XXIV
Las mañanas reflejan la luz de tu inocencia,
las tardes reflejan las ganas de mi deseo...
Cómo el sol da mucho calor,
la obsesión es ése pequeño fuego que calienta mi corazón.
Te has olvidado de mi existencia
así como te olvidaste de mi amor,
aquella caverna que quedó enterrada y desertada por la indiferencia.
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