Final. Regalo de amor

«Veo a Arath, sentado en la vereda frente al estacionamiento. Tiene la mirada fija en el piso y ni siquiera se da cuenta de que estoy acercándome a él; pero me preocupa mucho más, el hecho de que prácticamente he gritado su nombre y él no parece escucharme, demasiado hundido en sus pensamientos.

Los días pasaron rápidamente y se convirtieron en semanas, ahora estamos a escasos dos días de celebrar nuestra graduación, y dos días después viajaremos a conocer Machu Picchu, como tanto desea Arath, o deseaba, porque ahora no lo veo para nada entusiasmado con el viaje.

Las cosas entre nosotros han ido muy bien, el amor que sentimos por el otro no hace más que acrecentarse con el tiempo y por primera vez en mi vida, puedo decir que tengo todo lo que quise siempre, amigos verdaderos, un novio perfecto y una familia.

Arath lleva demasiado pensativo estos dos últimos días, y sé que no es porque haya algo malo con nosotros, es solo que... desde que la hermana y el novio de Jane, murieron, semanas atrás, en aquel accidente de carretera, lógicamente todos hemos estado mal. Nadie tiene la vida comprada, lamentablemente la imprudencia, cobra vidas, vidas inocentes como la de Scarlet y Jason, que nunca pensaron que un ebrio inconsciente, al volante, les robaría su juventud y la vida que tenían por delante. Ellos iban juntos, de camino a recoger a Jane al hospital, cuando todo sucedió. Ahora Jane se ha quedado completamente sola en este mundo, su hermana era la única familia que le quedaba y Jason, su amigo de infancia, le había devuelto la alegría de vivir, convirtiéndose en su novio, y apoyándola, después de todo el dolor que experimentó, tiempo atrás. Ellos eran quienes cuidaban de ella, desde que sus padres fallecieron, también en un accidente. Al conocer su historia, recién pudimos comprender, el porqué de sus decisiones equívocas. Jane clamaba por ayuda... y no hubo nadie que la escuchara. Pero ahora, nos tiene a nosotros, que la queremos. Tuvo una recaída, no con las drogas, sino que volvió a encerrarse, estuvo deprimida muchos días, sedada la mayor parte del día. Y creo que eso afectó mucho a Arath, quien no se movió de su lado todo ese tiempo. Se ha unido mucho a ella.

Lo cierto es que no sé qué sucede y necesito saberlo para poder ayudarlo.

—¿Ari?

—¿Eh...?

Me acuclillo a su altura y tomo sus manos con delicadeza.

—¿Ocurre algo, Ari? —Niega sutilmente— ¿no quieres contarme? —Sus profundos ojos me miran fijamente— Esta bien, no voy a presionarte, pero quiero que sepas que aquí estoy para ti, siempre, porque te amo.

—También te amo Lex. —Su mirada se ilumina cuando lo dice y suspira antes de continuar hablando— creo que empecé a sentirme nostálgico porque en dos días más dejaremos la escuela para no volver.

—¿Eso es lo que te está molestando?

—Creo que sí, tengo una extraña sensación en la boca del estómago que no sé describir. Mamá dice que es ansiedad porque de ahora en adelante las decisiones que tome cobrarán más importancia para mi futuro.

—Tiene razón... también hemos hablado de eso.

—Lo sé, es solo que hay algo que se siente diferente. —Arruga su naricita y mueve la cabeza—. No me hagas caso.

—Elegir un camino a futuro nunca será fácil para los adolescentes, es complicado, pero estaremos juntos, apoyándonos ¿cierto?

—Claro. Eso no tienes que dudarlo.

—Bien, entonces... que te parece si dejas de lado esa lucha interna que te cargas y vamos a mi casa. —beso sus manos y él me sonríe.

—¿Conduces tú? —Asiento con la cabeza. Mi padre no iba a permitir que me fuera a otro país sin saber usar un auto, así que durante un tiempo presionó a Arath para que hiciera de profesor de manejo y por fin, obtuve mi licencia de conducir.

—Dame las llaves. —Nos ponemos de pie, abro la puerta del copiloto y Arath sube, le pongo el cinturón de seguridad y después de cerrar la puerta, rodeo el auto y me subo—. ¿Listo? —El hace un asentimiento de cabeza y me sonríe, luego se acomoda en el asiento y toma mi mano como es costumbre, mientras cierra los ojos (eso es reciente, últimamente lo hace, solo se duerme hasta que llegamos a nuestro destino)

Con el control abro la reja de la casa y una vez entramos, estaciono el auto en la entrada. Arath se remueve en el asiento, percibiendo que hemos llegado y abre los ojos lentamente.

—Estoy tan cansado Alexander... creo que ya debes dejarme dormir por las noches —se ríe.

Quien nunca me deja dormir es él... desde la primera vez que hicimos el amor y recibimos tooooda una charla por parte de nuestros padres, acerca de los riesgos, enfermedades, la responsabilidad, etc, etc, etc... en vez de asustarnos y frenar los sentimientos y las ganas, el deseo fue en aumento.

—Claro, cariño... por eso hoy dormiremos en habitaciones separadas. —Hace un tierno puchero— Pero siempre puedes fingir un calambre.

Suelto una carcajada cuando abre la boca y vuelve a cerrarla, claramente enojado, girándose a ver por la ventanilla.

—No los finjo Alexander... me hace falta consumir potasio. —dice enfurruñado— y además creo que es porque tu mansión es muy fría.

—Arath, pones a tope la calefacción. Yo siento que me cocino en la habitación. —Sus ojos se desorbitan y creo que va a comenzar a llorar...— Anda, vamos... entremos de una vez. —me inclino hacia él para quitarle el cinturón de seguridad y aprovecho para darle un tierno beso en los labios.

Luego de besarnos por unos minutos, bajamos tranquilamente y entramos en casa, pero cuando entramos en la habitación, Arath se sienta en la alfombra, mirando hacia la ventana y suspira repetidas veces.

—Me pregunto cómo estará Jane, hoy... —Vuelve a suspirar. Volvió a casa, a preparar unas cosas— Alexander...

—¿Si?

—¿Nunca vamos a separarnos cierto?

—Nunca Ari...

—¿Lo prometes?

—Tienes que aprender a cocinar y casarte conmigo, ¿lo recuerdas?

—Cada minuto de mi vida. —medio sonríe.

Me acerco a él, sentándome justo a su lado, aún sigue mirando hacia la ventana y le pico el costado con un dedo.

—Ey... Aquí estoy...

Vuelve a suspirar...

—Sí, siempre estás...»

Tengo un Déjà vu, en cuanto abro los ojos... y Arath no está junto a mí, la misma extraña sensación de soledad —de aquella vez—, me invade y se evapora en cuanto veo su ropa. Mi corazón da un extraño brinco dentro de mi pecho.

Termino de despertar, aunque claro, sigo pensando en el sueño que acabo de tener, aunque más que un sueño es un recuerdo muy vívido, y por un momento me sorprende, que no estoy en la misma habitación que compartí por años con Arath, y es que, hace dos semanas nos mudamos por fin a nuestra nueva casa, la que ambos escogimos y en la que hemos soñado, algún día envejeceremos rodeados del amor de nuestros hijos, pero aún no me acostumbro a ella.

Me inclino hacia la mesita de noche para tomar mi celular, y me sorprende ver que no está y en su lugar hay una pequeña nota... mi estómago da un vuelco y salto fuera de la cama de inmediato con el corazón latiendo más fuerte y estrepitosamente dentro de mi pecho.

Tomo el Post-it entre mis dedos y leo lo que tiene escrito.

«Buenos días dormilón. Encontrarás que tu camino hacia mí, esta mañana, estará lleno de coloridos papelitos.»

Sonrío antes de doblarlo y meterlo en el bolsillo de mi pijama.

Camino hacia la puerta, porque veo que hay otro Post-it pegado en ella.

«Eres la persona más maravillosa que jamás he conocido.»

Pensamos igual, pero yo creo que él es la persona más maravillosa del mundo.

He llegado al pasillo...

«Desde que te vi por primera vez, algo en ti, llamó mi atención.»

Estoy completamente de acuerdo con eso, aquel huracán llamó toda mi atención en cuanto lo vi.

Sigo caminando, bajando lentamente las escaleras...

«El tiempo que llevamos juntos ha sido de completa felicidad.»

Claro que lo ha sido, cada día ha valido totalmente la pena, solo por el simple hecho de estar juntos.

«Quiero que sepas que estoy inevitablemente enamorado de ti.»

Y yo de ti, mi amor.

Escucho ruido en la cocina y estoy dispuesto a correr allí, cuando noto que los Post-it que antes estaban pegados a mi altura, ahora están un poco más abajo... y mi corazón quiere escaparse por mi boca.

«Tu eri il nuovo ragazzo / ya fuiste el chico nuevo.»

Siento que voy a llorar...

«Kamu menjadi teman terbaik / te convertiste en el mejor amigo.»

Ya estoy llorando de la emoción, los sentimientos que me embargan son infinitos... pero hay un último Post-it...

«You are the best father in the world/ Eres el mejor padre del mundo»

No puedo más. Entro de lleno en la cocina y me quedo congelado, con los ojos llenos de lágrimas, la nariz escurriéndome... y las manos temblándome. Mis piernas de pronto parecen de gelatina y caigo de rodillas al piso cuando leo el enorme cartel que sostiene mi pequeño hijo y que dice en perfecto español:

«Ahora di que SI y conviértete en un excelente esposo».

Sabía que mi hermoso Shone estaba en casa, que por fin había vuelto de sus vacaciones con los abuelos, porque los últimos post-it estaban escritos en idiomas diferentes. Mi pequeño genio a sus cortos cinco años, habla cuatro idiomas y está aprendiendo a hablar un quinto, el quechua, pero que fuera él quien ayudara a Ari a pedirme matrimonio, no me lo esperaba...

Arath está hincado sobre una rodilla, con una pequeña caja aterciopelada en las manos, sonriéndome emocionado, a pesar de que las lágrimas están brotando de sus hermosos ojos... este era su secreto.

Son LaLa y mi padre los que me toman de los brazos y me ayudan a ponerme de pie... camino lentamente hacia los dos amores de mi vida y es mi hijo quien vuelve a pedirme una respuesta, cuando ni siquiera se me ha hecho una pregunta... Porque solo me está pidiendo la confirmación de algo que está más que implícito.

—Sumaq yana ñawiyuq wayna arí niy [hermoso chico de ojos negros di que sí.]

—Sí, una y mil veces sí.

Me arrodillo frente a Ari, porque Shone me lo está indicando con un movimiento de su cabeza y me sonrojo cuando su mirada penetrante parece atravesarme hasta el alma.

—Te amo, mi hermoso y tímido chico. —Toma el anillo de la caja— y a pesar de que no es necesario usar una joya para mostrarle al mundo que me perteneces —lo coloca en mi dedo, después de acariciar mi mano con dulzura— quiero que uses este símbolo de mi amor por ti. —Siento que mi corazón se agita y una sonrisa se dibuja en mi rostro a pesar de que las lágrimas continúan cayendo a caudales—. Ha llegado el momento de cumplir mi promesa... casarme contigo. Cásate conmigo Alexander y sigue haciéndome el hombre más feliz del universo. —acaricia mi mejilla— Cásate conmigo y sigamos amándonos hasta que Shone nos bendiga con nietos —mi hijo se hace el desentendido— Cásate conmigo y come todos los platillos deliciosos que prepararé para ti —Shone me señala hacia la mesa del comedor y veo que está más que puesta— Cásate conmigo y celebremos que el amor verdadero nace y florece no una sino miles de veces, mientras sepamos cuidarlo. —Asiento ante esa maravillosa verdad— ¿imatataq ninki Yana ñawiyuq wayna? [¿Qué dices chico de ojos negros?]

—Digo... que SI y que los amo, que te amo Arath, te amo mucho.

Unimos nuestros labios en un dulce y tierno beso, y caemos al piso cuando nuestro pequeño genio nos abraza a ambos.

Cuando Shone está en casa, el silencio queda escondido bajo el sonido de nuestras risas.

No puedo pedirle más a la vida, tengo todo lo que quiero y lo que quiero son ellos... Mi... Soñay kuyasqay – Mi Regalo de amor.

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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