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•17 de Noviembre 2015

• Ubicación: Rancho Tres Joaquín Guzmán, La Tuna, Badiraguato, Sinaloa, México.



Ovidio POV:

 9:30 PM 


La Caro y yo acabamos de llegar al rancho de mi jefe, la plebe estaba viviendo en mi rancho desde que se separó de Iván, por mi no había pedo, me caía al cien y verla todos los días era como tener a mi chula cerca.

Sabía que ella no quería ver a Archivaldo, pero no podía dejarla sola en mi propiedad, eso sería exponerla a que en cualquier rato los de el ancla le cayeran, y ella sola en su estado no iba a poder hacer mucho.

Baje de la camioneta en chinga, le di unas indicaciones a Uriel pa' que organizara a mis muchachos que estuvieran bien al tiro con las guardias, Caro llegó a mi lado y caminamos hacia la propiedad, la puerta de entrada estaba abierta, sin problema ingrese a la vivienda de mi apa'.

Escuche como la televisión de la sala estaba prendida, fui directo hacia ahí, cuando llegue en los sillones estaban sentados Alejandrina, Emma, Alfredo, Griselda, mi padrino Mayo y mi ama', mi jefe estaba en una esquina hablando por el radio.

- ¡Quiubo' familia!. - solté al entrar.

- Cabron muchacho. - mi ma' se puso al instante de pie y me abrazo. - ¿Estas bien mijo?. ¿Te hicieron algo?.

- Estoy bien ama'. - la rodé con mis brazos y dejé un beso en su cabello.

- No me vuelvas a hacer eso Ovidio, ya fue suficiente con lo de Edgar como para que también te pase algo a ti. - esas palabras las mencionó solo para que yo la escuchara.

Sabía que a pesar de los años mi jefa seguía afectada por lo qué pasó con Edgar, y como no, mi carnal era un alma de Dios, siempre que lo necesitábamos ahí estaba, era el que mantenía a flote nuestra familia, pero desgraciadamente tuvo que pagar cuentas que a él no le tocaban.

- Le prometo que no vuelve a repetirse mi viejita chula. - le brinde una sonrisa pa' tranquilizarla, al parecer funcionó.

- Ya te habías tardado cabron. - me separé de mi jefa ante las palabras de mi apa'.

- Usted disculpara apa', pero tenía que pasar por fuerza a mi rancho, y también traer a la Caro conmigo. - esta última estaba tras de mi.

- Así me gusta mijo, que piense en todo, pásele mija, está en su casa. - mi jefe se acercó a Carolina y la hizo unirse a la conversación.

- Gracias Don Joaquín. - sonrió la morena.

- ¿Cómo va el nieto?. - mi jefe se acercó a ella y toco su vientre con cautela, aunque aún no estaba nada pronunciado.

- Todo de maravilla.

- Esperemos que sea una niña. - mencionó Griselda. - Porque ya estoy hasta la madre de tanto pendejo.

- Niña, no hables así. - mi ama' regaño a mi carnala.

- Ande. - soltó Alfredo.

- Ay ya vas a empezar a chingar. - le respondió Griselda.

- No empiecen su desmadre y mejor vamos al comedor para cenar que ya hace hambre. - sentenció mi padrino Mayo.

Todos los presentes apoyamos su idea y comenzamos a caminar hacia el lugar, cuando llegamos, tome asiento entre Alfredo y Alejandrina, todos los demás terminaron de tomar sus lugares y mi jefe comenzó a hablar.

- Yo se que la mayoría de los presentes no están de acuerdo con esto. - miro a mi ama' refiriéndose al encierro. - Pero es necesario  porque la situación se va a poner caliente gracias al desmadre de cierta persona. - todos me miraron y yo sonreí mientras con mi mano derecha les hacía la señal de amor y paz.

- Ay Ovidio que bárbaro ni esto te tomas enserio. - replicó mi ama'.

- No hay necesidad de hacerla tanto de pedo ama', ya todos sabemos como se nos dejan ir en cuanto tienen alguna señal de nosotros, nomas' hay que hacerle caso a mi apa', encerrarnos y se acaba el asunto. - me recargue por completo en el respaldo de la silla.

- En eso tu hijo tiene razón Griselda, aplicando la encerrona ya no hay pista que nos sigan.

- Ustedes lo ven muy fácil porque no tienen una vida fuera de todo este teatro. - agregó Alejandrina.

- Uy, hablo la correcta. - atacó mi carnala Griselda.

Cuando Alejandrina iba a responder una voz a la entrada del comedor nos interrumpió.

- ¿Hasta cuando se les va a quitar la costumbre de comenzar sin mi chinga'?. - rodé los ojos ante las palabras de Archivaldo.

Lo mire y no venía solo, me tensé al notar la presencia de la mujer que lo acompañaba.
Mi carnal la abrazaba por la cintura, y ella feliz le correspondía el acto, detrás de ellos se encontraba Serafín, quien al instante se acercó con mi padrino.

- Démosle la bienvenida al mejor marido de el año. - dije con el afán de calmar mis nervios.

- Te agradezco tan cordial recibimiento pendejo del año. - atacó Iván.

- Ay por favor tu cállate a ti no te sale. - le respondió Alfredo logrando que riéramos Serafín y yo.

- Pin pong y no hay reta Alfredillo.

- Este vato despertó muy cómico hoy. - le dije a Alfredo quien solo asintió.

- Apa' ahi esta su pinche encargo, pa' la otra que se traiga su chofer personal porque no voy a volver a perder el tiempo en pendejadas como esas. - Serafín dejó las llaves de una troca en las manos de mi padrino, tomó una de las sillas libres para acercarla a donde estábamos Alfredo y yo.

- Eres un grosero cabron como hablas así. - el Mayo se puso de pie, se acercó a la mujer que seguía abrazada de mi carnal y que no me quitaba los ojos de encima. - ¿Cómo estuvo el viaje mi reina?. - le dio un corto abrazo.

- Todo perfecto como siempre padrino gracias, Iván se porto como todo un caballero conmigo. - ensanchó su sonrisa.

- Eso es normal, se le da chingon tratar bien a las pirujas, ¿O no mi Caro?. - comento Alejandrina mientras miraba sus uñas.

Pude escuchar una leve risa de la Caro, mire a Archivaldo y este se puso pálido, al parecer no había notado la presencia de su aún esposa, sin demora dejó de abrazar a la chica de su lado.

Comenzó a acercarse hacia Ana Carolina, cuando estaba a unos pasos de llegar Serafín se puso de pie y se plantó frente a él.

-¿Que dijimos la otra vez sobre acercársele o volverla a molestar?. - ambos estaban frente a frente, chale se iba a armar.

- Quítate. - Serafín no movió ni un músculo ante las palabras de Iván. - Con un carajo, te estoy diciendo que te abras a la chingada.

Serafín seguía sin moverse, Iván trató de rodearlo, pero mi compa fue más rápido, tomó su brazo y lo jalo para aventarlo hacia el lado contrario de donde estaba la Caro.

- No le juegues al vergas Ivansito, porque yo también se jugar y mucho mejor que tú. - Serafín colocó la mano sobre su pistola.

- Órale pendejo amonos' al jardín a aclarar todo. - soltó ante sus palabras mientras sacaba su pistola detrás de su cadera.

- Si así lo quieres arre.

Serafín iba directo hacia el ventanal del jardín pero las palabras de mi padrino lo detuvieron.

- Regrésate a tu pinché asiento Serafín Zambada Ortiz.

Mi compa al instante se dio media vuelta y tomó asiento a mi lado, a perro se había escamado por cómo le hablo mi padrino, quería cargarme de la risa pero esto suponía ser un tema serio así que no era el momento.

- Y tu Archivaldo, te lo voy a dejar bien claro. - mi jefe se acercó hacia Ivan. - Tienes prohibido acercarte a Ana Carolina, ella está aquí solo por su seguridad, porque desde que te metiste con otra vieja tú perdiste cualquier derecho sobre ella, ¿Me entendiste?. - mi carnal solo miraba a mi apa' con furia. - ¿Me entendiste?.

- Si, si entendí. - Iván regresó hacia la entrada de el comedor y tomó asiento en la silla libre junto a mi jefe.

- Disculpa el momento mija, venga pa'ca. - mi padrino tomó la mano de la mujer y le ayudó a ingresar al comedor.

Mientras caminaba hacia su asiento la observé con disimulo, o al menos eso creía, portaba un vestido de terciopelo negro corto, que se amoldaba a su silueta, su cintura era rodeada por un cinto que mostraba la hebilla de las famosas "GG", su rostro no había cambiado en lo absoluto y sus labios llevaban el rojo carmín de siempre.

Deje de mirarla cuando mis ojos se encontraron con los suyos, antes de que tomara asiento mi padrino volvió a hablar.

- Para los que no la conocen quiero presentarles rápidamente a mi sobrina chula Natalia Zambada Nieto.

Suspiré, yo sabia que ese nombre solo significaba una cosa, problemas.


・・・



•19 de Noviembre 2015• Ubicación: Rancho Tres Joaquín Guzmán, La Tuna, Badiraguato, Sinaloa, México.


Ovidio POV:

4:30 PM


Tan solo dos días habían pasado y ya me sentía de la chingada, estar encerrado no era de las cosas que más me gustaran pero debía aceptarlo por seguridad.

Pero no todos teníamos el mismo concepto de encerron, porque el pendejo de Iván se puso a organizar una fiesta, ahora, ya me encontraba bien entonado, cantando en conjunto con Alfredo uno de los corridos de mi apa' que era entonado por Enigma Norteño, estábamos tan agusto hasta que llegó Alejandrina a cagar el machete.

- Ustedes dos ya estuvo bueno, ¿No?. - nos quitó de las manos los vasos de bebida. - Miren nadamas como están, y yo creyendo que eran los de el sano juicio aquí.

- Ay hermanita no te amargues, tómate una con nosotros ándale. - Alfredo tomó un vaso para comenzar a prepararle una cuba.

- No me voy a tomar nada, ¿Qué no se dan cuenta del pinche teatrito de Iván?. - yo la mire seriamente. - Este cabron se trae algo entre manos.

- Si les soy sincero siento que este pendejo fue el encargado de todo el desvergue en casa del Robe. - confesé. - Era el único que aparte de nosotros sabía como iba a estar el pedo.

- ¿Apoco crees que este sea tan perro como para mandarte a la tira?. - pregunto el Alfredo.

Para este momento Alfredo, Alejandrina y yo nos encontrábamos mirando a Iván, el andaba muy feliz bailando con su jefa, hasta parecía que no se lo estaba llevando la chingada.

- Lo conocemos, y sabemos que es capaz de hacer cualquier pendejada cuando las cosas no le salen bien.

- Tenemos que escarbar más ese pedo carnales. - mencionó Alfredo. - Porque si ese wey fue el responsable de ese cagadero, no se la va a acabar cuando se entere mi apa'.

- César me comentó que hace unos días Iván fue a verlo. - me sorprendió el comentario de Alejandrina.

Cesar e Iván nunca se habían llevado bien, mucho menos después de que Cesar no quiso entrarle al negocio, cosa que a Iván nunca le pareció.

- No mames no te creo. - dijo Alfredo antes de darle un trago a su cuba.

- Lo estoy diciendo enserio. - afirmo mi carnala. - Iván fue a buscar a Cesar para que lo ayudara con sus negocios dejándole lavar una cantidad de dinero en la constructora.

- Este cabron ya no haya como salir de la mierda. - volvi a mirar a Iván. - ¿Y que le dijo el Cesarin?. - cuestione a Alejandrina.

- Se negó completamente, Iván le insistió un par de veces más pero no consiguió que cambiara de parecer.

- ¿Mi apa' está al tanto de eso?. - pregunto Alfredo.

- Si, el mismo Cesar se lo comunico.

- Se lo está cargando la chingada macizo, el otro día algunos de mis muchachos me pidieron que si no aceptaba a varios de sus compás en mis filas, y todos esos plebillos nuevos estaban antes con Iván.

- Si queremos investigar el pedo de la casa de el Robe, vamos a tener que hacerlo con cuidado, sin levantar sospechas para que este wey no se espere el golpe.

- Cuenten conmigo. - afirmó Alejandrina. - Iván me debe unas cuantas, y si de ponerle un estate quieto se trata, jalo.

- Ahí esta, después con más calma nos organizamos, pa' ver bien como vamos a comenzar la movida, y ni una palabra de esto a nadie, ¿Estamos claros?. - mis hermanos asintieron.

Después de platicar unos minutos más ambos se perdieron entre los presentes de la comida.

Yo me dediqué a quedarme en la barra, bebiendo hasta el cansancio.

Necesitaba olvidarme por unos momentos de el vacío que sentía en el pecho, gracias a la falta que me hacía mi chula y mi Alondrita.

El Mayel me había informado que la chula andaba bien, y por una parte me dejaba tranquilo, la que tenía pedos era Vanessa, esta cabrona andaba destrampada sin saber que hacer pa' mantener el huerco que esperaba, porque claro, Iván la había mandado a la chingada, y por su puesto de mi solo iba a recibir lo que para mi hija necesitaba, así que la debía mantener bien vigilada.

Por este día decidí olvidarme de todos los presentes y centrarme en disfrutar, llevando al tope mi capacidad para beber alcohol y esperando no terminar borracho hasta las trancas.

10:30 PM

Efectivamente me puse hasta el cielo de borracho, no sabía ni dónde chingados estaba, o que me pasaba, solo percibía como alguien rodeaba mi cintura y tomaba mi brazo.

En estos instantes lo único en lo que pensaba era en mi chula, como la extrañaba a esa condenada rejega, contaba los perros días para estar de regreso con ella, de un momento a otro me lanzaron sobre algo suave, con mis manos tenté la superficie, era mi cama, comencé a sentir como alguien me quitaba los zapatos para después quitarme la camisa.

- Ah chingado déjenme. - azote las manos de quien me tocaba y me acurruqué en la cama.

Escuche un par de murmullos lejanos y después solo sentí como me cubrían con las sábanas, en un par de segundos comencé a sentir los efectos de morreo sobre mi, comenzando a quedarme bien jeton, ya mañana me preocuparía por la resaca.


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