16. Mis dos chicos

Alexander va encogido, completamente sonrojado, tímido, pero de su rostro no se ha borrado la sonrisa que se dibujó desde el momento en que tomé su brazo cuando bajamos del auto. Ty va junto a nosotros, fue una sorpresa para él llegar a casa a recogernos —Porque Alexander durmió conmigo, (del verbo dormir, como amigos...)— y encontrarme hecho añicos. Inicialmente se enojó mucho porque no le habíamos avisado lo que me ocurrió, es más con todo lo que sucedió hasta olvidé prender el celular y como cuando fue a casa no encontró a nadie, pensó que estaba con mamá y no insistió. Luego de que lo convencí de que lo amo con todo el corazón y que no quería, también, verlo preocupado, simplemente me perdonó. Pero aún no le conté todo...

El hecho es que nos trajo a la escuela, claro le rogué muchisisísimo. Estoy muy maltratado, me duele todo, los analgésicos funcionan, pero por la noche varias veces me quejé y lloré por el dolor. Alexander se levantó cada vez y cuidó de mí.

Me sentí especial para él.

Me gustó.

La semana de exámenes para la aplicar a la universidad esta próxima y no quiero que nuestro rendimiento se vea afectado. Alexander es un genio, pero ha faltado mucho, y yo pues, soy muy inteligente, pero de igual manera tengo que estudiar.

A regañadientes, mi madre me permitió salir esta mañana y solo porque mis dos chicos —obviamente Tayler y Alexander— le prometieron cuidarme, claro, nos hizo prometer que a la mínima molestia volvería a casa y obvio lo haré, pero hay algo que me sigue dando vueltas en la cabeza y no puedo dejarlo pasar más. Jane no ha contestado mis llamadas y no sé por qué no he podido evitar pensar que quizá me condujo a una trampa.

Somos amigos, no muy cercanos, pero amigos, a fin de cuentas, y me da un poco de pesar, darme cuenta de que ni siquiera conozco su nueva casa, —es más ni me enteré de que se había mudado al inicio de las clases— pero Noah sí, así que, si ella no viene a clase, le pediré al acosador enamorado de mi sol que me lleve con ella.

—¿Ya vas a contarme exactamente qué fue lo que te ocurrió? —me dice Tayler, muy serio, mientras avanzamos a paso lento.

—No lo sé, Tayler, yo solo estaba caminando por la fábrica abandonada y sentí que alguien me seguía y cuando reaccioné y quise correr, de la nada, salió un tipo encapuchado, que además usaba un pasamontaña y me golpeó como le dio la gana, luego supongo que pensó que me iba a matar si continuaba golpeándome, así que simplemente me soltó y se fue.

—¿Qué diablos estabas haciendo por esa zona?

—Me distraje ok. Estaba pensando en... —Miro de Lex a Ty— algunas cosas y no me di cuenta que había pasado el parque donde me encontraría con Jane.

—Espera —detiene el paso— ¿te viste con Jane? —El horror atraviesa su rostro— ¿Fue ella quien te llamó el otro día?

—Sí, ella me llamó, —la mirada confusa de Tayler me preocupa— pero no la llegué a ver. Iba a hacerlo, pero como te digo, me distraje y no llegué al lugar pactado. ¿Por qué? ¿Qué sucede? ¿por qué pareces espantado?

—Hmm es que es extraño, —volvemos a caminar lentamente, los tres, Ty sigue preocupado— Noah me contó que ayer cuando fue a visitarla ella se negó a verlo, y su hermana le dijo que estaba muy mal después de haberse encontrado con su compañero de la escuela, el día anterior. Que se había encerrado en su habitación y no hacía otra cosa más que llorar.

—Pues si es muy extraño —le doy la razón— pero si no se vio conmigo ¿con quién lo haría? Y lo más importante y que quiero averiguar, es ¿por qué me citó en ese lugar? Porque cuando me llamó estaba llorando y no quiso que dijera a nadie que nos veríamos.

—¿No dijo nada más? —miro a Alexander que se ha mantenido callado, antes de responderle a Tayler.

—Dijo que tenía algo importante que decirme con respecto a Alexander.

—¿De mí? —Finalmente Lex habla, sorprendido— ni siquiera la conozco. Bueno la he visto en clase y me habló una vez en la fiesta a la que fuimos en casa de Vincent —¿Qué? me pongo en alerta— pero ni siquiera entendí lo que me dijo, ella estaba...mmm ebria. —sonríe tímido.

—Eso me alegra. —la mirada de ambos se clava en mi— digo... ¿qué raro no?

Tayler sonríe.

—¿Estás seguro que te sientes bien? —dice aún preocupado.

—Si solecito, me siento mejor. —digo tranquilo.

—Eso me alegra —mira a Alexander.

—Oye, Alexander ¿Quieres acompañarme a casa de Jane más tarde?

—¿Estás loco? —reacciono sin querer, un poco exaltado y Alexander me mira un poco asustado.

—Debemos averiguar que tenía que decirle a Arath, sobre ti. —Tayler me ignora y mira a Alexander sobre mi cabeza—. Dudo que venga a clases. Ayer tampoco lo hizo.

—¡¿Pretenden ir sin mí?!

Ambos me miran y siguen ignorándome.

—Está bien, luego de dejar a Arath en su casa iremos. —finalmente acepta Lex.

—¿Disculpa? —Frunzo el ceño, muy molesto— ¡Ay mierda! —grito, e inmediatamente me duele la ceja.

—¡¿Estás bien?! —Ambos se asustan y se giran a verme.

—ARI —grita Alexander. Asustado. Y veo el horror en la cara de Tayler.

Mi sol, se acuclilla frente a mí y me ordena.

—¡Sube! —miro a Alexander, quien está acercando su mano a mi rostro y me le adelanto. Toco mi ceja y está sangrando.

—Pero-

—¡Sube de una vez Arath! —me regaña Alexander y le hago caso en el acto.

Tayler corre atravesando todos los pasillos y finalmente me baja cuando llegamos a la enfermería. No hay nadie, porque aún es temprano y la hora de llegada del personal médico es media hora más tarde. Pero veo correr a Lex, hacia un estante y tomar un botiquín de primeros auxilios. Me pide sentarme en la camilla y ante el asombro de Tayler y mío, con mucho cuidado y toda la seriedad del caso —incluso usando guantes de látex quirúrgicos—. Levanta la gasa que cubre los puntos de mi ceja y procede a desinfectar el área y curarme.

—No se ha soltado ningún punto —dice tranquilamente, mientras vuelve a cubrir el área con una pequeña gasa. Tayler y yo, seguimos en completo silencio— Listo, dice finalmente, desechando los guantes.

—¿No estudiarás Física? —pregunto confundido.

—Medicina —dice sonriendo.

—¿Y por qué no estás en el área de ciencias médicas? Te habrías evitado tantos problemas. —cuestiona Tayler y tiene razón. De estar en esa área, Alexander nunca habría sufrido el acoso de los estúpidos deportistas. Los del área médica, son más normalitos... Todos nerds, sin ofender.

—Aún no se lo había dicho a mi padre, apenas hace unos días me atreví a comentárselo.

—¿Y qué te dijo? —pregunto ansioso.

—Él dijo: "Lawan está siendo una buena influencia para ti, Alexander. Me alegro" y despeinó mi cabello con cariño. Incluso sonrió.

—¿A tu padre le gusta la tía Lala? —Se atrevió a preguntar Tayler.

—¡¿QUEEEE?! ¡NO! ¡IMPOSIBLE! —Me sobresalté y comencé a caminar fuera de la enfermería.

—¡ARI! —me gritaron mis dos amigos, horrorizados. Y me detuve en seco, sabiendo el porqué de su espanto. Me giro y vuelvo hacia ellos para mostrarles la herida.

—Todo Okey —digo sonriendo—. Serás un excelente doctor, Alexander.

—Gracias —me dice sonriendo tímido y un adorable sonrojo se extiende por sus mejillas. Me quedo mirándolo como un tonto, aguantándome las ganas de agarrárselas y pellizcarlas.

—Ten —me dice Tayler entregándome una paleta que tomó del escritorio de la enfermera— Por ser un niño valiente.

—Mi mamá me da un besito —digo haciendo un tierno puchero y batiendo las pestañas.

Entonces ambos se acercan al mismo tiempo y un cálido beso en cada una de mis mejillas, aterriza por parte de mis dos chicos.

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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