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-beban esto, los hará dormir bien, para que cuando salgamos por la mañana, no estén fatigados- Winda ofreció a los cuatro hermanos un pequeño cuenco con un líquido algo verdoso y café -pero beban rápido, es un poco amargo-

Los cuatro hermanos asintieron, tomaron el cuenco y bebieron rápidamente el contenido.

-sabe horrible...- Miguel Ángel estaba sin aliento por el feo sabor

-asqueroso...- Donnie se estremeció por la amargura de la bebida

-no está tan mal- Leonardo sonrió levemente

-tú bebes té y café sin azúcar, cierra el pico- Raphael le dió un pequeño empujón

-¿Por qué solo les das a ellos?- Maggie se cruzó de brazos y frunció el ceño levemente

-a ti es a quien menos deberían darte, porque, honestamente pareciera que te conviertes en tractor por la noche- Dakota rió levemente y sonrió

-tú eres un oso en su hibernación- la rubia le dió la espalda

-es porque soy de Alaska ¿Verdad?- ella frunció el ceño también

-¿Qué comes que adivinas?- le enseñó la lengua

-¡Urraca flaca!-

-¡Osa babosa!-

-¡Camarón crudo!-

-¡Habitante de iglú!-

-¡Eso es pasarse de la raya!- la pelinaranja tomó a la rubia por los hombros y la sacudió -¡Pueblerina!-

-¿Cómo te atreves?- Maggie también la tomó por los hombros

Ambas mujeres comenzaron a forcejear, mientras tanto Donatello intentaba detenerlas, Leonardo observaba en silencio y Raphael junto a Mikey hacían apuestas de quién ganaría la pelea.

-basta, somos mujeres, no animales- Erika se cruzó de brazos

-habló el tejón- Maggie la miró con pena fingida

-cierra la boca, dejen de pelear, hay que dormir- la seriedad en la voz de la pelinegra era palpable

-si, mami- Maggie se separó de la alasqueña

-solo porque no quiero romper al mondadientes- Dakota empujó a Maggie levemente y se alejó hacia Miguel Ángel

-vamos, hay que encontrar un buen lugar en el camión para dormir- la tortuga de bandana naranja tomó la mano de su novia y se la llevó lejos

-vamos Maggie, te dejaré dormir sobre mi caparazón esta vez- Donnie sonrió levemente mientras tomaba la mano de su esposa entre las suyas

-¡Pido la parte trasera!- Leonardo tomó a Winda en brazos, la colocó sobre su hombro y comenzo a correr hacia al camión junto a ella, a toda velocidad

-¡Soy más grande que tú! ¡La necesito más!- Raphael corrió trás su hermano

-¡En todo caso yo la necesito más!- Donnie también corrió trás sus hermanos

Sin embargo cuando llegaron al camión y lo abrieron, la pelinaranja y el menor de los hermanos estaban en la parte trasera, con un par de almohadas y mantas esparcidas a su alrededor.

-maldito...- Raphael susurró y suspiró molesto

-tú no eres el que parece costal de papas- Winda se removió en el hombro del de bandana azul -¿Me bajas?-

-solo dame...- Leonardo giró la cabeza levemente hacia ella y lo primero que vio fue su bien proporcionado trasero -un minuto...-

-ni, se te, ocurra- la morena frunció el ceño levemente

-no iba a hacer nada- el mayor se sonrojó un poco ante su comentario y la puso en el suelo lentamente -lo siento-

-nguruwe...- Winda cruzó ambos brazos sobre su pecho y lo miró con el ceño levemente fruncido (cerdo)

-no sé que dijo, pero conozco esa mirada- Raphael sonrió levemente -Erika me la dedica de vez en cuando-

-supongo que dormiremos adelante Maggie- el de anteojos miró a la rubia y sonrió levemente

-de acuerdo- soltó un suspiro furioso -mi columna pide clemencia de ese asiento...-

-vamos cariño- Donatello tomó su mano y la llevó a la parte delantera

-tú y Erika duerman en la parte del medio, Raph y yo dormiremos afuera- Leonardo le pasó a Winda una manta de las que estaban en la parte trasera

-¿Seguro?- ella tomó la manta -hace mucho frío por la noche...-

-no moriremos, te lo aseguro- sonrió y besó su mejilla -descansa-

Winda asintió levemente y al verlo alejarse un poco, sonrió maliciosamente.

-ya veremos quién descansa- dijo en voz baja y soltó una risita

Pocos minutos pasaron para que luego todos los menores se fueran al interior de la casa a dormir, de los cuatro que se conocían desde siempre, casi uno sobre otro.

Mikaela y Kiri, dormían sobre Shane convertido en lagarto, la menor de la familia también estaba convertida en lagarto, James simplemente recostó su cabeza en uno de los costados de Shane.

Jen estaba un poco apartada acurrucada en el suelo con una pequeña manta, a pesar de todo, el frío la hizo temblar levemente.

Ante eso el joven mutante la atrajo a ellos con su cola, ella no se resistió y con una pequeña sonrisa en el rostro, se acurrucó junto a los demás, era un nuevo calor, un calor agradable y amoroso.

Mientras tanto en las afueras de la casa uno a uno, los hermanos fueron despertando de golpe, su cuerpo temblaba, su piel estaba muy caliente, respiraciones agitadas, sudoración excesiva, no comprendían porqué se sentían así.

Los hermanos que estaban adentro del camión se miraron confundidos.

-uh... Donnie... Tenemos un problema- dijo el menor mirando hacia abajo

-ya lo noté...- el de bandana morada también estaba viendo su propia entrepierna

-¿Por qué? ¿Las erecciones se sincronizan?- miró a su hermano

-¡¿Qué?!- lo miró no muy convencido, ambos discutían mientras susurraban

-no sé... Las mujeres se sincronizan en su monstruación- se encogió de hombros

-menstruación, tonto...-

-ya sé, pero me pareció un término más lógico- suspiró -bueno... ¿Qué hacemos?-

El de anteojos iba a abrir la boca, pero se quedó callado al ver a su hermano de rojo abrir la puerta trasera.

-vengo por mi mujer- su voz ronca y sus pupilas dilatadas hicieron que Mikey se hiciera a un lado

Raphael se subió al camión, tomó a Erika de la cintura y la subió a su hombro.

-¿A dónde vamos?...- dijo algo adormilada y frotándose un ojo

-vas a ayudarme en algo- la tomó por el trasero y la apretó

Leonardo también subió al camión, tomó a Winda y salió rápidamente para alejarse de sus hermanos.

-¿Quieres que me vaya?- Miguel Ángel miró a su hermano

-¡Largo! ¡Yo construí este camión!-

-¡Ya me fui!- Mikey corría con Dakota en brazos

-bien...- suspiró el de morado -Maggie...- movió el hombro de su esposa

-¿Mhmm?...- ella abrió los ojos lentamente

-¿Me ayudas?...- señaló su entrepierna

Ella sonrió maliciosamente al darse cuenta de que se trataba, con esa misma sonrisa se acercó a su esposo y rápidamente comenzó a complacerlo con su mano.

En un lugar apartado la morena complacía a su  propia tortuga con su boca.

-¿Por qué?... ¿Estamos así?...- dijo el de bandana azul entre suspiros

Winda simplemente se encogió de hombros y siguió con lo suyo.

Cerca de un conjunto de árboles el menor de los hermanos y le pelinaranja habían dejado de perder el tiempo, la ropa esparcida por el suelo, ella estaba sobre él, sosteniéndose de sus hombros mientras movía su caderas lentamente.

La tortuga de naranja, sujetaba a su novia con fuerza de las caderas y la hizo acelerar para complacerse mejor.

Muy lejos, en donde estaba el abrevadero, el hermano de rojo tenía una mano sobre la cabeza de la pelinegra, quien estaba de rodillas en el suelo, el costado derecho de su cara estaba contra la tierra y se sonrojaba de vez en cuando.

-tú... Ya habías cumplido tu fantasía de exteriores...- tembló levemente

-pero no en África...- movía sus caderas penetrándola con fuerza -ahora... Saca esa linda cola peluda que tienes...-

La pelinegra no tuvo de otra más que resistir los empujes, que cada vez eran más fuertes y ella sabía a donde iba eso.

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