XXIX Desbravar a la yegua

-----jueves 2 de junio de 1938 sótano con paradero desconocido 10:54 PM-----

Mía y Dedrik habían caído en tal cansancio. Sin saber quedaron dormidos. Sin embargo, Campbell despertó debido a los bruscos movimientos que tenía el alemán.

Tallo sus ojos al sentir que el nazi hablaba solo, se movía de forma brusca en lo que en ese momento era una cama individual la cual compartían ambos.

—¿Jack?— Mía movió ligeramente del hombro al hombre con sus manos.—Despierta...es una pesadilla.

—M-mi nombre...es Jack...Carter.

Gotas de sudor en frió recorrían su cuerpo.  Campbell sabia que esa pesadilla lo estaba torturando.

—Carter...Tranquilo...— Mía una vez más toco al hombre.

La curiosidad la invadió al ver que su camisa interior se comenzaba a manchar de sangre por la espalda. La inspectora intento levantar para ver si era alguna herida de gravedad. Pero, fue un gran error.

Al sentir el toque en su espalda, el menor de los Wolf se levanto cegado de rabia y tomo del cuello a Campbell ejerciendo una presión increíble. Mía con ese agarre sintió que la vista se le nublo al instante. Intento mantener la calma y seguirle hablando tranquila.

—D-dedrik...C-calma...

—¡Soy Jack Carter!— Apretó con mas rabia su cuello.— Déjame en paz...

Mía al ver que no funcionaba levanto la mano con la vista borrosa y acaricio su mejilla. Ligeramente fue notando como la ceguera de Dedrik desvanecia. Mientras el acostumbraba su vista a la oscura habitación comenzaba a entrar en si una vez más; Dedrik al ver que quien tenía entre sus manos era la gitana, la soltó al instante y claramente escucho como ella jaló aire para llenar sus pulmones.

—¡Mujer!

Acerco la  mano para tocarla. Mía levanto su dedo índice pidiéndole espacio como acostumbraba dar esa señal. Dedrik al ver ese gesto se le hizo tan familiar que por alguna extraña razón sabía que no quería contacto con ella.

—Dame... unos... minutos. — Tosió de forma agresiva y tenía lágrimas de desesperación en sus ojos.

Dedrik veía en silencio la situación y por alguna extraña razón se sentía tan miserable al haber causado ese daño en la inspectora. Sin embargo, prefería seguir en silencio viendo la situación y con un rostro ecuánime.

Una vez Mía logro normalizarse, cruzo miradas con Dedrik.

—¿Que estabas soñando?

—Nada...

—¡Eso! — apunto a su cuello mostrando las marcas. — Es algo... ¿Por qué dijiste que tu nombre era Jack Carter? ¿ A quienes les dijiste ?

—No tiene importancia mujer... fue una pesadilla.

Mía noto que por el momento sería inútil así que intento cambiar la estrategia.

—Deja atiendo tus heridas...sigue sangrando.

—No es nada. — Levanto el hombro. — Descuida...duerme... yo cuido.

—Me refería a esas heridas. — Apunto a su espalda y su evidente mancha de sangre. — Eso si es algo.

—No te molestes...

—¡NO TE ESTOY PREGUNTANDO!

Dedrik la miro por unos segundos ya fastidiado y se fue quitando la camiseta frente a ella. Se dio media vuelta y le revelo la magnitud de sus heridas en la mayor parte de su espalda.

—Tienes para entretenerte un rato...

Mía no podía creer la brutalidad de los azotes que tenía Dedrik en ese momento.

—¡¿Quién te hizo eso?!

—Accedí a que las curaras...no a responderte cosas privadas.

Ella cogió del alcohol con que lo había curado las heridas de impacto y comenzó a derramarla por las heridas de su espalda. En silencio comenzó a desinfectar y sentía como Dedrik al toque de la aguja y el hilo tenía ligeros movimientos de dolor.

En silencio seguía cosiendo y atendiendo esas heridas y escucho a Dedrik carraspear su garganta, era claro que quería decir algo.

—Dicen que fue tu coronel...— Gruño de dolor al sentir el hilo coser su carne. — Pero el no tenía un látigo ceñido a sus caderas.

—Tu hermano tiene un látigo ceñido a sus caderas...

—¡No soy idiota mujer! — Soltó aire sintiéndose cansado. — He visto heridas como las mías en algunos de sus prisioneros.

—¿Y qué haces en ese lugar? Siguiendo sus órdenes ¿Qué haces siendo un fiel seguidor?

—¿A dónde se supone que me escape?

—Puedes pedirme ayuda.

—Claro. — Río en tono burlón. — Con tu padre al mando me recibirá con los brazos abiertos...En cuanto caiga en sus manos me va a descuartizar...los golpes de William de menos no me intentan matar.

Mía guardo silencio y sabía que tenía razón. James infringiría una tortura que lo iría matando poco a poco. Tomo un gran suspiro y dedicó cambiar el tema.

—¿Por qué no me habías mostrado estas heridas?

—Por qué...—Recordó esas palabras hirientes de Amira.—Por que no es tu problema...ya tienes bastantes.

—¿Y quien dijo que solo tu tienes que cargar con el problema?

—Soy fuerte...y soy el varón...

—Somos pareja... de lo que sea que es esto. —Soltó su espalda dando por concluido la curación. —No estás solo Jack...

—Mujer...— Se dio media vuelta y la cogió de las muñecas. —Necesito respuestas...sobre Jack Carter, Norwich...Tengo recuerdos muy extraños que no logro encontrarle ningún sentido.

—¿Quieres respuestas? ¿Qué tal si lo que descubres no te gusta?

—Creo que es mejor...Saber la verdad, aunque duela, a vivir toda mi vida engañada ¿No?

Mía guardo silencio y pensó que hacer. Después de unos segundos aclaro su mente.

—Llévame a tu base... Después de eso respondo todas tus preguntas.

----- viernes 3 de junio 1938. Base nazi subterránea 2:27 AM-----

James estaba abarcando terreno en la finca. Gracias a la información de Dedrik sabia por dónde ir para poder iniciar con el beneficio del ataque sorpresa.

Llegando a donde le comentaron, en efecto había un gran elevador que funcionaba tal cual le habían mencionado en el informe.

—¡Atentos! — ordeno a sus matones. — Los queremos vivos, apunten a los pies, piernas, brazos, hombros.

—¿Los dejaremos ir si confiesan?

—No...simplemente les daremos una muerte mas rápida.—Chasqueo la lengua.—Estos hijos de puta nos tiraran a matar y defenderán al carbón de William Wolf.

Fueron entrando al elevador y James seguía dando órdenes.

— No salgan a abrir fuego, Walter Hoffman es nuestra prioridad.

—Estas armas son viejas Walter...no son precisas...tenemos desventaja.

—Por que no los queremos matar...pedazo de inútil. — Se acerco a el imponiendo autoridad. — Los queremos capturar, sacarles toda la información y de hay me vale tres hectáreas de estiércol...como los quieran matar.

—Pero...

—No somos los buenos...Red— Espetó. — No somos héroes ¡Somos lo mismo que los mercenarios! Y no quiero testigos...William Wolf y su maldita arrastrada le pusieron precio a la cabeza de Mía Campbell...Y cuando la maldita guerra estalle lo único que nos espera,  es que nos quiten a nuestras familias, maten a sus hijos y violen a sus mujeres frente a nuestros  ojos.

Conforme el elevador descendía, jalar aire y llevarlo a sus pulmones le era más difícil.

—Maldito infeliz desgraciado...— Molesto, arqueo una ceja. — Escondido como maldita cucaracha, hasta el culo del demonio.

El elevador se detuvo dándoles a entender que habían llegado a su destino. El mafioso sin hablar les comenzó a dar ordenes con señas y movimientos con los ojos. Estos hombres de James estaban tan bien preparados que eran muy sigilosos.

James diviso en el corralón a Hoffman y con un ligero silbido, ordeno a dos de sus hombres que lo acompañaran a ver al coronel.

—J-James...— Hoffman se sentía aliviado de ver a su camarada. —B-bastardo infeliz...

—Sabes que le voy a meter el cañón por el culo a William...— Intento mover ligeramente las barras incrustadas en sus piernas.

Hoffman estaba tan adolorido que se le escapo un gemido con el simple toque que hizo James.

El mafioso agarro una pequeña linterna, se percato de como es que las piernas de Hoffman ya tenían una infección que se comenzaba a esparcir. Al darle luz a su rostro lo noto pálido y transpirando de una manera increíble.

William por su parte, podía estar desprevenido. Pero, no era un idiota. Se levanto con las luces apagadas y utilizo la mirilla de su puerta para ver que sucedía. Al instante sabia que esos hombres danzando fuera no eran de su bando.

En silencio se movió a su cuarto de armas. Se ensancho diversos cuchillos, unas cuerdas, dos 9mm con silenciador y un chaleco antibalas.

Se acerco a Amira y le tapo la boca sabiendo que al despertarla intentaría gritar. Ella al sentir el toque, se sintió asustada, pero al ver a William, regreso rápidamente en si.

—¿Qué pasa? — En forma de susurro pregunto al ver que William tenia su dedo en sus labios.

—Han venido por Hoffman...De seguro es el imbécil de James.  Necesito que me cubras la espalda.

—¿Y la seguridad?

—La cruzaron. — Ambos intercambiaron miradas y sabían lo que significaba. — Tenemos una rata en nuestras líneas.

Amira se levantó de forma fugaz y al igual que William entro al cuarto de armas y cogió sus armas blancas.

—Ellos tienen armas Amira...¡Llévate mínimo una!

—Algo tiene que ver en esto la puta gitana de mierda. — Espetó molesta. — Y voy a despellejar a su maldito progenitor que me tiene tocando los ovarios... Anciano hijo de puta.

—Intentemos deshacernos de los que están acechando desde arriba, por que cubren terreno, una vez tu y yo estemos tomando su lugar ...tendremos ventaja.

William no la dejo ir sin que cogiera un arma con silenciador. Amira se lo termino poniendo en la cintura con un fajo y su funda. Pero no pensaba usarla...tenía una necesidad de sentir correr la sangre por su propia mano.

—¿Crees que sea Dedrik?

—A estas alturas pienso en todo...ya nos encargaremos de eso...Ahora lo importante es hacer bailar a estos bastardos.

William y Amira salieron por una puerta  detrás del ropero se encontraba muy bien oculta, les permitía escabullirse sin ser detectados. Al parecer el elemento sorpresa lo tenían ellos a estas alturas.

«¿Dónde estas hermanito?» 

Reed pensaba en todas las posibilidades hasta el momento. Todo apuntaba que, en efecto, Amira tenía razón. A pesar de que el mismo Dedrik había dicho que mato a Campbell. Para William sin un cuerpo no podía fiarse de su hermano. 

«Como lo esperaba... El efecto de la perdida de memoria no es completamente seguro»

Hábilmente, William y Amira llegaron entre las sombras a los hombres posicionados en las alturas. De forma rápida y precisa. William, cogió el cuello del hombre posicionado de lado derecho y de forma limpia le rompió todas las cervicales dándole una muerte instantánea.

Esto, lo noto el compañero de este hombre que estaba en la zona izquierda. Pero para su sorpresa ya tenía un cuchillo rebanando su cuello que le impidió alertar a James o a los hombres de abajo. Amira se encontraba justo debajo de su laboratorio y cuarto de figurillas de cera, aprovecharía la oportunidad para causar bajas de forma única y singular.

Con una de las cuerdas que agarro previamente, comienza a descender de forma hábil y silenciosa por una esquina que la mantenía oculta en ese subterráneo mayormente oscuro. Sin generar algún ruido logra escabullirse a su laboratorio y comienza a abrir las llaves de paso haciendo que la cera fluya a través de las tuberías de agua de todo el lugar. A esas temperatura, la cera fluía como agua debido a lo caliente que estaba.

—¡Puta mestiza basura! ¿Qué mierda has hecho ahora? — Amira entre más tiempo pasaba, más se le metía a la cabeza, que de algún modo Campbell tenia que ver con esto. — Solo muerta dejas de ser un maldito fastidio...por lo que veo.

Amira teniendo un teléfono fijo y llama a Joliett. No pasaron ni dos timbres y atendieron la llamada.

—Sácalo...y llévalo a donde acordamos, con grilletes, y atado, aun no me fió de él.

—¿Qué está sucediendo?— Preguntaron del otro lado de la linea.

—Tengo una presa para él...Y la zorra es astuta. — Guardo silencio para asegurarse de que ningún enemigo le seguía.

—Necesito que cuelgues el teléfono...Pedazo de mierda— Una voz femenina suena deteniendo todo movimiento que hace.

—¿Todo en orden Amira? — El nazi infiltrado, esperaba una respuesta por el otro lado de la línea.

—Quien sea en el otro lado de la línea...Necesita tragarse que no hay problema.—Pego su arma a la cabeza de la judía.—Y tengo que creérmela hasta yo misma ¡Comienza!

—¡Todo en orden! — Habla firme. — No te pago para que me cuestiones...inútil.

Amira cuelga la llamada y jala aire lanzando un suspiro.

—¡Mestiza! Sinceramente no se si aplaudirte por esta sorpresa o burlarme por que te entregas a mí de la manera más estúpida. —Se gira sabiendo que Mía no jalara el gatillo para encararla. — ¿Cuánto te costo toda esta información? ¿Una revolcada? ¿Fuiste la puta de alguien?

—Con que planeas sacar a Andrew  ¿Alguien te tiene con miedo?

—Me entretiene ver el miedo que causa en ti. — Río al recordar ese encuentro en prisión. — ¿Dónde está Dedrik?

—No se dé que me hablas...desde que escape de prisión que no he sabido nada de él.

—Soy tu terapeuta y he dormido con tu hombre muchas veces...Estamos en confianza. — Le alejo el cañón del arma con autoridad. — Él nos dijo que te había matado...y tu apareces aquí "viva"— presiono para ver si podía poner nerviosa a Mía.

—¡¿Qué le has hecho?! — Una vez más apunto el cañón del arma a su pecho. — Sabes que ese encuentro en prisión no era él...

—Es la versión de él que siempre debió ser "inspectora Campbell"—Enfatizo este último en tono de burla. Comenzó a apuntar con el dedo índice su cabeza. — Dedrik Wolf...alias Jack Carter era perfecto para las filas fascistas, y tu ...lo destruiste.— Había una mirada sombría en Amira, la cual culpaba a Campbell por esto. — Lo hiciste incapaz de tomar decisiones, de tomar el liderazgo, lo ablandaste ¡¡Es cobarde!!

Amira disfrutaba pensar en lo que pudo ser Dedrik si hubiera seguido apegado a los nazis.

—Pero...Su subconsciente sigue albergando recuerdos de lo que fue...esos rasgos dementes no se desaparecen con nada...Solo les pusiste tierra y yo me encargue de sacarlos a flote.

—¿De qué mierda estás hablándome?

—Una re calibración a su cerebro y es el hombre que tienes ahora...Pero necesitamos que este más agresivo.

—¿Necesitamos?

—Yo y William...así que necesito darle otra sacudida a su cerebro. Una más fuerte.

—¡LO ESTAS MATANDO!

Amira con la mirada oscura y penetrante clavo sus pupilas en las de Campbell y respondió.

—¿y? ¿Cuál es el problema? 

De forma hábil y rápida tumbo el arma de Mía. Saco sus afilados cuchillos y noto que Campbell, parecido a ella, tenía dos afiladas dagas con los que detuvo el letal corte que Amira le generaría.

 — ¿Sigues pensando que con tu entrenamiento basura vas a lograr escaparte de mí?

—No quiero escapar Amira. — Una vez más hubo un choque de filosas armas en las que el marcador estaba muy parejo. —Ni siquiera Elizabeth Gray me hizo despertar en mi lo que tú...me causas repulsión.

—Nomas es cuestión de que te hablen bien y tu perdonas...Porque eres manipulable.  

En un movimiento ágil, Amira abre las capas de piel del muslo de Mía. Una línea de sangre comienza a manchar su ropa.

— Por eso mi trabajo es manipular la mente de las personas...No eres capaz de a cruzar esa línea delgada de hacer lo correcto.

—Te equivocas ...— Campbell sostuvo el arma con fuerzas mientras esas hojas filosas chocaban. — Me has hecho asesinar a  personas...y eso lo admiro en cierto modo, porque ni Andrew fue capaz de algo así.

Amira una vez mas coge la ventaja haciendo otro delgado corte en Mía que le genero un ardor doloroso.

—Puedes pisotearme, escupirme en el rostro, humillarme si quieres ...posiblemente hasta me burle de ello. — Esta vez Mía fue quien logro hacer una herida en los dedos de Amira y ella soltó una de las armas que tenía. Lanzo un ligero chillido que tuvo que ahogarse. — Pero esta vez se metieron con mi familia...heriste a Jack Carter, lo usan como un maldito experimento, lo lastiman físicamente y mentalmente... ¿a eso le llamas amar a alguien?

—Muy triste que permitas que te pisoteen y a los demás no ¿Dónde está tu maldito amor propio?

— No me vengas a hablar de eso mientras dejas que William te trate como su puta. — Campbell furiosa siguió descargando su furia contra ella.

«Ataca sin piedad ...es la enemiga» 

Sus demonios internos...los mismos que la hicieron jalar el gatillo para matar a Blackstone, a los prisioneros, a los fascistas comenzaban a hacerse presentes. 

«Ella te quito a Jack Carter, te metió en prisión, todo por lo que trabajaste esta arruinado ¿acaso no merece ser castigada?»

—¡CALLATE! — Se respondía así misma... Desesperada por la forma en la que asaltaban sus pensamientos.

Amira miraba el sudor que recorría la frente de Campbell y la forma tan brusca de responder. Sabia que algo no andaba bien con ella; Lo sentía en la fuerza de sus golpes y en su mirada asesina que tenía clavada sobre ella.

Amira en un movimiento un tanto desesperado dio media vuelta para intentar hacerla retroceder con una fuerte patada. Campbell con fuerza enterró la daga sobre una de sus lumbares dejando a Amira inmóvil y está cayendo al piso.

—¡Hija de puta! ¿Qué mierda has hecho? — Intentaba tocarse en la espalda baja pero cualquier movimiento le generaba un dolor horrible.

«Acabala»

Los puños de Campbell temblaban y su respiración era agitada.

—Mejor quédate así...Tu que eres doctora debes de saber que no es buena señal lo que estas sintiendo. — Movía su cabeza con brusquedad, y se daba ligeros golpes en la frente.

«Regresarte...y acaba con ella»

Mientras se alejaba de Blackwood, esta voz malvada la hace frenarse en seco. Analizando la situación y sintiéndose con el impulso de querer terminar con todo. Se da media vuelta y regresa con pasos lentos hacia la judía. Quitándole el seguro al arma, está a escasos centímetros de ella. Pone el arma a la altura de su cabeza pensando en jalar ese gatillo. Mordiendo su labio inferior y tragando grueso intenta disparar. Pero Mía Campbell aun no es una asesina a sangre fría.

—¡Te odio! —Apunta con el arma y su pulso es traicionero en ese momento. — Me arruinaste la maldita vida, la carrera, mi compromiso... Lastimaste a Carter ¡Mereces morir desangrada como un cerdo!

—Pero es fiel...—William ya estaba en ese lugar para ayudar a su compañera.

Detrás de Campbell se encuentra William Wolf, analizando los movimientos de la  mestiza. Y dejando que Amira se encargue un poco del asunto. Ha decidido dejar ir a Hoffman junto con James por el simple hecho de que él si que alcanzo a ver escabullirse al premio mayor en el momento. Y fuera como fuera, su compañera era Amira. Si podíamos hablar de lealtad, William sabia a la perfección representar esta palabra.

La ex inspectora ahora siente como un cañón de una 9mm es puesto sobre su muslo.

—No te muevas..triste mestiza inmunda. —Se acerca a olfatear el cabello de Campbell.— Hueles a un aroma muy peculiar...¿Con quién pasaste la noche? Un pajarillo me dijo que te habían incinerado.

Campbell tienta su suerte, e intenta sorprender a William. El sin chistar jala el gatillo perforando su muslo. La bala ha quedado alojada dentro; Un grito cargado de dolor, sale de los pulmones de la ex inspectora. Con la suficiente fuerza para saber que James ha escuchado a su hija dentro de ese holocausto.

—Te dije que no te movieras...ahora te toca cargar con las consecuencias de tus actos. — William de la manera más tranquila le arrebata el arma, cachea a Mía, la desarma por completo. Comienza a ver que la herida es bastante escandalosa y Campbell está perdiendo sangre.

Ahora que no le dará mas sorpresas, se agacha a revisar a Amira. Nota la enorme hoja que tiene incrustada en las vértebras. Con cuidado mueve ligeramente la daga y Amira suelta otro gran grito de dolor y ve como sus lagrimas corren por sus mejillas.

—¡Mátala William!

— Por favor, evita darme ordenes...soy tu superior y tengo cuentas pendientes con ella. — Se reincorpora y coge un frasco que sabe tiene anestesia, llena una jeringa de el liquido e inyecta cerca de donde la doctora tiene la daga. —Relájate ...Amira...Por que yo me voy a divertir.

William espero unos minutos a que la anestesia hiciera efecto , y una vez considero paso el tiempo prudente...Retiro la daga de la vertebras de la doctora. Con cuidado la cargo poniéndola en un lugar donde las balas del próximo encuentro no le alcanzarían.

—No hagas ruido...las cosas se van a poner interesantes aquí. Vamos a matar a un grande.

Una vez termino de hablar con ella se alejó, noto como es que Mía intentaba arrastrarse para llegar a la puerta.

—¿Tan rápido te retiras? — La cogió del tobillo arrastrándola hacia él. Su herida le causaba un dolor y un ardor insoportables en ese momento. —¿Cómo podría yo dejarte ir con esa herida? ¿Qué van a decir mis queridos amigos los americanos?

—Aléjate...— Llenando sus pulmones y carraspeando su garganta, logra escupirle en el rostro a William. —¡No me toques!

William se especializa en descifrar y desarmar hasta a los mas rudos. Sabe que está actuando por miedo y pretende seguir así.

—Shh shh shh. — La coge del mentón. Mía gira sus pupilas hacia otro lado para no tener contacto visual con él. — Mírame. — Emplea más fuerza sobre ella. — Mestiza ¡Mírame!

William ríe al ver que ella sigue sin rodar los ojos hacia él. A puño cerrado golpea el muslo de Mía, justo donde impacto la bala.  Campbell chasquea la lengua   seguido de unas cuantas lágrimas.

—¡MÍRAME!

Este grito le eriza la piel a Campbell y la hace tragar grueso. De forma lenta, comienza a dirigir sus pupilas hacia William. Sin embargo, sabe que si se deja dominar por miedo...Seria lo mismo que Amira. Con todo y dignidad, aparta la mirada de él una vez más.

—No soy Amira...

—Eso lo tengo claro. —El comienza a hurgar con su dedo en el orificio de bala del muslo de Campbell.— Tu necesitas una mano mas dura para que entiendas...Aquí entre nosotros dos.

William se acerca al oído de Campbell y procede a hablar una vez mas con ella.

—Eres mas ruda que ella...y eso me pone como un puto animal en celo...me estas poniendo duro.— Comienza a lamer su lóbulo y Mía siente asco y rechazo al instante. — Follarte...antes de vestirte con un triangulo marrón va a ser exquisito.

William sigue introduciendo mas profundo su dedo en ese orificio de bala y esto hace que la piel de Mía se estire y le genere mas dolor del que ya carga. Un sollozo comienza a hacerse presente.

—Vas a infectar...ahhh— Campbell intenta mantener la postura.—¿ERES IDIOTA?

—Si que esta profunda. — William saca una de sus armas blancas y comienza a hacer una incisión más prominente en el muslo de Campbell.— Eso es...así poder extraerte esa mierda.

Una vez mas es capaz de introducir dos dedos en la herida ahora que la piel se ha abierto mas. Campbell intenta soportar lo mejor que puede el trato de este salvaje. 

Con fuerzas William logra extraer la pequeña munición y la arroja a un lado. Sollozos salen de Campbell quien comienza a sentirse vulnerable.

—Shhh...Tranquila...ya paso. — Toma su encendedor de bolsillo y calienta la hoja con la misma que abrió la herida. — Te tengo que cauterizar eso...No pienso cogerte con esa mierda en la pierna.

—L-lárgate...

—¿Cómo llegaste aquí? ¿Dónde está Dedrik?

—¡Que te jodan!

William comienza a pasar la hoja del arma por la herida cauterizando y haciendo que Campbell comience a sentirse más intimidada. Los recuerdos de Logan  se avivan por el olor a carne quemada.

William escucha la dulce melodía de gritos que la mestiza le genera y sabe que James caerá en la trampa. Una vez que la herida se cauterizo los suficiente para que no siga brotando sangre. Guarda la daga, la coge de la cintura y la levanta cargando su peso, lo suficiente para que su pierna se apoye en el suelo y sienta un ligero dolor al cargar parte de su peso.

—Shhh... Ponte presentable para tu viejo...por que lo acabas de traer a su tumba.

Mía se asombra cayendo en cuenta que igual que Amira, William la ha manipulado para que James la ayude. Utilizando a Mía como escudo humano, se pone frente a la puerta y con la mano que tiene libre saca su 9 mm listo para arrematar contra James.

—¡PAPÁ NO!

Lo que William no sabe, es que James de manera hábil esta mirando a través de un trozo de espejo roto por debajo de la puerta y sabe perfectamente la posición de William y como su hija es un escudo humano. Al entrar por esa puerta, es comprometerla y ponerla en peligro. Al retirarse y regresar con mas hombres, es dejar a su hija en peligro a manos de ese animal.

Una vez mas William comienza a sentirse impaciente. Mía siente como su adrenalina aumenta y su respiración se hace más brusca e inestable.

—¡JAMES! ¿Dónde estás? ¡Mira lo que tengo para ti! — William comienza a avanzar y arrastra los pies de Mía, quien apenas logra soportar su peso. —Camina querida...no tengo que hacer todo yo...vamos a pedirle tu mano a tu viejo.

—William, su base se ha destruido ¡Perdieron! Lárguense con dignidad...

—No sabes nada...Mía Campbell. —Se acerco a la puerta.

—Estas queriendo iniciar, no una guerra. Un puto  genocidio, William.

—La gente muere todos los días Campbell...Necesitan  que los ayudemos...Y no es genocidio, es purificación para tu información. — William una vez mas olfateaba su cabello y notando su cicatriz en su cuello. — No se me olvida que te tengo que desbravar...Al parecer tengo que hacer el trabajo que tu primer amor Logan Hunt no pudo hacer...y veo que mi hermano idiota tampoco ¿Te gustan los encuentros salvajes?

—Parloteas mucho, William Wolf.

—Y tú te resistes mucho... por cierto ¿Dónde está el imbécil de tu padre? — Espero en silencio unos segundos sin escuchar un ruido externo. — Me la estas poniendo dura como una piedra...si no se apura James te voy a tener que arrancar  la ropa y montarte...siento tu culo en mi entrepierna.

—Me das asco...

—Descuida... ya te estoy escuchando jadear en mis oídos y pedirme que te de duro.

—Estas enfermo...

—Aun así... tus piernas sobre mis hombros es algo que planeo llevar a cabo toda la noche.

—¿Te cojeras a una sangre contaminada? ¿Qué pensaran ti?

— Quizás le agrade y me pida que te aviente a los soldados para que tengamos orgias o alguno de esos salvajes de termine matando.

Mía al escuchar esto traga grueso, y William sabe que la está poniendo nerviosa.

—Te voy a amarrar como a una yegua en celo con arneses y cuerdas a un maldito poste...vas a ser mi juguetito especial.

—Pensé que tu juguetito especial era la puta de Amira...que la dejaste botada por venir a hurgar mi cuerpo.

—Soy como los reyes de la antigüedad...puedo darme el derecho de tener muchas mujeres.

James tiene que actuar rápido y ser inteligente para sacar a Campbell de ese enorme problema.

https://youtu.be/jUiERQH8zTk

Próximo capitulo titulado "sacrificio" ¿Ideas?


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