Child - Error

Había pasado poco tiempo desde que Taka, el vocalista de One ok Rock, junto al resto de la banda, finalizaran el European Tour 2016 y pisaran suelo japonés nuevamente. Qué bien era estar en casa... o eso quería sentir el extrovertido músico. No sabía nada de su hermano menor Hiro, pero tampoco le preguntaría al resto de la familia, ya que se suponían estaban "peleados" desde hace bastante tiempo. Fácilmente podría enterarse de lo que quisiera a través de los medios, después de  todo My First Story, la banda a la que pertenecía, poco a poco iba volviéndose popular. 

Sus estilos de música eran parecidos, porque aunque Hiro nunca lo aceptara en público, su hermano mayor Taka, siempre fue y será su mayor fuente de motivación y un ejemplo a seguir. Sin embargo, había algo que los diferenciaba, la tendencia post-hardcore  de las canciones de Hiro se había convertido en su propia manera de llamar la atención y en ser visto y reconocido, tal vez demasiado obvio, pero es que así lo quería: de frente y directo.

Entonces Taka lo decidió; iría a ver a su hermanito.

Tras llamar a un par de contactos supo exactamente la dirección del apartamento en que vivía y fue directo hasta el. 

No era un lugar súper lujoso, pero era muy agradable y no carecía de ninguna novedad. En ese instante pensó en algo que no había tomado en cuenta, lo más seguro era que los miembros de MFS compartieran el apartamento y que los mismos ocuparan todo el tiempo de su hermano. Le costaría mucho hablar con él, pero ya estaba ahí y no daría marcha atrás.

"Habitación 22"

Se paró justo frente a la puerta y tocó el timbre un par de veces, después de esperar casi un minuto y estando a punto de reventar ese timbre, su hermano rubio (casi plateado) abrió la puerta.

   - Hola - saludó con una sonrisa de medio lado.

El menor lo miró sorprendido, no esperaba ver a su hermano y, justo un instante después, frunció el ceño y desvió la mirada.

   - ¿Cuándo volviste? 

Taka lo detalló rápidamente. Estaba recién bañado y sus cabellos seguían húmedos, se veía realmente lindo con ese aspecto.

   - Hace unos días - dijo a la vez que intentaba recordar, pero al final, no dio ningún número exacto.

   - ¿Y quieres que te de una bienvenida? - gruñó el menor, estaba dispuesto en azotarle la puerta en la cara.

   - Para nada, vine a ver cómo estabas.

   - Pues ya me viste - habló a la vez que hizo un intento por cerrar la puerta.

    - ¡Oye! - exclamó Taka deteniendo sin mucho esfuerzo el borde de la puerta - ¿No te han enseñado a ser cortés con tus mayores?

   - Pero, tú eres mi hermano - replicó el menor.

 - ¡¿Y eso me hace extraterrestre?! Vamos, déjame entrar y hablemos un rato.

Hiro dejó de probar fuerza contra su hermanos y bajó la cabeza; sus labios gruesos le daban a su rostro un tierno detalle, además daban la sensación de que estuviera haciendo un puchero, cosa que Taka no pasó por alto riendo en sus adentros.

 - Esta bien - cedió sin más opciones y se hizo a un lado para que su hermano entrara.

 - Con permiso.

Taka observó rápidamente todo el lugar. Las paredes eran de un color crema y los muebles eran de marrón oscuro, la mayoría de los adornos eran a blanco y negro combinando con el resto de colores neutros  de la sala de estar, le faltaba el toque femenino y, claramente, no esperó ver más de tres cuadros o posters referentes al rock y bandas del mismo género. El sentido elegante de su madre se había arraigado más profundo en Hiro que en él, aún así, tampoco fue suficiente para alejarlos del estilo de música -tal vez- más incomprendido del mundo.

Sin esperar a que su hermano se lo pidiera, porque nunca lo haría, se sentó y se acomodó en el centro de uno de los sofás. 

Hiro solo suspiró.

   - Taka, ¿quieres algo de beber? - preguntó más por costumbre que por verdadero interéz en sus necesidades.

 - Ahh - pensó por un momento - Me gustaría algo de té verde.

El menor frunció el ceño, no pudo pedirle un vaso con agua o un jugo de naranja, ni siquiera una bebida gaseosa, le pidió lo que le tomaría más tiempo en cumplir alargando así su estadía.

Al ver que no hubo reproche de su parte, Taka le sonrió abiertamente, luego giró su cabeza y observó una foto con todos los integrantes de la banda del menor.

   - Hiro, ¿Tus amigos viven aquí contigo?

   - Sí - respondió a secas desde la cocina - Pero ahora solo está Teru jugando con la Xbox.

Taka asintió comprendiendo lo que oía, pero en seguida guardó silencio. Estando allí solo pudo sentir como el ambiente se volvía un poco incómodo a su parecer; no importaba cuánto se esforzara en sacar un tema de conversación, Hiro seguiría comportándose de manera orgullosa con su hablar tosco. Imaginó que solo con él debía comportarse como un duende amargado, puesto que cuando está rodeado de amigos o personas cercanas es alegre y, hasta podría decirse, extrovertido.  Su ánimo bajó considerablemente tras ese pensamiento, empezaba a odiar estar peleado con su hermano.

Sin darse cuenta, Hiro reapareció en la sala con un par de tazas de té, una se la dio a él antes de sentarse justo frente suyo.

   - Toma.

   - Oh, Thank you.

Taka sopló levemente el contenido y lo llevó a sus labios para dar un sorbo y degustarlo. Entonces sonrió con nostalgia.

   - Igual al té de mamá.

Hiro ya sabía que su hermano lo disfrutaría, después de todo, había vivido con él casi toda una vida. Una sonrisa triunfal, pero muy diminuta decoró su rostro.

   - ¿Qué tal Europa? - preguntó el menor.

   - Fantástica, hay todo tipo de personas allá...

En ese momento, Teru, el amigo de Hiro, gritó desde su habitación.

   - ¿Quién llamó a la puerta?

   - Sólo es mi hermano - le gritó de vuelta.

Taka arqueó una ceja divertido.

   -Onii-san - le corrigió

   - Seas idiota - dijo casi en un gruñido.

Teru se apareció desde el pasillo.

   - Oh, Taka-san ¿qué lo trae hasta acá? - le saludó amablemente.

   - Sólo pasé a saludar a Hiro y a conversar un rato de hermano a hermano - respondió con una sonrisa que el menor conocía muy bien.

   - Bueno, si me necesitan estaré en mi habitación, continúen con su reunión familiar - dijo con una sonrisa para después devolverse por donde vino.

El mayor miró a su hermano y se percató de que este estaba haciendo un gesto malhumorado con su rostro.

   - ¿Sigues enojado conmigo?

Hiro solo desvió la mirada agudizando su ceño fruncido.

   - Si viniste a disculparte estas perdiendo el tiempo.

   - ¿Y si te digo que lo siento?

   - ¿Y si te hecho de mi casa?

  - Vamos, Hiro. No puedes estar molesto conmigo para siempre.

   - Si puedo.

   - Te comportas como un niño malcriado.

   - Y tu estas siendo un idiota.

   - Ya te dije que no fue mi intención. 

   - No quiero seguir hablando contigo.

El rubio se colocó de pie con la esperanza de poder sacar a Taka de su apartamento, tenerlo frente suyo solo lograba enojarlo más. El mayor también se levantó de su asiento, no iba a permitir que su hermanito lo corriera, tal vez no era tan orgulloso como él, pero si más persistente y decidido, no por nada era un miembro tan importante en OOR. Caminó hacia él guardando menos de medio metro de distancia entre ambos, con su mano izquierda tomó el borde de la camisa de Hiro como si quisiera aferrarse a él y con la cabeza gacha volvió a acercarse un poco más.

   - ¿Qué tengo que hacer para que me perdones?

Hiro chasqueó la lengua resignado, aquella cercanía le era tan familiar.

    - T...Tampoco es que fuera completamente tu culpa... Siempre fuiste un niño de mamá.

   - ¿Y tu no?

   - ¡No!

Taka rió por lo bajo.

   - ¿Me perdonas?

Hiro asintió levemente con la cabeza, empezaba a sonrojarse y las palabras no salían de su garganta. Taka acortó aún más la distancia hasta que los centímetros entre ellos desaparecieran y besó sutilmente el borde de sus labios; sabía exactamente como hacerlo temblar, pero en ese preciado instante habían dejado de ser hermanos. Hubo un segundo beso seguido de un tercero más pasional, los labios carnosos del menor se le hacían extremadamente irresistibles y la postura frágil que había tomado sin darse cuenta provocaba que en Taka florecieran los deseos de hacerlo suyo.

   - Ta...Taka... - jadeo Hiro. Su corazón latía como si estuviera en un concierto, asfixiándolo y robándole la cordura.

   - Dime onii-san - le pidió viéndolo a los ojos.

   - N... no seas tonto.

El mayor sonrió con malicia.

   - Entonces, haré que lo digas.

Dejó de besar de sus labios para recorrer su mejilla y bajar hasta su cuello dejando un camino de besos húmedos. Hiro suspiró de placer a la vez que sentía como el calor iba e aumento; si esto seguía así perdería la cabeza en manos de Taka. Ambos se dejaron caer en el sofá en busca de una mayor comodidad y las traviesas manos del mayor empezaron a recorrer su torso. Lo conocía muy bien y recordaba cada detalle del mismo , pero esta vez por fin podría tocarlo y recorrerlo sin conformarse con solo mirar de lejos. Las alarmas en la cabeza del rubio se encendieron, esto estaba subiendo de nivel apresuradamente, alejó su vista de los tatuajes en los hombros de su hermano con la intención de poner cartas en el asunto, pero no tuvo oportunidad.

   - Hey Hiro, voy a salir por algo de comer, quisieran que les traiga al...

Teru había salido de su habitación nuevamente debido al hambre que sentía y no podría seguir aguantando, pero había escogido un mal momento, puesto que había encontrado a los hermanos en una situación muy comprometedora.

   - ¡AHHH! - grito Hiro apartándose de su hermano.

A diferencia de los dos jóvenes que de la palidez sus rostros saltaron al rojo de vergüenza, Taka solo se tiró al suelo a reír a carcajadas con un leve sonrojo; tal vez esa era su manera de expresar pena y  nerviosismo, riendo a más no poder, pero a Hiro no le hacía nada de gracia.

   - L... lo siento mucho, no quise interrumpir - Tartamudeó Teru.

   - O...oye, déjame explicar... - trató en vano el rubio de salvar su dignidad.

    - No t... te preocupes. Y... ya me voy... No volveré pronto.

Y así logró escapar de aquella incómoda situación.

Taka seguía recostado en el suelo, empezaba a faltarle el aire y su estómago dolía de tanto reír, después de calmarse un poco, torpemente se reincorporó y miró a su hermano.

    - Nos atraparon.

   - ¡No es gracioso!  - chilló el menor - ¿Y ahora con que cara voy a verlo?

Hiro se sentóen el mismo sofá y ocultó su rostro en sus manos. Taka se sentó junto a él y costó su cabeza en su hombro.

   - La proxima vez seré más cuidadoso.

   - ¿Próxima vez?

Él miró a su hermano mayor quien hizo lo mismo. Sus miradas iban muy bien juntas. 

Taka se estiró un poco más y besó sus labios, Hiro se encogió en hombros, después le explicaría de alguna forma a su amigo lo que había sucedido.

   - Bienvenido a casa onii-san.

El corazón del mayor dio un pequeño vuelco, ¿cómo era posible que unas simples palabras lo hicieran estremecerse de tal forma? tal vez no fue lo que dijo, sino el hecho de que hubiera sido Hiro quien lo dijera. Un sentimiento melancólico reapareció nuevamente. 

No había tenido a la familia perfecta que hubiera deseado, pero había aprendido a amar las cosas buenas por más pequeñas que fueran y, después de todo... eso no estaba mal.

Taka sonrió suavemente. Si Hiro permanecía a su lado no habría nada que lo detuviera.

   - Estoy en casa, Hiro.


Aishiteru yo

****************

Buenas criaturitas hermosas <3 

Es mi primera vez con este tipo de historias y - aunque sé que nadie lo leerá- en lo personal me gustó mucho como quedó. Los hermanos me parecen muy adorables y mi mente fujoshi no pudo evitar emparejarlos por lo que terminé escribiendo este one-shot.

Espero les guste <3

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top