15
• Lunes 18 de Octubre 2015.
Ubicación: Rancho Ovidio Guzmán, La Tuna, Badiraguato, Sinaloa, México.
Alessandra POV:
2:45 PM
Llevaba ya tres días en la sierra con Ovidio, debía aceptar que estos días habían estado de lo mas tranquilos, por las mañanas el salía antes de que yo me despertara, siempre regresaba para la hora de la comida, así pasábamos toda la tarde juntos.
El se había encargado de explicarme en resumidas cuentas que era lo que hacía, casi no le ponía atención porque su trabajo no terminaba de agradarme pero bien dicen que cuando amas a alguien lo aceptas sin importar nada.
También se había tomado el tiempo de enseñarme a montar con sus caballos, y muy a mi pesar a disparar, yo le insistía en que no era necesario pero si yo soy terca el es el triple, termino obligándome porque según el nunca sabía cuando se me podía ofrecer.
Me encontraba organizando un poco el closet de la habitación que estaba ocupando, en los primeros días Mayel se encargo de comprarme ropa, zapatos y demás en exageración, según el, Ovidio se lo había ordenado para que yo tuviera que ponerme en estos días y siempre que regresara al rancho, por lo que aun no tenia todo fuera de las bolsas.
Comencé a doblar unas cuantas prendas que estaban fuera de lugar, sentí un hueco en mi estomago, tenia hambre, pero ya casi sería hora de que regresara Ovidio, lo esperaría para comer juntos, seguí en mi labor hasta que escuche la voz de Ovidio.
- ¿Mi chula anda usted acá?. - grito desde la habitación.
Iba a responderle pero una voz se escucho, supuse que era su radio, me limite a esperar que terminara de hablar.
- "Patrón tiene visita". - escuche como suspiro.
- ¿Quién chingados es Uriel?.
- "La señorita Vanessa patrón".
- ¿Sabes donde esta Alessandra?.
- "No patrón. Según yo estaba en la hacienda pero ahorita que hice el rondín note que faltaba la camioneta donde la transporta Mayel así que chance salieron juntos." - recordé que había mandado a Mayel al rancho de Iván para que buscara a mi hermana y le pidiera que viniera a desayunar mañana conmigo.
- Has pasar a la Vanessa por la puerta de atrás, tráemela hasta la habitación principal, y con discreción, no me vayas a salir con mamadas Urielito que te castro cabrón.
- "Enseguida patrón."
Un ligero enojo comenzó a crecer dentro de mi, no entendía para que venía Vanessa a visitar a Ovidio, mucho menos para que la hacía pasar tan misteriosamente, debía pensar las cosas, no atine mas que posicionarme con cautela detrás de la puerta del closet para así poder escuchar la conversación.
- Aquí esta patrón. - escuche la voz de Uriel.
- Ciérrame la puerta del cuarto y vete a la entrada por si llega mi mujer, no se como chingados le vas a hacer pero tienes que distraerla hasta que saque a esta de aquí. - no escuche respuesta solo el sonido de la puerta al cerrarse. - ¿Ahora a que chingados vienes?. ¿Dónde esta la niña?.
- ¿Así de seco me recibes corazón?. - asome mi cabeza con cautela, la muy arpía tenía los brazos enredados en el cuello de Ovidio, me fue inevitable sonreír cuando el la retiró.
- Déjate de mamadas, ¿Dónde dejaste a Alondra?. - el la miraba seriamente.
- Esta con mis padres, no te alteres. - Vanessa paso tras de el y tomo asiento en la cama.
- La han de querer mucho como pa' que la dejes con ellos. - ella río.
- Eso es lo de menos, no podía traerla hoy porque necesito darte algo muy importante. - note como saco de su bolso una pequeña caja y se la tendió a Ovidio. - Ábrela.
Ovidio la tomo y pensó por varios minutos, suspiro mientras la destapaba, pude notar varios papeles en tonos azules y rosas, tomo un pequeño artefacto blanco con azul entre sus manos y lo observo, yo me tense al instante que reconocí el dispositivo.
- ¿Qué chingados Vanessa?. - el la miró.
- Sorpresa mi amor, estamos embarazados. - comencé a sentir como picaban mis ojos, esto no podía ser posible.
Ovidio POV:
Me quede parado sin saber que hacer, en mi mente se repetía una y otra vez la palabra positivo, puta madre, mire a Vanessa, en su rostro tenía una sonrisa de satisfacción, desde hace varios días era bien sabido por la mayoría de las personas que me rodeaban que mi chula y yo ya estábamos en una relación, pero con esta sorpresa, sabía que ya había valido madre.
Mire de nuevo la prueba, me sorprendí al observar el numero que aparecía bajo la palabra del resultado, no los había tomado en cuenta, me relaje levemente, esperaba que mi poca inteligencia no me fallara, saque del bolsillo trasero de mi pantalón mi celular, lo desbloquee, abrí el buscador e introduje el nombre de la prueba.
Al instante varias paginas se desplegaron, ingrese a la primera, comencé a leer, conforme tenía razón comencé a sonreír, sabía que no estaba tan pendejo, guarde mi celular de nuevo en mi pantalón y mire a Vanessa con una sonrisa en mi rostro.
- No creí que te pondrías tan contento corazón. - ella se puso de pie con una sonrisa y yo reí.
- Mira Vanesita, hay muchas cosas que detesto en esta vida. - acorte con unos pasos la distancia entre nosotros. - Y una de ellas es que me quieran ver la cara de pendejo. - la sonrisa se borro de su rostro.
- No se de que estas hablando. - titubeo, tome su brazo con fuerza y puse frente a sus ojos la prueba.
- Mija, esta mamada dice que en efecto estas embarazada, pero también dice que tienes mas de tres semanas, ambos sabemos que la ultima vez que nos revolcamos usted y yo fue tres días después de la boda del Iván.
- ¿Y eso que tiene que ver?. - trato de sonar segura pero sabía que de plano se le había caído su teatro.
- Ya déjate de pendejadas, no es posible que tan pronto se te haya formado un chamaco mío, porque...- pause, mi cerebro comenzó a enlazar todo, y reí cuando caí en cuenta. - No mames, ¿Te pego chicle el Iván?.
- Que estupideces dices Ovidio. - ella retrocedió.
- Estas pendeja si crees que a mi me vas a ensartar el milagrito de mi hermano.
- Como puedes decir eso de tu próximo hijo o hija. - ella comenzó a llorar, ya me sabía sus mañas.
- Tenga huevos pa' aceptar sus cagadas mija y también pa' ir a decirle al pendejo de Archivaldo que va a tener un Archivaldito. - me reí.
- Aunque lo niegues este niño es tuyo, y no me importa como pero te vas a hacer cargo de el. - ya me estaba encabronando, iba acercarme a ella pa' sacarla a la chingada de mi casa pero una voz me detuvo.
- ¿De verdad no te cansas de arrastrarte?. - mire tras de mi, la Ale estaba saliendo del closet, Vanessa rió ante sus palabras.
- La que al parecer no se cansa de eso eres tu, porque a pesar de que Ovidio se sigue acostando conmigo mientras te jura amor eterno tu sigues aquí.
- No te equivoques, porque el que se arrastro por mi fue el, en cambio por ti pues. - mi mujer dejo de hablar para reírse.
- ¿Vas a dejar que me hable así?. - Vanessa me miro molesta.
- Esta es su casa y ella es la que manda aquí. - me acerque a mi chula abrace con mis brazos su cintura, me tranquilice cuando no se alejo de mi.
- Yo ya te dije Ovidio lo que tienes que hacer. - hablo la despechada.
- Y yo a ti de una vez te voy a decir que dejes de buscarlo, porque como el dijo, no le vas a dar a Ovidio la responsabilidad que es de Iván, si quieres seguir negando al padre pues ve y busca a otro de los pendejos que te cogen a ver si alguno se quiere hacer responsable. - Alessandra salió de mis brazos y se acerco a Vanessa para encararla. - Si llego a enterarme que lo volviste a buscar o que viniste de nuevo por aquí, yo misma iré a contarle a Iván que una de sus pirujas, esta esperando un hijo suyo, y tu sabes que el capaz de hacer lo que sea para salvar su matrimonio. ¿Estamos de acuerdo?. - puta madre como me puso su papel de mujer mala, la Vanessa se quedo muda y yo sonreí ante eso.
- Largate de aquí. - le dije, ella nos miro a ambos, tomo su bolso.
- Les juro que se van a arrepentir de esto, y tu. - me señalo. - Olvídate de volver a ver a Alondra.
Comenzó a dirigirse a la salida pero tome su brazo, saque mi pistola de mi cadera y le apunte en la sien.
- A mi no me amenaces, porque sabes que soy capaz de hacer el trabajo sucio por Iván, la que se va a olvidar de ver a su hija eres tu, ahorita mismo Uriel te va a llevar a casa de tus jefes y me la vas a mandar con el, ¿Entendiste?. - ella no me contesto, afirme la pistola sobre su cabeza. - ¡¿Entendiste?!. - solo asintió. - Así me gusta, ahora lárgate.
La aventé levemente a la puerta de salida, ella salió sin mirar atrás y azotando la puerta, deje mi arma de nuevo en mi cadera dentro de mi pantalón, tome el radio y le di indicaciones a Uriel de que me trajera a la niña costara lo que costara, me di la vuelta y mi mujer estaba a unos pasos de mi mirándome fijamente, me acerqué y rodé su cintura con mis brazos, ella trató de sacarse pero la apreté más hacia mi.
- ¿No que mucho amor cabron?. - estaba molesta, me empujaba por los hombros con sus manos.
- Mire mi chula ni me diga nada que usted estaba muy feliz besuqueándose con el doctorcito pendejo como si nada. - ella iba replicar pero la calle con un beso.
En un principio se resistió pero después me lo correspondió y envolvió sus brazos sobre mi cuello, duramos unos minutos entre besos pero después nos separamos, ella me miro.
- ¿De verdad te acostaste con ella?.
- Si, lo hice. - rodó sus ojos. - No le voy a decir mentiras mija, le prometí ser sincero y como hombre que soy estoy aceptando mi error. - ella asintió. - En mi defensa usted me había mandado a la verga, aparte estaba hasta el culo de borracho y esta facilita se metió a mi cuarto a escondidas.
- Solo espero que no se te ocurra volver a hacerlo, por qué a la primera que yo sepa que me engañas Ovidio te me vas directo a la chingada. - yo sonreí.
- ¿Y como pa' que voy a buscar a otra si con usted lo tengo todo?. - por unos momentos mantuvo su rostro serio pero al final me mostró una sonrisa.
- Más te vale. - dejó un corto beso sobre mis labios. - No puedo creer que Vanessa esta embarazada de Iván justo en este momento. - suspiro.
- Que podíamos esperar mija, a esos dos no les importo la Caro, mucho menos les iba a importar cuidarse. - acaricie su mejilla levemente.
- Es que no entiendes Ovidio, mi hermana se va a volver loca con esto.
- Pos' claro que entiendo mija, que el amor de tu vida termine preñando a una que no seas tu si esta cabrón. - ella me miro.
- Ese es el problema, que no solo Vanessa esta embarazada. - recargo su cabeza sobre mi hombro.
- ¿Cómo que no es Vanessa la única embarazada?. - una emoción comenzó a crecer dentro de mi pero se desvaneció al instante en que menciono las siguientes palabras.
- Ana Carolina también esta esperando un hijo de Archivaldo.
Esa noticia me cayó como balde de agua, ahora si las cosas se iban a poner mas calientes de lo que estaban.
• Martes 19 de Octubre 2015
•Ubicación: Rancho Ovidio Guzmán, La Tuna, Badiraguato, Sinaloa, México.
Alessandra POV:
10:30 AM
Nos encontrábamos en el comedor del jardín, este estaba cerca de la alberca donde Ovidio jugaba con Alondra, el no había salido temprano hoy porque quería pasar tiempo con la niña, la imagen de los dos interactuando era digna de admirarse, cualquiera podría pensar que un hombre como el no tenía corazón, pero si algo había aprendido de Ovidio, es que frente a cualquiera se portaba como un hombre duro, pero cuando estaba en casa era todo lo contrario.
- ¿Te están entrando ganas de tener uno?. - la voz de mi hermana me saco de mis pensamientos.
- No seas tonta. - ella se acercó y dejó un beso en mi mejilla.
- Quien imaginaria que el famoso ratón es excelente como papá. - observó junto conmigo a los dos que se divertían en la alberca.
- Alondra es su adoración. - ambas nos miramos y sonreímos, ella tomó asiento en la silla de mi lado.
- Me alegra tanto que me invitaras a desayunar contigo. - soltó.
- No te quiero dejar sola en estos momentos. - ella me miro confundida. - Aparte ya casi regreso a casa.
- ¿De plano te irás?.
- Claro que si, tengo que regresar con nuestros padres, también tengo que volver al hospital.
- Sabes de sobra que Ovidio te puede mantener sin problema. - rodé los ojos.
- Si estoy con el no es por su dinero, además no voy a dejar mi vida de lado para pasármela encerrada aquí. - ella asintió.
- Entiendo.
Luego de nuestra pequeña conversación le pedí a Marta que nos trajera de desayunar, ella trajo la comida y comenzamos a ingerirla mientras conversábamos de otros temas, dentro de mi rondaba la idea de informarle a mi hermana sobre el embarazo de Vanessa, no quería que viviera engañada, pero no estaba segura de si eso me correspondía.
- ¿Ovidio está de acuerdo en que regreses a Culiacán?. - me miro mi hermana mientras daba un trago a su jugo.
- N lo hemos platicado formalmente, pero el debe estar consiente de que en algún momento tengo que irme. - se limitó a asentir.
- Cuñadita dichosos los ojos. - Ovidio se acercó a mi hermana y la saludó con un beso en su mejilla.
Yo lo observé y no se que tenía este hombre, pero hasta empapado se veía guapísimo.
- Lo mismo digo cuñado, ¿Qué se siente que está belleza por fin te aceptará?. - Ana Carolina me señaló.
- Nambre' pos' que le digo. - Ovidio se acercó a mi y me abrazo por los hombros. - Me tiene bien enculado, ahí usted interprételo. - rodé los ojos y los otros dos rieron.
- ¿Dónde está la niña?. - tome su mano y la acaricié levemente.
- Se la llevó la muchacha que contrate para que estuviera al pendiente de ella, luego las presento. - solo asentí. - Las dejó, mi chula voy salir a atender unas cosas que surgieron de ultimo momento, Serafín y Alfredo vendrán a cenar avísele a Martita por favor, cuñada se queda en su casa. - solo asentí y Ana Carolina le agradeció con una sonrisa, Ovidio se acercó a mi oído y susurró. - Ya conozco esa mentecilla de usted, si tiene ganas de decírselo no se las aguante. - al terminar beso mi frente, sin más salió hacia la casa.
- No puedo creer de verdad que lo tengas atrapado. - mi hermana rio.
- Cállate. - le lance una servilleta. - ¿Cómo van las cosas entre Iván y tú?. - la mire.
- Puedo decir que bien, el es muy cariñoso y detallista, yo trato de corresponderle pero no es tan fácil. - suspiré.
- Ayer vino Vanessa a buscar a Ovidio. - la mire.
- ¿Y que quería esa arrastrada?. - pregunto con molestia.
- Vino a decirle a que estaban esperando un hijo. - su expresión era de total sorpresa.
- Que zorra. - reí levemente. - Pero también que cabrón Ovidio, no puedo creer.
- Cuando escuche la noticia me quede igual que tu. - pause por un momento, era hora de la verdad. - Solo que la prueba marcaba que ella tenía mas de tres semanas.
- ¿Y eso que tiene que ver?.
- Qué la ultima vez que Ovidio se acostó con ella fue un par de días después de tu boda. - la mire fijamente esperando su reacción.
Su rostro se tenso, por unos minutos parecía analizar la situación, pero entendí que se había dado cuenta cuando ella comenzó a apretar sus puños hasta que sus nudillos estaban completamente blancos.
- Que hijo de la chingada. - se puso de pie, tomo su bolso y comenzó a caminar hacia la salida.
- Ana Carolina tranquilízate. - me levante de mi lugar, corrí para poder quedar frente a ella y detenerla por los hombros.
- ¿Cómo me pides que me tranquilice?. - pude notar que estaba a punto de llorar. - Mis padres y tu tenían toda la razón, Iván lo único que ha hecho es traer decepción y dolor a mi vida.
Mi hermana se desmorono en lagrimas frente a mi, simplemente la abrace y deje que se desahogara, al pasar unos minutos así ella se separó, limpio las lagrimas de su rostro y me miró.
- Ya fue suficiente, lo voy a dejar, es lo mejor para nosotros. - soltó mientras acariciaba levemente su vientre. - Tendré que buscar donde vivir y...- la interrumpí.
- No seas tonta, te quedaras aquí. - mencione.
- No creo que a Ovidio le parezca, tu te vas a ir.
- El dice que esta es mi casa, se tendrá que aguantar. - ambas reímos. - Y a pesar de que yo me vaya te aseguro que el no tendrá problema en que te quedes aquí, sirve que me le hechas un ojo mientras no estoy. - ella asintió.
- Gracias por a pesar de todo no darme la espalda.
- Tonta, eres mi hermana, y a pesar de todo yo siempre estaré para ti.
8:00 PM
No podíamos parar de reír ante lo que nos contaba Emma, la historia de como su hermano trataba de hacerse el sobre protector y celoso cuando ella comenzó a salir con Don Joaquín valía oro, ella había llegado después de que Carolina le llamara para que pasara un rato con nosotras.
- No puedo creer que Inés tomará esa actitud. - mencionó mi hermana entre risas.
- Mi mamá estaba igual, pero supongo que eran los celos típicos de hermano. - respondió Emma.
Seguimos platicando y Ana Carolina le contó a Emma que planeaba dejar a Iván, la última estaba completamente de acuerdo en su decisión y le brindó todo su apoyo, pasado un rato Marta ingreso a la sala acercándose a mi, me aviso que la cena estaba lista, yo le agradecí y ella regresó a la cocina.
- Iré al despacho a avisarles a los muchachos que ya está lista la cena. - me puse de pie siendo imitada por las mujeres presentes. - Si gustan pueden ir pasando al comedor.
- Te tomare la palabra, me muero de hambre. - mencionó mi hermana causando risas de mi parte y la de Emma.
- Ahora las veo. - ellas asintieron.
Estaba apunto de salir hacia el despacho pero al escuchar que azotaban la puerta de entrada me hizo quedarme en mi lugar, mire por el pasillo que daba al recibidor y rodé los ojos.
- Cuñadita. - sonrió sínicamente. - Diría que me sorprende verla aquí pero ya me entere que es dueña y señora de la propiedad - trato de acercarse a mi para saludarme con un beso en la mejilla pero retrocedí.
- ¿Qué haces aquí?. - le cuestione.
- Vine por mi mujer, que más.
- Mejor vete Iván. - le pedí.
- ¿Y usted como quien se cree para darme órdenes?. - comenzó a acercarse a mi.
- Tu mismo lo dijiste, estás en mi propiedad, así que lárgate antes de que te mande sacar. - lo encare, pero fue un error, tomó mis brazos bruscamente y azoto mi espalda contra una de las pilastras de la entrada.
- Conmigo no quiera jugarle al vergas cuñadita, yo no soy tan pendejo como Ovidio, y a mi si me busca, me va a encontrar. - ambos nos mirábamos fijamente mientras el comenzaba a apretar su agarre sobre mis brazos.
- Suéltame Iván. - me sacudí levemente pero era inútil.
- Dígame donde está su hermana y la dejó. - su fuerza seguía aumentando, una gran marca iba a quedar.
- ¡No te voy a decir nada hasta que me sueltes!. - grite tratando de intimidarlo, pero más que nada esperando que alguien me escuchara.
- Usted así lo quiso. - me jalo hacia adelante y de un momento a otro solo sentí como me empujó de nuevo sobre la pilastra, logrando lastimar mi espalda y que terminara de rodillas en el piso.
- ¡Eres un animal!. - la voz de mi hermana me trajo de nuevo a la realidad. - en un instante Emma y ella se encontraban a mi lado preguntando como estaba.
- Ella no me quería decir donde estabas amor, no es mi culpa. - el imbécil se rio.
- No tienes nada que hacer aquí, lárgate. - mi hermana se acercó a él.
- Pero claro que me largo, sólo venía por ti mi reina, así que órale, vámonos. - Iván tomó su mano, comenzó a caminar pero se detuvo al ver que mi hermana no avanzaba. - ¿Ahora que Ana Carolina?.
La mirada de mi hermana estaba sobre el, se acercó a su rostro y lo beso siendo correspondida al instante, unos minutos después se separaron, ella retrocedió unos pasos y sin demora dejó una bofetada sobre la mejilla de su marido.
- ¡¿Que chingados te pasa?!. - el rubio miraba anonadado a su esposa, Emma y yo nos miramos entre nosotras, era el momento.
- Me pasa que estoy harta de que me veas la cara de estúpida. - pausó. - Me pasa que estoy harta de ser la única que trata de sacar esto adelante, estoy harta de pensar que en algún momento vas a cambiar y vas a ser el mismo hombre del que me enamore, pero al parecer no queda nada de eso. - las lágrimas comenzaron a descender por las mejillas de Ana Carolina.
- No me salgas con eso mi vida. - Iván se acercó tratando de tomar su rostro pero ella se alejó.
- Estoy embarazada. - limpió sus lágrimas con coraje.
Iván se quedó pasmado ante tal revelación, pero de a poco una sonrisa se extendió por su cara, Emma y yo nos manteníamos al margen de todo, pero no podíamos dejar sola a Ana Carolina, mucho menos con este hombre que nunca sabíamos cómo podía reaccionar.
- No me chingues mi Reyna. - de nuevo quiso acercarse a Carolina pero ella retrocedió ganándose un suspiro de parte del rubio. - ¿Es verdad lo que me estás diciendo?.
- Si. ¿Y sabes quien más lo está?. Una de tus putas, ¿Vanessa la recuerdas?. - pausó. - Es con la que me engañaste una noche antes de nuestra boda.
Note como la mandíbula de Iván se tensó ante eso, sus puños se apretaron logrando que sus nudillos quedaran blancos.
- Eso no puede ser posible. - negó.
- Si lo es, tiene más de tres semanas, felicidades mi amor, vas a ser papá por partida doble. - Ana Carolina le aplaudió por unos minutos. - ¿Te acuerdas lo que te dije cuando me pediste que te diera otra oportunidad?. - la mirada de Iván se encontraba sobre ella. - Lo repito por si no lo recuerdas, muy claro te expliqué que si yo me enteraba de una cosa más, todo esto se iba a terminar.
- No. - soltó Archivaldo.
- Si, tú ya estabas advertido, y no estoy dispuesta a seguir siendo tu burla y la de tus pirujas, hasta aquí llegamos. - Ana Carolina retiró su anillo de bodas y el de compromiso de su dedo, para lanzarlos a los pies de Iván. - Desde este momento puedes hacer lo que te venga en gana, ahora si eres libre de meterte con cuanta vieja se te abra de piernas en el camino.
- No mi vida espérate. - tomo el rostro de mi hermana entre sus manos. - No me puedes dejar, yo te amo.
- Yo también te amaba, pero a lo único que te dedicaste, fue a destruir todo lo que sentía por ti sin importarte nada. - mi hermana se alejó de él. - Ahora asume las consecuencias de tus actos, no te quiero volver a ver.
Por un momento todo se quedó en silencio, Archivaldo solo miraba hacia la nada, me puse de pie y caminé hacia mi hermana para abrazarla pero me vi interrumpida cuando Iván la tomó bruscamente de la muñeca y la jalo hacia el.
- No, no, no, tu a mi no me vas a dejar. - pasó el agarre de la muñeca a su cintura.
- Suéltame. - mi hermana comenzó a tratar de empujarlo por los hombros.
- Estás pendeja si crees que te puedes deshacer de mi tan fácil mamacita, así que vámonos. - la obligó a darse la vuelta y comenzó a caminar con ella hacia la entrada, no podía dejar que se la llevara, no así.
- Te dijo muy claro que la soltarás. - lo jale por su hombro, al instante con su mano libre tomó su pistola y me apunto.
- ¡No se meta en esto!. ¡Que ya suficiente hizo con llenarle de mierda la cabeza como pa' que quiera dejarme!.
- ¡Yo no la obligue a nada!. ¡Si te está dejando es por lo cabrón que eres con ella y porque no la valoras, no voy a permitir que te la lleves!. - para este punto ya ambos hablábamos solo con gritos.
- ¡No me haga que le de un tiro entre ceja y ceja cuñadita!. - una sonrisa maliciosa se asomó entre sus labios.
- ¡Ándale pendejo inténtale a ver quién es el que sale con las patas por delante!. - mire hacia atrás, Ovidio venía acompañado de Alfredo y Serafín. - Baja tú mamada.
Los tres apuntaban a Iván, cuando Ovidio llegó a mi lado tomó mi brazo, yo me quejé levemente esperando que no notara que había tocado la zona donde Iván me había lastimado pero fue en vano.
- A mi casa no vas a venir a hacer tú desmadre, mucho menos a maltratar a mi mujer.
De un momento a otro Ovidio se le dejó ir a Iván, dándole un puñetazo en el rostro que logró desorientar a Archivaldo, mi hermana aprovechó, salió de su agarre, corrió hacia mi y ambas nos abrazamos.
Ovidio aprovechó que Iván seguía en shock y lo tomo del cuello de su camisa para volver a dejar otro puñetazo pero ahora en uno de sus ojos, a este paso lo terminaría matando, me separé de mi hermana y la dejé en brazos de Emma.
- Por favor Alfredo detenlos. - le supliqué al moreno y este asintió.
Serafín y el se acercaron a los hermanos, por un momento pensé en ir junto con ellos pero al parecer Emma leyó mi pensamiento y tomó mi mano impidiéndomelo, Iván ya se encontraba de espaldas en el suelo y Ovidio comenzó a patearlo, antes de que terminara peor Alfredo arrastró a Ovidio a mi lado.
- ¡Déjame partirle su puta madre a ese pendejo! ¡Suéltame Alfredo chingado!. - solté la mano de Emma y tome la barbilla de Ovidio.
Su mandíbula estaba tensa a más no poder, las venas de su cuello se marcaban dejándome ver lo enojado que estaba, trató de sacar su rostro de mis manos pero lo afirme y lo mire fijamente, me limite a juntar mi frente con la suya esperando que esto lo calmara, afortunadamente así fue, sus hombros se relajaron y su respiración comenzó a tranquilizarse.
- Suéltalo. - le pedí a Alfredo.
- ¿Está segura?. - yo atiné a asentir.
Alfredo soltó a Ovidio, quién solo me miraba, después de unos segundos beso mi frente y comenzó a acercarse de nuevo a Iván que era detenido por Serafín.
- No quiero que vuelvas a poner un pie en esta casa pendejo, porque la próxima, no respondo, ya vete a la chingada. - Ovidio le hizo una seña a Serafín y este soltó a su hermano.
- No me voy a ir hasta que Ana Carolina se venga conmigo. - Iván se acercó y a pesar de que le costaba trabajo encaró a Ovidio.
- Claramente escuche que no quiere saber nada de ti. - Ovidio no se dejó intimidar y terminó acortando la distancia entre ellos. - Ya acepta de una vez que la cagaste carnalito y deja en paz a la Caro, por qué si yo me entero de que la vuelves a molestar, no sabes la que te espera.
- ¿Tú enserio crees que me das miedo?. - soltó Iván.
- Si el no te da miedo, chance el Alfredo y yo si, como dijo Ovidio, la vuelves a molestar, y te mandamos a visitar a todos tus antepasados, ¿Cómo la ves?. - me sorprendió el comentario de Serafín.
Iván comenzó a retroceder con cautela tomando su costado que al parecer si había resultado afectado por las patadas, en sus ojos se podía notar el enojo que cargaba y se contenía por retener.
- Te juró que esto me lo vas a pagar. - señaló a Ovidio con su dedo. - Voy a hacer hasta lo imposible por que te cagues en tus muertos pendejo, te voy a hacer sufrir hasta el último de tus días, y mejor ándate con cuidado porque no sabes la que te espera pinche ratón culero. - cada palabra que salía de su boca era expresada con profundo odio y rencor hacia su hermano.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo al procesar cada una de ellas, sabia de lo que era capaz Iván con tal de salirse con la suya, y siendo honesta comenzaba a sentir miedo de lo que podía pasar.
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