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Sábado 19 de Septiembre 2015.

Ubicación: Hospital Angeles, Culiacán, Sinaloa, México.


5:30 PM



Alessandra POV:


Suspiré exhausta, sin duda alguna traer vida el mundo era una experiencia inigualable, pero terminábamos todos demasiado cansados, luego de felicitar a la nueva madre, salí del quirófano, me quite los guantes y el cubre bocas que portaba para depositarlos en el cesto de basura.

Mire mi uniforme dándome cuenta que debía cambiarlo, no podía andar por el hospital con la sangre encima, lave mis manos en el cuarto pre-operatorio, y salí de ahí, tome rumbo hacia los vestidores pero en el camino Lu me interceptó.

- Doctora Anaya, surgió una emergencia en la sala de urgencias, podría usted...- no deje que terminara.

- Claro vamos. 

Me brindo una nueva casaca completamente limpia, la sustituí la sucia con esta aprovechando que tenía una camisa de algodón debajo, Lu tomo la sucia y me comento que se encargaría de llevarla a la lavandería.

Al poco tiempo llegamos, para mi buena suerte Maximiliano ya se encontraba ahí comenzando a atender al paciente.

- ¿Qué tenemos?. - cuestione acercándome a la camilla que transportaban a una habitación.

- Pediátrico de 8 años, ingerio un alimento a base de frutos rojos, según la madre es alérgico a las frambuesas, el pequeño es asmático.

- Necesitamos actuar antes de que se agravien los broncoespasmos, Lu por favor canalízalo, Max retira sus ropas por si necesitamos RCP, a trabajar.

Me acerqué al menor para hacer una evaluación rápida, sus párpados y labios ya se encontraban hinchados y su rostro comenzaba a ponerse levemente pálido gracias a la falta de aire, fue ahí donde caí en cuenta de lo que pasaba.

- Anafilaxia. - solté.

- Entendido. - mi amigo respondió.

El pequeño comenzó a tener espasmos sobresalientes en su pecho, sus pulmones estaban comenzando a colapsar, Max acercó el aparato de reanimación cardiaca por si lo necesitábamos, mientras el hacía eso yo prepara una inyección de adrenalina con dosis media, al ser un niño no podíamos abusar.

Cuando Lu terminó de canalizarlo, me acerqué al suero e introduje la aguja en el catéter comenzando a presionar de poco, mire al menor, su pecho comenzaba a calmarse, lo estábamos logrando, pero aún teníamos que contrarrestar el shock alérgico, le pedí a Lu una inyección con Dexametasona.

De nuevo la introduje en el catéter y levemente expulsé el contenido en la intravenosa, el niño poco a poco respiraba mejor, su pulso comenzó a normalizarse y sus signos se estabilizaron, Maximiliano y yo nos miramos con una sonrisa.

- Buen trabajo doctores. - soltó Lu.

- Gracias suprema jefa de enfermeras. - Max le dijo mientras le hacía una reverencia.

- Lu por favor ve por sus padres a la recepción de urgencias diles que está fuera de peligro y explícales la situación, en un rato regresamos para hacer de nuevo chequeo.

Ella asintió, salimos de ahí los tres juntos pero con rumbos distintos.

- ¿Ya cenaste?. - me miro.

- No he tenido tiempo ni siquiera de comer. - reí.

- ¿Qué te parece si vamos por un suculento sándwich y una leche con chocolate al comedor?.

- Nos estamos tardando. - reímos.

Íbamos a emprender camino hacia el comedor pero los parlantes nos interrumpieron.

- Maximiliano Saenz Rivera y Alessandra Ochoa Anaya, se les solicita en el despacho del Director Montes. - ambos nos miramos.

- Creo que la comida tendrá que esperar. - asentí y giramos en sentido contrario para llegar al despacho.

Al llegar ahí esperamos cinco minutos a que el Doctor Montes se desocupara, hace dos semanas lo habían ascendido a director general del hospital, algo que me alegro mucho, el era de los mejores profesionistas en este campo, su secretaria nos hizo pasar, Max me permitió entrar primero y el me siguió cerrando la puerta a su paso.

- Buenas noches muchachos. - soltó Montes.

- Buenas noches Doctor. - respondimos mi amigo y yo.

- Que son esas formalidades, les he pedido por todos los medios posibles que solo me llamen Alberto. - los tres reímos.

- Si es así, ¿Para que nos llamabas Alberto?. - mire a Max sorprendida.

- Quería comentarles que he estado observándoles, sin duda alguna son un equipo excelente, son de los mejores doctores que tengo a pesar de que apenas hayan concluido sus estudios.

- Es un honor escuchar eso de usted. - le comenté.

- El honor es mío al tener los mejores residentes de México. - Max y yo nos miramos, no creíamos que fuera posible.

- Bienvenidos a su residencia médica. - Alberto nos tendió un sobre a cada uno. 

Al tomarlo mis manos comenzaron a temblar, lo abrí y saqué las hojas que este contenía, una de ellas era el oficio donde me expresaban que había pasado de manera satisfactoria mi prueba ENARM, la otra era mi carta de aceptación para comenzar mi residencia de especialización en medicina interna, el caso de Max era el mismo.

- ¿Jura que esto no es una broma?. - exclamó Max.

- Claro que no. - el doctor Montes río. - Los felicito chicos, fueron aceptados, para su buena suerte contamos con ese programa en este hospital, y aún mejor, estarán bajo mi tutela de nuevo.

Max y yo no abrazamos al instante, esto era una gran oportunidad para los dos, nos había costado días y noches enteras de desvelos para estudiar, pero lo habíamos logrado.

- Gracias de verdad Doctor Montes. - exclame.

- A mi no tienen nada que agradecerme muchachos, todo esto es la prueba del gran esfuerzo que ustedes hacen, también les tengo otra noticia. - sonrió y tomó dos folletos de su escritorio. - Primero tú. - tome el que me tendió.

Note que era un folleto sobre el ENDO 2015, este era un evento académico organizado cada año por la Endocrine Society, el papel hablaba sobre el congreso que se llevaría acabo junto con dicho evento, la fecha de realización era del veinticuatro al veintiséis de septiembre.

- ¿Esto porque?. - no entendí que era lo que me trataba de decir al dármelo.

- Seré sincero, tengo unos cuantos contactos en la Universidad de Washington en Seattle y me tome la libertad de mandarles tu proyecto de residencias, logré conseguir que tuvieras un espacio para dar una ponencia en el congreso.

- ¿Está seguro de esto?. - me encontraba demasiado impresionada, al parecer Max y Montes lo notaron porque rieron de mi expresión.

- Claro que si Anaya, desde que pusiste un pie aquí me dejaste claras tus intenciones acerca de ser la mejor endocrinóloga de México, estoy seguro que esto te ayudará mucho y te abrirá demasiadas puertas en un futuro.

No podía creerlo, tendría mi propia ponencia en un congreso tan importante como el ENDO, esto parecía un sueño.

- Ahora tú Maximiliano. - le tendió el folleto sobrante a mi amigo que comenzó a leer el papel. - La Doctora Vega también se tomó la libertad de enviar tu proyecto pero a la sociedad americana de hematologías, tu investigación acerca de las enfermedades de depósito lisosomal los dejo impresionados, así que también te otorgaron una ponencia en su congreso donde estarán presentes miembros de la sociedad española de hematología y hemoterapia, esto te podría catapultar a cambiar tu residencias a España tío. - menciono con un intento de acento español que causó una risa en mi.

- Necesito que me pellizques en este momento. - suplicó Max causando que estalláramos en carcajadas.

- No encontramos las palabras para agradecerle. - mencione.

- Agradézcanme perfeccionando sus investigaciones en los pocos días que les quedan antes de sus ponencias, como ambos congresos tienen la misma fecha la Doctora Vega acompañará a Maximiliano y yo iré contigo Alessandra, ¿Estamos claros?. - ambos asentimos. - Bien, eso es todo por ahora, mañana a primera hora tendrán los itinerarios en sus bandejas de correo electrónico, pueden irse.

Nos despedimos de Alberto y salimos de su despacho, una vez afuera Maximiliano y yo nos miramos, sin esperar nada nos abrazamos y gritamos como unos locos, no podíamos estar felices, por fin después de tantos tormentos, comenzaba a salir la luz sobre nosotros.




 Jueves 24 de Septiembre 2015.

Ubicación: Aeropuerto Internacional de Culiacán




 12:25 PM



Estaba impaciente, el vuelo se había atrasado dos horas y eso estaba mal, aunque mi ponencia sería hasta el día de mañana entonces no habría tanto problema, pero sumándole el hecho de que no viajaría acompañada era poco favorable, siempre me llenaban de nervios los aviones, más aparte las escalas no eran precisamente de mi agrado y por fuerza teníamos que hacer una en la Ciudad de Guadalajara.

El Doctor Montes tuvo que viajar desde hace dos días, el que era uno de los invitados importantes a la inauguración del ENDO entonces tenía que afrentar esto sola, sentí que mi móvil vibró y leí la notificación en este.

"Acabo de llegar a New York, esto es de locos, de verdad pellízcame virtualmente 🤣.
En cuanto llegues a California avísame, mucha suerte en el viaje engendro."

El mensaje de Max logró sacarme una carcajada.

" Pasajeros del vuelo 1803-B con destino al Aeropuerto Internacional de Los Ángeles, favor de comenzar a abordar por la puerta 8, pasajeros del vuelo 1803-B abordar por puerta 8."

En cuanto la voz dejo de sonar por los parlantes me puse de pie, tome mi bolso y la maleta que llevaba conmigo, mire los letreros y me dirigí hacia la puerta ocho, afortunadamente la fila no era prominente, logre abordar de forma inmediata después de dejar mi equipaje.

Pase por el control y sellaron mi tarjeta de abordaje, la chica me dio la bienvenida y me dejo pasar hacia el túnel que me llevaría al avión, cuando ingrese al avión, la azafata muy amablemente me indicó mi asiento, le agradecí y sin reproche me dirigí a este, por fortuna me había tocado en la ventanilla.

Los pasajeros restantes no tardaron en llenar su lugares correspondientes, me sorprendí al notar que nadie se había sentado a mi lado, pero a la vez era un alivio, el piloto nos pidió que colocáramos nuestros cinturones, la azafata comenzó a darnos las típicas medidas de seguridad, después de terminar el avión se puso en marcha, solo esperaba que esto no resultara eterno.



Ubicación: Aeropuerto Internacional de Guadalajara Miguel Hidalgo y Costilla.



01:01 PM 



En cuanto aterrizó el avión, no pude aguantar más, desabroche mi cinturón y me dirigí hacia el pequeño sanitario, cerré la puerta tras de mi sin olvidar colocarle seguro, hice mis necesidades y una vez que termine deje limpio, lave mis manos y las seque con una de las pequeñas toallas de papel que estaban ahí.

Acomode levemente mi cabello y sin más salí, al regresar a mi lugar tome asiento, decidí quitarme la chaqueta de mezclilla que portaba, comenzaba a sentir un poco más de calor, la dejé sobre mis muslos y saqué mi móvil, revise un poco mis redes sociales, tenía mucho que no accedía a estas, encontré varías fotografías de Mar, mi amiga la estaba rompiendo en grande en Monterrey, ella decidió seguir sus estudios en esa ciudad, nos dolió demasiado despedirnos pero todo era por nuestro futuro.

Recordé que no había avisado a mis padres cómo iba así que me concentre en escribir un mensaje para informarles que me encontraba en Guadalajara, estaba concentrada en mi móvil, salí levemente de mi trance cuando sentí movimiento a mi lado, mire de reojo y alguien había ocupado el asiento vacío junto a mi, era un chico, quería seguir escribiendo el mensaje pero al parecer alguien no entendía el concepto de indiscreción, le agradaba que todos se enteraran de lo que hablaba, me dediqué a que esperar que terminara su llamada y solo decidí mirar por la ventanilla.

- ¡Claro que si hombre! . - rio. - Esto se atraso levemente pero llegaré a tiempo, eso no lo dudes. - pausó esperando respuesta del otro lado, al menos eso creo. - Vale, nos vemos ahí en unas horas, chao. - cuando note que terminaba la llamada retomé lo mío.

"Papi estoy justamente en Guadalajara, los pasajeros ya casi terminan de abordar, te aviso en cuanto llegue a California, los amo ❤️."

Se envió el mensaje, guarde mi celular, abroche de nuevo mi cinturón y decidí cerrar los ojos, esperaba que el resto del viaje se pasara rápido.



Ubicación: Aeropuerto Internacional de Los Angeles LAX.



05:30 PM 


Comencé a reaccionar al sentir un leve movimiento en mi hombro, conforme mis sentidos despertaban un aroma agradable se encargó de inundar mis fosas nasales, sentí una presión sobre mi mejilla, eso logró sobre saltarme y abrí mis ojos sin pensarlo, aunque deseaba no haberlo hecho, mi cabeza se encontraba recostada sobre el hombro del chico que viajo a mi lado, al instante que lo capte me levante sintiendo como mis mejillas ardían por la pena.

- Disculpa que te despertara pero acabamos de aterrizar. - el sonrió.

- Muchas gracias, y disculpa por quedarme dormida sobre tu hombro. - mencione mientras miraba mis manos.

- No te preocupes, suele pasar. - levantó sus hombros desinteresado, desabrochó su cinturón, tomó sus pertenencias y se puso de pie. - Que estés bien.

Le hice un asentimiento con mi cabeza en señal de despedida, mientras veía como desaparecía hacia el exterior del avión, suspiré, esto no podía ser más vergonzoso, desabroché mi cinturón, tome la chaqueta de mis piernas y puse mi bolso en mi brazo, salí hacia el pasillo y comencé a caminar directo a la salida del avión, por fin estaba en California, luego de tomar mi equipaje me dirigí hacia la sala de llegadas donde el doctor Montes ya se encontraba esperándome.

- ¿Cómo estuvo el vuelo Anaya?. - preguntó mientras tomaba mi maleta y caminaba hacia la salida.

- Pesado. - ambos reímos. - Pero todo vale la pena con tal de estar aquí.

- Esa es la actitud, vayamos al auto que una gran noche nos espera. - solo asentí y comencé a seguirlo. 

En un par de minutos llegamos a una camioneta, el chofer se encargó de subir mi equipaje mientras nosotros entramos al asiento trasero, emprendimos el camino hacia Anaheim, duramos alrededor de cuarenta y cinco minutos en llegar hacia el Anaheim Marriott, el chofer paró justo en la entrada, bajo mi maleta, yo solo le agradecí, Alberto le indicó algo y el simplemente asintió retirándose de ahí.

Alberto me indicó que ya tenía listas las llaves de mi habitación, fuimos directo hacia los ascensores, dentro de este me explico que el día de mañana las exposiciones comenzaban a las nueve y media de la mañana, estás durarían cinco horas, después tendríamos un momento para comer, posteriormente a las cinco y media comenzarían las ponencias, yo sería la primera, esa idea rondó mi cabeza hasta que estuve dentro de la habitación.

- ¿Está todo claro?. - soltó Alberto cuando dejó la tarjeta de mi habitación sobre la mesa de la pequeña sala que se encontraba en esta.

- ¿De verdad tengo que ser la primera?. - cuestione con nerviosismo, el se acercó a mi y apretó mi hombro.

- Debes de sentirte afortunada al ser la primera, las ponencias son de las cosas más pesadas de los congresos, por experiencia te digo que los que primero se presentan son los que de verdad tienen futuro.

- ¿Me lo dice enserio?. - lo mire.

- Claro que si, la asamblea es la que decide quién participa y quien no, al igual que el orden, créeme cuando te digo que están demasiado interesados en tu trabajo. - sonreí al escuchar sus palabras.

- Gracias por todo el apoyo doctor Montes.

- ¿Regresamos a lo mismo?. - me miro mientras alzaba una ceja.

- Discúlpame Alberto. - ambos reímos.

- Te dejo descansar un rato, dentro de unas horas te paso a buscar, tenemos una cena muy importante a la cual asistir.

- ¿Es muy necesario que yo vaya?. La verdad me encuentro exhausta, y quisiera revisar que esta todo en perfectas condiciones, así como repasar un poco más.

- Supuse que me dirías eso, te excusare con la asamblea, y en un rato pediré que te suban la cena, nos vemos mañana Anaya, no llegues tarde a tu gran día.

Yo asentí, el salió de la habitación y cerró la puerta, en cuanto estuve sola comencé a desempacar mis documentos, encendí mi laptop y abrí la presentación, para este momento me la sabia al derecho y revés, pero un repaso más no pasaba nada.



10:30 PM 


Termine de cepillar mis dientes, seque mi rostro con la pequeña toalla del tocador, y salí del baño apagando la luz tras de mi, levante las sabanas y me metía bajo estas, la habitación que me habían asignado era demasiado grande para mi gusto pero que podía hacer, apague todas las luces y me decidí a mirar el gran ventanal que estaba frente a mi, este me daba la vista perfecta hacia el resto del hotel y alguna que otra construcción de la ciudad.

Suspiré, al cerrar los ojos miles de pensamientos llegaron a mi cabeza, entre ellos su recuerdo, la presión en mi pecho comenzaba a hacerse presente como todas las noches desde que se fue, no pasó ni un minuto cuando ya sentía mis mejillas húmedas por las lágrimas que corrían como si de un río se tratara, sin más seguí sollozando, sin perder la costumbre de llorar hasta poder quedarme dormida.




 Viernes 25 de Septiembre 2015.

Ubicación: Anaheim, California, Estados Unidos.



3:15 PM


Me mire de nuevo en el espejo, parecía toda una profesional que sabía lo que hacía pero en realidad mi mente estaba en blanco y mis nervios a tope, deje de mirarme y camine a la cama, tome el blazer azul marino, me lo coloqué y regrese de nuevo al espejo.

El vestido blanco que se ajustaba a mi cuerpo había sido una buena elección para combinar, tome el rizador y comencé a hacer pequeñas ondas en mi cabello, al terminar simplemente me agregue un maquillaje básico, agregué un poco de sobra color nude en mis párpados, apliqué la típica línea negra, rice las pestañas para colocarles rímel, tome un poco de blush, lo coloqué en mis mejillas, apliqué un poco de iluminador en mis pómulos y para finalizar agregué labial rosa palo a mi boca.

Me dirigí hacia mi maleta, saqué de ahí el pequeño cofre con accesorios que había traído, tome un reloj plateado con leves detalles en oro rosado, lo puse en mi muñeca izquierda, al igual que un par de anillos, también tome un pequeño cinturón que constaba de una placa plateada en el frente y la correa era blanca, sin más lo coloqué en mi cintura, era el toque que faltaba.

Estaba dispuesta a tomar mis cosas para salir rumbo a la sala de conferencias del hotel, pero un llamado a la puerta me interrumpió, me acerqué a esta y abrí, era una chica que portaba el uniforme del hotel.

- Good afternoon miss Anaya, someone has left this at the reception desk for you. (Buenas tardes señorita Anaya, han dejado esto en la recepción para usted). - terminó sonriendo.

- Thank you. (Muchas gracias). - tome la pequeña caja que me tendió.

- You're welcome, have a nice day. (No es nada, que tenga un buen día). - solo asentí y cerré la puerta.

Observe la caja detenidamente pensando en quien podría ser, quite el liston que la rodeaba y la abrí, dentro de ella había una caja aún más pequeña y una hoja, decidí tomar primero la hoja, que al parecer era una nota.

"Mucha suerte el día de hoy señorita Ale, yo se que no la ocupa veda', pero nunca está de más, le mando este detalle pa'que se sienta bien protegida cuando le toque demostrarle a esos doctores alzados que uste' es la mera perrona.
Con cariño su amigo el Mayel."

Sonreí al terminar de leerla, le estaría agradecida eternamente por esto, lo más seguro es que aunque no me diera cuenta el había viajado hasta aquí para cuidarme, consideraba a Mayel un buen amigo, aunque desde hace mucho no tenía contacto con el ni siquiera habíamos cruzado palabras, siempre lo veía fuera de mi casa pero solo me limitaba a saludarlo con la mano.

Deje el papel en la pequeña mesa de la sala y con cuidado abrí la caja, pude sentir como mis ojos se cristalizaron levemente, la pequeña caja contenía una cadena de plata con un colgante de la virgen de Guadalupe del mismo material, la saqué de ahí para admirarla mejor, estaba preciosa, no lo pensé y la coloqué en mi cuello.

Era justo lo que me faltaba, antes de que otra situación se presentara tome el bolso que llevaría, introduje en este mi laptop con su cargador, las carpetas que repartiría a la asamblea, mis anotaciones, mi móvil y el pequeño bolso del maquillaje por cualquier cosa, salí de la habitación y tome rumbo a los elevadores, me introduje en uno y presioné el botón que me llevaría al primer piso, ya era hora.




 5:30 PM 



Me encontraba a un costado del pequeño escenario que habían instalado en la sala de conferencias, el director del ENDO se encontraba sobre este dando una pequeña introducción acerca de lo que pasaría, luego me cedería el micrófono y comenzaría con lo mío, mis manos temblaban levemente, debía calmar mis nervios o lo arruinaría todo.

Nunca pensé que la asamblea estaría conformada por tantas personas, en un momento mis ojos se encontraron con los del doctor Montes, el me sonrió y alzo sus pulgares para darme ánimos, yo le correspondí con una sonrisa, suspiré cuando entendí que ya era mi turno.

- Representing the University of Washington, please welcome miss Alessandra Ochoa. (En representación de la Universidad de Washington, recibamos a la señorita Alessandra Ochoa). - esbocé una sonrisa en mi rostro y comencé a subir los pequeños escalones. - She brings us her work "Inaccurate Hemoglobin A1C in a transman patient with diabetes: implications for treatment and surveillance". (Ella nos presentará su trabajo "Hemoglobina A1C inexacta en un paciente con diabetes, policitemia y niveles suprafisiológicos de testosterona endógena: implicaciones para el tratamiento y la vigilancia").

Sin más el director me cedió el micrófono y me dejo sobre el escenario no sin antes desearme suerte, cosa que le agradecí, la presentación que había preparado apareció por el proyector, en ese instante sentí todas las miradas sobre mi, respire profundo y comencé.

- Good afternoon everybody, my name is Alessandra Ochoa and I'm here to talk about a very important situation like Inaccurate Hemoglobin A1C. (Buenas tardes a todos, mi nombre es Alessandra Ochoa, estoy aquí para hablar sobre un tema muy importante como lo es los niveles inexactos de hemoglobina A1C). - pause por un momento, sentí una mirada demasiado insistente sobre mi pero no podía identificarla. - Everybody in this room knows how dangerous is an inaccurate level of hemoglobin, but, has anyone wondered how can this affect a transman patient with diabetes?. (Todos en esta habitación sabemos lo peligroso que puede ser un nivel inexacto de hemoglobina, pero, ¿Alguno de ustedes se había preguntado antes como puede afectar esto a un hombre transgénero con diabetes?). - todos los presentes negaron haciéndome sonreír. - Well, this is your lucky day, cause' I will explain it to you. (Bueno, este es su día de suerte, porque afortunadamente yo explicaré esto para ustedes). - varias risas se escucharon en el lugar, tome el apuntador y señalé la primera diapositiva. - Can someone please explain us a bit what diabetes is?. (¿Alguien podría explicarnos un poco que es la diabetes?). - unos cuantos miembros de la asamblea levantaron la mano.

No esperaba esta respuesta de su parte, pero cada vez comenzaba a emocionarme más, logrando olvidar mis nervios y dándole paso a mi seguridad.



7:30 PM 



- If nobody has anymore questions, that's all from me, I hope you liked my work, and of course any contribution or suggestion is welcome, thanks for your attention. (Si nadie tiene preguntas, esto sería todo de mi parte. Espero que les agradara mi trabajo, y por su puesto cualquier contribución o sugerencia es bienvenida, muchas gracias por su atención).

En cuanto termine de hablar la asamblea se puso de pie, el lugar se comenzó a llenar de aplausos logrando que mi emoción llegara al tope, baje del estrado, varios doctores y doctoras se acercaron a felicitarme y darme algunas recomendaciones para me investigación que acepté encantada.

Varía de la prensa que se encontraba ahí se acercó a mi y me pidió fotografías, una de ellas fue con Michael Sitters, el director del ENDO, este me felicitó por mi excelente trabajo y me aseguro que el próximo año tenía la invitación extendida para regresar con mi investigación concluida, cosa que agradecí.

Antes de que las personas comenzaran a dispersarse una chica aviso por el micrófono que abría un pequeño cocktail en el salón de al lado de la sala, la gente comenzó a dirigirse ahí, recogí todas mis cosas y tome rumbo hacia allí, en cuanto entre varios compañeros me pidieron fotografías, y alguna forma de mantenerse en contacto conmigo para hacer colaboración entre nuestros proyectos, les di mi email y después capturamos el momento, en cuanto me separe de ellos pude divisar al doctor Montes platicando con un hombre, Alberto al instante que me vio se acercó a mi.

- Aquí esta mi residente favorita. ¡Muchas felicidades Anaya!. - me estrechó en un abrazo que correspondí, después de unos minutos nos separamos. - Hiciste un excelente trabajo, estoy muy orgulloso de ti, sin duda alguna acerté al momento de mandar tu proyecto.

- Muchas gracias Alberto. - sonreí.

- No tienes que agradecer hija, todo el equipo del hospital estuvo pendiente de tu ponencia mediante una videoconferencia, te mandan una gran felicitación y esperan tu regreso para festejar. - me sorprendió, no sabía que lo transmitirían en vivo.

- No se ni que decir, no esperaba todo esto. - ambos reímos.

- Tenías el panorama más negativo frente a ti desde que te comuniqué esto pero todo fue un éxito, por cierto quiero presentarte a alguien vamos. - tomo mi brazo con delicadeza y me llevo hacia donde el se encontraba hace unos momentos.

El hombre con el que Montes estaba antes al sentir nuestra presencia nos miró con una sonrisa, había algo en el que se me hacía familiar pero no sabía de donde.

- Ahora que todo esto se a tranquilizado déjenme presentarlos. - Montes me miro a mi. - Anaya, el Doctor Leonardo de la Madrid. - el extendió su mano así a mi y yo la apreté en un saludo.

- Nice to meet you. (Gusto en conocerte). - el anterior mencionado me interrumpió.

- Dejemos las formalidades del inglés y usemos el español. - los tres reímos. - Y claro, tú eres Alessandra Ochoa Anaya, por fin tengo el placer de conocerte, Alberto no deja de hablar ni un segundo de ti. - los tres reímos.

- Y como hacerlo, si es un honor que una doctora tan preparada sea parte de mi equipo. - el doctor Montes iba a continuar hablando pero su móvil sonó. - Disculpen, atiendo esto y regreso. - ambos asentimos.

- Debo decirte que es un placer por fin conocer a tal eminencia. - ambos reímos.

- Soy todo menos eminencia.

- Respecto a lo que vi en tu trabajo sinceramente es brillante, nunca me hubiera imaginado todos los efectos que podría causar un descontrol en la hemoglobina para este tipo de pacientes.

- Me lo imagino, todos me juzgaban cuando mi proyecto lo quería enfocar a esa rama de la sociedad, pero la realidad es que no muchas personas del área de salud se enfocan en ese tipo de pacientes. - sonrió.

- Bueno, eres una eminencia en ponencias, y también manejas muy bien el dormir en hombros ajenos, debes tener muchos otros talentos. - el rio levemente.

Su comentario logró que hiciera un click en mi cabeza, ahora entendía porque me resultaba familiar, al instante mis mejillas comenzaron a arder y el impulso de salir corriendo entró en mi, lo único que podía pensar era "trágame tierra el chico del avión está aquí".

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