Epílogo (Parte - 1)
—Mi amado chico nuevo. —le digo y suspiro sin remedio.
—Ey, ¿por qué me sigues llamando así? Acaso debo recordarte que ya la escuela se terminó.
—Mi nuevo compañero, mi nuevo amigo, mi nuevo novio, mi felicidad, mi futuro...
—Mi nuevo prometido, mi nuevo esposo... te faltaron esas...
—No, solo que aún falta para que seas eso...
—El futuro también, pero lo mencionaste.
—Bueno, el hecho es que eres todo para mi... ¿entiendes?
—Entiendo... y tú para mí.
Comienzo a retorcerme sobre la alfombra cuando Off empieza a hacerme cosquillas y las carcajadas no se hacen esperar. Trato de defenderme buscando hacérselas también a él, y pronto por toda la casa solo se oye el eco de nuestras risas.
Hago un movimiento —casi ninja— y tras una vuelta —rodando sobre la alfombra— aprisiono a Off bajo mi cuerpo.
—Te tengo —digo victorioso, sosteniéndolo por las muñecas con mis manos, apresándolo y disfrutando la vista que tengo de sus hermosos ojos negros.
De pronto dejamos de reír, y el silencio vuelve a llenar la habitación.
Voy aligerando mi agarre sobre sus muñecas y él aprovecha para cambiar nuestras posiciones.
No hago nada para zafarme cuando me tiene en la posición en la que antes se encontraba él, nos miramos a los ojos y nos decimos cuanto nos amamos, sin necesidad de mencionar palabras.
Sus ojos me recorren el rostro y se detienen un poco más de la cuenta en mis labios, entonces veo los suyos y como se los humedece con la lengua y acerco mi boca a ellos, cerrando lentamente mis ojos y besándolo tiernamente.
Sus labios son delgados y muy suaves, se acoplan perfectamente a los míos, son dulces y cálidos... y me encanta besarlos.
Nuestras bocas se separan y ambos abrimos los ojos, pero Off une su frente a la mía y susurra un dulce "te quiero".
Unos segundos después, nos ponemos de pie y nos acercamos a la cama.
—Ya todo está listo... por fin —me dice— Gun, solo estaremos una semana en Perú, no entiendo porque tienes que llevar tanto equipaje.
—Es que... no sé, quizá si todo lo que leí es cierto, el clima está loco allá, cambia constantemente y pues, tengo que estar preparado ¿no?... —digo rápidamente y él solo me mira— además, el avión cargará el equipaje, no yo.
—Lindo.
—¿Qué?
—Eres muy lindo —dice y me sonríe— Lleva todo lo que quieras, estoy seguro que no querrás comprar nada allá, no querrás traer recuerdos de tu viaje a Machu Picchu.
Tramposo... usando su psicología inversa conmigo.
Bajamos a la sala y nos sentamos en el sillón a ver la televisión y mientras me deslizo por la lista de opciones, buscando algo interesante, me detengo por un momento y le doy al botón de reproducir tráiler de una película de terror.
De pronto, siento el cuerpo de Off temblando junto al mío. "Nunca más volveré a ver películas de terror", pienso, cambiando a una comedia romántica con resignación. Lo acerco más a mí y rodeo su cuerpo abrazándolo por los hombros, él se acurruca contra mi cuerpo y posa su cabeza sobre mi hombro rodeándome también la cintura con sus brazos. Me giro un poco para besar su frente y nos quedamos así por largo rato mientras la película avanza.
Finalmente nos quedamos dormidos y solo despertamos cuando mamá entra a la sala y nos dice que es hora de salir hacia el aeropuerto.
Nos ponemos de pie rápidamente y al girarnos, nos encontramos con que Tay y New, ya están aquí.
—Ya todo el equipaje está en la camioneta —mi suegrito entra de pronto un poco agitado— Vaya, por fin despertaron, se pasaron la tarde en ese sillón. —nos dice medio burlándose.
Estaba a punto de contestar cuando fui interrumpido por New.
—Me he pasado el día leyendo, Gun... Y... —toma aliento y empieza a hablar— tendríamos que despertar y salir del hotel a las tres de la mañana si queremos hacer un recorrido a pie desde Aguascalientes hasta Machu Picchu y tendríamos que caminar durante horas, subiendo escalinatas para poder llegar y ver la hermosa ciudadela, claro que soy consciente de que la caminata valdría totalmente la pena si llegamos justo al amanecer, cuando el sol apenas empieza a salir, pero —toma aire una vez más— corremos el riesgo que nos dé una cosa extraña a la que llaman mal de altura. Y además no creo que en tu es-
—Cof cof cof... —casi me ahogo.
—...puedas caminar tanto, estas muy débil, flaco, cansado... Off es el culpable, pero ni modo... no es conveniente, porque además de todo, las escaleras son muy empinadas y aunque no se necesita mucha condición física, será agotador, y Gun ¡Por Dios! Piensa en tu madre y tu suegro, son personas adultas que pueden sufrir un infarto si los sometemos a tamaña aventura —mi madre abre la boca indignada—. Porque podemos tomárnoslo con calma y subir despacio, pero son escalones interminables Gun. Ellos ya son unos ancianos, y mucho más débiles que tú.
—Mocoso pendejo —mi suegrito toma de la oreja a New y lo zarandea. Tay está a punto de protestar pero solo con la mirada lo calla— déjate de hablar tonterías y mejor súbanse ya todos al auto.
Nos gruñe y obedientemente todos desfilamos hasta la enorme camioneta del ejército que nos llevará al aeropuerto.
Sé muy bien lo que New trataba de hacer en la casa, pero también estuve haciendo mis averiguaciones sobre este viaje y definitivamente ante todo pronóstico sé que será genial.
Le susurro un "Gracias" a New y él me sonríe en conformidad.
Nuestra aventura hacia el Machu Picchu, comienza por fin y sé que será una inolvidable experiencia... para todos.
Su gorrito de lana multicolor apretuja sus hermosas y abultadas mejillas, están muy rojas debido al descomunal frío que se siente en el lugar. Sus ojos se ven cansados, pero aun así no dejan de observar todo alrededor, sus labios están agrietados y muy rojos, formando un tierno puchero y sus brazos permanecen cruzados frente a su pecho.
Acomodo la gruesa bufanda —que le compré por la noche— alrededor de su cuello y le pido que volvamos a entrar al hotel, pero nuevamente se niega.
—Gunnie, por favor volvamos a entrar, está haciendo mucho frío. —pide ahora Tay, esperando que mi terco novio dé su brazo a torcer.
—He dicho que no Solecito, no he venido desde tan lejos a conocer esta joya inca escondida entre las montañas, para que en mi primer día aquí me digan que no puedo ir. ¡¿Todos ustedes están dementes?! —nos fulmina con la mirada.
—Pero Gunnie, entiende, no te encuentras bien. —Lawan trata de razonar con él— el clima aquí es distinto, no estás acostumbrado.
—Mamá, solo fue dolor de cabeza, un malestar pasajero, no voy a morirme debido a que me afectó la altura. Tu misma viste que con el té que me dieron pude dormir tranquilo y descansar. Hoy amanecí mejor.
—A decir verdad, hijo, hace un par de semanas que te veo mal. Y no solo fue dolor de cabeza, casi perdiste el sentido mientras vomitabas.
—Gun, vomitaste hasta palidecer y desvanecerte. —New se ve muy preocupado.
—Muchacho, lo mejor será posponer la subida a la ciudadela. Quedémonos en la ciudad un día más. Descansa por hoy. Podemos reservar con una agencia de turismo.
—Pero-
—Pero nada Gun. Estas enfermo por Dios. Deja de ser caprichoso y obedece. No puedes subir caminando. Contrataremos una agencia de turismo, iremos con un guía y en movilidad. No puedes hacer lo que te plazca todo el tiempo —Tay está exaltado y yo no sé qué decir...
—Off... —Sus ojitos llenos de lágrimas hacen contacto con los míos, sé lo mucho que quería venir, sé cuanta ilusión le hacía el poder aventurarse y caminar, respirar aire puro, fresco, y de paso disfrutar de la naturaleza y hermosa vista. Dios, no dejaba de hablar acerca de hacerse amigo de los lugareños y aprender un poco el idioma del antiguo Tahuantinsuyo. No puedo quitarle eso.
—De ser posible lo cargaré —suelto sin dudarlo y todos voltean a mirarme como si me hubiera salido una nueva cabeza.
—¡¿Estás loco?! ¡Gun está enfermo!
—¡QUE NO ESTOY ENFERMO —Gun se pone de pie y todos se giran a verlo— SOLO ESTOY EMBARAZADO! —Las miradas que parecen puñales se clavan en mí y lo último que sé, es que todo empieza a moverse en cámara lenta.
—Off... mi amor —la mano de Gun, enfundada en un guante de lana, toca mi mejilla— despertaste. —se alegra.
Con ojos curiosos escaneo el lugar y ya no estamos en la placita, estamos en la habitación que comparto con Tay. De pronto mi padre y Lawan se acercan a la cama y no puedo descifrar sus miradas. Tay se para en el marco de la puerta, sonriendo de medio lado y New me dice sin palabras algo así como un "es tu culpa" y se acerca a la ventana.
De pronto mi corazón empieza a latir ansioso y temeroso a la vez, pero una extraña sensación de felicidad me invade desde la punta de los pies y mi pecho se hincha, mi corazón late tan rápido que casi no puedo respirar pero me siento de golpe y grito:
—¡¿Voy a ser Papá?! —Gun me sonríe, y luego se esconde tras sus manos con guantes. Con el pecho lleno de emociones indescriptibles, me pongo de pie y me arrodillo frente a Gun, sujeto sus manos y dejo que me muestre su rostro— ¿Cuándo? —Pregunto.
—La primera vez... —contesta avergonzado.
Mi padre se aclara la garganta y me pongo rígido. Por un momento había olvidado que no estábamos solos.
—En vista de que nos quedaremos más tiempo en Cuzco, New y yo saldremos a recorrer la ciudad. —dice Tay saliendo de la habitación y llevándose consigo a New.
—Hijos, nosotros cuatro tenemos que hablar —dice finalmente mi padre y Lawan lo apoya.
Así que decidimos bajar al restaurant del hotel para conversar con tranquilidad y a gusto.
𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
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Habrá una segunda y última parte de este epílogo ok.
Gracias por leer!
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