Tyler y Josh llegaron a su casa, y comenzaron a descargar el descongelador de cloro que habían recolectado. Debido a que Tyler estaba un poco somnoliento por el cloro que había bebido, Josh llevó el descongelador por él. 

Una vez que llegaron a la piscina, Tyler se puso los auriculares mientras Josh dejó correr la manguera para verter el cloro.

A pesar de que el proceso tomó horas, esto no fue obstáculo para que Tyler bebiera cloro del vaso. Lo que provocó que estuviese más somnoliento de lo que ya estaba, pero luchó para que siguiera siendo efectivo. 

Josh lo miró mientras vertía el líquido. 

— ¿Estás bien?—Preguntó. 

— Sí, estoy bien.—Respondió Tyler.— Sólo un poco cansado.

— Hemos estado trabajando durante diez horas seguidas.

— Sí. Estoy cansado.

— No te preocupes, estarás bien. Haré tu postre favorito esta noche.

Tyler se emocionó.

— ¿Pastel de arándanos con fresas y crema batida?

Josh asintió.

Tyler dejó caer su vaso, y le dio a Josh un fuerte abrazo. 

— ¡Eres el mejor amigo del mundo! ¡Estoy tan contento de tenerte en mi vida!

— Yo también, Tyler.

El abrazo fue interrumpido, debido a que Josh soltó la manguera accidentalmente, y esta casi llega a la piscina. Por suerte, Tyler la agarró a pesar de la poca fuerza que tenía mientras el contrario lo sujetaba las piernas para que no cayera. 

Tyler le entregó la manguera.

El cloro seguía saliendo.

— Gracias, Tyler.

— No hay problema.

— Nunca te había visto tan fuerte, Ty.

— Ha pasado un tiempo.—Respondió él.

Tyler era fuerte por fuera, pero por el interior, no lo era para nada.

Debido a todo el cloro que esá consumiendo, su salud se ha visto muy afectada, hasta podría decirse, que de una forma muy dramática. Con todos sus oscuros pensamientos rondando en su mente, él cree que es la única manera de detenerlo.

La verdad es que sólo empeora las cosas.