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Shane ya habido sido acomodado en su nuevo espacio, ahora cada vez que Jendayi salía, el rodaba por el suelo, se paraba de manos, daba brincos, giraba y se transformaba para mantenerse en forma, eso y su hiperactividad que desarrollaba cuando estaba ansioso.

-me lleva...- dijo mientras estaba sentado dibujando en la tierra del suelo -me duele la colita de estar sentado todo el rato-

Cuando menos lo esperó, sintió una roca golpearle la cabeza, una muy pequeña, pero que llamó su atención, al girar vió a una Jendayi algo molesta y de brazos cruzados.

-me vale lo que digas, igual no te entiendo- frunció el ceño

Ella levantó una ceja y lo miró fijamente, le señaló la almohada que estaba en el suelo, insinuando que reposara.

-no- le dió la espalda, la cual fue blanco de otra roca -¡Hey!-

Volvió a señalar la almohada, el pelirrojo molesto se puso de pié, la joven retrocedió un poco, lo había visto acostado, pero parado, era mucho más alto que ella y le era intimidante.

-ya me cansé de estar acostado- él se cruzó de brazos

Ella frunció el ceño levemente al verlo a la defensiva, rápidamente salió de ese espacio, dejando al pelirrojo un poco confundido, al regresar traía una lanza entre manos, con ella picó la pierna de Shane.

-¡Oye! ¡Tranquila!- volvió a ser picoteado -¡Basta!-

-recuestate, sino te la meteré por otro lado- ella lo miró de forma amenazante mientras señalaba la almohada nuevamente

-eres un poco loca...- él se sentó lentamente y se recostó -linda, pero loca-

Ella no le entendió, así que simplemente sonrió al ver su objetivo cumplido, aunque su felicidad no duró mucho, un ligero olor a humo llenó el lugar.

Shane se puso de pié y comenzó a olfatear de dónde venía el extraño olor, Jendayi iba detrás de él porque también había sentido el olor.

Todos los demás se reunieron afuera de la casa, cuando los otros dos se acercaron a ellos, vieron a un grupo de jóvenes con antorchas y lanzas, las tortugas tuvieron que esconderse detrás de la casa.

-¿Quiénes son?- Maggie fue la primera en ponerse a la defensiva

-no lo sé- Winda se acercó a ellos -¿Quiénes son ustedes?-

-eso no te incumbe mujer, venimos por Jendayi- uno de los jóvenes miró a la chica que estaba detrás de Winda

-¿Para qué la necesitas?- ella aún no les tenía confianza, por su apariencia y su actitud conflictiva

-venimos para acabar con esa bruja- uno de los jóvenes salió del grupo y se puso hasta el frente -yo soy Abasi y Jendayi es un peligro para nuestra comunidad-

-¿Por qué? Es pacífica- la morena se encogió de hombros

-ella y sus conocimientos son peligrosos, eso tiene que ser brujería extranjera, nada que va con nuestras costumbres, además, una mujer no puede saber tantas cosas, de seguro está poseída- señaló a la joven

-el único peligro aquí son ustedes- Jendayi se acercó a ellos mientras los señalaba -me temen porque soy más inteligente que todos ustedes juntos, me temen porque soy diferente y me temen aún más, porque soy mujer- ella gruñó levemente -no he soportado tantas cosas en mi vida, para ustedes, unos simples monos, vengan a arruinar mi paz-

-tú eres la que le quita la paz al pueblo, diciéndoles cosas a las mujeres, sobre tomar sus propias decisiones, de estudiar, de aprender cosas nuevas, eres la manzana de la discordia- la apuntó con la lanza

-si tienes miedo de que una mujer te supere, es porque no eres lo suficientemente hombre como para aceptar que ellas también son seres humanos pensantes-

-eres tan descarada, una maldita bruja que no ha sido más que una astilla en el pié desde que llegó aquí- soltó un suspiro -eres de lo peor, por eso, el jefe Bwana, nos envío con el único objetivo de llevarle tu corazón para que él pueda comérselo al anochecer-

-¿Qué sucede?- Kiri se acercó a Winda

-quieren matarla...-

Los demás escucharon, incluso las tortugas quedaron sorprendidas por lo que pretendía el grupo de jóvenes.

-bien, que pasen sobre nosotros- Dakota sacó un pequeño cilindro de su bolsillo, al apretar un pequeño botón, el cilindro se expandió y se convirtió en su objeto preferido, un bate de béisbol

-James, cuida a Mik- la pelinegra le entregó al castaño la pequeña pelinegra, él asintió y la abrazó con fuerza para sostenerla bien

-seremos solo tú y yo Mik- sonrió y la pequeña pelinegra asintió, se separaron un poco del grupo y se sentaron en el suelo

-largo de aquí, no llevarán el corazón de nadie a nadie, ella se queda aquí y ustedes se van- Winda cruzó los brazos sobre su pecho

-no le haré caso a una mujer, a un lado- la empujó y pasó para ir por Jendayi

-maldito mocoso- la morena se enfureció y lo jaló del hombro para luego propinarle un fuerte puñetazo en la cara

Él se aturdió un poco por el golpe, sin embargo se enojó y tomó a Winda por el cuello, en cuestión de minutos escuchó el cartucho de un arma ser cargado.

-déjala o yo misma te volaré los sesos- la rubia no tenía remordimiento en poner un arma sobre una cabeza ajena

El sujeto, algo confundido porque no entendió el idioma pero la soltó porque supuso que eso era lo que quería.

-la mujer blanca tiene agallas, pero no más que nosotros- dió un silbido y los demás del grupo se movieron rápidamente para poder tomar a Jendayi

Dakota le dió a uno un batazo, era tranquila, pero si había que golpear a alguien, ella lo disfrutaba mucho, era, revitalizante para ella.

-¿Qué le dan de comer a estos chicos? Son muy altos- Dakota le dió un batazo a otro en un costado

-así es nuestra genética, a menos que seas de los pigmeos del Congo- Winda esquivó un par de golpes -ellos son del tamaño de Erika, enanos-

-¡Oye! ¡Eso fue ofensivo!- la pelinegra rompió una lanza que le había arrebatado a uno de los del grupo enemigo

-pero es la verdad- rió levemente

-no todos podemos medir 1.80- frunció el ceño

Dos jóvenes se acercaron a Jendayi por detrás, ella estaba distraída tratando de detener la lanza de otro, cuando iban a atacarla, el pelirrojo se interpuso entre ellos.

-este no es blanco- dijo uno

-pero tampoco es como nosotros-

-es como la tierra, su cabello es como la arcilla y tiene ojos de esmeralda- señaló

-tengo la ligera sospecha de que me están juzgando- Shane se cruzó de brazos -otro día se enamoran de mí-

Tomó a uno del brazo y lo lanzó lejos, al otro le dió una patada que lo dejó en el suelo.

Al girarse, miró a Jendayi en el suelo, tratando de detener la lanza, ahora se le había dificultado un poco, ella era baja de estatura en comparación con los demás, por más que quisiera patear a su agresor, sus piernas eran muy cortas para hacerlo.

Sin embargo no pudo ayudarla ya que Dakota estaba rodeada y ella no era una experta peleadora, así que fue primero con ella.

-tendré que transformarme, la diferencia de tamaño me tiene en desventaja- Erika estaba pegada a la espalda de Maggie

-por enana- ella disparaba al suelo, procurando solo ahuyentarlos

-eres igual de grosera que Winda- frunció el ceño

-por eso me cae muy bien- rió levemente -anda, ve y parte en dos a esos tontos-

Ella asintió, logró empujar a los dos que la tenían, al estar ellos un poco fuera de su espacio, la pelinegra comenzó a cambiar su piel por pelaje y su cara se deformó a modo de que tuviera un pequeño hocico.

-bien ¿Quién sigue?- sonrió y sus colmillos sobresalían, al igual que sus otros dientes filosos

-es una bruja... ¡Un demonio!- la picó con la lanza, sin embargo, no atravesó su piel

-eso... Fue humillante para ti- lo tomó del cuello y lo apretó un poco, lo dejó inconsciente y fue por el otro

-¿Solo eso tienes?- la castaña esquivaba los golpes con bastante facilidad -por favor ¿A eso llamas ataque?-

El siguió intentando golpearla, sin embargo ella era muy ágil, demasiado rápida para sus golpes.

-¿Ya habías hecho esto antes?- ella rió levemente y recibió un ligero golpe en un brazo -al fin algo emocionante- le regresó el puñetazo, se lo dió en la cara y este cayó -que sueñes con los diablitos-

Luego de acabar con los que rodeaban a Dakota, Shane corrió y tacleó al que tenía a Jendayi de contrincante.

Ella se puso de pié y tomó aire, no había logrado golpearla o hacerle daño con la lanza, miró como el pelirrojo tenía a Abasi contra el suelo, este como pudo tomó su lanza y trató de atravesar a Shane, el ataque no llegó ya que él utilizó su cola para detenerlo.

-otro demonio...- sus ojos mostraban miedo

-largo- dijo mientras rompía la lanza con su cola, se puso de pié y lo dejó ir

Todos los jóvenes corrieron, los que estaban inconscientes fueron llevados por los demás.

Jendayi estaba boquiabierta mientras miraba a la pelinegra y al pelirrojo.

-¿Que diablos son ustedes?- ella estaba muy confundida

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