«3»
— ¡Deacy! Necesito tu ayuda —exclamó el rubio sorprendiendo al castaño quien se encontraba buscando algo en su casillero.
— Oh, me asustaste, Rog —dijo este—. En fin, ¿qué necesitas?
Roger miró a ambos lados antes de hablar.
— Lo... lo que pasa es que... no, mejor aquí no... —susurró llevándolo de la sala de música, la cual en ese entonces se encontraba totalmente vacía, salvo claro por los dos chicos.
— Bien, ¿Qué sucede? —preguntó.
— ¡Perdí mi set de Lego City! —exclamó Roger.
— Pensé que ibas a decir que te gustaba Brian —masculló el castaño.
— ¿Ah?
— Nada, nada —siguió—. En fin, ¿donde fue la última vez que lo viste?
— En mi habitación —respondió— junto a Kiki.
— ¿Kiki tu pingüino de peluche? —preguntó.
— No, ese es Corbatita —intervino Roger— Kiki es mi gatito.
— Bueno... ¿Y qué más? ¿En el escritorio?
— Sípi —respondió Roger—. Ahora no está.
— Quizás sigues siendo sonámbulo, ¿buscaste en tu armario?
— Sí —contestó Roger—. Y debajo del escritorio.
— ¿Y debajo de la cama?
— ¡Oh cierto! —exclamó Roger con alegría—. ¡De seguro ahí está!
John sonrió.
— Deberías ir a buscarlo a penas llegues a tu casa —dijo—. ¿Por qué tanta urgencia?
— Quería invitar a Brian a armarlo conmigo —sonrió Roger—. Como armamos la estrella de la muerte nosotros dos, y con Freddie el set Ninjago.
— Oh... —exclamó John aclarando así sus dudas—. Ya entiendo... ¿vamos por una ensalada? Hay coles de Bruselas...
— ¡Sí! ¡Me encantan! —exclamó Roger—. Son como pequeñas lechugas bebés.
Así que fueron hacia el comedor a comprar una ensalada mientras hablaban.
Cuando llegaron, se colocaron en la fila y esperaron hasta que fue su turno.
Compraron y comenzaron a caminar hacia una mesa, en eso un chico del curso de ambos pasó y pasó a llevar a Roger con el hombro, de una forma bastante brusca, llegando a botarlo a él y a su bandeja.
La comida le cayó en la ropa y el cabello, mientras seguía desconcertado. Deacon lo ayudó rápidamente a pararse mientras varios alumnos reían, incluyendo al responsable del accidente.
— Dios, ¿no se te pudo ocurrir algo menos cliché? —escuchó una voz a sus espaldas, el rubio se dio vuelta y pudo ver a Brian con el ceño fruncido mirando al chico que lo había hecho caerse.
— Uy, tú qué te metes, nuevo —bufó este otro y comenzó a irse, mas Brian tomó su hombro de forma leve para detenerlo.
— Quiero que dejen de molestarlo —aclaró, el tipo rodó los ojos—. Hablo en serio.
El contrario simplemente se soltó del agarre del de rizos y se fue de mala gana.
— Rog, ¿estás bien? —le preguntó el de rizos caminando hacia el rubio y el castaño.
— Sí —respondió este aún con desconcierto en sus acciones y palabras—. Estoy... estoy bien.
— Iré a traerte algo para que puedas limpiarte —dijo John y se dirigió de forma rápida al baño.
Brian y Roger quedaron solos.
— Gracias por haberme defendido —musitó el rubio mirando hacia otro lado con un leve tono carmesí pintando sus mejillas cual Picaso.
— No hay de qué, Roggie... —respondió Brian—. Eres mi amigo, es lo menos que puedo hacer.
¿Era posible cambiar de la emoción al dolor en segundos? Aquello se preguntaba el rubio, puesto que cuando el rizado lo llamó "Roggie" su corazón saltó y brincó cual conejo, a pesar que a menudo fuese llamado de esa manera.
Pero cuando le dijo que era su amigo... ¿Por qué había sentido una dolorosa puntada en el pecho?
Es decir, normalmente cuando alguien decía que era su amigo le sucedía lo contrario, llegaba a un gran nivel de euforia y alegría.
¿Por qué cuándo Brian le decía eso se sentía fatal?
— De... de todas formas... gracias —sonrió el rubio tras un momento de silencio—. Significa bastante...
Brian colocó una de sus manos en el hombro del rubio.
— De nada —le sonrió de vuelta.
(...)
— Roger, ¿qué demonios hacemos en la sala de música? —preguntó Freddie con una mano en la cintura y la otra hacia el aire.
— Busqué en internet y no dice nada —dijo Roger no respondiendo de forma directa la pregunta del persa— así que... necesito que me ayuden con algo...
— ¿Qué sucede, Rog? —preguntó John—. ¿Sigues sin encontrar tu lego?
— No, ya lo encontré, gracias Deacy —respondió Roger—. Es que...
— ¿Qué sucede, cielo? —preguntó Freddie.
— Es que... ¿recuerdan lo del almuerzo —preguntó a modo de respuesta.
— Claro, no tienes por qué preocuparte por esos idiotas —respondió John— nosotros estamos aquí y somos tus amigos.
Roger sonrió.
— Gracias, pero... pero no es eso...
— ¿Entonces qué es, cariño? —preguntó Freddie.
— Cuando Deacy fue a... a traer papel para poder limpiarme... después de que Brian me defendiera...
— ¿Eh?
— Le... le di las gracias y... primero me llamó Roggie, y luego... dijo que era mi amigo y que era lo menos que podía hacer —contó el rubio jugando con sus dedos y viendo aquella acción—. Pero...
— ¿Pero? Es genial que sea tu amigo —comentó John inclinando un poco la cabeza.
— Lo... lo es... solo que... no sé por qué, pero... me... ¿me dolió? —respondió casi preguntándoselo a sí mismo—. No estoy seguro, solo... sentí una punzada... en... en el corazón... Justo después de que me sintiera genial porque me había dicho Roggie...
"¿Por qué siento calor solo en las mejillas?"
— Pero nosotros siempre te llamamos Roggie —respondió John con un gesto de notoria confusión.
— ¡Nuestro Roggie está creciendo! —exclamó Freddie entrelazando sus mismas manos y colocándoselas al lado de su mejilla.
— Cre... ¿Creciendo?
— ¡Ay querido! Cosita tierna, no entiendes —sonrió el azabache.
— Creo que yo tampoco... —dijo John.
— Ay si son unos niñitos —sonrió Freddie.
— Pero... ¿Qué significa? —preguntó Roger.
— Significa algo muy simple, cielo —el azabache sonrió de forma notoria.
— ¿Qué cosa? —preguntaron Roger y John básicamente al unísono, solo con un par de instantes de diferencia.
— Significa que Brian te gusta, Roggie —sonrió el azabache.
"Me... ¿me gusta?"
(...)
El de rizos entró a su casa y cerró la puerta tras él, saludó a sus padres y subió a su habitación.
Al llegar, sacó su guitarra y comenzó a tocar.
Su celular sonó, un mensaje de su prima diciéndole que necesitaba ayuda con una tarea de física.
La llamó por videollamada y comenzaron a estudiar.
— Sí, todo eso lo entiendo —dijo—. Solo quiero saber de la Ley de Coulomb...
— Multiplica la constante con las dos cargas y todo eso divídelo en el radio al cuadrado —respondió Brian—. Recuerda que la unidad de la constante es Newton multiplicado en metro al cuadrado.
— Comprendo... —respondió la chica—. ¿Un descanso? Me duele la cabeza ya...
— Claro, Mel... —respondió Brian.
— ¿Y? ¿Cómo te ha ido en tu nueva escuela? —preguntó.
— Bien —contestó Brian—. Es buen lugar.
— Qué bien —sonrió Melanie— ¿Algún amigo? ¿Alguien especial?
— Eh... A-Algo así —tartamudeó Brian con un leve tono carmín en las mejillas—. Tengo tres amigos nuevos, Freddie, John, y... Roger.
— ¿Es eso un sonrojo, señor "prometo no enamorarme"? —preguntó Melanie con una ceja arqueada.
— Por supuesto que no, tonta... —masculló el de rizos.
— ¡Sí lo es! —exclamó la chica— ¿Cómo se llama? ¿O es de los que ya nombraste?
— Melanie, cállate —pidió Brian.
— Nombres, Brian, nombres —siguió insistiendo la chica— no pienso callarme.
El chico rodó los ojos.
— Bien —bufó—. Sí, es de los que ya nombré, no pienso decir quién.
— ¡Agh vamos!
El chico suspiró.
— Freddie.... es Freddie.
.-*._•
¿De verdad creyeron que iba a ser Roger? JAJA perdón):
- Em
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