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Entre un grupo de árboles, yacía una cinta azul hecha girones, trozos de ropa y unas cuantas manchas de sangre.

Lentamente Leonardo fue sacando la cabeza de su caparazón mirando a su alrededor, agradecía tener algo duro y resistente que lo protegía, con la mirada buscó a su cuñada.

Erika estaba entre la copa de un árbol, la mayoría de las hojas habían caído al suelo por el choque, por el momento estaba inconsciente por la estrepitosa caída.

-Eri...- Leonardo se levantó del suelo con dificultad, sintió su caparazón crujir y algo fuera de su lugar -espero que no esté roto...-

Se acercó a Erika y la tomó de la mano para atraerla hacia él, la atrapó entre sus brazos para volver a gruñir del dolor.

-Eri... Eri... Despierta...- la movió entre sus brazos

Ella aún estaba convertida en tejón, al menos no debía preocuparse por si algo la había atravesado, la observó bien, uno de sus brazos estaba torcido, seguro se lo había dislocado en la caída.

Con cuidado la dejó en el suelo, le acomodó el brazo y la subió en su hombro fácilmente.

-hay que subir...- miró hacia arriba y el sol ni siquiera era visible -creo que no se podrá...-

Con un ligero cojeo, la tortuga junto a su cuñada en el hombro, emprendió camino hacia algún lugar en donde pudiera ver el sol y guiarse para encontrar a los suyos.

Atrás dejó su bandana, unos cuantos trozos de sus pantalones y su radio hecha pedazos, la cual, era inservible ahora.

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-¡Erika! ¡Leo!- Raphael gritaba desde la orilla del acantilado, desgarrando su garganta cada vez más

Vladimir había huido aprovechando la situación, la caída de aquellos dos miembros era la distracción perfecta para escapar.

-papá...- Kiri estaba derramando lágrimas de rodillas en el suelo, ya había logrado humedecer la tierra debajo de su rostro -mamá...-

-Leo...- Winda miraba la orilla del acantilado, Dakota la sostenía entre sus brazos, impidiendo alguna locura de parte de la morena

-yo... Yo debo... Yo debo ir con Maggie...- Donatello trataba de asimilar toda la situación, se le revolvía el estómago al pensar en todo a la vez

-¡Debemos buscarlos!- Raphael se levantó del suelo, ya estaba algo afónico de tanto gritar -¡No podemos dejarlos así!-

-¿Crees que sobrevivieron?...- Mikey había tardado mucho en hablar y en asimilar la situación, a pesar de todo, se mantenía más sereno que los demás

-¡Claro que sobrevivieron!- la tortuga temperamental lo tomó del caparazón y lo sacudió -¡Ellos están con vida!-

-Raph... La caída es de casi unos 300 metros...- Donnie hablaba con tono triste

-¡No!- los miró con ojos brillosos por las lágrimas que contenían -¡Ellos están bien!-

-Raph...- Mikey puso su mano en uno de los brazos de su hermano -solo tal vez...-

-¡No! ¡Me niego a aceptar que todo se está yendo a la mierda!- se alejó de su hermano de naranja

Winda y Dakota se giraron a mirarlo, ambas sin expresiones en sus rostros.

-¡Todo esto es una mierda! ¡¿Por qué siempre tenemos que salvar a la humanidad?! ¡¿Qué han hecho ellos por nosotros?! ¡Solo somos unos malditos fenómenos para ellos! ¡Monstruos! ¡Deberíamos dejar que Vladimir haga lo que quiera!- resopló con la nariz

-Raphael, cálmate...- Donatello alzó las manos en señal de rendición

-¡No! ¡Maggie acaba de perder un brazo!- miró al de cinta morada fijamente -¡Mi hermano y mi mujer acaban de caer por un barranco! ¡Ni siquiera sé si están vivos!-

Kiri alzó la mirada para ver al de cinta roja, su rostro sucio por la tierra y las lágrimas.

-¡Mis hijos acaban de perder a su madre!- Raphael se dejó caer sentado en el suelo -no creo poder seguir así...- se cubrió el rostro

-Raph...- Mikey se arrodilló junto a su hermano y lo abrazó

-tranquilo hermano...- Donnie se arrodilló junto a ellos y los rodeó con sus brazos

-estoy bien...- Winda sonrió levemente y Dakota la soltó

-¿Segura?...- sus ojos marrones siguieron a la morena quien asintió

Winda se acercó a Kiri y la tomó de la mano, con delicadeza la llevó hacia las tres tortugas, la pequeña castaña tocó una de las manos de Raphael, quien se descubrió el rostro y la miró con ojos llorosos.

Con amor la atrajo hacia él, la abrazó con fuerza, a lo que la castaña volvió a romper en llanto, la pelinaranja se acercó al grupo y los abrazó a todos.

La morena simplemente los observaba aún de pie, miró hacia el acantilado con desilusión, luego sintió una mano de tres dedos tomar la suya, al girar la cabeza, se encontró a Raphael viéndola.

Ella sollozó y se arrodilló a abrazar a los demás, especialmente a Kiri, entre todos se reconfortaba para sobrellevar la situación tan desafortunada que estaban viviendo.

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-por favor... Ayúdame...-

Shane había llegado a la casa de Jendayi, estaba lleno de la sangre de la rubia a quien llevaba en brazos, la joven morena lo miró estupefacta, rápidamente lo ayudo a ponerla en la mesa.

-le arrancaron el brazo...- dijo mientras le hacía señas de lo que había sucedido con Maggie

Jendayi miró horrorizada el brazo desgarrado de la rubia, con cuidado lo puso entre un frasco con Aloe Vera para tratar de mantenerlo vivo, no contaba con nada frío o hielo para hacerlo durar y alguna otra cosa, podría infectarlo.

Rápidamente desinfectó la parte desgarrada del hombro y buscó su bisturí para comenzar a cortar la piel suelta y hecha girones.

Shane se arrodilló junto a la mesa y tomó la otra mano de Maggie, sintiendo su pulso débil, tenía todas sus esperanzas puestas en Jendayi, no le importaba si el brazo se perdía, él solo no quería perder a nadie más.

Luego de un par de horas de procedimiento, Jendayi sacudió el hombro de Shane con delicadeza, se había quedado dormido junto a la rubia, aún sostenía su mano con cuidado, él abrió los ojos lentamente y miró a la joven morena.

-¿Qué pasó?...- la miró confundido

Ella señaló el brazo aún en el frasco con Aloe Vera y negó con la cabeza lentamente.

-perdió el brazo...- murmuró y se levantó para ver a Maggie, quien tenía el hombro vendado, su pulso se había recuperado un poco

Regresó su vista a Jendayi quien tenía una venda en el brazo, le señaló la venda y la miró, ella giró su vista hacia un frasco con sangre que tenía una pequeña manguera que lo conectaba con la rubia, transportando la sangre del frasco a Maggie.

Shane la abrazó por la cintura y la apretó contra sí mismo, ella simplemente se quedó atónita mientras se sonrojaba cada vez más, sus pies ni siquiera tocaban el suelo debido a que el pelirrojo la había levantado para no estar encorvado.

-gracias...- la dejó en el suelo, se dejó caer de rodillas, aún abrazándola por la cintura y comenzando a sollozar -gracias...-

La joven simplemente puso sus manos en los hombros del joven mutante, los apretó levemente, a lo que el pelirrojo se soltó a llorar como un niño pequeño que acababa de caerse y buscaba el consuelo de su madre.

Jendayi suspiró y con una mano, de forma delicada comenzó a acariciar la cabeza de Shane, dejando viajar sus rojos mechones entre sus dedos, no sabía el trasfondo de su llanto, pero algo dentro de ella le decía que lo consolara.

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