13 [Pt. 2]

Viernes 14 de Octubre 2015.

Ubicación: La Tuna, Badiraguato, Sinaloa, México.


2:00 PM


Ovidio POV:


- Dele mi chula dele ya casi. - le dije acariciándola.

Unos bufidos después logramos terminar, no pude hacer nada más que esbozar una sonrisa.

- Bien hecho mi preciosa. - acaricie su cabeza y deje un beso en esta.

Estaba demasiado orgulloso de mi yegua, me acaba de dar un potrillo bien sanito, esa sensación de recibir un nuevo animalito era una de las cosas más perronas, deposite el potrillo al lado de su ma' y salí de ahí.

- Te los encargo plebe - nuestro veterinario de confianza asintió.

- Ya sabe patrón - deje una palmada en su hombro y salí de los potreros.

Camine sobre el jardín y tome rumbo hacia la casa, fui directo a la cocina topándome con Griselda, estaba de espaldas así que decidí abrazarla de sorpresa por su cintura para hacerla enojar.

- ¿Cómo está mi hermanita la más chula? - la acerque a mi y deje un beso en su mejilla.

- ¿Qué chingados Ovidio? - su ropa se llenó de la sangre del potrillo que aún no retiraba de mis manos y brazos - Quítame tus asquerosas manos de encima, no se ni me importa de que cristiano sea esa sangre pero me está ensuciando imbécil.

- Que exagerada manita', y no es de ningún cristiano, es de un potrillo - me aleje sabiendo como se pondría.

- Sabes que detesto la sangre ya ni la chingas - yo reí mientras ella salía de la cocina supongo pa' cambiarse.

Me dirigí hacia el fregador, abrí la llave, mojé mi mano y mis antebrazos con agua, después los tallé con jabón por último enjuague todo, una vez limpio cerré la llave, tome una de las toallas y me seque, me dirigí al refri para tomar una cerveza de este, la destape y bebí la mayoría de su contenido de un trago, deje el envase en la barra, me estaba cagando de hambre.

- ¡Marta! - llame a la mujer que nos ayudaba aquí en mi rancho, ella al instante se apareció en la cocina.

- Dígame señor - me miro.

- Me estoy cagando de hambre Martita - rasque mi barbilla.

- No hice nada porque su hermana me había dicho que ella haría la comida - pinche Griselda era más huevona que nada que iba a andar haciendo comida pensé - Pero ahorita le preparo lo que se le antoje, usted pida.

- Tan bonita la Martita - me acerqué a ella y la abracé por sus hombros - Aviéntate unos de esos huevitos con chorizo que te salen tan sabrosos - ella asintió.

- Claro que si señor, y ahorita le hago esos frijoles que tanto le gustan junto con sus tortillas de mano, ya verá que se va a chupar los dedos.

- Esa es mi Martita - deje un beso tronado en su cachete causando que ella riera.

Tome el envase de cerveza y salí de la cocina hacia el comedor, esperando que pronto estuviera lista mi comida.


3:45 PM 


Después de un rato ya estaba saboreando las delicias que preparaba esta mujer, mientras mordía mi taco se apareció Uriel.

- Patrón, lo buscan en la entrada su hermano Alfredo y su compa Serafín - asentí dándole a entender que los hiciera pasar.

Pero al parecer este pendejo no entendía aún mi lenguaje ya que solo se quedo parado, tuve que pasarme la comida para poder hablarle.

- ¿Y que esperas para hacerlos pasar mijo?. Pa' luego es tarde - el asintió y salió del comedor.

Me reí al recordar que así era Mayel al principio, supongo que eran cosas de primos y que estar medio pendejo ya era de familia.

- Tu nomas' te la pasas tragando y cogiendo carnal - soltó Alfredo mientras entraba acompañado de Serafín.

- No te equivoques pendejo ese es el Iván - los tres reímos, me puse de pie y los saludé con un abrazo y palmeando su espalda.

- Siéntense a comer conmigo, ¡Marta tráeme otros dos platos con comida por favor! - grite esperando que me escuchara.

Y si funciono, en corto la Martita llego con otros dos platos y más tortillas, se retiró después de que ambos hombres le agradecieron.

Comimos mientras nos poníamos al día y nos tomábamos unas cuantas cervezas, estos cabrones juntos eran una bomba y debía aceptar que era agradable pasar tiempo con ellos, aunque desafortunadamente con nuestra profesión eran raros los ratos entre familia.

- La neta se la rifó la Martita con la comida compa - soltó Serafín.

- Es una chulada ya se - tome un trago de mi cerveza - Ya que terminamos ahora si díganme, ¿A que vinieron? - ellos me miraron.

- Venimos a darte un notición que te va a caer de poca madre.- comentó Alfredo.

- Orale' pues desembucha - me acomode en la silla esperando su respuesta.

- Mi apa' estuvo hablando con el de ustedes - mencionó Serafín - Los dos han visto que Iván anda valiendo madre pal' negocio desde que se casó.

No podía negarlo, mi carnal Archivaldo se estaba descarrilando de sus obligaciones, a pesar de que solo llevaba una semana de casado el wey ya le había cagado varios tratos a mi pa' y estuvo a nada de que lo agarraran los del ancla.

- Es por ello que se va a hacer una reunión donde nuestros jefes van a dar una nueva distribución de las plazas, así como de las exportaciones pal' gabacho, Guatemala y El Salvador - escuche atento a mi hermano.

- ¿Y como porque sólo ustedes saben? - los mire con los ojos entrecerrados.

- Ya sabes como somos de mitoteros compa, y que tenemos oídos en todos lados - la sonrisa maliciosa de Serafín me hizo reír.

- No sabia que a escuchar tras la puerta del despacho de tu apa' se le llamaba tener oídos en todos lados - me carcajeó al sentir como los dos me avientan una servilleta.

- No seas pendejo eso es de viejas - soltó Serafín.

- Ya cálmense los dos, lo importante es que esto no salga de aquí cabrones, el Iván no se puede enterar porque va a comenzar a hacer más desmadre del que ya trae - asentí ante las palabras de el Alfredo.

- ¿Cuándo va a ser la junta? - Serafín me iba a contestar pero nos vimos interrumpidos cuando a los tres nos sonó el celular.

Yo mire el que tenía sobre la mesa pero este no era, así que tome el que traía en el pantalón era el que se utilizaba solo pa' la organización.

"Mañana reunión al medio día en el RMZ16"

- Ahí esta la respuesta a tu pregunta mi ratón - respondió Alfredillo.

- Pos' brindemos plebes, porque tal vez mañana la suerte esté de nuestro lado - los tres tomamos nuestra cheve y la alzamos - ¡Salud cabrones!.

Lleve el envase a mi boca y bebí todo lo que me quedaba de cerveza, in poder quitarme de la cabeza qué tal vez mañana todo el movimiento en la organización cambiaria por completo.


 8:30 PM 


Termine de abotonar la camisa a cuadros negros y blancos, termino combinando bien con los jeans negros, me coloqué mis escapularios en el cuello junto con una de las cadenas que tenía, amarre el reloj a mi muñeca y con un poco de cera calme mi cabello.

Me mire al espejo, puta madre que guapo soy chingao', fue buena idea no rasurarme esta vez la barba me daba un aspecto bien perron, coloqué perfume en mi cuello y por último me puse los tenis negros que tenían a los costado las rayas verdes y rojas junto con el estampado de la famosa marca de las letras G.

Tome mi pistola y la coloqué en mi cadera, puse la navaja en uno de los bolsillos delanteros de mi pantalón junto con el celular de la organización, agarre mi celular personal y salí de mi cuarto.

Cuando baje fui directamente hacia la sala para esperar a Alfredo y Serafín pero para mi sorpresa ya se encontraban ahí perfectamente cambiados, habíamos decidido ir a dar un par de rondines por Culiacán y esperábamos disfrutar la noche.

- Nambre' cabrones si cuando se trata del desmadre y alcohol están listos en chinga - solté.

- Cállate el hocico y vámonos que tenemos más de media hora esperándote - bufé.

Los tres salimos hacia el garage, ellos ya habían estacionado sus autos dentro de este así que esta noche me tocaba a mi poner la troca, agarre las llaves de mi preciosa Land Rover Range Rover y nos montamos a esta.

Salimos y nos adentramos directo a los caminos de terracería que estaban vigilados por nuestra gente para más seguridad, abriéndonos camino iba una camioneta con la gente de Serafín, atrás de nosotros venían dos camionetas más una con Uriel y mi gente, la otra con la gente de Alfredo.

Mientras salíamos de la sierra nos dedicamos a poner los corridos que nos gustaban y cantar a todo pulmón a la par que mi carnal preparaba unas cubas de la botella que se había pichado.

Tardamos unas cuantas horas en llegar a la ciudad, en cuanto me adentré en la libre dejamos el desmadre de lado, le baje a la música para evitar llamar la atención y me fijé bien por donde conducía, tome rumbo hacia Culiacán.

Las carreteras estaban llenas de carros, lo típico de un viernes por la noche, seguimos bebiendo entre los tres mientras llegábamos a nuestro destino, la noche sería larga.


12:00 AM 


Después de divagar unas horas por las calles de Culiacán, Serafín había decidido llevarnos al antro de uno de sus socios, gustoso acepte pensando que sería uno de esos perrones pero este pendejo me trajo a un lugar donde había puro morro fresa.

Eso era lo que me cagaba de juntarme con Serafín, el wey no se de donde salió tan fresón pero eso si cuando debía de ser cabron terminaba siendo peor que yo y todos mis hermanos juntos.

Tuvimos que entrar por la puerta de atrás, nos dieron el acceso exclusivo al palco más lujoso, el lugar estaba ambientado totalmente de negro, resaltaban las luces que brillaban al ritmo de la música.

Saludamos a Raúl el socio de Serafín y dueño del lugar, está se retiró pa' mandarnos el servicio, que consistía en varios meseros con hartas botellas de Buchanan's, Don Julio 70 y Mezcal, así como varias cubetas de cerveza.

Todo esto era una señal de que iba a valer madre la noche, aunque sabía que debía controlarme con el alcohol, Alfredo y Serafín se descontrolaban muy rápido así que yo tenía que estar al tiro por cualquier cosa.

Me prepare una cuba de Buchanan's y me acerqué hacia el barandal del palco, tenia frente a mi una vista completa de todo el antro, aquí podía ver desde los que se drogaban hasta los que se andaban agasajando.

Tome un trago de mi bebida, sentí una mano en mi hombro e inconscientemente lleve mi mano al mango de mi pistola.

- ¿Ya estás checando la mercancía compa? - Serafín río - Dime cual te gusta y enseguida te la traigo.

Me limite a asentir, yo ahorita no andaba pa' lidiar con morras, esta noche solo quería relajarme un rato, tome el resto de mi bebida de un trago sintiendo como quemaba perron en mi garganta, debía admitir que tenía artos nervios sobre el que podría pasar mañana y esperaba que el alcohol me quitara esa sensación.

Regrese a donde estaban las bebidas percatándome que varias personas más se habían unido a nosotros, reconocí un par de rostros como los amigos cercanos de Alfredo y como no, estos pendejos tenían que meter a huevo viejas, una de estas se me acercó, estaba bonita y muy buena la plebe debía admitirlo, pero no era la que yo quería.

- Estás muy solo guapo - posó su mano sobre mi hombro.

- Así es mija, por algo será ¿No cree? - tome un cigarro de la mesa, lo encendí dándole una calada y soltando el humo.

- Se nota que estás muy estresado, déjame ayudarte - acercó su cuerpo al mío y yo solo rodé los ojos.

- Ire' mija no quiero ser grosero pero ahorita no se me antoja tirarme a ninguna piruja, así que con su permiso - quite sus manos que había posicionado en mi pecho y me retiré de ahí.

La música cambió drásticamente a algo más lento pero a la vez seguía conteniendo ese sonidito culero que parecía proveniente de un patito de goma, suspiré frustrado dándome cuenta que en ningún momento pondrían alguno de mis amados corridos.

Me prepare otra cuba un poco más cargada y de nuevo me fui hacia la baranda del palco, seguía observando todo, asegurándome que no existiera ningún movimiento extraño que nos pusiera en peligro.

Di otra calada a mi cigarro mientras pasaba mis ojos de un lado a otro, sentí el humo en mi garganta pero lo expulsé de inmediato cuando mi vista se detuvo en dos morras, bailaban al compás de la música, talle mis ojos pensando que el alcohol ya me había pegado pero no era así, ahí estaba mi chula.

Se veía más preciosa de como la recordaba, esa blusa dejaba ver un muy pronunciado escote, el pantalón negro se ajustaba perfectamente a sus caderas descolocándome, debía ir por ella.

Estaba dispuesto a bajar pero me detuve al ver como se acercaban a ella y la abrazaban por detrás, era el doctorcito mamoncito de la fiesta, así lo llamaba yo después de que me dieron toda su información, lo había estado siguiendo de cerca desde que me llegaron esas pinches fotos, y no me parecía un peligro, hasta ahora.

Por más que quería mis ojos no se despegaban de ese par, estaban muy cómodos platicando hasta que el la abrazo más de cerca, cuando menos lo pensé ella tomó su rostro y lo beso, puta madre, saque mi pistola de mi cadera y camine dispuesto a matar a ese cabron.

- ¿A donde chingados vas? - me detuvo Serafín del brazo.

- Voy a demostrarle a un cabron que no se deben de meter con lo mío.

- A ver pendejo, estamos en un lugar público, no puedes hacer tu show nomas' porque se te inflan los huevos, dame la pistola - tendió su mano.

Procese sus palabras y tenía razón, pensé con más claridad, no iría por ese pendejo, si no por ella.

- Déjate de mamadas - guarde el arma de nuevo en mi cadera y me aleje de él.

Tome mi celular y le mande un mensaje a Mayel seguido de mi ubicación sabiendo que el estaría por aquí cerca cuidando a mi reina.

"Te necesito aquí en media hora, trae dos radios y tú pistola, no quiero preguntas."

Esta noche se iban a arreglar las cosas entre mi chula y yo a cómo diera lugar.

 1:25 AM 


No había separado mi vista ni un segundo de la plebe, estaba hasta la madre de tanto arrumaco entre esos dos, la quijada la tenía tensa desde que los había visto la primera vez, en total llevaba unas seis cubas, pero con lo encabronado que andaba el alcohol no lograba pegarme, mi enojo disminuyó levemente cuando vi a Mayel entrando al privado, saludo a mi carnal y a Serafín, por último se acercó a mi.

- Ya estoy aquí patrón, ¿Pa' que soy bueno?.

- Primero que nada, ¿Por que chingados no me avisaste que la Ale andaba aquí? - note como se tensó.

- Déjeme explicarle patrón.

- Últimamente te me estás volteando mucho de su lado pendejo y te entiendo, la morra se da a querer, pero bien sabes que me caga que no me informes bien, el motivo de que la cuides es pa' que yo sepa donde está a toda hora, y resulta que me mandas a la verga y no me informas - reí irónico.

- Discúlpeme señor, pero si uste' la hubiera visto como andaba estos últimos días me comprendería - asentí esperando a que continuara - La plebe andaba rete' agüitada, y pos' hoy me pidió que la dejara salir con sus amigos dándome la noche libre, yo que podía hacer.

- Si serás pendejo - bufé - Te la pasó solo por que ahorita me soltaste todo, pero no quiero que se vuelva a repetir, yo soy tu patrón, no ella, ¿Estamos? - el solo asintió.

- Le traje lo que me pidió - me tendió los radios, tome uno y deje el otro en su mano.

- Cuando yo te indiqué vas a disparar unas diez veces al aire pa' que se disperse la gente, ¿Me entendiste?.

- ¿Y eso pa' que o que? - cuestionó Mayelito.

- Te dije que no quería preguntas cabron, simplemente lo vas a hacer cuando te indique, en cuanto acabes te me vas en chinga a mi camioneta que está en el callejón de atrás y me esperas ahí.

- Ya está patrón - el asintió.

- Ahora tomate una cubita pa' que te relajes en lo que es hora.

Se alejó de mi para acercarse a las bebidas, tome otro cigarro del bolsillo de mi pantalón y lo encendí, di una calada larga mientras seguía admirando a los tórtolos, este pendejo no quitaba sus manos ni sus labios de mi mujer, ya me las pagaría el muy cabron.

Mayel regresó a mi lado y seguimos conversando, en medio de nuestra plática Alfredo y Serafín me comentaron que ya se irían a seguirla en el rancho de mi carnal, cosa que me favorecía, yo solo asentí y les dije que en un rato los alcanzaría.

- Carnal antes de que te vayas déjame tu celular - detuve a Alfredo del hombro.

- ¿Pa' que vergas? - cuestionó.

- Tu solo préstamelo mijo' mañana te lo llevo y hasta te compro uno nuevo hombre - solo asintió y me lo dejo.

- La clave es mi fecha de nacimiento perro, te cuidas - palmeó mi hombro y se retiró.

Regrese al lado de Mayel, volví a mirar a la pareja, por fin se estaban separando, mi chula se estaba yendo con otra plebe hacia lo que pensaba era el baño.

- Ya es hora Mayelito, espera mi señal - baje del palco, trate de irme por el lado donde casi no llegaban las luces pa' evitar ser visto, logrando con éxito mi cometido.

Me espere en la entrada al pasillo de los baños y saque el celular de Alfredo, le puse la clave y fui inmediatamente a marcar el número de la plebe que me traía mal, al pasar tres tonos contestó.

- ¿Aló? - puede escuchar su voz, algo pesada gracias al alcohol.

No emití palabra alguna, pero hasta la señal estaba a mi favor, desde mi posición mire como salía del sanitario, con prisa metí el celular a la bolsa de mis jeans y tome el radio.

- Es hora Mayelito - solté el botón.

- Ya va patrón.

Luego de su respuesta pasaron unos segundos y las detonaciones se comenzaron a escuchar, camine rápidamente hacia donde se encontraba mi chula, notando como ella ya se había dado cuenta de los disparos.

Iba a regresarse al baño pero alcancé a detenerla envolviendo mis brazos alrededor de su cuerpo, ella comenzó a patalear, haciéndome sentir algo orgulloso sabiendo que no se dejaría de cualquier pendejo, así que la tuve que calmar.

- Tranquila mi chula que ahorita mismo la saco de aquí.

Ella no dijo palabra alguna, envolví mi brazo sobre su cintura y comencé a guiarla por los pasadizos del antro, logrando llegar al callejón encontrándonos con Mayel que ya tenía la camioneta encendida pa' poder salir a toda velocidad de ahí.

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