-¿Espiarlos?- dijo el pelirrojo algo confundido por la petición de su hermana

-si- ella lo miró seriamente mientras él estaba recostado en su cama

-¿Por qué?- la miró

-mi padre oculta algo, se cuando lo hace y quiero saber que es- dijo cruzada de brazos y con el ceño levemente fruncido

-¿Por qué no dejarlos en paz?- se colocó una almohada sobre el rostro

-no dejaré que esa mujer quiera volverse mi madre, yo ya tengo una- ella le quitó la almohada de encima

-tal vez no quiera volverse tu madre y el tío Leo tiene tanto derecho de hacer su vida con alguien tal y como los demás lo hicieron- suspiró y le quitó la almohada de las manos

-él y yo ya tenemos una vida, no necesitamos a alguien más- ella lo miró un poco enojada -¿Vas a ayudarme?-

-no tengo de otra hermanita, se supone que ese es mi trabajo, apoyarte- suspiró -iré a cambiarme-

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-listo, en casa- dijo Leo dejando a Winda de pie es su sala

-muchas gracias- sonrió -lamento la molestia-

-bueno, eres mi novia, no puedo dejarte sola por la calle, menos con lo bonita que eres- sonrió

-eres un coqueto- ella rió entre dientes

-es la verdad, mírate- rió con ella -eres hermosa-

-gracias- sonrió tímidamente -usualmente soy de carácter fuerte, pero tú me ablandas-

-lo siento Win- sonrió

-también con eso me ablandas- rió

-tal vez esto te ablande más- sonrió y sacó una pequeña cajita de su bolsillo -feliz navidad-

-¿Leo?- ella la tomó y la abrió, dentro había un brazalete -es muy hermoso-

-que bueno que te guste- sonrió

-yo también tengo algo para ti, no quise dartelo en tu casa por lo de Kiri- sonrió y caminó hasta la mesita de la sala y tomó algo envuelto -es para ti-

-¿En serio?- sonrió y lo tomó

-anda ábrelo- rió -espero que te guste-

Él comenzó a desempacar el regalo y sonrío al ver un libro.

-"crónicas marcianas"-

-Erika me dijo que te gustaba leer y Maggie dijo que te gustaba la ciencia ficción- sonrió con un ligero brillo en sus ojos -Dakota me dijo en donde encontrarlo y Burns lo compró por mí-

-gracias, lo leeré cuando regrese-

Ella sonrió en grande, al menos Burns seguía haciéndole favores a pesar de ahora ya no ir a trabajar, Leonardo extendió su mano derecha para poder tomar la de ella, Winda sonrió con dulzura y la tomó, él era tan lindo con ella.

Winda se acercó y con suavidad le dió un pequeño beso en los labios, pronto ambos compartieron otro beso, un poco más apasionado.

Su tranquilidad ignoraba que una castaña estaba con los ojos bien abiertos mientras sentía su corazón destrozarse, su hermano la abrazó por detrás y ella simplemente se dejó caer en sus brazos.

-¿Por qué?...-

-te lo había dicho antes- suspiró para pensar bien -él tiene tanto derecho a hacer su vida con alguien como los demás-

-es mi padre...- lágrimas de frustración comenzaron a salir de sus ojos -me mintió...-

-habrá tenido sus razones- dijo mientras acariciaba su largo cabello castaño -él no quería herirte...-

-¡Pues lo hizo!- ella lo empujó y se levantó -¡Me mintió! ¡Me dijo que no sentía nada por esa mujer! ¡Eso no se lo voy a perdonar!-

-¡Kiri no!- dijo al verla apuntar una flecha hacia la ventana de la morena

No tuvo de otra más que lanzarse sobre ella y sostenerla, sin embargo por el movimiento ambos perdieron el equilibrio y cayeron desde la cima del edificio hasta el callejón.

-¡Déjame ir!- trataba de zafarse de su hermano -¡Me debe una explicación!-

-¡No ahora!- la sometió en el suelo -¡Ya cálmate y déjalos vivir! ¡Es su vida!-

-¡Yo soy su hija!- comenzó a llorar desconsoladamente -¡Él es mi padre!-

-ya lo sé...- aflojó su agarre -también es mi familia, tú eres mi familia, por eso no puedo dejar que hagas algo de lo que vas a arrepentirte- él la abrazó con fuerza y la castaña siguió llorando

Luego de varios minutos ella se separó y lo miró, tenía el corazón roto, su padre, la persona en quien más confiaba, le había mentido.

-vamonos a casa- dijo él cuando se levantó y extendió su mano izquierda para ayudarla a ponerse de pie

Kiri asintió lentamente, tomó su mano y se puso de pie, iban a comenzar a caminar cuando la castaña sintió algo rozar su hombro, eso le dolió, ambos se giraron a ver y una pandilla estaba sonriendo maliciosamente.

-¿Qué hacen dos niñitos solos por aquí?- dijo uno -no es bueno que dos niños bonitos salgan sin su mamá-

-oye princesita- dijo otro -¿Qué tal si vamos a divertirnos tú y yo?-

-pierdete- dijo la castaña, miró su hombro y este estaba sangrando un poco

-vamonos, no tenemos nada que hacer aquí- dijo Shane

Ambos comenzaron a caminar, sin embargo el mayor sintió algo atravesar su brazo derecho, eso lo hizo contener un grito de dolor, se miró y pudo ver una bala incrustada en su piel, eso lo enfureció un poco.

-¡Vuelve estúpido!- dijo uno de ellos -¿Tienes miedo?-

-hay que patearlos...- dijo la castaña en un susurro

-no tengas miedo preciosa- dijo otro y se acercó a tomar el brazo de Kiri -vaya, tienes una piel muy suave, me imagino que así debe sentirse todo tu cuerpo- sonrió y comenzó a acariciar su espalda, ella abrió los ojos con miedo en ellos

-déjala- dijo Shane

-¿O qué?- dijo dándole la vuelta a Kiri quien se paralizó -¿Quieres compartirla?- dijo ahora mientras con una de sus manos apretaba uno de los pequeños senos de la castaña

-¡Ahora sí!- Shane se lanzó sobre él y comenzó a golpearlo y a estrellarlo contra el suelo -¡Aléjate de mi hermana!-

Dijo para luego transformarse lentamente frente a los demás quienes huyeron horrorizados, comenzando a bufar y a gruñir, Shane mordió al pandillero con tanta fuerza que escuchó los huesos de su brazo romperse en dos.

El pandillero lo pateó para alejarlo, luego salió corriendo gritando del dolor, el pelirrojo con sangre y piel en su hocico, miró a la castaña quien estaba petrificada, esto era como aquella vez que también salieron solos.

Él caminó hacia ella lentamente, Kiri solo pudo soltar un pequeño chillido antes de abrazarlo, Shane volvió a su forma humana y le devolvió el abrazo.

-vamos a casa- dijo Shane y luego cargó a su hermana en sus brazos

Ambos emprendieron su viaje de regreso por las alcantarillas, estaban sucios y con sangre, al entrar llamaron la atención de todos, en especial de la pelinegra.

-¡Por Dios Kiri!- la miró de pies a cabeza -¿Qué sucedió?- revisó su brazo con dulzura

-estoy bien madre... Solo es un rasguño- dijo algo cansada

-ve con Donnie, él revisará si tienes alguna fractura- besó su mejilla y ella asintió

Se fue con su tío de bandana morada para que la examinara, por ahora, no quería recordar la escena que vio en ese apartamento.

-Shane cariño- comenzó a ver su rostro y a limpiarlo -¿Estás bien?-

-si mamá...-

-¿Qué diablos te paso?- dijo al ver su brazo -¿Quién fue? ¿Dónde diablos estaban? ¡No pueden salir sin avisar! ¡¿En qué demonios pensaban?!-

-¡¡Maldita sea mamá!!- la miró y en sus ojos había confusión  -¡¡No me trates así!! ¡¡Ya no soy un niño!! ¡¿¡Por qué no te haces una vida!?! ¡¡Búscate algo que hacer!!-

Erika apartó sus manos del rostro de su hijo, sus ojos se volvieron brillosos y sintió su corazón herido.

-lo siento...- dijo para luego irse a su habitación

-mamá...- dijo Shane ahora pensando en lo que le dijo, después no pudo articular palabra ya que Raphael lo tenía contra la pared

-tu madre ha hecho demasiadas cosas por ti como para que la trates así- dijo apretando un poco su agarre -si no fueses mi hijo ya te habría destrozado por hablarle así-

Lo soltó dejándolo caer al suelo, tosía un poco pues su padre lo había tomado del cuello.

-será mejor que vayas a disculparte o yo mismo me encargaré de ti- gruñó un poco -estoy decepcionado de ti Shane-

Esas palabras nunca las había oído, el rechazo de su propio padre no era algo con lo que se había enfrentado antes, sintió una enorme presión en el pecho, no podía moverse, simplemente lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.

-¡¿Qué esperas?!- dijo Raph empujándolo levemente

Shane se levantó y corrió hacia la habitación de sus padres, aún salían lágrimas de sus ojos, sentía que el aire se le escapaba, ahora debía enfrentarse a su madre, a quien le había roto el corazón hace nada más unos minutos.