«16»

— No.

La respuesta lo había sacado de su fantasía y lo había dejado pasmado.

— ¿Qué..? —preguntó desconcertado—. Pero...

— Brian... M-Me heriste —el rubio miró hacia el suelo.

— ¿Sabías que acabo de hacerme una fantasía donde me dices que sí? —preguntó Brian tomándolo de las manos—. Rog, no estoy mintiendo... sé que te herí, pero... por favor... dame otra oportunidad.

Roger miró hacia el suelo.

— No puedo, Bri —musitó—. Si lo hago seguiré sufriendo y... ya no puedo, ya no quiero.

— Roggie, por favor —acarició su mejilla y volvió a besarlo suavemente.

— Perdón, Brian, pero no puedo —dijo Roger—. Me gustas... muchísimo, pero... ya no quiero sufrir.

— No lo vas a hacer —repuso Brian al borde de las lágrimas—. P-Prometo no hacerte sufrir nunca, tratarte como lo mereces...

— Ya me hiciste sufrir, Bri... —sonrió Roger de forma triste—. Pero... p-podemos ser amigos, ¿no?

— Podemos —concordó Brian—. El problema es que no quiero solo eso, quiero ser tu novio.

— ¿Por qué tanta insistencia? —preguntó Roger—. Hace unas semanas estabas babeando por Freddie...

— Porque... porque soy un idiota —respondió—. Porque no me había dado cuenta acerca de lo que sentía cuando te veía sonreír, cuando tus ojos brillan y me vuelves loco, cuando eres tú mismo y resultas adorable...

— N-No soy adorable... —reclamó Roger.

— Sí lo eres... es que... eres hermoso, Roger.

Roger decidió besarlo.

Un último beso, antes de decidir lo siguiente.

— Me gustas muchísimo, pero no puedo hacer esto...

— Rog, no.... por favor —rogó Brian tomándole la mano puesto que Roger empezaba a irse.

— D-Déjame ir, por favor... —pidió—. No lo hagas más difícil...

— ¡E-Es difícil! —sollozó el de rizos. Roger se percató, Brian estaba llorando.

Brian estaba llorando, y era por él.

— Bri..

— L-Lo siento —tartamudeó Brian soltándole la mano.

Roger suspiró, no podía irse y dejarlo ahí en ese estado.

— Al menos... —pidió—. Al menos déjame demostrarte que puedo llegar a merecerte.

— ¿A qué te refieres?

— Déjame conquistarte, Roger.

Y a esta petición no pudo negarse.

(...)

— ¡Allí están! No los encontraba —dijo Freddie con las manos en la cintura—. Anunciarán los resultados.

Roger asintió sonriendo de forma fingida, después de todo lo que había sucedido,  poco le importaban las competencias.

— Y... Chaplin en tercero —dijo la profesora de física que presentaba—. Star Wars en segundo...

— ¿¡Me joden?! —exclamó Freddie.

— Y el señor de los anillos en primero —anunció, a lo que los de aquel equipo celebraron.

— Si no hubiese sido por May y sus joterías con Taylor hubiéramos ganado —reclamó Marty a lo que Brian lo miró molesto.

— ¿Y tú qué te metes? —preguntó.

— ¿Te enojaste, acaso? —preguntó el chico arqueando una ceja—. Porque poco me importan tus berrinches de niña pequeña.

— El que está haciendo los berrinches eres tú —recalcó el de rizos—. Además prácticamente me obligaron a meterme al Kiss Stand y yo no quería, era obvio que iba a irme.

— ¡Nos descontaron diez puntos por eso! —exclamó el chico.

— Marty, Brian, no creo que sea necesario que peleen —intervino Katherine—. Perdimos y ya, no hay que darle más vueltas al asunto, ¿oyeron?

— Solo lo defiendes porque eres amiga de Amanda y a ella le gusta Brian —respondió Marty.

— Espera, ¿cómo?

— ¿Y qué tiene que a Amanda le guste Brian? —preguntó Katherine bufando—. Solo deja de molestar, Larsen.

— A eso le llamo poner la basura en su lugar —le susurró John a Freddie, quien rió.

— Di lo que quieras —bufó esta vez Marty y se fue.

— Bri, solo ignóralo —le dijo Katherine—. Es un idiota.

— Gracias —respondió Brian—. Supongo que eso haré... ¿es verdad lo de Amanda?

Katherine miró hacia otro lado evitando responder.

— Solo dime.

— Me matará, pero sí —respondió la pelirroja—. Solo... finge que no sabes.

— Claro —suspiró Brian.

— Y sea lo que sea que haya pasado entre tú y Roger... —dijo—. Suerte.

Acto seguido se fue.

— Pudiste dármela antes... —musitó Brian.

— Espera, ¿¡a qué vino eso?! —exclamó Freddie.

— ¿¡Estaban aquí!? —preguntó Brian exaltado.

— Por supuesto que sí, cariño, siempre estamos aquí —dijo Freddie rodando los ojos como si fuese la cosa más obvia del mundo.

— Nos ocultamos en las sombras... —dijo John a lo que Freddie le pegó un suave palmado en el brazo—. ¡Hey no limpiaste!

— En fin, supe que fuiste a buscar a Roggie cuando escapaste del Kiss Stand —le sonrió de forma pícara.

— Sí, pero no saqué básicamente nada —respondió Brian.

— ¿Por qué no? —preguntó John inclinando ligeramente la cabeza.

— Porque me rechazó.

Freddie rió estrepitosamente y John también, pero de forma mucho más baja.

— ¡Por idiota! ¡Já! —se burló el azabache.

— Vamos, de verdad estoy arrepentido de como fui con él... —dijo Brian.

— Porque no mereces a Roggie, cielo —sonrió Freddie.

— Lo sé —suspiró el de rizos—. Créeme que lo sé, no es necesario recordarlo.

— Entonces haz un esfuerzo por él —propuso John.

— Supongo que sería lo más acertado —dijo Brian—. Gracias.

— No hay de qué.

— Espero que si te ayudamos después no vuelva a sufrir de nuevo, o te juro que te corto los test-

— Fred, tranquilo —pidió John ante la amenaza del persa hacia el de rizos.

— Solo estoy diciendo la verdad, no quiero que Roggie vuelva a sufrir por él —dijo.

— No lo hará —dijo Brian—. Lo juro.

— Eso espero —el persa se limpió sus vestimentas quitándoles el polvo—. Porque si no, ya estás enterado.

Brian asintió.

— A propósito, ¿alguien sabe en dónde está Roger? —preguntó John a lo que los demás le miraron algo nerviosos.

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Verdad q Te engañé?.jpg

- Em

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