Era como si su vida pasara ante sus ojos. Josh estaba justo ahí, mirando atentamente lo que se estaba haciendo a sí mismo. 

Ahora lo sabía. Lo sabía todo. 

Sabía la verdad. 

— ¿Es esta la razón por la que casi te ahogas?—Preguntó Josh.— ¿Es esta la razón por la que siempre estás enfermo? —Silencio. —¿Es esta la maldita razón por la cual vas a morir?  

— J-josh, por favor...

Fue interrumpido.

— Nuestro trabajo, nuestras vidas dependen de ese cloro. ¡Y tú lo estás usando para matarte!

— Josh, estoy...

Otra vez. 

— ¡Ese es el maldito veneno Tyler! ¡Eso es lo que te matará! ¡Vas a morir si continúas bebiendo esa mierda! ¡Y no puedo perderte! ¡Te amo!

Tyler comenzó a sollozar. 

— ¡Josh lo siento! ¡No quería que esto pasara! ¡Lo siento mucho!

Josh empezó a sacudir a Tyler implacablemente. 

— ¡Eres mi verdadero amor! —Gritó. — Desde que somos amigos he soñado con casarme contigo, y que tengamos una vida juntos. ¡Y ahora voy a perderte por esto! ¡No puedo hacerlo! ¡No puedo verte morir! ¡Te necesito, Tyler! ¡Te necesito!

Tyler cayó en los musculosos brazos del contrario y lloró mucho más fuerte que las veces anteriores.

Dejó salir cada pizca de arrepentimiento que tenía en su interior. 

— Lo siento Josh. Lo siento mucho por todo. 

Josh besó su mejilla. 

— Está bien bebé. Está bien. 

— Pero, necesito que me prometas esto, Josh. 

— ¿Qué?

Miró directamente a los ojos de Josh y apretó sus manos contra sus mejillas. 

— Si pierdo contra mí mismo, no llorarás un día, y seguirás adelante con alguien más. 

Cuando le oyó decir esas palabras, su corazón se hundió. 

— Tyler, no creo que pueda seguir adelante si te pierdo. 

— Bueno, puede que tengas que hacerlo.