«42»

Los días iban pasando y poco a poco Roger iba recuperándose. La hinchazón de su rostro había logrado desaparecer por completo, sin embargo aún tenía algunos moretones y marcas en su rostro producto a los golpes. El médico afirmó que irían borrándose con el tiempo y que afortunadamente, no dejarían constancia de aquel ataque por el resto de su vida en el rostro del joven.

Brian iba a verlo todos los días al hospital, ni uno faltó, y en todos ellos, le llevaba peluches y chocolates para hacerlo sentir mejor.

Roger sonreía contento y agradecido con los gestos. Hacía tiempo que no tenía peluches, pero viniendo de Brian estaba encantado con estos. Comía los chocolates bromeando con que el mayor quería hacerlo engordar, y al terminar de comer, este último siempre le decía que "tenía los labios con chocolate" con el fin de proporcionarle uno que otro beso.

Le hubiese gustado quedarse en el hospital, era agradable. No veía a sus compañeros de clase, su padre no lo golpeaba y podía disfrutar de la compañía de su madre y Brian hasta las ocho de la noche.

Pero debía irse tarde o temprano, y aquello era lo que ocurriría al día siguiente.

— De verdad, bebé, te prometo que estaré contigo en todo momento, no voy a dejarte solo.

— Sé que no lo harás —sonrió Roger.

— Ya lo hice y por eso te pasó esto —tomó su mano y le dio un pequeño apretón—. Ahora... hay que estar unidos, no peleemos por más estupideces como ese libro, ahora solo importamos nosotros, ¿sí?

Roger asintió sonriendo y tomó su mentón para depositar un beso en sus labios.

— Ahora importamos los dos —dijo poniendo una mano en su mejilla y juntando sus frentes.

Al otro día, una enfermera lo sentaba en una silla de ruedas. Ya vestía su ropa y no un pijama, como cuando estaba hospitalizado. Su madre y Brian iban al lado mientras llevaban la silla de ruedas por los pasillos y el ascensor, hasta el auto de la madre de Roger.

— Brian, cariño ¿me ayudarías a entrarlo? —pidió la madre.

— Puedo subirme solo, mamá —repuso Roger.

— Vamos Roggie, deja que te consienta un rato —dijo Brian—. Ven.

Con sumo cuidado lo cargó en brazos haciéndolo sonrojar y lo introdujo en el auto. Roger se colocó el cinturón mientras su rostro era digno de ser comparado con un tomate. Brian sonrió y besó su mejilla para luego cerrar la puerta y sentarse en el asiento trasero.

La madre subió y partieron, el camino fue bastante animado, sin embargo llegó a su fin cuando la madre estacionó en la casa de Roger y su padre.

— ¿Puedes caminar hacia la entrada? —preguntó la mujer.

— Sí puede —interrumpió Michael quien acababa de salir—. Y que se apure.

Winifred lo miró molesta e iba a reñirlo, cuando el hombre volvió a ingresar a la casa.

— Yo le ayudo —dijo Brian saliendo del auto y abriéndole la puerta—. ¿Me permite ayudarle, señor Taylor?

Roger rió levemente y asintió sonrojado, Brian le tendió la mano y lo ayudó a bajar. Luego se colocó a su lado y tomándolo de la cintura comenzaron a caminar hacia el interior de la casa.

Una vez dentro lo dirigió a su habitación, la madre de Roger fue con ellos, pero el padre del nombrado simplemente se quedó en la sala de estar.

— Bien, Roggie, recuerda que vuelves pasado mañana a la escuela —dijo la mujer—. Lo más seguro es que te llamen para testificar con lo de Marty... ¿lograste recuperar el video?

Roger asintió.

— Estaba en los eliminados recientemente —explicó.

— Perfecto... eso nos da una prueba —sonrió ampliamente la mujer—. Roggie, necesito que seas valiente, sé que lo eres y estoy orgullosa de ti, pero...

— Tranquila, mamá, yo me encargo —sonrió el rubio—. Gracias por todo.

— De nada, mi niño —besó su cabeza.

— Winifred, ya deberías irte —dijo Michael entrando—. Tienes trabajo, ¿no?

Ella lo miró molesta.

— No, pedí el día.

— De todas formas esta es mi casa, largo —insistió.

— Yo no quiero que se vaya —interfirió Roger.

— Tú cállate, mocoso —dijo el padre—. Mientras sigas en la escuela sigues dependiendo de mí.

Roger guardó silencio.

— Ya tiene dieciocho, debería poder vivir donde él quiera —dijo Winifred.

— No, no lo permito y punto —dijo el padre—. Tú y tú, largo, ya no murió.

Brian iba a abrir la boca para decir algo, pero Roger lo detuvo tomando su mano y negando con la cabeza.

— No sacas nada —musitó.

— No quiero irme, quiero estar con mi hijo —dijo Winifred.

— Ya estuviste con él, largo.

Ella gruñó, pero ya no le quedaba opción, si no se iba, el hombre podía llamar a la policía diciendo que estaban allanando la casa. Por más injusto que pareciese, aquella era la realidad.

— Nos vemos, Roggie, cuídate mucho —dijo y besó su frente—. Te veré mañana.

— Claro, mamá —respondió Roger con una sonrisa—. Te quiero.

— Yo también.

La mujer se retiró de la habitación tras susurrarle a Brian que lo cuidara, él asintió.

— Tú, largo.

— No puede obligarme —repuso Brian.

— Si...

— No discutan —dijo Roger rápidamente—. Adiós, Bri, te veo mañana.

Brian suspiró.

— Adiós, bebé, te amo —besó sus labios de forma suave, el hombre hizo una mueca de asco y desvió la mirada—. Te veré mañana.

Brian se retiró no sin antes dedicarle una mirada irritada al padre de Roger.

— Si quieres algo, te levantas a buscarlo —dijo el hombre y se fue cerrando la puerta.

(...)

— ¡Cariño por fin volviste!

Freddie corrió a abrazarlo fuertemente junto con John.

— Pero me vieron en el hospital —sonrió Roger tímidamente.

— ¡Pero no es lo mismo aquí que allá! —exclamó John.

Se dirigieron a la sala de clases, varios de sus compañeros lo saludaron y le preguntaron cómo seguía, él respondió que bien y que ya se había recuperado.

Marty Larsen mantuvo las distancias. Su madre ya había informado que Roger dijo que él había provocado el shock anafiláctico, por lo que habían hablado severamente con él. Claramente el chico lo había negado todo, pero ahora Roger tenía una ventaja.

Un video.

Las clases corrieron con normalidad, en un momento llamaron a Roger a hablar de lo sucedido.

— ¿Podemos ver el video? —pidió el director, el rubio asintió y le tendió su celular.

El maestro lo encendió, y tras ver el fondo de bloqueo de Pink Floyd le dijo al rubio que lo desbloqueara, este obedeció y colocó el video.

Miró en otra dirección mientras ocurría, el hombre frunció el ceño impresionado, claramente no logró mostrar todo lo sucedido, pero al menos logró ver lo escénicas. Y aquello fue suficiente.

— Bien, señor Taylor, además de expresarle mi alivio de que se encuentre bien, le informamos que hablamos con Larsen. Él negó la historia, pero aquí tenemos las evidencias suficientes para probar su relato, así que eso no será un problema. No volverán a molestarlo, nos aseguraremos de ello, y también me gustaría contarle qué debemos someterlos a ambos al protocolo escolar en caso de bullying y acoso.

— ¿Qué es eso?

— Iremos hablado con los dos, el orientador escolar, claro, si es necesario, realizaremos tratamiento psicológico en caso post trauma de usted, y en caso de buscar algún trastorno en Larsen. Además, lo más seguro es que lo expulsemos terminado el procedimiento.

— Ya veo... —dijo el rubio.

— Pediríamos autorización de tus padres, pero eres mayor de edad, así que si no quieres, es tu decisión.

Roger asintió.

— Bueno, avísenos cuando usted quiera —sonrió—. Puede retirarse.

.*•_*•.

Holi aquí con otro capítulo penca uwu

Bueno, vengo a hacer este apartado PORQUE ME HICIERON UN DIBUJO Y ESTÁ TERRIBLE LINDO:(

Créditos a Brianna_HMay
LE SALIÓ PEXOXO LO ADORO 🖤💜

Bueno, sin más me despido uwu

- Em

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top