V Amelia Blackwood
-----Viernes 11 de Marzo de 1938 Casa de familia de la Vega-----
Carter y Mía estaban llegando al hogar. Donde, según el reporte del oficial Khan, todo indicaba que él bebe había sido regresado con su familia.
Carter toco la puerta, notando que el barrio era de recursos más bajos. Había mucho latino y afroamericano por esa zona.
—Atenta a todo Mía...no quiero poner etiquetas, pero los barrios así son peligrosos.
— ¡Entiendo! — Mía acercó su mano a la funda de su arma de manera disimulada.
Unos pasos se escuchaban acercarse a la puerta dando aviso que está por llegar para que no se desespere quien sea que toca la puerta.
Al abrir, la señora de la Vega se encuentra con dos rostros nada conocidos. Se alarma un poco al verlos. Empareja la puerta con desconfianza.
— ¿Señora De la Vega?
— ¡Depende! ¿Quién quiere saber?
—Inspectores Carter y Campbell— Ambos mostraron su placa. — Estamos aquí por el caso de su hijo... Tenemos unas preguntas.
—Ya se cerró ese caso inspectores...Gracias al cielo mi hijo regreso con migo y mi esposo. — Aun mostraba desconfianza pero veía a la inspectora un tanto extrañada. — Tengo que alimentar a mi bebe y aun le doy pecho.
— ¿Por qué no lo escucho llorar?— Pregunta Campbell poniendo un poco nerviosa a la señora. — Solo estamos haciendo chequeo de rutina señora de la Vega...Tenemos que llenar formatos para saber cómo va su hijo y en dado caso de que requiera atención médica. — Miente sabiendo que la señora no ha sido sincera.
—Lo siento...no pueden invadir mi propiedad sin una orden, y mi hijo esta perfectamente bien...lo llevo yo a servicios médicos.
—No era nuestra intención molestarla ni mucho menos De la Vega...Son solo protocolos por que el desaparecido fue un menor. Le recomiendo que coopere porque si regresamos con una orden y algo anda mal pueden quitarle a su pequeño. — Hablo Carter con franqueza. — Si cometió un error podemos ayudarla la inspectora aquí presente y un servidor.
De la Vega miro hacia ambos lados de la calle asegurándose que nadie le vigilaba bastante nerviosa.
—Pasen...—Les dejo pasar y cerró la puerta con seguro. Acto seguido los encamino a su pequeña sala y los sentó en los sillones.
Mía observa que la señora les hace señas con las manos de que por favor no hagan ruido. Entra a un pequeño cuarto donde carga en brazos a un pequeño que al ser removido de su cuna comienza a soltar llanto.
Carter siente que puede respirar al escuchar que si hay un bebe en casa y que hasta el momento la señora de la Vega le cuida bien.
— ¿Solo lo necesita ver? ¿O tiene que Cargarlo?
— ¿Puedo? — Carter hace una seña.
La señora se lo pasa en los brazos y observa como este hombre con mucho cuidado sostiene la cabeza del pequeño.
— ¡Hola campeón!
Mía algo nerviosa se aleja del pequeño que está al lado de Carter. Se levanta a ver las fotos que la señora tiene adornando la casa y centra su mirada en una foto en particular.
— ¡PONGA SUS MANOS DONDE LAS PUEDA VER! ¡AHORA!— Mía apunta con el arma a De la Vega y Carter se sorprende al ver la acción de la inspectora. El grito que pega es elevado haciendo que el pequeño comience a romper en llanto mas de miedo que de hambre.
— ¡¿Qué pasa Mía?! ¿Qué encontraste?—Carter sigue arrullando al pequeño.
—Ese niño que cargas...no es su hijo— Decía sin dejar de apuntarle a de la Vega. — ¿Dónde está su hijo? Y ¿De quién es este bebe?
—Señorita... se lo juro que es mi hijo.
—Mía... ¡Contrólate! — Carter le estaba dando prioridad al pequeño. — Tranquilo, amiguito... todo va a estar bien.
—Mira la foto...y dímelo tu a mi Jack... ¿Es o no es el mismo?
Carter se acerca arrullando aun al pequeño entre sus brazos y nota que en efecto el pequeño no es ni siquiera parecido a su hijo.
—Señora De la Vega... ¿Dónde está su hijo?
Ella con las manos en la cabeza rompe en llanto.
— ¡Sé que no es mi hijo! Pero es al que me regresaron. Cuando les dije que no era el ... me negaron y me dijeron que mi hijo había cambiado en el tiempo que estaba extraviado.
— ¿Y por qué no lo denuncio? ¿Dejo de buscar a su hijo?— Mía seguía alerta apuntando con el arma. — ¡Quiero la verdad! Porque esto pinta como algo muy malo...
—Sigo buscando a mi bebe...pero no puedo desentender al que me han dejado. —Explico acercándose al inspector Carter implorando que le dejara sostener al pequeño. — ¡No le he lastimado! Y desde que llegó aquí ha ganado peso...por favor.
— ¿Por qué no lo denuncio?— Pregunto Carter alarmado.
—Por qué no me hicieron caso... La última vez, amenazaron con deportarme a México...estoy buscando a mi hijo aun, pero no por el lado de la policía.
— ¿¡Que!?— Carter se acerca a Mía. — Agarra al bebe.
Ella sin previo aviso guarda su arma dudosa de cargar al pequeño, pero es como si Carter se lo hubiera impuesto.
— ¡No quiero cargar a un bebe!
Muy tarde para la inspectora. Ella observa como el pequeño comienza a llorar al ser alejado de los brazos de Carter.
— Hey... pequeño niño ...no llores ....shhh
Una nerviosa inspectora intentaba tranquilizar al pequeño y este paulatinamente comenzaba a controlarse aunque Mía no supiera nada de el tema de la maternidad.
— ¿Entonces preferiste callar por una deportación?— La mirada de Carter se tornó sombría y penetrante. — Piense bien lo que me va a decir, por qué sabré si mientes.
— Tiene una explicación agente. — Habla la señora con lágrimas corriendo por sus mejillas.
—Si la deportan...estará más lejos de encontrar a su hijo. — Hablo Mía mientras el pequeño comenzaba a afianzarse como podía con esas manos regordetas a los pechos de Mía. — y tu ¡¿Qué buscas?! No no no...no toques eso, no soy tu madre...
Lo escucho llorar con más fuerza. Al ella estirar sus brazos y alejarlo de su pecho
— No...no era para que lloraras...no te estoy regañando...shh,shh,shh
—Quiere comer...—Hablo de la Vega. — Se los dije hace minutos atrás...— Extendió los brazos pidiendo al niño. — Por favor...
— ¡Jack...Agarra él bebe! — Mía no quería tener a un pequeño en brazos, por alguna razón sentía rechazo hacia el niño. — No me siento cómoda cargando a un niño extraño.
Carter escucho que lo último dicho por ella fue con un toque de melancolía y se acercó a agarrar al pequeño.
— ¿Estas bien? ¿Que te pasa? Es un bebe no es el...
—¡¡No quiero cargarlo!! ¿Te cuesta mucho entender eso?
Carter en silencio miro a su compañera desconcertado. El llanto del pequeño lo regreso al caso en segundos. El entrego el pequeño a la señora de la Vega y ella al instante se desabotono la blusa y comenzó a alimentar el pequeño quien guardo silencio en cuando sintió que su "madre" atendía sus necesidades.
— ¿Hace cuánto?— Pregunto la señora a Mía.
Ella entendió al instante lo que quería preguntarle y Carter se sentía fuera de contexto.
— ¿Me esperas afuera?...— Pidió Campbell a Carter quien saco sus cigarros y sin preguntar más le dio su espacio.
Mía se asomó por la ventana notando que Carter incluso cruzo la calle y comenzó a fumar su cigarro agarrando su cabello estando desesperado.
— ¿Hace cuánto perdiste a tu hijo?—Pregunto una vez más la señora de la Vega quien ya estaba detrás de Mía.
—No sé de qué está hablando. — Soltó un suspiro al aire mientras su mirada se cristalizaba.
—Creo que cargas un secreto que te está carcomiendo por dentro...— Arrullaba al pequeño mientras hablaba con Mía. — Ya me imagino, quien era el padre... ¿No le has dicho?
—Hace diez meses. — Responde sintiéndose más confiada con De la Vega. — Lo perdí...por unos golpes que me dieron en el vientre...y sin saberlo me administraron medicamento...muy agresivo para las semanas que tenia.
— ¿Es un golpeador?— Movió el rostro y giro los ojos apuntando a Carter. — ¿Es eso?
— ¡NO!— Mía se apresuró a borrar esa imagen que la señora se formaba en su mente. — ¡Jamás me ha golpeado!— Se limpió las pocas lagrimas que comenzaban a delatar su estado emocional. — Quien lo hizo esta tras las rejas.
—Deberías de compartir con él lo sucedido... ¿Cuánto tenías cuando lo perdiste?
—Casi dos meses...posiblemente un mes y tres semanas. — Mía quería sacar un cigarro con todas sus fuerzas pero por respeto a la señora y al pequeño se contenía. — M-me regala agua.
La señora afirmo con la cabeza y ella se movió a buscar un vaso. Abrió el grifo y saco sus pastillas que había olvidado tomar por completo en la mañana.
— ¡Gracias!
— ¿Puedes volver a tener hijos?
— No lo se ...pero... — Guardo silencio y noto como el pequeño seguía en silencio en su labor de alimentarse mientras lograba ver el vínculo tan fuerte que tenía esta mujer con el niño aunque no fuera su hijo de sangre. — No quiero lastimar a Jack Carter...el sufriría más que yo...Por eso cuando me propuso...le dije que no.
—Puedes hacerle pensar que no estas segura de lo que sientes...
— ¡Lo sé!...Pero no quiero que sufra algo que no se puede recuperar...Si yo le decía que si ¿Qué tal si ya no puedo darle una familia?
—No soy experta en el tema inspectora...— Poco a poco fue cerrando su blusa una vez él bebe quedo satisfecho y lo cargaba para hacerlo repetir. Le daba palmaditas en la espalda con mucho cariño. — Pero también así sufre su pareja. Esta, mas perdido que usted y no entiende el rechazo de usted.
Mía salió de ese lugar y en cuanto Carter miro que ella salía se acercó a ambas mujeres.
— ¿Estas mejor?
Mía confirma con un movimiento en su cabeza afirmativo.
— ¡Bien!— Carter dirige su atención a la señora de la Vega. — Sabe que tenemos que quitarle al bebe ¿Correcto?
—No puede inspector...— Pidió la señora más tranquila que hace rato. — En cuanto meta esa orden de que mi hijo está desaparecido me deportaran...de menos así sé que estamos en la misma ciudad y tengo mas esperanzas...
—Deberíamos pretender que todo está bien, podemos mandar a alguien que no sea policía a estar vigilando a la señora de la Vega y al pequeño.— Habla Campbell instando dar ideas.— Scarlett podría ayudar.
Carter lo pensó por unos minutos y recordó la visita de su hermano...posiblemente había mas infiltrados de los que él pensaba incluso en la policía y tenía que actuar con cautela.
— ¡Bien!—Dio su veredicto final. Una vez más paso su mirada al pequeño quien se veía tranquilo durmiendo con de la Vega. Confiaría en el sexto sentido de Mía. — Iré a hacer una llamada solicitando un pediatra para que vea la salud del pequeño y una vez tengamos los resultados poder decidir si lo dejamos con ellla ¿Me haces el favor de esperarme aquí con la señora?
—Si...Toma tu tiempo. — Hablo Campbell mientras veía como Carter se retiraba tranquilo.
Carter camino dos calles abajo y encontró el teléfono público. De su cartera saco una tarjeta con números apuntados.
El teléfono sonó y al instante contestaron.
— ¡Quiero hacer una llamada a Norwich Inglaterra!
—Un momento por favor...conectaremos la línea.
En segundos la línea se quedó muda y lo enlazaron. Esta vez termino de marcar el número completo. Espero muy poco pues al instante cogieron el teléfono.
— Control de plagas...
—Tengo una plaga que necesito cortar de raíz...
—Llegaste hace cinco días y ya estás en problemas...— Río burlonamente del otro lado de la línea...— ¿Qué quieres Carter?
—James...No tengo mucho tiempo. — Carter miro hacia todos lados asegurándose que nadie lo vigilaba. — Hay infiltrados alemanes por montones acá y eh mandado un fax a Hoffman diciendo que hay un nuevo campo de concentración. Es una trampa...y tienes que ayudarme...
—Ahora necesitas a alguien que trabaje fuera de la ley para esto...— James hacia notas mentales. — ¿Es tu maldito hermano?
— ¡Si! Pero no tengo evidencia, mas que mi palabra y sus papeles nuevos, sin mencionar que tiene un rango más alto que el mío y acusarlo es tirarme al pozo de los leones.
— ¡Te tienen bien agarrado de las pelotas!...De seguro quieren emboscar a Hoffman y mandarlo a quemar por rata...
—Tu hija corre peligro si saben que te estoy diciendo esto James...por favor actúa con cautela.
—Más te vale que tú también...En cuanto pueda moverme, estaré allá...cuidándote el maldito flaco trasero por que no sabes hacerlo solo.
—Gracias James...
« No te desharás tan fácil de Hoffman...Maldito William...pedazo de mierda»
Carter colgó la llamada para no seguir arriesgándose y esta vez decidió marcar a la estación para solicitar el pediatra.
----- Lunes 28 de marzo de 1938 Consultorio de la doctora Blackwood 9:00 AM-----
Tranquila viendo hacia la ventana a la gente su asistente le entrega un sobre sellado. Saliendo de sus pensamientos profundos abre el sobre y lee su contenido.
— ¡Interesante!— Satisfecha continúa con la lectura y saca el expediente de Mía Campbell. Relee una vez más rápido. — ¡BINGO!¡Gracias por esto!
La doctora guarda sus cosas y en teléfono público hace una llamada para que entre e forma anónima si es que la policía llega a ir a las instalaciones a saber la procedencia de la llamada.
El teléfono suena en segundos contestan.
— ¡Agente Jack Carter! ¿En que le puedo servir?
—Inspector Jack Carter...Soy la terapeuta de su pareja Mía Campbell.
— ¡Oh! ¡Que sorpresa! Justo pensaba conocerla la próxima visita.— Hubo un silencio entre los dos. — Escuche...sé qué hace su trabajo como una profesional, pero creo que abarrotar a Mía de medicamento no es lo mejor...
—Me temo decirle que la inspectora Campbell, no está del todo bien...— Interrumpió a Carter y el guardo silencio preocupándose por su compañera y pareja. — Sé que no quiere escuchar esto...pero es mi trabajo ser una profesional.
— ¡Descuide! ¡Entiendo! ¿Qué tan serio es?
—Muy serio...— Habla tomando un fuerte suspiro.— Si no mejora, me llego una carta en donde quieren ver avances de su recuperación mínimos en los siguientes treinta días...De lo contrario será emitida una orden a un instituto mental.
— ¡¿Qué?! ¡Ella no está loca! ¡No ha herido a nadie!... ¡Está mal!
—El expediente dice que cometió ya dos asesinatos.
—Incorrecto...Ella se defendió del doctor Vanderwall y ni siquiera fue ella la culpable de su muerte, él se suicidó... ha sido el único...
— ¡Perfecto muchas gracias por aclarar ese punto!... ¡Asumo el del aborto tiene una explicación también!—Con toda la intención de revelar lo que Mía no quiso, ella decide darle un pequeño "empujón". — ¿Agente Carter? ¿Sigue en la línea?
— ¿A-aborto?... ¿De qué mierda me está hablando? ¡Ella no...!
—Hay unos papeles que avalan la información que le digo... ¿No sabía nada de ello?
— ¿Podemos reunirnos?... ¿Tiene los papeles?
—Si. Lo veo en mi oficina...aquí lo espero. — Escucha que por el otro lado cuelgan la llamada en cuanto confirman y mira su reloj.
«Estarás llegando en veinte minutos a partir de justo ahora»
Ella se levanta se encamina a su oficina, entra tranquila y saca su maquillaje comenzando a darse un arreglo en su rostro. En minutos logra el resultado que quiere. Se coloca un velo negro en su rostro que le da un aspecto sombrío. Recoge su cabello y paso a ponerse lentes de contacto.
Ella se sentó a esperar y en cuestión de minutos tocan la puerta.
— ¡Pase!— Mira el reloj y ve que es justo el tiempo señalado por ella.
— ¡Doctora!— Carter pasa quitándose el sombrero. Su mirada se ve desconcertada — ¡¿Qué está pasando aquí?!
—Lo lamento si le tomo de sorpresa...La inspectora me dijo que entre ustedes no había secretos... ¡Eh violado mi termino de confidencialidad!
—Pero... ¿Ella le dijo que yo ya sabía de esto?— Carter saco un pañuelo ofreciéndoselo a la mujer quien se sentía arrepentida por el "error" que había cometido.
— ¡Así es!...Por eso me tome la libertad de ser lo más explícita posible con este tema. — Saco el expediente y le entrego a Carter los resultados médicos.
Carter con miedo cogió esos resultados y comenzó a leer su contenido.
"Se confirma que la Inspectora Mía Campbell ha solicitado un aborto deseando interrumpir a las siete semanas de gestación de su embarazo."
"Cabe mencionar que con anterioridad ella estando consiente de su situación, jamás dejo el tabaco, ni la bebida afectando el desarrollo del embrión."
Palabras textuales de la inspectora: ¡Estando embarazada...perdería mi trabajo y tengo mucho que perder!
Carter tragaba grueso y sus ojos comenzaron a llenarse de agua. Sentía como si una flecha hubiese atravesado su corazón. No podía aceptar que la misma mujer que peleaba por la justicia hubiera decidido esconder e interrumpir un embarazo por su mero deseo de seguir trabajando.
Todo concordaba con lo que ella había hablado con el anteriormente y aun así seguía rehusándose a creer lo que esa carta claramente indicaba.
— ¡Debe de existir un error!— Las manos de Carter temblaban, secaba sus lágrimas como podia para discimular. — ¡Esto es un error!
—Me temo que no lo es. — Ella se acercó a agarrar las manos de Carter y el al instante las retiro. — ¡Lo siento! ¡No era mi intención incomodarlo! ¡Pero su lenguaje corporal me indica que necesita un soporte!
—Descuide doctora. — Carter se quedó en silencio con esa mirada tan quebrada y seguía leyendo la información repetidas veces. — ¿Qué problema tiene ella?
— ¡Tenemos treinta días para mejorarla! ...Cuando hable con ella del tema me comento que su asesino Andrew la golpeo y perdió gracias a el , al embrión. Pero la carta, los estudios dicen otra cosa... Ella, está distorsionando la realidad de algo que ella quiere creer como su realidad.
—Pero Andrew si la golpeo... y el la dejo muy malherida. — Hablo Carter. — Estaba a nada de morirse.
—Pero los estudios siempre arrojan la verdad...¡Quizás aprovecho ese momento que "coincidió" para esconder la verdad.
—Ella no es así.
—Lo siento si lo ofendí.
—Solo hace su trabajo...Descuide. — Carter intentaba darle el beneficio de la duda a pesar de los resultados claros...pero no la juzgaría hasta hablar con ella. — ¿Me los puedo quedar? ¡Necesito hablar con ella!
—Puede...pero me gustaría que no le diga de donde salió esta información Inspector...Me ha costado mucho trabajo que ella hable y si siente que traicione su confianza será un retroceso.
—No se preocupe. — Carter desganado se levantó quitándose una vez más el sombrero en forma de respeto y ella aprovecho a estirarle la mano para estrecharla con él y apalabrarse.
—Un placer conocerle inspector...—Se detuvo un momento y pregunto. — ¿Nos conocemos de pura casualidad?
— No creo...— Esa mirada apagada estaba delatandolo por completo.
— ¡Juro que es idéntico a alguien que conocí hace algunos años!
— ¡Lo siento! ¡Me ha de confundir!— Carter deja de estrechar la mano con ella y sale de ese consultorio bastante afectado.
La doctora ve por la ventana como es que este hombre una vez más afuera agarra los papeles y los sigue leyendo. De repente logra ver como da un golpe al buzón de correspondencia.
—Merecía saber la verdad. — Una última vez antes de irse mira su reloj y ve que tiene el tiempo sobre de ella.
----Restaurante Coffe Central 2:23 PM-----
Mía tenía un montón de papeles sobre su mesa y en su mente intentaba poner conexiones con los policías desaparecidos y el caso de la señora de la Vega.
Tenían un mes aproximadamente, sus investigaciones no arrojaban mucha información y a decir verdad ya había un oficial más desaparecido.
Leía todos los expedientes cuando le entregan su pastelillo y su café.
—Usted es clienta distinguida inspectora. — Respondió la mesera que ya se había acostumbrado a verla todos los días en ese lugar. — Por eso le guarde la rebanada más grande.
— ¡Gracias!
Mía entrego una generosa propina. En segundos ve que pasa Kaya, la chica del circo por fuera y decide hacerle una seña para saludarla.
Kaya amablemente le regresa el saludo y entra al restaurante pasándose de largo al otro lado del restaurante.
Un tanto sorprendida Mía se levanta de su mesa y va a buscar a Kaya.
— ¡Hola!— Saluda esta vez por voz a la morena.
— ¡Hola! ¿Mía verdad?
— ¡Correcto!— Hay un silencio y Mía voltea solo a checar que sus carpetas sigan en su lugar. — ¿Por qué no vienes a comer conmigo a mi mesa?
—No puedo...
— ¿No veo que te lo impida?— Mía piensa que Kaya no quiere ir a sentarse con ella pero nota como es que la morena le apunta con el dedo índice a un letrero.
"Afroamericanos comen de lado izquierdo, de cruzar al otro lado se tomaran medidas disciplinarias"
— ¡¿Es una broma?!— Las cejas de Mía se exaltan al ver e letrero...tenía un mes en la ciudad y jamás se había percatado de ello. Hacia memoria con su cabeza y en efecto recordaba que a donde solía salir con Carter nunca había personas de color.
—Me temo que no. — Kaya bajo la mirada y la misma mesera que atendió a Mía se acercó entregándole otro menú.
Mía en silencio decide observar la interacción.
— ¿Qué te doy?
— ¡Un café y una rebanada de pastel!— Habla Kaya.
—Deberías de pedir el de zarzamora. — Mía interrumpe. — Son los más buenos.
— ¡Pues uno de esos!
—Se acabaron...te traeré el que tenga. — Habla la mesera y Mía arquea la ceja molesta.
Kaya espera paciente su orden y en minutos le llega con una rebajada de pie la mitad de pequeña que la que le sirvió a ella y un café en una taza más chica sin siquiera verse caliente pues no salía humo de la taza.
—Son cinco dólares, más propina, hacen un total de diez dólares.
Kaya saca su dinero y Campbell nota como comienza a juntar moneditas y billetes de a dólar.
— ¡Diez dólares por un café frió y una rebanada de pastel! ...Eso es el doble de pequeña que la mía...¿Le molesta hacer la cuenta de nuevo?
—Son dos dólares del café, tres de la rebanada ...En total cinco, más propina que es el cincuenta por ciento, total diez dólares.
—Pero...
—Tranquila Mía...la cuenta de la mesera está bien. — Kaya sigue sacando sus monedas para juntar el total.
—Yo te invito Kaya...espera. — Mía regresa a su lugar y al coger su dinero escucha un ligero grito de su amiga Kaya.
— ¡Modales!... ¡Para ti soy señora...no mesera!
Campbell en cuanto gira su rostro ve que Kaya tiene un vaso de agua sobre de ella y un poco de café hirviendo derramado sobre sus piernas.
La muchacha en silencio coge una servilleta y comienza a limpiar su ropa.
— ¡SI NO TE ALCANZA LÁRGATE DE ...
— ¡DISCULPA!— Esa voz de justicia en Mía no puede callar más ante tal injusticia. — ¡¿QUE MIERDA ESTA HACIENDO?!
—Inspectora...— La mesera hablo en tono más amigable con ella. — Se lo voy a explicar por qué es foránea. — Se acercó a Mía y ella con la ceja arqueada miraba que Kaya estuviese bien. — Blancos comen de lado derecho con menú preferencial...Negros comen de lado izquierdo con menú de negros...
— ¡Que estupidez!— Interrumpe una encolerizada Mía. — ¡Toma!— Le deja los diez dólares de la cuenta de Kaya. — Por favor pásala a mi mesa...le sirves un café como el mío y una rebanada de pastel de zarzamora con por el mismo precio que me cobraste a mí.
—No puedo hacer eso...— Habla la mesera mirando a Kaya— ¡Mira todo lo que ocasionaste! ¡MALDITA SI...!
— ¡CÁLLESE LA PUTA BOCA!— Mía esta vez más molesta que antes encara a la mesera.—¡TE DI UNA ORDEN! ¡PÁSALA A MI MESA Y ATIÉNDELA COMO UN SER HUMANO!
La mesera ve que es caso perdido y mira a Kaya.
— ¡Pásate! ¡La señorita lo ordena!— Una media sonrisa se forma en la mesera y Kaya no quiere pasarse del otro lado. — ¡¡Te dio una orden!!
Kaya con pasos lentos comienza a cercarse al área límite y al poner su primer pie dentro de la zona de blancos, un hombre blanco de unos cuarenta años se levanta arrojándole un vaso de agua y Mía escucha como las personas comienzan a gritarle. Con insultos pidiendo que se regrese a su zona.
Kaya intimidada regresa aún más mojada que hace unos minutos.
— ¡NO ME CREO LO QUE MIS OJOS MIRAN! ¿NO LES DA VERGÜENZA?
— ¡ES UNA PERSONA INFERIOR!— Habla la camarera.
— ¡ES UN SER HUMANO!— Mía siente impotencia al ver esa escena tan horrible. Se acerca a su lugar recoge sus cosas se acerca a Kaya. — ¡Salgamos de esta mierda! Y no te atrevas a llevarte su asquerosa comida.
Kaya obedece a Mía y le acompaña hasta la puerta.
— ¡EN MI VIDA REGRESO A ESTE LUGAR DE MIERDA!
—Bueno...no es que nos afecte mucho siendo una gitana...otra más impura...solo le atendíamos por el servicio que brinda y por que viene tomada de la mano de ese Insepctor...
Campbell sale hecha un demonio de ese lugar cogiendo a Kaya de las muñecas.
Una vez fuera del lugar Mía ve a Kaya un tanto arrepentida.
— ¡Lo siento! ¡Te hice pasar un momento horrible!
—No tiene que disculparse. — Kaya ríe ligeramente. — Mi comida fue interesante el día de hoy.
—No has podido comer nada...—Habla Mía recordando que tampoco y sus intestinos rugen. — ¿Conoces algún lugar donde todos sean tratados por igual?
—A decir verdad si.— Kaya comenzó a caminar por las calles al lado de Mía. Llegando a otro de los barrios de afroamericanos de Chicago entraron a un restaurante donde se podían ver gente blanca y de color comiendo tranquilos.
—¡Hola!— Habla Kaya quien es recibida de manera amigable por la gente de ese lugar. Mía se sentía como en la cantina con Clark al ver los rostros amigables.
—¿Qué haces aquí Kaya?— Habla un hombre de traje que en cuanto ve a ambas chicas se levanta.
—¡Oh! ¡Eres tú!...Traje a una amiga.
—Mía Campbell.— Estira la mano y ve que el hombre se acerca a quitarse el sombrero y besar la mano de la inspectora.
—¡Ethan Reed!
Próximo capitulo titulado "Me se defender" ¿Ideas?
https://youtu.be/AFF7FKS9Exc
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