XXIV Un grande en aprietos

-----Domingo 29 de mayo de 1938 11:45 AM  Lugar desconocido----

— ¿Cera? — Scarlett estaba un poco perdida. — ¿Qué insinúas?

—Que sin cuerpo... no se consideran como un asesinato. — Espeta Hoffman haciendo memoria.— Los protocolos son diferentes.

—También desaparecieron algunas mujeres de prisión... Llegue a escuchar a algunos oficiales. — Mía hablo comenzando a armar su rompecabezas y sacando una deducción que comenzaba a ver muy posible.

— ¿Entonces que sugieren? — Scarlett veía la mirada de Hoffman y Mía,  sabía que ellos ya tenían una teoría. — ¿Qué han descubierto?

—Es solo una posibilidad... pero las investigaciones de los oficiales desaparecidos son importantes; Sin embargo, como comenta Hoffman, al no haber cuerpo, no se les ha ni catalogado como asesinato.— Termino de explicar Mía.— Los protocolos son diferentes.

— Emitiré una orden contra el escultor de cera...— Hablo Hoffman.

— ¡El no habla!... de nada servirá...— Recuerda Mía. — El ilusionista es mejor opción.

—Que aparezca una fianza...el muy desgraciado payaso. — Hoffman abrió la puerta dejando salir a Kaya y a Scarlett. Mía detrás de ellas les seguía el paso  y su coronel  no le deja salir. Dándole a entender que necesitan hablar ellos dos.

— ¿Qué sucede Walter?

— ¿Cómo estás? —Veía su uniforme manchado en sangre. —Sé que tuviste que hacer cosas para salir de ese lugar...— Miro a la inspectora inquieta. — No te voy a juzgar...pero

—No te atrevas a decirme que era entre el o yo...

—Aunque no lo quieras escuchar es lo que es...

— ¡Acuchille más de treinta veces a un hombre y le arranque la garganta a otro! ¿Se te hace eso de un humano?

—Se me hace de una persona luchando por sobrevivir con lo que tiene a su alcance...—Explico a Mía. — Kaya me ha contado lo que paso...

—Ya no puedo regresar Hoffman...No con esas atrocidades.

—También Kaya me explico que decidiste darles la oportunidad a más mujeres de escapar, que la defendiste a ella, y al grupo que estaba saliendo junto contigo...que jamás abusaste de tu poder y la defendiste cuando viste la diferencia racial en la ciudad.

—Eso no quita lo que hice...

— Pero tus acciones para defenderte y sobrevivir tampoco quitan las buenas que has hecho Campbell...

—Me estoy corrompiendo...

—Agente Campbell...Le está hablando un ex nazi que ayudo al mayor genocidio que el mundo conocerá...

—Es diferente...

—Muy diferente Mía...tú te defendiste de unos animales que de seguro tienen un numero de victimas desconocido...salvaste a una niña de un acto horrible.— La cogio de los hombros con mucha seguridad.— Yo ayude a secuestrar hombres, mujeres, niños, ancianos y bebes. Por tonterías como ser judíos, tener creencias religiosas diferentes, e incluso por amarse entre dos mujeres u hombres...Entre tú y yo, dime ¿Cuál bolsa de pecado  pesa más Mía?

—Pero te has redimido...te saliste de esa basura... Ayudaste a Carter...

—Sé que tus no iras por las calles abriendo cuellos y cortando cabezas Mía. — Intento tranquilizar a la inspectora. — Se acercan tiempos en los que tendremos que matar para sobrevivir...la guerra está a punto de estallar...y no podremos ir a las oficinas de los policías para pedir justicia...ni nosotros mismos podremos impartirla.

— ¿Qué debemos hacer?

— Adaptarnos y sobrevivir; te diré porque... Ethan Reed es un hijo de puta...Lo he visto trabajar y él no se tentará si te tiene de frente. — Le señalo el corazón y la frente. — El disfruta que la gente se desmorone en pedazos...antes de matarte a ti...Matará a todas las personas que quieres y se reirá en tu maldita cara.

— ¿Por qué no ha matado a Carter?

—No creas que es por los lazos familiares...— Explico. — No sé qué le esté pasando a Carter...pero él tiene información que vale oro para Reed...Sin mencionar que ahora que sabemos que Amira está trabajando codo a codo con Reed...pudieron llegar a un acuerdo.

Mía recuerda el encuentro con Carter.

—Yo...me encontré Carter en el bosque...James lo dejo herido.

—Hiciste lo mejor...James lo hubiera matado.

—El me aseguro que tú lo mandaste a torturar...y era alguien tan diferente...como si hablase con otra persona que tiene la misma cara de Jack Carter...Es muy diferente...intenta imponer una dominación.

— ¿Te dijo algo valioso?

— Solo lo que te comento Hoffman...lo demás fueron cosas sin sentido. —Miro a su coronel y dudosa siguió platicando. — ¿Crees que le hizo lo mismo que a mí? ¿Qué lo sometió a esa máquina?

—Lo he pensado muchas veces y creo que algo le alteraron...como si hubiesen estimulado su lado agresivo...ese que con tanto trabajo le apaciguaron con terapias. Pero no sé por qué él parece tener efectos completamente más duraderos.— Se tomaba el mentón pensando-—en cuestión de horas, tú eras tu ¿Me explico?

— Entiendo el punto si ...¿Crees que le repitan el tratamiento todos los días? ¿O algo así?

—Escucha...ve a asearte...relaja tu mente un poco y  en tres días en la noche saldremos a Chicago e iremos al consultorio de Blackwood. Tiene que tener algo en ese lugar.

—Bien...— Mía se reincorporo y esta vez sintiéndose un poco más tranquila agradeció a Hoffman por las palabras que le dio para tranquilizarla. — ¡Gracias!

—Campbell...No tirare la toalla por una agente como tu...espero tu tampoco lo hagas.

-----Subterráneo nazi 1:08PM-----

Dedrik tenía varias horas que había llegado. Sus heridas fueron atendidas por Amira. Ella miraba muy seria al joven Wolf.

— ¡No me creo que se te escapara la puta inspectora!

— ¡Deja de fastidiarme! ¡Tú y Reed me dejaron a mi suerte! ¿Con que derecho me reclamas?

—Se hombre Dedrik y deja de lloriquear  ¡Estas vivo! — Amira estaba terminando de cocer las heridas de balas en el cuerpo de él joven Wolf.— Iré por tu bolsa de sangre... no te muevas...

Pasaron pocos minutos y Amira llego con un hombre del corral de los presos.

—Según mis registros este idiota tiene tú mismo tipo de sangre.

Dedrik miro al sujeto quien se veía fatigado.

—No se ve bien...— Se acercó a ver al hombre. — Busca otro...

— ¿Y que si se muere? — arqueo la ceja. —¿Te preocupas por el enemigo Dedrik?

—No quiero sangre de un hombre que con trabajos se pone de pie... No es ni saludable que a mi cuerpo entre ese tipo de sangre Amira...

—¡No te estoy preguntando si quieres o no!¡Es una orden de William!— Amira cogió al sujeto y comenzó a conectarlo. A la hora de pincharle el brazo, comenzó a salir la sangre que ella al instante siguió por los tubos y una vez estaba listo para llegar al otro extremo pincho a Dedrik quien comenzó a recibir la sangre del pobre hombre.

En silencio el joven Wolf prefirió no hablar más del tema. Sin embargo, cuando Amira estaba por irse el llamo su atención.

— ¿Qué hacías en la habitación de William?

—No se dé que me hablas...

—Te vi salir de su oficina... ¿Qué hacías con él a esas horas que llegué?

— Estas muy mal, estas alucinando cosas Dedrik...jamás fui a su habitación...

—Recuérdalo Amira...solo me perteneces a mí...Eres mi prometida...

—¿Insinúas que me estoy cogiendo a tu hermano? ¡Estas enfermo!

—Bien...entonces en la noche puedes calentarme sin problemas...

—Tengo mucho trabajo...Así que si tengo tiempo y ganas.

Dedrik estaba irritado de que esa mujer estuviese tratándolo de esos modos.

—Amira...¡Soy yo el cabeza de esta relación! No tomes un lugar que no te corresponde por que me estas irritando...¡Tengo necesidades de vaciar las pelotas y no estas cumpliendo con tu maldito trabajo!

—De tu y Reed, le debo mi obediencia a tu hermano...Es tu superior...así que si me pide que trabaje...trabajo.

—Te deseo...y tú me niegas... ¿Qué mierda te pasa?

—No me deseas, ¡Deseas sexo! calma tus impulsos y contrólalos...No eres un animal.

Salió de ese lugar fastidiada. Y se fue a encerrar a su laboratorio donde aún tenía a Craig.

—¡Hola figurilla! ¿Tienes Hambre?

Sin inmutarse pasó su mano por su nariz y no sintió aire caliente. Extrañada espera una señal de vida y no obtiene ningún resultado.

—¡Imposible que te murieras! Te administraba vitaminas y todo lo que necesitas para vivir suficiente tiempo para prolongar tu asquerosa vida.

Un tanto molesta con un martillo decide golpear y cuartear la cera en la parte del pecho. Hasta que queda al descubierto y la piel de la inspectora comenzaba a penas a curarse.

Se pone su estetoscopio, revisa signos vitales y no encuentra alguno que le indique que Craig siga con vida.

— ¡Quizás eras más patética de lo que pensé! Ya no tiene chiste conservarte si está muerta.

La inhumana judía se acerca a la oficina de Reed a hablar con él. Una vez él le indica que pase ella se cruza de brazos y lo mira sin su camisa fumando muy animado.

— ¿Vienes de arrastrada a que te caliente más? Mis manos pueden hacer el trabajo, o aquí mismo te sientas sobre de mi Amira... — Ríe sabiendo que irrita a la mujer más de lo que ya está.

— ¡Querido... tienes que dejar de pensar que me muero por tú pelotas! — Se asoma a ver que Dedrik no esté cerca y prosigue. —Tu hermano comienza a sospechar que hay algo entre nosotros... y no puedo darme basto para los dos...sobre todo con tus malditas cogidas tan salvajes...

—Sé que te gustan Amira...— Bebió de su alcohol tranquilo. — Al principio te resistías y querías ser solo de mi hermanito, Pero, sé que tienes aproximadamente una semana y media que vienes porque te encanta.— Rio sinicamente delante de ella.— Te encanta sentirme en lo más profundo de tu ser, que te ahorque mientras llegas a tu orgasmos y que te marque ese culo con mi cinturón...

—Eres una bestia William...

—Claro... ¿Crees que te voy a coger por amor? Eso en mi cabeza no existe...Hablando de...si te gusta tanto nuestra relación tan depravada... ¿Qué haces con mi hermano?

— Necesitamos darle otra terapia de electrochoques...— Habla al final. — Creo que se está volviendo sensible. Se rehusaba a recibir sangre de un prisionero.

—Tu brillante idea funciono a medias...tengo un soldado que me obedece y si cambio a como era...Pero toda esa información que tenia de traidores no la ha sacado a la luz.

—Te recuerdo que le diste una terapia muy fuerte...y lo mataste por unos minutos...Sabes cuantas células le mataste.

— ¡No y no me importa!  No creo que se pueda volver más idiota de lo que ya era, quiero la información que tiene sobre los traidores y parece que no recuerda... ¡Arréglale!

—No es una maquina... es un ser humano...No se arreglan tan fácil.

—Para eso te pago Amira...

— ¿Desde cuándo me pagas?

—Perdonar tu miserable vida no es suficiente para ti, tener las agallas de follarte ¿No te es suficiente? te doy de comer, un techo y te doy protección... ¿Qué más quieres que te dé?

—En la noche vengo Reed...pero piensa lo que te dije...Tu hermano necesita más terapias cada cierto tiempo.

—Ya se me ocurrirá algo...Ahora, lárgate necesito encontrar donde se esconde James Campbell...El si es un problema para mí.

— ¿Lo vas a interrogar?

—No... pero búscame a la gitana...si la tenemos a ella se entregará solo...El mismo dijo que es lo único que tiene en esta miserable vida...

— ¡Nos revelo su debilidad!

—Está confiado...obviamente nunca se ha enfrentado a William Wolf...

— ¿Qué harás con la gitana?

— Te podre dar un descanso y tendrás toda tu atención para que te montes a mi hermanito... si no puedes con los dos... ¿Feliz?

— No la quiero en el mismo techo que Dedrik...

— ¿Escuchaste eso?...—Reed puso su mano en su oído intentando confundir a Amira.

— No escuche nada...

—Exacto... No escuche pedir tu opinión...

—Pero Reed...

— ¡Largo!...si tienes tanta desconfianza de que te quite al imbécil de Dedrik, deberías abrir las piernas como conmigo...Un hombre bien atendido, no dejara a su mujer por un culo más bonito y apretado.— Una vez mas WIlliam Wolf mostrando por que era el indicado para ser el cabeza.—  Y admito que la gitana se mira más estrecha que tu...y de solo imaginar sus uñas rompiéndome la piel de la espalda mientras la embisto es, una hermosa fantasía que planeo cumplir... imagina que me muerda con esos labios tan peligrosos...que apriete su cuello mientras está por llegar a su glorioso orgasmo.

—Ella no aguantaría tus cogidas; la matarías, es una mujer frágil que se rompe a la primer montada salvaje que le des... No es lo que te gusta Reed.

—Yo la veo muy maciza...esa grande cabellera seria mi rienda para montarla...Si te portas bien las despacho a las dos al mismo tiempo...Quizás y se hacen mejores amigas si me las follo en la misma cama.

—Tu cinismo no tiene límites... Te cortaría la polla con los dientes si la obligas.

—Tengo una corazonada con esa gitana...Algo me dice que le va a gustar que la sometan.

—No conoces nada de ella.

—Obviamente tu tampoco...Ella no me tiene miedo...Y eso me excita más que cualquier otra cosa...Por miedo tengo a cualquiera...Pero ella no...— La evidente erección en Reed se hacía presente.— Si me disculpas...tengo que atender mis necesidades...

— ¿Te lo bajo?— Arqueo la ceja ofreciendo su ayuda.

— ¿Te llamas Mía Campbell?

—No, pero ella no está aquí...

—Tremenda emputada te vas a dar si te cojo y digo su nombre...—Esa risa cínica se dejo mostrar y prosiguió.— Sin mencionar que tu cavidad no se ha de sentir nada parecido a la de ella...Lárgate judía... me estorbas.

Amira molesta salió de la presencia de Reed y decidió dejar el tema por la paz. Reed sabía cómo dañarle su orgullo y era un experto en ello.

----- Miércoles 1 de junio 1938 Oficinas de la doctora Blackwood 10:58 PM.-----

Tal como habían hablado Campbell y Hoffman estaban intentando forzar la puerta para entrar a las oficinas de la doctora a ver si de pura suerte lograban encontrar algo.

Hoffman de manera hábil logra abrirla puerta y entra primero para asegurar que la inspectora no corra peligro.

—¡Despejado agente Campbell!— Mía entra con su arma igual desenfundada y prenden la luz notando que el lugar tiene tiempo sin ser visitado.. Hay bastantes papeles en el piso y rastros de que hubo algo más que una simple consulta. La capa de polvo que se ha formado deja algunas huellas y pisadas al descubierto.

—Aquí hubo de menos cuatro personas. — Afirma Hoffman por las huellas encontradas.

Mía se dirige a los cajones y comienza a buscar entre todos los papeles que tiene aún.

— Hay papeles de todo tipo... algunos tienen escritos...con términos médicos.

Hoffman está buscando entre los libros algo que les sea útil, pero todo parece no tener coherencia.

—Solo tiene novelas eróticas la maldita desgraciada...

Campbell sigue buscando en ese mar de papeleos y su atención es captada por algunos papeles en las que recuerda haber leído los nombres.

—Hoffman...estos tienen nombres de algunos oficiales...

—Coge todos los papeles que tenga...los libros tienen solo portadas de novelas eróticas, pero son registros médicos y bitácoras...Si se tomó el tiempo de esconderlos es que algo esconden... ¿Por qué no se los llevo?

—Y si esas cuatro personas que estaban aquí eran algunos de ellos oficiales...puede ser...

—Bien yo estaré bajando a llevar todo lo que pueda de libros. Tu apila todos los papeles.

—¡Déjame ayudarte! Más rápido no iríamos los dos dando vueltas.

—No...porque ya corres bastante peligro...si escuchas disparos o me llegan a matar...no salgas...no dispares y te escondes...

—Me pides algo imposible Hoffman.

—Es una orden como tu superior...

Mía guardo silencio y acato la orden, siendo Hoffman quien estaba vaciando el lugar lo mejor que podía.

La inspectora seguía hojeando papeles, cuando nota como tiene Blackwood la carpeta que tiene su nombre donde tiene que tener su historial médico. Al abrirlo nota que tiene fotografías de Clark e Iveth de Barnes... Incluso fotografías de Andrew y de un amplio seguimiento de su travesía por Norwich. Hasta abajo de ese mar de información tiene fotografías de Scarlett y escrito al costado, de rodillas pidiendo perdón y un boceto rápido a carboncillo.

No logra comprender muy bien lo que significa pero regresa su mirada a las demás fotografías y las de Clark, Iveth y ella también tienen algo escrito y bocetos rápidos.

«Mía Campbell: Lamiendo el piso, Clark Barnes: Sentado con su periódico, Iveth de Barnes: Trabajando en la cocina»

— ¿Qué mierda significa esto?

Al seguir ojeando encuentra que la foto de Andrew tiene solo un boceto un poco más detallado el cual dice rompiendo con un martillo un cráneo...

Sale de sus pensamientos cuando Hoffman llega y coge su hombro.

—Tenemos que irnos... un coche ha pasado ya dos veces por este lugar...con la misma matricula.

Hoffman se asoma por la persiana y nota que el coche se ha estacionado de manera discreta...Lo más seguro es que lo quieran sorprender.

—Campbell... ¿Sabes llegar a la estación Roosevelt desde aquí?

—Si coronel...

—Bien...Voy a salir primero llevándomelos lejos y no puedes ir conmigo.

—Pero Coronel...yo puedo disparar cubrirle...serle útil...

—Lo se, pero escucha...Tengo información de que Reed mando una orden de captura a James...y el mejor cebo eres tu...Ellos no saben que tu estas aquí.— Hoffman cargo su arma y agarro todos los papeles que Mía recolecto.

—Si sale coronel...le dispararan...tenemos que salir al mismo tiempo...yo correré y usted ponga a salvo los papeles.

—No escuchas...

—Si escucho Hoffman...pero si sale primero lo mataran...Ya lo ha dicho soy el cebo perfecto...

Hoffman lo pensó por unos segundos y sabía que Mía tenía razón...saliendo dos personas al mismo tiempo y una de ellas siendo Campbell se tendrían que dividir.

—Bien...Prepara esas piernas Campbell.

Mía igual cargo su arma y en una simple mirada que ambos compartieron se transmitieron todo.

—Ten cuidado agente Campbell. No confié en policías ni nada...está sola.

—Ten cuidado Hoffman.

Se sentía un ambiente de nostalgia...como si fuese una despedida y no se miraran nunca más. Solo quedaba arrojar la moneda al aire y apostar por el lado que eligieran. Hoffman le informa del auto que era el sospechoso y ella lo localiza.

Campbell sale corriendo primero, y en un tiro limpio revienta uno de los espejos del auto dejándoles la visibilidad muy complicada para quienes estaban esperando a Hoffman.

— ¡ES CAMPBELL!— Sale Reed del coche cargando su 9mm y disparándola a quemarropa mientras ella corre en zigzag para no ser un blanco tan fácil.— MÍA REGRESA ¡TE QUIEREN CONOCER!  ESAS PIERNAS SE VERÁN MEJOR  SOBRE MIS HOMBROS, ROMPIÉNDOTE  EL CULO— Reed nota como una bala le revienta el cráneo a uno de sus compañeros que le acompañaba y nota que es Hoffman quien sale ahora cubriendo a Campbell. — ¡HOFFMAN COBARDE HIJO DE PUTA! ¡DEJAS QUE LA SEÑORITA TE CUIDE EL ASQUEROSO CULO!

No hay respuesta por parte de Hoffman...No piensa caer en sus provocaciones.

— ¡Tráeme a la mestiza!En nada llegaran personas a reforzarte...

— ¿Quiénes?

—Los fenómenos del circo te ayudaran...

—Si tanto quieres a la gitana... ¿Por qué no vas por ella?

—Porque yo doy las ordenes aquí... ¡LARGO!

Hoffman ve como por las calles alternas sale alguien corriendo con cautela. Intenta disparar para darle más tiempo a Campbell, pero, una bala le atraviesa su dedo meñique provocándole un gran dolor y lo hace retroceder a esconderse de nuevo.

— ¡No seas entrometido! ¡Deja que se defienda sola la mestiza! ¿Acaso no quieres ver como me la monto en tu puta cara? ¿Te volviste sensible Hoffman?

— Ni siquiera es de tu interés Campbell... ¿Qué traes entre manos?

— Oh...Solo son buenos negocios...Es una mercancía más para mí...Una fina, indomable, apetitosa y única mercancía que planeo aprovechar al máximo antes de que  caiga en manos de la puta judía loca...¿Qué dirá el señor James al ver cómo le pongo un cinturón su hija en el cuello y me la cojo frente a sus ojos?

— ¡Hablas mucho!— Hoffman ya se había rasgado una manga para hacer un torniquete a su herida. — Yo creo que si fallas en tu misión...tu más grande ídolo te mandara a abrir la garganta como a un animal...Irónico...casi creo que le obedeces por miedo.

—Creo que te haces el imbécil porque tú y nadie más que tú arrastraste a esa mujer a esta aparatosa situación...Te come la cabeza saber que hoy puede volver a estar encerrada como mi prisionera y la de la judía loca...

Reed observa que Hoffman se asoma y aprovecha para volver a dispararle a quemarropa. La luz del alumbrado público desaparece con el disparo de Hoffman dejándolos a oscuras, pero le cuesta al coronel una nueva herida que le rozo la oreja izquierda. Claro, no era mortal pero el rostro tiene un sinfín de terminaciones nerviosas y esto le estaba costando pérdida de sangre al coronel. Se estaba enfrentando a un hombre de mucho cuidado.

— La próxima bala se ira directo a tus tendones...porque necesito interrogarte Hoffman...Sé que tu adrenalina esta al cine y la pérdida de sangre te hará cometer un error...

— ¿Qué le has hecho a tu hermano William? ¡Maldita basura de mierda!— La respiración del coronel estaba muy acelerada.

—Nada...es su esencia verdadera...Sabes que Dedrik tiene en esa mente primitiva un repertorio de torturas tan crueles como las mías o incluso más brutales...Solo hay que apretar los botones adecuados para sacar a ese animal.

— ¿Estás seguro que quieres hacer eso? Si te lo llegas a poner de enemigo una vez más....me compadeceré de ti...por qué te va a cazar William...Y hasta yo me sentiré que pagaras con creces.

— ¿Y crees que estarás vivo para presenciar eso?

La mano de Hoffman comenzaba a entumirse por la pérdida de sangre...William solo estaba quitándole tiempo para que no pudiera escapar y una vez débil ir por el sin el mayor esfuerzo posible.

—Walter...Te siento a nada de ser mi maldito prisionero. Y mi especialidad es hacer hablar a las ratas que se sueltan de la lengua...Ja

¿Conocen esa risa que inicia de forma tan baja que es casi imposible de escuchar? Pues William estaba comenzando a envolver la obscura calle con esa risa macabra. De ser un hombre que la mayor parte del tiempo pasa serio y siendo sarcástico. En estos momentos Hoffman no necesitaba verlo para saber que ese lado psicópata lo estaba dominando. Bastaba con escuchar su fuerte carcajada a todo pulmón para saber que su cordura se estaba perdiendo.

—Walter...mi cuerpo tiembla de emoción...— Su mirada era tan brillante por querer tener a Hoffman en sus manos. Su ceño fruncido le daba ese toque de calculador y siniestro. Sus manos temblaban de la emoción. Y su cabello despeinado era bastante para aterrar a cualquiera.

—Estás loco... ¡Necesitas atención Medica William!...Esto raya los límites de alguien enfermo.

— ¿Te crees?— Las pisadas hacia Hoffman se hacían más cercanas. —De solo imaginarte el infierno que te voy a hacer vivir...hasta cierto grado me excita...Necesito ver sangre correr.

Era todo para Hoffman...William se tomó su tiempo para debilitar a su presa y le había funcionado ser un completo parlante. Hoffman estaba cayendo en un suelo por la pérdida de sangre.

Alzo su arma al escuchar los zapatos de William acercarse a él. Una vez lo tenía de frente levantar el brazo apuntándole era todo un reto para el coronel. De forma sencilla con una patada en la mano Hoffman soltó su arma.

— ¡Hola anciano! ¡La edad no te va sentando bien!— Se agacho a su altura y reviso su herida.

— ¡No me toques! ¡Nazi de mierda!

Reed saco un afilado cuchillo, saco un encendedor y prendió un cigarro comenzando a calentar la hoja.

— ¿Tienes miedo Walter?...Has escapado cual rata, tanto tiempo que te has de estar cagando en los pantalones.

—Yo no te tengo miedo...

— ¡Deberías!...Porque soy el verdugo. — Expulso el humo del cigarro terminando de calentar la hoja y la pego a la herida de su oreja comenzando a cauterizar la herida de Hoffman. — Es wird eine lange Nacht für dich ... und für mich eine sehr lustige ...( Va a ser una larga noche para ti...Y para mí una muy divertida...)

¡FICK DICH! (QUE TE JODAN) Las lágrimas salían de Hoffman al sentir la caliente hoja coser sus heridas. — ME LLEVARE MIS SECRETOS A LA TUMBA...

—Du hast mir den Zigeuner gebracht ... du warst so eingebildet, dass du dachtest, du könntest mit mir fertig werden ... und all deine verdammten Beweise, um die du gekämpft hast, werden wie ein eingeäscherter Jude bleiben. (Me trajiste a la gitana...fuiste tan engreído que creíste que podías conmigo...y toda tu puta evidencia por la cual peleaste va a quedar cual judío incinerado.)

Reed golpeo con fuerzas repetidas veces a Hoffman hasta dejarlo tendido en el piso. Tomo un libro de los cuales habían metido al auto y comenzó a prenderlo frente a Hoffman. Acto seguido lo arrojo dentro del auto y toda esa valiosa evidencia comenzó a arder.

Hoffman estaba sufriendo una derrota humillante. Tenía frente a él a William Wolf y no podía hacer nada al respecto.

—Ich werde dich zu meiner bescheidenen Behausung bringen... und zu deinem Grab...( Te llevare a que conozcas mi humilde morada...y tu tumba...)

Con toda la calma del mundo lo cogió, inyecto de la anestesia que utilizaba Amira en Hoffman y lo monto en su propio auto.

—Uno menos...Falta el otro anciano decrepito de James...

Mientras Hoffman estaba siendo llevado a su infierno. Campbell seguía cruzando la ciudad con mucho trabajo. Ya se había percatado de que la seguían e intentaba avanzar con cuidado.


Próximo capitulo titulado "Deudas saldadas" ¿Ideas?

https://youtu.be/6Ez9QQYReWs

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