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Hace unos días Boruto y su familia fueron atacados por una mujer llamada Delta que pertenecía al grupo que buscaba a Kawaki para su beneficio, por lo que la vigilancia y seguridad hacia ellos había aumentado.

—Oh, no siento el chakra de Boruto —mencioné cuando llegué a su hogar. Su chakra no se encontraba aquí, por lo que él debía de estar fuera con Mitsuki o alguna otra persona de su agrado—. ¿Uh? ¿Y esto?

Pensaba irme en busca de Boruto, pero al ver un Sapo en la muralla mirando directamente hacia la casa Uzumaki llamó por completo mi atención. Me acerqué hacia dicho anfibio de manera sigilosa para no espantarlo, entonces, al llegar, pude notar que se encontraba mirando fijamente a Kawaki.

—¿Uh? ¿Qué haces ahí, Tsukiko? —oí la voz del séptimo, quien salía al patio con unas bolsas de basura—. ¿Sucede algo?

—Yo estaba...

Iba a mencionarle lo del sapo, pero al mirar a mi lado ya no se encontraba el anfibio, por lo que simplemente suspiré y le comenté al séptimo que buscaba a su hijo. El padre de Boruto iba a mencionarme algo, pero repentinamente un siniestro chakra se hizo presente en mitad de su casa, por lo que ambos no hemos tardado en dirigirnos hacia allí; donde al llegar nos encontramos con Kawaki y un hombre de apariencia algo extraña.

—Lamento que no me haya quitado los zapatos antes de entrar a casa —dijo aquel hombre mientras miraba a Kawaki—. Solo he venido a llevarme a este hijo desobediente, así que no tardaré en irme.

—Tú debes ser Jigen —mencionó el séptimo al momento de ingresar a su hogar—. Lo siento, pero Kawaki no se irá de aquí.

El padre de Boruto se lanzó para atacarlo, pero desafortunadamente Jigen lo alejó de una patada para luego incrustarle unas barras negras en el cuerpo para que así no se moviera.

—No tengo tiempo para estas cosas —mencionaba Jigen al momento en que se percataba de mi presencia—. Oh, pero que tenemos aquí... Interesante.

Pensaba hacer algo, pero en el instante en que él me ha mirado mi cuerpo comenzó a temblar y eso simplemente me extrañaba porque no tenía de idea de la razón por la cual estaba actuando de esta forma.

—Me enfrentaré a él —susurró el séptimo a mi lado—. ¿Puedo dejar a Kawaki a tu cargo?

El Hokage tocó suavemente mi hombro mientras me dedicaba una sonrisa, una cálida sonrisa que ocasionó que aquel miedo que sentía al ver a Jigen se esfumara.

—Sí. Lo haré —asentí cuando me he tranquilizado.

El séptimo Hokage volvió a lanzarse contra Jigen para así alejarlo de Kawaki. Fue en ese momento en que Jigen aumentó su poder y al sentir su chakra he podido sentir una presencia maligna en su ser que me recordaba un poco a Momoshiki, solo que esta presencia que podía sentir era más tenebrosa.

—¡Alto! —exclamó repentinamente Kawaki haciendo que volviera a en mí—. Me iré contigo, pero a cambio dejarás al séptimo en paz.

Jigen se quedó mirando a Kawaki por un momento, pero luego ha posado su mirada en mí y aquello ocasionó nuevamente que sintiera aquel miedo.

—Supongo que de ti puedo encargarme luego —mencionó cerrando un momento sus ojos—. Está bien, Kawaki. Ven aquí.

Kawaki solo alcanzó a dar un paso, ya que en ese mismo instante el séptimo lo alejó para que no se acercara a Jigen. Fue en ese momento que recordé las anteriores palabras del Hokage, por lo que sostuve fuertemente a Kawaki para así alejarlo del lugar y que Jigen no lo atrapara.

—¡Suéltame! —exclamó él mientras intentaba apartarme bruscamente, pero, aunque pusiera toda su fuerza en mi contra, no iba a dejarlo—. ¡Maldita sea déjame ir!

—¡No lo haré! —exclamé aferrándome a él para que no regresara—. El séptimo me pidió que te cuidara. ¡No pienso dejarte ir allí!

—¡¿Qué no comprendes la situación?! ¡Jigen no es alguien a quien él pueda enfrentar!

Sus palabras me hicieron dudar por un momento, ya que podía sentir en Jigen un poder inexplicable salir de él.

—Confía en el séptimo —susurré—. Solo hay que confiar... ¿Uh?

Repentinamente, dejé de sentir el chakra del séptimo o de Jigen y debido a esa distracción Kawaki aprovechó de alejarme, pero no suavemente, pues como se encontraba alterado me ha empujado y por accidente golpeado el rostro con su codo.

—¡Tsukiko —oí la voz de Sarada y al mirar en su dirección pude toparme con su expresión preocupada—. ¡¿Qué ha sucedido?!

Sarada no tardó en acercarse hasta donde me encontraba para así ayudarme a colocarme de pie y luego comenzar a revisar mi rostro.

—No te preocupes por mí, Sarada —le dije al notar su expresión—. Estoy bien.

—¿Él te golpeó? —preguntó acariciando suavemente mi mejilla para luego mirar en dirección a Kawaki—. ¡Oye tú!

—Espera, Sarada. Él no lo ha hecho apropósito —dije rápidamente para que las cosas no se volvieran malas—. Ha sucedido algo con el séptimo.

Cuando he mencionado aquello, ella no tardó en volver a prestarme atención. Fue entonces, que en ese momento Boruto y Mitsuki llegaron por lo que, comencé a explicarles todo lo que había sucedido en este lugar.

La repentina desaparición del séptimo no pasó desapercibida para los miembros de alto rango de Konoha, ya que no tardaron en llegar a la casa Uzumaki y así detener las intenciones de Kawaki de querer ir a buscar al padre de Boruto.

—Les será imposible salir de aquí sin mi permiso —mencionó el señor Shikamaru al momento en que veía como una barrera se formaba sobre la casa—. Lo hago para que no escapes, Kawaki. Eres nuestra mejor pista para encontrar a Naruto.

—Señor Shikamaru —le llamé con un tono neutro—. Permítame explicarle lo que ha sucedido antes de juzgar a Kawaki.

El padre de Shikadai se me quedó viendo unos segundos para luego soltar a Kawaki de su sombra para que así le explicara lo que había sucedido. Comencé a explicarle lo que sucedió e incluso le mencioné lo último que me dijo el séptimo que hiciera.

—El ninjutsu espacio – tiempo no puede utilizarlo cualquiera —mencionó el señor Shikamaru—. Naruto es un rival peligroso para Jigen, pero si lo deja en otro espacio, se acabó.

—No... Papá... —mencionó Boruto preocupado.

—Yo puedo encontrarlo —mencioné captando la atención de los presentes—. Aunque, tengo prohibido utilizar este poder...

Algunos de los presentes entendieron que me refería al poder que tenía en mi mano.

—Así es. Ese poder que tienes no puede ser utilizado a menos que alguien como Naruto esté a tu lado para detenerte si te sales de control.

—¿Qué hay del señor Sasuke? —preguntó Boruto—. Él puede usar el ninjutsu espacio – tiempo... ¡Incluso podría vigilar el poder de Tsukiko!

—Imposible. Sasuke ahora mismo se encuentra gravemente herido, por lo que su vida está en manos de los ninjas médicos de este lugar —confesó haciendo que Sarada se alterara—. No sabemos qué fue lo que sucedió, pero una vez despierte tendremos más detalles.

—Papá... —susurró Sarada preocupada, a lo cual no tardé en sostener su mano para tranquilizarla e indicarle que todo estaría bien—. Gracias, Tsukiko.

—Díganme ustedes dos —volvió a hablar el Señor Shikamaru—. ¿En verdad es todo lo que deben de contar?

—¿Uh? ¿Qué intenta insinuar? —pregunté.

—Solo me parece extraño que justamente ustedes dos estuvieran en el acto.

—¿Está dudando de nosotros? —preguntó Kawaki con un tono enfurecido.

—La verdad es que nunca he podido confiar en ustedes —confesó—. Ambos han estado en contra de Naruto.

Cuando ha mencionado aquello he recordado la vez en que me llevé al séptimo a otra dimensión para que así Momoshiki le quitara su Biju y le diera fin a su vida.

—Ellos están de nuestro lado —mencionó firmemente Boruto—. Especialmente Tsukiko. Ella no haría nada para traicionarnos... ¡Ella no me traicionaría!

—Sin embargo, ya lo hizo una vez.

—¡Eso no ha sido porque ella quería! ¡Estaba siendo manipulada!

Boruto comenzó una pequeña discusión con el señor Shikamaru y al verlo defenderme me hizo sentir tan especial.

—Uh... —se quejó Kawaki por lo que no tardé en mirarlo y al hacerlo pude percatarme de que el prototipo que él traía comenzó a brillar—. Siento el chakra del séptimo... Él continúa con vida... ¡Hay que ir a ayudarlo!

Repentinamente, Kawaki me había sostenido por los hombros, causando mi sorpresa debido a que no esperaba esa reacción de su parte. Ver a Kawaki actuar de tal forma y también poder notar que sus ojos reflejaban un poco de esperanza, me hizo alzar un poco la mano donde ocultaba aquel inmenso poder que todavía no dominaba por completo; sin embargo, antes de que hiciera un solo movimiento fuimos detenidos por la sombra del padre de Shikadai.

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