iii.

Yoongi y yo pusimos dinero entre ambos para la habitación de un motel, uno que conocía, pues era ahí donde acostumbraba tener sexo con las personas. El encargado me reconoció de inmediato cuando entré, pero como el "profesional" que es, no dijo nada, fingiendo que era la primera vez que me había visto.

Entramos a nuestra habitación, estaba limpia, no era muy colorida, pero al menos no parecía que alguien hubiese muerto dentro. Tenía sólo una cama, una mesa pequeña a un lado con tres sillas que a la vista eran incómodas, un televisor delante de la cama, que por cierto, no era tan pequeña, pero tampoco era tamaño matrimonial, y había una puerta a unos metros del televisor, la cual daba al baño, donde había una ducha, un retrete y un lavamanos con espejo.

Todo estaba bien equipado a mi parecer, y a un precio accesible.

Dejé mi mochila en la mesa, donde Yoongi hizo lo mismo. Se sacó el suéter del uniforme, y yo le seguí la acción, entonces comenzó a quitarse la ropa, hasta quedar en ropa interior, mostrando un cuerpo delgado, no tan marcado pero con algo de músculos y piel pálida. Podía ver como ciertas venas se le marcaban, quise ver más de cerca, eran como de un color entre verde y azul, pero el estar quitándome la ropa me lo impidió, concentrado en dejarla bien doblada sobre la mesa, no quería arrugas en mi ropa.

Y entonces estuvimos ambos en ropa interior frente a frente, yo tampoco era un chico muy marcado, aunque no era tan delgaducho. Mi piel era mas oscura que la de él, un tono caramelo, dicen algunos, y también era mas alto. Aún así, el pensamiento de sentirme pequeño ante su mirada me inundó, esos ojos pesados, de hielo, sobre todo mi cuerpo; Yoongi me miró desde los dedos de mis pies hasta mis cabellos castaños más altos en mi cabeza, sereno y con una increíble profundidad.

De verdad me gustaba que me mirara de esa forma. Era como si no sólo viese mi cuerpo, sus ojos parecían ver más allá.

Dio unos pasos hacia mi y alargó su mano a mi dirección, la yema de sus dedos tocando en un roce tentador la piel de mi estómago. Me contraje un poco, porque sus dedos estaban helados, y porque sus ojos estaban sobre los míos, y el contacto era demasiado intenso para mi. Su mirada me quemaba, el hielo quemaba, no tenía idea de que algo frío pudiese quemarme, pero aquí estoy, con la respiración pesada cuando apenas me ha tocado tan sólo un poco.

-¿Tienes condones, lubricante? - Preguntó en voz baja, casi no me di cuenta de que habló hasta que me vio con una sonrisa. Me había perdido en su esencia, lo lamento, no volverá a pasar.

-Si. - Respondí, abriendo mi mochila, de donde saqué un paquete de condones y una botella a la mitad de lubricante. Se las di a Yoongi, quien vio ambas cosas con ojos vacíos, hasta que su mirada volvió a mi.

Entonces se acercó más, y por fin me besó.

Había besado muchas veces antes, pero el beso de Yoongi daba otro tipo de sensación. Al sentir sus manos en mi cintura, una trazando círculos imaginarios con su pulgar en mi piel y la otra yendo desde mi cintura a toda mi espalda, me dio otro tipo de sentimiento, tocando con suavidad mi piel ya manchada con amor de otros antes, pero que en su toque se sentía nueva. Y sus labios, era como si me estuviese susurrando una canción romántica en la boca, era tan lento, tan delicado y caliente, que me hizo suspirar en sus labios, mis manos yendo a su nuca y cabello, para profundizar el beso tan amoroso que estaba recibiendo.

Se alejó, no pude evitar reprochar en un murmullo bajito, cosa que al parecer escuchó, porque esa sonrisa que no tenía nada que ver con su aura helada volvió, haciendo que quisiera saltar sobre él.

Volvió a devorar mis labios, ésta vez pasando su lengua tentativamente por mi labio inferior, pidiendo permiso para ser más arriesgado. Bien, supongo que puedo dárselo, el amor que estoy recibiendo es algo que no creo experimentar de nuevo, así puedo hacerlo. En respuesta, yo mordí su labio inferior con algo de fuerza, él quejándose y comenzando a caminar conmigo a la cama, guiándome por él, quien me tenía entre sus brazos y yo estaba casi colgado a su cuerpo.

Sentí la cama en la parte trasera de mis piernas, por lo que estuve por dejarme caer sin cuidado, cosa que no conseguí por Yoongi, el cual puso una de sus manos en mi espalda baja y otra en el colchón, dejándome sobre éste suavemente. Fue nuevo, pero no me queje, los otros solían lanzarme a la cama, estando demasiados caliente como para pensar en que tal vez, podía dolerme.

Me recorrí hacia atrás cuando estuvo sobre la cama, mirando como Yoongi dejaba lo que le di a un lado mío, y él se sacaba la ropa interior. Vi su miembro semierecto, me sentí ansioso al verlo, mi cuerpo cosquilleando por la necesidad de tenerlo dentro y que me llenará de él una y otra vez. Sus ojos volvieron a estar contra los míos, me quedé recargado en mis codos sobre la cama boca arriba, devolviendole esa intensa mirada; simplemente ni podía apartar mis ojos de los suyos, era imposible si me veía con esa profundidad. Yoongi, aún con su mirada sobre la mía, abrió mis piernas lentamente, tocando mis muslos de arriba a abajo con una suavidad de ensueño, con una manera tan única y pura, que sentía que estábamos por hacer otra cosa que no era tener sexo.

Era extraño, pero me gustaba.

Se agachó, con sus rodillas en el colchón, para poder dejar besos en la piel de mis piernas, sintiendo sus tibios labios en mi sensible piel, terminé por removerme un tanto desesperado contra la cama, suspirando, añorando más de los toques que Yoongi dejaba en mi piel. Eran tan suaves, sin necesidad de morder o ser brusco, me estaba dejando marcas invisibles, marcas que sólo yo podía sentir. Sus manos tocaron la piel de mi estómago, Yoongi iba subiendo con sus besos, besando ambas piernas, saltándose el bulto en mi ropa interior y yendo a la parte baja de mi estómago, donde dio un beso húmedo poco más arriba del elástico de minropa interior, que logró sacarme un corto gemido.

Estaba llevándome al borde sólo con sus labios y manos, y ni siquiera estaba siendo un bruto para hacerlo.

-Yoongi. - Pedí con su nombre, esperando a que dejará de torturarme.

-Un segundo, aún no acabo. - Susurró contra mi ombligo, pasando su lengua alrededor del círculo sin ingresar en él, ésta vez, realmente gemí. No sabía que podía ser tan sensible a los besos y toques.

Sus besos continuaron subiendo, mientras sus manos descendieron, ahora sintiendo como una de ellas había ido a masajear mi miembro bajo la tela del boxer. Se sentí bien, caliente y bien, Yoongi era increíble. Su lengua y labios ahora estaban en mi pecho, donde dejaron más besos amorosos, deteniéndose en mis pezones, donde besó, succionó hasta que gimiera y me retorciera, mi boca quedando entreabierta para cuando jugó con la piel de mis clavículas, pequeños jadeos saliendo de ésta al sentir a Yoongi saborearme y tocándome abajo.

Antes de poder llegar a mis labios, se detuvo y alejó, observandome desde arriba. Me volví a sentir indefenso ante su mirada que quemaba como el hielo, su respiración también pesada como la mía. Se separó aún más de mi cuerpo, viéndolo por completo hasta que sus manos estuvieron el elástico de mi ropa interior, la cual, después de darme una pequeña sonrisa, retiro lentamente, bajandola por mis piernas con cuidado.

Entonces estuve igual de desnudo que él, ambos excitados, y ambos deseando lo mismo. Quise otro beso, pero en lugar de eso, Yoongi me volteó sobre la cama, siendo algo brusco en eso, pensé que tal vez su romántico amor había acabado, pero al sentir besos en mis espalda y el como alzaba mi trasero para él, supe que no, que continuaría, sólo que ahora ya no habría besos en mis labios y tampoco miradas ardientes. Escuché como la botella de lubricante era abierta, para luego de unos segundos sentir como dejaban el líquido frío en mi agujero, Yoongi separó mis mejillas, alzando más mi trasero, y entonces sentí como introducía un dedo mojado en mi, un profundo suspiro escapando de mis labios.

Por fin.

Me abrace a la almohada mientras me retorcia y gemia por los dedos de Yoongi, quien a pesar de estar trabajando ahí, siguió tocandome. Era como un masaje para relajarme, cuando introdujo un segundo dedo, separando estos en mi interior y explorando, mi voz volviéndose más alta al expresar mi placer y mi cuerpo removiendose sobre el colchón, Yoongi intentó mantenerme en control, su otra mano tocando mi miembro, siendo éste un toque pequeño, al parecer, no quería que me viniese aún.

Yo tampoco quería, si me lo preguntaba. Lo quería dentro antes que nada.

Cuando el tercer dedo estuvo dentro, yo ya no podía tener la boca cerrada. Incluso con sus dedos, me sentía muy bien, demasiado, y quería ver sus ojos en estos momentos, pero no podía voltear sin que me terminase por doler el cuello. Pronto sacó sus tres dedos, me sentí vacío y un poco triste al no sentir contacto de su parte por unos segundos, luego escuché el empaque del preservativo ser abierto, y me puse ansioso.

Yoongi tarareo algo en voz baja, claramente satisfecho, supondré, una de sus dos manos tomando mi cadera con algo de fuerza y, lentamente, introduciéndose en mi.

No pude contener el gran gemido que salió de lo mas profundo de mi garganta mientras poco a poco Yoongi se iba enterrando en mi, él de igual forma gimiendo ronco, y eso volvió el momento más caliente que antes para mi. Una vez estuvo por completo en mi interior, salió con la misma lentitud que con la que entró, cosa que se repitió unas veces en un principio, se estaba acostumbrando a mi interior, abriendome más para él.

Entonces comenzó a moverse de verdad, rápido, no tan duro pero rápido. Con una mano me masturbe a mi mismo, Yoongi entrando y saliendo de mi, la doble sensación en mi cuerpo me estaba poniendo a mi límite, más con sus fuertes manos tomando tan duramente de las caderas, se había vuelto un tanto brusco, y aunque también me gustaba de ésta forma, quise sentir sus besos amorosos en mi piel una vez más.

Sentí mi corazón latir con fuerza y la tan conocida sensación en la parte baja de mi estómago, no le dije nada a Yoongi, no lo creí necesario, cuando sentí como se inclinó hacia mi, sus manos tomándome por los hombros contra la cama y nuevamente sus besos amorosos en mi espalda mientras me penetraba sin descanso. No me contuve más, teniendo el tan preciado orgasmo, manchando la sábana debajo mío y gimiendo en alto cuando deje ir todo de mi.

Mis paredes debieron de contraerse en medio de mi orgasmo, pues Yoongi gruñó por lo bajo y me prenetro unas cuantas veces más, hasta que se hundió por completo en mi y le sentí venirse en el preservativo. Sus dedos se enterraron más en mi piel, seguro tendré alguna pequeña marca más tarde, y, volviéndome a embestir un par de veces más después de correrse, salió de mi junto con el preservativo, saliendo de la cama y tirando el objeto a el pequeño bote de basura.

Eso es todo, supongo, ya se terminó nuestra sesión de amor.

Me di media vuelta y me quedé acostado en la cama, mirando el techo, para después cerrar los ojos e intentar recordar las sensaciones que mi cuerpo vivió hacia unos segundos. Me gustaba hacer eso, además me gustaba no apresurarme tanto, relajando mi cuerpo luego del gran ejercicio que acababa de hacer. Escuché a Yoongi moverse por la habitación, entrar al baño y más tarde, la ducha ser abierta. Se metió a bañar, pronto se iría y me dejaría solo en la nada colorida habitación de motel, solito con mi soledad.

Estuve un rato más en la cama, cantando canciones en voz baja, todas esas que me hacían pensar y querer cerrar los ojos para poder apreciarlas correctamente.

-Call me friend but keep me closer, and i'll call you when the party's over. - Canté, sintiéndome de alguna manera, nostálgico.

Mientras seguí tarareando la canción en voz baja, estuve a punto de quedarme dormido, hasta que una mano húmeda tocó suavemente mi mejilla. Abrí mis ojos lentamente, encontrándome con hielo que quemaba ante mi, viendo más allá de mi cuerpo bonito.

-La ducha está libre, puedes usarla. - Avisó Yoongi, cuando le vi bien, me di cuenta que seguía húmedo por la ducha, gotas de agua resbalando por su cuerpo, el cual sólo están cubierto por una pequela toalla que colgaba de sus caderas.

Yoongi pareció darse cuenta de mis ojos observadores, pues rió divertido al tiempo en el que me daba cuenta yo mismo de ello y me levantaba bruscamente, haciendo una mueca por la acción. Yoongi no fue un bruto conmigo, pero eso no quiere decir que no quede un poco adolorido, sólo un poco, como un recuerdo de quien estuvo ahí hace poco.

-Te ayudo - No esperó respuesta de mi parte, tomando mis manos y guiandome con una tranquila sonrisa a el baño. -. Ahí están las toallas - Señaló el mueble bajo el lavado. -, en las llaves dice cual es el agua caliente y el agua fría, si necesitas más ayuda, puedes pedírmelo.

Abrumado por la ayuda, sólo pude decir: -Gracias. - Y cerrar la puerta.

Después de darme una rápida ducha con cuidado de no hacer movimientos bruscos, salí con una toalla igual de pequeña que la de Yoongi, a mi tal vez quedándome más pequeña que a él por mis piernas largas. Antes de abrir la puerta, escuché un poco de ruido en la habitación, frunciendo el ceño ante eso, ¿Yoongi aún seguía aquí? Y si es así ¿por qué? ¿querrá otra ronda? No, se acababa de bañar.

¿Entonces qué hace aquí aún?

Al abrir la puerta, miré a Yoongi sentado en la cama poniéndose los zapatos con su mochila de un lado y mis cosas del otro, listas para mi. Descubrí cuando me acerqué a mis cosas que Yoongi veía la televisión, más bien, el canal donde daban películas porno baratas. En el televisor se veía a una mujer hacerlo con dos hombres al mismo tiempo, gimiendo en alto y sonriendo de forma perversa.

-¿Cuánto crees que ganen los que hacen esas películas? - Preguntó Yoongi. Al fija mi vista en él, noté que el porno no tenía efecto en su cuerpo, mirando sin mucho interés pero tampoco feo la imagen en pantalla.

-No lo sé - Respondí, dejando caer la toalla sin preocuparme de que Yoongi me vea -cosa que no hizo- y comenzando a vestirme. -, ¿mucho? ¿poco? ¿bien? Nunca he actuado una película de esas, verás, no tengo idea.

-Oh.

Cuando terminé de vestirme, ambos nos pusimos de pie, tomando nuestras respectiva mochilas y saliendo de la habitación, devolviendo la llave al encargado, quien no pudo evitar mirarme extrañado. Nunca devolvía la llave con la persona con la que entré, debió sorprenderse, lo sé, yo también estoy sorprendido.

-Hey, Taehyung, ¿tienes hambre? - Yoongi se detuvo frente a una máquina expendedora afuera de la oficina del motel, sacando un billete de su mochila.

-Un poco. - Admito, estos encuentros abren el apetito de cualquiera.

-¿Qué quieres? - Me acerqué a su lado, pasando mi brazo por sobre sus hombros y él abrazandome por la cintura. Se sintio bien.

-Esa. - Señalé la barra de cereales, eran mis favoritas. Yoongi asintió, ingresando el billete y primero sacando mi barra de cereal, dándomela para después sacar para él un paquete de gomitas sabor cereza.

Nos dejamos de abrazar un momento para abrir nuestros respectivos paquetes de ricos aperitivos.

-¿Tu casa está lejos de aquí? - Me preguntó, comiendo una de las gomitas en forma de bolita.

-Algo, pero puedo tomar un autobús que me deja bastante cerca.

-Te acompaño a la parada de autobuses entonces.

-¿Tu no tienes que volver a casa?

-A decir verdad, vivo a unas calles de aquí. - Rió, rascando su cabeza.

Incline mi cabeza a un lado y, negando con la cabeza, le sonreí.

-Vamos. - Alce mi brazo, para volver a abrazarle por los hombros.

-Bien. - Y él me abrazó por la cintura.

El camino a la parada de autobús fue corto, caminamos como idiotas, intentando caminar con los mismos pies al mismo tiempo, los dos pero riendo cuando no lo logramos, y después jugamos a no pisar línea, Yoongi diciendo que me hundí en lava cuando perdí. Al llegar, nos sentamos uno al lado del otro, y ya no hablamos, distraídos en comer lo que no pudimos comer en el camino por estar jugando, además de que nos dedicamos a observar a las personas pasar, muy ajenas a nosotros y lo que acabábamos de hacer en un motel barato pero bonito.

-Esa es mi carroza. - Dije, cuando el autobús que me llevaba a casa se acercaba. Me levanté y le hice una seña para que se detuviera.

-Que gran carroza tiene usted, Príncipe Taehyung. - Yoongi me siguió el juego, levantándose también.

-Cuando uno puede darse sus lujos, lo hace.

-Me doy cuenta.

Una vez el autobús se detuvo frente a la parada donde estaba, me volví un momento a Yoongi, sin saber que decir. Nunca me había despedido de alguien después de tener sexo, era nuevo y extraño. Iba a decir "hasta luego", pero Yoongi se adelantó, dando su puño para que yo lo chocara con él, sonríe por eso, fue una buena forma de despedida, por lo que lo hice, y después subí al autobús, pagando junto con mi tarjeta de estudiante y sentándome en los últimos asientos, hasta el fondo.

Me fijé por la ventana, viendo a Yoongi irse por el lado contrario al que me iba, sin voltear, colocándose unos audífonos y su mirada baja a su teléfono.

Fue ahí cuando me di cuenta de algo no tan bueno.

Gracias a los helados ojos de Yoongi, no me di cuenta de que su alma en realidad, es brillante. Esas almas son bonitas, muy, muy lindas.

El alma de Yoongi era bonita.

El alma de Yoongi... quería volver a probarla.
























🍃🍃🍃

AMONOOOOSSSSSSS CON LA PRIMERA ESCENA DE SECSO.

En algunos comentarios del capítulo anterior, me sorprendí de ver que algunos pensaron que Yoongi se haría el difícil con Taebb. Es decir, estamos hablando de Taehyung, ¿quién putas no desea darle al menos una mamada al niño? Además son sólo 7 capítulos, no puedo hacer tanto drama.

Les dejo un beso 💋 porque aquí son la 1:30 am y escuché como mi puerta hacia un ruido de que como que quería ser abierta:))))))

#TG18DÍA3

Bais, escoria.

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