9. Aterrado

Alexander está aterrado. Tanto, que estoy dudando de mi idea de integrarlo al grupo de los populares, pero cuando estoy a punto de tomarlo de la mano y dar media vuelta para volver a casa...

—Upps, pero que tonto soy. Lo siento —dice el idiota de Derek después de jalar la mochila de Alexander y hacerlo caer de culo contra el suelo.

—¡¿Qué te pasa idiota?! —Grito al imbécil, que se ríe mientras aplaude como foca. Miro a todos lados antes de tenderle la mano a Alexander y ayudarlo a levantarse. Derek está solo— ¿Estás bien? —pregunto a Alexander, quien me hace un asentimiento de cabeza.

—Todo bien, no te preocupes.

Me giro hacia Derek y me acerco tentativamente a él, señalándolo con mi dedo acusador. El muy cabrón aún sigue riéndose, pero de pronto se queda quieto y da un paso al frente.

—Lo lamento. Creo que... ¿te confundí? —Claro que no lo confundió, supo que era él, por la mochila. Lo sé bien. Solo que ahora al verlo de frente, se ha sorprendido.

—No digas mamadas Derek, pensaste que era Alexander. Esa es la verdad... pero ¿Qué crees?... si lo es. —la sorpresa lo invade.

—¡Mierda! ¿En verdad es el nerd? —Sonríe todo simplón—. Wow —dice y se va como si nada. Después de dar unos cuantos pasos se gira nuevamente— Nos vemos en el almuerzo Arath.

Este día no comparto clases con ninguno de "los populares", pero sí con Alexander y Tayler, así que almorzaremos juntos, al parecer.

Cuando empezamos a caminar, Alexander se pone más nervioso, porque las miradas están sobre él.

—Todo estará bien Lex, relájate —me mira con desconfianza, pero asiente. Lo miro de reojo, mientras se toca el cabello. Todavía siento la sensación de su suave cabello en mis manos... lo alboroté por un rato mientras buscaba el peinado indicado, que permitiera hacer lucir su rostro y realmente había dado en el clavo—. Alexander...

—¿Si? —dice y me mira bajando la mirada.

—Te presentaré a mis amigos, actúa con ellos como lo haces conmigo ¿está bien?

—No creo que pueda Arath, no es buena id-

—Hola —Tayler nos alcanza— Wow, wow, wow. ¿Alexander? —Alexander sonríe de medio lado y un adorable tono rosáceo adorna sus mejillas— Hombre ¿Qué te hiciste?

—¿Me veo mal?

—Diablos no... mal se ve este enano a tu lado.

—Ey —me quejo.

—Lo siento Ari, pero es que... wow.

—Sí, sí, como sea —le resto importancia— íbamos para la clase, ¿Por qué no estás en el salón?

—Ah, el maestro no vino. La clase se suspendió. Así que pensaba ir por un café.

—La cafetería esta hacia el otro lado... —señalo.

—Pero el Starbucks cruzando la calle —me guiña un ojo.

—¿Starbucks entonces? —le pregunto a Alexander y él asiente.

—Vamos. —dice.

Los tres caminamos hacia la salida, una suerte que ahora seamos alumnos de preparatoria y se nos permita usar el estacionamiento del frente, así podemos salir y entrar de la escuela, según nuestros horarios.

Apenas entramos, todas las miradas se dirigen hacia nosotros, al parecer no somos los únicos que prefirieron pasar el rato fuera de la escuela.

Alexander no está acostumbrado a que las personas le presten atención y menos que se le acerquen por cualquier motivo que no sea jugarle una broma, pero se ha convertido en el centro de las miradas de casi todos en el café.

Tayler se queda en la fila para hacer el pedido, mientras yo guío a Alexander hacia la mesa más alejada, que es la que nos gusta a Tayler y a mí. Desde ese lugar podemos ver a todos los que ingresan y además hay vista directa hacia la entrada de la escuela.

—Toma —dice Tayler en cuanto llega a la mesa y le entrega a Alexander algunas servilletas y papeles.

—Ey tenías un contenedor de basura de camino aquí. —digo e inmediatamente él responde.

—No es basura, fíjate, son números telefónicos. Todos han preguntado por mi primo.

—¿Tu primo?

—Sí, no sé de dónde sacaron la idea, pero piensan que Lex es parte de mi familia.

Alexander no se puede creer lo que está sucediendo, está completamente avergonzado y cuando Tayler escucha que llaman su nombre y le pide que lo acompañe... se pega más a mí, negándose a levantar, pero Tayler, no acepta un no por respuesta.

—Hay muchas personas ahí... —responde un poco asustado.

—No pasa nada, vamos, esta será una pequeña prueba. —Alexander finalmente confía en Tayler y acepta.

Me quedo observando desde mi lugar y soy testigo de cómo las chicas casi se abalanzan sobre Alexander. Mi tímido nuevo amigo está más rojo que un tomate y no suelta el brazo de Tayler. Tengo ganas de ir por él, pero decido que es mejor esperar. Realmente esto le servirá de prueba, y si sobrevive a esas chicas, también sobrevivirá a "mis amigos".

Chicas y chicos, lo miran y le hablan, Alexander lo único que atina a hacer es aferrarse más al brazo de Tayler y me causa un poco de gracia ver que él se soba el brazo, como si Alexander estuviera pellizcándole. Tampoco me pasa desapercibida, la manera en que el barista, un chico que se llama Zee, según su gafete, le entrega su bebida a Lex, sin olvidarse de pasar sus dedos de manera atrevida, por todo el dorso de su mano. Está acariciando su bonita y suave piel, haciendo que se sonroje aún más. Está mirándolo con coquetería y Alexander... está pasmado, parece que no está en sus cinco sentidos —por unos segundos— y sus mejillas se comienzan a ruborizar aún más, dándole un toque mucho más lindo.

Me sobresalto de pronto, cuando el estúpido barista casi salta sobre la barra y le dice algo al oído... me pongo de pie, con toda la intensión de acercarme a ellos, pero Tayler parece adivinar lo que pretendo y aleja a Alexander de ahí.

—¿Y...? —preguntó nervioso, sentándome nuevamente y levantando la mirada hacia Alexander.

—Fue aterrador...

Tayler se ríe.

—Creo que se refiere a... —No termina de hablar porque lo fulmino con la mirada, y pienso que no me interesa saber lo que le ha dicho el barista a Alexander, porque no tengo derecho, eso solo le compete a él... pero mis ojos se abren como platos cuando veo su vaso y en lugar del nombre, hay un número telefónico con un corazón. ¡Maldito imbécil!

—Ese empleado...dijo... —parece que Alexander está en shock, niega con la cabeza y el rubor vuelve a aparecer en sus mejillas y sus orejas se encienden— que lo llamara si quería que me limpiara el esófago.

Tayler escupe su bebida y apenas logro tirar de Alexander pegando su rostro a mi pecho, para que no le caiga en toda la cara. Maldita sea, me hierve la sangre, aunque debo confesar que al mismo tiempo me causa gracia.

—¿Estás bien Alexander? —acuno su rostro entre mis manos y paso mis pulgares por sus mejillas aún sonrojadas.

Él me mira y parpadea, su cara está muy caliente... hace un asentimiento de cabeza y se va soltando de mi agarre. Entonces me giro hacia la barra y entrecierro los ojos hacia el barista.

«Imbécil.»

—¿Saben qué? Creo que debemos irnos. —les digo a ambos, mientras Tayler se recupera de su ataque de risa.

—Debo ir al baño —de pronto Alexander se pone de pie— Vuelvo en un minuto.

Tener la atención de tantas personas, que no quieren golpearme ni burlarse de mí, sino que quieren acercarse porque les parezco atractivo, es apabullante y obviamente también un tipo de acoso. Pero sentir el palpitar del corazón de Arath, y su respiración tan cerca de la mía, es aterrador, extraño e inesperado... es una mezcla de sensaciones en la boca de mi estómago y en todo mi cuerpo, que no puedo describir. Yo jamás había experimentado una sensación como esa y creo que quiero averiguar lo que significa... lo que es.

» Llego al área de los aseos, que está en el callejón fuera del café, y entro a uno de los dos baños independientes —el otro es para personas discapacitadas—, no quiero entrar al baño común... por si hay alguien.

Me mojo el rostro porque lo siento demasiado caliente, me miro al espejo —no había tenido oportunidad de observarme antes de salir de casa de Arath—, y realmente entiendo porque todos quieren estar cerca de mí, ahora. Pero la imagen que me está mostrando el espejo ahora mismo, no es la mía.

Ese no soy yo.

Sé que Arath desea que me integre a su grupo, porque no quiere que sigan maltratándome, pero si tengo que cambiar para ser aceptado por unos chicos cuyo nivel de inteligencia está por debajo del promedio. No me interesa.

Prefiero seguir siendo el marginado y no tener amigos a tener que aguantar mi propia hipocresía además de la de ellos.

Arath y Tayler parecen ser buenas personas y aunque no me gustaría que dejaran de hablarme si vuelvo a ser yo mismo, sin toda esta transformación, debo decirles cómo me siento.

Me armo de valor, respiro profundo y salgo del baño. Estoy a punto de entrar al salón, cuando —a lo lejos— veo que hay una persona sentada en nuestra mesa —aparte de Tayler y Arath— y por la forma en que su mano está acariciando el brazo de Tayler, aunque no logro distinguirlo bien, creo que es Noah, lo que me lleva a pensar que, si Noah está aquí, el resto de sus amigos también deben estarlo.

Doy un paso atrás y miro hacia todos lados, pero nada. No logro ver a ninguno.

Suspiro aliviado y estoy a punto de empezar a caminar nuevamente, cuando siento que me jalan de la capucha, haciéndome retroceder varios pasos más, inmediatamente después, un brazo me rodea el cuello, y soy arrastrado nuevamente hasta el área de los aseos.

Siento que se me detiene el corazón, cuando escucho una voz grave que dice:

—Aunque el nerd se vista de rey, imbécil por siempre es... —Hunter, es Hunter Cox y su voz me causa escalofríos— ¿no crees Jones? —Y claro, acompañado por Derek...

—Tienes toda la razón —dice y empieza a reír como desquiciado.

El agarre de Cox se hace más intenso y siento que me falta el aire.

Poco a poco mis ojos se van cerrando, el aire no está llegándome a los pulmones, siento que no puedo respirar... estoy aterrado y solo. Siento la necesidad de hacer algo, pero ¿Qué?... ya no puedo pensar... Siento que me ahogo y lo último que siento... al final... es el fuerte golpe en mi cuerpo, que ha caído desplomado al piso.


𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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