˚ ༘✶ ⋆。˚037.
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—Ah. No es justo que hayan enviado a Mitsuki y Tsukiko a otro vagón —solté un suspiro frustrado mientras miraba por la ventana de aquel tren—. Aún hay cosas de las que debíamos de hablar.
—¿Solo eso te tiene frustrado? —me preguntaba Sarada a lo cual la he mirado sin comprender—. Yo creo que hay algo más.
—¿Qué quieres decir?
—Que te molesta que ellos dos estén juntos.
Antes sus palabras mis mejillas habían comenzado a acalorarse y ella al notar aquello soltó una risa.
—¡Eso no es verdad! —exclamé atormentado, a lo cual Sarada seguía mirándome con burla—. ¡Eres tú la que está molesta conque estén juntos!
—¡¿Ah?! ¡¿Qué estás queriéndome decir, tonto Boruto?!
—¡Ya te he dicho que no me digas tonto! —exclamé alterado—. Y sabes muy bien a lo que me refiero, tonta Sarada.
—Lo que sea que tengas en mente estás completamente equivocado —me dijo seriamente mientras se cruzaba de brazos y al verla a la defensiva iba a decirle algo, pero antes de lograr mi cometido ha colocado una mano en mi boca—. Cierra la boca o de lo contrario te lanzaré del tren en este momento.
Tragué en seco y me mantuve callado al ver el Sharingan de Sarada; ella daba bastante miedo cuando se enfadaba.
Sarada alejó su mano de mi rostro para luego soltar un suspiro y comenzar a mirar por la ventana de aquel tren. Al verla he podido ver como sus mejillas estaban de un color carmesí y aquello me ha hecho pensar en que lo que yo había dicho anteriormente era verdad.
Ella estaba molesta y el que le haya descubierto la ha hecho avergonzar.
Esta era algo con lo que podría divertirme, pero como apreciaba mi vida y no quería dejarle el camino libre, he optado por mantenerme callado y así esperar a llegar a Konoha; estaba seguro de que nos darían una gran charla por abandonar la aldea.
—Finalmente hemos llegado.
Me he levantado de mi asiento al mismo tiempo que Sarada, por lo que nos hemos mirado fijamente con una expresión seria para luego comenzar a apresurar el paso hacia la salida; dónde hemos podido encontrarnos con Mitsuki y Tsukiko.
—¿Qué les ha sucedido? —nos preguntó ella con una sonrisa y al ver aquella sonrisa no había podido evitar sentirme inquieto—. Parecen divertirse.
—¿Yo divertirme con él? —preguntaba ofendida Sarada antes de soltar una risa amarga—. Nunca me divertiría con el tonto de Boruto.
—Ya te he dicho que dejarás de llamarme tonto, tonta Sarada.
Sarada había activado su Sharingan, por lo que he retrocedido unos pasos y aquello había ocasionado que Tsukiko soltara una risa.
—Ustedes dos sí que se divierten juntos —nos ha dicho de manera alegre para luego dirigir su mirada hacia Mitsuki—. ¿Verdad, Mitsuki?
—Sí.
Mitsuki le había sonreído para luego sostener su mano y aquello ha provocado que comenzara a molestarme, pero como siempre me he mantenido callado.
—Ustedes cuatro vendrán conmigo —mencionó mi padre, ocasionando de esa forma que el ambiente se tornara tenso—. Hablaremos seriamente.
Los cuatro hemos comenzado a seguir los pasos de mi padre hasta su oficina, donde al llegar nos hemos encontrado con el padre de Shikadai y el padre de Tsukiko.
—Se les ve muy bien —mencionó el sexto de manera calmada antes de mirar seriamente a su hija—. Y tú... ¿Sabes los problemas que me has causado?
—Sí.
—¿Qué tienes que decir en tu defensa?
—He roto las reglas... —ha comenzado a hablar de manera tranquila sin quitarle la mirada de encima—. Pero lo he hecho para ayudar a un amigo.
—Así que has roto las reglas para ayudar a un amigo —ha dicho seriamente, a lo cual ella asintió—. Ya veo. Supongo que estás lista para recibir mi castigo, ¿verdad?
—Aceptaré cualquier castigo.
—En ese caso... —él comenzó a acercarse a ella de manera amenazante para luego alzar su mano, ocasionado de esa forma que ella cerrara sus ojos; al ver aquello me he quedado angustiado, por lo que iba a interferir, pero en el momento en que colocó su mano sobre la cabeza de Tsukiko he soltado un suspiro de alivio—. Por mí estás perdonada.
—Casi me da un infarto —murmuré aliviado para luego sonreír—. ¿No es genial, Tsuki - chan? No ha sucedido nada malo.
—Kakashi-sensei —le llamó seriamente mi padre, a lo cual el sexto ha alejado su mano de su hija para así volver a su sitio—. Ya lo sabe, ¿verdad?
—Sí. Lo tengo muy en claro y creo que ella también.
—No quería hacerlo, pero no me ha dejado opción... —soltó un suspiro mi padre antes de mirar seriamente a mi compañera de equipo—. Otsutsuki Tsukiko, estás bajo arresto.
—Entiendo, señor Hokage.
Ante las palabras dichas por mi padre nos hemos quedado sorprendidos.
—¿Qué estás diciendo, padre? —pregunté aun sin creerme lo que decía—. ¡¿Cómo vas a enviarla a la cárcel?! ¡Ella no ha hecho nada malo!
—Boruto —me llamó Sarada al momento en que sostenía mi brazo, impidiendo de esa forma que fuera a enfrentar a mi padre—. Esto era algo que sucedería.
—¿Qué estás diciendo, Sarada?
—El que no fuera a la cárcel aquella vez fue por causa de Kakashi —dijo Tsukiko con calma, haciendo que la mirara sin comprender—. Yo estaría bajo sus órdenes durante un tiempo, pero si rompía aquellas reglas o salía de Konoha... tendría que ir a la cárcel como se tenía previsto desde el primer momento.
—No es posible...
—Yo causé demasiados problemas —sonrió con melancolía—. Así que, merezco todo esto.
—¡No digas eso! —alcé la voz mientras me acercaba a ella y así sostener fuertemente su mano mientras la miraba dolido—. ¡Tú no mereces todo esto! ¡Tú no has hecho nada malo! Ni ahora ni en el pasado...
—Boruto...
—¡No la envíes a la cárcel, padre! —le he rogado a mi padre con desesperación—. ¡El que ella haya roto aquellas reglas ha sido por mí! Por eso...
—Está bien, Boruto —dijo suavemente Tsukiko mientras acariciaba mi mano—. No sucederá nada malo. Yo cumpliré mi castigo y podré volver con ustedes, ¿verdad?
Aquella pregunta había sido dirigida a mi padre, el cual se ha mantenido serio en todo momento.
—Sí —asintió antes de darle unos papeles al padre de Inojin—. Sai. Dejo el asunto a tu cargo.
—No... yo no pienso dejar que se la lleven —he dicho mientras me aferraba a su mano, pero al ver que ella comenzaba a alejarse me he alterado—. ¡No pueden hacerle esto! ¡Papá debes de reconsiderarlo!
—Esto no es asunto tuyo, Boruto —me ha dicho seriamente, ocasionando que mi pecho doliera—. Es mejor que te mantengas al margen.
—Pero...
Al ver la expresión seria de mi padre me he mantenido callado y en mi lugar mientras veía como el padre de Inojin se llevaba consigo a mi compañera de equipo.
Esto no debió de terminar así.
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