Jihyo estaba en su habitación. Su familia no estaba en casa porque habían asistido a una boda a la cual ella no fue requerida, pero que se le podía hacer.

De pronto, escuchó unos golpes en la puerta. Se puso nerviosa porque sabía quién era. Aunque se habían visto la noche anterior, solo compartieron unos minutos a solas antes de que Nayeon se uniera a ellas. Pero esta vez sería diferente: sería la primera vez que estarían completamente solas.

Mientras tanto, Sana estaba afuera, confundida y un poco desesperada, pensando que tal vez se había equivocado de dirección. Estaba a punto de marcharse cuando la puerta se abrió y Jihyo salió a recibirla.

—Hola tú —saludó Jihyo con una sonrisa.
—Ho-hola, Jihyo —respondió Sana, visiblemente nerviosa.
—¿Por qué tiemblas? Ni que fueras un chihuahua —dijo Jihyo riendo—. Mejor pasa.

Ambas entraron y se sentaron en la sala. Las dos temblaban un poco y no sabían bien de qué hablar.

—¿Sabías que Toy Chica es el único animatrónico que lleva ropa? —soltó Jihyo, intentando romper el hielo.
—¿Qué? —Sana rió y se acercó un poco más a ella, mientras Jihyo retrocedía ligeramente, encogiéndose. —¿Qué te pasa? ¿Por qué estás tan nerviosa? —preguntó Sana con curiosidad.
—Es que... es la primera vez que alguien entra a mi casa —confesó Jihyo.
—Qué raro. Te la pasas insultándome en el chat y en Twitter, pero aquí no dices nada —dijo Sana, acariciándole suavemente el brazo.
—Es que... estoy un poquito nerviosa —admitió Jihyo, con una sonrisa tímida.

Sana, entonces, sacó una bolsa que traía consigo y se la entregó a Jihyo.

—¿Traías hambre? —preguntó Sana.
—Sí... ¿cómo lo supiste? —respondió Jihyo, ya con algo más de confianza.
—Pura intuición —contestó Sana, riendo.

Mientras compartían los boneless, Sana comenzó a comportarse de forma cariñosa. Era gracioso ver cómo Jihyo parecía entrar en pánico, pero poco a poco comenzaba a relajarse.

—Antes de comer... no me dijiste que te demostrara que te gustaba, ¿o sí? —preguntó Sana con picardía.

Jihyo, un poco nerviosa, asintió. Sana no dudó y se inclinó para darle un beso.