Unas semanas después, Tyler volvió a casa. Aún se sentía deprimido, pero se mantuvo lo más lejos posible del cloro, le aterraba la idea de volver a ser débil, entonces le dijo a Josh que ya estaba completamente sano y sobrio. 

Eso hizo muy feliz a Josh, pero igualmente lo mantuvo vigilando constantemente. Quería asegurarse que decía la verdad. 

En los siguentes días, Tyler trabajó como lo hacía normalmente, y no se acercó al cloro. 

Sólo bebía agua. 

Durante la noche, Josh y Tyler pasaban mucho tiempo juntos, compensando todo el daño causado. Se enamoraban cada vez más, y eso hizo que las cosas mejoraran rotundamente. 

Josh amaba tanto a Tyler, que estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para mantenerlo con él para siempre. 

Antes de irse a dormir, ambos se tumbaban en la cama y hablaban de lo enamorados que estaban el uno del otro. 

Tyler le dijo a Josh que lo amaba. 

Josh respondió de la misma manera. 

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Sin embargo, cuando Tyler veía charcos con el químico, comenzaba a desearlo otra vez, casi olvida que eso lo mataría si consumía otra vez. 

Intentó evitarlo. Pero persistió. 

De repente, Ned apareció a su lado otra vez. 

— ¡Tyler! ¿Recuerdas lo que te dijeron? ¡No puedes ni acercarte al cloro! ¡Vas a morir si lo haces!

Al principio, parecía que iba a seguir el consejo de Ned, pero quería sentir el veneno en su lengua otra vez.

Fue a tomar del charco con el químico.