"No pienso ducharme si estas tú aquí, pervertido."

Granger pronto cayó en la cuenta de que solamente traía la bata de baño cubriendo su cuerpo, paró en secó y cerró los ojos lamentando lo estúpida que fue. Y es que la llegada de Draco, el horrible ardor que sentía en su lengua, su brazo inmovilizado y la charla con el susodicho la había dejado algo atareada.

¿Debería regresar por su ropa? ¿O ir rápido a su sala común y correr el riesgo de que la vieran así?

Hermione se lo pensó un poco, Draco le había mencionado que se daría un baño, no quería entrar y encontrarlo en una escena comprometedora, pero ella tampoco quería andar así por el castillo.

—Vaya, vaya—La voz fastidiosa de Peeves se hizo presente por el pasillo, Hermione se puso alerta—¿No te han dicho que se sale de la ducha con ropa y no bata?

La chica puso su única mano disponible por el momento sobre la bata, como reflejo. Trato de localizar a Peeves, el cual no se aparecía pero su risa se podía percibir cerca. Peeves sólo significaba problemas y Hermione ya tenía muchos por el momento, con una decisión tomada dio media vuelta y comenzó a dirigirse nuevamente al baño de los prefectos.

Un paso, la risa de Peeves se escuchaba mucho, dos pasos, su risa se calmó un poco, tres pasos, sus carcajadas eran casi imposibles de oír.

Hermione suspiro, al menos el fantasma no le había gastado una broma de las suyas.

Cuarto pasó, sólo sintió como el agua fría caía de sopetón en su cuerpo, mojandola por completo y la risa de Peeves volvía a hacerse presente. Hermione se quedó estática, odiaba a ese fantasma.

—¡Le diré de esto a Filch, Peeves!—Le soltó, enojada y arrepintiendose al instante pues sintió aún más ardor en su lengua.

—¿Al viejo cascarrabias? Dile, más diversión para mí—Respondió risueño y se alejó flotando.

Hermione sin pensarlo fue al bañó de los prefectos, dijo la contraseña y la puerta se abrió, antes de que está cerrará, la castaña entró y con su mano libre la azotó, haciendo que Draco volteara y la observará desde la gran bañera.

Hermione se jalo el cabello con fuerza y desesperadamente trato de mover su brazo inmovilizado, en vano. Las gotas descendían por todo su cuerpo creando un pequeño charco bajo sus pies, sintió como las lágrimas salían de sus ojos, eran lágrimas de ira y desesperación, pero no quería llorar. ¡Siempre lo hacia! Comenzó a soltar gruñidos mientras continuaba en una especie de trance salvaje.

—Hermione—Escuchaba la voz de Draco, pero era muy distante, ella siguió con sus actos—¡Hermione!

Ella no respondió, estaba harta, sólo quería dormir y no despertar en una temporada. Lástima que Hermione no sabía que los problemas apenas comenzaban.

Sintió unas manos mojadas en la suya, como la detenia y la entrelazaba, Hermione reaccionó al fin y vio a Draco enfrente suyo, estaba jodidamente irresistible, su cabello estaba despeinado y mojado, provocando que las gotas cayeran por algunos mechones de su cabello, y no era el único lugar donde había gotas, también en su pálida piel. Hermione se quedó embobada y se obligó a no mirar más abajo de sus ojos grises.

—Hey, ¿estas bien? ¿porque estas toda empapada?

La voz de Malfoy era suave y extrañamente calmante, era como una píldora adormecedora, algo pacífico. Hermione se falló a si misma y vio como Draco traía sólo una toalla amarrada a la altura de la cintura, rápidamente ella regreso su vista a la de el rubio.

Peeves—Respondio.

—¿Él te hizo esto?

La chica sólo asintió y miro su mano y la de Draco, estaban unidas. Ella se soltó y se alejó un poco de él. Malfoy la miro, pero Granger no podía deducir los sentimientos que se escondían en esa mirada.

—¿Estas bien?—Le pregunto, dulcemente.

Ella volvió a asentir, lo que menos quería era hablar, cuando lo hacia, le ardía horrores, pero se obligó a hacerlo.

—Vine sólo a vestirme.

—Si, sabía que vendrías, pero no creí que vinieras empapada—Soltó una risita; recibiendo, a su vez, una mirada asesina de la Gryffindor.

Si sabías que vendria... ¿porque no te vestiste?

—Porqué me estoy dando un baño—Contesto con un tono tan obvio, como si Hermione le hubiera preguntado cual era su edad o algo así.

Hermione sólo rodó los ojos y con su mano disponible tomó la ropa, mientras pudo ver de reojo como Draco se secaba su rubio cabello con otra toalla.

—Podrías darte otro baño, ya estás mojada—Propuso.

—No pienso ducharme si estas tu aquí, pervertido.

—Se supone que casi no debes hablar.

Hermione se quedó callada, el tenía razón, pero ese chico era él único que la hacia hablar, le resultaba imposible no responderle aunque le doliera la lengua después, en realidad, en este momento le arde horriblemente. Con ropa en mano y unas toallas para secarse, comenzó a caminar hacia los vestidores.

—¿Quieres que te ayude a cambiarte?—Tenía una de esas sonrisas torcidas pintando su estúpido y bello rostro.

—No, gracias—Contesto con un tono de amabilidad falso, como disfrazando su verdadera respuesta: como si no supiera tus intenciones.

Con eso último dicho, entró a uno de los vestidores, se quitó la bata y comenzó a secarse, notando como poco a poco su brazo inmovilizado volvía a moverse. Al parecer Umbridge le había quitado ese horrible estado.

***

Draco asegurándose de que Hermione había entrado a los vestidores, se quitó su toalla y prosiguió a ponerse su boxer, se secó bien el cabello y lo alboroto un poco. Todo estaba tan callado y olía a burbujas el baño, pero el chico comenzó a oír voces, no del todo entendibles, tal vez sólo eran alumnos pasando por ahí, le resto importancia y se dedicó a colgar las toallas.

Iba a colocarse ropa cuando las puertas abrirse lo hicieron voltearse.

-¡Yo llegué primero, pierdete!

-¡Yo puse primero el pie!

-Yo usaré este baño. Usa el de tu dormitorio, pobreton.

Y ahí estaban, Pansy Parkinson y Ron Weasley discutiendo el uno con el otro, lanzándose miradas asesinas. Ninguno se había percatado de el rubio, hasta que la chica soltó un gritito de emoción:

-¡Draco!-Lo nombró, y se dio cuenta de que sólo traía el boxer puesto-¡Hoy es mi día de suerte!

La chica estaba con una sonrisa en su rostro y se daba a la tarea de lucir sensual. Mientras que Ron solo miraba a Draco con un gesto de asco y desagrado total.

—Ponte algo encima, ¿quieres Malfoy?

—¿Celoso Weasley? Lamento si tú no estás bien equipado—Sonrió divertido, alzando una ceja.

—¡Eres un idiota! Tu no puedes confirmar algo así.

—Bien, veamos y comparemos. ¿Que te parece, calabaza con patas?—Retó, sabiendo que Ron jamás accederia a algo así.

Pronto el rostro del chico estaba más rojo que su cabello, y Pansy reía a carcajadas.

—¡Calabaza con patas! Eres muy gracioso Draco.

La chica se acercó a el y se apoyo en su hombro.

—Eres un asqueroso—Le soltó—Para eso están los vestidores, imbécil.

—Esta ocupado, además, tengo todo el derecho de vestirme aquí.

Ron abrió la boca pero el sonido de los pasos de alguien resonaban en el baño, ya que estaba muy silencioso, lo único que se escuchaba eran sus voces y ahora esos pasos. Pronto se dio a mostrar una Hermione secándose su cabello castaño con ambas manos, al parecer Umbridge le había quitado el hechizo de encima.

—Hermione—La llamó el pelirrojo.

Esta levanto la cabeza y miro a los tres presentes, Draco no pudo evitar que se le formará una sonrisa en su rostro cuando la vio sonrojarse al momento que miro más abajo de la cintura de Draco.

—Miren, la rata de biblioteca—Habló Pansy, aún en la misma posición.

Draco la quería apartar, pero tampoco era que le molestará mucho, aunque sintió esa necesidad de hacerlo y más porque Hermione estaba lanzándole unas cuantas maldiciones por medio de la mirada.

—Cierra la boca Pansy—Le advirtió Ronald.

El rodó los ojos, ahora la defendía, ¿él cuando ha estado para ella? 

—Déjalo Ron—Lo calmó la castaña, mientras colgaba la toalla en su debido lugar.

—¿Y tú que hacías en los vestidores si Draco estaba bañándose?—Pregunto vivaz, mientras la azabache se cruzaba de brazos despegandose un poco de Malfoy.

—Cuándo entré nadie estaba, tarde un poco vistiendome, cuando salí todos estaban ya aquí. Además el baño es para todos los prefectos no sólo para ti o Draco—Respondió con un tono calmado y despreocupado.

Pansy chasqueo la lengua y la miro divertida, Draco atrapó a Hermione mirándolo una vez más, está desvío la mirada de inmediato.

—Si, bueno. Larguense, Draco y yo tenemos temas que discutir—Comento risueña mientras le sonreía al mencionado.

Draco miro por un minuto a Pansy, en serio, estaba loca.

—No, yo me duchare y tú eres la que se largara junto con Malfoy—Señalo Ron a ambos.

Pansy artículo un sonido con su boca, como si hubiera descubierto algo. Draco pensó que debería ponerse mínimo los pantalones y eso hizo, mientras la azabache comenzó a hablar, el se abrochaba el pantalón y escuchaba las idioteces de Pansy. ¿De donde diablos sacaba que Ron y Hermione planeaban pasar tiempo juntos, solos, en el baño?

—¡Estas mal de la cabeza, Parkinson!

Por primera vez estuvo de acuerdo con la comadreja, el rubio miro a Hermione, está miraba sin emoción alguna a su enemiga que tenía enfrente.

—Muy mal—Estuvo también de acuerdo la castaña.

—Cómo sea, se tus intenciones Granger. ¿Acaso te gusta Draco?

Esa pregunta tomó por sorpresa tanto al mencionado en la pregunta y a la persona que se la hacían, incluso al pelirrojo que miraba confuso la escena.

—¿Qué? ¿De nuevo tus insinuaciones? No querrás que te de una paliza otra vez Parkinson, ¿verdad?

Draco podía ver las muecas de dolor que hacia Hermione cada que hablaba, pero era muy buena para disfrazarlas.

—¿Porqué insistes con eso, chica con apellido de enfermedad?—Le pregunto Ron.

—¡Vuelves a llamarme así y te mataré!—Lo amenazó, pero dio un suspiró y continuó—¿No lo ves? Siempre que Draco está en algún lado, ella también, además Draco ya nunca la insulta y...

—¿Puedes callarte?—Le pidió Draco, molesto.

Enseguida se puso una playera totalmente negra, que hacia juego con su pantalón, y se alboroto el cabello, pudo sentir la mirada penetrante de Hermione.

—¿Porque de repente dices tantas estupideces, Pansy? Las veces que estamos "juntos"—Con sus dedos hizo comas al decir la última palabra—Es pura coincidencia, y si ya no la insulto tanto como antes es porque simplemente no me interesa lo que haga o deje de hacer, me es irrelevante en todos los aspectos.

—Y te repito de nuevo, Parkinson. No-me-gusta-Malfoy. N-O, NO.

Hermione lo dijo con tanto ímpetu que Draco temió que fuera verdad. Pero Astoria le había dicho que al momento de hablar con ella, le había respondido que aún lo quería, ¿no?

—Estás loca si crees algo así, en serio—Le dijo Draco.

Pansy se quedó callada y miro con los ojos entreabiertos a los dos, como si así confirmara que estuvieran diciendo la verdad. Draco rodó los ojos y dejó de apretar sus puños.

—Si temias que te lo quitará estabas errónea y demente, en serio. ¿En que cabeza cabe que yo y Malfoy...—Soltó una risotada—Es ridículo.

Draco no dijo nada, pero le habían calado las palabras de la castaña, su consuelo era que no lo decía en serio, o eso esperaba.

—¿A donde vas?—Le pregunto Ron a Hermione, que se dirigía a la puerta.

—A dormir, tengo sueño.

—Deberías hacer lo mismo que Granger, zanahoria andante.

—Deja de ponerme apodos ridículos, y... ¡Hermione espera!—Se interrumpió cuando escucho como la puerta del baño se cerraba.

La castaña ya había salido del baño, quedando solo Ron, Pansy y Draco.
Muy internamente, el rubio pedía que Ron continuará ahí con ellos en el baño y no fuera tras la castaña.

-Bueno, ¿que esperas? Ve con tu novia-Le dijo Parkinson, con un gesto de impaciencia en el rostro.

En ese instante quería matar a Parkinson o dejarla encerrada por un par de días en una habitación con Peeves dentro. Parecía que cada día que pasaba Parkinson perdía una neurona.

-Ella no es mi no...-El pelirrojo no terminó la oración, sus palabras se perdieron en el aire. Eso hizo que Draco frunciera el ceño inconscientemente.

-Me importa poco si son pareja o no, lárgate. Quiero pasar tiempo a solas con Draco-De sólo imaginarse eso, a Malfoy le dio un escalofrío.

—¡No! Tú eres la que se irá.

Los dos comenzaron a discutir nuevamente, Draco aprovecho eso para salir del baño. No quería quedarse y esperar como Pansy se le insinuaba. Antes de ir a dormir, tenía que ir con el profesor Snape, pues sabía bien qué con su ayuda podría elaborar la poción que necesitaba para mañana.

***

Hermione llegó a su sala común aún con la imagen de Draco en su mente, se veía tan bien de negro, nunca antes lo había visto con esa vestimenta. Estampó su frente en la pared un par de veces, estaba siendo una estúpida, por el momento no necesitaba; más bien, no quería a Draco cómo pareja. Aunque a veces (por no decir siempre) lo extrañaba.

-"Diablos."

La puerta de la sala se abrió para susto de la castaña quien dio un pequeño brinco y veía como Ginny entraba con algunos pergaminos en mano.

-Hola Ginny-Saludó, tratando de no pensar que hace tan sólo unos segundos estaba pegándose contra la pared.

-¿Que es lo que estabas haciendo?-Preguntó la Weasley, para desgracia de la castaña.

La puerta de Gryffindor se cerró detrás de Ginny.

-¿Facepalm?-Respondió, aunque más como pregunta.

Ginny la miro como si Hermione estuviera drogada, sin poder evitarlo, las mejillas de Granger se sonrojaron un poco.

-¿Tú que hacias?-Decidió preguntar para olvidar ese tema.

-Estaba terminando los estúpidos deberes que dejó el maldito de Snape-Dijo con fastidio, sentándose en uno de los sillones y dejando los pergaminos en la mesa-El idiota creé que no tengo vida.

Hermione sonrió ante el comportamiento de la menor de los Weasley's.

-Y espera a que pases a quinto grado cariño. Más deberes y no te olvides de los TIMOS.

-Gracias por los ánimos-Dijo Ginny sarcástica y mirándola irónicamente.

Hermione sonrió, sin embargo se le escapó un pequeño gemido de dolor, debido a su lengua. Esto la pelirroja no lo paso por desapercibido.

-¿Estas bien?-Pregunto, mirando a la castaña.

-Si, sólo me mordi la lengua-Explicó. Hermione presionó su lengua contra el paladar para tratar de calmar el dolor, pero fue peor.

Ginny levanto una ceja.

-¿Segura? Déjame ver.

Hermione hizo un ademán con su mano, como restandole importancia al asunto.

-Muy segura, no te preocupes-Era ya una tortura hablar.

Pero sonrió, para sonar y verse más convincente, tal vez de paso hasta ella misma se convencía.

-¿Fue muy malo el castigo con Umbridge?-Cambio de tema la chica, aunque Granger sabia que iban a lo mismo.

-Sólo me puso a hacer una plana...-Hermione no terminó de hablar, pues Ginny soltó una exclamación.

-En serio, Hermione; ¿que tienes en tu lengua?

La mencionada apretó sus labios, ¿como era que Ginny se había dado cuenta? ¿acaso era muy notorio? La pelirroja se levantó de su lugar y fue hacia con Granger, quien estaba al lado de la chimenea.

-Percibí unas letras, algo escrito en tu lengua. ¿Fue por eso que emitiste el gemido de dolor?-Ginny la miraba preocupada.

Ya no podía mentirle a Ginny, igual no tenía otra alternativa. Ya le mentía suficiente al no decirle nada sobre Draco.

-Esto fue con lo que Umbridge me castigo-Acto seguido, la castaña saco su lengua.

La menor observo el mensaje, cuando lo hubo leído soltó indignada:

-Voy a matar a esa bola deforme rosada, me importa un pepino si es la suma inquisidora.

Hermione mostró una pequeña sonrisa, sabía que esa era la forma de Ginny de demostrarle cuanto se preocupaba por ella.

-¿Puedo ayudarte en algo?-Preguntó, mientras abrazaba a Hermione cómo señal de apoyo.

-No, Ginny. Esta bien, gracias por preocuparte-Dijo, a la vez que sobaba la espalda de la pelirroja.

Se separaron y Ginny le sonrió a Hermione, era una sonrisa que hizo sentir mejor a la castaña, en esta demostraba todo el amor y apoyo que podía ofrecerle. La menor llevó a Granger a tomar asiento a uno de los cómodos sillones.

-Ahora dime, ¿como vas con eso de olvidar a Harry?-Se interesó la gryffindor.

-Pues hay la llevo, aunque me enoja un poco que le guste esa arpía de Cho-Expresó, cruzandose de brazos.

-¡Ginny! Esa boca-La reprendio.

-Tienes que admitir que es una arpía.

-Creó que aún te falta para olvidarlo-Opinó, riendo.

Ginny también se unió a las risas de Granger, se encogió de hombros y exclamó un "ah"

-Logré que una chica se uniera a la P.E.D.D.O.

Eso significó mucho para Hermione, para evitar hablar hizo una seña queriendo decir "¿quien es?"

-Es una chica de Ravenclaw, rubia, voz algo peculiar y... es extraña.

Granger trato de recordar si la conocía o no, pero en vano.

-¿Su nombre?

-Luna Lovegood, creo.

Hermione asintió. Ambas guardaron silencio y cerraron ambos ojos, empezaba a darles sueño. Su calma y tranquilidad no duraron mucho, pues entró Ron despotricando a más no poder. Las chicas abrieron sus ojos y vieron el estado en el que se encontraba Weasley.

-¡Odio a Pansy Parkinson!

Enseguida, Ron se sentó en medio de las dos chicas y Hermione se preparó para escucharlo.

***

Al día siguiente todo fue normal. Hermione tenía su característico ánimo a pesar de las circunstancias, disfrutaba todas las asignaturas excepto la de Umbridge, hasta eso; se contuvo y no armó ningún otro escandalo en su clase. Aunque muy dentro de ella quería desaparecerla del mapa y más porque le mostraba su asquerosa sonrisa de supuesta amabilidad. También pasaba a su lugar a preguntarle cosas como: ¿tiene alguna pregunta, Señorita Granger? O cuando la castaña le escocia la lengua y no podía evitar hacer una mueca la asquerosa gargola le preguntaba: ¿Todo bien, querida?
Eso lo hacia con intención de provocarla, Granger lo sabía bien. En su clase la puso más a hablar debido a que ella tenía que explicar el tema, leer en voz alta o responder algunas preguntas.

No era que Hermione le deseará el mal, pero no se sentiría en absoluto mal si un tren la arrollara.

Pero ahora estaba relajandose y olvidándose de todo, las clases habían terminado y el fin de semana comenzaba. Hermione cerró el grifo y comenzó a secarse el resto de agua, se colocó su bata de baño y salió de este.

Eran como las 4:16 de la tarde, y Lavender estaba durmiendo muy cómodamente en su cama ya en pijama. Hermione la miró unos segundos e internamente río. Decidió vestirse en el baño, por si despertaba Lavender. Optó por ponerse una falda de mezclilla que hace poco le había regalado su madre, y una blusa color crema, que hacia resaltar sus ojos y cabello. Salió del baño, se desenredo el cabello y lo acomodo.

Recordó que hoy iba a verse con Malfoy, e hizo un pequeño mohín. Sintió algo suave restregarse en sus piernas, era Crookshanks, quien estaba pasando por ahí. La chica sonrió y lo tomó en brazos, lo acaricio haciendo que el gato ronroneara. Bajo a la sala común y decidió ponerse a hacer algunas prendas para los elfos, tenía tiempo libre y había que aprovecharlo.

Por suerte su abuela y su madre le habían enseñado como tejer, y con ayuda de la magia podía ser rápida y crear varios. Comenzó manos a la obra, el gato sólo la veía cómodamente acostado en el reposabrazos del sillón.

Y de esa forma el tiempo a Granger se le fue volando, cuando tuvo que descansar su vista, comprobó que eran las 5:30 ya había pasado más de una hora desde que había comenzado.  Era tiempo de descansar, observó sus creaciones y sonrió, no eran las mejores prendas, pero estaban aceptables. Tomó un bluson de color azul cielo, y salió rumbo a la cocina.

Camino por los pasillos del castillo, y sus pensamientos se fueron directo a Michael Corner, no lo había visto desde que entró a quinto año, se supone que su suspensión había acabado, ¿acaso no había decidido volver a Hogwarts?
Sea lo que sea, estaba mejor así. Subió por las escaleras, que la llevaron al pasillo que da a la cocina.

Estaba a punto de llegar pero escucho como una voz proveniente de una chica cantaba algo, muy cerca de ahí. Hermione paró y decidió ir a ver de quien se trataba. Dobló a la izquierda, alejándose un poco de la cocina y asomó un poco su cabeza, viendo  sentada a una chica de tez blanca y cabello rubio.

Se le veía muy calmada y tenia una sonrisa en su rostro, Hermione no podía deducir que estaba cantando exactamente. Cuando le pareció que ya la había visto lo suficiente, dejo de asomarse.

-No te vayas-Escucho que hablaba la chica rubia.

Hermione se quedó quieta en su lugar, ¿le estaba hablando a ella?

-Ven, siéntate conmigo. No muerdo-Con eso dicho, Granger supo que si, Le estaba hablando a ella.

La castaña decidió caminar hacia ella, y dejarse ver. Se detuvo cuando estuvo frente a la chica, está le sonreía amistosamente. Ella era exactamente a como le había descrito Ginny.

-¿Tú eres Luna Lovegood?-Preguntó.

-Si. Tú eres Hermione Granger, la directora de la P.E.D.D.O ¿verdad?

-Si.

-La insignia es linda. Al igual que tu propósito al ayudar a los elfos. También es lindo esa prenda que hiciste-Dijo Luna, impasible.

Hermione abrió los ojos sorprendida, ¿como es que ella sabía?

-¿Como sabes que hice una prenda?

-Los torposolos están en todas partes, al igual que los nargles. Por ello supe que tú eres la novia de Draco. Pero, en realidad, ¿es cierto?

Hermione dio unos pasos hacia atrás y se quedó estática. Esa chica que recién conocía sabía todo el asunto de Draco y ella. Eso era prácticamente imposible, ni siquiera su madre o amigos lo sabían. ¿Como era que la rubia lo sabía? ¿Por el simple hecho de esos torposolos? Que por cierto, Hermione no sabían que eran esas cosas.

-¿De que estas hablando?-Decidió hacerse la que no sabía nada.

-Puedes confiar en mi, aunque si no quieres contarme estás en todo tu derecho-Dijo Lovegood, con su sonrisa.

-Yo nunca he estado con Malfoy, nos odiamos.

-Del odio al amor hay un solo paso.

Granger tragó saliva, ¿no eran lo suficientemente discretos?

-De acuerdo. ¿Como es que sabes eso?-Le preguntó, con las manos cruzadas y esperando su respuesta.

-Ya te lo dije: torposolos.

-¿Que es eso?

-Son criaturas invisibles, les gusta estar en la cabeza de las personas y confundirlas metiéndose a su cerebro.

La castaña le iba a explotar la cabeza. Todo eso era una completa tontería. ¿Que tenía que ver una cosa con otra?

-¿Entonces si es cierto que sales con él?-Volvió a preguntar.

Hermione se quedó callada por unos segundos.

-Creó que sí. Tu collar y pulsera lo delatan-Luna sonrió-Son lindos.

La chica miro ambos accesorios y tomó el collar con una de sus manos. Eran los regalos que Malfoy le había dado, los cuales Hermione siempre usaba. Y a pesar de que ya no estaban juntos, ella los seguía usando. Era algo especial, algo que simplemente ya era parte de ella. Como los aretes que nos ponen nuestros padres cuando bebés, y nos duran un buen tiempo.

-Luna, te ruego que no le digas a nadie sobre lo que sabes-Pidió Granger.

-Tranquila, no lo haré. Tampoco es como que tenga a alguien a quien contarle-Comentó sonriendo.

Sintió tristeza por esa chica, pero por alguna razón, Luna no mostraba ni una pizca de tristeza, al contrario, estaba carente de esa emoción. Durante el tiempo que había estado ahí la rubia no había dejado de sonreír.

-Es tremendamente sorprendente lo de ustedes. Es que aparentar odiarse, bueno, siento desde un principio en realidad se odiaban, conforme pasó el tiempo ese sentimiento cambio a amistad-Parecía que eso se lo decía más para si misma que para Hermione, pero eso no quitaba la sorpresa y temor que le estaba dando a la castaña por que Luna atinaba a todo-En fín, a lo que me refiero es que ustedes aparentan odiarse, pero en realidad se aman. Es irónico y contradictorio, pero sumamente tierno.

Hermione a pasos lentos se sentó a lado de Luna y recargo su espalda en la pared. Miro a la chica que acababa de conocer.

-Si, lo es.

Luna jugueteo con sus mechones rubios por un corto de tiempo, su sonrisa estaba presente y sus ojos azules brillaban mucho. Se podía decir que a primera vista la chica era muy feliz, aunque Hermione no dudaba que fuera así.

Recordó el sobrenombre que le ponían a Luna, incluyendo a Draco en ese grupo.

"Lunática"

Ese era su apodo, no negaba el hecho de que no fuera cierto, Lovegood tenía sus cabos sueltos, pero no era para tanto. En lo personal ella no dejaría de juntarse con la rubia por ser un poco diferente, ser distinta de los demás nunca es malo.

-¿Que más es lo que sabes de mí?-Preguntó.

-Umbridge te castigo y te hizo algo terrible, creo que en la lengua. ¿Me equivocó?-Su tono era inocente a más no poder.

Por las medias rotas de Merlín, esa chica lo sabía todo. ¿Y por esos torposolos? sin quererlo o no, Luna estaba algo loca.

-¿Tú y Draco terminaron?

-Nos dimos un tiempo-Explicó.

-¿Para que ayudará a quién?

-Ambos.

¿Porque compartía todo eso con la chica que acababa de conocer? Hermione estaba comenzando a creer que ella era la que estaba perdiendo la cabeza en lugar de la rubia.

-¿Y volverán?-Volvió a preguntar, parecía que le estaba haciendo un interrogatorio.

Esa pregunta...

Hermione pensó un poco antes de responder, todo su ser quería volver a estar con Draco. Pero algo en su mente no la dejaba estar totalmente convencida de ello. Sin embargo, eso no quitaba que lo seguía queriendo demasiado.

-Lo más seguro es que sí. Sólo no se cuando.

-Bien. Todo mejorará pronto, no te preocupes-La chica le brindó una sonrisa cálida.

Hermione también mostró una sonrisa, a pesar de lo rara que era Luna, caía bien cuando hablabas con ella.

-En otros temas. Deberías apoyar un poco a Harry, se que también pasas por lo tuyo. Sólo recuerda que Potter está pasando por un momento difícil y los necesita aunque no quiera admitirlo—Habló la rubia nuevamente.

Eso hizo que la mente de Hermione se despejara un poco, ella tenía razón. Harry necesitaba apoyo hoy más que otras veces, estaba pasando por un mal trago, y ella estaba tan centrada en sus propios problemas que ni siquiera había hablado ya con el azabache. Comenzó a sentirse mal interiormente. Estaba siendo muy egoísta últimamente.

-Voy a apoyarlo, ya verás-Aseguró la castaña con una pequeña sonrisa.

Su lengua seguía doliendo, pero ya era un dolor algo soportable, de igual forma, tampoco era que pudiera hacer mucho. Tal vez haría algún remedio o poción para ayudarse.

-¿Por que no traes zapatos puestos?-Tuvo el valor de preguntarle a Luna.

Hermione se había percatado de ello desde que la había visto, sólo que no quería preguntarle. Pero su curiosidad como siempre, ganaba la batalla.

-Mis pertenencias han estado desapareciendo últimamente-Respondió, tranquila.

-¿Tienes alguna idea de quien pudo haber sido?

Luna se encogió de hombros como respuesta, y sonrió. Se levantó del suelo, se despidió de Hermione, afirmando que la había pasado bien, pero tenía que irse.

-Sólo que por favor te ruego, que no le digas lo de Draco y yo a nadie-Reiteró.

-Tú tranquila, yo nerviosa.

La rubia comenzó a irse dando brinquitos cómo esos personajes animados de los cuentos, Hermione la vio con el ceño fruncido pero con una sonrisa en el rostro. A medio pasillo, Luna regresó hacia Granger.

-Por cierto, toma, te la regaló-Lovegood le tendió un periódico llamado "El quisquilloso"-Las hace mi padre. Esto es mejor que el profeta y por mucho, te lo aseguró.

Y con eso dicho, Luna volvió a irse, desapareciendo ahora sí, por los pasillos del castillo. Hermione suspiró ruidosamente. Siendo sincera, la rubia la había calmado de cierta forma.

Cerró sus ojos antes de levantarse para dirigirse a la cocina, lugar donde se supone tenía que ir.

***

Draco caminaba por los pasillos de Hogwarts, vestido con ropa casual. Sus manos estaban en sus bolsillos y su mirada desinteresada mirando hacia al frente, aunque en realidad no estaba prestando atención. Traía en su bolsillo del lado izquierdo la poción que había elaborado con Snape para ayudar a la castaña, por suerte el profesor no le había hecho preguntas, lo cual agradecía.

Optó por llevar la poción en su bolsillo, por si se la encontraba antes de la hora que se citaron, verse antes. Y era justo lo que deseaba el Slytherin.

Escucho como alguien se aproximaba a él, o al menos pasaría por su lado, pues sus pasos a la hora de brincotear se escuchaban. Dirigió su vista hacia donde provenía el ruido, para ver a cierta Ravenclaw peculiar. Siguió su andar normal.

Cuando Luna Lovegood pasó al lado de él se detuvo, cosa que desconcerto al rubio.

La chica lo miró con una sonrisa, ella sonreía a todas horas. Simplemente Draco no entendía como podía hacer eso: vivir siempre sonriendo, siendo felíz.

-¿Se te perdió algo?-Preguntó con su tono algo escéptico.

-Si, mis zapatos-Draco miró sus pies, viendo que estaba descalza.

Draco rodó los ojos y decidió pasar de largo a Luna, no quería perder tiempo hablando con ella.

-¿Buscas a Hermione?-Preguntó, curiosa Lovegood.

Eso hizo parar en seco a Malfoy, se volteó muy lentamente hacia Luna.

-¿Qué?

-¿Que si buscas a Hermione?-Repitió, como si estuviera diciendo algo normal.

¿Como era que ella sabía eso?

-¿Porqué crees semejante tontería? De verás que estas lunática-Dijo Draco, como escudo de defensa.

-¿La estás buscando si o no?

Draco guardo silencio, lo más lógico era negarse, pero algo, y no sabía que era le impedía hacerlo.

-Se que estabas saliendo con ella-Soltó de la nada la rubia.

Eso provocó que a Malfoy casi le diera un infarto fulminante. ¿como diantres sabía todo eso? No entendía, simplemente no podía.

-Tú no sabes absolutamente nada.

-No le he dicho a nadie, tranquilo-La chica sonrió-Lo más seguro es que Hermione este en la cocina. Adiós.

Sin decir nada más, la rubia siguió su camino dando saltitos, dejando a Draco pasmado en su lugar y sin respuesta alguna. ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Porqué?

Agitó su cabeza y decidió ir a la cocina, tratando de olvidar el encuentro con Luna.

Cuando estuvo frente al cuadro, le hizo cosquillas a la pera, la puerta abrió de inmediato y entró. Lo que vio fue lo más tierno que había visto nunca, y eso que él nunca tomaba nada como tierno.

Hermione estaba ahí, con una falda de mezclilla con cuatro botones de color dorado en medio y una blusa color crema, se veía hermosa. Se encontraba sentada y enfrente el elfo del cual era amigo, Gasper. Este sonreía y sus ojos lagrimeaban un poco, notó como la prenda mugrosa y desteñida que tenía antes fue reemplazada por una limpia, completa y de color vivo.

Draco sonrió, ni el elfo ni Granger se habían dado cuenta de la presencia del rubio. Decidió acercarse a paso lento, por detrás de la chica. Cuando estuvo cerca hizo una señal de silencio hacia Gasper, para que así no dijera nada. Por suerte, el elfo obedeció y continuó agradeciendole a Hermione de todas las formas posibles.

Pronto sus manos cubrieron sus ojos, privandola de la vista. Hermione se quedó callada.

-¿Fred? ¿Harry?

Él no era ninguno de los dos mencionados, ¿cómo era que no lo reconocía? Sintió las manos de Hermione en las suyas, las pequeñas manos de la chica comenzaron a recorrer las de Draco.

-¿Cariño?

Draco fruncio el ceño, ¿había escuchado bien? ¿ella había dicho cariño? Lentamente quitó sus manos de los ojos de Granger. Pudo ver como está tenía una fina línea formada por sus labios.

Hasta el elfo se había quedado totalmente quietos mirandolos a ambos.

-Los dejó a ambos-Habló en bajito el elfo, para después desaparecer, cosa que agradeció Draco.

-No, Gasper no-Dijo la castaña, pero ya era tarde el mencionado se había ido.

Hermione cerró los ojos e hizo una cara como diciendo "¿Que hice?" Draco la miró y se posicionó enfrente de ella.

-¿Me dijiste cariño?-Preguntó en voz baja, Malfoy.

Hermione lo miro con sus profundos ojos, y Draco intentaba no perderse en ellos.

-Lo siento-Fue lo único que pudo decir.

¿Acaso eso significó algo?

-Es, es la costumbre, ya sabes-Explicó.

Hubo un silencio, algo incómodo para ambos. Draco estaba pensando en eso que acababa de ocurrir.

-¿Porqué estas aquí?-La voz de la leona se hizo presente nuevamente, interrumpiendo así los pensamientos del rubio.

-Me dijeron que estabas aquí, no quise esperar hasta vernos, debido a que ya tengo listo lo que quería darte.

Hermione se veía intrigada, Draco no despegó sus ojos de ella, ni cuando saco el pequeño frasco con la poción hecha por el chico.

-Es lo que quería darte. Aplicatela en la lengua, te ayudará.

Draco se la tendió, Granger tomó el frasco y miró la poción. Era de un color morado oscuro, aunque algo brilloso.

-¿Tú hiciste esto por mí?-Preguntó algo sorprendida.

-Así es, no deberías sorprendente en realidad, sabes qué haría lo que sea para ayudarte-Él chico se encogió de hombros.

Vio como el semblante de Hermione se oscurecia un poco, sonrió levemente y abrió el frasco. Depósito unas cuantas gotas en su lengua, soltando a la vez un quejido acompañado de la acción de cerrar los ojos.

-Te escocera, como pudiste darte cuenta. Pero te servirá, pontela todos los días a partir de ahora. Hasta que cure.

La chica tenía en su rostro una expresión de dolor, le entregó la poción a Draco para que pudiera taparla, ya que el dolor que estaba sintiendo al parecer no la dejaba hacer nada. Para su sorpresa, Granger le tomó de la mano y la apretó.

Al parecer eso si era doloroso, Malfoy correspondió el agarre de la castaña y decidió abrazarla, y lo hizo algo temeroso, tenía el temor de que fuera rechazado. Pero no fue así, Hermione aceptó gustosamente el abrazo.

Pasaron unos minutos y continuaban abrazados, Draco no sabía si separarse o no.

-¿Ya pasó?-Preguntó con voz suave, al oído de la castaña.

Hermione poco a poco se fue separando de Draco, hasta que quedó a una distancia considerable. Esta asintió y formó una sonrisa sin dientes.

-Si, gracias.

Malfoy sonrió, y le entregó la poción para que ella la guardará. Hermione la tomo y la puso en uno de sus bolsillos, de la falda de mezclilla que llevaba puesta. A el Slytherin le encantaba esa prenda, se le veía tan bien.

-¿Cómo es que hiciste esta poción?

-Fui ayer con Snape. Se puede decir que me ayudó un poco, sólo un poco-Explicó, con su sonrisa torcida.

-Todo eso... lo hiciste, lo hiciste ¿por mí?-La chica lo miraba a los ojos.

Draco suspiró, Hermione sabía muy bien que haría cualquier cosa por ella, ¿porqué se sorprendía tanto?

-Hermione, tú sabes que haría lo que fuera por ti, ¿verdad? Ya deja de sorprenderte tanto-Dijo, en un tono calmado-El hecho de que no estemos juntos no significa que ya no te quiera y que no estaré ahí para ti.

No quiso ver a la castaña, así que veía a un punto determinado del suelo de la cocina. Se había pensado mucho si era correcto decir eso, al final decidió que era justo lo correcto, pero eso no quitaba lo incómodo del asunto.

-Lo siento, tienes razón. En realidad, yo quiero decir que muchas gracias por todo, te juró que aprecio esto.

Levantó su vista y vio a Granger, lo estaba mirando de esa forma que tanto amaba, con sus ojos brillando como siempre, y su típica sonrisa pintando su hermoso rostro. ¡Diablos! era tan frustrante tenerla tan cerca pero tan lejos a la vez. Haría lo que sea con tal de poder besarla una vez más.

-No me agradezcas.

Pasarón unos segundos en silencio, era algo extraño; pues ellos casi siempre hablaban de una u otra cosa. Y debido a que a Draco lo estaba matando internamemte ese silencio habló:

-¿Y como sigues?

-Mejor que ayer-Respondío Hermione, riendo un poco-¿Y tú?

-Estaría mejor si estuviéramos juntos-Se atrevió a decir, viéndola a los ojos.

Supo al instante que ese comentario había tomado por sorpresa a la castaña, aunque esta, se recompuso al momento.

-Creí que ya habíamos hablado de esto-Musitó casi en un susurro.

-No, no hemos hablado de nada Hermione.

-Draco, no hace falta. Nos tomamos un tiempo y ya.

-¿Y cuándo estarás lista para volver? Porque yo ya lo estoy.

-No se trata de eso, no es sólo seguir teniendo las ganas de estar con la persona, si no, aprender de tus errores para no volver a cometerlos-Explicó, mirándolo.

¡Agh! Ya sabía que él había jodido la situación, pero no tenía que restregarselo, era algo que no iba a volver a hacer jamás.

-Lo sé y te juro que ya hice eso.

Hermione se quedó callada y bajo la mirada hacia el suelo.

-¿Es por eso que me ayudas con el asunto de mi lengua?-Preguntó de repente.

-No digas estupideces. Tú sabes que no-Lo dejó bien en claro.

-Lo siento, sólo preguntaba.

La chica se aproximó a él y aún estando sentados. Granger lo abrazo, pasó sus brazos alrededor del cuello de Malfoy. Claramente, eso tomó por sorpresa a él rubio, pero sin ninguna dificultad respondió el abrazo y paso sus brazos por la cintura de la leona. La tenía tan cerca, que el aroma de ella le llegaba a las fosas nasales.

-Te quiero-Le susurro al oído Hermione.

Draco abrió bien sus ojos, ¿había escuchado bien? ¿ella le dijo te quiero? Le iba a explotar la cabeza.

-Te quiero-Dijo el rubio, sin siquiera pensarlo.

Después de un mes y unos cuantos días, Draco de verdad apreciaba ese momento. Y sus esperanzas, de volver pronto con la castaña, crecieron un poco más.

El abrazo terminó y ambos tenían una sonrisa pintando sus rostros. Decidieron seguir hablando con naturalidad de lo poco o mucho que les había pasado últimamente.
Sin incomodidad, sin silencio, sin nada, era como cuando charlaban en segundo o tercer año.

Draco le costó trabajo no ver los labios de Hermione mientras hablaba, quedándose embobado viéndola y evitar roces. Para así tener una plática sin incomodidades, por suerte logró controlarse. Sólo esperaba que a la leona también le costará sus esfuerzos.

-¿Tú sabes como es que Luna sabe lo de nosotros?-Preguntó Draco.

-¿También hablo contigo?

-No tanto así. Me la encontré y justo por ella supe que estabas aquí.

-No se bien la razón de como es que se enteró. Pero me prometió no decir nada.

-A mi igual.

-Ella es algo...

-¿Rara? ¿Lunática?-Ofreció algunas descripciones con una sonrisa burlona.

-Rara, pero en el buen sentido-Y hay estaba el lado bueno de su castaña.

Draco colocó su mano en la cabellera de Hermione y la movió de un lado a otro, alborotando sus cabellos.

-Si, como digas.

-¡Hey, Draco!

Este soltó una risa, y la chica también. Se quedaron mirándose el uno al otro, por un momento, perdiéndose en los ojos perlas y los ojos avellana.

El rubio perdió la cuenta de lo que llevaban viéndose cuando decidió cortar ese momento, por el bien de ambos.

-Granger, tengo que irme-Dijo, levantándose de su lugar.

-¿Que? ¿Porqué?-Preguntó, frunciendo el ceño aún sentada.

-Tengo unas cosas pendientes que hacer.

Hermione lo miró con una ceja alzada, pero asintió. Extendió su pequeña mano, Draco la tomó y la ayudó a levantarse.

-¿Estas estudiando para los TIMOS?

-Es justo eso lo que iré a hacer-Explicó sonriendo.

-Pero, ¿como es que lo haces? Digo, entiendo cómo. Más bien, sobre Defensa contra las Artes Oscuras, ¿no te molesta el hecho de que no aprendemos nada?

-Si Granger, pero creo que no podemos hacer mucho al respecto, ¿o si?-Dijo a la vez que extendía su mano como forma de despedida.

Notó como la chica observaba su mano, pensativa, y de repente su rostro se iluminó y el brillo en sus ojos aumentó.

-Adiós Draco-Granger tomó su mano y le sonrió.

Este le devolvió la sonrisa y se marchó de la cocina, aunque con cierta duda. ¿Qué fue el cambio en el rostro de Hermione?

***

Hermione vio como Draco se iba y se quedó mirando hacia ese punto de visión, ¡se le había ocurrido una gran idea!

¡Claro que podrían hacer algo al respecto!

-Quería agradecerte por la ropa, Hermione-La vocecita de Gasper la saco de sus pensamientos.

Volteó a verlo, y sonrió. Al menos él había aceptado de buena forma la prenda, los demás elfos se habían molestado en sobremanera al momento de que Granger les dijo si querían alguna, al parecer la idea no les gustó. Hermione sabía que al darle una prenda a un elfo lo dejabas libre, sin embargo estos elfos no querían serlo. Lo cual ponía algo molesta a la leona.

Pero Gasper lo acepto gustoso, aunque no dejaría de trabajar; aprecio el regalo de la castaña.

-Deja de agradecerme. Me alegro que te gustara-Se hinco para quedar al mismo nivel que él-Te haré más.

El elfo de ojos castaños la abrazó, sorprendiendo a Hermione. Esta, derretitada por la ternura de Gasper, devolvió el abrazo.

-¿Le puedo dar un consejo?-Pidió permiso Gasper, aún abrazados.

-Háblame de tú, Gasper. Y si, puedes darme el consejo-Dijo la chica, sonriendo.

-No esperes demasiado por algo, luego tal vez te arrepientas.

Esas 10 palabras la dejaron pensando, ¿porqué era que Gasper le había dicho eso? ¿Se debía a su situación por Draco? No estaba segura, pues ese consejo se podía aplicar en muchos aspectos. Pero dentro de ella, sabía que iba más para la situación de ella misma y de Malfoy.

-Gracias, de nuevo. Y adiós Hermione.

Y con eso dicho se esfumó de la cocina, desapareció. Ni siquiera le dio tiempo a la castaña de decirle que no agradecería más. Se puso de pie y salió de la cocina. Buscaría a Ron, para luego ir con Harry, les contaría su idea.

Sabía que Harry estaría en la sala común, encerrado en su burbuja de la cual tenía que ayudarle a salir. Por eso buscaría a Ron para ir juntos, pensó un momento, deteniendose por los pasillos. ¿Donde estaría el pelirrojo? No le costó mucho adivinar, podría estar en el baño de los prefectos, él adoraba ese lugar y debido a que el día anterior no había podido usarlo debido a Parkinson, hoy podría ser el día que si.

Cuando estuvo parada en la puerta, dijo la contraseña y entró, encontrándose con otra sorpresa más.

Por Dios, por Merlín, por quien sea, si recibía una sorpresa más le daría un infarto.

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¡Hola! ¿cómo están?

Dios, me disculpo por no haber sido constante en las actualizaciones, es que he estado demasiado ocupada: la escuela, el inglés, pedos existenciales míos jaja.

En fin... Espero y me disculpen.

Y es que me tarde aún más porque tuve que volver a leer mi fanfic porque estaba como pérdida, y me di cuenta que tengo que editar JAJA. Pero eso lo haré ya terminado el fanfic, de seguro.

No diré que actualizaré más seguido porque casualmente, cada que lo digo tardo una eternidad en actualizar. ;-;
Es como una maldición Xd.

Aquí ya se estrenó After desde el 11 de abril y no he podido ir a verla. :'(
Matadme.

En fin espero este capitulo les haya gustado, gracias por ser pacientes y seguir leyendo y apoyando está historia. ¡Gracias por el número de vistas y votos! :')

Además, estamos en el ranking número uno de dracoxhermione. <3

¡Mil gracias! :3

Gracias por leer. 💚

Ale 💚🐍

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