Luego de un arduo día de trabajo, Tyler y Josh se sentaron juntos en el sofá, y decidieron ver la televisión.

Tyler se acurrucó junto a su amigo porque siempre se sentía seguro con él. El contrario también tenía ese sentimiento con el castaño.

Nunca se separaron.

Sin embargo, Tyler se puso un tanto triste. Sentía que Josh ya no lo apreciaba, y todo por sus problemas de salud mental.

— Joshie. ¿Te gusto?—Preguntó.

Josh levantó la barbilla de su amigo, obligándolo a que lo mirara.

Luego sonrió.

— Por supuesto que sí.—Dijo.— Siempre me gustarás, Ty. Eres todo para mí.

Cuando dijo esas palabras, Tyler se puso a llorar. Y enterrando su cara en el pecho de su amigo, lloró con todo su corazón.

— Cariño. ¿Qué pasa?

— Siento que no te importo, Josh.

— Siempre me preocupo de ti Tyler, me preocupas todo el tiempo, con tus enfermedades.

— Perdón Joshie, es difícil cuidar de mí mismo.

El mayor frotó las mejillas del castaño.

— Lo sé bebé, pero puedo ayudarte.

— Tranquilo Josh, estaré bien.

— No, por favor, Ty-Ty, quiero ayudarte. Te quiero.

Cuando pronunció eso, besó a Tyler en la mejilla y lo abrazó fuertemente contra su pecho.

— Te quiero mucho, como no tienes idea. Quiero que seas mío para siempre.

Tyler sonrió, aún llorando.

— Quiero que seas mío también.

El chico dirigió su mirada a los ojos de Josh, y lo besó de una forma ligera en los labios. 

Pero se arrepintió inmediatamente, porque pensó que Josh tal vez no lo amaba de la manera en la que él lo hacía.

Sin embargo éste no estaba asustado por el reciente acto de su amigo. 

Le devolvió el beso.

Tyler estaba totalmente sorprendido. Al principio no pensó que Josh lo amaría como él quería, pero cambió de opinión.

Lamentablemente, no del todo.