XXXI Dudas

----- viernes 3 de junio 1938. Posición Desconocida 5:27 PM-----

James había sido atendido. La bala le perforo su oreja, generándole un sangrado. A su vez su ojo derecho tenía un derrame. Había sido suturado y le habían puesto sus antibióticos. Un parche que cubría su ojo afectado, era suficiente para que este hombre pudiera continuar con sus actividades e iniciar su interrogatorio.

Con algo de suerte, habían logrado atrapar a un nazi que tenían en el mismo cuarto donde tenían a Dedrik. 

Esta habitación, se encontraba  escaleras abajo, tenía los muros de concreto bastante sólidos y gruesos. Y la puerta era custodiada por dos hombres bien armados que eran cien por ciento leales a James e inquebrantables. Preferían morir, a traicionarle.

James se acercó al área médica improvisada que tenían. Miro que Hoffman seguía en intervención quirúrgica. 

Con su chasquido habitual de dedos, un médico se acercó a entregarle unas carpetas.

—Hemos estabilizado a Hoffman, señor...— Musito mientras James leía el reporte. —La infección ha sido controlada, y no llego a órganos ni lugares peligrosos, hicimos un raspado en sus piernas y extrajimos el tejido que ya estaba pudriéndose señor.

—¿Caminara?

—Si señor...

—¡Bien! — James cerro esa carpeta y miro al médico. — Y ¿Mi hija?

—La herida en su pierna no presenta alguna complicación o riesgo para ella. — Dicto. — Pero las heridas que tiene en su espalda son profundas...Creemos que el azote tenía alguna clase de sustancia que le está causando una infección...

—¿Esta despierta?— Su preocupación estaba  en el bienestar de su hija y su amigo Hoffman. PEro cuando estas situaciones pasaban. Preferia  dar el semblante de alguien sereno y  poco afectado.

—Si.

—Llévame con ella.

El medico sin poner objeción, encamino a James hacia la sala medica donde tenían Mía. Al abrir la puerta miro que la tenían con brazos y piernas atadas. Se acerco a la basura percatándose  que  no habían inyectado los calmantes. James busco la mirada de su hija y percibió muy poco brillo en sus pupilas, las cuales estaban dilatadas y sacaban lagrimas mientras sus dientes titilaban.

—Aguanta pequeña...—Besó la frente de su hija y le tomo la mano. —¡Tu viejo va a terminar con esto!

Estando por irse, siente una presión en su mano, que le indica que su hija sabe que esta con ella. Él se regresa y ve que intenta comunicarle algo.

—C-ca...rter. — En forma de susurro transmite su preocupación.

—No te preocupes...él está bien. Tú  recuperate.

Se alejo de ella y miro como le ponían gasas con agua fresca sobre su espalda. Cada que movían los trapos había un forcejeo en sus extremidades que le indicaban dolor. Así que los encargados de atenderla tenían que afianzarla sobre la cama.

—¿Por qué no le han puesto anestesia? — Miró al doctor molesto. — ¡¿Qué está pasando?!

—Porque sus estudios son irregulares.

—Define "IRREGULARES"

—Es muy pronto para decir...pero se estima que su hija este encinta.

—¡¿Qué?!— Le arrebata los papeles, y ve los resultados. —¿De cuánto estamos hablando?

—Posiblemente mes y medio...Es una posibilidad...

—No...ella no puede...está en problemas para ser fértil.

—Como le explicamos...es muy pronto para saber y especular...estamos centrándonos en estabilizarla y que ese ardor se  le baje.

James salió de esa habitación bastante molesto. Se encamino a la puerta que daba para el subterráneo. Los hombres que la custodiaban sin siquiera cuestionarlo le cedieron el paso.

El mafioso bajo las escaleras a paso veloz, y observó tanto a Dedrik como al otro nazi atado aún. Dedrik dormitaba, mientras el otro nazi sacaba lagrimas lo más silencioso posible, debido al dolor que tenía.

James comenzó a llenar unos baldes de agua fría y prendió un cigarro mirándolos a ambos, en silencio. En minutos bajo el mismo doctor que le notifico el estado de Hoffman y Mía. Le entrego una carpeta con una radiografía. James la mira a contraluz , nota la bala alojada en la cabeza del nazi.

—¿Morirá?

— Una vez pase la anestesia, el dolor que siente será insoportable. Necesitamos ponerle morfina en dosis muy altas, y extraerle la munición.

—No le van a extraer nada.

—Señor...entienda que es inhumano dejarle así...

—Mi hija necesita atención medica... Dedíquese a atenderla. — Reafirmo ya irritado. — Yo me encargo de atender al caballero.

El medico sin querer dejar al hombre a su suerte, entendió que la orden de James ya estaba dictada y sentía pena por el individuo. Pero, en ese caso, no podrían ir en contra del mafioso y quien le daba el sustento para su familia.

Cuando los pasos del doctor se alejaron y subió las escaleras, James, tomo los baldes de agua y las arrojo tanto a Dedrik como a su compañero. El menor de los Wolf ya despierto y con dolor en los huesos, aturdido, escucha unos gritos que le revientan los tímpanos. Al ir enfocando mejor con sus ojos, nota que su compañero está siendo sometido a una tortura.

Perfectamente ve que James aprieta los costados de la cabeza de su compañero. La bala, al estar alojada en su cabeza comienza a causarle un dolor insoportable.

—¡DAME ANESTESIA! ¡HIJO DE PUTA! — Pide a gritos desgarradores. — ¡MALDITO CERDO INHUMANO!

—No tengo anestesia para basuras nazis como tú. 

Una vez más estruja donde tiene la bala alojada y el sujeto comienza a retorcerse de dolor. Sus manos desesperadas  intentan afianzarse de algo. Pero, el nudo que las ata lo hace querer romper la silla. 

— ¿Qué se siente?

—¡NO SE DE QUE ME HABLAS! ¡CERDO!

— Que te pidan clemencia y se burlen en tu cara...

James esta vez, se alejó del hombre para ir a coger unas pinzas las cuales comenzó a colocar en los dedos del hombre.

—¿Qué se siente que tu vida dependa de alguien más? ¡Rata asquerosa!

El silencio se formó en esa habitación. James escucho como el hombre susurraba con los dientes titilando. Había cambiado su idioma a Aleman.

Dedrik sabía que estaba haciendo un rezo, pidiendo piedad.

Du hast keine Scham (No tienes vergüenza)— Hablo sin medir las consecuencias. — Du bekommst, was du verdammt noch mal verdienst (Obtienes lo que putas mereces)

James soltando las pinzas y dejando al hombre en agonía a un lado. Se acerca y golpea con fuerzas a Dedrik en el rostro repetirás veces.

—¡¿Quién te dio permiso de hablar?!— Espetó chasqueando la lengua. — Ya será tu turno de parlotear...y no vas a querer.

—Estas tomándote esto personal ¡Anciano de mierda!

—Sabes lo que hiciste...

—¡Me cogí a tu hija! ¡Toda la puta noche! Y le gusto tanto que...

Un encolerizado James golpeo a Dedrik tan fuerte que su labio reventó y la sangre comenzó a manchar a James y el piso.

—¡NO TE ATREVAS A PROFANAR A MI HIJA! ¡ELLA NO TE PERTENECE! 

James temblaba de rabia, de solo imaginar el dolor por el cual había pasado Mía aquel día en la cárcel y verla destrozada. 

— Desde ese día que elegiste a qué lado juegas ya no tienes derecho a tocarla.

—¡Eso! — Escupió sangre al lado de con James. — Lo decide ella...Y sí que decidió bien.

Una vez más, James, silencio a Dedrik con un fuerte golpe en la boquilla del estómago.

—Menos mal, estas aquí atado como un maldito perro. — Dejo de apretar los puños y comenzó a caminar alrededor de él. — Y solo van a salir trozos de piel tuya de aquí.

—Ella ya tiene edad para decidir...tu...

—¡TU PUTO HERMANO LE ROMPIÓ LA ESPALDA! — Silencio a Dedrik de lo fuerte que abrió sus pulmones y el retumbar de su grito lo dejo en silencio para expresar su rabia. — Su puto trabajo la está matando.

—Ella sabía las consecuencias...Te guste o no, eligió ese trabajo.

—Por tu puta novia...La cual le arruino su carrera. Wstá destinada a esconderse, ya no tiene futuro, y no la voy a dejar desprotegida.

—Yo la cuidare...

—JA...JAJA JA—Aplaudía en forma de burla. — ¿Así como la cuidaste hoy? ¿En el pasado? ¡CRETINO!

Con un filoso cuchillo James, comenzó a hacer heridas en el torso de Dedrik, sin llegar a órganos importantes. Dedrik solo gruñía de dolor, pero seguía firme sin miedo, encarando a su suegro.

—No te cuidas ni a ti mismo...Le temes a tu hermano ¡NO ME HAGAS REÍR! ¡PAYASO!

Dedrik perdió de su radio visual a James. Solo escuchaba sus pisadas en ese frió concreto. Una vez más James, se acerca al compañero de Dedrik quien llora en silencio para no fastidiar al mafioso. Le coloco una tabla bajo los pies. Sin tentarse o sentir compasión o empatía por el nazi le atravesó los talones con los enormes clavos y jalo sus tendones, dando fuertes golpes con el martillo James salpicaba de sangre su propio traje.

—¡ESTAS LOCO! ¡MALDITO ANCIANO!

—Habla...¿Dónde están sus otros cuarteles?

—¡NO LO SE!

James comenzó a escarbar sobre su piel y corto uno de esos tendones haciendo que el hombre gritara en agonía. Lo golpeó repetidas veces para silenciar los gritos horribles que tenía hasta que lo tumbo en el piso.

Dedrik veía sabiendo que ese hombre tendría una muerte muy dolorosa. James Campbell sin duda era un desgraciado. Igual o peor que William Wolf.

—No va a hablar James. — Espetó Dedrik.— Mátalo...y deja de ser un puto animal.

James no hacia las cosas por nomas. Una vez termino de destrozarle una de las piernas y los tendones al hombre. Lo ato de pie pasando una cuerda por una de las vigas que tenía el subterráneo. El hombre sabía que tendría que cargar su propio peso con sus piernas destrozadas.

—No...dame un descanso.

—Estas en condición de prisionero, no tienes ni derecho a exigir. —James sosteniendo al hombre, decide soltarlo y es cuando una vez más comienza la tortura para el nazi. — ¡Eso es! Das asco y pena ¡No aguantas nada! Mañana te destrozare las malditas costillas...y volveremos a encontrarnos.

Dedrik mantenía la calma, sabía que con él, era personal y se imaginaba los peores escenarios. Sentía la mirada de James sobre él. Intentaba encontrar algo que le ayudara a ablandar al mafioso.

—Y a ti te voy a arrancar las bolas. — Dicto James señalando a Dedrik. Se acerco a susurrarle al oído algo privado. — Profanaste a mi hija...Degenerado...

—Aprende a aceptar las decisiones de los demás.

—¿Tienes hijas?

—No

— Si mi hija tiene un bastardo contigo...Ni siquiera sabrán de tu existencia.

—¡¿QUE?!

—Lo que escuchaste. — Le dio unas palmadas en sus mejillas. — Si alguien más se llega a enterar que tocaste a mi hija o que te metiste con ella...Eres hombre muerto.

—Esa mujer esta...

James se alejó de él dejándolo con esa duda que de hoy en adelante comenzaría a comerle la cabeza.

Subió las escaleras y escucho a Dedrik seguirle exigiendo respuestas. James toco la puerta dos veces y fue la señal para que sus hombres lo dejaran salir sin problemas.

Sin decir nada se fue a su habitación y comenzó a asearse, se quitó la ropa manchada y enjuago sus manos y brazos. Se miro al espejo y noto que su rostro igual tenía salpicaduras de sangre. Se retiro el parche de su ojo contemplo lo que William había hecho con su rostro.

«¡Hijo de puta!» 

Cogió una botella y bebió directamente desde ella. Se sentó cansado en un sillón y cogió la foto de Lía Campbell. Esa mirada de melancolía y culpa lo invadía.

«Debí morirme yo ese día»

James dio un trago más a la botella y toco con la yema de sus dedos esa foto, donde se veía una mujer con ese toque gitano, pero también con un porte muy único.

«Estoy haciendo todo mal, mi hija...Nuestra hija, está sufriendo, nos la están arrancando en pedazos...Tu hubieras guiado mejor a Mía»

James dio un tercer trago más prolongado a la botella y escucho su puerta ser tocada. De seguro era alguien que quería informarle de alguna situación resiente.

—Un momento. 

Cogió ropa limpia y una vez más se veía presentable. James nota que se trata de Tyrana quien toca su puerta.

—No tienes que tratarme como un capataz...puedes verme a los ojos, no eres de mi propiedad, ni mi esclava— Expresa dejando a la morena tranquila. — ¿Qué sucede?

—Estabilizaron a Mía. —Musita, notando que James tira un suspiro de tranquilidad. — El azote tenía una clase de ponzoña de un sapo...dicen que no habrá secuelas.

—¿Estas enterada de sus estudios?

—Algo se...Si.

— Encárgate de ella por favor. — Dicto confiándole a su hija. — Ella ya no tiene futuro como investigadora. La tacharan de enferma cada que quiera destapar la porquería de la gente.

—Ella no va a querer.

— Por eso la tengo que preparar.

—Sigues pensando en lo que me dijiste.

—Si. — James le acerco un trago a Tyrana y disfruto de la compañía de la morena. — Todos mis hombres se encargarán de darle su lealtad a ella si falto.

—A ella no le interesa tu mundo de mafia. — Dio un trago relajándose con James. — Ella quiere...

—Justicia. — Expresa James. — No habrá nadie de aquí que no obedezca sus órdenes y la respete. Y no va a ser por que sea mi hija, va a ser porque ella se lo va a tener que ganar.

Tyrana escuchaba en silencio, respetando la decisión de James. Pero lo difícil seria que Mía aceptara hacer un giro de ciento ochenta  grados a su vida, sabe que se resistiría y no tiene carácter como James.

—Te ayudare...si es tu deseo. —Se reincorporo mirando al Mafioso. — ¿Qué hay del otro asunto?

—Nadie sabe que Dedrik Wolf está aquí, más que los hombres de la puerta, tu y yo...que se mantenga así.

—Como ordene.

James se reincorporo igual y ambos salieron del cuarto. 

El mafioso una vez más se acercó con pasos rápidos a donde habían pasado a Mía. Miro que la tenían sobre una mesa con camas de agua fresca en su espalda y había baldes con hielo y más agua fría.

—¡Hola pequeña! — Acerco una silla y miro a su hija más tranquila. —¿Cómo te sientes?

—Como torpe...— Habla con voz apagada y melancólica. —William no se deja llevar como Andrew.

—Eso no te hace torpe. —Se agacho a meter más trapos al agua y decidido cambiar descubriendo su espalda, piernas, sentaderas y demás. —Lamento no respetar tu privacidad.

James veía las marcas horribles en su hija y se llenaba de rabia.

—Esto tiene que parar hija...— Sin poder ocultar más su preocupación confronto a Mía.— Quiero... que te retires y vivas con los Barnes, una vida tranquila. No les faltara dinero.

—No...

—No Mía. No te estoy preguntando...

—Pero...

—Mía...te estas muriendo en vida. — Interrumpió a su hija. —Primero ese cabron de Logan Hunt y esa maldita escoria de Elizabeth Gray, te humillaron, te arrebataron algo que jamás perdonare.

—Elizabeth Gray se redimió papá.

—No me importa si al final te pidió perdón...Lastimo a mi más preciado tesoro y merecía esa maldita muerte.

—¡Papá!

—¡Te marcaron como a un animal con esas porquerías! Se sentó a ver cómo te violaban mientras esa cínica enferma tenía una sonrisa de oreja a oreja. Te han obligado a ver como destrozan a un ser humano, te acusan de enferma mental por hacer tu trabajo, te encerraron y encarcelaron por proteger a una niña.

James entendía que la gente que trabajaba para hacer el bien siempre terminaba truncada o muerta. Prosiguio explicándole a Mía.

—La gente que debería ayudarte te trata como una criminal, te golpearon, te humillaron, te quitaron tu puesto, te sometieron a un tratamiento horrible, se burlaron de ti públicamente, y ahora te azotan...

—Jack Carter no tiene la culpa de ello. Y-yo he tomado todas esas decisiones...No interfieras.

—No es negociable...Prefiero decírtelo y tenerte viva que estar hablándole a una lápida o a tu ataúd.

—No va a pasar eso...

—No hija.

—No lo decides tu...yo y Carter podremos...

—Carter se fue. —Mintió. — No decide aun su lado.

—Él no está bien. —Refutó. — Le hicieron lo mismo que a mí en su cabeza...No tiene la culpa...Tengo que...

Mía intento reincorporarse, sin querer dejarse querer tocar por James.

—Mía...Deja de ser terca...Apenas te pones de pie.

—¡Cállate! — Seguía forcejeando con su padre. — Su hermano lo va a matar...si

—Me vas a odiar por esto...Pero, no puedo permitirte salir así. Menos que busques a Carter o Dedrik, como se llame...Si se lo topa su hermano que se las apañe solo.

James sin tener remedio alguno y decidiendo arriesgar la posible vida de su nieto, inyecta un sedante muy cerca del cuello. Mía sabe que su padre ha impuesto ya su decreto con esto.

—¡TU LO HUBIERAS HECHO POR MAMÁ! 

Se lleno de colera y manoteaba a su padre, quien se limitaba a sostenerle las muñecas y aguantar los gritos de su hija. Serian segundos los cuales comenzaría a hacer efecto la inyección y la voz de Mía se comenzó a apagar. 

—¡Ingrato! Lo van a matar...lo van a torturar...lo...humillaran.

En forma de sollozos, la ahora ex inspectora había caído en un sueño profundo.

—Algún día me entenderás...¡Terca!

James se alejó ordenando que aseguraran esa puerta e igual fuera custodiada. Igual informo que si sus estudios eran esclarecidos y había un embarazo priorizaran la vida de su hija a toda costa. Eran decisiones duras, pero tenía las agallas de tomarlas y cuidar lo único que tenía como recuerdo de Lía.

-----lunes 20 de Junio de 1938. Base de James Campbell (Paradero: Desconocido) -----

Varios días habían pasado, y las cosas no mejoraban. No se sabía absolutamente nada de William ni Amira, el domingo cinco de junio hubo un ataque desconocido al a menos tres instituciones gubernamentales. El número de policías desaparecidos se había triplicado. El paradero de Carter seguía siendo un misterio para Mía. Ya tenía la libertad de moverse un poco más por el lugar, sin embargo, dos ocasiones que intento salir a buscar a Carter, si se alejaba de los límites, era cuando llegaban hombres de James a escoltarla una vez más a las instalaciones.

Campbell recorría los pasillos de forma lenta, conforme le permitían sus posibilidades. Raro se le hizo cuando miro a su padre ir a la zona sur, y encontrar dos enormes hombres custodiando una puerta. Intento acercarse, pero de inmediato le prohibieron seguir avanzando.

—Señorita Campbell. — Le sostuvo firme uno de los hombres de confianza de James. — Es zona no autorizada... de media vuelta y regrese por donde vino.

—James Campbell entro. — A pesar de tener la puerta cerrada, se alcanzaba a escuchar un quejido. — ¡Déjame pasar!

—Tenemos ordenes de James Campbell y fueron claras.

—No tengo interés en sus órdenes... ¡Déjame pasar!

—Mía. — Hoffman quien en estos momentos se encontraba en silla de ruedas, se había percatado de la terquedad de Mía. — Necesito una cabeza pensante... ¿Me ayudas?

—Estoy algo ocupada como puede ver...

—¡Por favor! — Pidió lanzando una mirada que ella conocía. — Me necesito sentir útil...posiblemente me puedas ayudar en el área de estrategia.

—Está bien. — Se alejo mirando aun la puerta. — Le ayudo coronel.

Mía comenzó a empujar la silla para evitar que él se fatigase de las manos. Lo acompaño y obedeció sus órdenes hasta que llegaron a su humilde cuarto, donde, tendrían una charla.

—Gracias Mía, por acompañarme.

Hoffman lanzo un suspiro al aire, espero en silencio y la puerta se abrió una vez más con Scarlett. Mía estaba comenzando a sospechar que esto no era mera casualidad. Antes que cualquier cosa, Scarlett le hace la seña de silencio con el dedo, y le muestra un papel que dice "Nos escuchan"

—Parece que cada vez te mueves mejor.  

Scarlett se acerca y entrega una taza de té a Hoffman y este le permite sentarse a las dos. 

— Oficialmente estoy a cargo de ustedes dos...ahórrenme la fatiga de estarme paseando de un lado a otro y por hoy coexistan los dos mientras los atiendo...Uno con su maldita silla de ruedas se pierde con facilidad y la otra solo aprovecha a sentirse poco observada y de igual modo divagas.

Saca su libreta pequeña y hace apuntes mientras los incita a tener una plática de cualquier cosa que suceda en la base.

—Perdona Scarlett, últimamente se siente una paz y tranquilidad...relativamente, falsa. —Campbell decide responder su sentir.

Scarlett muestra la libreta y les pregunta

- ¿Qué tanto saben de lo que pasa aquí?

— Si bueno, así se siente estando a las puertas de una guerra. — Hoffman toma la libreta y responde.

-Se que esconden a alguien en una puerta...James entra y cuando sale intenta ser muy cuidadoso, pero le he notado rastros de sangre.

—Con William acechando, me siento como ratón enjaulado. — Mía rodó los ojos pidiendo la libreta.

-¿Qué saben ustedes de Dedrik? Yo, tengo tiempo sin saber noticias de él.

—Lamento decirte que no es el único problema...La doctora loca ya te ha puesto la mirada. — Scarlett es quien continúa hablando y espera a que Hoffman termine de escribir lo que sabe.

-Definitivamente tiene a alguien en ese cuarto James...Temo que sea Jack Carter.

Mía se impacienta al leer lo que Hoffman puso. Tendría lógica, no cree posible que Dedrik o Jack se esfume así por que sí.

—Sin mencionar que conforme pasan las semanas, se comienza a sentir que los nazis están más esparcidos que nada. — Hoffman habla esperando a que la plática siga sonando fluida y no exista alguna sospecha de su modo de comunicarse. Mía es quien está escribiendo.

-Y si no fuera el...con William sabiendo que lo traiciono...su suerte no se ve favorable. ¡ayúdenme!

-----Cuarto secreto de interrogación de James Campbell 4:01 PM-----

Dedrik estaba aún sentado en esa silla lleno de sudor, James tenía días dándole bastantes torturas no letales. Pero, le causaban dolor horrible a pesar de no tener nada cercenado aún. Era muy confuso, ya tenía noción del tiempo.

Su compañero estaba comenzando a morir en vida, su pierna estaba tornándose morada y ya era normal para el tambalearse.

Dedrik había tenido episodios que no lograba ser aclarados para él. Recordó hablar con la gitana sobre matrimonio, el hablado con ella de William, y como es que ella anteriormente se había entregado a él.

Temblaba de dolor y ya tenía tiempo sobrepasando su límite. Ambos escuchan la puerta abrirse y saben que es James quien estaba listos para no darles tregua.

—Veo que los dos siguen estrechando amistades. — James habló tranquilo. —Pensé que para esta altura tendrías dolor de dedos horrible.

—El dolor siempre será mental James...— Con la mirada en el piso y sin brillo sabía que James lo pondría una vez más al límite. — Acabemos con esto James...

—Dime lo que quiero saber...y cumple tu palabra ¡SE HOMBRE!

Dedrik suspiro al aire cansado.

—No...no dejare de buscarla...no es una palabra que pueda cumplir...

—Respuesta incorrecta, ¡Payaso!

James se acercó con más agujas finas y se puso detrás de Dedrik, sus pulgares ya tenían dos agujas incrustadas entre su uña y su piel. Sabiendo lo que hacía comenzó a enterrar más de estas agujas en sus dedos restantes. Al irlos incrustando el movimiento de sus articulaciones se detenía, pues las agujas pasaban por sus falanges.

James escuchaba al nazi gritar a todo pulmón por esta tortura aparentemente tan sencilla, pero muy eficaz para prolongar la agonía.

—¡JAMES! ¡PARA!

Al ir incrustando más agujas en sus dedos restantes, debido al dolor que sentía Dedrik, dobla sus dedos y las agujas se comienzan a trozar estando dentro de él. Ahora extraerlas seria mas complicado y esos pequeños objetos punzantes, le estarían causando un dolor inimaginable.

—¡Mátalo de una vez al maldito traidor! — Hablo el nazi con las piernas desechas. Captado la atención de James y Dedrik. — De todos modos, esa puta gitana contaminada ya está fichada y muerta.

Ambos hombres comenzaron a sentir como la sangre les hervía. Mientras lo dejaron seguir parloteando.

—Callate...

—William se la va a coger frente a ustedes...y la va a despedazar en sus narices...le pedirán de rodillas que la mate, por como la verán agonizar.

James se encolerizo tanto que se acercó con una manopla y silencio al hombre de un golpe.

— Ojalá sea la puta de todos sus hombres ¡Que la humillen! que le escupan mientras se la monten y que sea peor que una puta...Me iré de este mundo con esa satisfacción...y ustedes dos en primera fila viendo como la violan esos animales...Y William  nos venga...

James una vez más golpea al nazi, coge una daga filosa y le cercena la lengua.

— ¡CÁLLATE! 

Dedrik también bramaba de la rabia al escuchar al cínico hombre desearla una suerte tan horrible a Mía. Aun así, sentía un gran miedo, porque sabía que su hermano podía cumplir con eso y más cosas. Su corazón tenía miedo por la ex inspectora.

Mientras Dedrik intentaba controlarse, James con la fuerza de sus piernas había logrado romperle la pierna que aun funcionaba. James abrió el abdomen del hombre, y este comenzó a ver como su cuerpo se vaciaba y sus intestinos salían de su cuerpo, al igual que su sangre.

James se alejó del hombre que estaba dando sus últimos alientos de vida.

Subió las escaleras y le mando a hablar a sus dos hombres de confianza que vigilaban la puerta. Ellos bajaron y desataron a Dedrik sosteniéndolo con fuerzas.

James lo utilizaba como un saco de harina el cual golpeaba con la manopla con fuerzas. El menor de los Wolf sentía la furia de James en cada golpe. Lo pusieron contra la pared mientras lo sostenía y James apretaba su cráneo con fuerzas.

Los gritos eran desgarradores. Dedrik no solo, por el dolor de sus dedos y los múltiples cortes y golpes que tenía, estaba deshidratado, hambriento y sentía que su cráneo reventaría.

—JAMES ¡BASTA! ¡ME VAS A ROMPER EL CRANEO!

James sin siquiera tentarse por lo que escuchaba, ni ver a Dedrik derramando lágrimas, pensaba detenerse; Sus cuerdas vocales, se desgarraron justo cuando James logro cuartear el cráneo logrando su cometido. Cuando dejo de gritar, comenzó a cerrar sus ojos. Al ser peso muerto lo soltaron dejándolo caer en el piso.

—Te va a doler mucho la cabeza, tienes el cráneo fisurado y pasaras un dolor horrible, cada seis horas vendrán a darte una maldita línea de droga. — Hablo James sabiendo que podía escucharle. — Eventualmente morirás después de días de ir aumentando en dolor. Ese cráneo fisurado te va a volver loco.

Dedrik temblaba de dolor al sentir ese dolor de cabeza tan horrible en su cráneo.

—Te metiste con el mayor cabron de todos...¡PAYASO! Vete despidiendo de tus malditas piernas.

La vida de Dedrik esta ya contratiempo.

Próximo capitulo titulado "Contrareloj" ¿Ideas?

https://youtu.be/ClpNFEqTKhg

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