5-Celo
Daba gracias que ese día no hubieran clases pues tenían que hacer unas reformas así que teníamos que estudiar por nuestra cuenta.
Llegue exhausto a la habitación de Enid y Miércoles. Toqué y la joven gótica me abrió la puerta mientras me miraba de arriba a abajo. Me dejó entrar y vi que Enid estaba tumbada en la cama moviéndose mucho.
—¡Enid!—me acerque a verla.
—Te dejo a cargo, tengo que atender unos asuntos—me dijo desde la puerta.
—¡Espera!—ella detuvo su avance y me miró—¿sabes que le puede pasar?.
—No, pero no creo que sea grave, cuida de ella.
Dicho esto se marchó por la puerta.
Ella jadeaba de calor, estaba ardiendo pero por la forma de verme no parecía tener fiebre. Me miraba y sonreía.
—No deberías estar aquí—dijo casi en un susurro.
—Soy tu chico, debo cuidarte
—No estoy enferma
—Claro que sí, sólo mira como estás—estaba empapada de sudor.
Ella respiró unas cuantas veces antes de hablar.
—Déjame sola, no debes estar aquí
—¿Por qué?—necesitaba respuestas.
Enid se levantó y se sentó sobre el borde de la cama.
—Cuéntame que te ocurre—tomé su mano—por favor.
Me rodeó con los brazos y yo me dejé hacer mientras le acariciaba la espalda. Estaba sudando mucho. Sentí que me mordía el cuello suavemente unas cuantas veces.
—Enid...me haces un poco de cosquillas—dije—tienes que recuperarte.
—No estoy...no estoy mala...solamente estoy...
—¿Estás?
—Estoy en celo—al decir eso abrí los ojos.
—Ya...ya veo...jeje.
Sentí sus manos acariciar mi pelo mientras seguía ahora con besos y lametones por mi cuello. El pequeño hormigueo se formó en mí y suspiré mientras estaba nervioso. Luego me besó despacio los labios mirando mis ojos y fue aumentando la pasión.
—No, no podemos seguir así—dije—yo...
Ella me mordió el labio inferior y ahí perdí el poco sentido que me quedaba. La mente se me nubló y comenzamos a besarnos con mucha pasión mientras nos tumbábamos en la cama y poco a poco me quitaba la camiseta. Ella hizo lo mismo, al estar sudada le costó, pero finalmente nos fundimos en la pasión.
La parte más delicada fue cuando sacó las garras ya que no lo controlaba en algunos momentos del encuentro.
Desperté al cabo de un rato, Enid estaba acostada al lado, durmiendo tranquilamente. Me dolía un poco el cuerpo, ella no controlaba su fuerza.
—Ya has despertado—escuché.
—¡Ah!—era Miércoles en su escritorio leyendo.
—Veo que has acabado con su estado de celo—dijo.
—Pues sí...un momento, ¿tú lo sabías?—no salía de mi asombro—¿por qué no me lo dijiste?.
—Enid lleva tiempo que cuando se encuentra en ese estado no para de gruñir, jadear o moverse mientras duerme. Es molesto, ahora podrá estar relajada.
Yo me vestí tranquilamente y le di un pequeño beso a Enid en la frente.
—Gracias por cuidar de ella—dije a la joven gótica.
Me miró con esos oscuros ojos.
—No debes darlas
—En realidad te importa mucho ella
—Vuelve a decir eso y—pero levanté la mano.
—Perdón.
Charlamos un rato sobre el tema de la quema de las colmenas pero ella seguía sin tener pistas y los que había preguntado tampoco sabían nada pues no tenían mucho contacto con el joven Euguene más que en clases.
A la tarde, quedamos en reunirnos para pasar el rato. Euguene estaba algo mejor, le animaba diciendo que todo saldría bien.
—Ah, ya llegan—dijo este mirando al frente.
Enid y Miércoles se sentaron delante nuestra. Pedimos algo de comer y un poco de café. Euguene tampoco sabía nada y no había vuelto a tener problemas desde entonces. Las huellas del bosque eran algo pero era un lugar tan grande que no podíamos meternos sin más.
En uno de esos momentos, la joven gótica expresaba su manera de acabar con ellos si los cazamos, vi a Enid mirarme con unos ojos diferentes a los normales. Yo bebí de mi taza y cuando volví a alzar la vista se mordía el labio inferior.
—¿Estás escuchando?—preguntó la joven de trenzas—¿o estabas en tu mundo?.
—Lo siento, me he distraído
—Presta atención cuando te hablo
—Si, lo siento.
Pasamos un rato agradable hasta que Euguene quiso ir a ver la nueva colmena, al menos se habían podido salvar un pequeño grupo, lo suficiente para poder restablecer la colmena. Miércoles quiso acompañarle para asegurar la zona y encontrar la manera de que nadie pudiera hacerlas más daño.
Enid y yo nos quedamos en silencio.
—¿Quieres que demos un paseo?—pregunté terminando mi café.
—Claro.
Salimos por los terrenos sin decir nada, solamente tomados de la mano y mirando a nuestro alrededor, disfrutando del día.
Se encontró con Yoko y otras amigas.
—Enid, vamos a comer algo y hablar de unos chismes que nos hemos enterado—dijo la vampira.
—Es que...Tn y yo...—me miró.
—Quédate, yo iré a leer un poco—dije.
—¿Seguro?—puso cara de preocupación.
—Claro que sí—respondí—hablamos luego, ¿vale?—esboce una sonrisa y ella asintió.
Cuando me di la vuelta y di unos pocos pasos ella me llamó.
—¿Qué ocurre?
—Luego antes del toque ven a mi cuarto que debo darte una cosa.
Estaría tranquilo de no ser porque ella me guiñó un ojo y me miraba como su presa.
Nota: en mejor calidad era demasiado grande para poner el gif.
Me relaje mientras hablaba con Euguene diciendo que estaba muy feliz y agradecía a Miércoles el que le ayudase cuando escuche de fondo a la joven decir que lo iba a matar por esas palabras amables que le había dedicado.
Recibí un mensaje de Enid que acudiera a su dormitorio. Fui hasta allí y antes de tocar vi como la puerta se abría y ella me agarraba de la camisa.
—Has tardado mucho—dijo haciendo pucheros.
—Lo siento—dije nervioso, sus ojos parecían devorarme.
—No te preocupes.
Tras de sí cerró la puerta una vez que entré, me tiró con su fuerza sobre la cama, se puso encima mío y comenzamos a besarnos. La miré a los ojos y nos dejamos llevar de nuevo. No sabía cuanto tiempo iba a durar su estado de celo, pero no era algo que me disgustase.
A la mañana siguiente, y después de clases, recibimos fotos anónimas de que alguien nos vigilaba. Una de las fotos era de Miércoles junto a Euguene en los panales.
—Tendremos que tomar medidas, y para ello tengo un plan—Miércoles esbozó una sonrisa.
Los cuatros nos miramos y asentimos una vez escuchamos el plan de la joven.
Tocaba descubrir de una vez quien estaba detrás de todo esto.
Continuará...
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