"Eres tan testaruda."

Las vacaciones habían llegado, y había menos estudiantes en Hogwarts, pues se habían ido a festejar navidad con sus familias.

Pero lo que era Ron, Harry, Hermione y Draco, prefirieron quedarse en el castillo.

Como es obvio, el invierno había hecho su apogeo, nevaba y briseaba lo suficiente, para que los estudiantes no salieran del castillo.

Granger y Malfoy, seguían charlando, pero Draco tenía sus sospechas, eran extrañas las acciones de la castaña, se paraba muchas veces al baño, se tardaba eternidades ahí. No quería preguntar el porque, pero si que tenía curiosidad.

El rubio pasaba su tiempo con Crabble, Goyle, Pansy, Zabini y Theo. Le gustaba como era el que estaba al mando del grupo.

Los ataques se habían echo frecuentes en la escuela, Draco esperaba que su padre le enviará una carta, ya que, el le envió una a el informandole la situación. Pero a su madre no le había podido mandar ni una carta aún, y eso le entristecia, su madre era lo único que tenía, y el lo sabía muy en el fondo.

Salió de la sala de Slytherin, bien abrigado, para no padecer frio, y fue directo al lago negro, ahora congelado.

Copos de nieve caían a su alrededor, el se los sacudia de la ropa, no quería parecer un muñeco de nieve. Camino por el cesped escarchado y llegó al lago.

Cada que soltaba el aire, su aliento se hacia notable, hacía mucho frío, pero el, no lo sentía, al fin y al cabo, Draco Malfoy amaba el frío.

Se sentó en el pasto y se quedó observando el lago, no necesitaba compañía, a veces, sirve más pasar tiempo contigo mismo, así te das tiempo de pensar y reflexionar sobre las cosas.

Eso hacia Draco Malfoy.

***

Al fin, la poción multijugos estaba lista para esa misma tarde, tendría que avisarles a Harry y a Ron.

Hoy no se vería con Malfoy, por lo que ella sabía, así que esperaba que todo saliera bien. Hoy le comprobaria a Ron que Draco no es el heredero de Slytherin.

Escondió el caldero cómo había hecho ya tantas veces y salió del cubículo, se sacudió un poco la ropa y se acomodó su cabello esponjado.

-Malfoy no está aquí, pelos locos-Myrtle hizo una de sus repentinas apariciones, sobresaltando a Hermione.

-No necesito que Draco este aquí para venir Myrtle-Dijo secamente.

-¿Para que visitas tanto este baño eh?

Myrtle se puso a flotar de espaldas, como si estuviera nadando en una piscina.

-¿Que no puedo venir?

-No me negaria a decirte que no si decidieras ya no hacerlo-Myrtle solto una risita irritante.

Hermione soltó un bufido y salió del baño, para dirigirse con sus amigos y avisarles que la poción multijugos estaba lista, pero antes tenía que ir por un pastelito y hacerle un hechizo.

Fue a la cocina de Hogwarts, donde los elfos nunca descansaban, lo cual a Hermione le daba tristeza, no deberían tratar a los elfos así, y sin embargo ellos se negaban a recibir un mejor trato.

-"Agradezco tanto a George y Fred de habernos dicho donde está la cocina"-Hablo Hermione mentalmente.

Abrió la puerta y vio a los tantos elfos, todos voltearon sus cabezas hacia ella.

-¿Podemos servirle en algo?

-¿Quien es usted niñita?

-¿Vino por orden de algun maestro?

-Ella no debería estar aquí.

-Fuera, no es lugar para niñas.

-¿Vino por comida?

Todos los elfos empezaron a hablar de montón, haciendo imposible a Hermione responder a cada una de sus preguntas.

-¡Sólo quiero un pastelito!-Pidió lo más amablemente que pudo.

Los elfos guardaron silencio y volvieron a sus labores. Hermione creyendo que la estaban ignorando iba a hablar otra vez, pero alguien le jalo un poco la falda morada que traía puesta, miro hacia abajo: era un elfo que se distinguía de los otros.

Este era más pequeño, piel más pálida y ojos castaños oscuros, su ropa era un trapo desgarrado color azul cielo, se encontraba descalzo.

-Aqui tiene señorita-En su mano tenía un pastelito, cubierto de chocolate y nuez.

La castaña se agachó para tomarlos y le mostró una calida sonrisa al elfo, que era el único que le había ayudado.

-Gracias, ¿como te llamas?

-Gasper-Dijo con la voz un poco temblorosa.

-Bien Gasper, muchas gracias. Tal vez luego venga a visitarte. Yo soy Hermione Granger.

-Se supone que está prohibido que los estudiantes entren a la cocina.

El elfo no dejaba de jugar con sus manitas.

-No te preocupes, no se enteraran-Le acaricio juguetona su cabeza y se incorporo-Muchas gracias, nos veremos después.

Le sonrió, Gasper hizo un ademán de adiós con su mano y vio como la castaña salía de la cocina.

Camino por los grandes pasillos acogedores del castillo, hacía la sala común, donde ahí, hizo el hechizo correspondiente para que Crabble y Goyle cayeran inconscientes.

-¿Hermione?

La voz de Ron la sobresalto.

-Ah, son ustedes-Dijo levantandose del suelo.

-¿Quién creías que eramos? ¿Malfoy?-Ron río y Hermione trago saliva.

-Da igual, les tengo una noticia-Hermione vio si había moros en la costa antes de hablar-La poción multijugos esta lista.

-¿En serio?

Hermione asintio y les tendio el pastelito a Harry y Ron, estos fruncieron el ceño, confundidos.

-Necesito que le den este pastelito a Crabble y Goyle, los hechice, caeran inconscientes al instante, asi podran tomar sus cabellos.

Harry lo tomo.

-Falta un pastelito.

-Rayos, es cierto-Se regaño internamente por ser tan despistada

-Yo tengo uno en nuestros dormitorios, ire por el-Dijo Ron, para luego desaparecer por las escaleras de la sala.

-¿Que cabellos usaras?-Le pregunto Harry.

-¿Recuerdas cuando paso todo eso del duelo?-El azabache asintio-Pues descubri que Milicent Bulstrode habia dejado algunos cabellos en mi tunica, solo los recogi y guarde en un frasco.

***

La tranquilidad y el encanto se habia terminado para Malfoy, debido a Parkinson.

Tantas eran sus ganas de verlo que fue a por el al lago negro para llevarlo de nuevo a la sala común de las serpientes, y ya tenía a Draco harto de que la niña lo estuviera abrazando y tocando sus pestañas.

-Parkinson.

La azabache no le hacia caso y lo abrazo más fuerte, componiendo una sonrisa de idiota en su rostro.

-Parkinson-Repitio, apretando los dientes-¡Parkinson!

La voz de Draco se oyó en toda la sala, haciendo que los rostros fueran hacía los dos, la niña se soltó de Draco, entre asustada y confusa.

-Draco, no tienes porque gritarme.

-Te estuve hablando tres veces, de la manera adecuada y te hacías de oídos sordos. Déjame en paz, ¿quieres?

Se levanto del sillón, y fue directo a los dormitorios, tratando de alejarse de los ojos de todos y de Pansy.

Se acostó en su cama y soltó un largo suspiro, levanto la cabeza y vio como Kirlia, su hermosa lechuza estaba tomando una siesta en su jaula, y a lado de esta, había un sobre negro.

Se enderezo en la cama y tomó la carta, era de su padre, había respondido al fin.

Abrió el sobre, esperando no recibir algún regaño, si no, información respecto a lo que estaba pasando.

***

Harry y Ron habían logrado conseguir cabellos de los amigos de Malfoy, y ahora, se encontraban los tres en el baño de Myrtle.

Hermione estaba llenando los tres vasos con la poción multijugos, que no tenía una buena pinta.

-Eso sabrá peor que el jugo de calabaza que hace Ginny en casa-Dijo Ron mirando con desagrado la poción verdosa.

-"Ginny..."

-Respecto a Ginny, ¿han logrado Fred, George o alguien más animarla?-Pregunto la castaña mientras llenaba el último vaso.

Últimamente Ginny no era ella, no era la chica divertida, sonriente y alegre que Hermione conoció, ahora era sería, muy seria, no hablaba con nadie, y prefería encerrarse en los dormitorios o estar escondida por algún lugar del castillo, lo cual no era nada normal.

-No, sigue igual, la verdad no se que tiene. Tal vez las tácticas de Fred y George no sean las más correctas.

-Agreguen los cabellos-Indicó, mientras les entregaba los vasos a cada uno.

Ron soltó una exclamación de asco, Harry y Hermione sólo miraban con repulsión lo que se tomarían en ese instante.

-¿Tenemos que hacer esto? Es asqueroso

-Ya llegamos hasta aquí, no podemos echarnos para atrás Ron-Respondio Harry.

-Bien, salud.

Dicho esto por Hermione, los tres chocaron sus vasos y le tomaron a la poción.

Oh dios, por lo más sagrado que Hermione no había tomado algo tan asqueroso en su vida, la poción multijugos era lo más horroroso que podías ingerir, costaba mucho pasarselo ya que estaba espeso, se sentía grumoso, no despedía un olor muy apetecible y juraba que sabía a gato, lo cual era extraño.

-Voy a vomitar-Dijo Ron débilmente, mientras dejaba caer el vaso al suelo y corría a un baño.

La leona tomo todo lo que pudo, hasta que no pudo más e hizo lo mismo que Ron, Harry fue el único que consiguió tomar un poco más y no meterse a un cubículo.

Fue la experiencia más desagradable en la vida de Hermione, la cabeza le daba vueltas y veía todo distorsionado, tenía que agarrarse de las paredes de los baños para no caer, y lo peor era que ella quería, anhelaba vomitar, pero no podía, de su boca no salía nada, era como si su estómago lo impidiera, estaba asqueada.

Segundos después sintió como el cuerpo le cosquilleaba entero.

-"¿Me estoy volviendo loca?"

Levanto su mano, está burbujeaba, abrió los ojos como platos, y para pronto, descubrió como pasaba eso con todo su cuerpo, ¿seria el efecto de la poción? Eso esperaba.

Cerró los ojos, y pudo sentir como aquella sensación cosquilleante había desaparecido.

Abrió de nuevo sus ojos, y se miro sus manos.

-"¡Por Merlín!"

Iba a gritar, pero se contuvo de hacerlo, se suponía que tenía que transformarse en Bulstrode, no en un gato peludo y horripilante.

-"¿Porqué me pasa esto a mi?"-Se lamentó internamente.

¿Como no pudo distinguir un maldito pelo de gato y el de la desagradable Milicent? ahora, ¡ella era un gato! ¡el gato de Milicent Bulstrode!

-¿Que voy a hacer?-Susurro para si misma, mirándose aún.

-¡Hermione dio resultado!-Era Harry.

-Sal de ahí, tenemos que ir con Malfoy.

-Creo... Creo que no iré chicos, vayan sin mi, recuerden que tienen mínimo una hora antes de volverse a transformar.

-Pero, ¿que estás diciendo? vamos, sal ya-Ron intentaba abrir la puerta.

-¡No pierdan tiempo y larguense ya!-Subió la voz, sorprendiendo a sus amigos.

-¿Porque? ¿Estas bi....-Pregunto El azabache.

-¡QUE SE LARGUEN!

Pudo escuchar como sus amigos corrían a la salida del baño.

Lo único que le quedaba a Hermione era esperar, ¿Porque a ella? Quería estar presente en el interrogatorio con Malfoy, no estar sentada en un baño como gato.

Volteó un poco su rostro y miro su larga y esponjada cola, hizo una mueca y soltó un gruñido gatuno.

-¡Oh Dios! Pero si eres una gata-Myrtle apareció delante de ella.

-Vete de aquí.

-Luces horrible-Rio estruendosamente.

Nada podía ser peor, que estar en un baño convertida en una desagradable gata y con Myrtle delante, burlándose de ti.

***

-Cabble, Goyle ¿Que hacen aquí?-Draco fue hacia ellos, con paso apresurado-¿Donde estaban? Oh ya lo sé, ¿en el gran comedor comiendo? ¿Poniéndose como cerdos?

Estos asintieron. Malfoy ya había leído la carta de su padre, e iba a buscar a Granger esperando que estuviera en el gran comedor, biblioteca o baño, pero necesitaba asegurarse que ninguno de sus amigos estuviera rondando por allí, por suerte, encontró a estos dos, los llevaría a la sala común.

-¿Porque usas lentes?-Le pregunto a Goyle, frunciendo el ceño.

Este enseguida se los quitó, impidiendo que Malfoy los viera con detenimiento, podía jurar que eran parecidos a los de Harry Potter.

-Leía-Dijo con una voz más aguda de lo normal, mientras los guardaba en su túnica.

-¿Leias? ¿Sabes leer?-El niño asintió, Draco alzó las cejas mientras le dedicaba una mirada interesante.

-"Y yo que lo hacía un chimpancé sin cerebro"

-Vuelvan a sus dormitorios, no es hora de que estén fuera de la cama.

Draco no se había percatado de Percy Weasley.

-¿Y a ti que?-Pregunto indiferente el rubio.

-¿Disculpa? Lo que sucede es que yo soy el prefecto asi que ten mucho cuidado, Malfoy.

Este le dedicó una sonrisa arrogante.

-Vengan-Les dijo a ambos mientras caminaba de regreso a su sala común.

-¿Porque nos buscabas Draco?-Pregunto Cabble.

Malfoy necesitaba una excusa, por más absurda que fuera, respondió lo primero que se le vino a la mente.

-Les tengo que enseñar algo verdaderamente divertido-Sonrió, no era del todo mentira. Llegaron a la puerta que los adentraba a su sala común-¿Cuál es la contraseña nueva?-Les pregunto.

Estos comenzaron a balbucear como estúpidos, no era sorprendente que la olvidarán.

-¡Oh lo tengo!-Recordó el Slytherin-¡Sangre limpia!-Emitió y la puerta se abrio, este entró, seguido por los otros dos.

-No se muevan, esperenme aqui, ¿De acuerdo?

Rápidamente, subió a los dormitorios, y de su buro, tomó la hoja del profeta que su padre le había mandado en la carta, para que, justamente, la enseñara a sus amigos. Volvió a bajar.

-Te vas a reir con esto.

Le dio la hoja a Cabble, en resumen, aquella hoja decía como Arthur Weasley había sido multado por embrujar un auto muggle y como su padre hablaba de el y pedía su renuncia, además de los gustos de Arthur algo extraños por los muggles.

-¿Que pasa contigo Cabble?-Le pregunto al ver como en vez de reír, este componía una mueca de disgusto, casi de enojo.

-Nada, sólo es mi estómago-Le pasó la hoja a Goyle.

Espero a que la leyeran, y cuando lo hizo y vio como ambos reían (aunque sus risas hubieran sido algo exageradas) para Malfoy bastaba.

-Es sorprendente como los Weasley pueden ser así, deshonran a los de sangre limpia, ellos ni lo parecen, y menos por el extraño cariño que le tiene Arthur a los muggles. Cabble, ¿porque las muecas?-Le pregunto al ver nuevamente a su amigo, estaba comportándose muy raro.

-Cómo te dije, mi estómago.

-Pues ve a la enfermería, así les darás de mi parte una patada a los de sangre sucia-Las palabras salían solitas de su boca, aunque el no lo quisiera-Respecto a los ataques que han ocurrido, me sorprende que no haya salido nada en el profeta, Dumbledore debe de estar encubriendolo todo, eso es otro asunto, Dumbledore, el peor director que ha tenido Hogwarts, eso dice mi padre, ¿como es que acepta sangre sucias como el Colin ese?

-"¿Que diría Hermione si te escuchara Draco?"-Apareció una vocecita en su mente, que ignoro, en realidad, el no deseaba decir eso, pero era como una reacción ya común en el.

Comenzó a imitar a Colin.

-Potter, ¿me permites tomarte una foto? ¿Me dedicarías un autógrafo? ¿Me dejas lamerte los zapatos? ¡Oh gran Dios Potter!-Imito la voz del niño, para después reír-Es patético y ridículo, ¿no lo creen?

Cabble y Goyle asintieron, tardaron en reír, lo cual era común en ellos, pero lo hicieron, Draco se dio por satisfecho con eso.

-Ese Potter, es otro caso, una persona desagradable que se junta también con sangres sucias como... Granger.

Una parte de el comenzó a sentirse mal, ¿porque carajos había dicho eso? Era como si alguien lo controlara.

-Y ahora lo creen el heredero de Slytherin, nada puede ser peor que eso-Se sentó en una silla, quedando de frente con sus dos amigos gordos.

-¿Tienes alguna idea de quién sea el heredero?-Pregunto Goyle.

-No lo se Goyle, te lo acabo de decir, ¿que no se te queda nada en el cerebro? Mi padre no quiso contarme nada de eso, el lo sabe todo, pero es algo super secreto y dice que sería extraño que supiera tanto. Lo único que se fue que la cámara secreta ya fue abierta hace unos cincuenta años y murió un sangre sucia.

-¿Sabes si capturaron al culpable que abrió la cámara?

-Si, lo atraparon, fue expulsado de Hogwarts y encerrado en Azkaban, la prisión mágica por si no lo sabian.

Se movió en su silla, algo incómodo, y continuó con su relato.

-Hace unos días el Ministerio fue a revisar nuestra casa por si había algo malo, lo cual no es nuestro caso, tenemos una cámara secreta también nosotros, escondida en el sótano. Mi padre solo me ordenó que me mantuviera alejado y dejará que el heredero hiciera su trabajo.

-¡Ah!-Exclamó Cabble, haciendo que Goyle y Draco lo miraran.

Sin embargo, Draco desvió su mirada a la ventana de la sala.

-Necesito algo para mi estómago-Soltó Cabble.

Cuando Malfoy volvió su vista hacia ellos, ya no estaban, ¿como es que habían salido tan rápido?

No le dio importancia y subió a los dormitorios, dormiria, mañana hablaría con Granger.

***

-Hermione, sal, tenemos mucho que contarte-Ron y Harry habían regresado ya.

-¡Marchense!-Chillo.

-Hermione, ¿Te encuentras bien? ¿que pa...

La pregunta de Ron fue interrumpida por la voz de la irritante fantasma que traspaso la puerta del baño donde estaba la castaña.

-Esperen a verla, está horrenda-Rio.

-Abre la puerta Hermione, ya se nos ha pasado el efecto contigo no tardara, ¿sigues teniendo la nariz de Milicent?

Soltó un suspiro, y cerrando los ojos, quitó los seguros y abrió la puerta del baño muy lentamente, mientras se volteaba a ver a sus amigos.

-Descubrí que los cabellos que tome no eran de Milicent, si no, de su gato. La poción multijugos no se aplica en animales-Sus amigos se quedaron perplejos al verla, tenía mucho cabello negro en todo el cuerpo y cara, orejas puntiagudas, sus ojos avellanas eran amarillos ahora y una gran cola de gato-Miau-Trato de sonreír.

-Tenemos que llevarte a la enfermería, por suerte la señora Pomfrey no hace preguntas-Sugirió Harry.

-Todos se burlaran de ti, en especial de tu cola-La fantasma siguio burlándose de Granger.

Después de varias insistidas por parte de sus amigos para ir a la enfermería, Hermione accedió.

***

-No puedo creerlo-Hablo Draco situado frente a la cama de Hermione, en la enfermeria-La gran Hermione Granger no distingue entre un pelo de gato y uno de una niña.

-¡No es mi culpa que Bulstrode tenga los cabellos como los gatos!-Se defendió.

Draco río negando con la cabeza, ya tenía un rato en la enfermería, diario visitaba a Granger, pero a una hora específica del día, cuando está se encontraba vacía, así podían convivir en paz, sin que nadie se enterase o molestase, por la señora Pomfrey no había de que preocuparse.

—¿Porque querías usar la poción multijugos para transformarte en Bulstrode?

Hermione lo miro, ya no tenía tanto cabello, este había desaparecido, sólo quedaba un poco en el contorno del rostro, los bigotes se habían achicado, sus orejas ya no estaban tan puntiagudas.

Lo que logró alegrar a Hermione fue que la cola de gato había desaparecido, pero con ayuda de Draco la hizo sentirse mejor.

Malfoy no tenía problemas con el aspecto de su amiga, la veía linda al igual que siempre, pero lo que más extrañaba de ella eran sus ojos, aun los tenía amarillentos, extrañaba sus ojos castaños.

—¿Granger? Te hice una pregunta—Le recordó, ya que su amiga no le había respondido.

—Bueno, es que, quería... yo—La castaña comenzó a tartamudear.

Draco supo al instante que Hermione no quería contarle en lo que sea que estuviera involucrada.

—Ya, ¿porque no quieres contarme?

El rubio se sentó en la esquina de la cama.

—No podría Draco—No lo miraba a los ojos y su voz era bajita.

—¿Porque no, Granger?

—Es algo que nos involucra a mis amigos y a mi.

El rubio la miro, sin ninguna expresión en el rostro, ¿que significaba exactamente eso?

—¿Me estas queriendo decir que no es de mi incumbencia?—Su voz ya no era suave.

—Yo, oh no, claro que no, pero, es que no puedo decírtelo Draco mis amigos...—Su voz fue cortada por la del Slytherin.

—Cómo siempre "tus amigos" entiendo, ¡entiendo! Que ellos sean tus amigos en verdad, pero es que, ¿no confías en mi para no contarme nada?—Se levanto—Esta bien muy tu problema Granger.

Sin más, se retiró de la enfermería, dejando a una Hermione con sentimiento de culpa, había echo a su amigo enojar, no debía de haberse expresado de esa forma.

"¿Que no confía en mi?"

(...)

Días después, cuando Hermione había salido del hospital, volviendo a ser ella, y el frío haciendose más presente en Hogwarts.

La mayoría de los estudiantes provenientes de padres muggles se habían ido a pasar las vacaciones por su bien.

Y esto desconcerto a Malfoy, creyo que tal vez Granger cambiaría de opinión y se fuera con sus padres, pero esa no era la situación, y era algo muy malo.

Aún seguía molesto con ella, no habían hablado desde aquella vez en la enfermería hace ya una semana, esperaba que al salir ella, fuera a disculparse, pero no había sucedido.
Estaba luchando contra si mismo, estaba en un debate, si advertirle sobre los ataques y decirle que tuviera cuidado, o hacer presente el orgulloso tan conocido de los Malfoy y no hacer nada.

No, no podía dejar que a su amiga le pasará algo, cargaria con la culpa el resto de su vida, el tenía información para ayudar de alguna forma a la castaña, así que el podría brindarsela y eso haría.

Salió de la biblioteca, mientras caminaba hacia su sala común, le mandaria una carta, aunque, si fuera sincero deseaba toparsela en el camino para evitarse tanto ajetreo.

Verifico el gran comedor, no estaba allí, no quedaba de otra más que ir a su sala, subió las escaleras, recorrió pasillos, estaba a punto de llegar cuando choco con una persona, especificando, era una niña.

Disculpame, estaba prestando atención a los torposolos en tu cabeza y si no había nargles a la vista.

¿Torpo... que? ¿Nargles? No había duda de quién era, esa voz y sus locuras eran de nada menos que de Luna Lovegood, una Ravenclaw.

Draco soltó un gruñido y siguió su paso, terminando de subir las escaleras, mientras llegaba al pasillo indicado, para su suerte, vio a Granger caminar con unos cuantos libros en sus manos. Se aproximó a ella una vez que hubiera visto que nadie estuviera presente.

—Hey Granger—Le llamo en tono bajito.

Ella notó su presencia y se sorprendió.

—¿Malfoy ¿pasa al...

—Si, pero vamos a la torre de astronomía.

La niña asintió y comenzaron a caminar hasta allá, tomando su gran distancia, y haciendo que no se vieran obvios, ya sabían muy bien la táctica.

Cuando llegaron al fin, Hermione fue la primera que hablo, con sus libros aún en manos:

—Malfoy yo... quería disculparme por lo que dije, estuvo mal, si quieres te contaré todo, somos amigos ¿no?—Sonrió, Malfoy notó como sus mejillas se sonrojaban.

Eso no se lo esperaba, pero no había tiempo para eso, pronto los maestros avisaran que fueran a su sala común, para evitar más ataques, así que tenía que ir al grano.

—Granger, lo entiendo, y acepto tus disculpas, no tienes porque contarme nada si no quieres. Pero no venía a eso—La sonrisa de la castaña desaparecio—Necesito que me escuches con atención, tu sabes que corres peligro, podrías quedar petrificada o peor aún muerta, por todo lo que está sucediendo, el responsable de todo esto es...—Granger hablo.

—Un basilisco.

—¿Como lo sabes?

Hermione movió las manos en donde tenía los libros.

—Acabo de leerlo, lo que no entiendo es: ¿como hace para pasar desapercibida? Tenía una teoría, pero no estoy segura.

—¿Que teoría?

Hermione abrió uno de sus libros y le entregó una hoja a Malfoy, y con su dedo señalo una palabra que no era parte del texto, si no que había escrito ella misma: tuberías.

Draco asintió, demostrandole así, que la castaña estaba en lo correcto.

—Pero...—Draco volvió a hablar.

—¿Tienes un espejo o algo que refleje?—Pregunto.

—Si, siempre cargo uno en mis bolsillos, pero es pequeño, ¿servira?

—Si, lo que importa es que veas por el espejo, en serio corres un gran peligro, así que por favor ten cuidado Granger.

La castaña le sonrió, dejó los libros cuidadosamente en el suelo y enseguida lo abrazo.

—Gracias Malfoy—Le susurro en el oído, dándole un pequeño beso en la mejilla.

El la abrazo más fuerte, disfrutando del calor que ella despedía.

***

Lo único que Hermione tenía que hacer era ver a través del espejo, cosa sencilla. Dudaba mucho que el basilisco se le apareciera.

Iba directo a la sala común de Gryffindor, donde sus amigos estarían jugando ajedrez o comiendo dulces, tenía que contarles lo que había descubierto, los libros los dejo en la biblioteca, lo único que necesitaba era la hoja de papel arrugada que traia en su mano derecha.

En su otra mano, sostenía el espejo, en este se veían sus brillantes ojos cafés.

Dobló y lo único que vio, fue que sus ojos fueron reemplazados por unos grotescos, brillantes pero horribles ojos amarillos.

Todo se volvió oscuro para ella, lo cual resultaba extraño, ya que no había cerrado los ojos.

Hermione Granger había sido petrificada, justo lo que Malfoy quería impedir.

(...)

La leona ya no podía soportarlo, estar petrificada era lo peor, peor que sufrir los efectos de la poción multijugos, prefiria mil veces eso.

La petrificacion era desesperante, la castaña podia escuchar a todas sus visitas, escuchaba a diario la voz de Ron Harry y Draco, otras veces las de Neville, Fred y George, incluso podía sentir cuando la tocaban, pero ella no podía mostrar algún indicio de que podía realmente escucharlos o sentirlos.

No podía moverse, ni parpadear, ¡ni respirar! Pero de algún modo estaba viva, ¿como? No tenía idea, lo único que sabía es que era la peor horripilante experiencia que había tenido.

Cada día, intenta, prueba moverse, hacer algo, pero no daba resultado, y aún más, cuando Malfoy iba a verla, no podía evitar sentirse culpable, el fue el primero en advertirle, el primero en preocuparse por ella, y ella le prometió que se cuidará, que estaría bien, que nada le pasaría, y fue todo lo contrario.

Una tarde, Hermione pudo sentir la presencia de alguien, no sabía que hora era, ni que dia, pero hay había una persona, con ella, haciéndole compañía.

—Hey Granger—Era Draco.

Hermione ansiaba con todas sus fuerzas moverse, darle un abrazo y decirle: "Draco estoy bien, aquí estoy, contigo". Pero no podía y eso la desesperaba bastante.

—Mi vida volvió a como era antes de conocerte, es... aburrida, eso creo, me haces falta ¿sabes?—Hermione lo escuchaba atentamente, era como si ella estuviera en una versión pequeña, dentro de su mente sin tener control de si misma para hacer algo—Me he dado cuenta que eres alguien muy importante para mi, más de lo que creia, haces de mis días mejores, y ahora que estas así—Draco dejó de hablar.

La niña sólo quería abrazarlo, reconfortarlo, nunca pensó que sería así de especial para el Slytherin, no a tal grado.

Debí decirte que no andarás tan tarde por los pasillos, aunque no hubiera servido de nada, eres tan testaruda—Malfoy río y se sorbio la nariz.

El... ¿estaba llorando? No era muy poco probable, tal vez, estuviera resfriado.

En ese momento, sintió como el rubio le acariciaba su mano, movía su dedo arriba y abajo, mientras el silencio reinaba en la enfermería.

Por más que intentará, ya había aceptado que no podría moverse, no podría despetrificarse por su cuenta, tendría que esperar a las mandragoras, no le molestaba.

Pero le dolía que sus amigos sufrieran por ella, por suerte el día anterior Harry descubrió la hoja que Hermione llevaba consigo la noche que fue petrificada, esperaba que ellos pudieran solucionar todo.

—Después te pondrás al corriente con los trabajos, no te preocupes por eso—El rubio sonrío, aunque sabía que ella no podía verlo.

Hermione sintió como Malfoy le besaba la mejilla.

—"¿Ahora? Draco, eso hubiera sido mejor cuando pudiera moverme, tengo tantas ganas de abrazarte"—Pensó Hermione.

—Adiós, rata de biblioteca—Le acaricio el cabello, le dio un apretón en su mano y le dedicó una última sonrisa, para irse de la biblioteca.

—"Draco".

El nombre del rubio quedó flotando en la mente de Granger, y está quiso sonreír.

***

Draco no podía despegar la vista de la leona que se encontraba comiendo y charlando con algunos compañeros de Gryffindor, no paso desapercibido como su sonrisa nunca se borraba de su rostro.

No podía dejar de verla desde que entró por las grandes puertas de madera, haciendo una entrada inigualable y que todos la observaran.

Le ardío la sangre cuando vio como se abrazaba con Harry y le daba un apretón de manos a Ron, eso lo cabreo aún más, le recordó como ellos lo hacían, era su manera de despedirse.

A el debería de haber abrazado primero, a el debería de haber estrechado la mano, a el debería de haberle hablado primero. Draco siempre estuvo con ella, todos los días, no había uno solo en el que no fuera a hacerle compañía a la castaña, lo cual su supuestos amigos no lo hacían.

En ese momento deseo por primera vez, que la leona usará un uniforme color plateado y verde, en lugar de escarlata y dorado.

Sacudió levemente su cabeza, ¿que le pasaba? Estaba pensando puras tonterías, ¿porque se enojaba? dios, si seguía así tendría que visitar a uno de esos psicólogos muggle, despegó la mirada de Granger, justo en el momento en que ella posó sus ojos avellanas en el.

Se dedicó a disfrutar la comida, para que después, Dumbledore dijera los puntos que había logrado conseguir cada casa, la ganadora de la Copa de las casas fue Gryffindor, para desgracia de las serpientes, mientras los leones festejaban y Ravenclaw e Hufflepuff estaban orgullosos, ya que sus puntajes no habían sido nada malos.

Draco bufo, pero siguió comiendo, soportando a Pansy y tratando de no mirar a Granger.

(...)

El rubio cerró su baúl, tenía todo listo, mañana partía a casa y por fin vería a su madre, eso era lo mejor. No podía creerlo, pasaría a tercer grado.

Con Granger teniendola de amiga, se dio cuenta que el tiempo se pasa más rápido, o tal vez era su imaginación, pero no, estaba seguro. Respecto a la castaña, no la había ido a buscar, decidió que si ella quería verlo, mostraría alguna señal, pero hasta el momento no había sucedido nada.

Gracias a Merlín, los dormitorios estaban vacíos, a excepción de unos pocos alumnos que se encontraban profundamente dormidos, roncando exageradamente.

Para sorpresa de Malfoy, llegó una lechuza que jamás había visto, esta llevaba una carta en su pico, era para el. La tomó dudoso y la lechuza se fue.

La abrió y comenzó a leerla:

Hey Malfoy, ve al baño de Myrtle, ya sabes, nuestro lugar, ahora mismo, estaré esperándote alli, tengo mucho que contarte, ya quiero verte.

Atte: Rata de biblioteca :)

Draco sonrió, rata de biblioteca, sin duda era de Hermione, además reconocía su letra, lo que no podía reconocer era el dibujo que estaba alli, parecía un mousse, de esos que usan las computadoras muggles con un rectangulo al lado. Notó como al lado del dibujo había echo una carita feliz. (Imaginen que está el dibujo mencionado en la carta jsjs)

Abrio de nuevo su baúl, y metió abajo de su ropa la carta, por si acaso alguien se le ocurria abrirlo, pero sería muy estúpido si lo hicieran.

Decidió si cambiarse o no, ya que traia pijama, pero al final se fue así, a Hermione no le importaría. Bajo las escaleras, muchos de las serpientes estaban en la sala común, pero sin problemas pudo salir.

***

Hermione estaba feliz, por fin vería a Draco, durante toda la ceremonia deseo poder estar junto a él, hubiera deseado que el rubio fuera asignado a Gryffindor, lo cual es algo ilógico.

Se encontraba caminando por todo el baño, cruzada de brazos, esperando a su amigo, con una sonrisa en su rostro. No podía creerlo, el año se había pasado volando, ¡iria a tercero!.

Los pensamientos de la castaña fueron interrumpidos por el ruido de las puertas abrirse, esta volteó la cabeza en esa dirección y pudo ver a Draco cerrando las viejas puertas, sin dejarlo aproximarse hacia ella, salió corriendo y lo recibió con un gran abrazo.

Este lo acepto, notó como sonreia, paso sus manos por su espalda, Hermione quería abrazarlo desde que estaba petrificada.

—Granger, comiste mucho ¿cierto? una poco más y me tiras—Dijo divertido el rubio.

La castaña le dio un leve golpe en el hombro, mientras ambos reian.

—Oh callate.

—¿Tanto me extrañaste?—Pregunto, aún no se separaban.

Demasiado—Hermione sonrió, sobre el hombro del niño.

—Encantó Malfoy.

Hermione río, y el abrazo por fin terminó, ambos quedaron enfrente del otro.

—Calmate, se que también te hice falta.

—¿Como sabes eso?—Inquirio con una ceja levantada y una sonrisa ladina.

El estaba pensando que ella estaba jugando.

Escuche todo lo que me decías cuando me visitabas, sentía cuando me tocabas, no se como, pero podía oirte y sentirte, sólo no podía moverme, mi cuerpo no respondia—Se encogió de hombros y se dejó caer al suelo.

—¿M-me escuchaste?—Malfoy abrió muchos los ojos.

Hermione sonrió.

Así es, nunca pensé que significará tanto para ti, lo que dijiste fue muy lindo, te lo agradezco—Le dedicó una amplia sonrisa.

Draco se sonrojo, se sentó y trato de mirar a todos lados menos a la castaña.

—¡Volviste a sonrojarte Malfoy! ¿tanto te intimidó?—Granger río.

—No digas tonterias.

El rubio la miro y le sonrió un poco.

—Entonces, ¿con que soy testaruda?—Pregunto la castaña.

Oh, claro que sí, y demasiado.

—Eso no es cierto—Contradijo.

—Si lo es—El niño sonrió.

—Bueno, lo admito, si lo soy.

Y por cierto, dibujas horrible—Solto Draco de repente, intentando no reír.

—¿Porqué?

—¿Que era el garabato que hiciste? Parecía un mousse de computadora muggle y una rectángulo.

—¿En serio? Se supone que dibuje un ratón leyendo—Hermione bajo la mirada, apenada por su dibujo.

Draco echo a reír como nunca antes.

—Dios, eso no es cierto.

—¡Bueno ya, deja de burlarte! deberías valorar que lo hice, me salió así porque Ginny y Lavender estaban a punto de entrar a los dormitorios y Lavender es super chismosa así que—Se encogio de hombros—Mejor Cuéntame, ponme al corriente sobre todo lo que pasó.

—De seguro el cicatrizado y la comadreja ya te lo contaron—Draco fijo su vista en los lavabos.

—No hablo de eso—Nego con la cabeza—Hablo de ti, ¿que pasó contigo mientras estuve petrificada?

A Hermione le interesaba lo que había pasado su amigo, mientras no estuvo con el, así que se dedicó a escucharlo con atención, como solía hacerlo, a veces hablar y escuchar a Draco era como leer un libro, podías leerlo horas y horas y no te aburrias jamas, lo mismo pasaba con el rubio.

—Cabble y Goyle siguen comiendo como cerdos y Pansy igual de molesta, eso es todo—Termino de hablar.

Hermione sonrió, y quedaron unos segundos en silencio cuando Malfoy volvió a decir algo:

—Espero que para tercer año, tengas un aspecto diferente Granger, algo nuevo que observar—Draco sonrió.

—Te digo lo mismo, espero y ya no lleves ese ridículo peinado hacia atrás—La castaña río.

—¿Ridiculo? Bueno, yo espero que ya no traigas esa cabellera alocada y frizzeada, pelos locos.

La voz de Myrtle se hizo presente en todo el baño, sonaba con un susurro flotando que sólo cantaba una melodia, y sólo decía dos palabras: "pelos locos".

Ambos niños rieron, disfrutando el uno del otro.

—Te veré en tercer grado, Hermione—Draco le mostró una sonrisa, muy diferente a la que la castaña estaba acostumbrada a ver, esta era más real, con menos arrogancia.

Hermione devolvió la sonrisa, sin duda, lo extrañaría.

(...)

Antes de irse a la cama, tenía que hacer algo, ya se había despedido de Draco y el se fue a su sala, ella iria a la cocina, esperando que cierto elfo estuviera ahí.

Había escuchado por parte de sus amigos que un elfo llamado Gasper era quien la iba a visitar a veces o le hacia la comida, cuando estaba ella petrificada. De una forma u otra la niña tenia que agradecercelo.

Sólo esperaba que el regalo fuera útil y no algo inservible.

Llego al cuadro, tocó la pera, haciendole cosquillas y se abrió como si fuera una puerta, por la cual entró la castaña.

Observo la cocina, estaba todo en orden y limpio, no había ningún elfo, lo cual era extraño.

—Gasper—Susurro Hermione caminando por la cocina y mirando a todas partes buscando al elfo.

Este apareció, asustando a Hermione, quien dio un brinco y se llevó la mano al pecho, y es que todo estaba oscuro.

—Santa madre, Gasper—Relajo su pulso.

—Lo siento señorita Granger, ¿me buscaba?

—Si, así es Gasper, ¿es cierto que ibas a visitarme y tu te encargabas de hacerme la comida cuando yo estaba petrificada?—Le pregunto acercándose más al elfo.

Este asintio bajando la cabeza, Hermione se hinco y le sonrió.

—Te lo agradezco, tengo algo para ti.

Sonrió y saco de sus bolsillos una foto de ella, se la dio, este la tomó curioso.
Y de la bolsa que traia en su mano saco un estuche, que también se lo entregó.

—Abre el estuche, Gasper—Le dijo amable.

El estuche era coló azul rey, Gasper así lo hizo, dentro de este había un paquete de hojas para mandar cartas, una pluma muy linda, un tintero y unas cuantas etiquetas.

—Es para que me mandes cartas o si quieres a alguien mas—Hermione le sonrió.

—Mu-mu-muchas gra-acias señorita Granger—El elfo estaba perplejo, sus ojos cristalinos, y una sonrisa apareció en su rostro.

En ese momento supo que a Gasper le había gustado el regalo.

—Al contrario, gracias a ti, en serio. Me alegra que te haya gustado, puedes enviarme cartas cuando quieras.

Le acaricio la cabeza.

—Tengo que irme Gasper, nos veremos en el siguiente curso.

—Claro, le enviaré cartas señorita Granger—El elfo de ojos castaños oscuros tenía su estuche abrazado, como si fuera el mayor tesoro encontrado y la foto de Hermione en su otra mano.

—Dime sólo Hermione, Gasper.

La mencionada se levanto y se dirigió hacia la salida, le dedico una última sonrisa y salió, satisfecha de que al tierno elfo le hubiera gustado su regalo.

Se dirigio a su sala común, el segundo año había terminado.

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¡Hey! ¿que tal están? estoy consciente que tarde mucho en actualizar, esta vez sí que tarde, lo siento.

Pero creo que lo largo del capítulo recompensa la espera, espero y no les moleste que este tan largo, si no, díganme en los comentarios si los capítulos los quieren más cortos.

Aún así, espero y les guste, no se olviden de comentar y votar 💚.

Ale 💚🐍

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