XI Yo soy la justicia
-----Lunes 28 de Abril, prisión Joliett 1:02 PM zona de visita-----
La inspectora tenía su mirada tan oscura y vacía que sabía que no podía controlar la rabia que sentía.
Su cuerpo temblaba de coraje y sentía el mismo temblor de Kaya, pero de pavor. Al instante recordó esa maldita fecha en la que la Logan Hunt el marco arrebatándole muchas cosas, despertando muchos sentimientos que creía había desechado.
¿Cómo era posible? Era una niña. Todo por gente prejuiciosa que eran lo suficientemente estúpidos y cerrados como para atreverse a tratar a alguien diferente por algo tan trivial como el color de su piel.
— ¿Quién fue Kaya?
Una vez más hablo, la morena escucho como la voz de Mía estaba por romperse en llanto. Al buscar su mirada vio el genuino dolor que Mía sentía por ella y como corrían lagrimas por sus mejillas. Pero tambien estaban cargadas de coraje.
— ¡Solo sácame de aquí! Te prometo... me esfumare y no te daré problemas— Se acurruco en la inspectora aun pidiendo que olvidara por la paz el tema.
— No voy a pretender que algo así no paso Kaya
— Es la justicia que hay Mía ¡Entiende!
— Cuando un ser humano queda excluido...eso ya no es justicia Kaya...La justicia tiene que ser para todos...— Coloco su mano gentilmente en Kaya mientras le seguía consolando. Pero siguió metiendo presión pues el coraje lo tenia atorado en la garganta.—¿Quién fue?
—B—Tomo aire nervioso aun con miedo a decirlo, pero, Mía le transmitía seguridad. —¡Blackstone!
Al ella decirlo sintió un enorme peso salir de su pecho, pero más miedo la invadió.
— ¿Quién más sabe de eso Kaya?
—Solo el, yo y ahora tú
Mía con su instinto protector a flor de piel beso la frente de la adolescente y le transmitió tranquilidad. Ella al sentir este gesto logro tranquilizarse. La inspectora se reincorpora con la sangre hirviendo.
—Me pondré a trabajar para sacarte de aquí...—Ella le regalo una sonrisa amistosa y Kaya se sintió tranquila. —Voy a quitarte ese maldito problema que cargas...— Antes de irse en silencio analizo las cosas. —¿Cuántas veces se ha repetido esto Kaya?
—S-seis. — Apenada bajo la mirada.
Esto fue una inyección de rabia para Mía quien no pensó escuchar un número más alto de tres.
Se alejó de ella y se acercó a los oficiales.
— ¡PUERTAS! — Dando esta orden tan directa abrieron la puerta y la dejaron salir.
Campbell recorrió aparentemente tranquila toda esa prisión hasta llegar a ver a los oficiales de la entrada. De la manera más disimulada mantenía su mano sobre su 9mm.
— ¡Disculpe! — Mía hablo y al instante le atendieron. — ¿Dónde encuentro al oficial Blackstone?
— ¡Acaba de subir a las oficinas! — Mía arqueo la ceja confundida. — ¡¿R-recibió una llamada!?
—Llamada... ¿De quién?
—No lo sé...no me toco atender la llamada inspectora.
— Gracias— Se alejó sin decir más y se encamino a las oficinas. Sus instintos se estaban despertando, y su sentimientos se comenzaban a envenenar.
Dentro de esas oficinas, Blackstone estaba atendiendo la llamada urgente que recibió.
— ¿Diga?
—Ella ya sabe la porquería que has hecho...y va directo a encararte...Posiblemente enfrentes varios años de prisión... Olvidalo te va a matar y se escapara el juicio.
— ¿Quién eres...
— ¡Mátala!
— Pero...
—¡Ella va decidida a matarte!
Un silencio apodero ambos lados de la línea y Blackstone escucho como del otro lado se cortaba la comunicación.
El oficial nervioso colgó el teléfono y al darse media vuelta se encontró con Campbell que tenía sus ojos completamente puestos en él. Sus pupilas se deslizaron hacia la puerta y noto como Mía apretó el pequeño botón para poner el seguro.
—Oficial Blackstone...—Rompió el hielo. — Acompañe...
Siendo interrumpida, Blackstone sacó su arma. Campbell noto este movimiento rápido de él y dando media vuelta en el piso entra debajo de un escritorio. El primer disparo de bala hace que las alarmas suenen dentro de la prisión y todos entran en protocolo de contención.
—SI ME QUIERES MATAR, PERRA...— Lanzo tres disparos más al escritorio—¡LA QUE SALDRA FRIA Y TIESA SERAS TU!
— ¡¿De qué mierda hablas?!— Mía También intentaba disparar para evitar que el hombre se acercara a dispararle. — ¡TIENES QUE ENFRENTAR TODO EN UN JUICIO!
—¡MIENTES! — Blackstone vacío el cargador nervioso y se preparaba para recargar su arma. —¡ELLA NO MINETE! ¡CORRUPTA ENFERMA MEDICADA!
Campbell aprovecho, al ella escuchar que estaba queriendo recargar cartucho y salió. Se abalanzo sobre el oficial y con unos golpes certeros logra desarmar al hombre.
— ¡No te quiero matar!—Mía intenta dialogar con él. — ¡Pero tampoco dejare que repitas tus fechorías!
Blackstone al verse desarmado se deja ir con rabia hacia Campbell y del coraje que tiene logra darle dos buenos golpes a puño cerrado a Mía, quien sin dejarse vencer por el miedo con sus piernas aprisiona a Blackstone y tuerce su brazo comenzando a hacerlo que se retuerza del dolor. Campbell escucha como es que sus huesos comienzan a crujir.
—¡ES UNA NIÑA! —La inspectora golpeo al oficial en el rostro repetidas veces.
—¡ES UNA MALDITA NEG...!
—¡CALLATE! —Campbell entierra con fuerzas su rodilla en el estómago.
Blackstone comienza a sentir que los golpes de Mía son más fuertes. La toma con fuerzas del cabello y la empuja hacia atrás. Acto seguido toma un gran libro que tienen en la mesa y la impacta de lleno en la mandíbula. Debido al golpe ella arroja sangre por la boca al morderse la lengua. — Por unos segundos la garganta de Mía comienza a sentir enormes cantidades de sangre pasar.
—¡HIJO DE PUTA!¡DEGENERADO!¡CERDO!
Se reincorpora escupiendo sangre al piso. Blackstone con fuerzas intenta darle un segundo golpe con ese libro de pasta dura. Campbell en modo de defensa solo se le ocurre coger el teléfono de línea y utilizarlo como arma de defensa. Hábilmente esquivo golpe del libro y revienta el teléfono en la mandíbula de Blackstone haciendo que dos dientes salgan de su boca del fuerte golpe que ella hizo con el teléfono.
El hombre cae al piso y Mía en un arranque de cólera continúa golpeando al hombre con todas sus fuerzas.
Oficiales afuera de ese cuarto intentan abrir la puerta, pero esta sellada por dentro, debido al seguro que Mía puso.
—¡VIOLADOR! — Mía de tantos golpes tan repetidos comienza a dejar marcas en el hombre con una violencia notable. —¡CABRON!
La inspectora se comienza a despejar, la mente nublada que tiene y ve que el hombre está sangrando de la entrepierna. Con un dolor inmenso el sujeto a duras penas logra moverse. Mía se acerca a la puerta para intentar quitar el seguro y decide dirigirle una última mirada al Blackstone quien ya está cargando su arma que había tirado y estaba a nada de abrirle el cráneo a Mía con un disparo limpio.
Ella toma la decisión rápido, en medio de esa encrucijada y saca su arma disparando perfectamente entre las cejas perforándole la cabeza. La rabia y coraje de Mía siguen elevados y sigue jalando ese gatillo rematando el cuerpo.
Los oficiales que son espectadores están aterrados al ver que le han quitado la vida a uno de sus compañeros; Ese día Mía Campbell decidió manchar su alma.
Ella abre la puerta y sale del cuarto llena de moratones, y un chorro de sangre que corre por su boca. Con una pierna adolorida cojea por los pasillos de la cárcel y ella acaba de caer en cuenta lo que ha hecho. Decidió entre su vida y la de él.
Carter quien ya tenía pocos minutos esperando a Mía afuera al escuchar las alarmas encenderse, bajo y paso los filtros de seguridad buscaba a Campbell con su mirada.
Empujo a unos guardias que le impedían pasar y se abrió paso de la manera más salvaje posible.
Carter ve que de las escaleras viene bajando Campbell quien cojea de su pierna y siente un alivio al verla completa y en una pieza.
Carter arquea la ceja al ver que unos oficiales armados llegan apuntándole a Mía.
— ¡BAJA ESA ARMA! ¡BAJA ESA PUTA ARMA!
— ¡El arma ya no tiene municiones!— Mía guarda su arma y levanta las manos en son de paz.
— ¡¿QUE MIERDA ESTA PASANDO?!— Carter intenta abrirse paso, pero dos oficiales le detienen. — ¡ELLA ES UNA DETECTIVE!
— ¡La detective vacío el cargador en la cabeza de un oficial! — Explica a Carter y él extrañado ve como entre dos oficiales comienzan a doblegar a Campbell con una macana dándole fuertes golpes en el estómago. — Prosigan.
— ¡HEY! ¡NO! ¡ELLA NO ES UNA CRIMINAL!
Un oficial la pone de pie, la somete en la pared comenzando a inspeccionarla.
— ¡No va a encontrar nada turbio!— Habla Campbell. — Solo mi permiso para portar armas.
Siguen cacheando a Campbell y de su saco extraen dos frascos de medicamento.
— ¡MATASTE A UN COMPAÑERO!— Le dan un fuerte golpe en los riñones.
—¡ERA UN MALDITO VIOLADOR!¡PEDOFILO DE MIERDA! —Campbell sentía la sangre aun que le hervía. — ¡ Y LO PERMITIERON!
— ¡CALLATE!—Un nuevo golpe en las costillas la tuerce en el piso del dolor.
— ¡Mía!— Carter siente impotencia al ver cómo es que someten a crueles golpes a su prometida. Logra ver también que de las escaleras vienen bajando un cuerpo ya cubierto por una manta; Lo que dicen ellos es cierto. Campbell ha matado a un hombre.
— ¡MI VIDA ESTABA EN PELIGRO!
—¡Conveniente que nadie lo viera! ¡No te dije que cerraras la puta boca!
Por esos pasillos se escuchan los tacones de la doctora Blackwood que fue llamada en cuanto comenzó el infierno en la prisión.
— ¿QUE ESTA PASANDO AQUÍ?— Habla con autoridad molesta. — ¡ELLA ES MI PACIENTE! ¡EXIJO UN TRATO DIGNO!
Los oficiales al tener frente a Blackwood , aun sin soltar a Campbell, sometiéndola con fuerza deciden explicarle a la doctora.
—Doctora Amelia Blackwood.— Se quita el sombrero en señal de respeto.— Lo siento pero... La oficial Campbell ha asesinado a el oficial Blackstone.
Carter empujando a los oficiales se acerca de forma rápida a querer ver como esta Mía y le dan un golpe con la macana.
—¡DIJE TRATO DIGNO! — Se enfurece acercándose al oficial que golpeo a Carter. Le apunta con el dedo índice. — Eso incluye a los oficiales.
—Doctora... Eso no quita el problema... Mía Campbell ha asesinado a un oficial. — Le muestra los frascos de medicina. — Le encontramos su permiso para portar armas y dos frascos de medicina no identificada.
—Es medicina que yo misma le proporcione. — Espetó mirando los frascos. — Son para controlar su estado de ánimo y equilibrarla.
—Pues no funcionan...la mestiza de mierda ha perdido el control. — Habla el oficial apuntando al cuerpo cubierto.
Con un ligero movimiento Blackwood ordena que suelten a Campbell y se acerca al cuerpo. Se pone unos guantes que tiene en su bolsa y con cuidado descubre al oficial Blackstone.
La escena pinta muy mal para la inspectora. Cubierto de golpes, evidentes sangrado en la entrepierna y la cabeza de la oficial desecha. Blackwood queda más que pasmada al ver el estado en el que Mía dejo al violador. Con una bolsa recoge dos pequeñas pelotas de carne como evidencia.
—¿Qué es eso? — Carter no sabe cómo reaccionar al respecto al ver la violencia con la que ha muerto el oficial. Sin embargo, sabe que Mía tiene una buena razón para actuar asi.
—Los testículos...— Informa Blackwood mirando de reojo a Mía. — Le reventaste los testículos ¿Con que lo golpeaste?
—Con...mis rodillas, mis puños y un teléfono...—Habló de forma sincera. — Pero el me apunto con el arma dispuesto a disparar diciendo que lo quería matar...
—¿Para qué lo has buscado Mía?
—Es un cerdo violador...Abusa de prisioneras y lo permiten...— Sus puños se cierran de nuevo. — Kaya...
Carter ahora comienza a comprender el sentir de Mía. Sabe que se ha tomado personal el caso de un violador por su pasado con Logan Hunt.
—Sin mencionar que si es lo que estoy pensando...La prisionera Kaya es una menor. — Habla Carter queriendo aclarar el panorama para todos y que dejen de ver con esos ojos a Mía.
—Bien...Abriré un archivo en contra de Blackstone.— Habla Amelia.— Por el momento no puedo hacer nada más que seguir de forma legal el proceso por Mía.
—Pero...
—Agente Carter...— Habla Blackwood poniendo su mano sobre su hombro. — Es lo mejor y que vean que ella está cooperando; De lo contrario, pueden tomar medidas diferentes.
Los oficiales proceden a poner una vez más a Mía contra la pared, le quitan el arma, colocan esposas y la empujan con fuerza por los enormes pasillos.
—Agente Carter.— Habla Blackwood al verlo mortificado y que no le permiten tener mas contacto con Mía.— Acompáñeme.
—Haga su trabajo y saque a mi prometida de esto. — Quita la mano de la doctora de forma tajante. — No somos amigos... No me gusta que me toquen.
—¿Quieres ver a Mía?
Captando la atención de Carter, se detiene en seco y la mira de nuevo.
—¿Puedes hacer eso?
—Se a donde la llevan y puedo mover algunos contactos mientras intento ver cómo sacarla de aquí...
—¡Llévame!
Un ligero brillo de esperanza cae en Carter al saber que puede ver a Mía. El acompaña a Blackwood por los pasillos y ve que les dejan pasar mostrando el gafete sin problemas por todos los filtros sin siquiera preguntarle nada.
Jack decide no hacer más preguntas por el momento y ve que llegan a una puerta donde hay dos guardias bastante altos y fornidos de brazos cruzados. Sobrepasan el metro noventa.
—Con su permiso caballeros— Muestra el gafete y ellos le permiten la entrada sin poner peros. — Déjenlo pasar...es un amigo mío y no causara problemas.
Los oficiales los dejan pasar abriendo la puerta y logran ver a Mía sentada esperando. Ella al ver a Carter se pone de pie y ambos a paso apresurado se abrazan. Era algo que ambos necesitaban. Seguido de un beso prolongado lleno de tantos sentimientos muy difíciles de expresar con palabras.
Blackwood nota esto y en un acto disimulado decide carraspear su garganta para que ambos tengan su atención.
—Me hablaron por teléfono y me vine lo más rápido posible...me comentaron que era algo tuyo Mía, así que traigo todo tu expediente. — Mostro la carpeta con el escrito de Campbell. — Tendré una reunión con los encargados de Joliett y hare lo posible por sacarte de aquí.
—Pero el oficial es un depravado...abuso de...
Blackwood saco un historial de Blacksone y le mostro que estaba limpio y era un ejemplo a seguir.
—Te voy a ser muy sincera... Él nunca ha tenido problemas con nadie. Esta limpio y tu...bueno.
—Estoy medicada...— Hablo Mía recargándose en el hombro de Carter. — Juro...que el comenzó ¡Mi vida estaba en peligro!
— Yo entiendo eso Mía...Pero, tengo que convencer a los encargados. — Fue al grano y directa. — Ellos son difíciles.
—Bueno...aquí la doctora Blackwood te ayudara. — Hablo Carter cruzando mirada con ella
—Hare lo mejor que pueda.
Amelia se comenzó a alejar de la presencia de ambos. Camino por Joliett donde tenía autoridad y nadie la cuestionaba. Con la carpeta que tenia de Campbell en su poder, llego a un cuarto donde estaban reunidos los encargados de todas las áreas, y el jefe de policías incluido.
—Caballeros. — Lanzo una mirada recorriendo a todos y cada uno de ellos.— ¡Buenas tardes! Gracias por reunirse y permitirme unos minutos de su apretada agenda...
—Al grano Blackwood.— Hablo uno de los encargados de mayor rango de Joliett.— Tu paciente loca ha matado a un oficial impecable...Justo ante la ley y recto para la justicia; No nos pidas ser sensibles con ella o saltar los protocolos, solo porque un papel la manda como la "Investigadora Estrella" de ese pueblo de mierda de Norwich.
Amelia miro como hacia esas comillas con los dedos y sabía que estaban molestos con la situación. Campbell podía tener la opinión pública, Pero, no tenía a las autoridades de su lado, y Amira Lastrange usaría eso para su propio beneficio.
—De hecho venía a pedir un permiso especial para Mía Campbell.— Saco unas hojas de sus expediente, al parecer una copia para todos después abrió la carpeta dejando la fotografía de la inspectora a la vista de todos.— Hay un método... que se está utilizando en Europa...que está siendo muy eficiente en casos con pacientes muy agresivos.
—¡He escuchado que se considera una violación a las leyes humanas! — Hablo directo el mismo hombre al leer el papel. — Si Inglaterra se entera que permitimos esto en una de sus investigadoras podemos tener roces con ellos y no necesitamos a Inglaterra molesto con nosotros.
—Exactamente es a lo que voy. — Paso más hojas con una extensa investigación resumiéndolo de la manera más entendible. — Estas terapias, han ayudado a disminuir los arranques de colera de muchos pacientes aplicando la dosis adecuada, y siendo manejada por una profesional, le aseguro que sus resultados serán positivos.
—Como le comenté...Doctora Blackwood...
—Si lo escuche caballero. — Interrumpió metiendo presión y manipulando al hombre. — Pero le recuerdo que este incidente paso en Joliett ¿Quién va a dar la cara por este incidente? ¿Usted? Permítame cinco minutos más y le explico con resultados.
Pasaron unos segundos y este poderoso hombre se llevó la mano a la boca y después al mentón, se sentía nervioso y sabía que Blackwood tenía razón. Le hizo un movimiento con la mano de que podía continuar.
— Si a la paciente Mía Campbell se le coloca el voltaje adecuado, estimularemos zonas de su cerebro que han sido afectadas en su primer caso con Andrew Cook King. Este tratamiento se hace bajo anestesia y ella no sentirá dolor en lo absoluto. Posiblemente dolores de cabeza, pero podemos monitorear su actividad cerebral y ver si las descargas son eficientes.
—¿Me aseguras que no tendrá ningún recuerdo de lo que nos estas presentando?
—Le doy mi palabra...Y sinceramente no tenemos muchas opciones. — Coloco el permiso original y entregó una fina pluma en la mano del hombre para obtener ese permiso. —O igual puede dejarla libre y que esto se repita dos, tres, cuatro y todos digan que nuestro servicio de investigadores y policías deja a personas enfermas y medicadas cuidar las calles... ¡Eso si recaería horrible sobre usted!
—Y sobre ti.
—Claro...pero yo solo soy una doctora...Las noticias se saben como por arte de magia, y si llegan a saber de este incidente y que usted sabia sin tomar medidas de seguridad para esa violenta y peligrosa mujer...Si veo a un juez dándole una sentencia muy severa.
Este hombre analizo la situación, sabía que Amelia Blackwood tenía mucha razón en eso desde su perspectiva. Sin pensarlo dos veces firmo la petición de Blackwood, paso la hoja y los encargados de las áreas lo hicieron del mismo modo.
—Bien... Se que Hoffman sabiendo de esto, solicitara un tiempo considerable para formar un caso y que arme una defensa para la inspectora. — Hablo el hombre recogiendo todos los papeles y entregándoselos firmados a Blackwood.— Dile que tienen un mes exacto para armar su defensa.
—Iré a que paguen la fianza para que pueda salir. — Habla Blackwood.— Le comentare de sus terapias...
—No voy a firmar una fianza...ese mes lo tendrá que pasar en prisión...No voy a arriesgarme a que la hija de puta loca enferma, mate a otro buen oficial.
Blackwood miro a todos que no pusieron objeciones y sabía que el jaque mate era para ella. Con una media sonrisa y haciendo una ligera reverencia se retiró del lugar. Una vez más con la mirada parecía que le transmitía todo a los oficiales de la cárcel y algunos al verla pasar y cruzar miradas con ella, dejaban su puesto y le seguían sin problemas.
Llegaron a un cuarto donde había más oficiales de Joliett y Amira recorrió a cada uno de ellos identificándolos como aliados infiltrados de William Wolf. Una vez sabía que no había rostros extraños, prosiguió.
—Mía Campbell va a ser huésped de Joliett— Miró una vez más a todos poniendo su autoridad. — Y vamos a averiguar si Jack Carter ha compartido con ella información sobre Alemania.
—¿Y si no está involucrada? — Un infiltrado pregunto.
—¡Eres un nazi! ¿No?
—¡SI SEÑORITA!
—De todos modos, es una asquerosa mestiza...—Espetó. — Le daremos la bienvenida que se merece.
—Pero ...si perciben que abusamos de la autoridad con ella, los oficiales americanos pueden...
—Para nada querido. —Movió el dedo índice un tanto seductoramente. Sin embargo, ellos sabían que no podían tocar a esta mujer. Era propiedad de William Wolf.— Los americanos ya odian a esa pobre inmunda, por el hecho de asesinar a Blackstone. Utilicen eso a su favor.
Hubo un silencio entre todos y con eso le confirmaron a Amira que estaban dispuestos a acatar órdenes.
Se comenzó a encaminar a la puerta para ir a ver a Campbell.
—Una cosa más. — Paró en seco mirándolos a todos. — Avisen a Andrew de las noticias...y no sé cómo le harán...pero que se vea convincente el por que terminan en la misma celda— Pauso mirándolos a todos. — No hoy, ni mañana, ni pasado...pero si en un tiempo conveniente.
Blackwood les dejo solos esta vez con las ordenes claras y precisas. Se comenzó a mover por Joliett y llego una vez más a las oficinas donde tenían a Campbell junto con Carter quien se rehusaba a dejarla.
Al ellos escuchar el sonido de la puerta abrirse, notan a Blackwood y con la simple mirada Blackwood ya sabe lo que esperan; Buenas noticias. Lastimosamente están muy alejados de la realidad.
—Se rehúsan a que salgas libre bajo una fianza.
—¡REGRESA E INTENTALO DE NUEVO! — Carter se pone más molesto con la doctora.
—Agente Carter...Hago lo mejor que puedo para...
—NO PARECE QUE LO HACES...
—Jack...— Mía le cogió de el mentón. — No es culpa de Blackwood...Lo siento.
—No Mía... ¡Retráctate!
—Descuida, sé que está desesperado. — Intento darle su espacio a Carter, ignorando su actitud. — Te dieron un mes para armar la defensa...lo siento Mía, pero estarás en prisión todo este mes.
—Entiendo—Agarro aire, llenando sus pulmones de aire e intentando procesar la situación— Si pierdo el caso ¿De cuánto tiempo hablamos?
—Si te va bien y toman en cuanta tus años de servicio...28 a 30 años.
—Por buen comportamiento se reduce a la mitad. — Habla Carter, mirándolas a las dos. — Pero eso no va a pasar...Hablare con Hoffman.
—¿Hoffman? — Amira intentaría sacar información valiosa para William. —Le pedirán que venga a juicio si es el caso...o que haga una llamada en el juicio, pero suelen ser largas esas llamadas.
Carter se masajeaba las sienes e intentaba controlar su temperamento. Episodios de hace algunos años atrás comenzaban a obligarse a mantener la calma. Analizo la situación y decidió dar un veredicto final.
—Saca a mi prometida de aquí Blackwood...— Apunto con el dedo. — No es negociable.
Blackwood sentía ese mismo ambiente peligroso, como cuando William quería dictaminar una orden y hacerla valer a toda costa. Esto solo era aumentar el resentimiento que ella ya tenia con la inspectora Campbell.
—Síganme...te daré de alta personalmente.
Carter resignado caminaba tras de ambas mujeres pretendiendo cuidar la espalda de Mía. Recorriendo los enormes pasillos llegaron al cuarto donde tenían que procesar a la inspectora. Blackwood impidió que siguiera dando pasos y con su mano tocando el pecho le dio la señal de que se detuviera.
—Aquí se separan...Es lo mas lejos que puede llegar agente Carter...
Carter con una mirada encolerizada quería fulminar a Blackwood.
—Jack— Mía sabía que estaba inquieto y desesperado. —¡Tranquilo! Tienes un mes para armar la defensa...y yo pediré a Kaya que sea mi testigo.
—Solicitare una visita todos los días para verte...No te dejare sola, No descansare hasta sacarte de aquí.
—Me temo que no será posible eso. — Interrumpió Blackwood y Carter le miro esperando una respuesta. — Debido a que no están casados y viven en unión libre...sus privilegios de visita se reducen a una vez por semana, y la visita intima una vez por mes.
—¡¿Qué?!— Un nudo en la garganta se comenzó a formar en Campbell y esa pequeña capa de agua comenzaba a invadir sus ojos. Trago grueso y miro a Carter — No es culpa de Blackwood... Jack.
—Te sacare de aquí a como dé lugar. — Beso su frente. —Te amo.
—Yo también...
Mientras seguían agarrados de las manos y fundidos en un abrazo Blackwood miro a un oficial que estaba presenciando la escena y con la mirada le ordeno que apresurara su melancólica despedida.
— Se acabo el tiempo. — Se acerco a querer separar a Mía de Carter y le dio un ligero jalón.
Mía se aferraba a Carter y el igual a ella.
—Un minuto más... ¡Por favor!
Sin obedecer su petición el oficial jaloneo con mas fuerza a Campbell, mientras otro oficial se metía a jalar a Jack Carter hacia el lado contrario.
—Lastimaras a la inspectora ...es demasiada fuerza.
—¡Tengo ordenes! — Molesto los separo de golpe.
Campbell tragaba grueso y se limpiaba los ojos para no quebrar más el espíritu de Carter. Siguió a Blackwood y ella comenzó a ponerse unos guantes para seguir con los procedimientos de rutina. Entraron por una puerta por la cual Carter perdía visión de Mía y espero paciente.
Una vez dentro, Blackwood miro a Campbell de forma tranquila. Tenia que seguir con su teatro, porque sabía que vería a Carter en las visitas y decirle de su cambio radical, la podía poner en la mira.
—Desnúdate...te hare la revisión medica y el cacheo de seguridad.
—Ya tienes mi historial medico y me desarmaron por completo.
—Son protocolos.
Sin sentirse en confianza, pero sin opciones se comienza a quitar la ropa. Blackwood detalla a la mestiza y nota que en cuanto descubre sus senos y la zona intima, ella se tapa lo mejor que puede.
Blackwood clavo la mirada en la marca del cuello y en la H del costado de la cintura.
—Grotescas tus cicatrices Mía Campbell...Ya veo por qué usas bufanda todo el tiempo...Va a tener que perder la vergüenza...dentro de este lugar las regaderas no tienen privacidad. — Blackwood se puso el segundo guante y dio el estirón del ya mencionado golpeando su piel, esto ponía un poco nerviosa Mía. — Contra la pared, recarga tus manos, y piernas abiertas.
Campbell sin poner resistencia obedece y se da media vuelta, acatando la orden de Blackwood. Se escuchan los tacones de la doctora acercarse a ella.
—Tranquila...Prometo ser cuidadosa con el cacheo.
Amelia comienza a inspeccionar que la inspectora no tenga nada que pasar dentro ilegal. Sin embargo, es todo, menos cuidadosa. Una vez más, Campbell siente que las lagrimas la traicionaran y lanza un ligero quejido de dolor al sentir la fuerza con la que Blackwood realiza el cacheo.
—Duele...— Habla Mía aun apoyándose con sus manos en la pared.
—Lo siento...debido a que no hay mujeres en el puesto, era yo o un oficial... Y no quiero que me digan que no hice bien mi trabajo.
Una vez termino Amelia, se retiró los guantes y los desecho en un bote. Cogió toda la ropa de Mía y comenzó a sacar la ropa que usaría de ahora en adelante.
—Tendrás tres cambios, cuídalos bien, por que no se te proporcionaran más. En tu caja tienes una sábana y un cambio de colchas, junto con dos pastillas de jabón.
—No estaré mucho tiempo... pero tendré cuidado con la ropa que me proporcionen
Mía escuchaba mientras se comenzaba a cambiar para no estar frente a Blackwood sin ropa. Una vez más la doctora siguió dándole órdenes y especificaciones.
—Se te asignaran tareas, como la jardinería, la lavandería, la cocina o limpieza. Tendrás treinta minutos para salir junto con las demás al patio, y tienen una hora y media para ejercitarse, las horas de los desayunos, comidas y cenas están establecidas, al igual que las de las regaderas.
Una vez terminado de decir, Blackwood miro a Campbell que ya estaba lista para ser ingresada.
—¿Algo mas?
—Acuérdate de tu número identificación... Prisionera 04141993.— Entrego la charola con sus pertenencias.
Mía salió de ese cuarto y miro aun a Carter esperando. Para el verla con traje de prisionera era algo duro y un golpe de realidad. Pero era lo que había en ese momento.
Amelia Blackwood, originalmente llamada Amira Lastrange, había colocado el mayor jaque mate hasta el momento. Una mujer astuta, que sin duda estaba demostrando que la inteligencia podía ganarle a la fuerza y brutalidad de Andrew Cook King.
¿Les agradan las evoluciones de los personajes?
Próximo capitulo titulado "Prisión" ¿Ideas?
https://youtu.be/faMTkxGYyO0
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