Muerdago parte 4

SPOILERS DE LA SANGRE DE OLIMPO! FUERON ADVERTIDOS!

Jason

Agarro a Piper del brazo, acariciandole su piel bronceada, dejando trayectos de besos por su cara.

En la frente, en la nariz, en la pera, en el cachete y por ultimo en la boca.

Atrapaba con mis labios cada lagrima que caía por sus precioso ojos, los que estaban de un color azul marino.

— Sh Sh Piper — le susurro, aferrándola contra mi pecho.

— Lo extraño tanto — murmura de vuelta.

Siento como mi labio inferior también comenzaba a temblar, pero retengo las lagrimas. Tenía que ser fuerte para ella.

Había pasado un año desde la muerte de Leo Valdez, la explosión que derrotó a Gaea llevándose lo que quedaba del chico mas valiente que había conocido.

Todos pasamos por la agonía de su muerte, aunque Nico aseguraba que su supuesto fallecimiento no entró en el radar de espíritus que el poseía.

Pero quien sobreviviría a tal catástrofe?

De a poco, todos fueron superando los hechos, empezando desde Frank, quien declaró un mes después de lo sucedido, que no podíamos estar llorando por Leo, deberíamos estar alabando su gran valentía y coraje.

Después fue Annabeth, reconociendo que el canadiense tenía razón. Con ella se llevó a Percy.

Hazel fue una de los últimos, había logrado entablar una relación bastante cercana con Leo, y los rasgos de su ex novio Sammy lo hacían todo más difícil para ella.

Y después estábamos nosotros dos, los que de a poco fuimos asimilando el hecho, pero cuando la semana pasada nos dieron las ruinas del Argo II todo se volvió a desmoronar.

Éramos el trio perfecto, los mejores amigos, compañeros de batalla... Hasta nos estábamos planeando un futuro entre los tres.

Debía haberme dado cuenta, su actitud tan extraña ante el famoso doctor, las charlas secretas que tenía de vez en cuenta con Hazel.

Como pude haber sido tan ciego?

— Todos lo extrañamos... Pero hay que honrarlo Pipes — le digo, mi voz entrecortada por el nudo que tenía en la garganta.

Otra ola de llantos abruman a mi novia, haciendo que me sienta inservible, como podía yo deshacerme de este dolor?

— Ya lo hemos honrado Jason! Hicieron una estatua suya... Pero no quiero una estatua! Lo quiero a el!— exclama. Eso era verdad, habían hecho una estatua al pie del lago, una réplica exacta d encestaron mejor amigo de bronce, sus palmas hacia arriba, dos flamas naciendo de ellas. Las que nunca se apagaban.

Me levanto, moviendo sutilmente su cabeza para dejarme hacerlo.

Una vez parado le ofrezco mi mano, la que me la agarra con fuerza.

— Ven, vayamos al comedor, hay algunos rumores que los Stoll planearon algo... Quieres ir a ver?— le ofrezco.

Ella asiente, limpiándose la cara con la manga de su buzo.

Y tomados de la mano, nos dirigimos al comedor.

***

Al llegar al camino que nos guiaba al lugar, Katie sale corriendo de la entrada, sus manos hechas puños, y su nariz un poco roja.

— Katie? Estas bien? — le pregunta Piper, deteniendo a la castaña.

Esta la mira con tristeza, su ceño fruncido relajándose al oír la voz dulce de su amiga.

Su labio tiembla, y algunas lagrimas solitarias caen de sus ojos verdes.

— Tienes unas suerte de que el chico que te gusta sea tan dulce y cariñoso — explica la chica, me siento algo incomodo ante este cumplido indirecto, y miro a Piper nervioso — En cambio a mi me toco un estupido, tarado sin sentimientos — empieza a maldecir, para luego agarrarse de los pelos y tirar de ellos con rabia.

— Travis? — pregunta dudosa mi novia.

Oh.

Travis Stoll.

Sí, Piper me había informado sobre la tensión entre ellos dos.

Katie asiente como respuesta, para luego salir de allí.

— Algo me dice que ahí adentro alguien se mandó una cagada — opino, agarrándola de la mano a Pipes, la que estaba a punto de ir tras de la hija de Demeter — Veamos que sucede —

Cuando estaba a punto de poner un pie sobre la madera del comedor, la voz de Hazel me hace parar.

— Hola chicos! — saluda la morena, sus ojos adoptando un brillo feliz al ver rostros conocidos — La Legión de Roma llegó hace unos treinta minutos, y nos dijeron que estaban todos por aquí!— explica, acercándose un poco a nosotros.

Empiezo a saludarla y a explicarle lo que sucedió estos días, entrando finalmente al comedor.

Ahí es cuando se torna todo blanco.

Al abrir los ojos, estaba hundido en un beso con Piper, que comenzaba a abrir los suyos con confusión.

Me separo al instante, sobresaltado por el cambio brusco de posición.

A mi lado estaban Frank y Hazel, sus mejillas tintadas de un color carmesí, por lo que da por hecho que ellos pasaron por el mismo hechizo.

— Frank! Hazel! — una voz exclama a mis espaldas, entonces esta persona pasa corriendo por mi lado, mis ojos atrapan un pequeño fragmento de pelo negro, dándome cuenta al instante quien era.

Nadie mas que el hijo de Poseidón.

Percy abraza a la pareja con fuerza, una sonrisa enorme dibujada en su cara.

— Los extrañé! — exclama, felicidad inundando su aspectos faciales.

— Yo también amigo — le responde Frank, devolviéndole el abrazo palmeándole la espalda.

Después de que su acto amistoso terminara se dan vuelta a examinar la puerta.

— Un muérdago hechizado, cierto? — pregunto yo, viendo la plantita con un tipo de disgusto.

Travis Stoll sale de su escondite en el fondo del grupo, arrepentimiento mostrándose en toda su cara.

— Como sabes eso? — me interroga, arqueando las cejas.

— Unos chistosos hijos de Mercurio la pusieron en el techo de la puerta de mi cabaña para cuando pasaba Reyna y yo al mismo tiempo así nos- — me callo al ver la expresión de Piper, la que lucia que le arrancaría la cabeza a alguien si completaba la oración.

Travis se cruza de brazos y murmura algo como "gracias padre".

Hazel seguía mirando la pequeña planta, hundida en pensamientos.

— Esto es algo que haría- — para antes de terminar, su sonrisa desapareciendo, y sus ojos avellana cristalizandose suavemente.

A mi lado, Piper se estremece, y me mira apretando los labios.

Una palabra mas sobre Leo y explotaría.

Estaba a punto de decir algo positivo, divertido o alentador.

Pero una fuerte explosión interrumpe mi intento de subir los ánimos.

Se escuchaba afuera, a una distancia bastante cercana, como metal se arrastraba por las rocas, luego, unos minutos de silencio, seguido por un grito de victoria, y una risa femenina respondiéndole.

Me miro con Percy, el que asiente y mira a Annabeth. Ella ya estaba sacando su espada de huesos, la que, admito, la hacia ver muy bien. Mejor que la daga que poseía antes.

Yo sigo a la rubia, sacando mi arma. Por detrás seguía Percy, retirando su lapicera.

Atravieso la puerta, con Annabeth a mi lado.

Y cuando el borde de mis ojos se empieza a tornar blanco, miro hacia arriba desesperado. Ahí estaba el muérdago, observándome como si estuviera diciendo. "Acaso eres tarado?"

Y si que lo soy.

Por un momento dude a quien estaba besando esta vez. Estaba seguro que mi suerte estaba para atrás y estaría en unión con Jackson.

Pero no, era MUCHO peor.

Estaba besando a la NOVIA de Jackson.

Nos quedamos mirándonos un segundo, sus ojos grises curiosos.

Sus labios sabían a vainilla, y su pelo olía tan bien que me sorprendía. Me aguanto las ganas de preguntarle que acondicionador utilizaba.

Cuando entro en razón de la situación me separo, mirándola temeroso.

— Besas bien para ser un hijo de Júpiter— opina la hija de Atenea, encogiéndose de hombros.

Esperen. La bese en serio? Hubo movimiento en el beso? Estaba muerto, SUPER muerto.

— Uh — fue mi respuesta.

— OKAY que fue eso — grita Percy, sus ojos desorbitados.

— Un beso Percy, algo que te doy todos los días, todas las horas, y casi todos los minutos — explica Annabeth, rodeando los ojos.

Su novio abre y cierra la boca, decidiendo que decir.

— Lo disfrutaste! — apunta Piper, igual de sorprendida que el otro.

— Um...— admito que el beso no estuvo mal, y que Annabeth sabe como hacerlo. Pero nada se compara con los de Pipes.

Si solo pudiera formular la oración.

Percy mira a a Piper, y se hablan con la mirada. En este año se hicieron muy amigos, los dos se llevaban bien se divertían juntos. A veces los encontraba haciendo karaoke en la cabaña de Percy, u otras veces iban al lago y nadaban por un rato.

Eso si, solo si el estaba ocupado, generalmente la hija de Afrodita estaba con el, pero si se encontraba entrenando o haciendo otra cosa, ella iba con el.

Al final de su conversación silenciosa, sonríen maliciosamente.

Algo se tramaban.

Y no era bueno.

— Bueno, ustedes si quieren sigan con su drama de novios... Pero yo voy a resolver el mío! — se mete Travis, que hincha el pecho y a paso decidido salió.

— Bueno, ese es un progreso para los Stoll — opina Annabeth.

— Yo voy a ver que fue ese ruido — propone el de ojos verdes.

— Yo te acompaño Percy— apoya Piper demasiado risueña para mi gusto.

Se dirigen hacia la entrada, casi dando saltitos de la felicidad.

Y ahí me doy cuenta.

Esos malditos.

Pasan de manera sincronizada debajo del hechizo. Y de manera robótica se besan.

Al despertar de nuevo, y al darse cuenta donde se hallaban se sonríen.

Hay más?

Piper rodea sus brazos por el cuello de el, y continúan su sesión.

Annabeth y yo nos miramos, nuestras bocas abiertas con sorpresa.

— Que hacemos?— le pregunto a la chica, la que simplemente levanta las cejas y se encoja de hombros.

— Nada, que lo disfruten, después no lo voy a besar por al menos una semana — me río ante su respuesta.

La verdad que Annabeth para ser tan seria tenía buen sentido del humor.

Finalmente se separan y se miran un segundo, y luego estallan en carcajadas.

Quería ir y pegarle un puñetazo en la nariz a Percy, pero por otra parte, Piper estaba feliz, y esto la hacia olvidarse de Leo.

Haría cualquier cosa porque no llorase.

Aunque ahora esta llorando de la risa, pero no es lo mismo.

— Veo que se estuvieron divirtiendo sin mi, no? — una voz que reconocería en cualquier lado exclama.

Todos nos damos vuelta al mismo tiempo, y ahí estaba el, su cara repleto de barro, ramas saliendo de su cabello, su ropa un poco rota en algunos lados, pero intacta.

Leo Valdez estaba vivo.

Alo!

Hola bebe, me dijeron que-

NO.

No tengo nada para decir soooooo BYE BYE!

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