Muerdago Parte 3

Connor

Bueno...

Eso pasó muy rápido.

Decir que estábamos sorprendidos es corto. Nuestras bocas estaban bien abiertas, y por poco las moscas se alojaban ahí para pasar la noche. Pero ya cuando se marcó el primer minuto, nuestras mandíbulas se acalambraron y nos vimos obligados a cerrarla.

Ese chiquitín si que era valiente!

Sus labios seguían unidos, atrapando se y acariciandose con pasión. Miro mi reloj impaciente, ya pasaron cinco minutos.

No se que le habrá dicho Percy para que este reaccionara de esta manera... Pero definitivamente se merece un Óscar por ello. Ya era hora que Sombritas se consiga pareja. La soledad estaba sacando lo peor de el, para mi faltaba poco y se ponía a salir con los huesos de las sobras de pollos que comemos.

Pero digamos que lo veía con Reyna... Esa SI es una pareja que hubiera disfrutado. Ellos dos, después de la misión de la estatua, estuvieron reuniéndose de vez en cuando para discutir sus aventuras y sobre la vida que estaban teniendo.

Obviamente que esto lo era muy seguido, ya que Reyna era Preator, por lo que su trabajo era casi veinticuatro horas al día.

Cinco minutos y treinta ocho segundos.

Treinta Nueve.

Cuarenta.

Cuarenta y uno.

Mil ochocientos setenta y tres.

— Travis, habría que separarlos antes de que se coman — le susurro a mi hermano, el que asiente entusiasmado.

— No me mal interpretes pero esto ya me esta poniendo incomodo — murmura como respuesta. Lo entendía perfectamente, ya no sabia como responder ante esta escena.

Y obviamente. Will ya estaba apoyado contra la mesa, a punto de sentarse en el banco para seguir su sesión.

Mejor parar esto antes de que se empiecen a sacar la ropa.

Debería encontrar una manera sutil de indicarles que lo que hacían no era adecuado, y que lo dejen para otro momento. Pero como reformular una oración que sea suave?

...

Al diablo.

— Consíganse una habitación! — les grito, provocando carcajadas de los otros dos presentes. Mi distracción funciona a la perfección, porque los enamorados abren los ojos asustados, inspeccionandose.

Nico y Will se separan, los labios de ambos rojos e hinchados, sus mejillas sonrojadas y respirando agitadamente por la falta de aire. Nunca creí que entre ellos dos liberarían tanta profundidad. Encajaban como piezas de rompecabezas, como si estuvieran creados

— Bueno... Ahora Percy, me puedes contar como lograste que estos dos tórtolos se unan de una manera tan apasionada?— pregunta Travis

Percy sonríe ampliamente, mirando a Annabeth con diversión. Ella le devuelve un fruncido del ceño, dejando en claro que no entendía lo que insinuaba decir con esa expresión.

— Digamos que las rocas no son perfectas— responde, encogiéndose de hombros.

Una risa se escapa de Nico, por lo que justifica que era un chiste interno entre ellos.

Odiaba ser excluido en estas cosas. Siento que me perdí una gran parte de lo que pasó (lo que sucedió) y que no podré saberlo nunca.

— Si no nos incluirán en sus chistes internos... Entonces déjenme ser el primero en decir, A HACER MAS PAREJAS! — Exclama mi hermano, una sonrisa diabólica expandiéndose por su rostro. Quitándome las palabras de mis pensamientos.

— Me gustaría lograr que Travis y Katie se besen — digo yo, rascando mi pera, simulando que pensaba.

Ugh, me esta creciendo la barba... Me la tendría que afeitar mas tarde.

Travis se sobresalta al instante, sus mejillas tornándose un poco rosadas.

En el blanco.

— Si, aceptaría eso, la tensión entre ellos dos es demasiado para mi — Me sigue Percy. Amo a ese chico, siempre sigue la corriente.

Una gota de transpiración cae por la frente del enamorado.

— No cr-creo que s-sea buena idea e-eso— tartamudea, rascándose la parte trasera de su cuello — Pre-prefiero a-a Connor y Mi-Miranda — a pesar que el balbuceo seguía intacto, el golpe dio en el lugar correcto.

Como sabia? Que yo sepa nunca le conté sobre ella...

Quizás leyó mi diario...

Nah... Esta bien escondido en la estatua de mi padre.

— Que cosa esta escondido en la estatua?— salta Annabeth, con aspecto siniestro.

Buena manera de empeorar las cosas Connor, muy buena.

— Um... Mi... Mi... — que cosa era posible y creíble que se deba esconder pero que no lo quieran encontrar? — Un gato —

Connor, te voy a matar.

Un minuto de silencio abunda le lugar, dejando solo el croar de las ranas, los grillos y los rugidos suaves por la distancia de monstruos.

Y después explotan en risas.

— Los hermanos Stoll enamorados de dos hijas de Demeter... — Bromea Nico apartándose un lagrima de su ojo izquierdo.

Las palabras "Bromea" y "Nico" no pueden estar juntas en una misma oración. No suenan coherentes juntas.

— Estaría bueno que tomen de su propia medicina — sugiere Will. Respirando agitado por su ataque.

Yo y Travis nos miramos y leemos en nuestros ojos lo que debíamos hacer.

"Corre!"

Y así salimos en fuga por la puerta trasera del comedor.

Travis

Una hora después (voz de bob esponja)

— Chicos, hagamos un trato, cuanto quieren? Diez drachmas? Veinte? — soborno, aun peleando ante las manos fuertes de Percy y Will.

Después de haber salido a las corridas, los demás nos perseguían a paso ligero a unos pocos metros de nosotros.

Pero al ser hijos de Hermes, tenemos ese pequeño don en el que corremos bastante rápido.

Así que después de una hora de persecución por el campamento entero (recibiendo bastantes miradas curiosas), Percy se cansó y con un fuerte chorro de agua, me pegó a mi en la espalda, provocando que caiga de cara al piso, tragando al menos, un kilogramo de tierra.

Mi hermano, como buen hijo de Hermes, me dejó atrás sin pensarlo.

Estoy tan orgulloso de el.

Pero aun lo asesinaría por no ayudarme.

De a poco nos acercamos al comedor, la fragancia a fogata y tronco mojado abunda mi nariz, haciendo que de un fuerte suspiro.

En la entrada, estaba Katie.

Su pelo marrón caía en hondas sobre sus hombros, dando un aspecto desprolijo y hasta algo sexy.

Sus ojos verdes brillaban con entusiasmo, y sus carnosos labios estaban encorvados en una sonrisa amistosa.

Usaba su típica remera anaranjada, la que atrapaba con firmeza su cintura de avispa.

Trago saliva cuando me doy cuenta que no estaba usando su usual vaquero azul oscuro.

Tenía unos shorts de jean celestes, en la parte frontal de sus muslos unas rajaduras, que me hacían creer que estuvo con una Hydra hace poco. Pero lo que mas me llamaba la atención eran sus piernas infinitas.

Ok.

Podría estar babeando.

Katie me ve desde el umbral, y levanta una mano para saludarme. Sus dedos rozan la pequeña planta, lo que me hace recordar lo que estaba sucediendo.

— 100 drachmas?— ofrezco por ultima vez, viendo esperanzado a los chicos, los que una vez mas niegan.

Bueno...

Al menos comí ese chicle de menta hace unas horas... Así el mal aliento que padezco esta algo camuflado.

A quien engaño, no quiero hacer esto.

— Katie! Al-— empiezo a gritar, pero siento la mano gigante de Will tapar mi boca, silenciando mi ultima oportunidad. No quería que mi primer beso sea de esta forma, tenía que ser especial, tierno y comprometedor. Esto era algo sin sentimiento.

— Al? — pregunta confundida, levantando las dos cejas.

Amaba cuando hacia eso.

— Al... Al... Almendras con vainilla!— exclama el rubio.

Que carajo?

— Es el olor que tu cabello tiene! — salva Percy, mirándome divertido.

Katie parece satisfecha con esta justificación, por lo que espera paciente en el marco de la puerta.

Yo niego con energía la cabeza, tratando de mandarle un mensaje con mis ojos como hacia con Connor.

"Esto es una trampa, quieren que yo te bese! Y tu no quieres eso, cierto?"

Al parecer no lo entiende, porque me mira con cuestionamiento.

Gustaba de ella hace mas de tres años, esa vez que tinté sus famosas rosas blancas de un anaranjado chillón. Ella vino hasta mi cabaña y me empezó a maldecir, su puño elevado en el aire mientras listaba todas las cosas malas de mi. Cuando hago un remarco sarcástico de uno de sus comentarios, levanta las dos manos y enredaderas me elevan en el techo, dejándome colgado al lado de la lámpara de la cabaña.

Fue ese momento cuando me di cuenta que era la mejor.

A partir de ese día, las bromas no paraban de llegar, siempre se las hacia a ella, de alguna forma, yo sabia que era mi manera de mostrar mi afecto sin que nadie se de cuenta.

Finalmente estamos casi adentro, pero los chicos paran, liberando mi boca, y haciendo que me pare a un centímetro del límite.

No quería esto, no quería forzarla a quererme, quería obtenerla a mi manera, atraerla a mi vida. Pero nunca tuve las agallas de decirle lo que sentía, las posibilidades de un "no" eran infinitas, y no quería arruinar la relación que teníamos por el maldito Muerdago.

Yo sabia que era una mala idea ponerlo.

— doscientas drachmas?— Percy rodea los ojos y me empuja contra la morocha.

El impacto contra su hombro es agudo y doloroso, como si tocara miles de espinas diminutas, las que se introducían lentamente en mi piel.

Efectos secundarios del hechizo? Podría ser.

El contacto de Katie me vuelve loco? Eso es más creíble.

Mis párpados se cierran, y mas que hundirme en oscuridad, me introduzco en un espacio infinito blanco.

Al abrir los ojos de nuevo, me encuentro en lo inevitable.

Un beso no intencional.

El brillo verde de la mirada de la otra estaba tan resplandeciente que me asustaba.

Nos separamos con delicadeza, saboreando cada fracción de labio que podíamos.

Los suyos tenían un gusto a fresa con arándanos, y un toque de menta.

No tenía la menor idea si eso era parte de ser una hija de Demeter, ya que nunca había besado a una chica, por lo que no se me dio la oportunidad de saborear los labios de otra mujer.

— Hola — susurro, mi respiración algo rasposa por los nervios. Estaba disgustada? No deseaba que me acerque? TENÍA MAL OLOR? Me contuve las ganas de olfatear mis axilas.

— Hola — me responde, formando una pequeña sonrisa. Eso que significaba?! Que le gustó? O sonríe por lastima?

Que debía hacer ahora? Disculparme? Decirle que no fue mi intención besarla?

Algo me dice que estoy algo paranoico.

— No fue mi intención besarte, perdóname— me explico, ya alejándome de la calidez que reproducía.

Su sonrisa desaparece.

— No fue tu intención?— pregunta, su voz generando... Frialdad? Nunca había escuchado un tono frío de parte de la de ojos verdes, ella siempre era dulce y amable, no solía enojarse a menudo (a no ser que haya prendido fuego sus rosas, o haberle robado alguna maceta).

— Estaba bajo un hechizo... No quise hacerlo — pongo toda mi voluntad para impedir que balbucee. Pero su mirada asesina trataba de que haga lo contrario.

— Ósea, que sin el hechizo no lo hubieras hecho?— duda se derrama por estas palabras.

Que debía responderle.

Que si lo hubiera hecho? Lo cual seria la pura verdad, pero me hundiría en el riesgo del rechazo. No quería romper esto...

— N- no — respondo simplemente, la N resbalándose.

Katie se muerde el labio mientras asiente.

— Pues entonces, Travis, que tengas una linda Navidad. Y no me vuelvas a hablar — exclama, aclarando lo ultimo con resignación. Hace una pequeña reverencia hacia mi, y luego se retira, sus manos hechas puños mientras las balancea para adelante y para atrás al alejarse. En mi mente esta grabado la fina capa de cristal que cubría sus ojos.

Lágrimas.

La había hecho llorar.

— Hermano, que épica manera de cagarla — Will declara, sacudiendo la cabeza decepcionado.

Yo no puedo quitar la vista de la oscuridad de la noche, que tragó a la que me gustaba sin piedad, sacándola de mi alcance.

La cagué.

Y bastante.

Holaaaaaa! Bueno, esto seria el muerdago de ayer que no publique... PER ESTABA CASTIGADA Y PAPA NO ME DEJÓ USARLO! Lo pude usar bien a la noche, por lo que terminé este CAP mas o menos a las tres de la mañana. Pero era solo la base. Y tenía que empezar a agregar detalles y detalles.

Lo importante es... Les gustó?

Coméntenlo!

Quieren que siga?

Coméntenlo también!

No se ustedes pero me imagino a Katie como Chloe Moretz con pelo castaño...

No les parece?

Chauuuuuu!

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