XLIV Retirada
----- lunes 9 de enero 1939 2:40 AM. Bosque Wisconsin-----
A estas alturas William no hablaba nada aún. Optaron por dejarlo descansar para no matarlo. Cuando sanara, James volvería a interrogarlo. Mientras Amira se encargaba de interrogarla Mía, quien seguía siendo blanda a estas alturas con ella.
Era momento de montar guardias. Carter estaba cubriendo su puesto mientras fumaba un cigarro.
—¿Nervioso? — Era Hoffman. Prende un cigarro al igual que Carter y le hace compañía. —¿Cuánto tiene Mía?
—Según nos indican esta aproximadamente entre la semana diez y once. — Carter arroja el humo del cigarro. Movía sus manos y sus ojos miraban de un lado a otro—Hoffman ¿Cómo planean entrar a Alemania? Los fascistas están esparcidos como cucarachas...Es un suicidio entrar ya a territorio hostil.
—Aún tengo contactos muchachos. — Hoffman sabía que estaba impaciente y nervioso.
—¿Confías en ellos? — Carter expulsa una vez mas el humo del cigarro y ríe. — Perdona... Estoy paranoico...y no confió en nadie. E-es que, no se ¿Qué ganan con ayudarnos?
Hoffman sabe que Carter se quiere tomar sus precauciones. Es normal que no confié en nadie debido a tantas traiciones que existen en su vida. Sin embargo, Hoffman sabe que decirle al joven alemán.
—¿Qué ganan?— Despues de un breve silencio el coronel prosigue.— Carter...Alemania esta en la mira de todo el mundo. Muchos apoyan la idea fascista, pero, muchos otros no. Para muchas personas en todo el mundo los Alemanes somos genocidas.
—Bueno...por la mayoría tenemos que perder todos ¿No?
—Sabes...Eso imagine al principio. Pero resulta que ganamos mucho al hacer estas acciones que arriesgaran nuestra vida.
—¿Qué cosa?
—Demostrar...que no todos los alemanes somos iguales a la mierda que actualmente predomina.
Jack se quedó sin palabras. Hoffman tenía razón, no todos estaban a favor de las ideas tan retorcidas de Adolf Hitler. Hoffman mostró un periódico a Carter mostrando el ejemplo de August Landmesser, quien fue el único trabajador en una fabrica que no hizo el saludo fascista. Gracias a que quedo expuesto en una fotografía. (PD) En 1937 fue detenido en la frontera de Dinamarca, fueron encarcelados él y su esposa ya que intentaban escapar por que se le acusaba de infamia racial y deshonrar a la raza. Lo separaron de su esposa la cual era judía. Se le llevo a un campo de concentración donde dio a luz a su segunda hija y por desgracia la asesinaron. En cuanto a August, hasta la fecha actual el seguía preso.
—Corriste con mucha suerte Carter.
—O tal vez conforme avanza el tiempo las cosas se complican más, Hoffman.
—¿Quieres mi recomendación? — Miró a Carter y este movió de forma positiva la cabeza. — No arriesgues más a tu familia...Toma a Mía, a Korina y llévatelos ya a Hawaii. El fuerte Pearl Harbor les dará toda la protección que necesitan. Sobre todo, porque Estados unidos sigue declarado neutral.
—Se que es lo mas sabio en estos momentos.
—¿Y qué esperas?
—El permiso escrito...
Sin previo aviso uno de los hombres de James avisa que tienen que bajar ambos y el tomara la guardia. Ambos hombres se dirigen a la oficina de James donde encuentran solo a Mía.
—¿Korina?
— La deje bajo llave...está durmiendo.
—¿Qué sucede? — Hoffman mira a James con un rostro de rabia. —¿Noticias?
—Tenemos una rata en nuestras filas...Y esa maldita rata ha logrado mezclarse tan bien que está ayudando a nuestros prisioneros.
Carter siente como es que la sangre se le baja a los pies.
—¿Cómo esta tan...
—La miré...— Interrumpe la gitana algo molesta.—No me sentía bien y cuando me dirigía a la enfermería pues, la descubrí.
—¿Una mujer?
Mía afirma y prosigue.
—Y lo peor del caso es que ella se encargaba de revisar mi embarazo...no se que clase de cosas me ha estado inyectando.
Carter se le cógela mas la piel al saber quién era la informante.
—La matare...
—No Jack.—Mía coge un arma y la carga.—Yo me encargo... No te gusta enfrentar a mujeres.
—Pero...
—Sin mujeres y niños Carter...— Mía carga su arma le quita el seguro y se la pone detrás de su pantalón. —Dile que me puse mal y tráela al despacho de James.
Carter respeta la decisión que tomo Mía. Sale del despacho de James y se sienta esperando a la enfermera.
No le toma ni diez minutos regresar a la ya mencionada. Carter le pide de favor que la siga por que Mía esta teniendo dolores muy fuertes. La enfermera coge un maletín y lo llena de objetos que ocupara y medicamento. Sin tomarle mucho salen los dos y llegan a la oficina de James. La enfermera pasa y los ve de pie
—¿Qué estabas mal?
— Correcto...No me he sentido muy bien.
La mujer pasa y abre su maletín comenzando a revisar el corazón de Mía y el latido del bebe.
—Ambos corazones parecen estar trabajando perfecto. — Dándole la espalda comienza a preparar la inyección para Mía.
La gitana la mira con resentimiento y decide comenzar a soltar todo lo que sabe.
—Fui a buscarte cuando estaba sola...y no te encontré en la enfermería.
—Tengo necesidades que hacer también Mía. — Soltó una leve risa. — Comer, dormir, ir al baño...
—Atender a William...— Habla Mía haciendo que la enfermera se quedara paralizada. —¿No?
—Creo que posiblemente tienes fiebre...para imaginar eso.
La enfermera miro como Carter puso seguro a la puerta, James y Hoffman estaban en silencio con sus manos en las armas. Al girarse a ver a Mía ella estaba de pie tranquila. Su mirada era penetrante y con eso le estaba queriendo ya decir todo.
—Siéntate Ingrid...—Mía se acerco a las licoreras de su padre y en un vaso sirvió un poco de ginebra. Con pasos lentos Mía le entrego el vaso.
Trago grueso, cogió el vaso y sus mansos estaban sudorosas.
—Tómame la temperatura entonces.
—Es solo un diagnóstico rápido...
—Insisto...
La enfermera sin tener mas opciones, le puso el termómetro en la boca a Mía. Pasaron unos minutos y ella lo retiro.
—Parece que estas bien...error mío. — Al soltar el termómetro, trago todo el contenido del vaso. Resonó su garganta y miro a Mía de nuevo. — Olvide una vitamina para ti...si me permites.
—Todos aquí ya sabemos tu secreto Ingrid. — Campbell pauso un poco para tomar aire y proseguir. — Mientras pasabas desapercibida...le vendiste a William información sensible...Por eso ellos sabían que estoy esperando un bebe.
—No...tengo idea de que me hablas.
Mía dio pasos cautelosos por la oficina de James.
—¿Acaso James no te paga lo suficientemente bien?
James saco unas hojas donde mostraba las ganancias de la enfermera.
—Puedes decirlo tu misma hija.
Mía coge los papeles y ve que su sueldo no es malo.
—Sin mencionar que te brindan protección y un extra desde que llevas a cabo mi embarazo. —Mía le arrojo la hoja mostrándole los números. —¿Qué más dijiste?
—Esto es una enorme confusión.
—Sácate los bolsillos Ingrid...Y desde ahorita aviso. Es una orden.
Ingrid se queda en silencio. Campbell se acerca a la enfermera y la cachea. De su bolsa saca una ampolleta con calmantes muy fuertes y morfina.
—Mía...eso se puede explicar...
—Creo que le quieres ver la cara a James. — La quijada de Campbell esta desencajada. —¿Qué le hiciste a mi bebe? ¿Qué le inyectaste todo este puto tiempo?
—No va a decir nada hija...Esta que se caga en los pantalones. — James Campbell huele el miedo de la mujer. Se acerca a ella en silencio. — Y no pienso alimentar una boca de una traidora...Sabes que desde que te contrate pedí lealtad.
—Mi hijo está en amenaza...
—Tu no tienes familia Ingrid...—Menciona Carter.—Sabes cual es el precio por traición.
—Le vendiste al mejor postor todo. Por algo tan estúpido o absurdo como el dinero...
—Mía...deja...
Sin decir mas pone su 9mm en la barbilla de la enfermera y jala el gatillo atravesando todo el cráneo y dándole una muerte instantánea. Todos sin decir mas aceptan la justicia implementada de Mía Campbell.
—No quiero escuchar mas mentiras...
—Arreglen sus cosas ustedes dos, las de la niña y llévense a Scarlett.— James da la orden a Mía y Carter.—Nos vamos ¿Ya sabemos cómo actuar?
Mía y Jack salen a obedecer a James. Mientras tanto Hoffman se queda con el mafioso quien de igual modo comienza a acomodar sus cosas.
—En cuanto puedas...te largas a Alemania Hoffman...Estas a cargo de todo, no cuestionare tus decisiones Walter...Seguiremos en contacto.
—Así será James.
El mafioso después de armar su maleta con sus pocas pertenencias. Toma algunas armas que coloca en otra maleta. De la forma más rápida posible. Baja a las habitaciones de sus presos. Sin siquiera avisarles pasa a Amira a la habitación de William quien intenta forcejear con el mafioso sin éxito alguno.
Sin siquiera preguntar nada con su 9mm le revienta la mano izquierda a William y con una daga le saca un ojo. Esto claro que le genero dolor a William.
—¡HIJO DE PUTA! ¿QUE QUIERES AHORA?
James lo golpea en la boca del estómago y le saca el aire. Mientras a Amira dándole una cucharada de su propia medicina le decide meter las piernas a cera caliente. Amira grita de dolor y William se retuerce al ver como lastiman a su compañera.
De igual modo, James le muestra que se han robado el aparato con el que daban electrochoques en prisión de su última misión y ataque. James amordaza a Amira y le pone el mismo aparato en la cabeza a la judía.
Amira al ver su propio invento le pide de forma desesperada que no lo haga. Las lagrimas ya salen de forma involuntaria y la mujer sabe que esta por vivir un infierno.
—Que se te queme el puto cerebro...perra idiota chueca.
James prende la maquina y comienza a proporcionarle descargas a Amira que la hacen retorcerse de dolor. Su cuerpo se mueve con violencia y la cera comienza a pasarle factura a sus pies. La primera capa de esta comienza a desprenderse. Los ojos de la judía se emblanquecen y comienza a tener convulsiones.
James retira los electrochoques y Amira no logra regresar en sí. Su cuerpo sigue en convulsiones violentas.
—Mírala agonizar...sin poder hacer nada William.
—JAMES HIJO DE PUTA...¡REGRESA! ¡No te atrevas a hacerlo!
James cierra la puerta y deja a William con esa angustiosa situación.
Por otro lado, Mía y Jack ya están con sus cosas junto con Scarlett y Korina. James al verlos listos da la orden para que se encaminen a su nuevo destino.
—Tengo el dinero y los papeles James...No tendremos problemas económicos.
—Larguémonos de aquí...
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Mientras esto pasaba William seguía viendo a Amira pasar aprietos.
—Amira ¡Resiste!
La judía seguía sin siquiera poder moverse...la cera emanaba humo de lo caliente que estaba y sus piernas seguían inundadas en esta mezcla espesa y mortífera.
—¡Resiste! ¡Amira! — William comenzó a ver la cera pintarse de carmesí sabiendo que las heridas estaban haciéndose más profundas. —Mierda... ¡AYUDA!
Desde hace minutos Amira Lastrange había pasado su límite. Se había desmayado del dolor que tenía en esos momentos.
El tiempo corría y si no se hacía algo Amira podía morir o tener heridas que le costarían su actual estilo de vida.
William lo único que se le venia a la mente era balancearse para intentar tumbar la cera caliente. Sin embargo, sus propias heridas le complicaban el trabajo. La sangre que escurría por su rostro lo debilitaban sin mencionar que la perforación de su mano le causaba un dolor que ardía en todo el brazo.
«¡James hijo de puta! Te voy a descuartizar...»
En uno de sus tantos intentos. William alcanzo a mover el recipiente con cera hasta lograr tirarlo y derramarlo en el piso. Esto claro que también le causo quemaduras en sus pies. Pero era un precio que estaba dispuesto a pagar por la judía.
— Scheisse! Scheiße! Mit einem Dämon! (¡Mierda! ¡Joder! ¡Con un demonio!)
Las heridas de William eran letales. Esto también le dejaría una secuela enorme en su cuerpo. Y esto simplemente lo llenaba más de odio.
—Te voy a sumergir en agua hasta que los malditos órganos te exploten...O mejor aun, te bajare a un puto rio donde las malditas pirañas te coman las putas piernas...y los cocodrilos de descuarticen y te desmembren...
Las piernas de el nazi colgaban temblando de dolor. Su límite también lo había pasado. Y las fuerzas se le terminaban.
----- miércoles 18 de enero 1939 7:47 AM. Embarcacion USS Chicago-----
James se había hecho de buen nombre gracias a Hoffman. Sin necesidad de esconder su identidad. Todos sabían a que se dedicaba. Sin embargo, ya tenía un contrato con Estados Unidos gracias a Hoffman. Estados unidos se haría de la vista gorda con su negocio, siempre y cuando él se encargara de distribuir la mercancía a otros lados. Y también accedió a donarles algo de morfina pura a la marina cada mes. Debido a que ahora tenía que dispersarse en otros países. Esto le permitió triplicar sus ganancias.
James solo tendría que ser paciente y esperar a que Estados Unidos entrara en guerra. Una vez eso pasara. La venta de droga se dispararía de forma masiva. Pues era un consumo común en esa época para mantener a los soldados despiertos. Sin mencionar que tenia otros negocios que le seguían dando dinero a enormes cantidades. Como el transporte de alcohol ilegal, jinebra,ron y wiskey, el consumo de opio, tabaco y lo más reciente. Conseguía Armas para los Estados Unidos ya que, las de ellos tenían retroceso más palpable que en otros países, y segundos de retroceso o incluso milésimas de segundos, era crucial en la guerra.
En pocas palabras James tenía visión para los negocios y era muy listo. Mía le ayudaba como podía con la administración y lar cartas firmadas y selladas que ahora su firma tenia validez con sello Campbell.
—¿Crees que lleguemos bien a nuestro destino?
—La ruta es segura Scar.— Mía deja a un lado los pocos papeles que tenia y cierra las carpetas.— ¿Cómo te sientes?
—Bien, todo excelente.
—Scar...— Mía ya conoce bastante bien a la pelirroja. —No está mal extrañar a Walker...fue tu esposo...ni a tu bebe...fue muy deseado.
—Pasar el rato con más hombres. —Resuena su garganta. — Me hace no sentir ese vacío...digo...si me siento vacía y se que se acuestan conmigo porque están con ganas. — Scarlett sentía un nudo en la garganta. — Ninguno de ellos remplazara a mi amado John...ni a mi bebe...
Sin poder seguir Scarlett limpio sus lágrimas y lloro amargamente al lado de su amiga.
—Scar...—Mía regreso ese abrazo comprendiendo como se sentía. —Tu mereces ser feliz...y si encuentras a algún otro buen hombre...es lo que John hubiese querido.
—Es muy pronto...
—No te digo que ahorita...date tiempo para sanar. — La gitana seguía abrazando a su amiga. —Nadie te va a juzgar. Lo que quiero decir es... no te cierres. Se que es fácil decirlo y difícil hacerlo...Pero, no estás sola.
—No quiero ser un estorbo en tu vida y la de Carter.
—No lo serás. — Regalo una sonrisa natural. — Korina te quiere tanto...y estoy segura que este pequeño o pequeña también.
Scarlett sentía calidez en su corazón. No lograba entender por qué veía ya a Mía como si fuese su hermana. Ambas se tenían un cariño autentico y se consideraban familia.
—Por cierto. — La pelirroja miro a Mía. —¿Ya tienen algunos nombres?
—Si es varón...Nos gustaría ponerle John Alexander Carter Campbell...Si es que nos permites...Jack, tiene una gran deuda con Walker desde esa vez que lo ayudo a escapar de Logan.
—Es un gesto muy lindo de parte de Ambos. — Scarlett una vez más abrazo a Mía. — ¿Y si es una niña?
—Bueno...Carter me dijo que le gustaría Astrid...A mí me gustaría ponerle Emma.
—¡Emma! ¿No era ese el nombre de su hermana que William asesino?
—Si...
—¿Qué dice al respecto?
—El...aún no sabe eso.
Scarlett comprendido que quería darle una sorpresa a Jack con ese detalle.
—¿Y James que opina al respecto?
—Pues si te fijas por ese lugar. — Apunto con el dedo índice señalando a James y a Carter. — papa lo tiene haciendo rutinas pesadas hasta que ceda a que el bebe tenga primero el apellido Campbell.
Scarlett miro a Carter y lo miro sudando a todo lo que daba, pero sin cederle la petición a James.
—Era de imaginarse hahaha.— Una vez mas miraron riendo a Carter, aguantando la rutina pero negándose a ceder su apellido.
Mía después de ver la escena entre ambos se puso de pie. Saco su arma que siempre traía. Ya a estas alturas, armarla y desarmarla le era pan comido. Sin embargo, seguía practicando su tiro. Para los tiros a distancia era buena, pero su ambición la llego a querer más.
Le pidió a Scarlett que arrojara botellas al aire mientras ella intentaba reventarlas en pleno movimiento.
Mientras esos hechos acontecían, James estaba poniendo a Carter al límite.
—Vamos...idiota... hasta un bebe lo haría más rápido que tu ¡Mueve esas piernas!
—No necesito fuerza...
—Necesitas fortalecer tus malditas piernas enclenques...y ese flaco trasero no te servirá de nada.
—En la guerra se usan armas James...
—Y se ocupa correr y mover el trasero más rápido de un lugar a otro. — El mafioso seguía disciplinando a Carter. — Sin mencionar que tu hermano querrá enfrentarse a ti cuerpo a cuerpo.
—¿Te recuerdo donde lo dejaste? — Carter seguía fortaleciendo sus piernas. —A estas alturas ya estará muerto.
—Ese y Amira son peores que cucarachas. — James veía la fuerza de Carter en las piernas y aun así decidió aumentarle el peso un poco más. —Pero matarlos teniendo tanta información, que tienen, sería absurdo.
—¿Una vez que hablen no servirán de nada?
—Primero los sacan antes de que hablen...
Carter se detuvo en seco y miro a James.
—Y aun así ¿Te atreviste a dejar a Hoffman solo?
—Fue decisión del.—James sabía que esto molestaba a Carter.
—Lo mandaste a su suicidio...
—¡No! — Furioso levanto la voz. Masajeo el puente de su nariz y tallo sus ojos. —Nos compró ...tiempo a todos.
Carter una vez mas molesto empujo a James.
—No se deja a los camaradas atrás James. — La mirada de Carter estaba llena de cólera. — ¿Qué te hace decidir qué vida es más importante que otra?
James había conseguido fastidiar a Carter.
—¿Qué vas a hacerme? — Al instante tiro el primer golpe a Carter en la mejilla. James daba buenos derechazos , así que e hizo retroceder a Carter —¡Payaso!
Carter levanto la guardia e intento ir de nuevo por James.
Este de la forma mas tranquila, sometió a Carter al piso; Los marineros que viajaban en ese barco, veían como James fácilmente se encargaba de Carter.
—¿Ya terminaste de hacer tus berrinches Carter?
—¡Eso! — Apunto con el dedo índice mas molesto que hace unos minutos atrás. — ¡No es berrinche! Es ser leal.
—¿Me crees idiota? — Carter molesto se le dejo ir a James quien una vez más lo sometió fácil. — ¡Somos hombres! No niñitas que no saben a lo que se enfrentan.
Y así de fácil James le estaba mostrando su primera lección.
—Puedes ser muy bueno en muchas cosas. — James empujo de nuevo hacia atrás a Carter. Este se fue de espaldas y cayó al piso. — Pero si nos gana el coraje...no pensaremos con claridad.
Carter por el coraje que sentía en ese momento se debajo llevar por sus emociones y era torpe en movimientos. Tanto que James podía predecir la mayoría de estos.
—Berrinches así...solo harán que te maten a ti, a tu hija, a tu futura esposa y a tu futuro bebe.
James soltó a Carter, y este se dio en cuenta que se dejo llevar por las emociones. Era cierto.
—Sigue fortaleciendo tus malditas piernas...Y trabaja en esa pérdida de control Carter...No siempre el miedo que impones cuanto te enojas te salvara.
Sin decir nada, ni reprochar nada. Carter siguió con la rutina que le había dejado.
«Maldito Carter...No tienes nada de defensa...solo golpeas como bruto.»
James sabia que tenia que fortalecer en Jack y que le podría servir en el futuro para ayudarlo a aumentar sus posibilidades de sobrevivir a lo que se avecinaba. Miro de reojo como es que Mía intentaba mejorar su puntería y estaba teniendo dificultades. Se detiene a ver como lo hace. Campbell al sentir la mirada de su padre observando se siente nerviosa.
James ve como no esta ni cercas de reventar la botella que eventualmente caerá al océano. Un poco antes de que toque el agua la botella se revienta y Mía ve que su padre es quien ha sido el causante de ello.
—Tienes que calmar tu respiración para tener una puntería más acertada. — El mafioso busca entre las armas que tienen en su alcance un rifle de francotirador. Y comienza a destruir las botellas anteriores que han caído al agua y se mantienen a flote. —Tienes que trazar en tu mente la ruta y disparar por donde crees que pasara...Si le apuntas a la botella en movimiento...jamás acertaras.
Mía se acerca su padre y lo escucha comenzar a disminuir su respiración. Le toma algo de tiempo llegar a ese nivel de concentración. Pero, una vez que lo hace, revienta la botella mas cercana, al barco. Conforme destruye las botellas se comienza a hacer un reto mas complicado. Sin embargo, James lo hace ver como pan comido.
Los marinos aplauden al ver que el mafioso ha reventado todas las botellas sin ningún esfuerzo.
—¡¿Cómo hiciste eso?! — La gitana esta boquiabierta. —La última botella a penas se veía.
— La práctica de este viejo. — James beso la frente de su hija. — Tienes que lograr sentir tu propia respiración y hasta escuchar tu propio corazón. Disminuir tu ritmo cardíaco y relajarte. Si no el retroceso cambiara la dirección de la bala.
—¿Me enseñas?
—Primero ve a alimentarte...Mi nieto o nieta necesitan comer y tú también. — Mía estaba por irse cuando James le da una orden. — Ahorita tu pulso será menos preciso por que tu corazón trabaja más, recuerda que estas creando una vida.
—¿Qué me recomiendas?
—Que sigas practicando...cuando termine tu embarazo...te será pan comido porque ya estarás acostumbrada a disparar con el corazón trabajando al doble. — Sin embargo, James tenía una pequeña incertidumbre. — Hija...Al disparar el arma ¿No sentiste que se asustara por el ruido?
Mía se detuvo en seco y se regreso a ver a su padre.
—Ni siquiera se movió ¿Por qué?
— No soy experto en el tema...pero cuando tu madre te esperaba tu sí que de asustabas.
Mía miro a Scarlett con miedo. La pelirroja ya tenía una posible causa.
—Puede que este muy chico aun para tener el oído desarrollado... Ya que estamos con meras especulaciones con la cantidad de semanas que tiene.
—Tiene sentido. — Mía se queda más tranquila. —Apenas voy empezando y ya me va a explotar la cabeza.
—Eres madre primeriza...—Explica James. —Es de lo más normal que te preocupes hasta por que se le atore la papilla cuando coma.
James regalo una sonrisa a Mía. La gitana se tranquilizo un poco mas al escuchar a su padre decirle eso. Sin decir más se dirigió a descansar.
James miro a Scarlett que seguía con varias botellas de cristal.
—Lánzame Scarlett.
La pelirroja sin poner objeción lanzo dos botellas. Una seguida de otra. James al verlas en el aire, saco su 9mm y disparo a ambas reventándolas con facilidad.
—Algo te preocupa...—Scarlett se acerca a James.
—¿Sabes guardar secretos? — El mafioso ve como ella, con la cabeza de forma positiva le responde. —Bien...Si alguien más lo sabe...asumiré que hablaste tu. Por que solo tu y yo lo sabremos.
Capitulo doble esta semana ... Próximo capitulo titulado "Llego el día"
En memoria de August Landmesser (24/Mayo/1910 - 17/Octubre/1944) August Landmesser es famoso por ser la única persona que no hizo el saludo nazi en la botadura del acorazado Horst Wessel en 1936.
https://youtu.be/LSvOTw8UH6s
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