñas por la mesa de madera.
—¿Lo amas todavía?
—Si.
—Con eso me doy por bien servida.
La Slytherin sonrió y siguió con su trabajo.
(...)
Llego la hora del almuerzo, ya se había esparcido el chisme de que Hermione Granger había mantenido una discusión con la suma inquisidora y profesora de defensa contra las artes oscuras.
—¿Porque hiciste tal cosa? Tu nunca harías algo asi—Balbuceba Ron, pues traía un pedazo de comida en la boca.
—Siempre hay una primera vez, Ron—La apoyo Ginny.
—No me siento orgullosa de lo que hice, estuvo mal y no volverá a suceder.
Con eso dio por terminado ese tema, no quería volver a mencionarlo, se dedicó a comer. Vio la mesa de las serpientes, Astoria, Zabini, Draco y Theo estaban charlando. Posó su mirada en el rubio. Al parecer duro mucho así, pues el chico también la miraba con preocupación.
—¿Es cierto que te llevas bien con Astoria?—Le pregunto Harry.
Hermione despegó la mirada del Slytherin y la dirigió a Harry.
—Si, eso es verdad—La chica se encogió de hombros y le dio una mordida a un pedazo de zanahoria.
Los chicos la miraron extrañados.
—No es como los demás Slytherins, es linda—Habló cuando terminó de tragar.
Hermione continuó comiendo y cuando llegó la hora de ir con Umbridge se levantó y se despidió de sus amigos.
Camino rumbo a su oficina, preparándose mentalmente para que su mano sufriera un dolor inevitable. Tocó a la puerta y escucho la voz de la profesora, dejándola entrar.
—Hola, señorita Granger—Saludó con una sonrisa pequeña.
Hermione se quedó asombrada con la oficina, toda era rosa y tenía platos colgados en la pared, en estos había gatos, empezó a creer que a Dolores le faltaba un tornillo.
—Buenas tardes—Saludó como pudo.
—Sientese.
Así lo hizo, notó que Umbridge estaba tomando té, que, a propósito, era también rosado. Si estaba ahí por mucho tiempo, estaba seguro de que terminaría mareada por tanto rosado, nunca había visto en exceso el color rosa.
—¿Está consciente que lo que hizo esta mañana estuvo mal?
—Si.
—¿Y sabe que tiene que acatar las consecuencias? lo que sería el castigo.
Hermione asintió, Dolores le sonrió, sinceramente esa sonrisa le ponía los pelos de punta. Era una sonrisa de disfrute total a lo que pasaría.
La gargola le dio un pergamino, no era tan largo, podía ser de unos 25 centímetros y le colocó una pluma al lado, Hermione dedujo que era la que le haría tener marcada la mano por lo menos un mes.
—Sólo tiene que hacer una plana, hasta que llene por completo el pergamino.
—¿Que quiere que escriba?—Le preguntó.
—Debo aprender a respetar a mis superiores—La sonrisa que tenía en el rostro demostraba cuanto estaba disfrutando eso.
Hermione quería darle un golpe o lanzarle un hechizo que borrará su asquerosa sonrisa. Compuso una sonrisa, en la que se reflejaba la ira que sentía y con un tono de amabilidad en extremo fingido habló:
—De acuerdo.
Hermione comenzó a escribir, esperando sentir en cualquier momento el ardor en su mano de la primera letra.
Terminó de escribir la frase, miro su mano, no había nada aún. ¿Acaso no le sucedería nada? ¿El castigo sólo consistía en ponerla a hacer planas con una frase humillante para ella?
No estaba convencida de que fuera así de fácil, pero si ese era el caso, no se quejaria. Si salía ilesa de ahí, sería fantástico.
La Gryffindor siguió escribiendo, hacia letra firme, bonita y recta. Se tomó su tiempo en completar la plana, y hasta logró relajarse, ignoró por completo la estúpida frase y lo tomo como si fuera alguna plana de palitos, algo de caligrafía, como lo que solía hacer cuando tenía 5 años. Mientras se dedicaba a escribir, se propuso que elaboraria prendas para los elfos que trabajaban en la cocina de Hogwarts.
—Termi... ¡Auch!—Se quejó, cuando comenzó a sentir una sensación extraña en todo su brazo.
Eso lo sentía desde el hombro hasta la punta de los dedos de su mano, no sabía describir bien el dolor, pero parecía como si todo su brazo se estuviera entumeciendo, como reflejo, dejó su extremidad a su costado.
El dolor duro como 5 minutos, en los cuales Hermione no podía hacer nada para que cesara, tomó la pluma con la que estaba escribiendo, buscándole algo inusual, cualquier cosa. Pero nada, era sólo una pluma de punta fina, color negra, con rayas rosas. Cuando la sensación paro, intento mover su brazo, nada, no respondía. ¡Su brazo derecho había sido inmovilizado!
—¿Ya está? Por lo que veo tu brazo quedo inmovilizado—Habló Dolores, volviendo hacía con Granger.
Esa vieja estaba total y absolutamente loca.
—Dame tu mano izquierda—Pidió.
Hermione no movió ni un solo dedo, no estaba segura de lo que la demente rosada le iba a hacer. Al ver que no iba a darle su mano por voluntad propia, Umbridge tomó su mano.
—¡Hey!—Protestó.
La castaña vio que la profesora traía en su mano una pluma, era distinta a la que había usado para escribir, y tenía una punta filosa. La colocó en su dedo índice.
—Esto simplemente es ilegal, déjeme en paz—Hermione trataba de soltarse de Dolores, pero esta la tenía bien agarrada.
—¿Las puntas con filo te ponen mal?—Preguntó.
—Usted no puede hacer esto sin mi consentimiento... ¡oiga!—Exclamó, cuando sintió como rápidamente clavaba esa pluma en su dedo y la retiraba casi al instante.
Le soltó la mano y Hermione observó, sólo había una gota de sangre en la superficie. Dolores se sentó en su silla y comenzó a escribir algo en un pergamino que tenía ahí, en su escritorio.
—Pero que... ¡Ah!
Comenzó a sentir un ardor insoportable en su lengua, pronto también podía sentir como un líquido salía de su lengua. Tenía un sabor muy peculiar, era sangre.
Hermione quería gritar de dolor, pero no podía, si lo hacia, le doleria aún más y tiraría toda la sangre al suelo. Lo único que pudo hacer fue soltar gemidos de dolor, no sabía que carajos estaba haciendo la cara de sapo, pero dolia, demasiado.
—Listo—Se escucho un murmuró.
La leona soltó un último quejido, llamando la atención de la profesora.
—¿Pasa algo, querida?
—¡Esta lo... auch!—No pudo completar la frase porque cada que hablaba o abría la boca le ardía insoportablemente.
Se acercó a la chica, en su mano traía una especie de bol, obvio rosado, y lo puso por debajo de la barbilla de la castaña.
—Puedes ver el resultado.
En su otra mano tenía un espejo que puso delante de ella, Granger, con miedo abrió la boca, pudo ver como la sangre, que si era mucha, caía al bol. Eso la estaba dañando mucho, desde pequeña le tenía una especie de pavor a la sangre, y ahora la tenía en su boca, estaba escurriendo de su boca. Se concentró en su lengua, en esta había marcas de letras, muy pequeñas, pero se alcanzaba a leer una frase:
"Debo aprender a respetar a mis superiores."
¡No esa idiota frase! ¡Ahora la tenía en su lengua! ¡Tardaría mucho en curar!
—Está mal de...—Hermione cerró los ojos con fuerza por el dolor que le provocaba abrir tan sólo la boca para hablar.
—Creo que con esto aprenderás a tenerme respeto. ¿Aprendiste la lección?—Le pregunto, mirándola sonriente.
Hermione quería apedrearla, asesinarla, o despotricar unas cuantas palabras pero ni eso podía hacer, le lanzó una mirada asesina, pero se obligó a asentir.
—Puede irse. La inmovilización de su brazo derecho se retirará cuando lo deseé.
La profesora le dio un pañuelo, de color rosado, Hermione lo tomó y se limpió la comisura de los labios y la barbilla, para quitar todo rastro de sangre. Salió lo más rápido posible de ahí y se dirigió al baño más cercano, ahora sabía cómo se sentía Harry y podía comprenderlo más, en absoluto quería contarle a alguien sobre ello. Pero era muy difícil, pues tenía el brazo derecho inmovilizado y la lengua con una maldita frase ridícula marcada.
Llego a los baños y abrió la puerta como pudo, paro y se miro la lengua otra vez, le escocía de forma horrible, no dejaba de arderle indescriptiblemente. Junto valor y se enjuago con el agua del lavabo, la sangre comenzó a irse por el drenaje.
No quería llorar, pero era inevitable, ¡esa profesora estaba loca, era una maldita demente! No podía hacerle eso a los alumnos. Se miro la lengua por tercera vez, tendría que buscar un remedio para curar eso lo más pronto posible y tenía que averiguar cómo diantres Umbridge hacia tal cosa.
Volvió a enjuagarse la boca para quitarse lo poco que quedaba de sangre, cerró los ojos, ¿desde cuando Hogwarts se había vuelto tan horrenda? Se limpió las lágrimas que se le habían escapado y salió del baño. Le era muy difícil utilizar sólo el brazo izquierdo para todo, ella solía usar siempre el derecho, el cual tenía inmovilizado.
Con un suspiró, se dirigió al baño de prefectos, sabía que ahí nadie la molestaría, quería estar sola por un rato, y se río de forma irónica, porque salía de un baño para dirigirse a otro.
***
Draco estaba recostado en el sillón de color negro de la sala común de Slytherin, desde que Granger le había pedido un tiempo no sabía muy bien en que ocupar ese tiempo que utilizaba con ella. Y la extrañaba bastante, era un martirio estar tan cerca de ella pero a la vez tan lejos. La veía, pero no podía tocarla, ni besarla o abrazarla.
Le había sorprendido mucho lo que había hecho Hermione con Umbridge, eso nadie lo esperaría de ella. Sólo pedía que la profesora no fuera tan dura con la chica.
—¡Draco, Draco, Draco!—Astoria llegó gritando una y otra vez el nombre del chico.
—Deja de gritar, ya te escuche. ¿Que pasa?—Preguntó, sentándose en el sillón para dejarle espacio a la castaña.
—¿Recuerdas cuando dijiste que creías que Hermione no te extrañaba o no te quería más?—Astoria estaba ansiosa y alegre, y Draco confundido.
—Si, ¿eso que tiene?
—¡Hable con Hermione hoy!—Soltó aplaudiendo muy feliz.
Draco se interesó más por la charla.
—¿En serio?
—¡Si! Me contó lo de Umbridge, que por cierto, esa chica tiene coraje y ovarios—Dijo Astoria.
Draco negó divertido con la cabeza.
—¿Habló sobre... mí?—Se atrevió a preguntar, aunque temía la respuesta.
—¡Sí! Le pregunté, me dijo que aún te amaba y que te extrañaba, pero que necesitaba más tiempo—Astoria desbordaba felicidad.
Eso le levanto el ánimo al rubio y abrazo a Astoria.
—¿Ves? Sólo eres un dramático, te dije que te seguía queriendo.
—Gracias.
—Deberias buscarla, creo que ahora acaba de terminar su castigo con Umbridge, y quieras o no necesita apoyo.
—No creo que me quiera a mi como apoyo.
—Vamos, claro que sí, no pierdes nada al intentarlo, ve y buscala.
—Está bien, en serio te agradezco todo esto Astoria.
Draco se levantó y camino hacia la puerta de la sala común.
—Me cuentas todo lo que suceda—Le dijo la castaña.
El Slytherin asintió y salió. ¿A donde iría primero? Tenía muchas opciones: estaba el baño del segundo piso, el gran comedor, los jardines, el campo de quidditch, la Torre de astronomía, y la biblioteca, incluso podría estar en su sala común, esperaba que no. ¡Y se olvidaba! También existía el baño de prefectos.
Decidió ir a buscar a la biblioteca, tal vez podría encontrarse la castaña ahí, se dio cuenta que no cuando entró y revisó. Se dirigió a los jardines, nada.
Tomo la decisión de ir al bañó de prefectos, suplicaba que se encontrará ahí. Cuando iba a entrar, paró en seco, si la chica se encontraba ahí ¿que le diría? ¿no sería incómodo?
Alejo los nervios, y se dio ánimo, no pasaría nada. Entro y le vino el aroma de el jabón, agua y pudo detectar el perfume de ella, Dios, cuanto extrañaba esa esencia. Camino hacia la gran piscina que había, pero no estaba nadie, sin embargo, el agua estaba caliente.
Volteó a la derecha y escucho perfectamente el grito de Hermione.
—¡Draco! ¡¿Que haces?!
Rápidamente se volteó de espaldas, Granger estaba en bata de baño, pero aún no estaba abrochada, por lo cual se le podían ver algunas partes del cuerpo, Draco afortunadamente sólo vio su rostro.
—No... No vi nada.
—¿Q-que haces aquí?—Le pregunto, con una voz apenas audible.
—Quería darme un baño, igual que tu, también soy prefecto—Explicó, aún sin ver a Hermione.
Pasaron unos minutos en silencio, Draco estaba esperando a que Hermione se tapara como es debido con la bata, y estaba desesperandose.
—¿Puedo voltearme ya?
—No—Respondió Hermione, aún con tono bajo.
¿Que estaba pasando? La chica hablaba de forma muy baja y Malfoy había escuchado uno que otro gemido de dolor o quejido.
—Sólo tienes que abrocharte la bata, eso se hace en segundos Hermione.
—Ya—Habló, pidiendo de cierta forma que dejará ese tema.
—¿Que te hizo Umbridge?—Pregunto, al ver que Granger estaba actuando muy extraño.
La Gryffindor no respondió, otra cosa para nada normal en ella. Draco le advirtió que iba a voltearse, Hermione trato de negarse, pero no fue a tiempo. Pues el rubio se volteó, por suerte, la castaña se había cubierto bien con la bata, simplemente solo faltaba hacerle el nudo debido, pero Malfoy no entendía porque le costaba tanto trabajo hacerlo.
Miro su brazo derecho, este no lo había movido para nada, seguía en la misma posición, con su mano izquierda se sujetaba la bata. ¿Acaso le pasaba algo a su brazo?
Se acercó, lentamente, a ella.
—¿Te ayudó?—Pregunto, con voz tremendamente suave.
Hermione lo miro, no podía descifrar la mirada que veía en esos ojos avellanas. Paso sus manos por el lazo, e hizo un nudo, para que la bata no se abriera. Subió su vista hasta los ojos de Granger, ella también lo miraba.
—¿Que te hizo Umbridge?—Volvió a preguntar, esperando una respuesta.
Hermione cerró los ojos, como lamentándose o recordando algo malo, pero después abrió la boca y saco su lengua, lo cual fue algo extraño para el rubio. Inspeccionó su lengua, y notó como había una frase con una letra muy pequeña: "Debo aprender a respetar a mis superiores." Las letras estaban en un color rojo vivo, y toda la cavidad bucal de Hermione estaba roja, Draco dedujo que era por la sangre. El chico no podía creer que la profesora hiciera cosas como esas.
—¿Porque hizo semejante cosa?—Preguntó, indignado.
Granger se encogió de hombros y bajo la cabeza.
—¿Y tu brazo derecho?
—Inmovilizado—Balbuceo.
Ahora sabía porque le costaba tanto hacer el nudo. Miro a Hermione, estaba sufriendo, no merecía lo que le estaba pasando. Draco se acercó más a ella, haciendo que la chica se percartara y levantara la cabeza, encarando a Malfoy.
—Te dejó, para que te duches—Le dijo, haciendo un esfuerzo por hablar.
—No te vayas.
Esas palabras habían salido inconscientemente de su boca, Hermione lo miró.
—Perdona—Se disculpó.
Se le hacía tan raro, ahora el ambiente estaba tenso. Hermione estaba en bata de baño, el no podía hacer nada, quería abrazarla y apoyarla.
—¿Puedo abrazarte?—Preguntó, inseguro.
¿Desde cuando pedía permiso?
Hermione se aproximó a el, y paso su único brazo disponible alrededor de la espalda de Draco, eso fue como oxígeno para él. Desde hace un mes no había tenido ningún contacto con ella, ese abrazo era como estar en el cielo.
—Te extrañó tanto.
Sintió como Hermione ejercía más presión en su brazo, abrazandolo más.
—Te ayudaré a que lo de tu lengua sane pronto. ¿Te parece si nos vemos mañana aqui? a está hora.
La leona pareció pensárselo, pero al final asintió, y compuso una sonrisa sin mostrar los dientes.
—Gracias, Draco.
El chico le sonrió, Hermione le dio un beso en la mejilla y se despidió, acto seguido, salió del baño. Draco se quedó ahí, ese beso y ese abrazo le habían dado ánimo. Pero se sentía mal por la chica, la amaba, y le dolía en el alma lo que le había hecho Dolores.
No obstante, la ayudaría, y tal vez, sólo tal vez, pronto regresarán.
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¡Hola! ¿cómo están? ¿Que tal les fue esta semana?
¡Por fin es viernes! Gracias a Díos hoy no asistí a las escuela xd, así que me dio tiempo para terminar este capítulo. :D
¿Harán algo este 14 de febrero? 7u7 ¿O estarán sosteniendo cartulinas como yo? :'v
Buenoo, espero que este capitulo sea de su agrado, díganme si las hice llorar o algo por el estilo, porque siento que me falta como ese toque para transmitir los sentimientos mientras leen.
Me estoy proponiendo actualizar más seguido, y eso haré. :3
Les había comentado que voy a sacar un nuevo fanfic (también dramione) tal vez pronto publiqué la primera parte. :)
Ustedes díganme, ¿se esperaban la decisión de Hermione?
¿Que les pareció que Granger se revelará contra la cara de sapo?
¿Creen que vuelvan pronto?
Bueno, creo que son muchas preguntas, espero no morir ignorada xd.
¡Gracias por leer! 🐍 Tengan un lindo fin de semana. ;3
Ale 💚🐍
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